La majestad del rey Roca, el arrebato de Ferrera y la agridulce despedida de Guerrita con los juanbernardos y un Guachicono sin historia

La majestad del rey Roca, el arrebato de Ferrera y la agridulce despedida de Guerrita con los juanbernardos y un Guachicono sin historia

(La imagen de Farley Betancourt es la salida en hombros de Ferrera, y Roca. Los acompañó Guerrita que lo auparon al ser su ultima corrida pese a no cortar sino una oreja pero por deferencia con el compañero que se marcha se ganó esa distinción merecida si miramos su impecable trayectoria )

Tarde soleada en Cañaveralejo. Se rozó la media entrada. Se lidiaron toros de Juan Bernardo y uno de Guachicono, (para olvidar )se devolvieron dos que acusaron defectos en sus extremidades de la corrida titular en una tarde de altibajos con un Roca exuberante, Ferrera, barroco, y Guerrita con el de don Luis Fernando CASTRO demostrando que parte del colectivo de la toreria andante en el mejor momento de su carrera de 20 años como matador de toros. Se jugó literalmente el tipo.

Antonio Ferrera nada pudo hacer con el blando primero. Abrevió. Con su segundo ,se explayó tanto con el capote como con la muleta. Comenzó de rodillas ganando terreno como un penitente a los medios y puso tres pares que hicieron vibrar a los tendidos. El último al cambio que le salió bordado.

Los forzados de pecho resultaron majestuosos y en ese toreo de cercanías y arrebato conectó con el público. El toro, gazapón , le planta cara, tres por el derecho y empalma con un particular natural. Pases mirando al tendido, desenfado total. Toma distancia, se va caminando lentamente hacía el toro y la suerte suprema. El castaño demora en caer, no quiere que lo toquen y deja que el toro de esa larga vuelta al anillo barbeando tablas. Por fin rueda, y caen del antepecho del palco dos pañuelos blancos .La peña La Sultana evita lanzarse sus sombreros cordobeses, el torero al pasar les da un discurso y les obsequia las dos orejas.

Hace 20 años , un 27 de diciembre, El Califa apadrinaba la alternativa de Guerrita y como testigo Rafael de Julia con los toros de El Paraíso de don Jerónimo Pimentel. Escogió dos décadas después esa fecha para decir adiós a los ruedos. Ferrera y Roca le brindaron cada uno un toro, el artista Walter Zuluaga pintó un bello recuerdo taurino para el caleño que le entregaron los directivos de Tauroemoción encabezados por Alberto García ; su esposa e hijo le obsequiaron con una figura de un Cristo.

Ferrera y Roca le brindan un toro cada uno

Pero sinceramente no era la despedida que él soñaba y que todos queríamos para el honrado torero valluno.

Su primero lo echan para atrás. Sale Jilguero noble, que humilla y con fijeza, Exhibe calidad que la aprovecha Guerrita. Faena sobria y medida. El palco le concede una oreja.

El sexto , por cambio, es un Guachicono ( se ha corrido el turno ) y Roca lidia en quinto lugar . Muchas teclas por tocar. El toro mansón, huidizo, sin clase pero Guerrita muestra sus mejores credenciales de torero enterado y entregado. El burraco no pasará la historia y es mejor cerrar esa página doliente mientras Guerrita falla con los aceros y no es, no puede ser pero así fue , una despedida ( al final ) lánguida como nadie quería. Se merecía mucho mas y eso que él es el tentador oficial de la ganadería de Guachicono. Lo que pasa es que los renglones estaban torcidos.

Roca Rey hizo estallar de emoción a la plaza. Es una joven figura y pudo escuchar esos olés elocuentes y el » torero, torero». Cuando aparece una figura en el ruedo suele suceder que esa conexión entre lo que pasa en el ruedo y lo que siente el aficionado es evidente. El sardo es noble y Roca como abrebocas chicuelinas, tafallera y chicuelina. Le brinda la faena a Guerrita e inicia con muletazos suaves por alto, hay temple, donosura en el manejo de las telas, le da los tiempos, hay cambio de mano por el derecho y por el izquierdo, a pie junto otra tanda. La espada penetra hasta los gavilanes en lo que hasta el momento es la estocada de la tarde. Clamorosa vuelta al rudo y dos banderas peruanas flamean en el tendido al paso triunfal del limeño en esta Cañaveralejo que ya pisó de novillero.

El segundo se fue refugiando lentamente en tablas, el torero le deja la muleta en la cara, y allí en los adentros se inventa la faena. Pero no se produce la emoción de su primero, suena un aviso. Palmas

Todas las fotos pertenecen a tendido 7 autoria de FARLEY BETANCOURT


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