Día: 17 de noviembre de 2020

De la bravura al toreo

De la bravura al toreo. La presente publicación trata de valorar la trascendencia del toro como figura de referencia o tótem en la cultura agraria, la importancia de su bravura en la tauromaquia organizada por Paquiro.

El nacimiento de ganaderías históricas y su proyección como encastes diferenciados en los hierros ganaderos presentes, así como la influencia que los más importantes matadores han tenido en la evolución del comportamiento del toro en la plaza.

Por último, analiza las dificultades del ganadero de bravo en los tiempos actuales, con interrogantes y dudas sobre el camino futuro de la bravura.

¿QUÉ ES LA BRAVURA?

El toro bravo es una creación del hombre, del ganadero; su origen y evolución hasta nuestros días ha ido escribiendo la historia de la Tauromaquia.

El toreo nunca es definitivo; tiene un pasado, un presente y un futuro, y su carácter histórico le hace estar sujeto a un proceso de renovación constante.

Los cánones taurómacos son mutables y por ello, la concepción del toro de lidia nunca es definitiva.

Este libro ofrece un mensaje de optimismo, de esperanza y de ilusión, en contra de ese vaticinio cíclico y repetitivo en el tiempo que asegura que la Tauromaquia está muriendo y que sólo en el pasado fue verdadera y auténtica.

El TOREO soñado se va alcanzando a través de los años en una evolución positiva permanente.

Una evolución que supone la búsqueda constante de la BRAVURA del toro, porque los objetivos en su selección se van modificando a la par que lo hace el espectáculo de la Fiesta, siempre pautada por la transición de los gustos del público ante la interpretación torera de cada diestro en cada época. 

EL AUTOR

José Ignacio Miguel del Corral García nace en Salamanca el 31
de julio de 1951, licenciándose en Derecho en la Universidad de
Salamanca
y accediendo posteriormente al cuerpo de inspectores
de finanzas del Estado.

Paralelamente ha desarrollado su actividad
como ganadero de caballos de pura raza hispano-árabe y vacuno
de pura raza Morucha, al sentirse vinculado, desde su niñez, con
el mundo agrario y ganadero, en el que le introducen sus tíos
Vidal y José García Tabernero Orive, ganaderos de reses de lidia.


Durante su infancia, ya presencia frecuentes corridas de toros en
la plaza de La Glorieta salmantina, germinando una afición a la
Fiesta que se consolidará con su presencia como aficionado en
numerosos festejos en la Plaza de Las Ventas de Madrid.

Su preocupación por la bravura del toro le ha llevado a escribir el presente libro, en el que se narra su evolución histórica, la influencia que en la misma han tenido importantes matadores e innovadores ganaderos, y la preocupación sobre la evolución en el siglo xxi de un comportamiento seleccionado, la acometividad del toro, sobre el que se asienta la Historia y el futuro de la Tauromaquia.

La memoria material de «Paquirri» la recuperarán sus hijos Cayetano y Frank

Paquirri, padre, fue un torero enorme pero por esas cosas de la vida tras su trágica muerte después de la cornada en Pozoblanco, se ha mezclado lo personal con lo taurino, la herencia, sus recuerdos materiales que son historia viva del toreo y por eso Frank, su hijo mayor decía:

«Está todo en Cantora. (es la finca que pasó a manos de Isabel Pantoja la segunda esposa del malogrado torero de Barbate y allí están trajes, trofeos, espuerta, fundones, muletas, capotes que pertenecieron a Francisco Rivera. Mi padre quería que sus hijos tuviesen esas cosas», insiste Frank.

Antonio Lorca cuenta:

La trágica cita de Pozoblanco, el 26 de septiembre de 1984, lo convirtió en un mito; la reaparición artística de su viuda fue todo un acontecimiento solo superado por sus peripecias sentimentales y judiciales; para entonces, sus tres hijos ya habían asumido su protagonismo popular; y la muerte de Carmina, su primera mujer, proporcionó una sobredosis de morbo.

Una historia interminable, cuyo capítulo actual desgrana una controversia entre madre e hijo, habitual en cualquier familia, pero que en esta adquiere connotaciones de gran exclusiva.

Sobre la herencia de Paquirri se ha escrito mucho y se ha sabido poco. Sin duda, lo más certero lo publicó el periodista Juan Méndez en este periódico el 25 de septiembre de 1987.

Decía así: “La herencia del matador de toros Francisco Rivera Paquirri quedó ayer (dos días antes del tercer aniversario de su muerte) definitivamente resuelta, después de que las tres partes interesadas -su familia, su mujer Isabel Pantoja y su hijo, y su ex mujer Carmina Ordóñez y los dos hijos mayores del torero- firmaran el acuerdo para la repartición de los bienes del diestro, que alcanzan una cifra superior a los 1.000 millones de pesetas.

El patrimonio incluye varias explotaciones agrícolas, varios vehículos y embarcaciones, joyas y trajes de luces, además de otros bienes. El acuerdo definitivo otorga el 45% de los bienes de Paquirri, y la finca La Cantora, a su viuda, Isabel Pantoja, y a su hijo Francisco José. Otro 40% y la finca Los Rosales será para los hijos de su ex mujer Carmina Ordóñez: Francisco de Asís y Antonio Cayetano. 

El 15% restante y la finca El Robledo será para su padre Antonio Rivera y sus tres hermanos: Antonio, José y Teresa Rivera”.

Lo sorprendente es que esta herencia, de la que poco más se ha conocido, aún colee. Por fortuna, el legado de Francisco Rivera supera a su patrimonio material. Paquirri, nacido el 23 de marzo de 1948 en la localidad gaditana de Zahara de los Atunes, fue torero desde su más tierna infancia y a su vocación dedicó plenamente su vida hasta alcanzar la consideración de torero muy relevante durante la década de los años setenta.

EL ABOGADO JOAQUIN MOECKEL CREE QUE ESOS OBJETOS PASARÁN A SUS HIJOS

“Reactivar procesalmente la ejecución de la sentencia por la que se obligaba a Isabel Pantoja a entregar esos objetos”. La razón es clara: lo anterior prescribe, pero una sentencia jamás prescribe.

Por tanto, según Moeckel, siempre y cuando esos objetos existan, (hay varios testigos que afirman haberlos vistos en fecha reciente) Francisco y Cayetano podrán recuperar algo que va mucho más allá de los enseres en si. Recuperan la memoria artística de la trayectoria de Paquirri.

Aguado presentó «Joselito, el rey de los toreros», el niño sabio de Gelves

Aguado presentó «Joselito, el rey de los toreros», el niño sabio de Gelves. En el Ayuntamiento de Sevilla en un magnifico acto en la mañana de este martes donde brotó el sentimiento, la buena palabra y el recuerdo.

Paco Aguado presentó su obra «Joselito el Gallo, el rey de los toreros» que recoge la breve pero fantástica vida del hijo de la «seña Gabriela» que se truncó a los 25 años en Talavera porque un toro de la viuda de Ortega puso fin a sus días.

Joselito llega a Talavera después de “una corrida remendada” el día 15 en Madrid, donde cosechó pitos e incluso una voz le deseó la muerte en el coso talaverano.

La ganadería Viuda de Ortega, criada en los pastos de Prado del Arca y Santa Apolonia, fue la protagonista del 16 de mayo, fecha luctuosa que marcaría un halo trágico también para sus reses durante los años siguientes.

El torero Pablo Aguado en una breve intervención, como una media verónica dijo que Joselito y Belmonte construyeron el toreo moderno pues sentaron las bases de lo que hoy ejecutamos como la ligazón y cada vez que aparece el toreo con mayúscula reluce Joselito.

Joselito, dijo el autor fue moderno porque hizo mas cosas que torear muy bien y, como tenìa el toreo en la cabeza pudo darle un giro copernicano a la manera de torear y concebir la lidia.

No se trata de quitarle nada a Juan Belmonte sino devolverle a José lo suyo pues por esas «cosas» de la historia su nombre, su legado se ocultó, se habló casi nada de su grandeza.

Entre otras cosas, añadió porque la biografía de Chaves Nogales puso en el pedestal a Belmonte y dejó por fuera, sin quererlo, a José el compañero de viaje de esa revolución taurina que no es solo belmontina sino también y por derecho propio, joselitista.

Cuando Corrochano publicó su libro en los cincuentas, todo como que se estancó y desde entonces con relación a lo que significa Gallito queda en la sombra. Y es curioso, dijo Aguado, en Sevilla no apareció durante muchos años la figura del torero de Gelves, se eclipsó.

Joselito representa todos los avances, creó el caldo de cultivo de lo que es hoy el toreo.

Así que en el Ayuntamiento de la capital hispalense Joselito ha vuelto a Sevilla y Sevilla se ha reencontrado con su torero mayor.

Paco Aguado, periodista y autor del libro ‘Joselito El Gallo, el rey de los toreros’, ha reseñado que las figuras de Joselito ‘El Gallo’ y Belmonte marcan la edad de oro del toreo.

“Detrás de la tragedia, que echó un velo negro sobre su figura, había mucho más que el último gran torero del siglo XIX”, recalcó sobre el diestro.

Aguado definió a Joselito como “un niño sabio, repelente y algo redicho del toreo”, que con 12 años ya lo sabía todo y con 19 acaba echando del toreo a figuras como Bombita o Machaquito. Una figura en ciernes que también intenta hacer sombra a Belmonte, con el que finalmente llega “a un pacto no escrito para repartirse el poder de la púrpura durante toda la década”.

El periodista recalcó que, además de adoptar las técnicas del toreo de Belmonte, aportó las suyas.

“Era un obseso de la profesión, vivía para el toro, tanto en la ciudad como en el campo”.

Por eso, era el torero predilecto de los ganaderos, “que le escuchaban todo lo que él decía; con su consejo, los ganaderos empiezan a variar muchos de los conceptos decimonónicos y la forma del comportamiento del toro”. Y éste, apuntó Aguado, fue uno de los grandes logros de Joselito, el de buscar un toro más bravo, de mayor entrega y duración.


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