Category Archive : Recuerdos

!!Ah tiempos aquellos!! Manolete con toros de Urquijo en Pamplona en 1947

Eran otros tiempos. Corre julio del 47, y estamos a menos de dos meses de la tragedia de Linares en agosto en la que muere Manolete por la cornada de un Miura.

El cartel que recogemos es una añoranza, naturalmente.

Y creo que para las nuevas generaciones es bueno recordar la ganadería de don Carlos Urquijo. Apelo a Quique Giménez para refrescar

Una de las tantas aportaciones que hace la tauromaquia a la cultura y la riqueza española es la variedad genética. Dentro del tronco de la raza de lidia, el sinfín de encastes es brutal, incomparable con cualquier otra raza animal. Nuestro deber es conservar esta riqueza genética, y un sector de los aficionados, entre los cuales me incluyo, se esfuerza en llevar a cabo esta tarea. Los típicos encastes que se nos vienen a la cabeza son Miura, Santa Coloma, Veragua, etc. Pero hay un encaste que nadie defiende y está en una situación muy parecida al resto: el encaste Murube-Urquijo. Y es por eso que hoy he decido hablar sobre una de las ganaderías más añejas del campo bravo.

Antes de analizar la situación actual, repasemos la historia del encaste. En 1863 Dolores Monge, viuda de Francisco Murube, compró a José Arias de Saavedra (yerno del Barbero de Utrera) alrededor de un millar de cabezas de ganado, juntándolas con los animales que había adquirido con anterioridad a Manuel Suárez, procedencia Salvador Varea Moreno. Como podemos ver, la ganadería que estaba formado la Viuda de Murube provenía en su totalidad del Conde de Vistahermosa. Tras vender una buena parte de la ganadería a Eduardo Ibarra, y después de los consejos en la selección de Manuel Fernández Peña, Juan Manuel Urquijo, un famoso banquero vasco, compró la ganadería aconsejado por Joselito, quien se volcó en la selección y dirección de la vacada establecida en el famoso cortijo Juan Gómez, situado en Sevilla. Juan Manuel puso la ganadería a nombre de su mujer, Carmen de Federico, y durante años, esta ganadería hizo las delicias de las figuras del toreo. Incluso Manolete pidió las camadas enteras de los Urquijos. Más tarde Antonio Ordóñez, Curro Romero o Antoñete, vivirían tardes de gloria con el ganado que salía de Juan Gómez. También es destacable el cruce que se hizo en 1957 con ganado de Guardiola Soto (puro Gamero-Cívico), que fue vetado por los toreros a pesar de sus buenos resultados. A día de hoy todavía hay descendencia de ese cruce. A finales de los años setenta, la ganadería vio como poco  a poco se quedaban atrás, y esto obligó a vender la ganadería en 1980 a Antonio Ordóñez, quien la pudo disfrutar poco, pues cuatro años más tarde fue revendida a José Murube.

El fenotipo del toro de Murube-Urquijo es conocido por todos. Animales hondos, voluminosos, ligeramente ensillados, de manos largas y potentes, con una cabeza grande, carifosca y ligeramente acarnerada, rematada con una cornamenta que suele ser brocha y un tanto acapachada. Su pelaje predominante es el negro, con los típicos accidentales, aunque también se pueden ver animales castaños, colorados e incluso entrepelados. Su comportamiento está marcado por su calidad y nobleza. Cualidades que emanan de la bravura buena, la que pone a cada uno en su sitio. La profundidad en sus embestidas y arrancadas también se ve reflejada en el tercio de varas, donde dan un vistoso espectáculo.

Actualmente este encaste está representado por cuatro ganaderías punteras: la del Capea (Carmen Lorenzo, San Pelayo y San Mateo), Castillejo de Huebra, Sánchez y Sánchez, Fermín Bohórquez y La Castilleja.  Estos hierros dominan el mercado del rejoneo por sus cualidades, y dese hace años el toreo a pie los ha dado la espalda.

Sobre estos animales, André Viard dice en su libro “Urquijo», el astro oscuro” que “su bravura profunda y el rito lento de sus embestidas evidencian las carencias de cualquier tauromaquia que no sea la más pura”. Como decía antes, históricamente todos los toreros han querido matar los toros de este encaste, y ahora están desaparecidos. Que cada uno piense lo que quiera.

Recuerdo gráfico de Paco García de la memorable inauguración de Cañaveralejo

La tarde del 28 de diciembre de 1957 se inaugura Cañaveralejo con los toros de doña Clara Sierra.

Esta imagen que cede a tendido7 Paco , hijo del banderillero Pepe García que acompañó al maestro Joaquín Bernadó en la cuadrilla en ese histórico festejo. Tienen las 4 fotos un valor sentimental pues justo este lunes murió uno de los integrantes de la terna, Joaquín Bernadó. Hizo el paseíllo con el castellano Gregorio Sánchez y el colombiano Joselillo de Colombia.

Los tres desmonterados y el fervor de los vallecaucanos que coronaban un esfuerzo de un grupo de ilustres y quijotes pro hombres del Valle.

Pepe García como Hernando Castillo » Pinocho», entre otro fue integrante de una brillante generación de hombres de plata que le dieron lustre a la tauromaquia colombiana y especialmente en el occidente tras la inauguración en el año 31 de La Santamaría y en el 45 La Macarena de Medellín. Sea la ocasión para rendir nuestro tributo de agradecimiento a banderilleros, picadores, apoderados, mozos de espada y periodistas que avivaron la llama del toreo.

No cabe duda que hombres intrépidos como Santiago Borrero, Pepe Estela o Abraham Domínguez Vázquez tienen mucho que ver en el crecimiento de la fiesta en esta región colombiana que comprende Valle, Cauca y Nariño.

SEGUNDA IMAGEN

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Jaime Ostos murió en la casa del Gitano en Bogotá. Se fue a dormir y ya no despertó. Los restos del maestro a España

El maestro Jaime Ostos quien murió en Bogotá en la casa de Gitanillo de América, pasó los últimos días acompañado del torero colombiano y su esposa doña Ivette Uia estuvieron en Cartagena y disfrutaron del caribe colombiano » dos gocetas» y amenos de distinta generación de toreros de a pie que se hicieron amigos hace varios años.

Este medio día el coche fúnebre con los restos del maestro de Ecija partieron hacia el aeropuerto El Dorado y esta tarde rumbo a España a donde llegará el féretro este lunes. Gitanillo de América no ha desamparado un solo instante a la viuda que hizo el viaje con el torero a Colombia

El Gitano y su señora esposa lo recibieron, lo acompañaron pero nadie podía esperar que se fuera a la cama y ya no despertaría el hombre que murió dos veces ,encaró la tragedia con humor y hasta » hablé con San Pedro allá «.

Un recuerdo memorioso en ABC

También trató a Hemingway.

—Hablé mucho con él. Me dijo que se hubiera sentido un hombre completo si hubiera salido a hombros por la Puerta del Príncipe. Otra vez, en Pamplona, me contó que iba a correr el encierro y acabó yéndose a beber una botella de vino… Sentía debilidad por Ordóñez.

Jaime Ostos y su mujer, María Ángeles Grajal
Jaime Ostos y su mujer, María Ángeles Grajal – Guillermo Navarro

—Llevaba una formidable cuadrilla: los banderilleros El Vito, Luis González y Pepe Blanco; los picadores Curro Toro y Cipriano Velázquez.

—Presumo de haber llevado la mejor cuadrilla de la historia del toreo, unos fenómenos. Cuando, en el grupo especial de matadores, se les pagaba 7.500 pesetas, yo les daba 10.000. El que menos tiempo estuvo conmigo fueron 23 temporadas.

—Toda la temporada de 1960 viajó con ustedes Jean Cau, que había sido secretario de Jean-Paul Sartre, y escribió ‘Las orejas y el rabo’.

—Era una persona muy inteligente. Quería averiguar qué clase de gente éramos los toreros. Llegó a decirme: «¡Qué buen pintor hubieras sido tú si, en vez de capote y muleta, te hubieras dedicado a los pinceles!»«Los políticos no pueden poner cortapisas al arte de torear ni a ningún arte»

—Sufrió una gravísima cornada en Tarazona de Aragón, el 17 de julio de 1963. Tituló ABC: ‘El diestro perdió más de cinco litros de sangre. Antes de ser operado, a vida o muerte, recibió los últimos sacramentos’.

—No se puede luchar contra el destino. Habíamos toreado en Barcelona y don Pedro Balañá me dijo: «¿Estás libre el sábado?» Le dije que sí y nos fuimos a Tarazona. Él nunca firmaba un contrato. Miraba los tendidos y, según el público que hubiera, te pagaba. Esa tarde, se acabó el papel: en una plaza de 5.000 personas, cobré 350.000 pesetas.

—¿Por qué le cogió el toro?

—Al citar al natural, el fuerte viento me levantó la muleta, me dejó al descubierto. El toro me metió el cuerno por debajo. Fue una cornada en seco, en el bajo vientre.«He sufrido 25 cornadas, dos veces me han dado la extremaunción, pero ser torero me hizo persona, me permitió ayudar a los demás y que la gente me recuerde con respeto»

—Ángel Peralta intentó detener la salida de la sangre con una sábana. Doscientas personas hicieron cola delante de la enfermería para donar sangre. Leo: «Su tensión llegó a ser de 1’8».

—Yo oía a través de la puerta de mi habitación la conversación de los médicos, que no me daban esperanzas de vida… Cuando empecé a mejorar, tenía un noventa por ciento de posibilidades de perder la pierna. Fue muy fuerte.

—¿Qué es lo que más recuerda de ese percance?

—Tanta gente ofreciéndome su sangre, tanto cariño. Cuando fui a Zaragoza a dar las gracias a la Virgen, en la plaza del Pilar se formó una verdadera manifestación.

—Luis Marquina, el hijo de don Eduardo, el poeta, filmó un documental sobre ese drama, ‘Valiente’, con una estructura parecida a la de ‘Ciudadano Kane’.

—La película refleja fielmente la realidad. Yo tenía ya muchas cornadas: todas se habían curado en un período de treinta días; ésta duró un año largo. En la primera corrida que toreé, después del percance, me fui al mismo sitio de la plaza y realicé la misma suerte.

—Fue un verdadero as de espadas.

Jamás usé la espada de mentira, ni en los tentaderos. Una vez, en El Puerto, sufrí una herida en un dedo y Antonio Ordóñez me dio su espada de madera. En el primer muletazo, el toro, en un derrote, lo rompió: yo no sabía usarla, no estaba acostumbrado.«Nunca he pertenecido a ningún partido político, no he distinguido a la gente por su dinero: lo mismo me da si calzan alpargatas o zapatos de charol»

«El Pollo» Pallares recuerda a Ángel Teruel y el efecto que tuvo en la Cartagena taurina

Nos da la sensación que las tipologías territoriales y las dinámicas de una afición, construyen algo verosímil alrededor de un torero. En nuestro caso, Ángel Teruel fue quien catapultó con sus reiterados éxitos en La Serrezuela, la que después se denominó Feria Taurina de Cartagena.


Angel Teruel fue un diestro precoz. Y esa precocidad le dió para alternativarse con sólo 20 novilladas y 17 años, paseándose por todas las plazas del mundo dentro de un estrambote de expresión taurina basada en la elegancia, la finura y aquello que se conoce como, la difícil facilidad.  Por ello solo recibió dos cornadas, una grave en Segovia en un festival, y, la otra sorpresivamente en la boca de un burladero en Madrid, en lo que desde el rigor de las letras taurinas se conoce como: «toreando sin torear».


De tal suerte que para encontrar puntos de encuentro, el diestro madrileño hizo de Cartagena de Indias su fortín, pues en el entretiempo de corrida y corrida, se venía a disfrutar del gadir cartagenero.  Y es que desde que en El Universal, el cronista taurino Rodolfo Martínez «Romar» tituló su descripción «Un Ángel cayó del Cielo», en referencia a su debut  nada mejor para destacar la idea clara del toreo de Teruel.


Y fue particularmente sensible, porque en Bogotá en la premier de su película «Sangre en el Ruedo», en 1967, el torero hizo la presentación oficial de su única película en el Teatro San Carlos, en plena carrera 13 en Chapinero. Yo asistí al evento pues por aquellas épocas adelantábamos nuestros estudios profesionales en la capital del país y desde entonces tenía también una idea clara de mi afición.


Naturalmente, su éxito no hubiese sido posible sin el mecenazgo de los Dominguín, vecinos de la calle Ferraz y, Pepe Dominguín fue su primer apoderado.  Teruel amplió su horizonte y triunfó sonoramente en América y de Cartagena, concretamente de La Serrezuela, dijo que «las ovaciones se sienten mejor que en Madrid, porque la afición golpea también la madera». Es decir, consideraba a nuestra afición especialmente sensible y rotunda. En Cartagena la Peña Taurina El Clarín le concedió el Clarín de Plata en 1981.


Pero Teruel sobrepasó los límites y en Lima tenía una peña taurina femenina, que le seguían por todas las escenarios.  Allí en Acho, se encerró en solitario, luciendo dos trajes de luces durante esa apoteósica corrida. El segundo traje (blanco y azabache)lo obsequió a su agrupación taurina.


Torero de habitual elegancia, clásico en su muestra y desparpajo en banderillas, pues pareaba solo por el pitón derecho.  De él escribió el famoso poeta y escritor Julio Estefanía:


Viva Madrid tu salero,
y viva sobre el albero,
el ángel de Ángel Teruel. 

Recuerdo del padre «»Joaco»

El padre Joaquin Sánchez ex rector de la Universidad Javeriana, profesor, comunicador , jesuita y taurino por vocación ( fue nuestro capellán en La Santamaría y consejero espiritual ), se nos fue hace un par de meses y el recuerdo es porque hoy cumpliría un año más este vallecaucano de pro y colombiano integral.

Perdimos un hombre bueno, generoso y defensor de la fiesta ( echaba capa en los tentaderos y jurado en ediciones de los premios que otorga cada ño tras la temporada la plaza de toros de Cali, le oí conceptos muy profundos sobre la tauromaquia y el quehacer taurino pues entendía lo que llamamos » de toros» que era una dicha ).

Nos hace falta su presencia aunque su ejemplo s parte de nuestras vidas cotidianas, y por eso quería recordarlo en Tendido7 al celebrar aunque él no esté, la efemérides de su natalicio.

Juanito Márquez y Alberto Mesa revelan al Rincón que se forja hasta vivir ese glorioso 1991. Ver y escuchar entrevista de los dos toreros

Juanito Márquez , amigo de esos primeros sueños de quien años después será el maestro César Rincón nos cuenta en este recorrido sentimental en tendido7.co la forja de un torero, los sueños, las peripecias, las esperanzas,  entrenar de salón  cuando los demás torerillos abandonaban La Santamaría de Bogotá y la plaza vacía era ese inmenso ruedo , su pequeño gran mundo para  perfeccionar lances y pases.
Son 30 años de la primera de las 6 salidas en hombros de Las Ventas, esa que parecía entonces inalcanzable joya de la corona taurina en la calle de Alcalá, la catedral del toreo.


Alberto Mesa, matador de toros y hoy depurado bailaor de flamenco, revela detalles de esos años previos al triunfo del 21 de mayo de 1991, cómo vivían un grupo de toreros americanos, qué pensaban, qué hacían

Memoria de un festival inolvidable de reencuentro en Las Ventas

El festival del 2 de mayo en Las Ventas tendrá eco no solo en la historia de la plaza, como aquel que lanzó a Joselito Arroyo a la fama, pro damnificados de la avalancha de Armero , del toreo en general sino en los corazones de quienes pudieron asistir, 6 mil personas por las medidas sanitarias y de los millones que la vimos y gozamos espiritualmente a través de la emisión de movistar.

Desde la feria de otoño del 2019 no se abría la plaza y ver la gente ingresar al coso fue toda una dicha. No era una fecha más, era el 2 de mayo, la reivindicación de Madrid ante la invasión napoleónica….

El Juli reivindicó su categoría de figura en una tarde soñada en la que con capote y multa toreó como los ángeles ( solo en una serie por el izquierdo le trompicó la muleta una vez pero no alcanza a emborronar la lucidez de la faena ) ; Ponce con esa templanza, Manzanares, pura verdad , coraje, valor y firmeza con el toro mas complejo; Perera, variado, desde esos pases de rodillas hasta el final; Ureña querido en MADRID PASÓ INADVERTIDO ARTISTICAMENTE pero dejó detalles y Guillermo García para decirlo gráficamente estuvo » en novillero «.

Las imágenes corresponden a varios momentos del festejo gracias a Plaza1 con tendido7

Aquellas corridas en París

Aquellas corridas en París. Pocos recuerdan que en París se celebraron corridas de toros. Justo a fines del siglo IX se presentaron en una plaza situada cerca a donde se levantó la Tour Eiffel, Antonio Carmona «El Gordito», José Machio, Fernando Gómez, El Gallo (padre de Joselito y de Rafael), Juan Ruiz (Lagartija) y El Espartero.

La imagen anterior corresponde a la corrida celebrada el 28 de junio de 1889 y que contó con la asistencia de la ex-reina de España, Isabel II.

Esta plaza fue construida por Justo Millán en un mes, se iniciaron las obras el 28 de mayo de 1889. Tenía una capacidad de 18.000 espectadores, era desmontable de hierro y madera. Localizada en un solar de la Rue de La Fédération, cerca de la torre Eiffel. La plaza desapareció ese mismo año.

Caertel de una corrida en el Bosque de Bolonia en Paris en agosto de 1889

Don Antonio Torres Rueda dice que es importante este recuerdo pues con los años los franceses decidieron que el sur era la zona taurina y ganadera y ya no hubo mas festejos taurinos en la capital de Francia.

35 años de la alternativa de Gitanillo, un día como hoy de 1985 en Bogotá

35 años de la alternativa de Gitanillo, un día como hoy de 1985 en Bogotá. Nació en Bogotá el 18 de septiembre de 1962, se le despertó muy niño el amor al «arte de Cuchares».

Su padre, «El Indio Veloz», torero cómico que falleció hace dos meses.

Lo acostumbró a ver muletas, capotes, espadas, fundones, espuertas, viajes, hoteles, plazas de toros.

El 6 de octubre de 1985, tras pasar una temporada en España con César Rincón y de la mano diestra de don Jerónimo Pimentel. Gitanillo de América tomó la alternativa en la Plaza La Santamaría de Bogotá.

Donde recibe su doctorado nada más ni nada menos que con dos figurones españoles de la época, el salmantino Pedro Gutierrez Moya y el andaluz Juan Antonio Ruiz «Espartaco» que se había formado desde becerrista justamente en Bogotá con la Casa Lozano .

Desde entonces, «Gitano» con treinta años de «andar por el mundo» ganando experiencia y casi 1400 corridas, ha puesto sus ojos en su hijo mayor, Santiago Fresneda.

Novillero, que lleva el mismo nombre artístico del progenitor, «Gitanillo», pero con otro concepto del toreo aunque sí la gracia del padre.

Estoy seguro que si su señora madre viviera (se nos fue hace un mes), hoy habría fiesta.

Para recordar ese acto ceremonial de la alternativa con los toros del «Encenillo» de don Darío Restrepo. 35 años de la alternativa de Gitanillo

Naturalmente que la carrera de Gitanillo está unida a un hombre maravilloso.

Gestor taurino, ganadero, apoderado, el generoso Jerónimo Pimentel.

Un español de Cenicientos que en los 50’s del siglo pasado se enamoró de Colombia, se quedó y aqui vive en «El Paraíso», su ganadería encaste Domecq.

El toreo se pone los hábitos… De la prohibición papal a los sacerdotes que torean. Me hace ilusión torear con sotana, dice el cura en un tentadero

Monseñor Baltazar Porras en una imagen tan explícita que es todo un mundo

De la prohibición papal a los sacerdotes que torean. «Existe el mismo peligro exponerse a las astas de un toro que a las uñas o los dientes de un león», sentenciaron los concilios de Basilea y de Florencia en el siglo XV.

Detrás de esta reflexión estaban las páginas inflamadas escritas por los teólogos cristianos del siglo III y IV encabezados por San Agustín, censurando las fiestas paganas en el circo, del mismo modo que lo habían hecho Cicerón y Séneca.

En 1567 , Pio VI decretó en la bula «De salutis gregis dominici» que quienes participaran o presenciaran las corridas de toros incurrían automáticamente ( «latae sententiae» ) en la pena de excomunión.

Pocos años después, en 1575, ante la reacción de las autoridades en los reinos dependientes de la poderosa corona española – Castilla, Leon, Nápoles y Portugal – que interpretaron que el documento pontificio era un ataque a España.

Una muestra de la «incomprensión» hacia su «historia y su cultura», Gregorio XIII moderó el riguroso decreto de su antecesor en el breve «Exponis nobis super», excluyendo de la excomunión a los laicos que presenciaran el espectáculo, y reservando la sanción solo a los sacerdotes y religiosos.

Ocho años mas tarde, el Papa Sixto V, volvió a poner en pleno vigor la bula de Pio V, haciéndose eco de las denuncias de obispos y teólogos españoles acerca de los abusos interpretativos con los que se aplicaba la bula de Gregorio XIII. De la prohibición papal a los sacerdotes que torean.

Curas Toreros / Vicente Arnás vía deltoroalinfinito.blogspot.com

El colega López Lago nos revela detalles muy interantes de un cura-torero. Imperdible.

De la prohibición papal a los sacerdotes que torean. Hernando pone a Robe Iniesta en su casa, un tema reciente, de los tranquilos del líder de Extremoduro, como ‘Suspiro acompasado’ o ‘Del tiempo perdido’.

Suenan los acordes, agarra su muleta, coloca los pies, alarga un brazo, retuerce su cintura y empieza a hacer toreo de salón abstraído en cada movimiento.

Es la manera que tiene de entrenar para hacer un papel digno si le invitan a tentar otra vaca. Pero si el ofrecimiento fuera para un domingo por la mañana tendría que rechazarlo, ya que Fernando da misa en Aliseda y Herreruela, donde ejerce de párroco.

«Lo de torear ha sido para mí un descubrimiento que me hace mucho bien porque así se puede expresar la belleza. Es un medio como puede ser la oración y me alegro de que la vida me haya dado la oportunidad de conocerlo», decía esta semana a HOY.

«Me aburría el gimnasio, así que encontré esta afición, que me parece mucho más expresiva»

Como aficionado, Luis Fernando Valiente Clemente (Coria, 1978), debutó delante una vaca brava el año pasado. En total ha pasado de la tapia a la arena en tres tentaderos con suerte desigual.

En algunos ha salido a hombros, pero en otros se ha llevado más de un revolcón.

Aficionado taurino de toda la vida, a sus 42 años el sacerdote extremeño está encantado de compaginar su devoción cristiana con una vocación taurina recién revelada. «A mis feligreses les parece bien. Saben que soy sacerdote, pero también persona. Y al que no, no me lo dice».

El sacerdote a hombros deepués de un tentadero.
El sacerdote a hombros deepués de un tentadero.

Don Fernando, como le llaman sus fieles, se ordenó un 18 de octubre de 2003. Tiene dos hermanos y un tío sacerdote trabajando en Las Hurdes que lo llevó a sentir atracción por la palabra de Dios.

Con 11 años recaló en el Seminario de Cáceres mientras sus padres regentaban bares en el centro de Coria (Cáceres), en la plaza del Rollo, por donde pasan los encierros de los Sanjuanes cada verano.

«Yo corría el toro en mi pueblo sin que mis padres se enteraran, luego me aficioné a las corridas que daban en Canal Plus, pero a las plazas no iba por mi trabajo de cura. Mis amigos me decían que me animara porque sabían que me gustaba mucho.

Así que hace poco me compré una muleta en Talavera la Real con el corte de Antonio Ferrera, maestro al que admiro mucho, y le puse mis apellidos: Valiente Clemente.

La llevo en el coche y a veces paro a torear en el campo yo solo. Me parece una experiencia artística muy bonita. Me podía haber dado por escribir, por el pádel o por la fotografía porque cada uno tiene una afición.

A mí me aburría el gimnasio, así que encontré esto, que me parece mucho más expresivo. Comencé de una manera privada, toreando solo, pero los amigos me animaron a dar el siguiente paso», relata.

Sus tres intervenciones

Ese otro paso fue ponerse delante de un animal. Y su presencia en la plaza impactó por su atuendo, la sotana, la cual eligió llevar desde 2008, motivo por el que dejó de correr los Sanjuanes de Coria, ya que no es precisamente la indumentaria más segura para hacer una carrera a vida o muerte delante de un toro de 500 kilos.

Lo que sí ha hecho don Fernando es darle pases a vaquillas con ella puesta. Y le ha encantado.

Debutó en la primavera de 2019 en una finca de Monfragüe, donde la Escuela Taurina de Cáceres organizó unas clases prácticas para aficionados y a él le tocó una becerra de un año.

«La primera sensación fue preguntarme qué hago yo delante de este animal. Pero luego me di cuenta de que a través de él enfrentaba mis miedos y el cariño hacia los animales. Sientes su respiración, su olor, la fuerza y todo es muy bonito porque de juntar la inteligencia del hombre con la energía del animal sale algo que emociona», rememora sin ocultar que aquel día le entró el veneno del toreo.

La segunda vez la tienta tuvo lugar gracias a la Escuela Taurina de Badajoz. Fue en una finca de Herreruela.

«Ahí la vaca ya era más grande y yo no sabía cómo colocarme. Primero toreamos en la plaza y luego en campo abierto con más amigos del ganadero. Esta ya tenía unos buenos cuernos, pero me dije que ya no podía echarme atrás porque no hay valor sin miedo. Al final me dio algún revolcón y acabé con algún moratón»,

confiesa humilde.

La tercera y última vez que toreó fue a mediados del pasado mes de julio en El Rocío, durante un curso de aficionados prácticos con toros de la ganadería Partido de Resines. Había treinta inscritos más pero todos se fijaron en él.

Su atuendo desveló que no era un alumno cualquiera.

«Me hacía ilusión torear con la sotana. No es lo más práctico, pero así me sentía con más fuerza. Fue un momento personal, en el que agradecí a Dios tener una afición que me permitiera disfrutar de algo tan bonito.

Yo veo a los toreros como santos de la tauromaquia porque es algo por lo que dan la vida. Aprendo de su actitud, de su entrega, de torear de verdad y de frente, cosas que a veces también veo en Jesucristo. Los dos se juegan la vida por su verdad.

Además, existe una conexión tradicional entre las fiestas religiosas y las taurinas», explica este extremeño, que bromea ante la posibilidad de convertirse un día en matador.

De momento, dice, tiene previsto volver a correr los Sanjuanes en 2021. Además, le están haciendo un traje corto.

«A lo único que aspiro es a ponerme delante del animal con más eficacia y calidad porque un pase lo da cualquiera, otra cosa distinta es torear». De la prohibición papal a los sacerdotes que torean.


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