Leandro Gutiérrez está acartelado con los Santa Colomas de » La Quinta » en Leganés el 7 de mayo en una feria que organiza el mismo operador de Cañaveralejo, Alberto García y que tiene nombres de tronío como Ponce y Emilio de Justo.
El vallecaucano dejó la mas grata impresión con una seria novillada de San Isidro en Añover del Tajo el año pasado saliendo en hombros.
El 7 de mayo comparte cartel con Francisco Montero y El Rafi.
Además será la ocasión para el debut como apoderado del torero colombiano del matador de toros y maestro de la Escuela de Navas del Rey, Alberto Aguilar que ha sido profesor de Leandro allí.
El tentadero al que corresponden estas imágenes se realizó en la ganadería de Atonio López Gijaba.
LA GANADERÍA
FINCAS
‘Los Baldíos’, Oliva de Plasencia (Cáceres)
PROCEDENCIA
D. Juan Pedro Domecq, vía Toros de El Torero
ANTIGÜEDAD
12/03/2000
ANTECEDENTES
Se crea esta ganadería en 1993, al amparo del artículo 6º de los Estatutos de la Unión, al extinguirse la copropiedad de la Ganadería El Álamo, con la parte que le correspondió a doña Pilar Hurtado, anunciando a su nombre. En 1998 es adquirida por don Antonio López Gibaja, que la forma con vacas procedentes de herederos de Carlos Núñez, línea Rincón, y sementales de Ganadería Marqués de Domecq y Jandilla. En 2009, la ganadería se incrementa por la compra de vacas y sementales del hierro de Toros de El Torero.
La última vez que lidió una novillada completa en Las Ventas fue en el año 2004. En 2005 en pleno San Isidro lidió un sobrero para El Cid y en 2009 un novillo para Pérez Valcárcel
ENCASTE
El fundador de esta estirpe de ganaderos, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, compró a principios de 1930 la ganadería del Duque de Veragua a Manuel Martín Alonso, quien se había hecho con el hierro ducal dos años antes. Juan Pedro hizo caso de las recomendaciones que le dio el también ganadero Ramón Mora Figueroa y entre 1930 y 1931 adquirió al Conde de la Corte cuatro sementales, Llorón, Carabello, Chucero y Bodeguero, así como dos puntas de vacas. Tras el fallecimiento del fundador, en 1937, se encargó de la ganadería su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez, quien añadió reses de Mora Figueroa, con sangre Conde de la Corte y García Pedrajas, ambas de origen Parladé. Todos los especialistas consideran que el señor Domecq Díez consiguió crear un encaste propio, depurando y mejorando el concepto de bravura.
Los toros de este encaste suelen ser bajos de agujas, finos de piel y de proporciones armoniosas. Las encornaduras tienen un desarrollo medio, pudiendo crecer en forma de gancho o gatillo (engatillados). El cuello es largo y descolgado, el morrillo bien desarrollado y no tanto la papada. Los pelos predominantes son negros, colorados, castaños y tostados. Pueden aparecer los jaboneros y ensabanados por la influencia de la casta vazqueña. En cuanto al comportamiento, este encaste conserva la cualidad de ir a más. Se arranca pronto y lo hace galopando, con alegría y fijeza en los trastos de torear.