Conocí al padre del aspirante a la alcaldía de Bogotá. El Dr. Rodrigo Lara quien fue ministro de justicia, tuve el trato de periodista-funcionario, fluido y respetuoso y siempre enriquecedor. Lo asesinaron y perdimos a un liberal sin fisuras. Días antes de esa tragedia, estuvimos con un grupo de colegas en un grupo del que yo hacía parte, bajo los auspicios de la Fundación alemana Friedrich Ebert en un conversatorio ,ameno y premonitorio pues entre muchas de las luminosas reflexiones sobre la nación nos habló ( su rostro se ensombreció en esos instantes en medio de un gran silencio en la sala ) de las amenazas ( nada nuevo en esta querida patria mía ) que circulaban contra él por su firme postura sobre el narcotráfico.
Años más tarde, uno de sus hijos aspira a la alcaldía de Bogotá y su quehacer ideológico dista mucho del espíritu de libertad, de diálogo, de consenso que pregonó y aplicó su progenitor uno de los líderes del Nuevo Liberalismo que orientaba el ex ministro Luis Carlos Galán .
Con estupor escuché al hijo del exministro de Justicia en la W. Con un agrio tono de voz que era un grito desaforado e innecesario ,afirmó que en un eventual gobierno presidido por él en el Distrito Capital no permitirá las corridas de toros. » Quedan prohibidas. No lo permitiré «, sentenció. Y la seguridad?. Y la movilidad ? Y el curso del metro?.. Y cómo reducir los niveles de pobreza que son alarmantes?. Y la educación?. Y la salud de miles de ciudadanos que no tienen acceso ?. Prohibamos las corridas es la respuesta contundente de quien aspira a gobernar a una ciudad capital de casi 10 millones de habitantes. Advertimos estamos.
Con todos los respetos, Dr. Lara, no es el alcalde el que puede prohibir por sí y ante sí un ceremonial que tiene tradición y que la Corte excluyó del maltrato animal. No tengo idea si el ínclito político ha leído los pronunciamientos de la Corte Constitucional y quiero recordarle con todo comedimiento que las corridas de toros no están prohibidas en Colombia. Otra cosa, como lo pidió el alto tribunal, es que el Congreso reglamente esta práctica de la que soy feligrés y devoto y jamás he obligado a nadie a que asista a un festejo. Jamás la Corte ha pronunciado la palabra PROHIBIR.
No vamos bien con estos juicios de valor como los del Dr. Lara que aspira a regir los destinos de una ciudad que ha vivido este ceremonial desde comienzos del siglo XIX, que tiene unos parámetros, unas exigentes reglas.
No es verdad que nosotros vayamos a la corrida a divertirnos. Don Antonio Machado pregonó : La fiesta litúrgica del toreo es demasiado seria para ir a divertirnos.
Como anotó certeramente el maestro Antonio Caballero
En 2012, cuando el entonces alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, prohibió las corridas en la Plaza de Toros La Santamaría, Caballero publicó una columna en El Tiempo en la que criticó con dureza esa decisión.
«No solo son abusos de autoridad sus decisiones destructivas, como esta que borra de un plumazo la antigua y arraigada tradición de los toros en Bogotá, sino que también son alcaldadas sus propuestas en apariencia constructivas, como la que se sacó de la manga de prestidigitador para sustituir las corridas abolidas», expresó en aquella ocasión sobre la idea de Petro de convertir la Santamaría en lugar de encuentro de poetas y estudiantes.