Ante la despedida de los ruedos de su hermano, Roca Rey le dirige emotiva misiva a Fernando
Qué admiración te tuve, te tengo y te tendré por los restos de mi vida, por lo que has significado para mí, pero sobre todo para el toreo en el Perú.
Un torero hecho en carreteras de tierra y a muchos metros sobre el nivel del mar, a veces en plazas sin enfermería y muchísimas veces ni doctores para salvarte la vida si el pitón de un toro te hería. Todo, porque tu filosofía te ha llevado a ser un guerrero apasionado por lo que haces, algo que me transmitiste desde que era un niño.
Hay veces que los que estamos a tu alrededor no hemos llegado a entender ciertos pensamientos o acciones, porque pocos están a la altura de un guerrero como tú, dispuesto a todo, incluso a morir por lo que amas. Es difícil entender a un ser distinto, muchas veces incomprendido.
Gracias por engrandecer el toreo en el Perú, por llenar las plazas en los pueblos, por tu ambición y por llegar a ser un ídolo nacional para muchos de nosotros. También por ser mi ejemplo, por ser mi maestro, amigo, compañero…, por motivarme cada vez que paso momentos difíciles, momentos que solo tú y yo sabemos lo duros que son en la intimidad, pero sobre todo, gracias por ser mi hermano.
Con lágrimas en los ojos te estoy escribiendo estas líneas días antes de tu despedida de los ruedos. Solo me queda agradecerte, y lo hago en nombre de todo el Perú taurino, tu compromiso y amor por la tauromaquia.
Gracias por todo, tu hermano Andrés.