Día: 12 de noviembre de 2020

Román a casa tras sufrir un percance en tentadero en Córdoba

El torero valenciano Román Collado fue dado de alta en el hospital reina Sofía de Córdoba tras un volteretón en la ganadería Las Monjas en Lora del Río y su recuperación la hace desde casa.

Muy castigado por los toros, Román, que ha venido en los dos últimos años a Colombia, dijo que temió lo peor y se llegó a asustar porque el pitón le alcanzó a tocar el riñón.

El torero iba camino a su residencia cuando paró el vehículo y se dio cuenta que estaba orinando sangre, por lo que fue trasladado al centro universitario cordobés.

Tras la primera observación los galeno determinaron nuevos exámenes . Está fuera de peligro, dijo sj apoderado Manuel Martinez Erice.

¿QUÉ OCURRIÓ?

“Después de que me vieran en Constantina, volví a la finca. Allí, tras cambiarme, oriné sangre.

Tenía que hacer noche en la finca de Manuel Patón -donde este jueves iba a participar en un tentadero- así que me fui haciendo camino.

A la altura de Palma del Río sentía mucho dolor en la espalda. Paré y llamé a mi amigo José Luis Moreno, que me llevó al Hospital Reina Sofía de Córdoba.

Allí me hicieron varias pruebas y vieron que tenía roto el riñón y dos costillas -esto último como consecuencia de la voltereta que sufrió en Cabra-. Me han tenido toda la noche en la UCI para operarme esta mañana.

Pero no ha hecho falta porque a primera hora de este jueves han visto que el riñón estaba recuperándose solo”, relata Román a APLAUSOS.

LA GANADERIA LAS MONJAS

Fundada a principios del siglo XIX por don Andrés Sánchez de Terrones con reses de diversas procedencias.

Pasando en 1862 a su hijo don Ildefonso Sánchez Tabernero, que agregó una punta de vacas de Gaviria y sementales de la viuda de López Navarro. 

En 1989 la adquiere don José Pocoví.

Vendiéndola en 1992 a doña Ana Melcón Gutiérrez que anuncia “Pablo Vázquez”, formándola con vacas y sementales procedentes de “Jandilla”.

Adquiere la ganadería Agropecuaria Las Monjas, S.A., anunciándose a nombre de don Manuel Morilla, en 1996

En 2002, don Manuel Bajo García adquiere la totalidad de las acciones de la Sociedad Agropecuaria Las Monjas, S.A., propietaria de la ganadería don Manuel Morilla, pasando a anunciarse “Las Monjas”.

ROMAN decía hace poco sobre su afición :

Yo he querido ser torero desde siempre: toda mi vida, desde que tengo uso de razón, lo he dicho.

Y eso que no tenía antecedentes familiares, mi madre es francesa, de la zona de Bretaña, y allí no había visto una corrida de toros en su vida.

Sí que es verdad que mi abuelo paterno, que en realidad murió antes de que yo naciese, era aficionado, y mi tío tenía el abono de la plaza de toros de Valencia, pero a mi padre no le gustaban demasiado.

Jaime Rico recuerda a don Hernán Restrepo Duque

Hace 29 años falleció Hernán Restrepo Duque. Mi querido y apreciado maestro en estas lides nació en Medellín el 6 de junio de 1927 en el hogar que formaron Antonio Restrepo Vásquez y Teresa Duque Santamaría. En los colegios San José y San Ignacio realizó sus estudios secundarios que no terminó.

Recibió alguna preparación como dibujante, labor que desempeñó durante 10 años. Periodista por naturaleza y aficionado a la fiesta de los toros se vinculó a El Colombiano como director de la columna Taurinadas. Sección que también dirigió en El Diario.

Conocedor a fondo de las intimidades de la fiesta brava, de sus protagonistas y comentarista por excelencia, realizó la trasmisión de cientos de corridas de toros en Medellín. Organizó además una biblioteca especializada en tauromaquia que muy pocas personas pudieron darse el lujo de poseer.  

En 1952 Hernán Restrepo Duque, ingresó a la radio Caracol con su programa Radiolente que fue el primer espacio radial que tuvo el disco como noticia y alcanzó a publicar varias revistas con temas de la farándula.

Espacio que también durante varios años publicó en El Espectador y posteriormente en El Colombiano. En 1953 comenzó a trabajar en Sonolux, primero como Jefe de Propaganda, luego como Director Artístico y también como Director Artístico de la RCA Victor.

Escribía unas notas históricas en las contra carátulas de los discos que fueron para mí y para muchas personas más las primeras lecciones de la historia de la canción popular. Cómo sentimos su retiro de Sonolux en 1974. Ya las contra carátulas de los discos estuvieron vacías. 

Hernán Restrepo Duque, fundó entonces su empresa disquera: el sello PRELUDIO en 1975 e inicialmente le colaboraron Jaime Llano González, Garzón y Collazos, el dueto Pampa y Cielo y Lucho y Nilhem.

Posteriormente se dedicó a recuperar repertorio musical de antaño, en acetatos con un sonido bastante deficiente, por cuanto en esos años no existían los medios de restauración de sonido que hoy se conocen.

Y con grandes esfuerzos por las dificultades económicas que tenía pudo mantener su empresa hasta que la vida se le terminó en un lamentable accidente de tránsito el 11 de noviembre de 1991. Chocó contra un poste de la energía eléctrica y quedó en muy mal estado.  

 Obras muy importantes dejó escritas. Primero “Lo que cuentan las canciones”, que le editó en 1971 la editorial Tercer Mundo y que se agotó sin que nunca fuera reeditada.

Él quería que yo reeditara la obra y llegamos a un acuerdo pero tenía primero que actualizar los datos, muchos de ellos obsoletos. Pero no alcanzó a hacerlo. También escribió “La gran crónica de Julio Flórez”, publicado en 1972 por el Instituto Colombiano de Cultura. En 1985 escribió “Tartarín Moreira, cancionero, verso y prosa”.

La Dirección de Extensión Cultural de Antioquia le editó en 1986 la obra “A mí cánteme un bambuco”. En 1991 escribió para RCN “Las cien mejores canciones colombianas y sus autores”. Después de su muerte, yo le edité ese material y lo publiqué con el nombre de “Lo que cuentan los boleros” en 1992 y en 1998 la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia le editó “La Música Popular en Colombia” – Crónica de nueve canciones. 

 Su discoteca llena de tesoros discográficos (unos 17.000 L.P. cientos de discos de 78 r.p.m., de 45 r.p.m. y de casetes) y su biblioteca fueron adquiridos por la Gobernación de Antioquia, supuestamente para que sirviera como un fondo de investigación musical.

Han pasado 29 años desde su muerte y su discoteca, lo que queda de ella, no está al alcance del público. Y de su biblioteca ya no quedan sino unos cuantos libros. Los demás desaparecieron.

 Y le llegó “El día de la fuga” y no se la pudimos cantar como él se merecía. Muchas veces manifestó que cuando muriera le cantaran “El día de la fuga”. Pero su esposa Marina Monsalve (†) prohibió la presencia de músicos en el funeral. Y no hubo más alternativa que respetar tan absurda decisión.

Para Hernán la música fue la razón de vivir y se merecía una gran despedida musical. Celebrando la misa María América Samudio subió al altar de la iglesia y le cantó “a capella” el “Ave María”.  En el cementerio cuando bajaban el féretro a la fosa, estábamos el Dr. Fernando Calle, (†) Héctor Castrillón, Jorge Luis Guardia, mi esposa María América Samudio (†) y yo, nos miramos y sin  instrumentos le cantamos “El día de la fuga”. Cumplimos con el deseo que tantas veces le expresó a sus amigos.

Ese día todos los bambucos, los valses, los pasillos, los tangos y los boleros tuvieron que llorar su ausencia en silencio. 


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