Jesus Bayort informa en ABC Sevilla que se ha dado el primer paso en la búsqueda de un consenso sobre los utensilios utilizados en la corrida que ya comenzó en México y que estamos en mora de proceder en Colombia sin que el ritual taurino pierda un ápice de su grandeza y emoción.
No se trata de de un capricho sino de una urgencia tanto en el modelo de la puya como en las banderillas e incluso en la espada.
Tampoco se puede argumentar que es un guiño a las protestas de los antitaurinos y animalistas sino los cambios que el mundo del toro debe hacer en el marco de la sociedad en que se desenvuelve.
El último cambio significativo ocurrió hace casi 100 años cuando se impuso el peto al caballo de pica.
Dice el colega sevillano : Acudimos a la presentación de un nuevo libro que derivó en una conferencia y formulación sobre un ambicioso proyecto que pretende modificar utensilios de la lidia, tales como las puyas, las banderillas, los estoques y las divisas. El trasfondo principal de ‘Descubriendo al toro de lidia‘ es ése: argumentar y dar a conocer la alianza formada por el autor del mismo, el veterinario Julio Fernández Sanz, y el matador de toros retirado y fabricante de trebejos taurinos Manolo Sales, quienes llevan desde el año 2014 trabajando conjuntamente en tareas de I+D+I para su mejora y evolución.
Convocados bajo el reclamo de la participación de Morante de la Puebla en el acto, el Salón de Carteles de la Real Maestranza de Sevilla registraba un lleno de ‘no hay billetes‘.
Literal. Y junto al diestro de La Puebla del Río estaban el autor de libro, el ganadero Santiago Domecq y el picador Pedro Iturralde, testigos y partícipes los tres de algunas de las diferentes pruebas que Julio Fernández y Manolo Sales han realizado en el campo, obteniendo resultados concluyentes y positivos tras lidiar más de cien toros a puerta cerrada. El acto estuvo moderado por el periodista sevillano Álvaro Acevedo.
Julio Fernández rebasa ampliamente las fronteras clásicas de la veterinaria. Lleva toda su carrera investigando sobre el toro de lidia y está especializado en todas sus patologías. Trabajó durante más de dos décadas para la Unión de Criadores de Toros de Lidia como director técnico adjunto del Libro Genealógico. De esa etapa aún siguen latiendo sus trabajos relacionados con ADN y la genética, el estudio de los diferentes encastes, la técnica de análisis de cuernos y la suerte de varas.
Banderillas retráctiles
Aunque el trabajo de investigación de esta obra abarca desde la aparición del uro hasta su conversión en el actual toro bravo, mediante una derivación y modificación genética y fenotípica, el grueso del trabajo que justifica lo anteriormente expuesto se encuentra en los dos capítulos finales de la obra: ‘Mitos erróneos del toreo que lastran su evolución‘ y ‘Los útiles de la lidia y sus evoluciones‘. Una revisión de la lidia que pretende, si no modificarla, mejorarla, desde su comienzo hasta su fin. Desde la divisa hasta la estocada. Desde desmitificar la idea de que a mayor cantidad de sangre derramada, mayor capacidad de atemperar al animal, hasta el planteamiento de que a los toros hay que picarlos ‘delanteros’ para conseguir su óptima humillación. Proponen banderillas colgantes y retráctiles, un estribo del picador forrado para evitar daños al cornúpeta y una nueva formulación de la puya, pasando de la actual pirámide triangular a una cuadrangular que reduzca tanto los daños como la hemorragia, no ya por efecto visual, sino para evitar mermas en la condición física del animal y que el espectáculo se desarrolle con mayor dinamismo y naturalidad.
Tal y como explicó el propio autor, es un libro interesante que, antes de exigir ningún tipo de modificación, debería ser leído y comprendido por todos los actores de este espectáculo: profesionales y aficionados. Y a raíz de diferentes pruebas, observar si lo propuesto es realmente acertado y positivo.
Morante, a favor de cambiar la puya
Morante de la Puebla es en la actualidad uno de los toreros más comprometidos con la mejora sustancial del tercio de varas. Aprovecha cada oportunidad que se le presenta para mostrar su decepción con este «mero trámite» —así lo cataloga— y demanda una renovación que ofrezca mayor modo de lucirla, a la vez que disminuir los daños y perjuicios en el animal.
«Sería ésta una oportunidad para que los toreros piquemos más de una vez a los toros, especialmente en plazas de segunda y tercera categoría, donde no es obligatorio hacerlo y donde los públicos nos demandan un tercio de quites que es antirreglamentario», explicó antes de informar que este año intentarán retomar la corrida concurso de Jerez de la Frontera que estaba prevista para 2020, suspendida por la pandemia, en la que la Junta de Andalucía había concedido una autorización extraordinaria para probar esas nuevas puyas. «Con la puya actual no hubiera organizado nada porque el toro no permite tres o cuatro varas».
«Es necesario que el toro se mueva más, aunque pueda parecer que yo sea uno de los principales perjudicados. No lo creo así. Al no ser ésta una puya tan agresiva, consigue amoldar al toro y no matarlo. Además que permite a los picadores rectificar bien y con comodidad, cosa que con el resalte de la actual es muy difícil», señaló Morante.
También apoyó el torero de La Puebla la investigación sobre nuevas banderillas, ya que él mismo ha experimentado cortes y lesiones al realizar la suerte suprema, aunque prefirió que por el momento se prueben en festejos menores, «donde el riesgo es menor», hasta tener la seguridad de que se quedan fijas en el animal, «evitando así que los banderilleros tengan que pasar más veces de las necesarias para dejar cuatro palos».
Exitosa prueba en ‘Garcisobaco’
Por su parte, el ganadero gaditano Santiago Domecq Bohórquez comentó su experiencia con esta puya, tras haberla utilizado en varios toros a puerta cerrada en su finca ‘Garcisobaco‘. «La prueba fue con dos toros que lidió José Antonio. Se les dieron bastante en varas, yendo varias veces bajo la dirección del maestro. Los toros no fueron perfectos, pero sí que tuvieron la duración ideal y el sangrado justo para que no se vea a un animal desangrándose en la plaza. Muchas veces se ven charcos de sangre que creo que deberíamos evitar. Hay que darle vistosidad al tercio de varas y permitir que el público se divierta, no sólo con el capote y con la muleta».