Autor: Guillermo Rodríguez

El Covid19 se lleva al maestro Mario Coelho

El maestro Mario Coelho, a la izquierda acompañado de su esposa y el duque de Braganca
El torero portugués acompañado de Mario Moreno «Cantinflas». Imagen posible gracias a don Eugénio Eiroa Franco.

Ha partido el maestro Mario Coelho, uno de los grandes toreros portugueses, nacido en Vila Franca de Xira a unos kilómetros de Lisboa donde vio la luz otro grande, contemporáneo nuestro, el maestro Victor mendes.

El Covid19 se ha llevado a este exquisito torero. Contaba con 81 años.

«La Fiesta está de luto… Ha muerto el matador Mario Coelho víctima del maldito virus…», escribía Murteira Grave en el perfil de su twitter. Precisamente con esta ganadería fue su debut en Las Ventas en 1967.

«Lamento contarles que ha muerto un hermano mayor del toreo portugués», dijo en su cuenta de twiter Victor Mendes.

 Formó parte, entre otros, de las cuadrillas de Diamantino Vizeu, Manolo dos Santos, El Viti, Francisco Corpas y Andrés Vázquez, con quien brilló enormemente.

Tomó la alternativa en Badajoz, en 1967, con Julio Aparicio que lo apadrinó y en presencia del Pireo. El toro de la ceremonia se llamaba «Granjero», de Sánchez Rico. La confirmó el 14 de mayo de 1980, con toros de Cortijoliva y de manos de Frascuelo, en un cartel del que formaron parte los rejoneadores Ángel Peralta y Joao Moura. Tras banderillear, le obligaron a dar la vuelta al ruedo, como recuerda «Aplausos».

Su última aparición pública fue el pasado 29 de febrero en la presentación de un libro sobre su figura que se enmarcó dentro de los actos programados con motivo del Día de la Tauromaquia en Campo Pequeno.

¿Por qué muere el toro de lidia?

¿Por qué muere el toro de lidia?. Una de las cantinelas de los anti taurinos es que la corrida se puede dar pero sin muerte. Se niegan a ver la muerte, a encararla en toda su dimensión y que muera, sí, agregan pero en un corral, adentro, sin que casi nadie lo vea, «lejos de mi vista».

Sí, en la corrida el toro muere. O no, pues si se indulta será semental.

¿Saben cuántos animales mueren en el mundo? 700 millones. Muchos para consumo de los humanos. Esto significa que cada segundo mueren 26 animales. El toro muere, es verdad. No lo negamos. Pero por ese toro que muere, aunque no lo crean los animalistas, el toro bravo vive.

El problema no es que muera al toro sino que se vea, dice el colega Chapu Apaolaza.

El animalismo es una corriente ideológica que se opone al uso de los animales por el ser humano, vestimenta, investigación, nuestro alimento, o entretenimiento. Y equiparan los derechos entre animales que tienen la capacidad de sentir , es decir entre animales que son humanos y no humanos.

Hoy, los veganos, describen como ética a la carne artificial y denuncian que comer carne no es bueno porque es malo para la salud y dañino para el medio ambiente o porque en realidad está siendo cruel con unos animales sobre los que no tenemos ningún derecho los humanos.

Y California prohibe el Foie y en instagram censuraron un cocido de pulpo gallego por criminal. Tesla prohíbe la piel en los vehículos y piden reemplazarlo por plástico es más destructivo para el medio ambiente.

Y unos animalistas radicales piden separar gallos de gallinas para que no las violen.

Como es sabido, el sacrificio del animal constituye uno de los actos esenciales del culto en numerosas religiones y la corrida consistiría en la realización colectiva de un rito profano cuya.

Finalidad sería el sacrificio del toro.

Señala el filósofo francés Francis Wolff :

El Hombre es siempre el mismo, como el Animal, como el ritual. Pero en cada combate todo vuelve a empezar, todo es nuevo, diferente y singular siguiendo una temporalidad lineal, como la de toda vida singular, como el orden irreversible de toda gesta heroica.

Para que se pueda hablar de sacrificio es necesario por una parte que exista la práctica de un ritual y por otra, que su finalidad sea la inmolación pública de un animal.

Ahora bien, de todos los espectáculos modernos la corrida es, sin duda, el más obsesivamente ritualizado, constituyendo el paseíllo su arquetipo Toro-víctima o toro-luchador, tras estos dos conceptos hay dos maneras de ver el toro: el Otro absoluto del Hombre o el eterno Igual.

Corrida-sacrificio o corrida-combate son dos concepciones eternamente opuestas: de un lado, el gran ritual de la comunión pagana y de otro, el gran espectáculo de la fiesta brava.

O si se prefiere, la tragedia mística de un lado y la epopeya triunfadora del otro. Es decir, en el fondo: Belmonte o Joselito.

Enérgica respuesta del sector taurino al esperpéntico Acuerdo 013 firmado por la alcaldesa de Bogotá. ¡Basta ya!

«Nos cansamos del maltrato y vamos a responder contundentemente dentro de la Ley. Somos pacíficos pero no tontos», expresó de manera enérgica don Alberto Cediel, empresario de La Santamaría, plaza en la que con el Acuerdo 013 del Concejo de Bogotá hace prácticamente inviable realizar las corridas.

En entrevista con Tendido7, el abogado, torero, ganadero y piloto, Alberto Cediel, dijo que se está planteando con el sector agrario, el lechero y el cárnico, un paro nacional como respuesta del campo al infamante trato de la autoridades capitalinas que pretenden acabar de un tajo la tauromaquia.

Convocó a los amigos de la fiesta a un firmatón, y a comprometerse en la defensa de nuestra cultura, de las tradiciones y por el respeto a la diferencia.

Quienes gobiernan hoy en Bogotá son peligrosos pues buscan el pensamiento único y totalitario, y quienes no estamos de acuerdo con ellos, nos marginan y no excluyen.

El Acuerdo

El Acuerdo prohíbe la suerte de varas, de banderillas y el uso de la espada, limita el número de festejos, aumenta los impuestos e impone una serie de restricciones que hace imposible dar corridas en La Santamaría inaugurada en 1931.

A mas de que estamos trabajando jurídicamente para impugnar el Acuerdo, vamos a dejar atrás el silencio para hacernos oír, con respeto pero con firmeza.

Este país tiene que saber la importancia, el valor espiritual y moral del sector agrario en una sociedad de iguales que mira por encima del hombro a los hombres y mujeres del campo.

«Basta ya», proclamó el señor Cediel.

Se abre la batalla jurídica

Se abre la batalla jurídica. La alcaldesa de Bogotá nos ha retado de manera agresiva y temeraria. Se lo expreso con todos los respetos pero ella o sus asesores jurídicos le debieron advertir que si firmaba como lo hizo el rocambolesco Acuerdo 013 del Concejo de Bogotá, asumido en una delirante sesión virtual cuando el 9 de junio la pandemia asolaba de muerte y destrucción en Colombia y la ciudad que le encargó por 4 años de la alcaldía se movía entre muertos, y tristezas por el Covid19.

Pero, !ala!!, vamos a acabar con el toreo, ese es el problema (cómo no, señores concejales. Equivocados están), vamos a extinguir al toro bravo y decimos que defendemos al toro, (lo proclamaron en esa embriaguez de odio contra la fiesta en aquella tarde malhadada en el seno de un Concejo integrado por malquerientes ofensivos hacia una fiesta que desconocen en su rica historia, en lo que representa ese toro como guardián del ecosistema).

Un concejal espetó sin que se le moviera un pelo: maldita herencia!!!.

Desde hace varias semanas un grupo de juristas está estudiando el Acuerdo plagado de excesos y cruzando la línea roja que jamás debieron transitar los concejales al tocar las puertas de la Ley 916, de los pronunciamientos de la Corte Constitucional a mas de imponer tributos discriminatorios al toreo que no pueden gravar un espectáculo solo porque el toreo no es de su agrado a estos mal llamados representantes de la sociedad.

Nuestros abogados presentarán los recursos necesarios y oportunos.

El toreo nos ha enseñado el temple, la distancia, la elegancia, el valor, y con esos elementos y otro mas, claro, vamos a los tribunales a dirimir, con altura, con argumentos, no con consejas o supuestos.

Somos una minoría que merece respeto, ciudadanos a quienes se nos debe un trato digno de los gobernantes. Jamás se me ocurrirá denigrar o atropellar los derechos de la alcaldesa a amar a otra mujer. Ni de persona alguna. No sería noble de mi parte. Pero exijo, con la cabeza en alto, que respeten nuestra cultura.

Usted, señora Claudia López, se formó en el Externado, la universidad de Fernando Hinestrosa que nos enseñó a respetar no solo el derecho, sino al otro, justamente en su diferencia. Porque esa diferencia es lo que enriquece una sociedad. O Usted no iba a clase o jamás entendió la formación que se le dio o lo guardó en el armario.

De momento los animalistas se frotan las manos. Que gocen, La última palabra no se ha pronunciado. Tiempo al tiempo.

Y la alcaldesa firmó

Firmado el Acuerdo 013 del Concejo por la alcaldesa de Bogotá sobre la prohibición de las corridas; que los concejales llaman eufemísticamente desincentivar la tauromaquia. Los juristas expertos preparan las demandas contra la decisión del cabildo capitalino.

Era previsible (no sabíamos cuándo), que la alcaldesa Claudia López enredada en una de las etapas más críticas de la historia de la ciudad y rodeada de fantasmas.

Contratos poco transparentes, contradicciones en su quehacer de gobernante, actitudes desobligantes con funcionarios de su administración y una ciudad asolada por el desorden, la inseguridad manifiesta y agobiante, la ausencia de un norte en cuanto a las medidas por adoptar para enfrentar a este virus ofensivo.

Y una falta de atención a los problemas de la salud derivados del Covid19 para no mencionar sus querellas con el presidente de la nación.

El día que el Concejo aprobó el malhadado y esperpéntico «Acuerdo 013» que hace inviable dar corridas en La Santamaría la situación desatada por el coronavirus estaba arrasando con vidas humanas.

El colega Juan Guillermo Palacio apunta :

El 9 de junio, cuando Bogotá reportaba 13.709 contagiados y Colombia sumaba 1.372 fallecidos, los concejales de Bogotá votaba un acuerdo sobre
cómo debían ser las corridas de toros.

Lo hacían cuando la curva de contagio aceleraba, en una ciudad de más de
siete millones de habitantes que no tiene las suficientes salas de cuidados
intensivos para atender a más de mil enfermos graves de Coronavirus.

La UNDETOC se pronunció :

Para la afición taurina del país y especialmente a la capitalina, la señora Alcaldesa sancionó el acuerdo 013 de 2020 del concejo de Bogotá.

Queremos manifestarles que esto ya se preveía, pues al no objetar el acuerdo en el tiempo indicado por la ley, estaba claro que iba a sancionarlo, lo bueno es que es justo ahora y no días antes de que la temporada se adjudique.

Ya se tienen adelantadas las acciones tanto penales, administrativas y constitucionales para contrarrestar el efecto jurídico de este acuerdo, este es un llamado a la unidad y a la calma pues esto apenas está comenzando.

81 años de la alternativa de «Manolete» y la anécdota del toro «Comunista»

En el día de hoy, 2 de julio de 2020, se cumplen 81 años de la alternativa de Manuel Rodríguez «Manolete» en la plaza de toros de Sevilla el mismo día de 1939, con Manuel Jiménez «Chicuelo» de padrino y Rafael Vega de los Reyes «Gitanillo de Triana» como testigo y con toros de Clemente Tassara (con el toro «Comunista»/»Mirador»). 

La anécdota:

Este es el famoso toro de la alternativa de «Manolete», de nombre inicial de «Comunista» y que el presidente de la corrida impidió se anunciara reglamentariamente y de tal forma a pesar de la insistencia de su ganadero Clemente Tassara.

El usía, Comisario de policía, justificó su decisión diciendo: ¿En este año de la Victoria, 1939, voy a permitir que aparezca en la Maestranza  una tablilla con un «Comunista»?…. a lo que el ganadero irónico le contestó: No se preocupe que usted no le pasaría nada, al fin al cabo es para matarlo.- Pues ni por esas; al «Comunista» se le bautizó como «Mirador» y así saltó al albero de la plaza sevillana.

Anécdotas aparte, este 2 de julio para la tauromaquia es una fecha relevante.

Alvaro del Moral señala :

El último parte de guerra se había firmado el primero de abril de aquel mismo año mientras el país devastado se abría a una paz condicionada.

Pero estaba empezando un tiempo nuevo; también en el toreo… Y aquel día de verano hubo toros en la plaza de la Maestranza. Era la cuarta corrida que se organizaba en aquel ‘Año de la Victoria’ que había vuelto a pasar sin encender los farolillos.

Los periodistas sevillanos habían organizado uno de esos clásicos festejos para su beneficio que, sin saberlo, estaba destinado a pasar a la historia.

La antigua fotografía congela la efeméride: Manuel Jiménez ‘Chicuelo’ cede la espada y la muleta a un espigado mozo cordobés y a plaza llena. Los cañones sólo llevan tres meses mudos.

Ya había comenzado la larga posguerra pero en esa imagen sepia también se amarra un nudo fundamental en el hilo del toreo moderno: moría un tiempo y nacía otro sin dejar de seguir el mismo hilo.

El festejo se resolvió de manera apoteósica. Chicuelo -a la postre el máximo triunfador de toda la tarde-, Gitanillo de Triana y el propio Manolete -que vestía un precioso terno heliotropo y oro de la sastrería sevillana de Manfredi- se repartieron seis orejas y un rabo.

Se lidió un encierro de Clemente Tassara que había viajado desde los cerrados de Barbacena, en los campos de Aznalcóllar. El testimonio de Delavega, crítico taurino de El Correo de Andalucía, nos sirve para ubicar el momento: “Una alternativa lucida. Un toro de alternativa bien toreado con un toreo sobrio, seco, valiente”.

Era el doctorado de uno de los toreros más grandes de todos los tiempos, de un matador destinado a marcar época fuera y dentro de los ruedos.

Fleming, ¿asesino?

«Asesino» escribieron desconocidos en el conjunto escultórico que sostiene el busto de Fleming, eminente científico, premio Nobel en 1945.

En un comentario en este portal escribí la preocupación que me asalta por estas manifestaciones de recalcitrantes que reclaman derribar estatuas.

La de fray Junípero en los Estados Unidos, la de Sebastián de Belalcázar en Cali por un concejal animalista, las de Colón.

Otra es la preocupación que tiene la profesora Carolina Sanín, de que les dé a los fanáticos por proponer que se derriben las estatuas como homenaje a San Pedro Claver.

San Pedro Claver

Cuyo nombre de nacimiento fue Pere Claver Corberó. Fue un misionero y sacerdote jesuita catalán, que pasó a la posteridad por su entrega en aliviar el sufrimiento de los esclavos,del puerto negrero de Cartagena de Indias, donde vivió la mayor parte de su vida.

Ahora aparece un vocablo infame en un busto dedicado al inventor de la penicilina, Alexander Fleming que ha salvado millones de vidas (claro, de centenares de toreros también).

Así que como pueden observar y sin ser catastrofista, no vamos bien con estas manifestaciones de ultras. Recordé la quema de libros por grupos de fanáticos nazis una noche nefanda en Alemania.

Y es que de la prohibición de libros, credos, color de piel, comportamientos sexuales y modas terminan por pedir la quema de seres humanos.

La historia está plagada de relatos dramáticos sobre estos juicios sumarios que llevaron a la hoguera centenares de mujeres y hombres en Europa y América.

«Asesino»

Escribieron desconocidos (de la historia, de la ciencia, de lo que ha representado Fleming para salvar vidas humanas), en el conjunto escultórico que sostiene el busto de este eminente científico, premio Nobel en 1945.

Un torero brinda un toro a un imponente doctor Fleming de piedra. La estampa tiene algo de surrealista y de bizarro, pero tiene todo el sentido del mundo.

Erigido en 1964, años después de su muerte y de que visitara España, el conjunto escultórico situado en un lateral de la plaza de toros de Las Ventas es un homenaje al doctor Fleming (Darvel, Escocia, 1881-Londres, 1955) a España.

El científico que logró que muchas infecciones dejaran de ser mortales gracias a su trascendental descubrimiento de la penicilina.

Imagen de la escultura dedicada al doctor Fleming, el inventor de la penicilina, en Madrid
Imagen de la escultura dedicada al doctor Fleming, el inventor de la penicilina, en Madrid (Juan Sardá)

Alexander Fleming

Visitó España en 1948 durante dos semanas, durante las que visitó Barcelona, Madrid y Sevilla. Recibido como una eminencia, el ganador del premio Nobel en 1945 salió de España aún más cubierto de honores: fue nombrado doctor honoris causa en la Universidad Central de Madrid, académico de honor en la Academia de Medicina, además de recibir la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio.

En su portada, La Vanguardia del 26 de mayo de 1948 destacaba un artículo del Dr, Luis trias de Bes en el que se anunciaba la visita del “brillante descubridor de la penicilina que tantas vidas humanas ha liberado y continuará liberando de una muerte cierta”.

Su paso por la capital dejó huella. En 1955 el Conde de Mayalde, alcalde de Madrid, propuso que se le erigiese una escultura.

El 26 de febrero de 1963 el Montepío de Toreros y la Asociación Benéfica de Toreros abrieron una suscripción popular.

La escultura se encargó a Emilio Laíz Campos, escultor nacido en Vicálvaro y autor de innumerables esculturas de toreros y personajes de la época.

Ponce y Paloma se separan

Estas páginas están dedicadas al mundo del toro y faltaría más que no fuera así…pero ya es público que Enrique Ponce y Paloma, se separan tras casi un cuarto de siglo de matrimonio. Y solo por eso lo registro con mucha tristeza, por lo demás.

Es curioso, se conocieron en una feria de Cali que «es la culpable» de que naciera el amor y en la última campaña americana, hace unos meses cuando la pareja pasaba por un momento difícil en su relación, con la discreción de su vida , el maestro de Chiva adelantó las gestiones para la separación .

Una pena grande.

El, con abuelo taurino, que ha edificado una brillantísima carrera de más de 30 años, y ella una guapa mujer hija del maestro Victoriano Valencia era para todos la pareja perfecta, modélica.

Como suele decirse, fue bonito mientras duró y mira que si ha durado este matrimonio.

No vamos a entrar en la intimidad. Eso jamás ni a preguntar por qué o cómo o cuándo se empezó a resquebrajar la relación.

La revista Semana de España lo resume así :

 Se han separado después de más de 25 años juntos y ya han iniciado los trámites de divorcio, según informa la revista Semana. Esta separación es amistosa y, lejos de deberse a la aparición de terceras personas, está motivada por el desgaste de la relación.

La crisis entre el torero y la socialité empezó hace dos años. Entonces, intentaron salvar su matrimonio y su familia, tanto por ellos como por sus hijas, Paloma y Bianca.

Pero pese a que han luchado mucho por su relación, la pareja ha terminado por admitir, que el amor que existía entre ellos se había acabado.

Portada de la revista ‘Semana’ de este miércoles.

Ahora, Ponce y Paloma Cuevas ultiman los detalles de un divorcio que se ha planteado de forma cordial, desde el respeto a su relación, a sus hijas, y al cariño que todavía se tienen. Sin embargo, la decisión está tomada y no hay marcha atrás.

Enrique Ponce y Paloma llevaban juntos toda la vida

Se trata de una noticia del todo inesperada, puesto que lo último que se supo del matrimonio es que se encontraba pasando el confinamiento en familia, junto a sus hijas y a los padres de la empresaria, Victoriano Valencia y Paloma Díez, en la finca que el diestro posee en Jaen, y que estaban igual de unidos que siempre.

Enrique y Paloma llevaban juntos toda la vida, mucho más de un cuarto de siglo entre noviazgo y matrimonio. Se conocieron en 1992, cuando apenas eran poco más que dos niños, y lo suyo fue un auténtico flechazo. Cuatro años después, la enamorada pareja pasaba por el altar en una multitudinaria boda en Valencia. Desde entonces, siempre se les ha visto enamorados y de lo más unidos.

El diestro y su bella mujer tienen dos hijas; Paloma, nacida en el año 2008 y Bianca, en 2012. Las pequeñas son el motor de sus vidas y, sin duda, su prioridad en estos delicados momentos.

Paloma y Enrique junto a una de sus hijas por las calles de Madrid. Gtres

Según la citada publicación, fuentes próximas al valenciano y a la socialité aseguran que no existen terceras personas por parte de ninguno de los dos y la causa principal de esta separación es el desgaste de la relación.

El cariño y respeto entre ambos sigue existiendo y Ponce será de lo más generoso para que su hasta ahora mujer, y a sus hijas no les falte de nada.

Conociendo a ambos y al amor y respeto que se profesan – eran hasta ahora una de las parejas más consolidadas y unidas de nuestro panorama social. No cabe duda de que, aun separados, Enrique Ponce y Paloma Cuevas seguirán siendo una familia.

Reflexiones de Federico Arnás que vale la pena meditar

(MADRID. 22/1/2008). VI PREMIO «LA FABULA LITERARIA VICENTE ZABALA» OTORGADO A TENDIDO CERO, LO RECOGE FEDERICO ARNAS LOZANO. FOTO: JULIAN DE DOMINGO. ARCHDC.

Federico Arnás, se fue con la discreción de una vida dedicada al periodismo y ya no dirigirá «Tendido0», tras 43 años, el emblemático programa de la 1 de televisión española que vemos en América casi en la madrugada del domingo por esas cosas de los mandos medios.

Federico Arnás

De pluma grácil y visión acertada del toro (ya no podremos leer en la última página de 6toros6 sus comentarios pues esa publicación fue arrasada por este tsunami del coronavirus), optó por dar un paso al costado el sábado pasado sorprendiendo a la audiencia y dejando en manos de un gran equipo de profesionales el timón del barco taurino televisivo.

Ha conversado con varios colegas de diversos medios tras su partida y esta reflexión vale la pena tomarla en cuenta, no digo aceptarla o no (es otro tema) que es distinto.

Pero analizarla, escudriñarla, y no minimizarla, aunque no es novedad pero saliendo de él que conoce la fiesta en sus meandros, es oportuna cuando pide replantear el espectáculo mismo en el ruedo:

«Quitar crudeza sin reducir verdad. No miro hacia unas corridas a la portuguesa, porque ese juego de vida y muerte debe continuar, pero hay que trabajar en adaptarse a la sociedad, sin perder la esencia. Lo evidente es que la inercia, sin cambios, nos lleva a una vía muerta».

EL PERIODISMO TAURINO

Arnás reconoce que la información taurina «ha ido perdiendo presencia en los medios generalistas, paradójicamente, al tiempo que hemos ido cambiando los periodistas especializados, ahora casi todos licenciados en periodismo y con una visión más amplia, no sólo ceñida al género clásico de los toros, que es la crónica«.

«En estos momentos -añade el director de «Tendido Cero»– los que hacemos información taurina tenemos un mejor concepto profesional, aunque a costa de bajar el nivel de profundización en el toreo. Todo es más ligero con la llegada de internet y está muy condicionado por las redes sociales. No hay un análisis reposado y el neo lenguaje taurino, muy pobre e inexacto, es el síntoma inequívoco».

Corridas en abierto

«En ese aspecto se ha perdido un terreno difícil de recuperar. Los toros en directo han desaparecido de la televisión en abierto, salvo en algunas autonómicas, y se ha roto una tradición que hacía que la tauromaquia se viera en las casas como una parte más del paisaje, no una rareza o una aberración, como pretenden algunos con tan mala fe como ignorancia», remacha el periodista.

La fantástica historia de un torero peruano con orígenes nipones

Desde Lima, mi buen amigo y colega Pablo Gómez me recuerda que un torero con ascendencia japonesa llegó a tener cierta figuración a fines de los 50’s y 60’s del siglo pasado. Es lo que se llama un Nisei.

Así como hubo toreros de los Estados Unidos, un franco alemán (Nimeño II), un palestino, un mozambicano, pues la afición de Ricardo Higa Mitsuya lo hizo torero.

Adjunto una foto en la que unas damas de orígen japonés vestida con su tradicional kimono hacen el paseíllo.

Czar Gutiérrez realizó un perfil de este desconocido torero para la afición colombiana pero bien vale la pena por el entorno, por el recorrido, por el amor a la tauromaquia de este torero que nos acaba de dejar.

Agonizaba 1906 cuando el vapor Itsukushima Maru ancló en el puerto del Callao. De los 774 japoneses que llegaban en ese tercer contingente, 36 eran oriundos de Okinawa, archipiélago del suroeste en el mar de China Oriental que formaba el reino soberano de las Ryukyu, independiente tanto del Shōgun como del emperador japonés. Cuna del karate, el taco rice y un sake isleño de altísmo octanaje, Okinawa también había inventado el Tougyuu, una corrida de toros sin toreros. Es idéntica a la arequipeña pelea de astados, pero con árbitros que parecen haber salido directamente de un combate de sumo. Dos moles bovinas estrellan sus cráneos, pierde el que escapa.

Esa sería la única explicación para que, muchos años después de aquel histórico desembarco, uno de aquellos inmigrantes okinawenses engendrase al primer torero nikkei del planeta: Ricardo Higa Uyehara Mitsuya o sencillamente Mitsuya (Puerto Supe, 1938), nombre japonés que significa ‘éxtasis pleno’. Con la familia casi inmediatamente afincada en la capital, el futuro espada pasaría su infancia apretando ubres en los establos de vacas de Maranga. Pero ni el Tougyuu ni la venta de leche recién ordeñada influyeron más que esa serie de folletines taurinos que el niño nikkei coleccionaba con devoción. Descubierta por sus padres, la pila de papeles terminó en la carretilla del chatarrero. Mitsuya lo buscó, lo encontró y se las volvió a comprar. Redescubierta por los padres, le prendieron fuego. De esas cenizas se levantó el ave fénix de su pasión torera.

ESPADA SAMURAI

Lo que sigue son una serie de viajes teniendo al menudo nisei como protagonista. Mitsuya subido en el lomo del caballo de su tío Ransuke haciendo el viaje desde su barrio Chacaritas del Callao hasta la plaza de toros del no menos populoso distrito del Rímac. Mitsuya haciendo el viaje de regreso antes de recibir veinte correazos de su señor padre por cultivar una afición incompatible con el ryukyu-shinto –‘el camino de los dioses’—, compleja mezcla okinawense de confucionismo, budismo, sintoísmo, chamanismo, animismo y taoísmo chino. Entonces Mitsuya se pone a estudiar periodismo para que su papá no le siga pegando. En sus horas libres colecciona monedas, sueña con conocer Las Ventas.

Será el novillero Fermín Borja, ‘El Espontáneo’, quien guíe sus pasos hasta una escuela taurina, donde obtiene el grado de maletilla. Paso previo a su debut en Acho, acontecimiento de grandes dimensiones que sensibiliza especialmente a la colonia japonesa: organiza una especie de pandero colectivo llamado ‘tanomoshi’ y promociona el espectáculo colgando carteles a todo color en las más grandes bodegas. Es así como el 2 de abril de 1961 aparece el primer japonés en traje de luces para un histórico paseíllo con geishas espectacularmente maquilladas desde la nuca con aceites de cera, polvo de arroz y brochazos de bambú. Nunca más se vio tanto kimono en los tendidos.

Ricardo Higa, también conocido como ‘Mitsuya’, durante su debut en las arenas de la Plaza de Acho, el 2 de abril de 1961. (Foto: Archivo Histórico El Comercio)

En un cartel en el que también alternaban Adolfo Rojas ‘El Nene’ y José Scotto ‘Cucaracha’, ‘El Japonés’ ensayó una serie de pases y florituras con desigual fortuna. Lo cual hacía dudar de sus credenciales: según él mismo, antes de pisar el primer coso de América había paseado su talento por las plazas más reputadas de provincia, incluyendo la de Chota, cortando más de un apéndice a sus enemigos. Todos le creyeron, incluyendo el maestro Alejandro Montani, ‘El Sol del Perú’, que no daba crédito a lo que veía. Y menos a lo que ocurrió a la hora de matar: Mitsuya erró seis veces con la espada. Entonces le gritó desde el callejón: “¡Chino, estás loco!”. A lo que el diestro contestó: “¿Qué quieres? ¡Es el primer toro que mato!”.

‘Mitsuya’ reveló temple, habilidad y lentitud en los momentos precisos. Sus lances y naturales convencieron al público asistente con presencia de la colonia del país del Sol Naciente. (Foto: Archivo Histórico El Comercio)

ÉCRAN Y ARENA

Treinta novilladas después, Mitsuya ya no está yendo a Acho sino al puerto. Es 1962 y lo vemos en un vapor con destino a la península ibérica. Lleva una serie de recomendaciones y contactos taurinos para la madre patria. Pero ninguna funciona. Excepto la misiva escrita por una monja amiga del poeta Roberto Dulls y del mítico Manolete, recomendándole ante Manuel Mejías Rapela, ‘el Papa Negro’ del toreo. Ya anciano, el ilustre matador lo acoge en su seno y le revela algunos secretos. Pero lo que el joven matador quiere es torear, cosa que logra muy esporádicamente. Hasta que el 12 de julio de 1964 debuta en Málaga junto a Manuel ‘El Pireo’ Cano y Andrés ‘El Monaguillo’ Jiménez. “Debuté bien, corté una oreja. Las mujeres me arrojaron claveles y los hombres puros. La gente me daba abanicos para que los firme”, declaró.

Se sabe que también toreó en Vista Alegre. Pero como la plaza estaba dura, le propusieron tentar suerte como extra de cine. Además, casi ningún humano de ojos rasgados hablaba español. Así aparece en “55 días en Pekín” (1963), cinta dirigida por Nicholas Ray y protagonizada por Ava Gardner, Charlton Heston y David Niven. Hizo de mayordomo en una cinta de Orson Wells y de esclavo malayo en “Krakatoa” (1969). Jugó beisbol con Charles Bronson y sería Claudia Cardinale en persona quien le invitara una gaseosa bajo el inclemente sol de Almería, donde rodaban. Fueron ocho años cerca de las estrellas y lejos de la arena. Hasta que el 28 de agosto de 1970 se doctora como matador de toros recibiendo la alternativa de Sebastián ‘Palomo’ Linares en la plaza alicantina de Ondara.

“Ese día corté nada menos que cuatro orejas”, declararía años después. No se pudo corroborar. Pero sí está suficientemente documentado su regreso a Lima, su paseíllo y su impactante debut como torero en Acho. “Mi primera corrida en Acho fue el deshueve. El toro me corneó. La cornada atravesó el escroto. Tuviste suerte, me dijo el médico de la plaza, el cuerno chocó en el ilíaco. Si no te partía, cruzaba las arterias y en un ratito te desangrabas. En la enfermería me desmayé. Nunca me dieron otra oportunidad”, dijo. Fue la tarde del domingo 13 de noviembre de 1970. En el cartel también felizmente estaba Francisco Rivera ‘Paquirri’, quien tuvo que hacerse cargo del lote completo de su alternante herido, desorejando a su toro. Esa fue la última vez que Mitsuya estuvo en Acho, pero las huellas que dejó a su paso son francamente imborrables.


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