Category Archive : Qué es el toreo

Nos quieren reconvertir…

Sí, nos quieren reconvertir, nos quieren acomodar en la categoría que los «bien pensantes» estiman que debemos estar «acomodados». O sea, que la Constitución dice que hay libertad de escoger profesión y oficio en Colombia pero no… No puede ser torero, no, usted , albañil, pianista, vendedor de autos, comerciante de verduras. ¿Torero, rejoneador, picador? No.

RECONVERTIR

Esto lo escribo a propósito del texto del articulado del proyecto que busca no prohibir las corridas pero sí su esencia (al final es lo mismo pero con otro vestido) y que no se cumplan los tres tercios (ni varas, ni banderillas, ni el uso de la espada).

Y como «regalo envenenado» , la iniciativa que pasó en la comisión quinta de la Cámara le da seis meses al Gobierno para la reconversión económica de quienes se dedican a esta actividad (taurina).

El artículo 26 de la Constitución consagra el derecho fundamental a elegir profesión u oficio de la siguiente manera: «Toda persona es libre de escoger profesión u oficio.

La ley podrá exigir títulos de idoneidad. Las autoridades competentes inspeccionarán y vigilarán el ejercicio de las profesiones.

Nos quieren reconvertir.

LOS GANADEROS

Ellos han sido garantes del equilibrio ecológico en sus dehesas, invirtieron capital, esfuerzo, pasión por varias generaciones y de la noche a la mañana prohíben los nuevos inquisidores las corridas y ese valor genético del toro de lidia a la caneca.

¿Quién va a cubrir ese despropósito, dónde está apropiado el dinero de las arcas nacionales para indemnizarlos?

EL TORO DE LIDIA Y LA TIERRA

A finales del siglo pasado el terreno ganadero ocupaba 500.000 hectáreas en el mundo, ahora se establece en unas 240.000

Dice Alvaro Sánchez: A manera de ejemplo, las ganaderías de reses bravas ocupan el 17% de los más de tres millones de hectáreas de dehesa que existen en España y cerca del 12% de los páramos semidesérticos que se encuentran al occidente de la Sabana de Bogotá.

Sin costo para el erario y la mayoría de las veces con costo para el empresario, pues suele ser una afición o un pasatiempo y no realmente un desarrollo económico.

Valga decir que solo el 5.92% de las reses de lidia que nacen acaban siendo toreadas en las diferentes plazas del mundo y que este número en Colombia podría ser inferior al 5%.

EL APORTE DEL TORO DE LIDIA AL ECOSISTEMA

Lo que no es de ninguna manera discutible es que el toro de lidia cumple un papel muy importante en el entorno medioambiental.

Es una de las pocas industrias del campo que hace un aprovechamiento racional de los recursos naturales, pues mantiene el ecosistema contribuyendo permanentemente al equilibrio del medio en el que se desarrolla.

Protegiendo los espacios del más depredador de los animales, el ser humano.

De esta forma se puede afirmar que estos ecosistemas siguen existiendo en buena medida gracias a la existencia del ganado de lidia que no solo es de fácil adaptación al medio, sino que se alimenta de material vegetal residual.

Permite la convivencia de diversas especies que a su lado están protegidas de la persecución del hombre.

La secretaria general de la “Unión de criadores de toros de lidia” con sede en España, afirma que «la dehesa es el ecosistema por excelencia», y que su protección debe ir unida a la del toro bravo.

De hecho, la dehesa como joya medioambiental es el lema de la Feria Mundial del Toro, que se celebrará en Sevilla el próximo año.

En su lanzamiento, su presidenta ha afirmado que «antes o después, deberá reconocer que el toro es una raza especial, un abanico de biodiversidad que ningún otro animal puede aportar, y que está estrechamente ligado al mantenimiento del medio ambiente».

Al hacer un análisis del comportamiento de los suelos en los que han existido ganaderías de lidia y se han venido reemplazando, se puede observar que dichos espacios se han deteriorado a velocidades insospechadas.

A finales del siglo pasado el terreno ganadero ocupaba 500.000 hectáreas en el mundo, ahora ocupa unas 240.000. Las más de 1.000 ganaderías de lidia de hoy se esparcen por 23 países.

La mayoría se asienta en zonas serranas y áreas pobres, semidesérticas e infrautilizadas.

Podríamos también emitir alguna opinión sobre los impactos culturales de las corridas de toros, dado que como ya se ha dicho en múltiples ocasiones por parte de la oficina de las Naciones Unidas para el medio ambiente.

“La dimensión cultural es parte integral del medio ambiente”.

Para ello habrá que ver cómo en la mitad del país se mantienen los festejos taurinos como parte fundamental de las celebraciones municipales.

No me compromete dicha afirmación, con que esté o no de acuerdo con el desarrollo de la llamada “Fiesta brava” tan solo me remito a los hechos.

Nos quieren reconvertir.

Por último al referirnos a la protección de los animales deberíamos tener en cuenta que el promedio de edad en que un novillo de engorde es sacrificado es de aproximadamente 18 meses.

Mientras que los toros de lidia tienden a ser toreados entre los 3 y los cinco años lo cual aumenta significativamente la expectativa de vida del animal.

También es cierto que podría buscarse la manera de evitar el maltrato del toro manteniendo el sentido del espectáculo pero aún en ese tema hay estudiosos, quiero aclarar que no conozco el tema a fondo.

Según recoge la enciclopedia de los toros de Cossio, aseguran que el animal no sufre si es criado para este fin.

La teoría que exponen es, que la fiereza y las descargas de adrenalina que esta produce hacen que el animal no sienta dolor en el ruedo.

PREGUNTAS AL HONORABLE CONGRESO

Todo gasto en el Estado se debe presupuestar. ¿Preguntaron a Hacienda si hay los recursos fiscales par ello, saben el monto? O aprobemos esto y ya veremos si los reconvertimos pero lo importantes es prohibir la sangre.

NI TIENTAS, NI NOVILLADAS, NADA DE NADA

El proyecto busca prohibir en Colombia las becerradas, las novilladas y las tientas.

Así como también indica que el Gobierno debe acompañar en los seis meses siguientes a la promulgación de la ley, la reconversión de la actividad económica de quienes se dedican a esta actividad.

Y dale con, nos quieren reconvertir…

Hay dos proyectos con la misma intención: acabar con la fiesta de los toros pero por vías distintas y tendrán que conciliar, pasar por el proceso parlamentario de ir a la plenaria de la Cámara.

Luego a comisión y plenaria del senado.

El de la prohibición de las corridas, que transita en el senado y otro en la Cámara, que no prohíbe las corridas pero las desfigura en la esencia misma.

Nos quieren reconvertir.

Entrevista a Diego Ramos, pintor universal

Diego Ramos, más que un pintor de toros, su universo de colores y luminosidad en las telas, exalta la fiesta como arte supremo.

Aquí la entrevista.

En el toreo no se mata por matar, por deporte o por diversión

El historiador mexicano Francisco Coello

«Por lo que sé, en el ruedo no se mata por matar, no se mata por deporte o diversión. Se mata precisamente para no diversificar, para que la atención no se vierta fuera sino para que quede retenida en ese punto oscuro, inevitable…».

Raúl Dorra

Son tiempos oscuros y no solo por el coronavirus sino por el intento de un sector de la sociedad por imponer el pensamiento único y dictarnos las reglas de qué debo comer, a dónde ir, qué películas ver, qué libros leer, qué tipo de teatro debo admirar, qué vestimenta debo llevar, a qué Dios o ser supremo debo rezar y a qué culto religioso debo acudir.

La industria animalista procura , como en tiempos dolorosos de regímenes oprobiosos de uno y otro signo. No vamos ahora con medias tintas.

Y el toreo para estos animalistas de nuevo cuño es maltrato, somos asesinos y nos quieren llevar a los estrados judiciales y a ser posible condenar.

Antonio Fernandez Casado apunta: En momentos al menos confusos en torno a la Fiesta de los toros, cuando desde formaciones radicales se insiste una y otra vez en colocar a la Tauromaquia en el punto de mira de sus críticas, resulta muy oportuno recordar a la figura y la obra de José Bergamín.

El autor de la tan leída «La música callada del toreo» fue una personalidad sobre la que no cabe duda alguna acerca de su posicionamiento ideológico.

Pero su ubicación en una izquierda sin sombra alguna no fue óbice para que fuera un amante apasionado de la Tauromaquia, como dejó escrito en su amplia bibliografía, que va de Juan Belmonte a Rafael de Paula.

EL PENSADOR ARGENTINO RAUL DORRA

Raúl Dorra, quien dejó un largo legado en la teoría literaria, y como un argentino universal, abierto, que no era taurino, pero respetaba esta expresión decía que la pasión colectiva, patología que se hace presente en las plazas de toros en los momentos de mayor intensidad «por definición es un exceso, un desborde [que] sigue el llamado de la profundidad del ser. Y en esa profundidad, el sacrificio es un elemento primordial».

«Por lo que sé, en el ruedo no se mata por matar, no se mata por deporte o diversión. Se mata precisamente para no diversificar, para que la atención no se vierta fuera sino para que quede retenida en ese punto oscuro, inevitable.

Se va en pos de la muerte para hacerla el momento de un estremecimiento central. Es una muerte profundamente erótica, de un erotismo espectacular.

El sacrificio ceremonial, en todas las culturas, siempre ha sido un espectáculo, una mostración de lo misterioso en la que se reúnen lo erótico con lo tanático.

Se trata de una muerte por representación. El que se sacrifica, el que es sacrificado, está ahí en lugar de otro, de un colectivo cuya vida se quiere preservar. Una muerte que también es una redención».

«Mentiría si digo que he seguido la polémica entre taurinos y antitaurinos, apenas la conozco de oídas. Pero me asombra el escándalo en torno al sacrificio cuando nuestra cultura, como toda cultura, está fundada sobre el sacrificio.

Seamos o no creyentes, nuestra cultura es cristiana y ella se asienta sobre el sacrificio del Hijo, sacrificio que se renueva en cada misa donde se come y se bebe –es verdad consagrada para el creyente– la carne y la sangre del Cristo.

¿O habrá que prohibir también las ceremonias religiosas? Sería interesante pensar en la posibilidad real de una cultural totalmente laica, pero esa posibilidad –en la que pensó por ejemplo Bertrand Russell– está aún lejos de nosotros».

Así que en este aquí y ahora, amparados en el cambio radical que ha producido la pandemia, donde pensamientos, teorías y reflexiones tendrán que adecuarse a los tiempos por venir.

Mientras tanto, queremos una fiesta viva, entendida hasta por todos aquellos que se opusieron o siguen oponiéndose bajo la ideología antiespecista, la cual considera que el animal es igual al hombre, que en nada ofende el sentido pragmático que detenta, esperando una conciliación de las teorías antropocentrista y biocentrista que son el origen del conflicto, primero. 

COELLO Y LA RELECTURA DE BERGAMIN

El historiador mexicano Francisco Coello que tan valiosos aportes hace al conocimiento de la tauromaquia, anota:

El actual episodio que vivimos, nos orilla entre el inmenso tiempo sobrante, a hacer lectura o relectura, a buscar todos aquellos títulos en que quisimos vernos reflejados o incluso, tener la oportunidad de escribirlo.

Nadie de quienes intervienen en un festejo, hasta donde es posible apreciar, lo hace con intenciones deliberadas de maltrato o tortura, pues se sigue un patrón fundado en antiguo ritual en el que se sintetiza el contexto de su desarrollo.

Reprochamos, en todo caso una mala actuación, pero no el despropósito de que quieran contribuir alterando su pureza.

He leído y releído El pozo de la angustia, obra de la primera madurez del célebre José Bergamín, que pareciera haber salido de lo más hondo de un alma franciscana.

Página a página es una delicia y toca las fibras más sensibles, al punto del estado de gracia. Y describe cada tempo con frases o ideas concretas que, por su brevedad dan idea de hacia dónde Bergamín quiso ir en búsqueda de afirmaciones. Una de ella plantea que «Los sentimientos –decía nuestro cristianísimo Unamuno– son pensamientos en conmoción», así, sin más.

Y luego, en afanes de contraste va hacia lo «trágico –también lo cómico– [que] es estar lleno de vacío. La máscara sola no está nunca vacía, sino llena de su vacío. Y en este sentido es el hombre persona o máscara, porque es determinación o definición de un vacío.

Del vacío, de la vanidad del mundo en él. Pues en él y por él existe el mundo. Esta es la tragedia del hombre: ser o parecer máscara expresiva de un total vacío. Mas, entonces, el hombre no será persona dramática, sino trágica. Y también cómica».

Y se pone de lado con la muerte en simple y clara condición al reflexionar que “el tiempo no es la muerte. Ni su medida”. Y aún más: «Hacer tiempo, hacer memoria, hacer historia, es sencillamente vivir. Pero vivir ante la muerte, frente a la muerte, y contra la muerte».

Y en algo que parece la sola razón de aforismos comienza con este que plantea «unas almas se purifican al arder y otras se consumen», al que le sigue este otro:

«El eco de esa voz llega ahora hasta nosotros con la interrogante metafísica del alemán Heidegger, que desde el fondo oscuro de su sima profunda nos la tiende como consecuencia secular de vivas corrientes del pensamiento:

¿Por qué ser, y no más bien nada?» que tiene respuesta con este otro: «¿Hay en la existencia del hombre un temple de ánimo tal, que le coloque inmediatamente ante la nada misma” –pregunta Heidegger.

Para contestarnos que sí, que ese temple del ánimo existe; que se trata de un acontecimiento posible, aunque raramente se dé, aunque solamente se realice por breves momentos: ese temple de ánimo radical es la angustia». 

En tal sentido «Por eso la existencia está siempre más allá del ser. Por eso lo trasciende» que se apoya en «Este estar sosteniéndose la existencia en la nada, apoyada en la recóndita angustia, es un sobrepasar el ser en total: es la trascendencia», de ahí que «el ser es, por esencia, finito, y solamente se patentiza en la trascendencia del existir como sobrenadando en la nada».

En concreto, «la verdad no es una razón, es una pasión» y es que «No hay nada menos razonable que la verdad ni más verdadero para el hombre que perder su razón por ella».

Cada idea, cada frase, cada «aforismo» venidos de tan gozosa lectura, parecen describirnos gracias a la afortunada memoria, esos momentos trascendentales que alcanza la maravilla del toreo hasta quedar prendados de lo más emotivo que significa presenciar, tarde a tarde, el milagro de una verónica, o de ocurrir, todavía más, la ya desaparecida pero no por ello recuperada «larga cordobesa», lance de los más apreciados, y que tarde a tarde se quedan en el arcón del recuerdo, con lo que no queda más remedio al evocar a Frascuelo, Gaona o al Calesero, como si se tratara de un episodio imposible de interpretar.

LOS TRES TERCIOS

Él, que venía de una España trágica, la del toreo en su etapa primitiva, y la de un país sumida en el conflicto de la guerra, son suficientes razones para esbozar que la tauromaquia se encuentre en derecho a su preservación.

Al culminar la segunda década del siglo XX, superó aquella circunstancia de unas prácticas en que los caballos fueron víctimas y con esa especie se produjo una matanza inútil, despiadada.

Sin embargo, al poner en funciones el peto protector, el toro enfrentaba un nuevo modo de demostrar su fortaleza acudiendo en mínima proporción, a tres puyazos (los demás, venían por añadidura, en demostración cabal de bravura, casta y fortaleza).

Acudía, como lo sigue haciendo, a tres encuentros (cuando esto es posible, por lo menos en México, a sabiendas de una suerte bien realizada). 

A esto sigue el tercio de banderillas, donde como lo ha establecido la costumbre, al ser colocadas, crean un estado donde se crecen al castigo.

Y luego, en culminación a ese proceso, se desarrolla una faena en que el torero aprovecha tales virtudes para rubricar, tal cual lo establece el propósito del sacrificio –junto a los usos y costumbres que conserva la tauromaquia– con una estocada que eleva a niveles heroicos al torero o lo reduce a esa nada que nos ha referido Bergamín mismo si se produce el desacierto. 

Ante esa profunda representación efímera, todavía hay voces que se oponen rotundamente a su puesta en escena.

Demasiado existe alrededor de ese misterio como para detenerse y cuestionarlo en la forma en que, al menos ocho naciones conservan un legado con fuerte arraigo cultural y simbólico, de acuerdo a lo que cada una significa en su historia misma.

Desde esa perspectiva, sin más propósito que justificar su presencia, el «quite» de José Bergamín viene muy bien como motivo de defensa.

La fragilidad a que se ha visto sometida la humanidad toda desde que comenzó 2020 de triste memoria, ya provocó, como no lo hicieron guerras ni tampoco ninguna diferencia entre las naciones lo que no imaginábamos.

Superar tal estadio se convertirá en el mayor desafío de esta y las siguientes generaciones hasta recuperar el nivel de equilibrio congruente con los tiempos por venir.

Espiritual o sacrificial después, como auténtica realidad, que sintetiza en una tarde siglos de integración, y nos lleve a entender la lucha por la vida y por la muerte.

Sin ofensa alguna de los contrarios que se enfrentan desde hace muchos siglos, para conseguir gracias a la fortaleza del toro, y gracias también a los ingredientes técnicos y estéticos del torero, apenas la dosis suficiente de emoción o de tragedia surgida en tan sublime combate.

La contribución de Bergamín en favor de la fiesta de los toros es impagable, tal como lo atestiguan algunos escogidos textos de temática tauromáquica que nos dejó en herencia a los aficionados a los toros y la literatura: 

El arte del birlibirloque (1930, dedicado a Juan Belmonte); Don Tancredo López. El rey del valor (1934), La claridad del toreo, La música callada del toreo (dedicado a Rafael de Paula), Al toro…


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