Castella, Juan Ortega y Roca Rey con toros de Victoriano del Río en Sevilla. Castella abre con «Derramado», 555 kilos. No hay localidades
EL LOTE DE SEBASTIAN CASTELLA
Nº 110. ‘DERRAMADO’. Negro listón. 555 kg. 03/18 y
Nº 167. ‘GADITANO’. Sardo. 556 kg. 08/18
EL LOTE DE JUAN ORTEGA
SORTEO | Lote de hoy para Juan Ortega.
Nº 131. ‘JABARDILLO’. Negro. 520 kg. 03/18 y
Nº 154. ‘ALDEANO’. Sardo. 595 kg. 11/17
EL LOTE DE ROCA REY
SORTEO | Lote de hoy para Roca Rey.
Nº 171. ‘DESENVUELTO’. Negro. 551 kg. 09/18 y
Nº 111. ‘CÓNDOR’. Negro burraco. 564 kg. 03/18
Sebastián Castella reaparece con ilusión por cristalizar lo que un día estuvo a punto de conseguir: la Puerta del Príncipe ; Juan Ortega, que dejó miel en los labios a los aficionados en su primera comparecencia sevillana especialmente con el capote de seda y Roca Rey, ambición sin fondo, tras su Puerta del Príncipe lograda y cuestionada.
LA GANADERIA
ANTECEDENTES
Por división de la ganadería de don Juan Guardiola Fantoni, que procedía de Gamero Cívico, uno de los lotes correspondió a su hijo don Manuel Guardiola Soto, el cual lo vendió en 1951 a don José Luis Vázquez Garcés, agregando vacas y sementales de Santa Coloma. En 1973 la adquieren los Hermanos Vázquez Silva vendiéndola en 1982 a Doña Leandra Díaz Martínez, que anuncia “El Retamar”. En 1985 la adquiere su actual propietario, que elimina todo lo anterior y la forma con un lote de don Juan Pedro Domecq, otro de don Luis Algarra Polera junto con el semental Aldeano y setenta vacas y tres sementales de “Jandilla”. Posteriormente agrega más vacas de “El Torreón”. En 2002 compró por sorteo una octava parte de la ganadería de “Toros de El Torero”, todo de procedencia Juan Pedro Domecq y Díez.
ENCASTE
El fundador de esta estirpe de ganaderos, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, compró a principios de 1930 la ganadería del Duque de Veragua a Manuel Martín Alonso, quien se había hecho con el hierro ducal dos años antes. Juan Pedro hizo caso de las recomendaciones que le dio el también ganadero Ramón Mora Figueroa y entre 1930 y 1931 adquirió al Conde de la Corte cuatro sementales, Llorón, Carabello, Chucero y Bodeguero, así como dos puntas de vacas. Tras el fallecimiento del fundador, en 1937, se encargó de la ganadería su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez, quien añadió reses de Mora Figueroa, con sangre Conde de la Corte y García Pedrajas, ambas de origen Parladé. Todos los especialistas consideran que el señor Domecq Díez consiguió crear un encaste propio, depurando y mejorando el concepto de bravura.
Los toros de este encaste suelen ser bajos de agujas, finos de piel y de proporciones armoniosas. Las encornaduras tienen un desarrollo medio, pudiendo crecer en forma de gancho o gatillo (engatillados). El cuello es largo y descolgado, el morrillo bien desarrollado y no tanto la papada. Los pelos predominantes son negros, colorados, castaños y tostados. Pueden aparecer los jaboneros y ensabanados por la influencia de la casta vazqueña. En cuanto al comportamiento, este encaste conserva la cualidad de ir a más. Se arranca pronto y lo hace galopando, con alegría y fijeza en los trastos de torear.