Felicidades maestro Curro. Cumplió 90
Uno de las leyendas vivas del toreo, Curro Romero, cumplió 90 años. En el titular he reseñado maestro Curro, No hace falta decir pero por si acaso nos referimos a uno de los grandes del toreo del siglo XX, Curro Romero a quien el poeta José León le dedica estas lisonjas :
«Que ya no huele a romero
Las tardes del Baratillo
No se asoma el Giraldillo
Pa ver al Faraón de Camas
Con su grana capotillo»
𝑱𝒐𝒔é 𝑳𝒆ó𝒏- «Adónde se fue la feria»,
Francisco Romero López, Curro Romero en los carteles, cumplió 90 años , convertido en un mito vivo del toreo y en una figura inconfundible del paisaje de la tauromaquia contemporánea.
Nacido el 1 de diciembre de 1933 en la localidad sevillana de Camas, se retiró en silencio de los ruedos tras torear un festival benéfico en La Algaba (Sevilla), un mano a mano con Morante de la Puebla, el 22 de octubre de 2000. Cerraba así una singular trayectoria que se había iniciado el 25 de julio de 1954, día de su debut en la plaza de La Pañoleta.
Curro lo celebra íntimamente: un almuerzo con Carmen, su mujer y compañera eterna, con su hija y con uno de sus grandes amigos, José María García, y su esposa, Montse Fraile.
No habían previsto nada especial, pero sus amigos han decidido viajar a Sevilla para felicitarle personalmente y fue una comida informal e íntima.
Con motivo de este 90 cumpleaños, se ha editado también un libro que recoge un paseo por su vida, casi un siglo ya, en la que ha habido de todo. Acompañado de Carmen Tello, acudía a la presentación de la obra ‘Aromas de Romero’, de la saga fotográfica Arjona. El acto fue presentado en el Teatro de la Fundación Cajasol de Sevilla por Juan Belmonte esta semana.
El momento cumbre de un cumpleaños es el pastel. Y si es con velas, mejor. Pero a Curro lo de soplar…:»Por gustarle no le gusta ni que le feliciten y ese día hasta desconecta el teléfono. Es un hombre muy discreto, reservado y tímido, aunque él me dice que más bien es prudente», matiza entre risas Carmen Tello.
Y este mito del toreo define así su paso fulgurante por los ruedos : “Torear me producía sensaciones muy extrañas”.