“La técnica como argumento ineludible y reflexión sobre el mono encaste”, conferencia del maestro Enrique Ponce
El maestro Enrique Ponce que disfruta ahora de un año sabático mientras la afición espera una decisión sobre si vuelve para una despedida como se merece su impecable trayectoria y él mismo argumenta que sería muy corta, unas 10 corridas, aprovecha el tiempo para conversar , dialogar o exponer sus puntos de vista.
Enrique Ponce ofreció una conferencia en el Real Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago de la Universidad de Granada
“Para llegar al abandono absoluto del cuerpo hay que poseer una muy depurada técnica. Cruzarse es un argumento técnico y no un fin en sí mismo”, explicó.
- Sobre los encastes , el maestro dio estas pistas :
:“No es un capricho de nadie, es la consecuencia lógica del toreo que piden los públicos y la adaptación de unos encaste u otros. Ojalá pudieran salvarse más encastes y conservar esas reliquias genéticas. Yo he toreado todos los encastes y mantuve una constante durante muchos años con los atanasios”.
E INSISTIO SOBRE LA TÉCNICA
Hay veces en que como profesional me pregunto si la técnica en el toreo se aprende, indudablemente diríamos que sí, la técnica se aprende pero con el arte se nace. Yo hay veces que dudo de si la técnica también de alguna manera nace dentro del torero, porque hay que pensar tan rápido delante del toro que a veces, en lo personal, parece que alguien interiormente me dice qué tengo que hacer sin ni siquiera pensarlo. Toques que brotan de mis muñecas al instante, en décimas de segundo y que voy aplicando sin que me dé tiempo a pensarlo. Perder o ganar un paso según el toro te pida, porque es el toro el que marca la pauta, el que de alguna manera te dice ponte aquí o allí, someteme por abajo o ayúdame con suavidad a media altura. nunca he visto que un toro que no quiere humillar, a base de bajarle la mano termine humillando, por el contrario terminaría viéndote por arriba que es su condición y no le pegarías ni un pase.
Ahora bien, si a ese toro que no humilla lo consientes a media altura, que es por donde él quiere embestir, y lo encelas en la muleta puede que en algún momento le hagas humillar. Quiero decir con esto que al toro no hay que enfadarle sino todo lo contrario convencerle de que sin hacerle daño y sin que se dé cuenta puedes ir llevándolo a tu terreno. He visto muchos toros que hasta les ha cambiado la expresión de su mirada cuando lo tienes dominado. Tampoco quiero decir con esto que no haya toros a los que tienes que castigar con «muleta de látigo», obligando por abajo y pudiéndole, dejándole patente quien manda allí, pero siempre hay que ir y torear a favor del toro, nunca en contra. Por lo tanto, para mí torear no es llevar al toro por donde no quiere ir sino por donde tú quieres que vaya, eso sí, siempre con su permiso.