Category Archive : Los toreros

Emotivo mensaje de Juan José Padilla al rey emérito Juan Carlos de Borbón por su compromiso con la fiesta

Emotivo mensaje de Juan José Padilla al rey emérito Juan Carlos de Borbón por su compromiso con la fiesta. No son tiempos fáciles para la corona española. El rey emérito, don Juan Carlos de Borbón salió precipitadamente de su país tras denuncias sobre presuntos actos reñidos con su condición de monarca… Ese, es un tema en el que desde América no entramos, ni salimos; pero sí sabemos de su afecto y disposición sin merma a la tauromaquia.

Por eso registro en estas páginas un emotivo mensaje del maestro Juan José Padilla, por lo que representó el hijo de don Juan de Borbón para la fiesta.

«Intentando que mi perspectiva sea vista desde el prisma de la ecuanimidad, en este tiempo tan extraño que nos está tocando vivir, y porque entiendo que es de justicia, quisiera mostrar mi apoyo y lealtad incondicional, y sin fisuras a la Corona de España.

En primer lugar agradecer a nuestro Rey Felipe VI, estos seis años de reinado que aunque no han sido fáciles para él, ha mostrado una actitud llena de serenidad y de compromiso hacia los españoles, protegiendo los principios democráticos de nuestra nación, y a la vez con su firmeza y determinación, está intentando blindar la unidad de este país, ante aquellos que lo quieren destruir y desintegrar para hacer de España un Reino de Taifas.

Quiero también mostrar mi gratitud y lealtad al Rey emérito Don Juan Carlos I, porque sin su intervención durante la Transición, probablemente la democracia y las libertades en este país no hubieran sido posibles, actuando también con valentía y autoridad, en los momentos más críticos  de nuestra democracia, evitando así la vuelta al pasado más negro de la historia reciente de este país.

Y por último quiero como torero, agradecer el apoyo, que durante sus cuarenta años de reinado nos ha demostrado a todos mis compañeros, poniéndose siempre de frente y a nuestro lado, admirando y protegiendo los valores que sin duda tiene la Tauromaquia.

Y en lo personal, nunca le podré pagar Majestades sus atenciones y cercanía hacia mí y mi familia, en los momentos más duros que me han tocado vivir, a lo largo de mi trayectoria en esta maravillosa profesión.

¡¡Viva España!!  ¡¡Viva el Rey!!

Con lealtad, admiración y respeto, Juan José Padilla.

Sanlúcar de Barrameda, a 2 de septiembre de 2020″

Juan Ortega, una luminosa revelación. Bien la terna en Linares con Lorenzo y Crespo

El día de su alternativa en Pozo Blanco con Ponce y Manzanares

Juan Ortega, una luminosa revelación. Bien la terna en Linares con Lorenzo y Crespo. Vaya por delante que la corrida en Linares estuvo transida por la emoción y el recuerdo de Manolete que hace 73 años era ya el comienzo de un mito del toreo… Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus y se recordó a Yiyo muerto por un toro hace 35 años.

Peto de pronto, surje el toreo puro, diamantino, fugaz, eterno. Qué manera de interpretar las verónicas y la media especialmente en su segundo toro.

Hablo de Juan Ortega, el sevillano. Y luego en su segundo bis (de nombre Anacardito) un dechado de bondad y embestida clara para que se regodeara en el quite por chicuelinas y luego esos naturales, despacito, sentido, «arrubujaos» y a la hombrera contraria el forzado.

¡¡Qué maravilla!!. ¡¡Que nobleza de toro!!, y que manera de gozar y de sentir el toreo de este joven espada que tenemos que verlo en Colombia. Vale la pena en este recambio natural de generaciones de la plantilla.

RESUMEN DEL FESTEJO LINARENSE

• JUAN ORTEGA, silencio y dos orejas,

• ÁLVARO LORENZO, dos orejas,

• DANIEL CRESPO, palmas y oreja.

Detalles: Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la pandemia. A continuación sonó el Himno de España. El recuerdo de Manolete y del Yiyo. ¡¡¡Como debe ser!!!

Nos quejamos de que no hay opciones. Sota, caballo y rey. Los mismos, un poco más maduritos pero los mismos. Pues, no. Hay material y agentes humanos que son capaces de darle sentido al toreo.

Bien Lorenzo (el mismo que indultó aquel novillo de Gutierrez en el festival manizaleño) y Daniel Crespo, en el sexto. Hay guardián en la heredad.

Que bien torea Juan Ortega. Que delicia verle, que descubrimiento mas grato

Cristian Restrepo presidente de ASTOC

Cristian Restrepo

Cristian Restrepo es el primer presidente de la recientemente creada Asociación de Toreros ASTOC. El vicepresidente, Guerrita Chico y secretario José Arcila.

En primer lugar como objetivo es que la ASOCIACIÓN DE TOREROS COLOMBIANOS «ASTOC», apoye todas las actividades taurinas en el territorio nacional.

y según sus integrantes, entre ellos Cristian Restrepo como presidente, el propósito es también dar cumplimiento a la ley taurina 916 de 2004, por la cual se establece el reglamento nacional taurino, y también a la constitución política de Colombia.

Guerrita Chico dice que:

«la nueva Asociación de la que hacen parte aficionados prácticos, rejoneadores, novilleros, subalternos, matadores, no quiere ser obstáculo de nada.

Trabajar unidos en defensa de la fiesta, sin exclusivismos y tenemos todo el derecho a asociarnos».

Hace 30 años la voltereta en Beziers a Julio Robles quien murió años después

El salmantino Julio Robles se ganó tras un faenón la replica en miniatura de la catedral de Manizales, fue un torero muy querido en nuestras plazas y por casarse con una vallecaucana mantuvo una estrecha relación con Colombia.

Robles sufría tetraplejia desde el percance que tuvo en la plaza francesa de Béziers el 13 de agosto de 1990, justo hace 30 años.

El 13 de agosto de 1990, después de torear en Pamplona y en Santander, resultó gravemente herido al ser volteado por un toro de Cayetano Muñoz, de nombre «Timador» en la plaza gala de Béziers.

Sufrió un traumatismo del raquis cervical entre la quinta y la sexta vértebra, que le provocó la tetraplejia. Desde que padeció el grave percance Julio Robles paso la mayor parte de su vida en su finca salmantina.

Desde entonces, su estado de salud tuvo momentos muy delicados. Fue operado a vida o muerte.

Así rezaba el parte médico:

«A las 17,05 don Julio Robles Hernández, de 49 años, ha fallecido por parada cardíaca sin respuesta a medidas de reanimación cardio-pulmonar avanzada.

El paciente ingresó con carácter urgente el día 13 a las 07,30 horas y le fue diagnosticado un abdomen agudo y shock séptico.

Se practica tratamiento quirúrgico urgente por el doctor Fernando Angoso con hallazgo operatorio de perforación de colon izquierdo, con peritonitis aguda y difusa secundaria a la misma.

El paciente pasa a la unidad de cuidados intensivos donde se le mantiene en situación de ventilación mecánica por inestabilidad hemodinámica siendo el shock refractario al tratamiento hasta el momento de la muerte».

Paco Cañamero le hizo la que sin duda es la última entrevista al maestro. Por eso tiene un gran valor sentimental.

Julio Robles, desde que sufrió la fatídica cogida continúa despertando el interés de todos los aficionados con la misma pasión que en sus tardes gloriosas.

Varios años después del percance se añora, cada día más, su brillante pasado por los ruedos como se denota en el tributo y admiración que recibe allá donde acude.

La noche está lluviosa y el matador nos espera en la paz de su hogar de la finca de La Glorieta, donde únicamente se encuentra con la compañía de sus fieles Lisardo y Limo.

Nada más llamar enseguida aparece el torero para recibirnos y se le ve contento, animado y feliz; mientras, nos manda acomodar en un salón, espacioso, rodeado de estanterías repletas de trofeos, así como numerosos galardones y distinciones que dan fe de su destacadísima actividad artística.

– Maestro, ¿qué tal le va la vida?

– Bien, muy bien disfrutando de la ganadería, los amigos, la familia y de aquello que no pude hacer durante los años que me dediqué completamente a torear.

 – ¿Sigue pendiente de lo que acontece en la Fiesta?

– Sí, claro. Soy torero y lo seré siempre, hasta que me muera. Soñé con serlo desde que era un niño, tiempos en los que unos jugaban al fútbol, otros a la pelota, pero a mí lo que me gustaba era ir a los mataderos de La Fuente de San Esteban, el pueblo donde vivía, a torear becerras. Desde siempre tuve claro lo que quería ser.

– ¿Qué le parece el toreo hoy?

– Muy interesante, con una serie de toreros que despiertan la ilusión del público, como Ponce, Caballero, Vicente Barrera y los más jóvenes, caso de José Tomás, que va a más y me encanta; El Juli que tiene mucho arrojo y ambición, también Morante, que es un artista muy completo; Abellán, Eugenio de Mora… Ahora hay una baraja de chavales muy buenos, que se complementan con otros más veteranos casos de Manzanares, Juan Mora o Joselito.

– ¿Cómo han sido sus últimos años?

– Muy positivos, al haber conseguido muchas metas que me propuse desde que sufrí el accidente que me apartó de los ruedos y mermó notablemente mis facultades físicas.

– En 1997 cumplió las bodas de plata como matador de toros. Todo el mundo le homenajeó y aún siguen…

– Sí, he recibido varios homenajes en distintos puntos de España y aún quedan algunos más. También estuve en París con el Club Taurino ‘Claude Popelín’, que tuvo la delicadeza de invitarme con motivo de su cincuenta aniversario. Por otra parte viajé a Londres, gracias a una gentileza del Club Taurino of London, fue un viaje estupendo a esa ciudad tan fascinante y ahora preparo varias cacerías en Sudáfrica.

MD.18.ZARAGOZA,14.01.2001.- Imagen de archivo del diestro Julio Robles, tomada el pasado 14.12.96., presenciando una corrida de toros celebrada en Zaragoza con motivo de la despedida del matador aragonŽs Raœl Aranda. Julio Robles, de 49 a–os de edad, ha fallecido esta tarde en la vl’nica Sant’sima Trinidad de Salamanca, donde fue operado anoche de una perforaci—n de colon. EFE/JAVIER CEBOLLADA/jr ****IMAGEN DE ARCHIVO****
– Cómo cazador también ha vuelto a ‘reaparecer’, ¿no?

– Sí, la caza siempre ha sido un deporte que me ha entusiasmado. En el campo se recobra la paz perdida y se serena el espíritu. Estos años he seguido acudiendo a monterías y hace poco que me decidí a disparar a raíz de hacer un invento que hicimos aquí en casa, gracias a ello he cobrado varias piezas, algo que me ha hecho muy feliz.

 – ¿Qué otras metas ha conseguido?

– Cuando estuve en Toledo me enseñaron a conducir de nuevo, me examiné y logré el carné. Ahora conduzco un coche habilitado. También he vuelto a montar en avión, algo que tardé siete años en poder hacer, pues desde que me trajeron de Francia -después del accidente- a pasar la Navidad a casa, hasta que fui a París no había vuelto a volar y esas cosas siempre gustan.

(Un halo de felicidad alumbra los ojos de Julio Robles al ver que todas las metas se van cumpliendo, aunque en su fueron interno seguro que piensa en una…).

 – ¿Qué espera para el futuro?

– Muchas cosas, una de ellas es que no he descartado es volver a caminar. La medicina realiza grandes avances y a lo mejor algún día… Luego, seguir siendo feliz, desear que los toros respeten a mis compañeros, que haya paz en el mundo y se entierre definitivamente a esa lacra que es el terrorismo que tanto daño hace a los españoles.

– ¿Le gusta el fútbol?

– Sí, claro, me encanta. Mira, ahora cuando habéis llegado estaba viendo el partido del Barcelona. Me gustan los partidos internacionales, que son como los grandes carteles de las ferias.

Respecto a los equipos, soy seguidor del Atlético de Madrid, colores con los que siento identificado; además, dentro de poco voy a ir a ver un partido al Vicente Calderón, puorque resulta que Jesús Gil se ha enterado que soy colchonero y me ha enviado una carta diciéndome que el día que quiera lo llame y vaya. Un detalle que le agradezco.

Ahora también valoro mucho a mi paisano Vicente del Bosque en el Madrid, que me parece un gran tipo y que trae mucha normalidad a ese mundo. Soy muy seguidor de Del Bosque.

– ¿Qué futbolistas ha seguido con más interés?

– A todos los genios del balón. Cuando era niño a Di Estéfano y a Gento, recuerdo que vivíamos en La Fuente y yo empezaba a trabajar de camarero en un café de la Plaza que regentaba un señor llamado Abilio y si había fútbol me echaba alguna bronca porque andaba despistado y no atendía a los clientes.

Lo que te he nombrado fueron unos futbolistas sensacionales. También a los que han destacado, como Juan Gómez ‘Juanito’, que era muy aficionado a los toros, buen amigo y un hombre de mucha casta, al igual que José Antonio Camacho.

Luego, ya cuando era torero tuve amistad con los jugadores de la Unión Deportiva Salamanca, equipo del soy muy seguidor, ejemplo de D’Alessandro que era un porterazo, también Sánchez Barrios, Rial, Enrique, Alves, un fenómeno.

En los últimos tiempos sigo de cerca el juego de Raúl, que me fascina, y al igual que ocurre con Enrique Ponce, por su edad aún no ha tocado techo.

 – Acaba de recordar su infancia, ¿fue muy bonita?

– Sí, mucho. La pasé en La Fuente de San Esteban al ser destinado a mi padre como secretario del Juzgado. Es un pueblo rodeado de ganaderías y con mucho ambiente taurino durante todo el año.

Mis padres querían que estudiase al igual que hizo mi hermano Florindo, pero pronto me di cuenta que aquello no era para mí, así que me puse a trabajar de camarero. En La Fuente, en invierno era frecuente ver a muchos toreros. Recuerdo a Antoñete, Julio Aparicio, Pedrés, los hermanos Girón, José Fuentes, Camino…, además de Curro Vázquez, que por entonces empezaba y fíjate luego lo que hemos toreado juntos y la amistad que tenemos.

Pero te decía que allí había un torero que se llamaba Paco Pallarés que fue quien me ayudó en mis principios, además sus padres eran amigos de los míos. Luego, al hablar de la Fuente no me puedo olvidar de Jumillano, que estaba siempre allí al tener la finca muy cerca; de él admiraba mucho su porte y me impresionaba verlo con su Cadillac y la leyenda de figura que tenía, después estuvimos muy unidos.

– Y también Juan José, ¿verdad?

– Sí, te iba a hablar de él ahora. Juan José, un gran torero, con quien fui a la escuela y además somos quintos. Toreamos varias corridas juntos y muchos festivales, pero las carreras de ambos fueron muy diferentes, él arranca muy pronto y con diecisiete años toma la alternativa, pero un accidente de carretera lo frena mucho.

También había en La Fuente un banderillero llamado Pepe ‘El Huevero’ que estaba colocado en la cuadrilla de Paco Pallarés, del que siempre estábamos pendiente cuando se marchaba al bar, entonces nos metíamos en su cochera y toreábamos con sus capotes, recuerdo que yo me ponía sus botos camperos y de esa manera anda que no di capotazos allí.

– ¿Hasta qué años fue a la escuela?

– Hasta los catorce años que me puse a trabajar, pero con la idea de torear. En la escuela tuve un maestro que se llamaba don Julio y era un gran hombre, con él aprendí mucho.

No veas el primer día que hice novillos y me fui con Juan José a una tienta a Campo Cerrado en la que toreaba Antoñete. Al llegar nos llamó a los dos y antes de tirarnos de las orejas nos dijo: “Venid acá, que ahora va a empezar la corrida y vamos a torear los tres”.

Luego, cuando coincidí con don Julio siempre lo saludé de manera entrañable y con mucha gratitud.

– Y Paco Pallarés fue su primer maestro en el toreo, ¿no?

– Sí, Paco Pallarés había sido novillero figura en la época que lo apodera El Pipo e hizo concebir muchas ilusiones. Él fue quien me invitó a un tentadero a Casasola, una finca cercana a La Fuente después de que su hermano Pedro le dijera que yo ‘quería’.

A partir de entonces empieza a enseñarme la técnica, a andar en torero, a torear de salón. Fue mi maestro y también quien más tarde habló con Paco Gil, que lo apoderaba a él, para que también se hiciese cargo de mí.

 – Y con Paco Gil arranca podíamos decir que en profesional, ¿no?

– Sí, de la mano de Paco Pallarés toreé varios festejos en los pueblos de la provincia desde que mato el primero novillo en La Fuente de San Esteban, en las fiestas del Corpus; luego, en Villavieja, donde me vestí de luces por primera vez y más sitios como Lumbrales, Sobradillo… Ya con Paco Gil adquirimos compromisos más importantes, organizó magníficamente mi lanzamiento y el debut con caballos, que fue en Lérida, toda la trayectoria de novillero, la alternativa y dos años de matador.

Julio Robles cartel de Villavieja
 – ¿Por esos días sigue residiendo en La Fuente de San Esteban?

– No, un poco antes, mi padre se jubila y entonces, la familia se marcha para Ahigal de los Aceiteros; entonces yo, como ya no quería hacer otra cosa que torear, seguí un tiempo allí, viviendo en casa de Paco Pallarés.

Luego, al apoderarme Paco Gil, durante la temporada marcho a Salamanca y después, los inviernos los paso en el pueblo, en Ahigal, donde estoy muy feliz, junto a mis queridos padres y además puedo disfrutar de mi gran pasión por la caza.

 – Es entonces, en la época de novillero, cuando comienza la rivalidad con El Niño de la Capea, ¿fue muy dura?

– Ahora que lo observas desde la distancia sientes nostalgia de aquella lucha, de intentar estar siempre por encima del otro torero charro, porque además, ¿sabes una cosa?, cuando toreaba con Capea me motivaba mucho, casi desde que lo hicimos por primera vez como novilleros sin caballos.

Luego, fue a raíz de la primera vez que compartimos un cartel en la feria de Salamanca, todavía de novilleros, cuando la gente empezó a decantarse, unos a un lado, otros al otro; después toreamos muchas más veces juntos, pero fue en Madrid, donde por entonces, poco antes de que tomáramos la alternativa pusimos en dos tardes el cartel de ‘no hay billetes’ y el público ya definitivamente comenzó a dividirse.

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– Luego, hubo años en los que casi ‘corre la sangre’.

– Lo cierto es que nuestra competencia fue muy buena para Salamanca, porque la feria pasó de tener tres o cuatro corridas a alcanzar las diez, como ocurre el último año que toreamos juntos y aquella pasión entre la gente fue muy positiva para la Fiesta.

Yo no puedo ocultar que cuando alternaba con Pedro me motivaba y me venía mucho más arriba; no sé, quizás porque quería ser el primero de Salamanca y él toreaba más y triunfaba de manera más constante. Aparte de Salamanca, también compartimos muchos carteles en otras plazas, es más con Pedro ha sido con quien más he toreado.

– Y manteniendo tanta rivalidad, ¿eran amigos?

– Bueno, a lo mejor hubo años, más a menos por 1.985, que había más tensión y menos compadreo lejos de la plaza. Pero luego, a base de tanto torear juntos y rivalizar llegamos a querernos.

Para mí Pedro es casi un hermano, un hombre íntegro, cabal y muy de verdad al que quiero mucho y con el que estoy unido en todo, además me ayudó enormemente a ser ganadero.

– Rivalizaron en medio de una generación muy bonita como fue la suya, se sentirá orgulloso de formar parte de ella, ¿no?

– Sí, nosotros recogimos el testigo de toreros tan grandes como Puerta, Camino, El Viti, Ostos, Andrés Vázquez, El Cordobés, Romero, Hernando… Y llegamos en un momento muy difícil con el final del franquismo ya presente y con el personal muy alborotado ante el incierto futuro que se avecinaba.

A pesar de que para la mayoría fueron muy complicados los comienzos hubo otros compañeros que pronto se situaron arriba como Capea y Manzanares. Nosotros además toreamos mucho con Paquirri, Palomo, Ángel Teruel…, que eran figuras y a pesar de tener unos años más de antigüedad podían considerarse de nuestra época.

Pero fue un tiempo de recuerdo inolvidable con nombres tan entrañables como Paco Ruiz Miguel, José Luis Parada, Manolo Cortés, Dámaso González, Antonio José Galán, José Luis Galloso, José Antonio Campuzano, Ortega Cano, Curro Vázquez, Roberto Domínguez, Raúl Aranda, Miguel Márquez, Paco Alcalde, Esplá…, los mencionados Capea y Manzanares… Fuimos gente que aportamos mucho al toreo y a los que, afortunadamente, cada vez nos están dando el sitio que, a mi entender, nos merecemos.

Por otra parte no creo que haya habido otra generación más unida que la nuestra, donde todos somos muy amigos en la calle y estamos muy vinculados unos con otros.

– A varios de ustedes. Es su propio caso, el de Curro Vázquez, el de Roberto Domínguez y el de Ortega Cano, a pesar de ser tan buenos toreros les costó mucho ser figuras, ¿qué ocurrió?

– Circunstancias. En mi caso, el primer año de matador funcioné muy bien; pero enseguida llegó una cornada en Valladolid y nada más recuperarme otra en Valencia que me frenaron mucho, además no sé porqué fallaba en sitios clave, aunque en otros de menos importancia estuviera muy bien.

Pero fue en 1.978, con el toro de Lázaro Soria que cuajé en San Isidro, el que dio nuevas alas a mi carrera. A partir de entonces todo fue a más y cada temporada sumaba mayor número de corridas.

– Junto a Domínguez, con quien arranca a la par, al principio, según tengo entendido fue muy amigo e incluso sus correrías juveniles dieron que hablar, luego parece que menos, ¿y ahora?

– Muy bien, pero desde que éramos novilleros sin caballos estábamos todo el día juntos, yo iba mucho a su casa de Cubillas de Santa María, él venía a la mía, pues las trayectorias de ambos, en aquellos años, fueron paralelas; luego, cada uno se centró en lo suyo y ya nos veíamos menos.

Pero hemos compartido decenas de carteles y mantenemos buena relación. No se pueden olvidar las anécdotas que hemos tenido, tanto en España como América.

– En su larga andadura de profesional gozó del fervor de los públicos, ¿con cuáles se sintió más identificado?

– Siempre me gustó estar a la altura de las circunstancias y estar a todas, aunque eso es muy difícil, porque un día te pueden fallar los toros; otras, el viento; luego, en ocasiones el ánimo no ser el adecuado. Pero si me tengo que quedar con las plazas que más me quitan el sueño son Madrid, Salamanca y Valladolid, aunque Logroño, Almería y Bilbao también.

– Precisamente los lugares en lo que mayores éxitos cosechó, ¿verdad?

– Bueno, precisamente las plazas que he nombrado siempre gozaron de mi preferencia, pero hay muchas más que también eran muy especiales, como Málaga,  El Puerto, Plasencia…

– ¿Por qué le costó tanto entrar en Sevilla?

– Me costó bastante porque siempre hubo algo que la puso cuesta arriba y fíjate que de novillero cuando me presenté corté una oreja, pero después de matador las veces que acudí las cosas no salieron.

Luego, por unas circunstancias o por otras, muchos años quedé fuera de los carteles, pero al final (a Dios gracias) acabé entrando y ahora me hace mucha ilusión cuando los aficionados me recuerdan esas faenas o cuando voy a Sevilla y la gente se para a hablar conmigo y salen a relucir las faenas a los toros de Manolo González.

 – En una ocasión se ‘cayó’ voluntariamente y lo pagó muy caro, ¿qué ocurrió ese día?

– Cambiaron la corrida y avisaron casi sin tiempo. Yo firmé un contrato para matar otra. Pero creo que la condena fue mucho mayor que el ‘delito’, si es que se puede llamar así.

– Después, la Feria de Abril de 1.989, con los toros de Manolo González no se puede olvidar tan fácil, ¡cómo estuvo ese día!

– Aquella fue la temporada más redonda de mi carrera, además tenía la obligación de triunfar en Sevilla, que era mi asignatura pendiente en el toreo y los años antes había triunfado en toda Andalucía.

Luego, todo salió en la medida esperada y resultó perfecto. Guardo el recuerdo de ese día como uno de los más bellos de mi carrera, al cumplirse uno de los grandes objetivos que perseguía como torero.

– Aunque le ‘robaran’ la Puerta del Príncipe. Le daría mucha rabia no salir por ella, ¿no?

– Bueno, pero dejé la tarjeta de visita, si fuera en estos días creo que el resultado final hubiera sido otro, pero aquella tarde el presidente no quiso. Aquello ya está olvidado. Queda la satisfacción y el orgullo de lo bien que me sentí en ese marco tan mágico y así me lo reconoció la afición de Sevilla.

La última corrida de Juan Belmonte

Juan Belmonte

El investigador Luis Rufino ha descubierto que fue en Córdoba en 1936 en plena guerra civil española y no en Sevilla, la última corrida que toreó Juan Belmonte.

Quien se suicidó en 1962 tras una brillante carrera unida a la figura de Joselito y entre medias un americano, Rodolfo Gaona.

Según revela ABC, había permanecido prácticamente oculto el dato de una corrida más, celebrada en Córdoba el 15 de noviembre del mismo año, que se puede considerar la última actuación de la vida profesional de uno de los toreros más determinantes de la historia (1936).

Aquella corrida organizada en el antiguo coso de Los Tejares había seguido el mismo guión que la celebrada un mes antes en La Maestranza.

Luis Rufino ha logrado desempolvar el cartel oficial de aquel evento anunciado como «corrida» y no como festival, tal y como venía recogido en el libro «Córdoba en la historia del toreo» del periodista José Luis de Córdoba.

Dicho cartel anunciaba a Cañero y Algabeño a caballo y a Juan Belmonte, Antonio Márquez, Pepe Amorós, Domingo Ortega, Laine y Venturita como toreros a pie.

Como en Sevilla, también se buscaron los correspondientes asesores honorarios para la ocasión, con la figura totémica de Rafael Guerra «Guerrita» al frente y la repetición de Antonio Fuentes, Machaquito, Bombita y Algabeño padre.

En dicho cartel también figuraban los ocho toros a lidiar, pero Luis Rufino también ha aportado un pequeño pero revelador recorte de prensa.

Posiblemente publicado en la revista «Sol y Sombra», que reafirma que se trató de una corrida de toros; la última corrida de la vida profesional de Juan Belmonte.

El cronista del Diario de Córdoba reseña aquella postrera lidia, con un toro del marqués de Guadalest.

«Berrendo, grandote y bien puesto de defensas» al que el mítico diestro trianero paró

«con tres verónicas magníficas, marca de la casa, que remató con una media superior…».

La crónica recoge escuetamente otro quite por verónicas, y después de advertir que el torero encontró «al bicho muy agotado» señala que Belmonte

«se limitó a dar unos pases muy buenos para un pinchazo y media estocada en su sitio».

Una ovación y la consiguiente vuelta al ruedo cerraron.

Definitivamente, la vida profesional de uno de los toreros más determinantes de la historia en esa olvidada tarde otoñal de 1936.

LA ÚLTIMA ETAPA PROFESIONAL DE UN GENIO

El llamado ‘Pasmo de Triana‘ había reaparecido en 1934 en maridaje profesional con Eduardo Pagés.

El célebre empresario catalán se había apoyado en el aura del genio, para levantar una exclusiva en la que ya pesaba más lo comercial que lo taurino.

Pero las cosas no se podían estirar más: en 1935 cumplió su última temporada formal y en 1936, antes de estallar la contienda civil, se le podía dar por retirado, aunque el 18 de octubre de 1936 aceptó torear de forma excepcional en la corrida coral celebrada en Sevilla.

Mensaje conciliador de los toreros que están en UNDETOC: Esta es su casa

Unión de toreros de Colombia UNDETOC

Un grupo de toreros afiliados a la UNDETOC ha dirigido un mensaje conciliador a quienes se apartaron hace unos días de la organización y les recuerdan que «ESTA ES SU CASA».

Hace 74 años la aspiración de 25 gallardos toreros hizo posible que se creara la Unión de Toreros de Colombia con la idea de establecer el toreo como una profesión.

Desde entonces y después de llevarse a cabo la división de las Uniones de matadores y subalternos, la UNDETOC MATADORES ha salvaguardado no solo los intereses de sus asociados, sino la fiesta brava para todos los aficionados, espectadores y miles de personas que basan su sustento económico del mundo del toreo.

Así como entonces, nuestra asociación marcha en unión y recuerda que en esta profesión de caballeros se entiende que, a pesar de haber luchado en pro de logros comunes, no todos los resultados son siempre favorables; como las tardes en el albero donde no se alcanza a bordar una faena, pero al final del festejo esperamos por un próximo encierro.

Es esta la encrucijada que nos enfunda hoy con la inquietud que nos genera conocer la necesidad de cambiar el tercio y dar a nuestra UNIÓN un nuevo aire, un nuevo rumbo que garantice no solo nuestros derechos, sino que se cumplan a cabalidad las obligaciones para con nuestra asociación.

Así, en observancia de este clamor estamos trabajando mancomunadamente en la concienzuda revisión de nuestros estatutos y en el nombramiento de una nueva Junta Directiva, que sea la vocera de nuestros acuerdos y encamine la UNDETOC hacia rumbos nuevos que aseguren nuestra permanencia como profesionales de la tauromaquia.

Un oficio que gracias a detractores e ignorancia vislumbra a lontananza la agonía.

Nuestra única medalla es nuestro honor, no es momento para incitar a divisiones o sacar a relucir egos e intereses personales, cuando sabemos que la unión hace la fuerza y que somos pocos los que hacemos parte de esta digna labor.

La faena apenas empieza, es nuestro deber tomar los trastos y sacar avante esta empresa que nos ha dado glorias y grandes momentos y ante la que no estamos dispuestos a renunciar.

A quienes han manifestado su interés en abandonar esta, su Unión de Toreros, manifestamos que es respetable su decisión, pero no queremos dejarlos ir sin antes recordarles que esta ha sido siempre su casa, su familia; nuestra asociación tiene un único fin que radica en la necesidad de proteger nuestra fiesta, nuestro trabajo, nuestro sustento, nuestra pasión.

Tenemos delante una ardua labor que nos disponemos a emprender con ímpetu y ahínco porque eso hemos aprendido en esta profesión; agradecemos a todos los asociados que han participado activamente con el fin de salvar los obstáculos que actualmente se presentan en nuestra Unión.

Estaremos informando oportunamente a la opinión pública sobre las decisiones que se tomen y las circunstancias que se presenten.

Cordialmente:

Pepe Manrique

Paco Perlaza

Cristobal Pardo

Ramses

Manel Libardo

David Martinez

Leandro de Andalucia

Leonardo Campos

Camilo Pinilla

Juan Rafael Restrepo

Pronunciamiento del presidente de UNDETOC sobre las renuncias de toreros a la organización

El Pronunciamiento del presidente de UNDETOC sobre las renuncias de toreros a la organización. Ya les decía que son tiempos oscuros y no solo por la pandemia sino por la forma como desde dentro se mueve el toreo, a veces erráticamente otras con desenfado frente a la arremetida anti taurina y a veces desdeñosamente.

Me parece respetable que 13 toreros (10 matadores, dos rejoneadores y un novillero), opten por desvincularse de la UNDETOC y emprender otros caminos (supone uno que crear otra asociación, salvo que sus promotores digan lo contrario).

Solo los toreros saben qué camino tomar, como organizarse, como enfrentar su actividad.

El presidente de la UNDETOC, Hernan Ruiz, hombre sereno y ponderado, me dice que los renunciantes tienen su derecho y que si son contratados por una u otra empresa tendrán que cumplir las normas sobre la vinculación de un profesional con un gestor taurino.

«Nosotros estamos abiertos al diálogo, hemos propuesto al interior de la junta directiva de UNDETOC reformas viables a los estatutos y las puertas están para que entre todo el que desde el dialogo y el respeto tenga que decir algo constructivo pues no es el tiempo para las divisiones y esfuerzos múltiples sino dirigidos a edificar una sólida tauromaquia»

anota el directivo.

Habrá que ver si la UNDETOC subalternos les presta las cuadrillas para actuar en las plazas colombianas.

En fin, ese es un debate que esta por abrirse, y ya nos enteraremos a dónde nos conducirá.

Ellos se van cuando la junta les convocó a descargos como rezan los estatutos de la UNDETOC y la respuesta es retirarse de la institución.

LOS RENUNCIANTES

Don Hernan Ruiz me anota sobre la condición de los 13 toreros que aparecen renunciando a la organización, y me dice que no todos son miembros de UNDETOC.

Por ejemplo, Diego Gonzalez que lleva 10 años alejado, Cristian Restrepo no pertenece, Leandro Gutierrez nunca ha estado vinculado, Willy está por fuera.

Y dos toreros que prefiero no nombrar están atrasados en sus obligaciones sindicales por mas de un año.

Precisa el presidente de la UNDETOC.

Me escribe Diego Gonzalez y lo hago con gusto en su derecho a la replica :

Solo quiero decirte que por cosas como las que dice El Gino, que yo llevo 10 años alejado, es que nos retiramos. Todo son mentiras. La prueba está que toreé en Cali en 2016 y 2017 en las prefería. Solo quería darte ese dato. Un saludo.


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