Autor: Guillermo Rodríguez

«»»Atención!!!!!.Consorcio colombo-español-peruano en el que están Felipe Negret, Juan Carlos Gómez, Tauroemoción , nuevos operadores de Acho entre este año y 2028

Conformado por empresarios colombianos , Tauroemoción, y Juan Antonio Roca Rey son los nuevos operadores de la plaza más antigua de América del Sur ( 1776 ) para el períodos 2023- 2028 . La propuesta ganadora ofreció millón y medio de soles por año. La del Consorcio Villafuerte , 2 millones y medio.

Y este logro irá más allá de Lima , pues sus gestores estiman que es preciso defender y nunca mejor expresado » a capa y espada » a la América taurina con el rescate de otras plazas «.

El consorcio ganador se compromete a garantizar la calidad de la feria taurina del señor de los milagros.

CARTAS DE COMPROMISO DE LOS TOREROS CON LA OFERTA GANADORA

Andrés Roca Rey, Emilio de Justo, Morante de la Puebla, El Juli, Alejandro Talavante, José María Manzanares , Sebastián Castella, Joaquín Galdós y Tomás Rufo.

ACHO UNA PLAZA CON SOLERA

La Plaza de Acho, es la tercera más antigua del mundo y una de las más importantes. Esta joya arquitectónica ubicada en el distrito del Rímac, fue inaugurada el 30 de enero de 1766, recinto en el que hasta la actualidad se realizan grandes corridas de toros.

Con 250 años de antigüedad y una capacidad máxima de 13 mil espectadores, el coso peruano ostenta el título de Monumento Histórico. A pesar del tiempo, su adecuado mantenimiento ha logrado relucir la Plaza y llevarla a lo que es ahora, una majestuosidad que se exhibe en cada feria taurina del Señor de los Milagros realizada en el mes de octubre

Las vivencias y anécdotas del maestro José Antonio Campuzano en la tertulia De Jordán

( Fotos cortesía de Andrew Moore , un magnífico captador de imágenes y momentos mágicos)

El maestro Campuzano ( José Antonio ) estuvo en una tertulia De Jordán y apasionó a los presentes con su sabiduría taurina que desgrana a sorbos y humildemente ante un grupo de selectos taurinos entre quienes se contó Luis Guillermo Echeverry, otrora rejoneador y hoy en uso de buen retiro de los afanes burocráticos.

Nos cuenta Yolanda Fernandez -Cuesta ,José Antonio Campuzano, es de verbo ágil, expresivo en gestos y claro en sus opiniones y en cómo sabe trasmitir y contagiar sus pasiones. Pero ante todo es un Torero de los pies a la cabeza, y un referente único, ya quedan pocos, de lo que ha sido y es la historia de las corridas de toros desde los sesenta del pasado siglo hasta hoy. Gran conocedor de públicos, plazas…desde el principio nos deja muy claro su admiración y respeto por la afición de Madrid a la que considera fundamental en sus exigencias , aquí siempre se me respetó y todavía hoy hay gente por la calle que me reconoce y saluda con admiración cosa que en Sevilla no me pasa nos dice, mientras nos hace un retrato exacto y detallado de las diferencias de las aficiones y de cómo se vive la fiesta en las dos plazas de referencia. No entra en preferencias, de manera elegante elude tomar partido pero si percibo cierta amargura personal por no sentirse acogido como torero de Sevilla, algo muy difícil de conseguir para cualquier torero no nacido allí, nos dice.

Tras una brillante carrera como matador de toros, 

que incluye las salidas por la Puerta Grande de las principales plazas,

ha apoderado a numerosos toreros, entre ellos Roca Rey y Sebastián Castella

De origen humilde nos relata su vinculación familiar a su Écija natal y a la familia taurina de procedencia materna. Pertenece a la cuarta generación de una saga taurina; nos recuerda a Juanito El Ecijano, que muere en México en 1899 y toda una familia en la que tíos, hermanos se han dedicado a diferentes ámbitos, banderilleros, picadores, matadores…pero eso sí nos dice que el toreo es algo que se lleva en la sangre, es genético. Reconoce el apoyo sobre todo de su madre en su carrera.  El toreo es vocación pero se tiene que aprender, nos dice y su formación taurina se la debe sobre todo a la escuela taurina de Vicente Vega, Gitanillo de Triana, que sería su suegro, que le enseñó de manera paternal y con cariño, todo lo contrario a lo que tuvo que vivir en sus primeras experiencias de becerrista y novillero con el trato duro e inflexible recibido por profesionales.

En Las Ventas con un toro de Victorino Martín.

Salió dos veces por la Puerta Grande, una de ellas con 2 orejas de un Victorino

¿Nunca se negó a torear todo lo que le “echaran”? preguntamos y responde rotundo, no y ahora lo lamento, debí negarme más de una vez, pues es la única manera de que me hubiera hecho respetar, en sus sinceras palabras hay un tono de reproche y cierta amargura con el mundillo taurino. Pues hay que reconocer su entrega profesional para torear todos los encastes, los más duros; no olvida un toro de Pablo Romero en Madrid, ni aquella Feria de Sevilla de 1990 en la que en el mismo día toreó una de Pablo Romero por la mañana y la de Miura por la tarde, hazaña única que hoy ninguno del escalafón se atrevería, muchos ni una de ellas siquiera. Torero poderoso, muy completo pero sobre todo un gran estoqueador, la espada fue uno de sus mayores méritos. Nos relata su carrera, precisamente este año se cumple el cincuentenario de su alternativa en Sevilla y confirmación en Madrid; puertas grandes, trofeos, pero también durísimas cornadas y siempre dando la cara frente a hierros nada comerciales; cansado en 2001 se retira una tarde en  Maracay harto de sinsabores e incomprensiones. Hombre de memoria excelente testigo de su tiempo taurino… ¿escribirá su historia?, preguntamos, No, responde, pues tendría que callar muchas cosas. Sinceridad ante todo.

José Antonio Campuzano es el invitado de la 73ª Tertulia de Jordán,

que se celebra todos los meses, ahora en Casa Salvador

El Maestro sigue en pie, con su afición intacta, activo pero ahora enseñando a otros; siguiendo el camino de su maestro Gitanillo de Triana  pasó de figurar en los carteles a ayudar a otros a conseguirlo. Figuras como Castella, Roca Rey, José Tomás, han recibido su magisterio y su apoyo, como apoderado, llegando a vivir en su propia casa; de todos guarda recuerdos, de alguno incluso la frialdad de una despedida inmerecida en sus formas, dejando entrever cierto aire de pesimismo e incredulidad en sus palabras. Ahora apodera a un joven novillero francés Lalo de María del que resalta su personalidad única, en sus manos y con sus consejos seguro que llegará lejos. Hablamos de los tiempos actuales y el pesimismo deja atrás su sonrisa permanente, no tienen facilidades aunque hay muy buenos novilleros, pero sin dinero e instituciones que apoyen, es imposible.

Firmando un recuerdo para la Tertulia de Jordán

Seguiríamos charlando pero José Antonio Campuzano, debe irse pronto al AVE, a los dos días la peña de los Campuzano de Arlés les harán a los dos hermanos, también a Tomás,un merecido homenaje. Les siguen recordando con admiración algo que echa en falta en las peñas taurinas hispanas.

Muchas gracias maestro, inolvidable tertulia, esperamos poder continuar nuestra charla en una próxima ocasión. ¡Tiene tanto que contar!  no siempre podemos hablar con personas que son lección viva de la historia de la Tauromaquia y mantienen el compromiso vital con la verdad del toreo, José Antonio Campuzano lo es.

Las tauromaquias de Goya y Picasso

La exposición Goya / Picasso. Tauromaquias propone una revisión de los significados de las series gráficas de ambos artistas sobre la lidia, los vestigios o secuencias de afinidad y sus manifiestas divergencias. Organizada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ( En Madrid ) y la Fundación Bancaria Unicaja, forma parte del acuerdo de colaboración suscrito por ambas entidades con el objetivo de promover, planificar y ejecutar exposiciones compartidas, presentadas en itinerancia en sus respectivas sedes de Madrid y Málaga, en este caso, además, con la colaboración del Museo Casa Natal Picasso de Málaga.

Con carácter excepcional, en la exposición se muestran todas las planchas de cobre de la Tauromaquia de Goya, grabadas al aguafuerte y aguatinta entre 1814 y 1816, nunca exhibidas íntegramente hasta ahora. La Academia aporta las treinta y tres láminas calcográficas, siete de ellas grabadas por ambas caras, junto con la primera edición completa, publicada en 1816. Además, añade las siete estampas desechadas, excluidas de las dos primeras ediciones e incorporadas a partir de la tercera (1876), conformando desde entonces una serie de cuarenta imágenes de asuntos taurinos. También incorpora la Academia cuatro excelentes ejemplares de los Toros de Burdeos, dibujados con lápiz litográfico por Goya entre 1824 y 1825.

Una década antes de la guerra civil, Gustavo Gili Roig encargó a Picasso una edición de bibliofilia sobre la Tauromaquia o arte de torear, tratado escrito por el diestro José Delgado, alias Pepe-Illo, e impreso en Cádiz en 1796. Inicialmente, Picasso abrió ocho aguafuertes y trazó algunos esbozos que quedaron inéditos. Durante la primavera de 1957 rescató el proyecto en La Californie, su villa de Cannes, grabando veintiséis aguatintas al azúcar. Dos años más tarde, Gili hijo −Gustavo Gili Esteve− publicó La tauromaquia de Picasso en Ediciones de la Cometa, añadiendo a las veintiséis estampas una cubierta grabada a la punta seca. La estampación fue confiada al atelier Lacourière en París, bajo la dirección de Jacques Frélaut, y de la tirada de la cubierta se ocupó el grabador Jaume Pla. La exposición reúne, junto a las obras de Goya, la serie completa de Picasso, de la que el Museo Casa Natal Picasso de Málaga ha aportado veinticuatro estampas y la Biblioteca Nacional de España las dos restantes, además de la cubierta.

Roca Rey e Isaac Fonseca en la mirada de Alcalino

No son semejantes entre sí pero brotan de un fondo común, puesto que entrañan dos distintas formas de la injusticia más cerril. Y demandan una reacción mediática seria y sostenida que no se está dando. Porque dejar que las cosas ocurran sin intentar extraer de ellas la enseñanza correspondiente serviría para explicar por qué puede la fiesta rodar por la pendiente mientras quienes debiéramos estar atentos a defenderla no pasamos de las palabras y los tópicos de costumbre, mirándonos al ombligo en busca de la nota de color antes que del pertinente, indispensable análisis.

Isaac Fonseca y Andrés Roca Rey. Tan distintos en todo y, sin embargo, tan sonoramente señalados uno y otro durante la tercera semana de junio, que sin discusión acapararon.  

Isaac Fonseca. Extrañeza y asombro causó su gesta en la inesperada encerrona del domingo 18 en Colmenar Viejo. El marco era la final de la llamada Copa Chenel, organizada anualmente por la Comunidad de Madrid y la Fundación del Toro de Lidia con la participación de un variado elenco de toreros virtualmente desaparecidos de los carteles por obra de un sistema elitista, proteccionista y convenenciero. La tal Copa se desarrolla bajo normas de inspiración deportiva –ronda de ternas, semifinales y final—y desemboca en un encuentro a cara de perro entre los triunfadores. Uno de ellos fue el moreliano Isaac Fonseca, el otro el salmantino Juan del Álamo. Borja Jiménez impugnó la designación de Del Álamo alegando que la arbitrariedad de uno de los presidentes, el de la semifinal de Alalpardo (10.06), le había favorecido al ignorar el tiempo transcurrido sin tocarle un aviso –el reglamento de la Copa resta puntos por avisos así como los suma por orejas cortadas–. Pero ya se sabe que el “árbitro” nunca pierde.

El asunto es que el finalista impugnado cayó herido al intentar su primer quite –capote a la espalda–; era este abreplaza un buen mozo de Ángel Luis Peña, y con la cogida de Del Álamo todo el peso de la corrida recaía automáticamente sobre su único alternante. Es decir, Isaac Fonseca. El encierro lo completaron dos toros de Zacarías Moreno (2º y 3º), dos de Palha (5º y 6º) y uno de Sanz de la Morena (4º). Ninguno dio facilidades, aunque el sexto tuvo casta y repetición, justo lo que necesita el pequeño moreliano para explayar su original y arriesgada tauromaquia; a éste le cortó una oreja indiscutible luego de dos pinchazos y una seria voltereta, al segundo y al quinto también les había arrancado un apéndice a fuerza de entrega y desnuda torería, los rasgos que presidieron su tarde y le han hecho descollar a lo largo de su carrera. El que hirió a Del Álamo repartía secos gañafonazos y en uno le metió a Isaac el pitón en la boca; luego, el tercero le propinaría fuerte revolcón, aparentemente saldado con un puntazo en la rodilla; y el último, al entrar a matar, le levantó los pies del suelo con enorme violencia y lo tuvo a su merced, ya con el estoque dentro. Isaac alcanzó a recibir la copa de triunfador sin dar muestras de dolor. La vuelta al ruedo la dio jubiloso y mostrando con orgullo una bandera mexicana.

Las noticias publicadas el lunes daban cuenta de la cornada con trayectoria doble y de pronóstico grave sufrida por Del Álamo y de un puntazo molesto pero sin importancia mayor en Fonseca. Pero días después, oh sorpresa, se ampliaba la información sobre las heridas del mexicano: el arisco tercero, de Zacarías Moreno, le había infligido una cornada en el muslo derecho que llegó hasta el fémur (18-20 cm. de profundidad), y el primero le produjo heridas inciso-contusas en la región bucal. Es decir, que para conseguir alzarse con el triunfo, Isaac Fonseca había soportado sin rechistar el estrago físico y el agudo escozor de dos lesiones de importancia, que no le impidieron arrimarse y torear de verdad a media docena de astados dispuestos a vender caras sus ásperas embestidas, cosa esperable y lógica dada su procedencia de cuatro hierros de ésos que los ases no se atreven ni siquiera a mencionar. Justo resulta el asombro de la prensa. Pero un asombro tan obligado como oportunista y fugaz, acorde con los usos y costumbres de taurinos y escribidores.  

Visto desde la superficie, Isaac Fonseca no es torero de relumbrón. Ni alto ni blanco ni apto para hacer pasarela con los figurines. Su secreto, su grandeza, se dan delante del toro. El año anterior había triunfado de novillero en Valencia –puerta grande–, Sevilla y Madrid. No hubo, en 2022, otro novillero con trayectoria semejante. Ni con parecido impacto en los públicos, pues su refrescante tauromaquia se alejaba radicalmente de los modos y maneras de tantos egresados de escuelas taurinas en quienes la técnica predomina sobre los arrestos y la monótona uniformidad es norma. Un aire, una luz radicalmente distinta emanaba del hacer del mexicano. Hasta que una alternativa inoportuna (Dax, 11.08.22) detuvo su ascenso y lo condenó al ostracismo. Alguna voz crítica, rápidamente silenciada, señaló que ese doctorado en mitad de una arrolladora campaña novilleril era una jugada para marginarlo. De poco sirvió que Isaac diera esa tarde la única vuelta al ruedo mientras Manzanares y Roca Rey pasaban de puntitas. La mansada que Núñez del Cuvillo envió a Dax sirvió para alimentar las sospechas.

El caso es que, falto de contratos –aunque no de la consabida corrida solitaria en San Isidro, la de la confirmación— sus mentores decidieron inscribirlo en la Copa Chenel. Tiene guasa que el novillero triunfador de 2022 fuese obligado a rifarse un puesto en carteles donde se barajaron nombres como los Juan Miguel, Adriano, Filiberto, Fernando Plaza, Calerito, Diego Carretero, Alejandro Fermín… Que no es que sean malos toreros, es que no los conoce nadie. Y, lógicamente, con hierros para desesperados, como los seis bichos destinados al cartel de la final del día 18. La de la gesta heroica de Isaac Fonseca, ahora reconocida por todos pero sin que nadie se indigne de verlo relegado de las plazas y ferias donde debería estar. Noticia útil para cubrir las arideces informativas de junio y nada más.

La truculenta historia de Isaac Fonseca desnuda las bases sobre las que se mueve la fiesta en España (de México mejor no hablar). Un entramado dominado por grupos de interés, acuerdos mafiosos y barajas cerradas a cal y canto. Y una de tantas razones por las que la fiesta navega al garete sobre el mar proceloso de este siglo de las redes (anti)sociales y el animalismo sin distinción de especies, bípedos implumes –e impunes– incluidos.

Roca Rey. La guerra fraguada el día 11 en Las Ventas a la altura del sexto de la tarde estalló sin restricciones durante la semana recién ida. Recordemos la escena: Andrés Roca batalla en pos de una faena improbable dadas las dificultades y el peligro que ofrece “Jocundo”, de Victoriano del Río. La afición lo vive embargada de emoción. Pero no el “7”, que gritonea acusaciones de “pico” y “fuera de cacho”. El limeño, pendiente del viento, está citando en corto, la muleta en la izquierda, el estoque tratando de controlarla. Es en esa pequeña pausa que se le ocurre pedir serenidad dando cara al “7” mientras mueve de modo apaciguador la mano que porta la espada. La gente lo nota y abronca a los intransigentes. Seguirá el curso de la faena con una entrega paralela a la del torero, y al morir el toro abroncará al presidente por negar una oreja solicitada con unanimidad.

Pasan los días. Hasta que a Roberto Domínguez, el mentor de Roca Rey, le da por celebrar públicamente que éste haya hecho frente de manera ostensible a sus ciegos y furibundos detractores; la reacción de estos no se hace esperar: “Somos una roca y aquí te esperamos”. En las alturas del “7”, se sobreentiende. Con ánimo de amargarle la vida al peruano cuantas veces vuelva a torear en Madrid.

Los enterados afirman que no es para alarmarse tanto. Que la historia está llena de casos en que Madrid castigó a las figuras con desmedidas exigencias y denuestos, de Guerrita a El Juli. Sin faltar el memorioso que recordara a Luis Miguel Dominguín cuando tuvo la soberbia de proclamarse número uno de cara al tendido que lo discutía (17.05.49). O los casos en que los exigentes se opusieron a Palomo Linares, Paquirri, Enrique Ponce…

Pero, un momento. Si uno repasa la lista de agraviados por la andanada del “8” o por los duros del “7” no va a encontrar a ninguna “víctima” con las características del llenaplazas peruano. Ni en poder taquillero ni en materia de decisión, ceñimiento y entrega frente a cualquier clase de toro. Como nunca, la gritería hostil a Andrés ha carecido del menor fundamento, mera expresión de una necedad prejuiciosa lindante en odio gratuito. Ante eso, no cabe una actitud más torera que el pedido de paciencia de Roca Rey, a poca distancia de la cuna de un animal singularmente agresivo y torvo. O su desmelenamiento final al saberse vencedor de ambas fuerzas adversas, la fiera de afilados pitones y la que esgrime como armas la sinrazón y el insulto desde la seguridad del tendido.

Conviene asimismo distinguir entre la exigencia de autenticidad que es defensa necesaria de la fiesta –como la de los buenos aficionados del “7”, surgidos como reacción a la etapa falsaria que culminaría con el reinado de El Cordobés–, y la gritería destemplada de muchos de los actuales ocupantes de dicha localidad, empeñados en su guerra particular contra el torero que representa justamente el retorno de la verdad y la emoción a las plazas. Pasados de rosca, los reventadores pueden llevarnos a todos al despeñadero.

Colofón. Conste que no hay en las anteriores reflexiones la menor alusión a la posible influencia de la nacionalidad de los dos agraviados, mexicano el uno y peruano el otro. Pero puestos a indagar los móviles de quienes parecen interesados en promover el caos y la desestabilización de la fiesta –regateándole espacio en los carteles a un alternante tan incómodo como Fonseca, obstaculizando la marcha arrolladora de Roca Rey–, quizás pudieran llegar a develarse actitudes xenófobas de ninguna manera novedosas.

Que lo diga, ya que estamos en plena futbolización de la tauromaquia, la odisea que el racismo de los ultras le está haciendo vivir a Vinicius Jr., goleador brasileño del Real Madrid culpable de tener la piel brillosa y descaradamente oscura.        

La terna en hombros cerró la feria de Algeciras , el victorino «colombiano» ovacionado y «Veronés», indultado

Miguel Ángel Pacheco cerró la feria de Algeciras con un toro de Victorino Martin que lleva el nombre de Colombiano pues el ganadero ha querido tributar un homenaje a nuestro país cuyos taurinos batallan en defensa de la fiesta y nación donde ya lidió con notable suceso una corrida en Cali que es la única presentación que ha tenido la señera divisa.

En Algeciras el encierro la V coronada lo lidiaron Antonio Ferrera y Miguel Angel Pacheco.

Y un detallazo de Ferrera. Se subió al tendido y le brindó la lidia de un toro al maestro Ruiz Miguel que hace parte del equipo de comentaristas de radio de Canal Sur.

Según el relato de ABC

En una tarde que queda ya para la historia de Algeciras, Antonio Ferrera, Manuel Escribano y Miguel Ángel Pacheco salieron a hombros por la Puerta de Feria. Ferrera lo hizo tras insultar al cuarto toro de la tarde, Verones; Escribano, por su parte, hizo una faena rotunda con el quinto, y Pacheco cortó una oreja muy importante en el tercer toro, el más complicado, y después cortó otra al sexto con otra faena de gran dimensión.

«Portezolano» abrió plaza y nada más salir provocó una ovación a su excelente presentación. Un toro muy de la casa con las puntas mirando a las Gaviotas. El primero echó la cara abajo metiendo el hocico entre las manos apretando mucho en el saludo capotero. El maestro Ferrera lo recibió sobre los pies con eficacia y solvencia para sacarlo para afuera con torería. Este fue bravo y tuvo una lidia transmisora. Un puyazo de bravo -de lejos- desde el centro del anillo. Ángel Otero y Alberto Carrero bordaron el tercio de banderillas. Brindis público. Exigente en el último tercio en los primeros compases donde hubo una búsqueda de acoplamiento que fue un toma y daca entre toro y torero. La veterana es la madre de la madurez y Antonio Ferrera reboso sazón delante de un tranvía que no permitía ninguna concesión. Poco a poco fue desplegando una faena a más -muy seria- de peso donde dejó muerta la muleta para presentarla en el hocico y tirar de una embestida dormida y humilladora. No fue de viaje largo y había que tirar de él con suma suavidad a sabiendas que aquello tardaría un mundo en pasar y mirar de reojo. Un quehacer de naturales cosidos y de un toreo fundamental -al natural son espada- con extraordinaria belleza. Estocada y oreja importante sin música ante un bravo de Victorino.

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«Verones» fue el segundo del lote de Ferrera. Un toro bajo, cortito, acucharado de pitones que dejó componer el saludo al maestro. Tras la vara que apretó, el extremeño interpretó un quite por verónicas de ensueño. Capote dormido y la ‘pata’ cargado la suerte. Magistral quite por verónicas. Ferrera brindó a Ruiz Miguel -escaló por el tendido hasta la tribuna de radio desde el ruedo- de maestro a maestro. A la postre, lo vivido con el cuarto ha sido histórico. Antilógica de la bravura y del temple. Una embestida pastueña, gateadora, incansable, brava, enclasada, enrazada, entregada y sin fin de virtudes de un toro de bandera. Ante «Verones» el maestro Antonio Ferrera desplegó todo di extenso baúl de tauromaquia pata ahormar una faena para los anales del toreo. Aquí y en Pekín…el toreo ha sido de una belleza sin igual -digna de cualquier museo de bellas artes- por profundidad, lentitud -pases inverosímiles por su extrema tardanza- cosiendo una embestida mexicana sin fin por entrega y humillación. A estas alturas la plaza era un manicomio ante tan descomunal concierto de toreo y bravura. Lágrimas en los ojos de todos -incluido el torero- por firmar una obra de arte -que pareció torear de salón- y que entra con letras oro en la tauromaquia ante uno de super clase de Victorino Martín. Indulto y máximos trofeo simbólicos.

«Bocacho» otro típico de la casa. A este lo recibió Escribano que se presentaba en Las Palomas con una larga cambiada en el tercio y varias verónicas ganando terrero hasta abrochar más allá del tercio con una media sensacional. Una vara donde se le apretó y a banderillas. Un tercio donde el sevillano cuajó tres palos de máxima categoría y levantó pasiones en los tendidos. Apuntó virtudes el toro durante la lidia y Escribano brindó al respetable. El de Gerena con mucha suavidad empezó sin abusar y abriendo caminos a su oponente -un punto sosito- que apretaba para adentro pero que no quería brusquedades algo que Manuel hizo a la perfección presentado una pañosa sin afecciones. Tiró de la embestida con temple y compostura sintiendo el muletazo hasta llevarlo atrás pero sin poder ligar por la falta de ritmo del toro que la tomaba con entrega. Escribano pasajeó por ambos con delicadeza y dulzura ante una noblona embestida -en Victorino- a la que le faltó un poquito de chispa. Espadazo, descabello y fuerte petición que no atiende el usía. Gran ovación con saludos.

No era fácil volver a conectarse a la tarde tras el suceso vivido con el indulto de ‘Veronés’, pero Escribano fue capaz de meter en su labor a unos tendidos que se habían roto con el toreo de Ferrera y la embestida de un toro excelso. Se fue a la puerta de chiqueros para recibir a un toro bravo de verdad. Lo toreó con templanza a la verónica, cuajando posteriormente un gran tercio de banderillas a un toro que empujó con bravura en el jaco. Manuel sabía que tenía delante un animal con virtudes, de esos que se entregan cuando les aprieta, de ahí que no se diera coba y ya en la primera tanda lo apretara por abajo. Manuel lo toreó con el alma, siempre ofreciéndole la panza de la muleta y vaciando el muletazo por debajo de la pala del pitón. El animal se creció siempre ante el castigo, empujando siempre con los riñones y con el morro por el suelo. Por el lado izquierdo también se la dejó siempre muerta y tiró del animal jugando con las muñecas. El toro no se cansaba de embestir, siempre a más y ganando en profundidad. Pero le dolió la última tanda por abajo y amagó con rajarse. Manuel inteligentemente se lo sacó del tercio, ahí acusaba menos la querencia. La faena iba para máximos trofeos, Escribano se había vaciado toreando muy de verdad a un toro que siempre le exigió en colocación, altura y velocidad del muletazo. La gente empezó a pedir el indulto, pero el animal ya había tirado la toalla. El sevillano no se dio coba y entró a matar a un animal que el propio torero recordará por mucho tiempo. Pero pinchó en dos ocasiones y se le esfumó la posibilidad de pasear los máximos trofeos paseando finalmente las dos orejas de un toro de vuelta al ruedo.

«Esquílero» primero del lote de Pacheco. Un tercero abierto de pitones que se frenaba de manos antes de pasar por el capote. Más largo el viaje por el derecho por de hubo expresión en el lance. Una vara en buen sitio y cambio de tercio. Brindis público. Comenzó Miguel Ángel en línea recta para alargar la embestida -y ayudar a romper- sin toques. Dos tantas iguales que presagiaron cosas positivas pero tras esas dos el toro cambió y empezó a plantear dificultades. En un par de ocasiones «estuvo cogido» pero su oficio y raza solventó el trance. A partir de ahí fue una pelea constante para imponer leyes y criterios entre ambos. El torero gallardo, fajado y poderoso -sin ser especialista y además torear poco- pero conocedor de us embestida que buscaba y alargaba el cuello. Un toro complicado que mantuvo la tensión y que vendió cara su muerte por su bravura. Más allá de una faena artística fue una labor de exigencias y superación ante uno realmente difícil. Estocada con atributos y oreja arrancada.

«Colombiano» cerró la Feria Real. Otro que levantó una ovación al salir al ruedo. Toro humillador en el brillante capote del linense. Pacheco lanceó con prestancia al sexto en el recibo con varias verónicas con fuste y una de epílogo más allá del tercio con empaque. Una vara fuerte y cambio. Brindó al empresario. El gaditano empezó su labor con suavidad y sintiendo el muletazo ante uno que embistió por abajo. Varias tandas a derechas donde ofreció la tela roja cogiendo el palillo por la mitad -ofreció la barriga de la muleta- embarcar con transparencia y finura. Después cogió la izquierda donde se descaró y desafió a su antagonista. Por ahí, pedía tiempos y técnica además de poder y lo cumplió Miguel Ángel a la perfección para interpretar el natural con hondura. Faena de paso al frente por su fondo y de prestancia por su interpretación ante uno otro bueno de Victorio. Oreja tras aviso.

Viajó de Ecuador a México para dar 2 muletazos


EDUARDO LOZANO GARCÍA

El calor parecía haber amainado y la corrida navegaba en el sopor de la nula casta de los bureles. Alejandro Adame acaparaba todas las miradas brindando la muerte del sexto de la tarde mientras de la tapia brincó un torero con cara de niño sujetando una muleta gastada. No calzó el goyesco como lo requerían las formalidades. Vestía con la simpleza de unos jeans y una camisa blanca. Los taurinos dando tumbos, intentaron apartarlo del ruedo al invitado no deseado, como si en sus ganas de querer ser torero se concentrara el peor enemigo de la fiesta brava. Esquivó a unos cuantos y se dirigió sin pensarlo al castaño —que era un tío—para hincar sus rodillas y pasarlo al hilo de las tablas con un muletazo por alto; salieron ambos de la primera suerte como se sale del amor, y para la segunda jurisdicción, inverosímilmente, le cambio el viaje por la espalda de rodillas: sus vidas no serían las mismas, el burel, estaría muerto a los minutos y Luis sería otro en el autobús de regreso a Ciudad de México. El muletazo dibujado no fue como el popular cambiado por la espalda hincado, en donde el torero —convertido a recortador— camina de rodillas para librar la embestida. No. Este tuvo valor y verdad. Quizás inocencia, sitio inhóspito de donde emana la pureza. Fue un cambiado estático de rodillas con todas las desventajas del terreno. Fue sin más, el muletazo de la tarde.

Se habló mucho y se criticó más. Afortunadamente el toro es el único dentro de este tinglado que no discrimina y embiste sin distinción de raza, sexo, estatus o género; eso sí, embiste aquel que está dispuesto a jugarse la vida. Se les olvidó a esos absurdos pseudo puristas (valientes, que solamente levantan la voz ante el más débil y nunca ante su igual o ante el poderoso) que la historia de la tauromaquia está llena de espontáneos que con la barriga vacía terminaron siendo figuras del toreo: Manuel Benítez el Cordobés, Palomo Linares e incluso un torero de la tierra que los años le están dando la etiqueta de torero culto, Rodolfo Rodríguez el Pana.

Luis Paguay es un joven que un día amaneció en su natal Ecuador con un sentimiento casi supremo. Ser torero. Cogió su lio y como millones de personas puso camino para el norte; siguió el rumbo de sus paisanos con el sueño americano, pero él, no siguió el verde de los billetes y se quedó en México porque su hambre era espiritual. Embobaba a todos los mojados contándoles que él no iba para el gabacho, que él quería ser torero, ¿pero cómo, todavía hay gente que quiere serlo? Incluso, muchos le apoyaron económicamente porque quizás haya mayor grandeza en la gente con las pretensiones justas de su realidad que en nosotros los cómodos individualistas. Estuvo dos meses en el camino hacia México. Hambre, frío, trenes y ampollas de tanto caminar.

Uno de sus primeros contactos en México fue Guillermo Rondero. Murió esa misma madrugada y fue el detonante para que se tirase de espontáneo. A Luis le cuesta hablar. Es tímido. No está acostumbrado a las entrevistas y en la conversación telefónica menciona mucho la palabra Dios. Llega de trabajar. Es ayudante de meseros. Lo hace por las tardes después de entrenar para sufragar sus gastos. Pienso que no hay que estar muy cuerdo para dejarlo todo y entregárselo a un imposible. Lo más seguro es que yo esté mal. Dicen que, para ser torero, hay que estar dispuesto a entregar tu vida completa, ¿qué no ha hecho ya lo suficiente Luis Paguay para tener una digna oportunidad?

PREGUNTA: ¿Qué te orilló a saltarte de espontáneo en la corrida de la prensa de Tlaxcala?

RESPUESTA: Mis ganas de querer ser torero y también buscar una oportunidad para hacerme un espacio en la fiesta brava de México. Además fueron importantes los sentimientos que estaba pasando por la muerte del matador Rondero al que siempre estaré agradecido por recibirme acá y que mejor que haya sido en la plaza de toros del maestro Rodolfo Rodriguez el Pana. Un torero de inspiración y que se tiró de espontáneo en muchas plazas.

P: ¿Qué pensaste antes de brincar al ruedo?

R: No pensé mucho. Solamente tenía algo, o mejor dicho me hacía falta expresarme. Quería sentirme torero sin ninguna mala intención o causar algún problema.

P: ¿Tenías claro que te ibas a cambiar al toro por la espalda o simplemente surgió?

R: No lo tenía claro. Solamente estuve observando al toro y todo se acomodó. Lo que sí tenía muy claro en la cabeza es que tenía que valer la pena. Mostrar de qué estoy hecho.

P: ¿Recuerdas lo que te dijeron los profesionales cuando te sacaron del ruedo?

R: Había muchos gritos y yo poco entendía. Estaba satisfecho por lo hecho. Solamente recuerdo que el matador Diego San Román me tranquilizaba y me dijo que la próxima semana me iba a llevar a tentar al campo. Ojalá que así sea. Le estaré muy agradecido por la oportunidad.

P: Tienes algún mensaje para la industria taurina mexicana y para los aficionados mexicanos?

R: Principalmente quiero pedir disculpas al matador Alejandro Adame por haberme brincado a su toro… y también a los matadores que torearon la corrida de la prensa. También me disculpo con los empresarios y los ganaderos y los aficionados. No quería faltares al respeto (escucho sollozos y la voz rota). A la afición taurina de Apizaco y de todo México y del mundo, muchas gracias por fijarse en mí y por el apoyo brindado. Muchas gracias.

P: ¿Quién es Luis Paguay y cuál es su intención viniendo a México?

R: Soy un chavo entusiasta y alegre que sueña con ser torero. Y mi objetivo al venirme acá a México es buscar oportunidades. Estoy intentando abrir mi camino para poder realizar mi sueño que es servir al Dios del toreo. 


Fotografías cortesía del maestro Jaime Oaxaca

Muere en accidente de trafico en México el ganadero de La Punta, Pepe Vaca

Por los años ochenta arribó a Aguascalientes Pedro Vaca Elguero, un joven muy inquieto, industrial, principalmente en la fabricación de pantalones de mezclilla. A su llegada se relacionó de inmediato con los taurinos de Aguascalientes, toda vez que era un buen aficionado práctico. 

Resultó un excelente aficionado práctico e incluso estuvo a punto de vestirse de luces. En los festivales que se hacían con mucha categoría anunciaba también a su hermano “Pepe” el cual vivía en la Ciudad de México. 

Los negocios fueron a la alza y Pedro le pidió a su hermano que se viniera a radicar a Aguascalientes para ayudarle en el crecimiento de sus negocios. Fortalecieron y lideraron sus empresas, asumiendo asimismo la dirección de Canacintra. 

Sus relaciones con Miguel Espinosa Armillita fueron extraordinarias y algún día lo motivó a adquirir la antigua Hacienda de la Punta, toda vez que soñaban en ser ganaderos. 

El inquieto empresario buscó socios entre aficionados prácticos, periodistas, y otras amistades. Adquirieron la Hacienda y desde el inicio José Ignacio Vaca Elguero mejor conocido como “Pepe” se encargó de hacerse cargo de de la incipiente ganadería. 

El arduo trabajo de refundar la ganadería LA PUNTA no fue fácil, Pepe la cargo sobre sus hombros, logrando buenos resultados y sobre todo logrando el reconocimiento como hombre honrado y trabajador de todo el medio taurino de  Aguascalientes. 

Dando la cara como el ganadero responsable de La Punta, este año lo saludamos desde el primero del año, presentando un buen encierro en Jalpa, Zac., después durante la Feria Nacional de San Marcos. 

Siempre apoyando a novilleros desde su llegada a estas tierras. Actualmente participando como directivo en la dirección de la Academia Taurina “Alfonso Ramírez El Calesero”. Hace días durante el informe de actividades ahí nos saludamos.

Sorpresivamente corrió como pólvora la lamentable noticia de que había fallecido en un accidente automovilístico en el que estuvieron involucrados 16 vehículos 

Descansa en Paz Pepe

!!!HISORIADE LA GANADERIA DE LA PUNTA

Viene ahora la interesante descripción complementaria que hizo en la década de los años 60, en el siglo XX, el escritor Agustín Linares García en su obra “Los Toros en España y México” sobre la formación de una de las ganaderías pilares en la crianza del ganado bravo en nuestro país, nos referimos a la dehesa jalisciense de La Punta.

Se efectúa la tienta por acoso y derribo en dos ‘jeep’, en igual forma se realiza a caballo en España. Fueron los hermanos Madrazo quienes primero emplearon esta forma segura y práctica de acoso. Se efectúa sobre un terreno de 1,800 metros de largo por unos 70 de ancho. Es llano, perfectamente cuidado y sirve además para el aterrizaje de aviones pesados que continuamente embarcan corridas para distintos puntos de la República Mexicana.

Con el pie de simiente de esta famosa ganadería, se han formado otras haciendas de reses bravas, que gozan de buen nombre en el país.

A causa del fallecimiento del famoso ganadero don Francisco Madrazo García Granados, acaecido en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, el 11 de febrero de 1960, heredaron la ganadería de La Punta sus hijos don Francisco y doña Carmen Madrazo Solórzano, incluyendo hierro, divisa y antigüedad.

Sería interminable la lista de toros bravos de esta vacada desde su fundación. Anotemos que continúa lidiando en las principales plazas de toros de la República Mexicana, con el beneplácito de la afición. Recordemos entonces la corrida celebrada en Monterrey, Nuevo León, el 23 de octubre de 1960, misma en la que le cortaron las orejas a los seis astados, habiendo actuado Félix Briones, el portugués Manolo Dos Santos y Joselito Huerta, quien además por su parte logró cortar una pata.

El 14 de enero de 1965 en la plaza de toros El Toreo de Cuatro Caminos, obtuvo esta famosa vacada otro grandioso triunfo, en que actuaron Luis Procuma, el rondeño Antonio Ordóñez y Joselito Huerta, en la cual el espada ibérico realizó una extraordinaria faena al toro llamado ‘Cometa’, número 17, que pesó 562 kilos, sobrepasando los 500 kilos todo el encierro. Fueron los toros al caballo, con gran pujanza, acusando raza, así como su trapío y bella estampa. Fue por cierto, la última corrida que el torero español toreo en suelo mexicano”.

Cabe señalar que La Punta debutó en El Toreo de la Condesa, de la Ciudad de México, el 10 de agosto de 1924, con una corrida mixta en la que actuaron el matador Manuel Navarro Escalante “Navarro de Brenes” y los novilleros Juan Espinosa “Armillita” y Porfirio Magaña. Y mandó al mismo coso su primera corrida formal el 23 de enero de 1927, estando en el cartel el sevillano Manuel Jiménez “Chicuelo”, el madrileño Marcial Lalanda y Emilio Méndez.

En la misma plaza de la colonia Condesa, el 27 de enero de 1935, durante la décima segunda corrida del serial mayor, el toledano Domingo Ortega, anunciado en mano a mano con el maestro Fermín Espinosa “Armillita Chico”, lidió al toro punteño “Judío”, el más pesado que se ha lidiado en la capital del país, con 803 kilos. En tanto, “Armillita Chico” le cortó el rabo a “Bordador”.

La tarde del 16 de enero de 1946, también en El Toreo de la Condesa, en la décima segunda corrida de la campaña, tuvo lugar la memorable tarde en que La Punta alcanzó un gran éxito cuando el mismo “Armillita Chico” le cortó los rabos a los toros “Consentido” “Pituso”, en tanto que Jesús Solórzano le “tumbó” un valiosa apéndice a “Batanero”, dando vuelta al ruedo con sus alternantes y el ganadero don Francisco Madrazo García Granados. Y el cordobés Manuel Rodríguez “Manolete” le cortó el rabo a “Molinero”.

El 6 de abril de 1969, en la décima segunda corrida de la Temporada Grande en la Monumental Plaza México, La Punta lidió el encierro más pesado en la historia del coso, llegando a tener un promedio de 577 kilos. En el cartel estuvieron el español Luis Segura, quien lidió al toro más pesado de esa tarde, “Tres Rayas”, con 636 kilos, Jaime Rangel y Gabino Aguilar.

«Luchando contra la bestia. El Toro en la cultura española y mediterránea», exposición en Hungría que exhibe un cuadro del maestro Fernando Botero

La última exposición de cámara de la Galería Nacional de Hungría presentará los personajes, el significado cultural y los orígenes de las corridas de toros a través de doce obras de arte seleccionadas de las colecciones del Museo de Bellas Artes. La exposición incluye objetos antiguos, pinturas, esculturas, dibujos y grabados, incluyendo obras de artistas tan destacados como Giovanni Domenico Tiepolo, Francisco de Goya, Ignacio Zuloaga y Fernando Botero.

El toro, un animal imponente con una constitución masiva, a la vez temido y venerado, ha sido un tema de culto en la civilización occidental desde la antigüedad. Los pueblos del Mediterráneo consideraban al animal como la encarnación del coraje, la violencia, la masculinidad, la virilidad y el poder real, y desempeñaba un papel especialmente significativo tanto en la vida religiosa como como animal de sacrificio en los ritos. Las deidades que aparecen bajo la apariencia de un toro o animales dotados de poderes sobrenaturales desempeñaron un papel importante en los mitos y leyendas antiguas. Las historias de la violación de Europa, el toro cretense y el Minotauro mitad humano, mitad toro a menudo aparecen en objetos rituales y obras de arte, desde la antigüedad hasta nuestros días, pasando por el arte renacentista y barroco.

La tradición taurina, que siempre ha sido controvertida , tiene vínculos más allá de España: todavía se practica en el sur de Francia, Portugal y varios países de América Latina, mientras que en Italia solo se puso fin a principios del siglo XX. La tradición de la tauromaquia, que se valora como una forma de arte independiente y como una especie de espectáculo espectacular, desarrolló su forma actual en el siglo XVIII cuando debutaron las arenas cerradas con plantas circulares y los toreros que practicaban el oficio como profesión independiente. La compleja coreografía, el simbolismo, la postura sureña, machista y el atuendo brillante del torero que atrajo a grandes multitudes proporcionaron un excelente material para los artistas, que lo inmortalizaron en una serie de grabados y pinturas. Los artistas y escritores que visitaron España consideraron y capturaron los más diversos momentos de la espectacular lucha entre el hombre y su oponente, el animal salvaje y el toro, como parte del folclore exótico. Además de representar la naturaleza pictórica del tema, algunos artistas, como Francisco de Goya, el genio definitorio del arte moderno, también expresaron la crítica social y sus pensamientos sobre la naturaleza humana en sus cuadros. Fue en su estela que los destacados artistas españoles e internacionales de los siglos XIX, XX y XXI trataron el tema de la tauromaquia y sus personajes en sus obras.

La exposición se puede ver en la sala de cámara en el primer piso de la Colección de Arte Internacional después de 1800 y está acompañada por un catálogo trilingüe (húngaro-inglés-español).

Comisaria de la exposición: Adriána Lantos, historiadora del arte

La exposición contó con el apoyo de la Embajada de España en Hungría y el Instituto Cervantes.

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Albacete se acuerda de El Cid, Adrián ,Escribano y Ureña con una sólida carteleria para septiembre

Albacete ya tiene sus carteles de septiembre, y va del 8 al 17.

No se ha olvidado del legítimo triunfador en Madrid, Fernando Adrián, del estoico Paco Ureña, del formidable Manuel Escribano y del » reaparecido» Manuel Jesús El Cid tal maltratado por muchas empresas.

No faltarán Morante, Roca, Manzanares, Talavante….

Y en cuanto a ganaderías, La Quinta, Victorino, Fuente Ymbro…

Presentación de los carteles de la Feria Taurina de Albacete 2023

LOS CARTELES

 08/09: Sergio Serrano, Fernando Adrián y José Fernando Molina (Fuente Ymbro)

– S 09/09: Novillada con picadores. Mano a mano. Manuel Caballero hijo y Samuel Navalón (Montealto)

– D 10/09: Rejones. Andy Cartagena, Diego Ventura y Lea Vicens (Los Espartales)

– L 11/09: Novillada con picadores. Alejandro Peñaranda, Nek Romero y Francisco José Mazo (El Montecillo)

– M 12/09: Miguel Ángel Perera, Juan Leal y Ginés Marín (La Palmosilla)

– X 13/09: Morante de La Puebla, José María Manzanares y Alejandro Talavante (Núñez del Cuvillo)

– J 14/09: Sebastian Castella, Emilio De Justo y Tomás Rufo (Victoriano del Río y Toros de Cortés)

– V 15/09: El Juli, Paco Ureña y Roca Rey (Daniel Ruiz)

– S 16/09: El Cid, Daniel Luque y Emilio De Justo (La Quinta)

– D 17/09: Manuel Escribano, Rubén Pinar y Sergio Serrano (Victorino Martín)

Joselito Castañeda entra en la Escuela de Madrid y tienta en «El Torreón» del maestro Rincón

Otro sueño por alcanzar. Le decimos cariñosamente «Locuras» pero es un joven cuerdo y apasionado por lo que ama, torear y hacerse matador tras un largo recorrido como novillero en Colombia.

Pue se ha ido a España y muy ilusionado me cuenta :

Novilladas Importantes en Manizales, Cali, Puente piedra, mucha provincia como Espinal en varias ocasiones, guamo en varias ocasiones, fresno, Muzo, Choachí en varias ocasiones, Arbeláez, simacota, y muchos más pueblos. 

Mucho campo, de la mano de Mondoñedo, Achury Viejo, Clara Sierra, Vista Hermosa, Guachicono, Las Ventas del Espíritu Santo.

Llegué a España el 1 de Mayo.

Hago parte de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, he estado en el campo acá en España en la ganadería del maestro Cesar Rincón, El Torreón.

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