Hermosa faena de Ortega en Jaén con un gran toro, bravo y con clase de vuelta de Victoriano del Río
Corrida de Victoriano del Río en Jaén. «Comunero» el primero con problemas de visión, el segundo se dejó mucho, el tercero, rebrincado.
Descompuesto, a contra estilo del toreo fino de Ortega; el cuarto, con calidad el melocotón pero sin emoción; el quinto, con muchas opciones y el sexto, bajito, fino de cabos, un gran toro, el mejor el encierro
Enrique Ponce abrió su festejo número 16 en el marco de la pandemia y en estas dos corridas programadas en Jaén le tocó abrir con un toro de irregulares embestidas pero que, como dicen ahora, «se dejó».
El mejor pitón, el derecho pero se vino a menos, se rajó, (por el problema de la visión del astado) con un valenciano que fue capaz de resolver los problemas técnicos con la muleta puesta para que el toro no se fuera de su jurisdicción.
El toro tenía un problema de visión por el ojo derecho y acusaba el comportamiento por el izquierdo.
Por eso llevarlo templado y con mimo fue el secreto de la faena.
«Carterista» , hondo y largo, bizco del izquierdo, es el primero para Curro Diaz en su sexta comparecencia este año tan particular para el toreo y la quinta con Ponce.
El colombiano Luis Viloria picó. El astado empujó con el pitón izquierdo al peto del varilarguero cordobés (de Córdoba, Colombia). Abanto y sin entrega.
Tardea en la muleta, le pega el toque y la voz buscando que el toro embista pero le cuesta desplazarse y no tiene ni entrega, ni humillación ni profundidad.
Hay cierta intermitencia y por eso los naturales no se pueden ligar. Se vence por el derecho. Hay vocación, seguridad y firmeza.
Falla con la espada.
Ovación.
Juan Ortega lidia a «Adinerado».
Embiste rebrincadito que no termina de pasar pues se frena, suelta la cara (es decir, pega unos cabezazos molestos) al llegar a la jurisdicción del torero.
¿Ligar? Imposible. Dos pases de calidad y poco mas. Toro sin entrega con el que no es posible hallar la expresión artística, nunca iba metido en los engaños. Abrevia. Pincha. Delantera y desprendida.
SALIDA AL TERCIO A SALUDAR.
«Quitaluna», el cuarto de lidia ordinaria, segundo para Ponce.
Toro cuesta arriba en sus hechuras. ¡UFFFF! Sale «perdiendo las manos» del primer encuentro con el picador. Se denota falta de fijeza y acude en oleada.
Bonito gesto de Ponce que al terminar su atípica temporada invitó a toda la cuadrilla para brindarles y sacó al ruedo a su viejo compañero de viaje, Marino de la Viña que tras un cornalón en Zaragoza el año pasado, sigue recuperándose pero con problemas de movilidad en su pierna izquierda porque tiene estropeado el nervio ciático (Volveré, ha dicho hace unos días el gran hombre de plata albaceteño. El tiempo lo dirá, puntualiza y quiere enviar un saludo al Dr Valcarreres, en la foto a la derecha del torero, que le salvó la vida pues hubo un momento en que estuvo «muerto»).
Bueno, pues el melocotón de pinta está en los mínimos y Ponce lo lleva a media altura y templado para que no se caiga.
La técnica, suavidad y caricia en los muletazos de Ponce una de sus virtudes.
Abierto el compás, de frente, Ponce liga por el derecho con un toro al que le cuesta desplazarse. Es construir una faena a partir del «consentir» y no del «violentar».
Temple, paciencia para compensar la falta de ese picantito del toro. Dos naturales pero, todo hay que decirlo, falta la emoción en el toro pero no el dechado de virtud del torero que le pega tres muletazos con arte, calidad, saber esperarle y temple.
Con el sello poncista: Estética y acompañamiento.
Faena larga. Un aviso. Pincha arriba y entera, caída. Oreja.
«Cóndor», negro mulato para Curro Diaz.
Esperanzador inicio de faena del linarense pero… lo que ha ocurrido en esta tarde, el toro a menos, sin recorrido, obedece al principio del muletazo pero al final se descompone y no se rebosa en los engaños , sale distraído.
Suerte contraria y acierta con la espada por colocación pero demora en echarse; Curro se sienta en el estribo a esperar. Dos orejas.
«Basurilla» cierra para una de las ilusiones de la temporada, el sevillano Ortega.
De momento, movilidad, un buen pitón izquierdo… Lucido tercio de banderillas.
El inicio con la gente en pie unos ayudados por alto con gusto y naturalidad y cerró con molinete a pie junto, muy sevillano. Buen toro. Le engancha «alante», lo trae, se pasa cerca y la faena va a más sin afectación.
Ha bordado el toreo de filigrana, magia pura salpicada de belleza; con remates en ese forzado de pecho. Faena justa en tiempo y espacio
Suerte natural. Pinchazo hondo. La firma, con la espada, falló en el primero y acertó tras munirse de paciencia. Dos orejas y vuelta al ruedo al toro.
OVACIONADO Y ENTRE VITORES SALIÓ DE LA PLAZA