Category Archive : Cultura taurina

Prohibir la tauromaquia es como incendiar el museo del Prado: Calamaro

El cantautor argentino Andrés Calamaro que desde que se acercó al mundo de los toros cada vez que tiene ocasión explica la fiesta, la coloca en el sitio que merece y tiene apuntes certeros para controvertir a quienes la atacan.

En Liberad Digital ha vuelto a cincelar un puñado de expresiones para darle sentido a la tauromaquia:

P: Andrés Calamaro, ¿Sobrevivirá la tauromaquia a lo que muchos llaman «Nuevo Orden Mundial»?

R: La tauromaquia es la clave, la actual diferencia entre el bien y el mal. Es en la tauromaquia en donde se dirime el destino del mundo, la libertad y la cultura. Ahora mismo es más importante que la música y tiene la importancia del Museo del Prado.

Renunciar a la tauromaquia es como permitir que incendien el Museo del Prado con todos los cuadros dentro, las falsificaciones y los originales.

P: En la era del «Falso LV», ¿los hombres –y las mujeres– libres lo tienen más difícil?

R: El pensamiento completamente libre nunca es fácil. Mas las dificultades son apariencias y somos muchos hombres y mujeres de pensamiento libre.

Andrés Calamaro (Buenos Aires, 1961) desconoce si el destino sostiene el timón de su vida, aunque tiene bien aprendido que «un hombre es un campo de batalla» y continúa empeñado en seguir la misma dirección, «la difícil, la que usa el salmón», porque sabe de sobra que sólo los peces muertos siguen la corriente del mar.

El firmante de maravillas como «Flaca», «Carnaval de Brasil» o «Cuarteles de invierno», aquel que, en «Frío y barro (segunda parte)», proclamaba que «el opio no es el opio del pueblo: / no es opio ni es del pueblo», planta cara a los censores, a la cofradía del «Falso LV«, cargando la suerte y conjugando, en primera persona del singular, el presente de indicativo de los verbos «cantar», «componer» y «escribir».

Con sus, grosso modo, cuatro fructíferas décadas de carrera musical, sus más de treinta álbumes –sólo en solitario, entre trabajos de estudio, directos, recopilatorios y una banda sonora, suma 33 hasta la fecha; luego están los que publicó durante sus etapas con Los Abuelos de la Nada y, cómo no, con Los Rodríguez–, algunos de ellos, verdaderos ochomiles del rock en español, y un cancionero tan numeroso como la descendencia de Abrahán, el compositor argentino comulga con y practica aquello que cantaba José Larralde en «Cimbreando»:

«Como soy el patrón de mi propia voluntad, / quiero estar donde hay que estar / vomitando mi opinión».

Bohemio en edad de merecer, creador fecundo y compulsivo, ateo que, citando el Martín Fierro, da gracias a la Virgen y al Señor por no perder su amor al canto ni su voz como cantor, taurino devoto, libertario libre, ciudadano rebelde, conversador culto y torrencial, amigo noble y generoso, Calamaro habla con LD sobre, entre otras cosas, su nuevo disco de duetos, que verá la luz en primavera, sus proyectos extramusicales, los artistas activistas, Julio Iglesias o el futuro de la tauromaquia. Comenzamos:

P: Andrés Calamaro, ¿tú con qué levitas?

R: Con Remedios Amaya.

P: Permíteme un inciso: yo he levitado con la versión que has grabado de «Mil horas» con La Sonora Dinamita. Es una pasada y no se ha hablado mucho de ella en España.

R: Para la música regional y popular de México, «Mil horas» es anónima, se escucha todo el tiempo en cumpleaños y casamientos, ni me pertenece. Gracias.

P: Y, Andrés Calamaro, ¿qué te avinagra?

R: El malestar físico.

P: «Siempre seguí la misma dirección, / la difícil, la que usa el salmón». ¿Lo mantienes?

R: La dirección difícil siempre es la misma, lo sostengo.

P: Cuando a un político, a un periodista o a un derivado se le llena la boca con palabras como «tolerancia», «empatía» o «diversidad», ¿conviene sospechar?

R: Hablar con la boca llena conviene, sospechar procede. Las grandes palabras habría que pronunciarlas con prudencia, lo dice alguien sospechado de escribir canciones al amor y la muerte.

P: Edu Galán me dijo una vez que un periodista no puede ser activista. ¿Y un músico?

R: Los músicos activistas reciben alguna clase de beneficio por serlo. El periodismo se consagra cobrando un salario, tampoco es una plataforma idónea para la militancia. Los músicos no apercibimos salario ni jubilaciones, eso tampoco nos convierte en genios.

P: En su último disco, nuestro querido Enrique Bunbury arremete contra los «Malditos charlatanes», esos que muestran «una incapacidad total / para crear algo de belleza» y que sólo desarrollan «destreza para destrozar». ¿Tú los has sufrido?

R: Lo he advertido, sí… casi todos los días. Para colmo de males, soy un pobre charlatán, incapaz de callarme la boca. Hasta el salmón por la boca muere, como todos los peces.

P: ¿Soportas mejor a un malvado o a un imbécil?

R: Quitándome a mí, que soy las dos cosas y juntas al mismo tiempo, a un malvado.

P: Si fueras presidente, lo primero que harías sería…

R: Abrir el Casa Patas.

P: ¿Y si fueras Dios?

R: Sería mujer.

P: ¿Y si fueras mujer?

R: No me hubieran sido tan perjudiciales los divorcios.

P: Cambiando de tercio: menudo bombazo el dueto de «Bohemio» con Julio Iglesias. Cuéntame Andrés Calamaro cómo surgió la cosa.

R: Algo así sólo es posible habiendo amistad y respeto; amor, en otras palabras. O un milagro.

Todo llama la atención de Julio Iglesias porque es más que muy grande.

En España brilla en su ausencia e incomoda un poco porque es una leyenda entre los hombres, o esa es la sensación que tengo.

En Argentina es un héroe de la canción melódica, como se conoce al genero pop de baladas. Julio conoce muy bien Argentina.

Mejor que yo, probablemente.

Es mucho decir, pero somos compañeros y amigos en el oficio de cantantes. Quizás a la sombra del brillo de sí mismo, su discografía no es completamente reconocida como muy buena, pero a mí me ha llamado la atención el disco escrito por Manuel Alejandro, Un Hombre Solo.

Creo que es un disco clave para comprender la importancia de este artista grande.

Manuel Alejandro con Manzanero

Luego, entiendo que la leyenda sea incluso más grande que la importancia musical de un músico si hablamos de Julio Iglesias.

Quiero creer que estoy en el radar de Julio porque soy una persona y artista decente, y Julio Iglesias tiene la inteligencia de un genio.

Hace unos años me invitó a cantar «Juan Charrasqueado» para un disco íntegramente dedicado el repertorio centenario mexicano.

Grabé mis partes en Madrid y fueron aceptables porque quedó en el disco oficial.

Nos hablamos por teléfono para saludar y agradecer, incluso le pedí consejo sentimental mientras grabamos lo que, a toro pasado, es el próximo disco de duetos. Luego nos encontramos a cenar en Buenos Aires y me convidó con un vino sudafricano exquisito.

No tomo vino y no lo sé apreciar, pero este caldo era un elixir consagrado a las mil lenguas. Grabar un disco de duetos no es nada sencillo, hay que elegir veinte canciones y grabarlas, luego pensar en tres cantantes posibles para cada canción y en tres canciones posibles para cada cantante posible, luego llamarlos y que puedan o quieran grabar sin pedir nada cambio.

Después hay que enhebrar los tiempos, los estudios y los permisos legales. No es nada normal que Julio Iglesias cante en un disco de otro artista, menos si es un disco compartido con otros quince cantantes que no conoce, menos si lo mezclamos nosotros y elegimos el sonido de la voz de él.

Es demasiada confianza. Creo que estamos juntos porque nos queremos y nos admiramos, pero también porque somos los siempre vivos y ya despedimos a muchos amigos que quisimos los dos.

P: ¿Cuándo verá la luz ese disco de duetos?

R: Un disco puede ver la luz en la oscuridad y el silencio. Me ha gustado la pregunta.

P: ¿Qué me puedes contar Andrés Calamaro, por ahora, sobre este trabajo?

R: Grabamos con un trío arreglado por Germán Wiedemer, con Antonio Miguel en contrabajo y Martin B en percusiones. Produce Carlos Narea y fue grabado en diferentes estudios en distintos países con base en Madrid, donde grabó y mezcló Ángel Martos.

Hay otros instrumentos, el compás de Piraña, guitarras de José y Vicente, trompeta y grandes artistas que cantan este repertorio, entro los que llaman la atención leyendas como Milton Nascimento y Fernando Cabrera.

P: ¿Tienes otros proyectos entre manos?

R: Tengo arena entre las manos y no es el mundo.

P: ¿Qué hay de ese libro de fotos taurinas?

R: El libro de fotografías: fueron cinco años aprendiendo a ver toros con la excusa de sacar fotos buenas. Acompañé a los maestros y toreros por varios países, nunca les pedí hacer fotos en los hoteles ni en la furgoneta, fui invisible pero me arrimé mucho.

En el callejón, la mayoría de fotógrafos hace fotoperiodismo taurino, con la excepción de Anya. Durante cinco años estuve aprendiendo del toro y de Anya, que es excelente. Lo que me cuesta es terminar una versión definitiva. Trabajamos mucho con Jeosm en la curación, los encuadres y los retoques, y mostré las fotos a Gerardo Ortega, Antonio Corbacho y Jaime Urrutia.

El libro es casi perfecto, pero todavía quiero mejorar un par de cosas. Asimismo es exposición de arte, buenas impresiones para exponer en galerías… esperando los ataques de los tolerantes animalistas.

P: ¿Y qué piensas hacer con los versos que escribes a diario?

R: El 31 de diciembre terminé de escribir un diario con versos. Conversos. Ahora estoy corrigiendo, pero todos me resultan iguales porque son todas redondillas, décimas ingeniosas y vulgares.

Espero que sea el Martín Fierro de la pandemia, los antidepresivos, el amor y la muerte. Sigo escribiendo a diario; luego, tengo proyectos que se asemejan a lo imposible. El silencio de la hoja en blanco me impulsa a escribir. Escribo para hablar menos.

P: Luis Alberto de Cuenca dice en un verso: «Sin tu musa, no eres nadie, poeta». ¿Se puede escribir versos con horario, como hacía Cela con la novela, o hay que estar sometido a los caprichos de la inspiración?

R: Intenté decapitar la teoría de las musas y las musas me decapitaron a mí.

P: Para terminar Andrés Calamaro, ¿crees que 2021 será un año mejor que 2020?

R: Los años terminados en cero siempre son complicados.

La MAESTRANZA, premio de las bellas artes que se concede además al gran músico venezolano Gustavo Dudamel

El Ministerio de Cultura de España ha concedido este año la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes a 32 profesionales entre los que destacan el cineasta Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965) y el director de escena asturiano Emilio Sagi (Oviedo, 1948), que estuvo al frente del Teatro Arriaga como responsable artístico entre 2008 y 2016.

En el apartado de la tauromaquia con la Real Maestranza de Caballería de Sevilla han recibido también su correspondiente medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

También aparecen en la lista de galardonados una pareja de navarros, Montxo Armendáriz (Olleta, 1949) y la soprano María Bayo (Fitero, 1961).

El director de cine bilbaíno no ha tardado en reacccionar en Twitter: 

«Hay muchos que se le merecen más que yo, obviamente, pero ¡gracias, sin duda! Un honor estar junto a mi admirado y amigo Montxo Armendariz».

La nómina de los 32 se completa con Carlos Hipólito, Adriana Ozores , Emma Suárez, Rosario Flores y Antonio Resines.

Habituales de la pantalla y también en el caso de los cuatro primeros de los escenarios; el director de orquesta de origen venezolano Gustavo Dudamel, así como el compositor alemán Hans Zimmer y el músico Manolo García.

Los bailarines y coreógrafos Sara Baras, Antonio Canales, Carmen Werner y Teresa Nieto; las coleccionistas y mecenas Pilar Lladó y Marga Sánchez; Laura García Lorca, presidenta del Patronato de la Fundación Federico García Lorca; la restauradora de pintura María Dolores Fuster Sabater; el acróbata y payaso Miguel Ángel Fernández ‘Tinga Tinga’, además de Paz Muro, artista multidisciplinar y pionera de la performance en España.

Se trata de una distinción no remunerada que premia «trayectorias destacadas en el campo de la creación notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio».

Los seleccionados deben recibir el visto bueno del Consejo de Ministros a petición del titular de Cultura.

«Es un honor haber hecho la propuesta. ¡Enhorabuena a todos!», como escribe El Correo de Andalucìa

El toreo desde la izquierda

El toreo desde la izquierda. Eneko Andueza, del partido socialista vasco defiende la fiesta y dice sin dobleces que el toreo es tanto de izquierdas como de derechas pues el toreo no tiene singularidades políticas.

Acaba de publicar un libro que es satanizado por los recalcitrantes.

Dice el político vasco: «Yo invitaría a toda la gente que dice que la tauromaquia está en decadencia a que una tarde en San Isidro se vaya a un tendido de sol, se siente y haga un análisis social de la gente que se sienta en el tendido.

Probablemente se quede sorprendido.

La fiesta del toro sobre todo en su versión más popular en estos momentos tiene un éxito entre la gente joven que probablemente esté muy lejos de lo que algunos quieren idealizar como una fiesta obsoleta y pasada de moda», explica el socialista.

En estos tiempos de lo políticamente correcto en Colombia, un liberal (se abroga ese titulo de ser copartidario de Gaitán, Uribe Uribe y López Pumarejo), presenta un proyecto para prohibir los toros, en nombre de supuestos e inexistentes maltratos al toro y nos descalifica con expresiones groseras e insultantes inadmisibles.

Otro, como el alcalde que cerró en Bogotá La Santamaría y quiere ser presidente abomina de la tauromaquia, otro más que es médico y alcalde de Cali se escuda en «principios humanitarios» para cerrar el paso a la fiesta, otro que es «verde» en Manizales «sí pero no» con los festejos taurinos.

Otro que no quiere saber de corridas, el de Medellín y la extravagante Claudia que dice no a las corridas pero sí aboga por el derecho (legítimo por lo demás) de que se acepte el matrimonio homosexual y ella (respetables) se proclama lesbiana y no vacila en proclamarle su amor a la mujer que ama.

Por cierto, pregunta pertinente: ¿Qué piensa, señora alcaldesa, de la eutanasia, del aborto?

En resumen, esta nueva izquierda que uno no sabe bien ideológicamene qué entiende por tal, qué caminos busca para el manejo del Estado, qué concepto tienen sobre la libertad, los derechos, el respeto a las minoráis que se lamieron los labios predicandolo en campaña y ya sentados en las poltronas lo niegan inmisericordemente. El toreo desde la izquierda.

EL EXILIO ESPAÑOL Y MANOLETE.

Cuenta el director de cine Agustín Diaz Yanes sobre el encuentro de los españoles exiliados en México cuando Manolete fue en el 45 a la monumental:

Cuando Manolete llegó a México en el año 1945 para debutar en la plaza del Toreo, el líder socialista en el exilio Indalecio Prieto, junto con otros republicanos y socialistas ilustres, invitó al diestro cordobés a una comida para homenajearle.

Manolete, a pesar de las advertencias en contra, asistió al banquete, y allí se fraguó una gran amistad entre el líder socialista y el torero.

Amistad que Manolete selló con una foto suya cuya dedicatoria decía así: “De español a español, Manuel Rodríguez Manolete”.

Recuerdo que estamos hablando del año 1945, y que el diestro cordobés tenía que volver a España. A la España de Franco.

Prieto exhibió hasta el día de su muerte esa foto en un lugar prominente de su despacho, junto a la de Pablo Iglesias —fundador de PSOE— y la de Pau Casals.

Si Prieto y los exiliados españoles tan cruelmente perseguidos por Franco, y con el dolor todavía muy presente de los fusilamientos de familiares, amigos y correligionarios, recibieron a Manolete como lo que era, un torero de época, ofreciéndole su cariño y admiración.

No entiendo que determinadas personas, historiadores o políticos, quieran ensuciar el buen nombre del diestro.

Además de ser un torero excepcional fue una persona de una valentía moral difícil de valorar, siendo benigno, para los que no vivieron esos años espeluznantes, o no han leído lo suficiente sobre la terrible violencia franquista.

O si han leído, han leído mal. Me temo que a propósito. El toreo desde la izquierda.

Don Enrique Tierno Galván y «LOS TOROS, ACONTECIMIENTO NACIONAL «

El socialista Tierno Galván que fue alcalde de Madrid.

Vio los toros con el cariño y diferencia de un intelectual de izquierda expresa en su opúsculo:

Con los toros está ocurriendo algo semejante, en cuanto algunos espectadores.

Cada día más, a los que agrada la fiesta y la sienten, se conduelen de la fiera lidiada y del lidiador, hasta el punto de asistir intranquilos el acoso y muerte.

Actitud análoga a la de ciertos romanos respecto a las fiestas circenses que se transformaron desde ser la expresión del poder conseguido por la fuerza hasta acabar en un pobre espectáculo en que la dignidad romana estaba ausente.

Y añade:

Sin embargo, hoy aun son los toros un acontecimiento que, en cuanto tal, lleva implícita la exigencia de definirnos ante él.

La razón de ésta insoslayable exigencia, acerca de la cual habíamos preguntado antes.

Ésta en que son los toros aparición o testimonio, de una concepción del mundo que, por serlo, excluye o pretende excluir la vigencia de cualquier otra.

En efecto, toda concepción del mundo tiene como carácter fundamental la pretensión de vigencia exclusiva.

De aquí que ante ellas, de no ignorarlas.

La única actitud plena de sentido se vincule al sí o no, a la toral aceptación a al completo repudio. El toreo desde la izquierda.

Un genio del siglo XX, Jacques Costeau, y su profundo sentimiento sobre la tauromaquia

Jacques Costeau es otro de los insignes nombres ilustres del siglo XX que entendió la tauromaquia y tuvo expresiones muy sensatas y generosas sobre este antiquísimo arte que ha sido perseguido en los últimos 8 siglos como lo escribí en otra nota en tendido7.

SU LUCIDO PENSAMIENTO SOBRE LAS CORRIDAS

«Solo cuando el hombre haya superado la muerte y o imprevisible n o exista, morirá la Fiesta de los Toros.

Se perderá el reino de la utopía y el Dios mitológico encarnado e el toro de lidia, derramará vanamente su sangre en la alcantarilla de un lúgubre matadero de reses».

No puede haber mas expresividad en esta sentidas del oceanógrafo francés.

UN POCO DE SU PERSONAL HISTORIA

Nació el 11 de junio de 1910 en Saint André de Cubzac (Francia). Pronto empezó a interesarse por el agua entreteniéndose con juguetes mecánicos y cámaras acuáticas.

Realizó sus estudios en Roma, Burdeos, Nueva York y París. Tras este periodo entró a formar parte de la armada francesa durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero el destino, siguiendo su curso, hizo que se entrenase como aviador naval y tuviera un serio accidente, que le apartó de su carrera de aviador y le predispuso a investigar el mar.

Este fue un momento decisivo en la vida de Cousteau, pues fue cuando por primera vez se puso una máscara subacúatica y, junto al francés Emile Gagnan, inventó el famoso «Aqua-Lung» o pulmón acuático.

Se trataba de un dispositivo que permitía respirar bajo el agua libremente sin la necesidad de un tubo de aire en la superficie.

Logrando crear así un sistema utilizado en la actualidad por todos los buzos del mundo.

En 1948 compró el Calypso, un antiguo dragaminas que transformó en mitad yate y mitad laboratorio.

Con él y su tripulación navegó por todo el mundo.

Se convirtió en toda una referencia para el resto de las investigadores marinos hasta que dejó de funcionar por culpa de un incendio.

El Capitán Jacques Costeau comenzó así su larga carrera investigadora desarrollando un sistema de propulsión a vela.

Botando dos sumergibles monoplazas y dirigiendo experimentos sobre técnicas de buceo en saturación, entre otras labores.

Considerado uno de los más influyentes personajes históricos, hizo que su mensaje se propagara a lo largo de todo el mundo mediante las más de setenta filmaciones para televisión, sus tres películas de larga duración y sus más de 50 libros, entre los que destacan «La isla de los espíritus», «Planeta océano» y «Viaje de Cousteau al Amazonas».

TAUROMAQUIA. Alcalino.- Carta abierta del filósofo francés Francis Wolff a la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco y regidores del H. Ayto. de la ciudad de Puebla

Con motivo de los reiterados ataques taurófobos en contra de la fiesta de toros, y el anuncio, por parte de la presidenta municipal de Puebla; Mtra. Claudia Rivera Vivanco, de una convocatoria al cabildo del ayuntamiento para que vote la posible prohibición de las corridas de toros.

Este columnista acudió, entre otras personalidades, al filósofo de origen francés Francis Wolff, cuya pasión por la tauromaquia es de larga data y cuyos libros de tema taurino son reflejo exacto de su lucidez y rigor intelectual.

El resultado es esta carta abierta, que nuestro generoso amigo dirige a la alcaldesa de la ciudad y a los miembros del cabildo del ayuntamiento a su cargo:

París, 29 de noviembre de 2020.

A la atención de la Mtra. Claudia Rivera Vivanco

Al H. Cabildo Municipal de la ciudad de Puebla

Distinguida señora Presidenta Municipal de Puebla Claudia Rivera; distinguidos representantes ciudadanos.

Les escribo desde París con sincero respeto a su labor pública y su legitimidad democrática.

El propósito de esta carta es simplemente compartirles mi humilde punto de vista con respecto a la posibilidad de que se emita en Puebla un decreto municipal para prohibir las corridas de toros.

Me inspira al hacerlo el profundo amor que siento por su país, por su estado y por sus tradiciones culturales, mismas que tengo la suerte de conocer y admirar desde hace mucho tiempo.

También considero un honor poder defender una cultura que décadas atrás hice mía, tradición que ha existido en la región de Puebla desde hace varios siglos.

Les escribo con cierta emoción: pienso que, si la fiesta de toros desapareciera de los países, de las regiones, o de los estados o ciudades como Puebla, donde hoy está viva, sería una gran pérdida para la humanidad y también para la animalidad…

Mtra. Claudia Rivera, prohibir la fiesta de los toros, una de las creaciones más particulares de la cultura latina, y portadora a la vez de los valores humanos más universales (coraje, grandeza, vergüenza, lealtad, ritualidad, dominio de la animalidad dentro y fuera de sí mismo, creación de belleza a partir de un riesgo cierto de muerte), significaría sucumbir a un conformismo que tiene en el mejor de los casos la apariencia de la universalidad, porque se trata de una universalidad sin sabor, como McDonald’s o Coca-Cola.

Tal prohibición significaría un nuevo revés a nuestra cultura latina.

La corrida ha dejado de ser la Fiesta Nacional de España, y con eso ha ganado mucho. Ahora forma parte integral del patrimonio latino mundial, y es una de las fuentes de resistencia a la civilización anglosajona dominante y uniformadora.

Tal prohibición sería una pérdida ética para el humanismo. Yo entiendo que, para alguien ajeno a la cultura taurina, acabar con la tauromaquia pudiera parecer un “progreso” moral.

Esto es una mera apariencia.

El animalismo no es una extensión de los valores humanistas, sino su negación: porque, al intentar elevar a los animales al nivel con el que debemos tratar a los hombres, inevitablemente estaríamos rebajando a los hombres al nivel con el que tratamos a los animales.

De hecho, los humanos no somos como los demás animales, porque podemos actuar obedeciendo normas y valores y no sólo impulsos; por eso, tenemos deberes absolutos y recíprocos hacia todos los seres humanos. Esta es la base del humanismo.

Pero además, este humanismo también nos implica deberes hacia los animales.

Son deberes relativos (y no absolutos) y diferenciados.

Con nuestros animales de compañía mantenemos relaciones afectivas: por lo tanto, es inmoral traicionar este afecto, por ejemplo, abandonando a tu perro para salir de vacaciones.

Con los animales domesticados que son criados por su carne, su lana o su fuerza de trabajo nos liga una especie de contrato: ellos nos ofrecen sus productos y a cambio los alimentamos y gozan de nuestra protección.

Por lo tanto, sería inmoral tratarlos como meros “objetos”, como sucede en las escandalosas formas de ganadería industrial mecanizadas, y sin embargo no es inmoral matarlos puesto que generalmente los hemos criado con esa finalidad.

Mtra. Claudia Rivera, por otro lado, están los millones de especies de animales salvajes que pueblan los océanos, montañas y bosques del planeta, y hacia los cuales tenemos deberes ecológicos, que consisten en respetar sus ecosistemas y la biodiversidad que albergan.

Esas son las bases de una ecología humanista, preocupada con el medio ambiente y la vida de las futuras generaciones.

El toro de lidia no entra en ninguna de las categorías descritas.

No es un animal de compañía, ni un animal salvaje, puesto que la tauromaquia supone la preservación y moldeado de su instinto natural de hostilidad hacia el hombre, al cual llamamos “bravura”.

Para este animal, una vida conforme a su naturaleza insumisa e indomable debe ser una vida libre y natural, es decir, con la mejor calidad posible, exactamente el tipo de vida del que gozan los toros en las ganaderías de reses bravas ubicadas en el estado de Puebla, como son Reyes Huerta, La Joya, Cervantes Hermanos, El Milagro, El Rocío, José Raul Cervantes, Vicencio o Zacatepec.

La muerte del toro en la tauromaquia debe ser respetuosa de su naturaleza de animal bravo y libre, una muerte luchando con bravura para defender en el ruedo la libertad a la que está habituado

¿Es acaso más apropiado para la bravura y la naturaleza del toro vivir como esclavo del hombre y morir en el matadero como bovino para consumo de carne?

Vivir libre durante cuatro años y morir luchando durante unos cuantos minutos, en los cuales puede a su vez causar daño al torero, es el destino del toro de lidia, sin duda uno de los más envidiables en cuanto animal vive bajo dominación humana.

Por eso, Mtra. Claudia Rivera, la prohibición de las corridas de toros, que supondría el fin de una raza y la derrota de un tipo de ganadería extensiva que respeta las exigencias biológicas de los animales, sería también una pérdida para la animalidad. 

Me encantaría poderles hablar sobre la estética de la corrida, de la grandeza sublime de este arte popular y culto a la vez, de la belleza singular de este arte clásico pero también contemporáneo, de la emoción única que nos embarga en los momentos de comunión espiritual a que una gran faena o un puro rasgo de torería o bravura genuinas pueden dar lugar.

El sentido y el valor de la corrida descansan sobre dos pilares: la lucha del toro que no debe morir sin haber podido expresar, de la mejor manera, sus facultades ofensivas o defensivas; y el compromiso del torero, el cual no puede afrontar a su adversario sin jugarse la vida.

El deber de arriesgar la propia vida es el precio que uno tiene que pagar para tener el derecho de matar a tan hermoso animal, respetado en vez de ser sacrificado de una manera mecanizada como en los mataderos industriales.

Me gustaría también evocarles las emociones que sentimos cuando asistimos a una corrida de toros.

No es un gozo perverso o maligno, sino una emoción inmediata, tan carnal como intelectual, que se llama admiración.

Admiración antes que nada hacia la bravura del toro: por su poder, por su incesante combatividad a pesar de las heridas, y por sus repetidas acometidas, a pesar de sus fracasos.

Y admiración también hacia el valor del hombre, su audacia, su coraje, su sangre fría, su calmosa creatividad y su necesario despliegue de inteligencia en relación con el adversario.

Estoy plenamente consciente de que ningún argumento logrará convencer a los que, en todo caso, consideran que la corrida consiste en torturar a un animal inocente.

Que no les interesa el hecho de que, en esa lucha, realice su naturaleza el toro bravo, ni que queriendo evitar la muerte de unos cuantos de estos toros estén condenando a extinción a toda una raza, ni la comparación entre la corta y abyecta vida de las terneras criadas en batería y los toros de lidia criados en plena libertad; sé bien que todo esto seguirá siendo insuficiente ante la reacción inmediata y pasional del que se indigna y grita “¡No, eso no!”

Es cierto que tras todo esto hay sensibilidades personales en juego.

En mi caso, nunca he podido soportar ver un pez atrapado en el anzuelo del pescador. Pero nunca se me ha pasado por la cabeza reclamar a las autoridades que prohíban este inocente ocio.

El sentimiento de compasión es más que respetable.

Y no me cabe duda de que la mayor parte de los adversarios de las corridas de toros son seres sensibles que sufren realmente cuando se imaginan al toro sufriendo.

El problema es saber si esta sensibilidad es suficiente para legitimar un acto legislativo.

¿Acaso la sensibilidad de unos puede bastar para condenar la sensibilidad de otros?

Es claro que los aficionados se oponen a esta posible prohibición, muchas veces con la misma vehemencia y pasión.

Podríamos quedarnos ahí, coexistiendo en esa oposición de pasiones si ellas mismas llegaran solamente hasta ahí. Pero la cuestión es que una de ellas reivindica para sí más que la otra.

Reclama limitaciones, prohibiciones, interdicciones. En definitiva esta pasión quiere impedir a la otra que se satisfaga.

Y aquí es donde el papel de los representantes electos, desde mi punto de vista, debe ser el de mantenerse razonables y equitativos diciéndose: “Si algún día las corridas de toros desaparecen que sea porque ya no despiertan pasión alguna.

Pero mientras llega ese momento, lo prudente (y lo digo con emoción) es dejar a cada cual con su pasión y hacer prevalecer el principio de libertad”.

Sea cual sea su decisión Mtra. Claudia Rivera, estoy seguro de que será democrática e ilustrada; que será tomada sin ceder a las presiones de la moda, teniendo en cuenta todos los puntos de vista y el interés general a corto y largo plazo.

Francis Wolff

Catedrático emérito de filosofía

Universidad de París

Autor de “Filosofía de las corridas de toros”, ed. Bellaterra, Barcelona,

y de innumerables libros sobre ética humanista.

«Antes de la corrida» de Sorolla, recuperado en Bruselas, a subasta en Sotheby’s

El cuadro de Joaquín Sorolla que fue recuperado en Bruselas será subastado por la Casa Sotheby’s el miércoles. ‘Antes de la corrida’ se pintó hacia 1900 en la plaza de toros de Valencia durante un período de intensa actividad para Sorolla.

Cuya fortuna profesional se disparó, tras la adquisición por parte del Estado francés de ‘La vuelta de la pesca’ en el Salón de París de 1895.

Aunque ya era un artista de fama internacional, cuyo trabajo había sido expuesto en Londres, Múnich, Viena, Berlín y Escandinavia.

Al otro lado del Atlántico en Buenos Aires y Chicago, fueron cada vez más sus representaciones de temas valencianos lo que inspiró su pincel.

El próximo miércoles Sotheby’s subasta ‘Antes de la corrida’ con un precio de salida en la horquilla de 700.000 a 900.000 euros. 

Las escenas taurinas, según Sotheby’s, son raras en la obra de Sorolla.

Sin embargo, el artista volvió a abordar a gran escala el tema Sevilla: ‘La Corrida’, uno de los monumentales paneles que constituyen la ‘Visión de España’ (1913-18) encargado por Archer Huntington para la Hispanic Society of America de Nueva York.

La Policía Nacional lo recuperó el pasado octubre en Bruselas 

‘Antes de la corrida’ en una investigación que ha culminado con la detención del propietario de la obra, un condenado anteriormente en el ‘caso Malaya’, como presunto autor de un delito de insolvencia punible.

El próximo miércoles Sotheby’s también saca a subasta ‘Ría de Asturias. Las Carboneras’ de Sorolla con un precio de salida de 33.000 a 56.000 euros.

Arévalo publica «La tauromaquia en tela de juicio»

José Carlos Arévalo, periodista y conocido por los aficionados por haber dirigido la revista taurina “6toros6”, inicia este proceso de publicaciones taurinas de la editorial Tauromagia.

La tauromaquia en tela de juicio. Argumentos para un informe a la UNESCO

Donde entra en detalle sobre qué es la tauromaquia, qué implica a nivel cultural y artístico y cómo y por qué debería ser defendida ante la UNESCO para que sea considerada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

A lo largo de 180 páginas, Arévalo hace un detallado recorrido por la significación de la tauromaquia desde el punto de vista sociológico, cultural y artístico.

Todo sólido argumentario en defensa de la fiesta de los toros, pensado, meditado, profundo y sólido en sus planteamientos.

Una excelente obra de un gran tratadista como José Carlos.

En el libro se habla de la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial.

En base a un informe a las autoridades de la corrida con los requisitos exigidos por la Unesco.

Se alude a apuntes sobre la significación del toro ibérico, se estudia el ecosistema del Toro de lidia, se analiza la tauromaquia como arte escénico.

Sin dejar de lado el rejoneo y los festejos populares.

Arévalo ahonda asimismo sobre la tauromaquia de sus circunstancias, el impacto que en la economía genera la fiesta.

Se habla también de política y toros, de la tauromaquia y su comunicación, de la idiosincrasia de las plazas de toros.

Y de las razones del por qué se va a los toros.

Y también se analiza la presencia de la tauromaquia en la cultura: en las artes plásticas, como la fotografía, la pintura, el dibujo, el grabado, el cartelismo, la escultura y la arquitectura.

También de la artesanía taurina, de la sastrería taurina, de los géneros literarios que abordan la tauromaquia y la presencia del toreo en el cine y la música. Una obra de referencia para todos los aficionados.

José Carlos Arévalo Díaz de Quijano fundó y dirigió los semanarios taurinos Toros 92 y El Toreo.

En 1991 hizo lo propio con 6 Toros 6, una revista de referencia en los últimos años del siglo XX y primeros del XXI. En 1997 se hizo cargo de la revista mejicana Campo Bravo uniéndola a 6 Toros 6

Arévalo ha escrito, como coautor o en solitario, numerosos libros de temática taurina entre los que destacan:

Las Ventas 50 años de corridasNacido para morirRepóquer: temporada taurina 1985La guerra secreta: Temporada taurina 1986El enigma de Curro RomeroLas Tauromaquias y el misterio taurinoAntoñete o el arte de torear y El Secreto de Armillita.


  Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia en nuestro sitio web. Al seguir navegando, aceptas el uso de cookies. Más información en nuestra política de privacidad.    Más información
Privacidad