La Semana Santa y el toreo una intima relación

La Semana Santa y el toreo una intima relación

Nos hemos sumergido en la celebración de la Semana Santa la semana más esperada del año, cuando ciudades como Sevilla , Santo Tomás, o Popayán pasean por sus calles la devoción y en muchas ocasiones se convierten en templos vivientes, por el que se puede contemplar y vivir la escenificación completa de la crónica evangélica.

Así como hoy no se entendería que el final de la Semana sagrada se solemnizara desde hace muchas décadas con la corrida extraordinaria del Domingo de Resurrección, lo mismo ocurre con la relación íntima que se produce históricamente entre el mundo taurino y el universo cofrade.

Desde el Tato a Pepe Hillo, desde Joselito El Gallo a Belmonte, desde Pepe Luis Vázquez a Antonio Ordoñez, desde la casa Miura hasta Sebastián Castella, y de Bolívar a Sebastián Ritter, una mayoría de hermandades sevillanas han tenido y tienen entre sus hermanos grandes –pero también a los no tan grandes– glorias del toreo, no sólo sevillano: hasta de México vino Juan Silveti.

Pasadas las hermandades de vísperas –vivero indispensable para la continuidad– la primera cofradía de la Semana, la de La Borriquita, que salió a la calle el Domingo de Ramos, cuenta con la especial querencia de muchos y variados toreros y en sus anales quedan ya los años 1992, 1993 y 1994 cuando un joven Eduardo Dávila Miura sacaba el paso como un costalero más.  Por su parte, cuenta Sebastián Castella, torero francés hecho en Sevilla, que cada año sigue teniendo una emoción incluso mayor que cuando se ajusta el traje de luces, en esos momentos en los que cada Domingo de Ramos se viste la túnica y la capa de  su Hermandad de la Virgen Estrella, a quien acompaña desde un anónimo lugar del cortejo.

Si se eligió para ese año, en la tarde del Martes Santo pudimos contemplar a Nuestra Señora de Gracia, más conocida por Los Javieres, con una saya de color azul pavo Cuando una la ve, revive la tarde de triunfo de Curro Romero, con cuyo traje de luces se confeccionó en el año 2.000  la vestidura.

Y eso que este año la lluvia ha marcado los primeros días y muchas cofradías tuvieron que resignarse a suspender la salida de sus pasos. Pero siempre habrá un paraguas.

Pero también en este día, al ver pasar por las calles de Sevilla la Hermandad de Nuestro Padre Jesús ante Anás y María Santísima del Dulce Nombre, el recuerdo se vuelve a este gran hombre de toros que es Julio Pérez “Vito”.

Pero esta relación entre los toreros y la Semana Santa de Sevilla llegó a uno de sus puntos culminantes en la tarde del Santo con las hermandades de San Bernardo y El Baratillo. La dinastía de los Vázquez, una de las principales castas del toreo sevillano, siempre ha sido muy devota de la Hermandad del Cristo de la Salud y María Santísima del Refugio, San Bernardo. Manolo Vázquez fue Hermano Mayor de la Hermandad durante los años 1958 al 1964 y le regaló a la Virgen su traje de alternativa, con el que se le confeccionó una saya de color blanco que luce la Virgen en su paso, que además presenta los broches de los faldones del paso de palio que se confeccionaron con los «machos» de este traje de luces.

Pero los Vázquez no hacía más que seguir la tradición de este popular barrio, Y es que hermanos de San Bernardo fueron Joaquín Rodríguez Costillares y Francisco Arjona Herrera, “Cúchares” que murió siendo Hermano Mayor y está enterrado bajo el altar del Santísimo Cristo de la Salud. También en el siglo XIX el legendario “Tato” fue Hermano Mayor de la hermandad, a la que también perteneció José Claro “Pepete” y de la que los hermanos Manolo y Pepe Bienvenida llegaron a ser distinguidos como Hermanos mayores honorarios. Más modernamente, en su nómina de hermanos figura  el torero retirado Diego Puerta.

Ejemplo también de esta unión histórica, esta hermandad tiene Carta de Hermandad con la corporación de los Maestrantes desde 1992 oficialmente, aunque ambas instituciones han estado hermanadas  desde hace siglos. Por eso, no es casualidad que uno de los guiones que salen en el cortejo cofrade corresponda a los Maestrantes del coso.

Pero es que, además,  el siempre cuidado albero de la Maestranza es estrenado cada año en la tarde del Miércoles por los nazarenos de la cofradía, pues en ese espacio se forma el numeroso cortejo de nazarenos  para salir en procesión. Asimismo, se mantiene la costumbre de que la misa previa al desfile procesional se  oficie en la propia capilla de de la Plaza, en una de cuyas paredes se puede contemplar un azulejo con la imagen  de  María Santísima de la Caridad.

Como una muestra de esta unión con todo lo taurino, el Baratillo estrenó en 2002 un llamador esencialmente taurino. Se trata de un llamador del paso sobre el que reposan dos ángeles que sujetan un capote de paseo que tiene grabado en su centro la insignia de la Hermandad. Además, el ángel de la derecha lleva en la cabeza una montera. La pieza, preciosa obra del orfebre Marmolejo y donado por un hermano, contiene unos siete kilos de plata.

Entre los diestros sevillanos que fueron hermanos, destaca la devoción de “Pepe Hillo”, quien donó el 17 de abril de 1774 la imagen del Patriarca Bendito Señor San José, para su colocación en el mismo altar en que hoy se venera, y que después se incorporó como titular de esta Hermandad. En la actualidad, toreros hermanos del Baratillo recordamos a Manuel Jesús El Cid o a Morante de la Puebla, entre otros.  Por otro lado, se cuenta que Manuel Álvarez El Andaluz, hermano del Baratillo, regaló una saya a la Virgen de la Caridad. Y desde México el maestro Juan Silveti suele venir todos los años a Sevilla para salir con su hermandad.

Y como no podía ser de otra manera, en la Madrugada del Jueves al Viernes Santo, cuando las dos Esperanzas de Sevilla salen a la calle, un amplio rosario de toreros están debajo del antifaz de distintas hermandades. La dinastía de los Ordóñez, con Antonio Ordóñez –Hermano Mayor de Hermandad de la Esperanza de Triana desde 1978 hasta 1982–, con Paquirri –quien se “metió” debajo del paso para salir de costalero, como uno  de sus hijos–, y con Francisco Rivera Ordóñez –que ha sido miembro de su Junta de Gobierno–, ha estado muy ligada a la Hermandad del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Esperanza., a la que también pertenece el torero trianero Emilio Muñoz, que en alguna ocasión ha salido como costalero. 

Antonio Ordóñez, además, fue Hermano Mayor de otra hermandad fundamental en la Semana Santa sevillana: la de la Soledad de San Lorenzo. A ella también pertenece su hermano Alfonso, hoy asesor taurino en la Real Maestranza. En la historia soleana consta como Ordoñez trajo, en época de restricciones en el comercio entre países, hasta Sevilla camuflado en el esportón de sus avíos de torear los metros necesarios de terciopelo de Lyon necesarios para confeccionar un manto para la Virgen, que casi todos los años podemos contemplar en la tarde del Sábado Santo en su salida procesional. Pero antes, a esta Hermandad estuvo muy ligada la familia de José Gómez, Joselito. Se cuenta que un año, a comienzos del siglo XX, esta Hermandad modificó el itinerario de regreso a su templo para poder pasar por la puerta de la Casa de Joselito, para que la Señora Gabriela pudiera rezar ante su Virgen.

La Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena, La Macarena, tiene entre sus hermanos a diversos y populares matadores de toros: los Martín Vázquez o Andrés Luque Gago, por ejemplo.  Conocida era  la devoción que a La Macarena tenía Joselito El Gallo, que cuando se produjo la tarde fatídica de Talavera era miembro de la Junta de Gobierno.  Conocidas las famosas esmeraldas o malaquitas, un regalo del toro y  que cada madrugada van prendidas en el pecho de la Virgen, que aparecen además  junto a la pluma de oro que Sevilla regaló al canónigo Muñoz y Pabón. Este canónigo, excelente escritos, muy conocido popularmente por la defensa que hizo para que de los funerales por Joselito El Gallo se oficiaran en la catedral de Sevilla, que si hasta entonces era honor sólo para príncipes y casas reinantes, a partir de aquel año fue honor compartido con quien definió como “príncipe del toreo” por decisión del pueblo. Célebre es, por  lo demás, la bellísima fotografía de la Macarena vestida de luto riguroso a la muerte de Joselito, por una decisión llena de sensibilidad de su Junta de Gobierno de la Hermandad.

Belmonte de cofrade

Otro torero, pariente además de Gallito,  Ignacio Sánchez Mejías llevó la Cruz de Guía de la cofradía macarena durante muchos años. Los ganaderos José Luis de Pablo-Romero y Eduardo Miura  ostentaron el título de Hermano Mayor de La Macarena. Hoy entre otros miembros de la Casa Miura, Dávila Miura es uno de sus más de tres mil hermanos: lo fue desde el día en que nació. Y un detalle: el compositor Abel Moreno le dedicó un pasodoble a este torero y en la composición lleva sones de la marcha “Macarena».

Y otras tradiciones…

Por Semana Santa, en la ganadería de Santiago Domecq se mantiene la solemne tradición de retirar los cencerros a los bueyes como señal de respeto

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