Este viernes santo nos golpea la noticia de la muerte del ganadero Antonio Gonzalez, hijo, padre y abuelo de criadores del toro bravo . Fundó » Salento» siguiendo el cauce del Santa Coloma que con los años se adosó con el Murube.
El popular » Tuco», hijo de Ernesto Gonzalez Piedrahita deja una impronta de caballerosidad que cultivó a lo largo de su vida. No puedo menos que expresarle a su viuda, a sus hijos Antonio, Mauricio a su nieto el profundo sentimiento de hondo pesar pues gocé de su generosa amistad y consejo. Me harán falta esas conversaciones a la luz del candil en su ganadería de Salento en medio de ese paradisiaco paisaje. Cuánto lamento su partida.
En vida le tributamos en tendido7 con ocasión de los premios de nuestro portal al ilustre ganadero pues se llevó Salento el trofeo a la mejor ganadería.
Que la tierra le sea leve a nuestro amigo y pido oraciones por el sosiego de su familia ante esta pérdida.
Julián Velasco me envía esta imagen donde apare al centro don Antonio con sus dos hijos que recogieron hace varios años el testigo del abuelo y el padre.
La Ganadería Las Mercedes fue fundada por el Dr. Ernesto González Piedrahita en el año de 1946 con vacas y sementales de las Ganaderías Mexicanas de San Mateo y Torrecilla de los hermanos Antonio y Julián Llaguno. Estos dos ganaderos a su vez se iniciaron con importaciones de vacas y toros de la ganadería española del Marques de Saltillo en el año de 1908.
En 1960 el Dr. González Piedrahita realizó la primera importación de sementales del encaste Santacoloma de la Ganadería Sevillana de Don Joaquín Buendía Peña. Posteriormente en los años 70 se intercambió un semental de las Mercedes por varias vacas del encaste Murube – Santacoloma del ganadero Colombiano Ernesto Gutiérrez Arango. Este cruce ligó muy bien ya que se tienen muchos orígenes en común entre ambos encastes.
En 1978 se hizo la partición de la Ganadería Las Mercedes en dos lotes, correspondiendo uno de ellos a Antonio José González Caicedo, quien la anuncia como SALENTO, y el segundo lote que se lidia a nombre de Ernesto González Caicedo. La Ganadería de SALENTO hizo su debut en la ciudad de Bogotá el 8 de Diciembre de 1979 con los diestros Manuel Benítez El Cordobés, Julio Robles y la alternativa de Víctor Vásquez.
Actualmente Don Antonio José González Caicedo ha venido comprando semen de los sementales españoles de los encastes Santacoloma y Murube de las ganaderías de Don Joaquín Buendía y Pedro Moya el Capea. Con base a la inseminación artificial, toros indultados y la selección en la tienta de machos por su trapío y comportamiento, se han venido sacando los sementales que actualmente pastan en la Ganadería.
Luis Bolívar viajó a España donde reside y se puso en manos de especialistas para superar el problema de la rodilla derecha tras un golpetazo en el frustrado mano a mano con Juan de Castilla que el antioqueño resolvió solo porque el vallecaucano no pudo continuar tras dar un solo lance al primer toro de Mondoñedo en Marruecos, ganadería que celebró el centenario de su fundación y que hoy orienta don Gonzalo Sanz de Santamaría la cuarta generación de una familia dedicada a la crianza del toro bravo.
Luis Bolívar tiene , además, contratadas varias corridas en el Perú y ya anunció que irá a esas tierras.
El maestro César Rincón estará vinculado como comentarista en One Toro que comenzará su andadura televisiva el domingo de resurrección con la transmisión desde Sevilla.
El maestro que en los últimos años ha estado vinculado al equipo de radio de RCN en Colombia, ha participado en las emisiones de Movistar.
COMUNICADO
One Toro dio conocer un elenco entre los que se encuentran «viejos» conocidos de la época de Movistar+ como son César Rincón, Dávila Miura y Manuel Caballero.
Mundotoro TV, la nueva plataforma del universo taurino que comenzará sus emisiones el próximo domingo 9 de abril, ha revelado las personalidades que formarán su equipo de retransmisiones para la presente temporada. Como ya anunciase en su presentación, al frente del mismo se encontrará David Casas, director editorial de la plataforma y periodista taurino con más de 20 años dedicados al oficio.
Junto a David Casas, encargado de conducir las narraciones de cada uno de los festejos, se sumarán como comentaristas los toreros César Rincón, Fernando Cepeda, Manuel Caballero y Eduardo Dávila Miura para las novilladas y corridas de toros. El equipo lo completan el escritor Domingo Delgado de la Cámara y Víctor Soria, quien ejercerá las labores del callejón. Para los rejones se ha incorporado el rejoneador Rafael Peralta, con más de 40 temporadas a sus espaldas.
El nuevo equipo de Mundotoro TV debutará en la Feria de Abril, coincidiendo con el inicio oficial de las emisiones del canal el próximo Domingo de Resurrección, en la Maestranza de Sevilla. Los comentaristas de la primera retransmisión serán: David Casas, Domingo Delgado de la Cámara y Fernando Cepeda.
Domingo Delgado de la Cámara también formará parte de este selección de comentaristas que, al perecer, no tiene presencia femenina, a falta de confirmación oficial. David Casas será el máximo responsable. Resta por saber si habrá comentarios en distintos idiomas, tal y como se aseguró en la primera rueda de prensa de OneToro en el hotel Wellington de Madrid.
Vicente Zabala, agrega :
Mientrás el reloj marca inexorablemente las horas del descuento para el debut de MundotoroTV, el Domingo de Resurrección y se suceden las noticias que dan fe de su nacimiento en el filo de los «tiempos sensatos», según contaba su director de Distribución, Pablo Romero, en este medio -ni en Orange ni en Vodafone se verá de momento- y en otros -sólo en ordenadores y móviles se podrá ver-, su equipo de narración ya se ha definido, según ha podido saber EL MUNDO.
Al equipo narrativo que dirigirá David Casas, que ya se estrenó en la apertura de la temporada en Madrid junto a Domingo de la Cámara, se incorporarán César Rincón, Fernando Cepeda, Manuel Caballero y Dávila Miura.
Rincón como Caballero pertenecieron durante años al equipo de Canal Toros de Movistar Plus -el maestro bogotano también tiene una dilatada experiencia en la retransmisión de corridas por radio en Colombia- y Dávila se sumó en la última temporada como apoyo una vez que salió Cristina Sánchez. Todos rotaron en el canal temático de Movistar Plus, que siempre mantuvo durante 20 años a Emilio Muñoz, hasta que se despidió voluntariamente en la última Feria de San Miguel. La gran novedad pues, entre ex de Canal Toros, es Cepeda.
MundotoroTV hará oficial próximamente, casi de manera inmediata, las «voces toreras» de su emisiones en streaming
Nos hemos sumergido en la celebración de la Semana Santa la semana más esperada del año, cuando ciudades como Sevilla o Popayán pasean por sus calles la devoción y en muchas ocasiones se convierten en templos vivientes, por el que se puede contemplar y vivir la escenificación completa de la crónica evangélica.
Así como hoy no se entendería que el final de la Semana sagrada se solemnizara desde hace muchas décadas con la corrida extraordinaria del Domingo de Resurrección, lo mismo ocurre con la relación íntima que se produce históricamente entre el mundo taurino y el universo cofrade.
Desde el Tato a Pepe Hillo, desde Joselito El Gallo a Belmonte, desde Pepe Luis Vázquez a Antonio Ordoñez, desde la casa Miura hasta Sebastián Castella, una mayoría de hermandades sevillanas han tenido y tienen entre sus hermanos grandes –pero también a los no tan grandes– glorias del toreo, no sólo sevillano: hasta de México viene Juan Silveti.
Pasadas las hermandades de vísperas –vivero indispensable para la continuidad– la primera cofradía de la Semana, la de La Borriquita, que salió a la calle el Domingo de Ramos, cuenta con la especial querencia de muchos y variados toreros y en sus anales quedan ya los años 1992, 1993 y 1994 cuando un joven Eduardo Dávila Miura sacaba el paso como un costalero más. Por su parte, cuenta Sebastián Castella, torero francés hecho en Sevilla, que cada año sigue teniendo una emoción incluso mayor que cuando se ajusta el traje de luces, en esos momentos en los que cada Domingo de Ramos se viste la túnica y la capa de su Hermandad de la Virgen Estrella, a quien acompaña desde un anónimo lugar del cortejo.
Si se eligió para ese año, en la tarde del Martes Santo pudimos contemplar a Nuestra Señora de Gracia, más conocida por Los Javieres, con una saya de color azul pavo Cuando una la ve, revive la tarde de triunfo de Curro Romero, con cuyo traje de luces se confeccionó en el año 2.000 la vestidura.
Pero también en este día, al ver pasar por las calles de Sevilla la Hermandad de Nuestro Padre Jesús ante Anás y María Santísima del Dulce Nombre, el recuerdo se vuelve a este gran hombre de toros que es Julio Pérez “Vito”.
Pero esta relación entre los toreros y la Semana Santa de Sevilla llega a uno de sus puntos culminantes en la tarde de hoy, miércoles Santo con las hermandades de San Bernardo y El Baratillo. La dinastía de los Vázquez, una de las principales castas del toreo sevillano, siempre ha sido muy devota de la Hermandad del Cristo de la Salud y María Santísima del Refugio, San Bernardo. Manolo Vázquez fue Hermano Mayor de la Hermandad durante los años 1958 al 1964 y le regaló a la Virgen su traje de alternativa, con el que se le confeccionó una saya de color blanco que luce la Virgen en su paso, que además presenta los broches de los faldones del paso de palio que se confeccionaron con los «machos» de este traje de luces.
Pero los Vázquez no hacía más que seguir la tradición de este popular barrio, Y es que hermanos de San Bernardo fueron Joaquín Rodríguez Costillares y Francisco Arjona Herrera, “Cúchares” que murió siendo Hermano Mayor y está enterrado bajo el altar del Santísimo Cristo de la Salud. También en el siglo XIX el legendario “Tato” fue Hermano Mayor de la hermandad, a la que también perteneció José Claro “Pepete” y de la que los hermanos Manolo y Pepe Bienvenida llegaron a ser distinguidos como Hermanos mayores honorarios. Más modernamente, en su nómina de hermanos figura el torero retirado Diego Puerta.
En este Miércoles también la Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de la Piedad y María Santísima de la Caridad en su Soledad, conocida popularmente como El Baratillo, se puede contemplar una de las cofradías más “torera”. Dada la proximidad de la Capilla con el coso de la Real Maestranza de Caballería, a cuyos muros está adosada, antiguamente antes de la lidia los toreros solían encomendarse a la Virgen de la Caridad, que además es, desde 1939, Patrona de la Vejez del Torero. En este año, además, estrenarán una saya con un vestido azul marino y oro que donó Morante de la Puebla.
Ejemplo también de esta unión histórica, esta hermandad tiene Carta de Hermandad con la corporación de los Maestrantes desde 1992 oficialmente, aunque ambas instituciones han estado hermanadas desde hace siglos. Por eso, no es casualidad que uno de los guiones que salen en el cortejo cofrade corresponda a los Maestrantes del coso.
Pero es que, además, el siempre cuidado albero de la Maestranza es estrenado cada año en esta tarde del Miércoles por los nazarenos de la cofradía, pues en ese espacio se forma el numeroso cortejo de nazarenos para salir en procesión. Asimismo, se mantiene la costumbre de que la misa previa al desfile procesional se oficie en la propia capilla de de la Plaza, en una de cuyas paredes se puede contemplar un azulejo con la imagen de María Santísima de la Caridad.
Como una muestra de esta unión con todo lo taurino, el Baratillo estrenó en 2002 un llamador esencialmente taurino. Se trata de un llamador del paso sobre el que reposan dos ángeles que sujetan un capote de paseo que tiene grabado en su centro la insignia de la Hermandad. Además, el ángel de la derecha lleva en la cabeza una montera. La pieza, preciosa obra del orfebre Marmolejo y donado por un hermano, contiene unos siete kilos de plata.
Entre los diestros sevillanos que fueron hermanos, destaca la devoción de “Pepe Hillo”, quien donó el 17 de abril de 1774 la imagen del Patriarca Bendito Señor San José, para su colocación en el mismo altar en que hoy se venera, y que después se incorporó como titular de esta Hermandad. En la actualidad, toreros hermanos del Baratillo recordamos a Manuel Jesús El Cid o a Morante de la Puebla, entre otros. Por otro lado, se cuenta que Manuel Álvarez El Andaluz, hermano del Baratillo, regaló una saya a la Virgen de la Caridad. Y desde México el maestro Juan Silveti suele venir todos los años a Sevilla para salir con su hermandad.
Y como no podía ser de otra manera, en la Madrugada del Jueves al Viernes Santo, cuando las dos Esperanzas de Sevilla salen a la calle, un amplio rosario de toreros están debajo del antifaz de distintas hermandades. La dinastía de los Ordóñez, con Antonio Ordóñez –Hermano Mayor de Hermandad de la Esperanza de Triana desde 1978 hasta 1982–, con Paquirri –quien se “metió” debajo del paso para salir de costalero, como uno de sus hijos–, y con Francisco Rivera Ordóñez –que ha sido miembro de su Junta de Gobierno–, ha estado muy ligada a la Hermandad del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Esperanza., a la que también pertenece el torero trianero Emilio Muñoz, que en alguna ocasión ha salido como costalero.
Antonio Ordóñez, además, fue Hermano Mayor de otra hermandad fundamental en la Semana Santa sevillana: la de la Soledad de San Lorenzo. A ella también pertenece su hermano Alfonso, hoy asesor taurino en la Real Maestranza. En la historia soleana consta como Ordoñez trajo, en época de restricciones en el comercio entre países, hasta Sevilla camuflado en el esportón de sus avíos de torear los metros necesarios de terciopelo de Lyon necesarios para confeccionar un manto para la Virgen, que casi todos los años podemos contemplar en la tarde del Sábado Santo en su salida procesional. Pero antes, a esta Hermandad estuvo muy ligada la familia de José Gómez, Joselito. Se cuenta que un año, a comienzos del siglo XX, esta Hermandad modificó el itinerario de regreso a su templo para poder pasar por la puerta de la Casa de Joselito, para que la Señora Gabriela pudiera rezar ante su Virgen.
La Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena, La Macarena, tiene entre sus hermanos a diversos y populares matadores de toros: los Martín Vázquez o Andrés Luque Gago, por ejemplo. Conocida era la devoción que a La Macarena tenía Joselito El Gallo, que cuando se produjo la tarde fatídica de Talavera era miembro de la Junta de Gobierno. Conocidas las famosas esmeraldas o malaquitas, un regalo del toro y que cada madrugada van prendidas en el pecho de la Virgen, que aparecen además junto a la pluma de oro que Sevilla regaló al canónigo Muñoz y Pabón. Este canónigo, excelente escritos, muy conocido popularmente por la defensa que hizo para que de los funerales por Joselito El Gallo se oficiaran en la catedral de Sevilla, que si hasta entonces era honor sólo para príncipes y casas reinantes, a partir de aquel año fue honor compartido con quien definió como “príncipe del toreo” por decisión del pueblo. Célebre es, por lo demás, la bellísima fotografía de la Macarena vestida de luto riguroso a la muerte de Joselito, por una decisión llena de sensibilidad de su Junta de Gobierno de la Hermandad.
Otro torero, pariente además de Gallito, Ignacio Sánchez Mejías llevó la Cruz de Guía de la cofradía macarena durante muchos años. Los ganaderos José Luis de Pablo-Romero y Eduardo Miura ostentaron el título de Hermano Mayor de La Macarena. Hoy entre otros miembros de la Casa Miura, Dávila Miura es uno de sus más de tres mil hermanos: lo fue desde el día en que nació. Y un detalle: el compositor Abel Moreno le dedicó un pasodoble a este torero y en la composición lleva sones de la marcha “Macarena”.
Otra hermandad de Sevilla a la que pertenecieron muchos toreros es la del Gran Poder: El Gordito, Chicuelo, Luis Fuentes Bejarano, Cayetano El Niño de la Palma (hijo), Rafael Ortega Gallito, amortajado con la túnica de la Hermandad,… En las dependencias de la Basílica del Señor del Gran Poder todavía hoy puede contemplarse la Oreja de Oro que el torero sevillano Joaquín Rodríguez “Cagancho” consiguió en una de sus temporadas en México.
Pero si Joselito se identificó siempre con la Macarena, Juan Belmonte sintió especial pasión por la hermandad de El Cachorro, a la que también están ligados Tomás y José Antonio Campuzano.
No es más que una relación, que aún siendo larga en la práctica es corta, si es que se quisiera ir apuntando toda la numerosísima presencia del mundo del toreo en esta singular semana sevillana, en la que sus calles se convierten en templos y en el que vida discurre entre el olor a incienso y laos armoniosos sones de las marchas procesionales.
Taurología
Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio «Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros».
( En la imagen, el genio de Málaga con el maestro Pepe Cáceres en su etapa española )
Auna edad muy temprana, el padre de Pablo Picasso cultivaría en su hijo una ferviente pasión por las corridas de toros en las plazas malagueñas y de La Coruña. Sin llegar nunca a practicarla, la tauromaquia se convertiría en más que una afición para el artista, y a lo largo de su trayectoria se erigiría como uno de sus principales motivos pictóricos.
Desde su óleo a los nueve años El picador amarillo (1890), uno de los primeros cuadros que se conocen del pintor, que los protagonistas de esta tradición española aparecerán representados en pinturas, platos, obras de cerámica, grabados, esculturas y dibujos. A través de las diferentes épocas artísticas, el toro picassiano servirá como alter ego del artista y representación de la virilidad española, al mismo tiempo que una alegoría de la lucha dramática entre la vida y la muerte. Más tarde, este simbolismo también se verá reflejado en la figura del minotauro.
A partir de una revisión biográfica, podemos realizar un breve recorrido por sus obras taurinas más destacadas:
Años de formación y pasión por el toro
Como hemos mencionado antes, desde bien pequeño su padre lo llevaría asiduamente a la plaza de toros de “La Malagueta”, despertando en Picasso una de sus más grandes aficiones. En sus primeros apuntes y bocetos que retratan la fiesta taurina ya vemos la rápida consolidación de su pincelada, además de los juegos de luz y composición. Toro y torero asumirán ambos papeles de víctima y matador en varias de sus obras, mientras que el simbolismo de la tauromaquia en sí poco a poco se irá asociando a la violencia y el erotismo, dos de las pasiones que mejor retrataban el temperamento del pintor.
Al mudarse a Barcelona en 1895, la ciudad le brindaría otros intereses artísticos que le apartarán temporalmente de su amor taurino, aunque entre algunas de sus pinturas vemos plazas de toros con una marcada influencia de los pintores del modernismo catalán, tales como Marià Fortuny o Ramon Casas. Goya también será una de sus mayores influencias, sobre todo durante su estancia en Madrid (1897-1898), pero de vuelta a Barcelona en 1899 el toreo ganaría un nuevo impulso en su producción y en ese mismo año realizaría su primer grabado, El zurdo.
El Zurdo, Pablo Picasso, 1899. Imagen: Museu Picasso de Barcelona
La tauromaquia en las primeras vanguardias
A partir de su etapa azul, el mundo taurino quedaría relegado a un segundo término y aparecería ocasionalmente en alguna de sus obras. Torero y caballo se convertirían en símbolos de una tragedia dramática, ante los ojos de un público apático y mudo. Por otra parte, el Picasso con más sentido del humor retrataría a sus amigos más allegados de Barcelona (y a él mismo) como toreros.
Una vez inmerso en el mundo de las vanguardias y el cubismo, los retratos, bodegones e instrumentos musicales cobraran el papel protagonista. Sin embargo, a mediados de 1911 y 1913 algunos elementos secundarios como letras, palabras o símbolos intercalados dentro del cuadro cubista harán un especial guiño a las corridas del sur francés, como El aficionado. En 1917, de nuevo en Barcelona, dibujará el famoso Caballo corneado, metáfora del sufrimiento y de una muerte dolorosa, inevitable e inminente. Este tipo de dibujos se repetirán a lo largo de la próxima década, como Toro atacando un caballo, cada vez más sanguinarios y con matices sexuales.
Expresionismo y minotauros
La llegada del fascismo y los trágicos acontecimientos de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial desatarán en sus toros unas formas tortuosas y desfiguradas que acentúan la sensación de angustia, miedo y muerte. Esta crisis emocional se verá agravada por la aparición de la joven Marie-Thérèse, con quien mantendrá una aventura amorosa a la sombra de su matrimonio con Olga Khokhlova, que llegará a su ruptura en 1935. En esta etapa expresionista las tauromaquias son más salvajes y desgarradas, donde toro y caballo (símbolos del hombre y la mujer) se enfrentan en una lucha a muerte donde el resultado siempre es violento y melodramático. Esta violencia desenfrenada llegará a su zenit con su obra cumbre El Guernica, donde el toro y el caballo ocupan un espacio central dentro del cuadro.
Poco después Picasso apostaría por trasladar el imaginario simbólico del toro a la figura mitológica del minotauro. En 1933 se encargaría de la portada de la revista surrealista Minotaure y llevaría a cabo 11 láminas de aguafuertes con esa misma figura dentro de la colección Suite Vollard, en las que destacan los cuatro minotauros ciegos y abatidos. Dos años más tarde, su grabado la Minotauromaquia recibiría el reconocimiento internacional; en él se refleja una relación amorosa violenta entre el animal destructivo y libidinoso del minotauro y una joven indefensa, probablemente Marie-Thérèse.
La Tauromaquia o el arte de torear, de José Delgado
En las próximas décadas las corridas aparecerían relativamente poco en sus pinturas y cerámicas, a pesar de ir a verlas de forma concurrida y hacerse amigo cercano de algunos toreros de gran fama. No será hasta sus últimos años, concretamente en 1956, que decidirá retomar una negociación con el editor Gustau Gili Roig que se remontaba a 1928. Se trataba de la ilustración en la editorial La Cometa del tratado de 1796 La Tauromaquia o el arte de torear, de José Delgado, más conocido como el torero Pepe-Hillo, un texto de referencia del arte taurino.
Usaría una técnica de punta seca para la portada y llevaría a cabo 26 aguatintas al azúcar que destacan por las manchas de tinta que forman sombras chinescas y que recuerdan al arte de estilo japonés. En ellas, Picasso escenifica diferentes momentos del arte taurino de aquellos años, captando el movimiento con vivacidad pero desde un plano objetivo. También se le añaden a esta edición dos estampas de picadores y 10 fotografías de David Douglas Duncan que plasman el proceso de la obra. En 1960 se venderían todas las ediciones en la sala Gaspar de Barcelona, pero las planchas originales se conservan todavía en el Museo Picasso de la misma ciudad.
La Tauromaquia, Pablo Picasso, 1959. Imagen: Museu Picasso de Barcelona
Esperemos que les haya gustado este artículo sobre esta interesante faceta del autor y que también les haya servido para disfrutar aún más de sus cuadros.
Recostado en un capote de paseo morado y acompañado de jóvenes alumnos de la escuela taurina de Madrid vestidos de corto. Así salió el Viernes de Dolores por las calles del barrio de las Letras el Cristo de los Toreros, en un vía crucis que no se hacía desde 1957.
La archicofradía de Jesús de Medinaceli ha retomado este 2023 una tradición que nació en 1943 de la mano de la ya extinta Hermandad de los Toreros. Sus hermanos mayores, Domingo Ortega y Luis Miguel Dominguín, fueron los promotores de la salida de esta talla, obra de Rafael García Irurozqui y cuya casa es el convento de los hermanos capuchinos de Jesús de Medinaceli.
«Fue súper emocionante», señala Miguel Ángel Izquierdo, vicehermano mayor de la archicofradía, que destaca el respeto y el silencio que se vivió en las calles a pesar de ser una zona habitualmente bulliciosa. Además, subraya la belleza de la novena estación ante el convento de las trinitarias, que se asomaron a las ventanas enrejadas para rezar ante el Cristo.
En el vía crucis participaron además 30 damas de mantilla y seis alumnos de la Escuela José Cubero Yiyo, con su director José Pedro Prados El Fundi al frente. También estuvo presente Miguel Abellán, director del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, organismo del que depende la escuela.
Levantarse otra vez
Fernando Díaz, de 13 años, fue uno de los alumnos participantes. Se situó a los pies del Cristo, a su derecha, con traje campero de chaquetilla roja. A Fernando la afición le entró por las capeas que organizaban en su colegio. Cogió su primera muleta a los 4 años y a los 6 ya se puso delante de una becerrita. Ese mismo año entró en la escuela taurina, que entonces estaba en Las Ventas —ahora en la Casa de Campo—. «En su día fui el alumno más pequeño», revela.
Acude los lunes, miércoles, viernes y sábados, de 17:00 a 20:00 horas, aunque «los estudios son lo primero, ya me lo dicen mis padres». Mucha perseverancia y compromiso para este joven al que le gustan «todos los toreros» porque «todos transmiten algo: Morante, mucho arte; El Juli, mucho oficio y concentración; Roca Rey, mucho valor…».
Cuando su maestro les envió un mensaje para contarles que podían ir a acompañar al Cristo de los Toreros en el vía crucis, Fernando no se lo pensó mucho. «Soy bastante cristiano y me gusta mucho seguir al Señor», afirma con sencillez y rotundidad a la vez, así que se apuntó «porque me pareció una idea buenísima».
El recorrido por las calles de Madrid lo vivió con mucha intensidad, aunque hay una estación que a Fernando siempre le interpela de un modo especial: la novena, cuando Jesús cae por tercera vez. Precisamente la que se rezó ante las trinitarias. «Levantarse otra vez tiene mucho mérito», destaca el chaval, que lleva a su vida esta enseñanza de Jesús. «Imagínese que empiezo a estar muchas tardes mal, una detrás de otra, pues tener la fortaleza suficiente para decir “aquí estoy yo”, para superar los retos, tiene mucho mérito».
Teniendo en cuenta, además, todo lo que el propio Jesucristo hizo por la Humanidad, que a Fernando le llega con toda su crudeza en la undécima estación cuando, habiendo ya perdido «casi toda la sangre de su cuerpo», es clavado en la cruz.
Además de «cosas personales», el joven le pidió ese día al Cristo de los Toreros por toda la «gente pobre que hay en el mundo» y por la guerra de Ucrania, para «que se arregle un poco», nos dice.
En la tauromaquia me atrapó la fe del converso. No pisé Las Ventas hasta mis 26, a ver una corrida me refiero, a conciertos mucho antes, muy a pesar de haber correteado sus calles, de haber ido al colegio bien cerca y de haber espiado a Joaquín Vidal escribir en la garita del Garaje Roma.
No me di cuenta tampoco de cómo aquella primera corrida iniciática de Miuras habría de cambiar mi vida. Hoy siento que aquellas tardes eternas, cuando el tiempo transcurría lento, con mi abuela Encarna viendo corridas frente a la televisión dejaron poso en mí. No olvidaré nunca tampoco la primera vez que vi una televisión a color en la planta de electrodomésticos de El Corte Inglés de Goya con una corrida en pantalla. ¡Cómo brillaba aquel traje de luces!
El periódico de toros y toreros Minotauro, editado por la Peña Antoñete a la que pertenezco, ha publicado en su número 18 un Manifiesto en portada con 10 puntos en defensa de la tauromaquia. Basado en su argumentario, me sumo a continuación con mis pequeñas razones, que son íntimas, muy íntimas y con las que no pretendo nada más que contagiar mi compromiso con la fiesta al hilo del pensamiento de Joaquín Sabina (74 años): “lo bueno de los antitaurinos es que tienen razón”.
1.-Vivo la tauromaquia como un arte transgresor. Y así lo vieron muchos artistas e intelectuales de izquierdas en los noventa, cuando el pensamiento progresista llenaba las plazas. No andamos sobrados de transgresión en esta sociedad pacata, encogida por el tribunal popular de las redes sociales. Los toros son incómodos y salir de nuestra zona de confort nos hace mejores.
2.- Me apasionan las reglas escritas que rigen desde hace cientos de años la tauromaquia. A pesar de mi afición, aún no conozco todos los pases, ni todas las reglas, ni tampoco todos los pelajes. Me los estudio cada primavera y se me escurren cada otoño. En mi biblioteca reposa el Cossio completo, y también el de bolsillo, y lo frecuento con gozo, sin vergüenza.
3.-Nunca he sentido los toros como una matanza. Creo que solo tiene derecho a matar al toro el que arriesga su vida, pero debe matarlo con arte porque si no lo que le espera es el deshonor. Los toros escandalizan a muchos porque reivindican la liturgia y el rito en una sociedad que nunca como ahora fue tan pagana. Desgraciadamente el rito se considera ahora territorio del pensamiento conservador y los toros se politizan hacia la derecha cuando la fiesta es del pueblo, es de todos. De todos los que quieran participar en la fiesta. Sin obligación alguna de hacerlo. A nadie se le ocurriría organizar las fiestas de su pueblo solo para los que piensan de una manera. La tauromaquia es fruto de una cultura ancestral cuando la derecha o la izquierda ni siquiera habían nacido.
4.-Sufro cuando veo al toro morir. No soy insensible a su sufrimiento. El protagonista de la fiesta es el toro. Sin él no hay fiesta. Por muchas corridas que vea sigo impresionado por eso. Que se trata de una raza única que desaparecería si no existiese la tauromaquia, y de lo que afectaría a la sostenibilidad de las dehesas, se ha hablado hasta la saciedad.
5.-Cuando voy a la plaza veo que allí se exhibe todo lo que somos: el éxito, el drama, la muerte, la gloria, el poder, el sexo, la ambición, la historia… por dar solo algunas pinceladas. No existe en el mundo un rito tan exigente y extremo, por eso el que ve sólo un espectáculo sangriento, en mi opinión, se queda en la espuma. No es posible entender la fiesta si solo vas una vez a la plaza. Podría suceder que te pellizcase la emoción, pero para entenderla hay que estudiar. Como le pasa al flamenco. Si el que se acerca profundiza observará rigor, estética, autocontrol…
6.-Crecí con el punk, con la Movida, con la música y las artes como arietes de la contracultura. Crecí cuestionando el sistema, con la objeción de conciencia, con el no a la OTAN, que hoy parece sí mayúsculo. Hoy los toros son más contracultura que cultura. Hace años que les toca ir en contra de la cultura establecida por eso hay que defenderlos. Me encanta ver cómo vuelven los chavales a las plazas, como lo hicieron los de la Movida para arrebatarle la fiesta a los del régimen. Pronto a la tauromaquia la abrazarán las nuevas generaciones, que necesitan descubrir y hacer suya la fiesta, como siempre pasó. Anhelo con esperanza que alguno de mis hijos se aficione. Ya los llevé a los San Fermines, y entre La Chica Ye Ye y los pases del torero se comieron el bocata, y fue uno de los días más felices.
7.-Siento que los toros están muy mal explicados y, como mi oficio es el periodismo, me entran ganas de contarlos. Hemos perdido la buena tradición de periodismo taurino -algunos buenos hay, claro, pero pocos- y de revistas y de cronistas.
¡Qué gran oportunidad tenemos en la tauromaquia los que nos dedicamos a contar historias! ¿Se han fijado en cómo muchos medios hacen luz de gas a la fiesta y sin embargo promueven conductas sociales aberrantes, con programas indignos y divulgando basura a raudales?
Conviene no confundir lo arcaico del negocio de toreo con el arte de torear. Necesitamos urgente una revitalización de todo lo que rodea a la tauromaquia. Igual que es urgente despolitizarla. El PSOE debería abrazar la tauromaquia como lo hizo en los ochenta y los noventa. Haber renunciado a los toros por miedo a perder votos, en defensa de un animalismo esclerótico, le aleja de la sociedad, y por tanto de sus votantes. Lo saben pero no se atreven a cambiarlo. Es muy parecido a lo que sucede con la bandera de España, si es una representación de todos ¿por qué dejamos que solo la usen algunos?
8.-Cuando voy a la Plaza es lo más cerca que estoy de la muerte en el día a día. La muerte es el centro de gravedad de la tauromaquia. Empeñados como estamos en sacar la muerte de la vida, de la que no se habla y que se destierra lo más pronto posible cuando aparece, la muerte en los toros parece el último reducto a arrinconar. La defensa de la tauromaquia en Francia, siempre tan hábil para apropiarse de la cultura, para los franceses Picasso era francés y a Almodóvar poco le falta, debería hacernos pensar sobre nuestros complejos. Los toros son en el siglo XXI un anti valor y eso nos empuja a una sociedad más plural.
9.-Mi formación cultural aumenta y mejora con los toros. Los toros son cultura y nadie en una sociedad libre debería decir lo que es cultura y lo que no. Por supuesto que no voy a la plaza a ver sufrir al animal sino a ver a un hombre enfrentarse a su destino y resolverlo de manera artística. Me siento aficionado, pertenezco a “la Afición”, porque formo parte de la comunidad que asiste al ritual taurino. Los aficionados somos muy diferentes entre si, no comulgo con muchos de los gritos que se escuchan en Las Ventas, ni fumo puros, ni tengo un loden, pero nos une la pasión por el toro.
10.-No me siento inhumano por ser aficionado. No soy una persona violenta ¿Los intentos repetidos de prohibir la tauromaquia responden a la idea de potenciar nuestra humanidad o más bien a la resistencia de asumir nuestra existencia trágica?
11.-Entiendo que los toros escandalizan a muchos porque ponen la muerte del animal en primer plano, pero no de manera gratuita, sino exigiéndole al torero un compromiso y la entrega de su vida cada tarde. Escandalizar ha sido siempre uno de los mecanismos de agitación en la sociedad, y por supuesto, en el arte.
12.-Creo que el toro, como protagonista principal de la fiesta, tiene derechos. Me indigna cuando no se le respeta. Me enfada y protesto. Estoy absolutamente de acuerdo con la abolición del maltrato del toro fuera de la plaza. El toro tiene el derecho a ser respetado en la plaza, sin el maltrato de la cuadrilla con comportamientos degradantes al animal si la faena se salta las reglas.
13.-Todo mi respeto ante los toreros que deciden enfrentarse a dos tipos de muerte: la real, física, y la de su vergüenza torera. La segunda es en ocasiones mucho peor porque entierra al hombre en vida. El honor como valor ha sido arrinconado por nuestra sociedad digital. El torero es un hombre de honor y eso nos choca en estos tiempos de fama efímera. El torero, dijo el pintor Ramón Gaya, “torea por todos nosotros” y yo cuando voy a la plaza lo siento así, también cuando fracasa.
14.-No me siento activista yendo a los toros. Voy de fiesta. A aprender. Me dejo llevar por la vida. Entiendo que los toros se han desenganchado de la sociedad, pero también encuentro en ir a la plaza otro enganche, con mis mayores, con otros que no son como yo. Con gente de la que aprendo escuchándoles en el tendido del 10 o en Los Timbales después de la corrida.
15.-Cuando voy a los toros siento que el tiempo se detiene y que nuestra obsesión por consumir más, producir más, ganar más dinero, o vivir a toda prisa se vuelve ridícula. Me incomodan los abolicionistas porque creo que prohibir nos empobrece, pero los respeto.
¿Quién decide lo que conviene y lo que no? ¿Y con qué objetivos?
Por último, ante un artículo que podría ser infinito, recomiendo algunas lecturas que me han ayudado a entender, un poco, porque cuanto más leo menos sé la tauromaquia. Algunas son acérrimas contrarias a la fiesta: Antitauromaquia de Manuel Vicent y El Roto (Random House); El fin de la fiesta: Por qué la tauromaquia es un escándalo… y hay que salvarla (Debate), de Rubén Amón; Los Toros, de José María Cossio, edición abreviada (Espasa); Crónicas Taurinas, de Joaquín Vidal (Aguilar); La pierna del Tato, de William Lyon (Ediciones El País); Juncal, de Jaime de Armiñán (Fulgencio Pimentel); Taurinismo y Antitaurinismo. Un debate histórico, de Beatriz Badorrey (Cátedra). «Ya nadie dice la verdad». Diálogos íntimos del toreo: Diálogos íntimos del toreo”, de Vicente Zabala y José Ayma (El Paseillo); Diálogo con Navegante, Mario Vargas Llosa. Y tantos otros.
DAVID MARTÍNEZ, torero vallecaucano de origen bogotano, es el maestro de tauromaquia de la Escuela de Formación Taurina de la ciudad de Huamachuco nos cuenta Perú Toros.
David decidió marchar con su padre Humberto (por cierto es un gran artista artesano que elabora monteras y capotes de gran calidad )al Perú tras ver que las puertas de su país se le cerraban y no lo tomaron en cuenta. El considera que tiene méritos para integrar los carteles y le dolió que en su tierra, Cali, ni siquiera lo llamaron para conversar de una eventual inclusión en la feria que nunca se dio.
Ciudad capital de la provincia de Sánchez Carrión (Región La Libertad), a partir de hoy cuenta con una Escuela de Formación Taurina, que funcionará de manera ininterrumpida en los interiores de la Monumental Plaza de Toros Huamachuco.
Los aficionados hicieron posible la presencia del matador de toros David Martínez y le encargaron la dirección de la enseñanza del arte de torear a decenas de adolescentes que sueñan ser toreros.
El acto inaugural contó con la presencia de un representante edil, aficionados y 15 niños y adolescentes que se inscribieron en esta primera etapa.
¡¡Mucha suerte al diestro colombiano y los estudiantes de este bello arte!!