Autor: Guillermo Rodríguez

Nicolás Sampedro publica «Desperdicios» un libro sobre el toreo y la América del Sur del XIX

Veinte años en la por entonces deteriorada América del Sur de la primera mitad del siglo XIX han sido suficientes para que nuestro personaje decida regresar a España casi tal y como viajó la primera vez. Es cuando, por circunstancias, coincide con un verdadero símbolo de la historia de la tauromaquia, el torero Manuel Domínguez, al que por su templanza y valor en el Nuevo Mundo, según sus propias palabras, lo llegan a llamar «Señó Manué, el Bravo», «el Americano» o «Desperdicios»; entre otros apelativos.
La obligada compañía y la monotonía de un largo viaje dentro de la fragata Amalia llevan al espada a contar su rica historia americana y a vivir juntos un sinnúmero de situaciones no previstas a bordo de la embarcación.
Enriquece este trabajo la invaluable aportación gráfica de Diego Ramos, reconocido maestro de la pintura y profundo conocedor del arte de torear.

Nicolás Sampedro Arrubla 

Nació en Bogotá en 1970. Publica sus dos primeros libros sobre técnica, filosofía e historia del toreo, Cargar la suerte. Interpretación de un misterio taurómaco, en 2014, y Y después de Fuentes ¿nadie? Apreciaciones para una correcta ejecución de las suertes del toreo, en 2017.
Pero su inquietud y su clara vocación lo llevan en 2020 al terreno de la narrativa con su primera novela: El Aventorero, entre «Agujetas» y «Badila», usando como argumento algunos relevantes hechos históricos.
Ha colaborado en diversos medios y publicaciones, destacando su participación en el libro José Tomás, de Nimes al cielo (2013), en la Revista de Estudios Taurinos, de la Fundación Real Maestranza de Caballería de Sevilla (2016-2019), en el estudio Impacto económico de la Feria Taurina de Olivenza, de la Diputación de Badajoz (2019), y en la Revista Quites, de la Diputación de Valencia (2023).
Ha pronunciado numerosas conferencias y participado en diversos coloquios, tanto en Europa como en América.

No hay veto de Roca a Luque. Roberto Domínguez admite que los dos toreros tienen diferencias que las deben resolver ellos. Replica del apoderado de Luque: No buscamos polèmicas

( Comunicado oficial del apoderado de Andrés Roca Rey )

Como único responsable de las contrataciones de Andrés Roca Rey, y tras las recientes publicaciones que le acusan de vetar la entrada de Daniel Luque en las ferias, me veo en la obligación de aclarar algunas cosas.

Andrés Roca Rey no es responsable de que Daniel Luque no esté anunciado en plazas como Olivenza, Valencia, Castellón o Illescas. En Valencia, Andrés torea dos tardes y la feria se compone de seis. Lo mismo sucede en Castellón, donde se celebrarán cinco corridas y Roca Rey sólo acudirá una tarde. La pregunta es: ¿Por qué Daniel Luque no ha entrado en los otros carteles de figuras?

¿Y en Illescas y Olivenza? ¿Han preguntado a los empresarios de ambas plazas si, en algún momento, Luque estaba entre los candidatos que barajaban? En Olivenza ha sido la propia empresa la que nos ha insistido en el doblete de Andrés, una oferta que no estaba en nuestros planes.

Desde que Andrés tomara la alternativa en septiembre del 2015 hasta la fecha, ha sido anunciado junto a Daniel Luque 8 tardes. En el mismo periodo de tiempo, y si mis datos no fallan, Luque ha alternado 4 tardes con Manzanares, 5 con Talavante, 8 con ‘El Juli’ y 10 con Sebastián Castella. Teniendo en cuenta estos datos, creo que nos olvidamos de una parte fundamental del espectáculo, la figura del empresario, que siempre tratará de confeccionar los carteles capaces de congregar a mayor número de público y diversificar el interés de los mismos.

No es verdad que no haya habido un intento para que Andrés Roca Rey y Daniel Luque coincidan en la temporada 2024. Me consta que Juan Bautista, empresario de Arles y apoderado de Daniel, ha hecho lo imposible para que el malestar personal entre ambos terminara. Él mismo os puede confirmar mi ofrecimiento para que coincidieran en la feria de septiembre de Arles, como una puerta abierta a posibles coincidencias en otros carteles a lo largo de la temporada. Una propuesta a la que el propio torero Daniel Luque ha querido poner condiciones… Como consecuencia, Andrés Roca Rey no figura en los carteles de Arles a día de hoy.

No existe veto por nuestra parte para que Daniel Luque participe en las ferias; la enemistad personal la deben resolver ellos dos. Mientras tanto, nadie puede obligar a un torero a estar donde no quiere.

Andrés Roca Rey toreará en las ferias que le quieran contratar y seguirá su propio camino que únicamente depende de él y de su valía. No me sorprende que, en los tiempos actuales, algunos medios de comunicación y personas busquen sacar beneficio de esta posible polémica. Considero que el victimismo es contrario a los auténticos valores que siempre han distinguido a los grandes toreros. Esta es la única vez que el entorno de Andrés Roca Rey va a hablar sobre este tema.

Roberto Domínguez

Apoderado de Andrés Roca Rey 

LA REPLICA DE JUAN BAUTISTA JALABERT, APODERADO DE DANIEL LUQUE NO SE HIZO ESPERAR

Comunicado íntegro de Juan Bautista, apoderado de Daniel Luque:

‘Como apoderado de Daniel Luque y tras leer el comunicado de prensa del apoderado de Andrés Roca Rey, quisiera hacer públicas algunas consideraciones.

Andrés Roca Rey tiene vetado a Daniel Luque de sus carteles. No lo digo yo, ni lo dice la prensa. Lo reconoció públicamente el propio torero en una entrevista publicada en el Diario ABC el pasado mes de mayo de 2023. En ese veto, radica la raíz de una polémica que ni Daniel ni yo hemos buscado.

Son muchos los empresarios que llevan más de un año intentando unir en un cartel a Roca Rey y a Daniel Luque, sabedores del interés que suscitan entre los aficionados. Así me lo han comunicado, siendo en vano, todos los intentos por cerrar ese cartel por la negativa total de Roca Rey.

Soy consciente que la ausencia de Luque de algunas ferias no obedece exclusivamente a Roca Rey. Ni mucho menos. Pero no es menos cierto, que al no poder cerrar las empresas el cartel que quieren, obligan en la mayoría de los casos a no poder ofrecer a Luque la contratación que se merece y que se ha ganado delante del toro.

No es justo culpar a los empresarios de no contar con Luque de las ferias cuando la realidad es otra bien distinta. El veto de Roca a Luque deja a las empresas sin margen de maniobra y mucho más en ferias de pocos festejos o en carteles sueltos como es el Domingo de Resurrección. ¿Por qué Luque no torea el Domingo de Resurrección en Sevilla?

En todo este tiempo, ni Daniel Luque ni yo como apoderado hemos dicho absolutamente nada al respecto. Nada. Sabiendo del veto que estaba sufriendo Daniel y que le hizo quedarse fuera de muchas ferias el año pasado y en este inicio de campaña, hemos preferido guardar silencio.

Ni Daniel Luque ni yo hemos buscado polémica alguna. Ni la vamos a buscar.

Me sorprende que se quiera avivar una polémica de la cual tanto Daniel Luque como yo hemos sido ajenos y ni mucho menos hemos utilizado para alentar cualquier tipo de victimismo. Y me sorprende mucho más que se quiera agitar una polémica que podría estar en vías de solucionarse puesto que ambos toreros se han citado para hablar en los próximos días. Un paso hacia delante de ambos.

Daniel Luque se puso en contacto hace unos días con Roca Rey para proponerle un encuentro personal que Roca aceptó. Se emplazaron para verse en los próximos días. Por lo tanto, no deja de sorprenderme el interés en volver a buscar una polémica que los protagonistas quieren encauzar por la vía del diálogo.

Buscar un enfrentamiento, culpabilizar a terceros y tratar de desviar atenciones, no es el camino de otra cosa que no sea continuar una polémica que está perjudicando a la tauromaquia en su conjunto y a la afición.

La temporada es larga. Como apoderado de Daniel Luque tengo plena confianza en su toreo, en su capacidad y en su dimensión de figura del toreo que es lo que es. El tiempo dará y quitará razones. Pero la verdad sólo tiene un camino’.

Alcalino.- Oreja de Oro» y el quite de oro»

Durante décadas, México tuvo en la corrida de la Oreja de Oro un equivalente a la del
Montepío de Toreros en España: como ésta, se celebraba anualmente y las utilidades
obtenidas se destinaban a la Unión Mexicana de Matadores de Toros y Novillos, el
sindicato de los hombres de coleta. Celebrada hacia el final de la temporada grande,
reunía a las figuras base de la misma en festejo de seis matadores, de manera que el
trofeo solía ganarlo aquel al que el sorteo le deparara el astado más propicio. Si por azar
resultase que salía más de un toro aprovechable, miel sobre hojuelas.


En los primeros años, la fórmula no era esa. En 1926-27, la flamante presea se la adjudicó
el baturro Nicanor Villalta en corrida para cuatro espadas, y al año siguiente el vencedor
fue un muchachito de 16 abriles llamado Fermín Espinosa “Armillita Chico”, también en
festejo de ocho toros; este diseño se repitió en la campaña del 28-29, con Curro Puya
como indiscutible vencedor merced a su célebre faena a “Como Tú” de San Mateo. Como
la aceptación popular iba in crescendo, para 1930, la Unión de Matadores ideó una doble
confrontación a mañana y tarde, con ocho espadas y dieciséis toros en total, emergiendo
vencedor el hidalguense Heriberto García con nada menos que cuatro orejas y dos rabos
cortados. Pero el maratónico experimento no obtuvo el resultado esperado, de modo que
a partir de 1930-31 quedaría establecido un cartel de seis matadores que finalmente
prevaleció. Fue David Liceaga el ganador de la primera Oreja de Oro disputada bajo dicho
formato, en pugna con Manolo Bienvenida; en los siguientes dos años los triunfadores
serían Fermín Espinosa “Armillita” y Alberto Balderas. Pero la campaña de 1933-34 iba a
revestir algunas peculiaridades dignas de atención.

Esa temporada invernal, bajo la férula de Domingo González “Dominguín” y Eduardo
Margeli, se dio toda ella con solo cuatro figuras base: Fermín Armilla, Alberto Balderas,
Jesús Solórzano y Domingo Ortega, as de ases de la baraja española que ese invierno se
presentó en El Toreo. Como Domingo, sotto voce, estaba detrás de la empresa y el clima
del tendido devenía bastante enrarecido, la Unión decidió suavizar las tensiones
recurriendo al programa ya institucionalizado de seis espadas y un toro para cada cual.


Razón por la cual el cartel del 28 de enero de 1934 quedó integrado por Luis Freg, sin
saber que aquel iba a ser su último paseíllo en la capital, y Pepe Ortiz, el orfebre tapatío,
precediendo ambos, en razón de su mayor antigüedad, a las cuatro figuras vistas y revistas
a lo largo de esa extraña campaña. El hierro de La Laguna, toros con fama de boyantes,
respaldaba el acontecimiento. Pues eso era lo que se avecinaba, aunque con una sorpresa
mayúscula por medio.


Luis Freg, Armillita y cogida de Balderas. De Luis Freg y su legendaria valentía se sabía ya
bastante poco por entonces, pese a lo cual su paso por el áureo festejo no fue desairado:
fiel a su costumbre se mantuvo en la línea de fuego, además de hacer honor a su fama de
estoqueador fuera de serie, y eso que el abreplaza “Hortelano” poco lo ayudó. Al finalizar
su cometido resonó la última ovación que El Toreo le dedicaba a su legendaria valentía.
Doce años antes, había sufrido allí una de las cornadas más terribles –femoral seccionada-

  • del medio centenar que a esas alturas jalonaban su anatomía (09.03.22).
    Fermín Espinosa confirmó con “Catrinfasio”, el tercero, su sitial de triunfador máximo de
    la temporada. La faena, redonda por donde se le mirase, le habría permitido pelear de
    firme por la presea de haber acertado al estoquear. Fue llamado a dar la vuelta al ruedo.
    Alberto Balderas, el cuarto contendiente por la Oreja de Oro, se mostró tan esforzado y
    dispuesto como cabía esperar de su reconocido pundonor. Con “Sortijo” bulló sin cesar en
    los tres tercios, pero pudo más la casta del lagunero que al ejecutar la suerte suprema lo
    hirió de cierta gravedad en la ingle izquierda. Su atropellada entrega concluyó con sangre.
    Y bien poco pudo decirse de Jesús Solórzano y Domingo Ortega, que cerraban el esperado
    cartel. Chucho lució su templado capote pero al final se encontró con un bicho
    completamente aplomado. Ortega, con el ambiente en contra, no se acomodó con el
    cierraplaza y prefirió abreviar, marginándose de la pugna entre los partidarios de Pepe
    Ortiz y Armillita que a esas alturas agitaba los tendidos.
  • 0rtiz y su quite de oro. José Ortiz Puga (Guadalajara, 12.121902 – México DF, 16.04.1975)
    es un caso digno de la mayor atención dentro del siglo de oro del toreo. Imbuido de una
    creatividad excepcional, supo darle al primer tercio de la lidia un sentido estético en el
    que hacía alarde de suavidad y ritmo con un acento personalísimo, hazaña tanto más

asombrosa por cuanto la etapa de su ascenso y madurez como torero se corresponde con
un tipo de toro cuya agresividad, poder y sentido derramó más sangre que nunca tanto en
México como en España, con más de cien víctimas mortales, entre las cuales hay trece
matadores de toros, de Joselito El Gallo (Talavera de la Reina, 16.05.20) a Ignacio Sánchez
Mejías (Manzanares, 11.08.34)–. Inevitablemente, Pepe Ortiz sufrió también numerosas
cornadas, de suma gravedad algunas de ellas. Y casi siempre durante el tercio de quites,
no pasando de muleta, engaño con el que, de acuerdo a la crónica de la época, no tenía el
mismo dominio que con ese capote ondulante con el que solía refrenar el ímpetu de fieras
recién salidas del toril, más propensas a acometer desordenadamente que a embestir con
alguna fijeza… hasta que terminaban envueltos con aquel lienzo de giros pausados y
cadencias acompasadas con el que Pepe Ortiz alumbró lances como la tapatía, la orticina,
la guadalupana, el quite por las afueras –galleo por medias chicuelinas–, entre otros que
se quedaron sin denominación porque la imaginación de su inventor rebasó con creces las
de los bautizadores oficiales u oficiosos de las nuevas suertes de capa.


La tarde del 28 de enero de 1934, con Ortiz como uno de los dos invitado a participar en
esa sola corrida, el segundo toro se llamó “Periodista” y Pepe lo bordó de lujo desde los
cadenciosos lances de recibo, lo puso en suerte ante el caballo con la sutileza habitual en
él. Y sorprendió a tirios y troyanos al recibirlo con el capote por detrás, a la salida del
primer puyazo, para ligar una insólita serie de lances girando a favor del viaje del astado, a
sus espaldas siempre, enlazados entre sí mediante un movimiento apenas perceptible
para cambiarse de pitón sobre la marcha. El remate a una mano, no menos suave y
envolvente, coincidió con una catarata de sombreros y prendas procedentes del tendido
donde la gente, puesta de pie, celebraba con asombro la singular hazaña.


La celebridad del quite de oro –así llamado porque iba a poner en manos de su autor el
áureo trofeo en disputa—opacaría un tanto en el recuerdo la calidad de un muleteo no
menos inspirado, basado en la mano zurda, que no fue premiado con los apéndices del
noble lagunero porque Ortiz no estuvo acertado al estoquear. Pero el conjunto de su
actuación y, sobre todo, la conmoción provocada en la afición por aquel quite
extraordinario, convirtieron al tapatío en indiscutible vencedor en la pugna por la oreja de
Oro. Reconocido como tal al inclusive por los armillistas, que también habían visto en gran
plan a su torero.


El toreo de capa, en la cumbre. Por ese mismo tiempo surgieron también en España
varios capoteros prodigiosos. Se habla con unción de Cagancho y Curro Puya, trianeros
ambos, que lentificaron y dotaron de una profundidad abismal sus lances de recibo –la
verónica desmayada, “lenta, olorosa, redonda” en palabras de Gerardo Diego–, pero
tampoco hay que olvidarse de Victoriano de la Serna ni de Fernando Domínguez o Félix

Rodríguez, ese santanderino cuasi desconocido que lo hacía todo con arte y sabor
extraordinarios. O los mexicanos Jesús Solórzano y Luis Castro “El Soldado”, asimismo
artífices señeros de la verónica. La de Pepe Ortiz quizá fuese más ligera, pero a cambio,
fue único en el secreto de andarles a los toros, haciéndolos partícipes de una especie de
danza cuya musicalidad velaba la violencia intrínseca de aquellos rudos primeros tercios y
transportaba la corrida a un lugar hasta entonces desconocido, reino encantado en el que
la finura de procedimientos y la fantasía creadora colocaron el toreo a la altura de las
bellas artes. Por algo se llamó a Pepe Ortiz El Orfebre Tapatío, sobrenombre apenas
adecuado para un artista como no ha habido otro igual con la capa entre las manos.

Juan de Castilla entra en San Isidro. Presumiblemente con los Miura

El torero antioqueño que tuvo una ilusionante actuación en Madrid ( vuelta al ruedo tras petición no concedida ) estampó su sello y no dejó indiferente a la empresa que lidera el francés Simón Casas y le han querido recompensar .

Marco Antonio Hierro que ha desvelado los carteles ( no oficiales ) sostiene hoy que el antioqueño está acartelado con los toros de Zahariche.

El cartel sería :

Domingo, 19 de mayo. Toros de Miura para Rafaelillo, Juan de Castilla y Colombo.

El murciano, especialista , el colombiano y el venezolano.

Es lo que se conoce pero es preciso esperar el anuncio oficial pues la esperanza de que entre el colombiano está viva…

Como colombiano y aficionado aspiro a que Juan haga nuevamente el paseillo y si es con Miura, Juan de Castilla tiene todo el poder y la capacidad para resolver los problemas que plantea este singular encaste.

Si volvemos a aquella tarde madrileña se escenificó un desafío ganadero entre Partido de Resina (antiguos Pablo Romero ) y una divisa portuguesa, Sobral.

Burladero reseñó ese momento brillante de Juan de CASTILLA con el de Sobral :

El segundo de Sobral fue el mejor toro de la tarde, encastado y peligroso, repetidor en la muleta pero por dentro siempre. Muy de verdad estuvo Juan, que le metió una gran primera tanda de derechazos. Luego todo fueron sustos, muletazos poco limpios y nula ligazón. Le metió una gran espada, en el sitio y algo perpendicular en exceso pero de efecto inmediato. Gran petición en la plaza, desatendida, con criterio, por el presidente. Vuelta al ruedo de las de verdad.

Es lo que se conoce pero es preciso esperar el anuncio oficial pues la esperanza de que entre el colombiano está viva…

Luis Miguel Encabo que acompañó en Manizales al torero me dijo que las conversaciones iban por muy buen camino pero lógicamente en ese momento no había nada cerrado

El 1 de febrero se conocerá en un gala especial la cartelería de San Isidro, la de Beneficencia, la corrida de la prensa, la de al juventud, y la del 2 de mayo.

ÁRBOL GENEALÓGICO de BALTASAR IBÁN

BALTASAR IBÁN

Fue formada en 1920 por don Fernando Sánchez Rico con reses oriundas de Contreras. En 1929 la adquirió don Jerónimo Díaz Alonso, que añadió un lote de hembras de Martínez. Sus herederos la vendieron en 1939 a don Manuel González Martín “Machaquito”, que la aumentó con otras reses de Contreras que ya poseía. En 1940 cedió la mitad de la ganadería al Conde de Ruiseñada y en 1957 vendió la totalidad a don Baltasar Ibán Valdés que varió el hierro. En 1976, tras su fallecimiento, se anuncia a nombre de sus herederos. En 1997, tras fallecer el propietario don José Luis Moratiel Ibán, es adquirida por sus herederos formándose la sociedad “Ganadería Ibán, S.L.”, actual propietaria de la ganadería. En 2004 pasa a anunciarse “Baltasar Ibán”.

ENCASTE

El creador de este encaste de bravo fue Juan Contreras Murillo tras adquirir en 1907 un lote de reproductoras y sementales de la ganadería de Tomasa Escribano, viuda de Joaquín Murube. Estas reses formaban parte de un desecho de la ganadería de Murube, pero la destreza con las que fueron seleccionadas por su nuevo propietario hizo que pronto se comenzase a crear un tipo de toro con unas características particulares tanto morfológicas como de comportamiento durante la lidia. D. Juan Contreras vendió la ganadería a la familia Sánchez Rico y Sánchez de Terrones. Los nuevos ganaderos continuaron con el mismo tipo de selección, lo cual favoreció a que la fama de este tipo de ejemplares aumentase y a que varias ganaderías introdujesen esta sangre en sus vacadas. 

El toro de Contreras fue un animal que estuvo de moda entre los años veinte y finales de la década de los sesenta, pero actualmente se ha convertido en un encaste minoritario dentro de la cabaña de bravo. El prototipo del encaste Contreras presenta notables diferencias en cuanto a su tipología. En cuanto a su capa, podemos encontrar ejemplares colorados, castaños, negros e incluso tostados, acompañados de accidentes como bragrado, meano o listón. Su perfil es variable, son animales rectos y subcóncavos, recortados de lámina, bajos de agujas y cerca de tierra. Su cabeza suele ser chata y estrecha de sienes. En cuanto a su cornamenta, suelen ser cornidelanteros, corniapretados o un poco corniabiertos. El cuello tiene una longitud media y el morrillo bastante desarrollado. El troco del animal suele ser corto, con la línea dorso-lumbar un poco ensillada. 

Cerrado el festival en defensa de las tradiciones culturales en «Altagracia» el 3 de febrero

Los ganaderos de Mondoñedo, Achury Viejo, Ernesto Gutierrez , Salento, Santa Bárbara, J. B Caicedo y Las Ventas colaboraron desinteresadamente y con mucha generosidad al igual que los toreros Cristóbal Pardo, Manuel Libardo , José Arcila , Román, de Valencia ,Luis Miguel Castrillón y los novilleros novilleros Felipe Miguel Negret y Simón Hoyos para fortalecer la defensa de la tauromaquia en Colombia amenazada por un furibundo anti taurinismo y en pro de las tradiciones culturales.

Muchas gracias ganaderos, toreros, novilleros , banderilleros y personal de cuadra por su generoso aporte.

El Festival se hará el 3 de febrero en «Altagracia», Villapinzón , por el decidido concurso de don Ricardo Arandia.

Murió el rejoneador Gastón Santos

A los 92 años, falleció el Rejoneador potosino Gastón Santos quien triunfo durante su trayectoria por todas las plazas de México y algunas de Europa. También probó suerte en el cine y la política, dice «De Sol y Sombra».

Vino a Colombia en varias oportunidades.

Hijo del influyente político Gonzalo N. Santos nació en San Luis Potosí, México, (1931) y durante su juventud estudió en una academia militar de Texas, posteriormente se dedicó al arte del rejoneo en Portugal y al regresar a México firmó un contrato cinematográfico.

Su paso más prolífico por el cine se dio entre los años 1956 y 1962. Actuando por última vez en la película Bang bang al hoyo, en 1971.

Como rejoneador actuó en 1342 corridas durante una larga carrera que duro más de tres décadas, actuando en las principales plazas de México, España y Sudamérica.

Un hombre innovador y adelantado a su tiempo

Gastón Santos fue el primer rejoneador mexicano en ser alternativado en Campo Pequeño (Portugal) la primera plaza del mundo para el toreo a caballo. Se presentó en la Plaza México el 6 de marzo de 1955, precediendo a Luis Briones, Emilio Ortuño “Jumillano” y Juan Posada, que confirmaba su alternativa, en la lidia de cuatro toros de Ernesto Cuevas –uno para rejones– y tres de Tequisquiapan. El toro de su presentación se llamó “Antequerano“.

Se presentaría en Sevilla y en Madrid en la década de los 60s. En la Maestranza incluso cortó una oreja en su debut, el 12 de mayo, en una novillada en la que actuaron Luis Parra “Jerezano”, Curro Montenegro y el mexicano Óscar Realme, que también debutaba.

El 23 de junio se presentó en Las Ventas en Madrid en una corrida de toros con Antonio Chenel “Antoñete”, Joaquín Bernadó y Rafael Chacarte. Los toros serían de Dolores de Juana de Cervantes para rejones y seis de Infante da Cámara para los de a pie.

Gastón Santos fue durante algo más de treinta años el representante más destacado del toreo a caballo de México, hoy lamentablemente falleció a los 91 años.

Su amigo, Gonzalo Zambrano (hermano de los rejoneadores Felipe y Evaristo Zambrano), así lo definió:

“Murió como muere un buen toro de lidia, en tablas después de una buena faena, y muchos, pero muchos kilómetros recorridos. Fue un gran Rejoneador, para mí el mejor a caballo de la historia del toreo mexicanoademás de excelente cazador, buen ganadero y gran conversador”.

Todavía a principios de la década de los 80, Gastón realizó algunas actuaciones y se retiró por esos años.

Que descanse en paz, un fuerte abrazo y mucha resignación para todos sus familiares y amigos.

Carrera en el Cine

En el Cine Mexicano Gastón Santos se hizo de un nombre como actor principalmente entre los años cincuenta y sesenta, ya que pudo filmar varias películas que tuvieron éxito.

En ellas Gastón se interpretó a sí mismo caracterizado como un héroe del Oeste, acompañado por su caballo lusitano y acaparando mucho público, principalmente femenino.

Gastón tuvo la fortuna de debutar justo en los últimos años de la llamada “Época de Oro” del cine nacional el año de 1957 como protagonista de “La flecha envenenada”, bajo la dirección de Rafael Baledón con la que inició una serie de películas del género del western donde tuvo como patiño al actor Pedro D´Aguillón entre las que se dieron desde unos churrazos como “El pantano de las ánimas”, también de 1957, hasta una alentadora historia en Eastmancolor de 1958 titulada “El potro salvaje” porque giraba en torno a la amistad de una niña con el potro del título que no era otro que el caballo “Rayo de Plata” del actor al lado de la primera actriz Carmen Montejo.

De 1959 es sin lugar a dudas una de sus mejores películas como lo fue “La edad de la tentación”, donde bajo la dirección del maestro Alejandro Galindo fue protagonista junto a Mapita Cortés de una especie de “Rebelde sin Causa” a la mexicana a través del retrato de una juventud desenfrenada de la época que se encontraba de manera literal en “la edad de la punzada”.

La década de los 60 la inicia y termina Gastón Santos con dos de sus mejores westerns como fue el caso de “Una bala es mi testigo” (Chano Urueta, 1960), al lado de primeros actores como Jaime Fernández, Rita Macedo e incluso Mauricio Garcés, y “El silencioso” (Alberto Mariscal, 1967), compartiendo créditos con Luis Aguilar, Adriana Roel y Emilio “Indio” Fernández, pasando por la comedia “Jóvenes y bellas” (Fernando Cortés, 1961) que protagonizó junto a María Eugenia San Martín, Fernando Luján y Begoña Palacios y Alfonso Mejía para en 1971 tener un último crédito cinematográfico con una participación especial en el western de comedia “Bang bang al hoyo”, de René Cardona Sr. junto a Enrique Guzmán, César Costa y Héctor Lechuga, entre otros más.

Gastón Santos se convirtió en uno de los actores juveniles y famosos de esa época, en la que pudo filmar alrededor de 15 películas que le dieron proyección nacional e internacional.

La terna en hombros en Sincelejo con gran entrada en los tendidos. Andrés Chica, José Fernando y Manolo Castañeda lucieron la corrida de El Capiro

Los aficionados atendieron el llamado de la empresa con buena asistencia a la plaza de toros en la capital de Sucre

La terna se lució saliendo en hombros con un buen encierro de El Capiro de Sonsón que indultó un toro

RESULTADO

El rejoneador Andrés Chica , 2 orejas ver video cortesía de Edgar Arandia

José Fernando, de México, 4 orejas, rabo e indulto del segundo toro lo más destacado de la tarde

Manolo Castañeda, dos orejas en el segundo toro . Torero bogotano que viene con una excelente temporada del año 2023 en méxico y colombia en 8 actuaciones a cortado 12 orejas y un rabo para este 2024 esperamos verlo en las grandes ferias como cali y manizales

Dos carteles imperdibles. próxima cita 28 de enero en lenguazaque

La primera corrida con toros de Miguel Gutierrez declarada la mejor por el jurado calificador del trofeo oficial y la segunda con Santa Bárbara del capitán Bárbero.

Cartel

28 de enero

  • Cristóbal Pardo :colombia:
  • Manuel Escribano :es:
  • Juanito Ortíz :colombia:

Toros de «Ernesto Gutierrez»

29 de enero

  • Manuel Libardo :colombia:
  • Román :es:
  • Juan de Castilla :colombia:

Toros de «Santa Bárbara»

16 de marzo

Novillada

Manolete , Armillita y Silverio en la pluma de Alcalino

Fermín “Armilla” no había alternado con Manolete sino en una ocasión, en la corrida de
Beneficencia del año anterior, en Madrid (30.05.45), de la que Silverio Pérez se quitó a
última hora con el pretexto de una dolencia visual inventada (en realidad, el texcocano
nunca llegó a confirmar en Las Ventas su alternativa poblana); ninguno de los dos tuvo
una buena tarde ni sería Fermín el alternante más asiduo de Manuel Rodríguez en plazas
mexicanas, si bien ese invierno coincidieron en tres carteles capitalinos.
Manolete acababa de reaparecer tras un mes entero convaleciendo de la cornada que
selló con sangre su clamorosa presentación en El Toreo (09.12.45). Y en esta su segunda
comparecencia en la capital alternaría con Fermín Espinosa y Jesús Solórzano, dos viejas
glorias del toreo nacional, algo empolvado el moreliano pero en plena sazón el saltillense.
Los toros de La Punta, procedencia Parladé, constituían una corrida terciada, nada que ver
con los imponentes encierros punteños de pocos años atrás. Se hacía ostensible la mano
del astuto apoderado de Manolete José Flores “Camará”. El mismo que eligió a Silverio
–no a Armilla—como el compañero más frecuente de su poderdante en cosos mexicanos,
donde Manuel Rodríguez tampoco alternó nunca con Carlos Arruza, una anomalía de la
que más de una vez el avezado cronista José Alameda responsabilizó asimismo a Camará.
Solórzano, verónicas de ensueño. Chucho Solórzano, que ya toreaba poco, estuvo a la
altura de la ocasión. Como era, además de fino artista, un lidiador que conocía a los toros
y podía con ellos, redondeó una magnífica tarde, la última suya a gran nivel en el primer
ruedo de América. Su capote se movió con la cadenciosa elegancia que le valiera en otro
tiempo el sobrenombre de rey del temple. Y un lote bastante propicio sacó a flor en Jesús
escondidos ímpetus juveniles, para sorpresa de quienes lo habían prejuzgado con desdén
por la ostensible calva y los parsimoniosos movimientos de veterano. Los mismos

escépticos que, entusiasmados, le harían dar la vuelta al ruedo la muerte de su primer
toro y lo aclamaron con fuerza mientras paseaba la oreja del quinto. Pero su momento
grande, cima artística de una gran corrida, lo había tenido al veroniquear a ”Batanero”.
El Tío Carlos (Septién García) lo describió así: “Cuando Jesús se irguió en el tercio y recibió
a “Batanero”, quinto de la tarde, con un lance lleno de elegante pereza, la gente gritó de
gusto. Pero cuando Jesús tendió los brazos nuevamente y sin mover un centímetro los pies
recibió nuevamente al toro y así dejó caer 7 verónicas impregnadas de finísima esencia, la
gente saltaba, se abrazaba y un grito unánime salió de todas las bocas: –¡Viva Morelia!…
(…) Ovacionaza. Que no paró hasta que había terminado el primer tercio. Cuando Jesús fue
obligado a salir a saludar a la enardecida multitud.” (El Universal, 17 de enero de 1946).


La misma memorable escena, relatada por Don Tancredo (Roque Armando Sosa Ferreyro):
“Su triunfo indiscutible fue con el quinto punteño, “Batanero”, al que inmortalizó con siete
y medio lances de milagro, que Jesús Solórzano legó a la posteridad como un testimonio de
que se va de los ruedos tan artista como siempre. Después del primer lance rectificó
levemente su posición y, sin moverse, ligó los cuatro siguientes, para enmendarse otra vez
y dar los dos finales y la media que remató esta memorable serie, que puso otra vez en
circulación el prestigio de El Rey del Temple.” (La Fiesta, semanario. 23 de enero de 1946)
Manolete, otra vez triunfador. El Monstruo no sólo agotó por segunda vez el boletaje sin
importar que fuera día laborable –aquel 16 de enero cayó en miércoles–; imperturbable,
reiteró la tremenda impresión causada el día de su debut y se llevó en prenda el rabo del
primer punteño que le soltaron.

El Tío Carlos, primer manoletista de México, no pudo ser
más descriptivo: “Molinero”, negro, astifino, chico y abiertillo (…) era el segundo toro que
había de lidiar en El Toreo (…) Anduvo abanto y suelto hasta que Manolete lo recortó
imperiosamente con esa su media verónica que es un decreto (…) La segunda vara fue baja
y el toro salió suelto, pero ahí estaba Fermín para prender la mecha con cuatro faroles
rodilla en tierra y jubilosa revolera final (…) El animal tropezó con la barrera y derrotó en
banderillas, tal vez por un defecto visual (…) Manuel Rodríguez se armó de toda arma,
irguió su personalísima figura (…) el toro cerrado en el tercio, el torero imperioso e inmóvil
(…) Dos muletazos altos, afinados y rectos como una aguja gótica (…) Y luego el portento:
cuatro naturales jalando al toro, metiéndolo en la muleta, obligándolo a trazar el arco
rotundo de cada pase, dejándoselo a la espalda en un alarde de mando (…) En seguida,
alternó una serie de derechazos por bajo con otra de derechazos por alto y cerró el
conjunto con dos orteguistas purísimos (…) Y con el toro ya agotado, vino lo más
grandioso: tres pases naturales, obligando materialmente al aplomado, tirando de él firme
y suavemente. Y cuando en el centro de la suerte el bicho de plano se quedó, Manuel no
enmendó un ápice, simplemente acentuó el imperio de su muleta, imprimió al trazo un
mando enérgico e hizo girar al toro como hechizado una y otra vez (…) Y con el toro
desigualado, una estocada ligeramente delantera, entrando con verdadero ímpetu . La
oreja, el rabo, la vuelta al ruedo, la salida a los medios (…) Habíamos visto la magia del

poderío y la plástica del toreo con la izquierda (…) con un toro que no era materia prima
para una obra de aliento”. (El Universal…)


Menos exaltado, Don Tancredo situó las cosas con ecuanimidad, sin dejar de reconocer la
grandeza del cordobés: “Con los dos toros menos propicios para el éxito (…) se llevó la
oreja y el rabo de su primer enemigo, “Molinero” (…) Lo lanceó repetidas veces, con
extraordinario aguante pero sin lucimiento, y en quites, Armillita armó la escandalera con
cuatro faroles de rodillas, aprovechando inteligentemente la embestida alta del toro (…)
Con la franela, Manolete inició su labor recogiendo al astado con dos chicotazos, no
doblones, y tras un derechazo instrumentó seis naturales –con ayuda de la espada—un
ayudado por alto, dos derechazos, otro por alto y el de la firma (…) con aguante
prodigioso, a mínima distancia, aunque sin cruzarse con el astado, de perfil, ligó tres
naturales más, y finalizó su trasteo con una manoletina y otros magníficos derechazos.
Cambió la espadita de palo por el acero, y atizó media caída y tendenciosa. Gran ovación,
vuelta al ruedo y salida a los medios después de que se premió su faena con los apéndices
de “Molinero”.” (La Fiesta…)


Armilla, inconmensurable. Seguimos con Don Tancredo, que abrió su crónica así: “Como
primer espada y máximo triunfador, Armillita merece la atención de las primeras
referencias y los más cumplidos elogios, pues ésta ha sido una de sus más grandes tardes,
quizá la de mayor relieve en México por cuanto hizo gala de toda su maestría, de un valor
sereno y positivo, de facultades portentosas, y además –y ojalá así sea siempre—de celo
con el toro y con la gloria, dando a su toreo una emoción, una gallardía, una finura y
elegancia que don Fermín Espinosa no acostumbra prodigar (…) Puso cátedra, y en
cantidad y calidad superó al famoso y admirado diestro cuyo nombre es actualmente el
eje de la fiesta en España y en América.

Verdadera apoteosis la de Armillita, que con la
capichuela, las banderillas, la muleta y la espada obtuvo un triunfo grande, clamoroso,
definitivo, sintetizado en un grito que surgió del graderío: “¡Saltillo, capital de Córdoba!”
Fermín, colosal en los tres tercios y en todos los momentos de la tarde, les cortó los rabos
al abreplaza “Consentido” y a “Pituso”, el cuarto punteño, siendo con éste con el que
mayor asombro produjo al enhilarse con el toro, ponerse de perfil y reproducir la técnica
de Manolete con una precisión, un temple, un mando y un ajuste que enloquecieron al
respetable. Para Don Tancredo, “A “Pituso” le hizo un trasteo inolvidable. El animal se
ceñía por el lado derecho y Armillita lo lanceó muy bien por el izquierdo (…) De nuevo pidió
los garapullos y encendió el entusiasmo, la emoción y la alegría con tres soberbios pares
de banderillas (..) Y vino lo sensacional, lo extraordinario, la enorme, histórica faena: tras
dos muletazos de tanteo, quince pases naturales en tres tandas (…) al estilo de Manolete,
de perfil, acortando la distancia que lo separaba del toro con pasos menudos y flameando
suavemente el engaño, que llevaron al frenesí a los aficionados, mientras se extendía por
el ruedo una alfombra de sombreros y la ovación se hacía interminable. Y como remate,
muletazos de adorno, medios pases por la cara, molinetes y cambios de muleta por la

espalda. Echándose fuera atizó media estocada, y después una honda en todo lo alto.
Ovación, oreja y rabo, música, el delirio. Tres vueltas al ruedo y dos salidas a los medios…
¿No decían que Armillita era un torero caduco, en plena decadencia?” (La Fiesta…)
Para El Tío Carlos no fueron 15 sino 17 los pases naturales de Armillita a “Pituso”: “La
mayor gloria de la tarde para ti, Fermín Espinosa, que, favorecido por el don de la
sabiduría, eres armonioso y equilibrado, fuerte y prudente, poderoso y sagaz. Para ti, que
el leve ondeo de tu breve muleta tejida con hilos de Saltillo has trazado los 17 arcos
triunfales de tus naturales, y has formado con ellos una trama de tan profundo saber, de
tan robusta organización, de tan radiante armonía (…) Si alguna vez, con “Clarinero”,
mostraste que en la clave del pase natural de largo eres amo y señor, ahora, en el
intrincado y noble secreto del pase natural en corto has demostrado la fuerza de tu brazo y
el acerado temple de tu corazón. Para ti, maestro de México, grande y perfilado como sus
serranías, extenso y vasto como las llanuras de tu brava tierra norteña… (El Universal…)
Sí, Saltillo capital de Córdoba. Sólo en cuatro ocasiones alternaron Armilla y Manolete
ante el público de la capital.

Y el balance favorece al maestro mexicano, que, transfigurado por el estímulo de la competencia, sumó en esas cuatro corridas cinco orejas y tres rabos (ya hemos visto que el reglamento de entonces, absurdamente, omitía
el segundo auricular en caso de corte del rabo), por tres y dos rabos para Manolete.
Inclusive Carlos Septién García, máximo aedo de las glorias del Monstruo en nuestro país,
hubo de reconocer, en sus crónicas de El Universal, que las faenas de Fermín a “Pituso” de
La Punta y “Nacarillo” de Piedras Negras (15.12.46, la única vez que el de Saltillo alternó
con el de Córdoba en la recién estrenada Plaza México) supusieron dos hitos inolvidables,
toreramente superiores a cuanto haya podido realizar Manolete en tales ocasiones.
Naturalmente, Camará continuó prefiriendo como asiduo compañero de cartel de su
hierático pupilo a Silverio Pérez, el genial pero muy desigual Faraón de Texcoco.

Daniel Luque, » Catedral de Manizales» y «Voceador de Prensa» de » La Patria» por la faena a «Cortapelo» de Juan Bernardo Caicedo. La «Barra5» declara desierto el trofeo al mejor toro

( Este es el texto del reglamento expedido por la Alcaldía de Manizales que debe ser tomado en cuenta por el jurado que otorga tan significativo trofeo, la replica de la catedral )

El torero Daniel Luque ganó el trofeo oficial de la feria de Manizales y el que otorga «La Patria» de Manizales por su faena al toro «Cortapelo», 329 con 440 kilos de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo.

EL PREGONERO DE LA PATRIA LO RESUMIÓ ASÍ

DANIEL LUQUE

Mejor estocada, Juan de Castilla

Mejor subalterno, Garrido

Mejor novillero, Luis Miguel Ramírez

Mejor ganadería, Ernesto Gutierrez

LA BARRA 5 consideró que no hay mérito para premiar al mejor toro de la feria y lo declaró desierto. «Ninguno cumplió con los parámetros de la peña para llevarse nuestro trofeo», me dice el presidente , Dr. Hernán Arciniegas

Si no hay modificaciones por Acuerdo en el Concejo de Manizales, la feria 70 empezará en el 2025 el 6 de enero. Ya se pueden abonar


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