Hoy en plenaria de Cámara debaten proyecto prohibicionista. El maestro César Rincón estará presente. Urge la presencia de los taurinos

Hoy en plenaria de Cámara debaten proyecto prohibicionista. El maestro César Rincón estará presente. Urge la presencia de los taurinos

El afán por prohibir las corridas fijó para hoy en la agenda de la Cámara de representantes el proyecto prohibicionista de las corridas de toros que incluye a las corralejas.

El maestro César Rincón que llegó hace unas horas de España se hará presente hoy en el Congreso.

Antes de la discusión para votación, la comisión accidental presentará su informe de las audiencias en Bogotá, Cali y Manizales y muy seguramente habrá dos ponencias, una del autor del proyecto y ponente y otra de su colega Cristian Garcés que escuchó el latido de ganaderos, toreros, novilleros, aficionados, vendedores informales, voceros de la hoteleria y del sector gastronómico, escuchó las angustias de ese entorno económico que mueve una fiesta, de los artesanos, de los sastres de toreros, de quienes elaboran y » visten» las banderillas, de lo mozos de cuadra, de los transportadores, de los vaqueros y mayorales.

El maestro Diego Montaña Cuellar hablaba de un país real y un país formal. En el primero deambulan la miseria, la carencia de oportunidades, la escasez o ausencia de ingresos para alimentar y educar a los hijos, en la otra, los señoritos que creen que el mundo de comodidad es el de todos y por eso hemos excluido a las minorías, las hemos invisibilizado creyendo que ignorándolas no existían.

El toreo va mucho más allá de la muerte del toro en el ruedo pero estos nuevos fundamentalistas y prohibicionistas guardan silencio sobre los mataderos, cómo se sacrifican cerdos, conejos, pavos, cómo se pesca en ríos y en el mar par alimentar como lo hace ese toro de lidia que entra en la corriente cárnica y cuyo valor nutritivo por el tipo de cuidados que ha tenido es de un alto valor nutritivo.

Este antiguo ritual no nació en los clubes ni en los salones de los más pudientes sino en el pueblo llano que concurre pacíficamente a las plazas, que el día que ese pueblo abandone los Cosos,y no haya un hombre o una mujer que participen del rito táurico jugándose la vida, la fiesta se extinguirá sin necesidad de proyectos, sin argucias, sin ese pretendido amor y defensa del toro que es lo que menos les importa a ellos.

El prohibicionista dice ladinamente : Llevo 8 años con este proyecto y olvida que el toreo es mucho más que Cali, Bogotá, Medellín, o Manizales, que va de Tacueyó al profundo Boyacá, a los santanderes, al Valle, a Cundinamarca. No me cabe la menor duda tras escuchar esas voces en Bogotá, Cali y Manizales que el susodicho parlamentario ( y lamentablemente muchos de sus colegas ) desconocen la riqueza cultural de la tauromaquia y pretenden legislar sin saber de qué legislan y no busco, ni por asomo, ser descomedido con ellos.

Vamos a ver qué pasa el martes en la Cámara. Seguramente, y es mi aspiración, la libertad terminará ganando la partida, esa libertad que conquistamos en el siglo XIX y que nos dio el orgulloso y sagrado titulo d ciudadanos y ciudadanas y que todos cabemos en esta patria. Un grupo minúsculo no puede imponernos sus gustos personales, siempre respetables pero que no van más allá de ellos.

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