Morante adecua los instrumentos de torear

Morante adecua los instrumentos de torear

Recordamos que siempre deseabamos en privado que fallara Robeto Dominguez con la espada para verle descabellar que era todo un tratado jubiloso.

Bueno, pues los ganaderos mexicanos abrieron las puertas para adecuar las puyas, las banderillas y la espada sin que se pierda un ápice el rito del toreo pese a que los recalcitrantes no aceptan que el toreo está insertado en la sociedad que ésta va cambiando lentamente sus gustos, puntos de vista , maneras de enteder la vida, la fiesta, el juego, el trabajo, el ocio ,la lectura , la relación con los animales , la manera de vestir, la música, el arte, en fin. Dificilmente puede uno comparar la Novena Sinfonía de Beethoven con la música dodecafónica ( es una técnica de composición basada en la utilización sistemática de los doce sonidos de la escala cromática temperada occidental. Es decir, los siete sonidos naturales (Do, Re, Mi, Fa, Sol, La y Si) más los cinco sonidos alterados (Do Re♭, Re Mi♭, Fa Sol♭, Sol La♭ y La Si♭).24 m ) o un bambuco del maestro José A Morales con una pieza de reguetón.

Morante no se quedó atrás e innovó la espada de descabello ( alguien dirá que es unatonteria y no lo es ). Se trata de una correa de nylon atada a la muñeca que hace que, si en el momento de descabellar el toro da un derrote, se evite una desgracia si la cruceta sale disparada hacia los toreros o incluso hacia los espectadores.

Tambén está previsto utilizar una puya que hace sangrar muchisimo menos al toro en la suerte de varas y que debió estrenarse en la pasada feria de Jerez y que se postergó para julio. Los mexicanos utilizan una nueva puya que ha sido probada durante un año y solo se espera generalizar su uso.

POR QUÉ SE IMPUSO EL DESCABELLO EN LAS CORRIDAS

Lo cuenta ABC….Fue por 1934.

La plaza de La Coruña estaba llena hasta los topes, con aficionados de todos los puntos de España. La gente intentaba sin éxito conseguir una entrada para una corrida de máxima expectación. Ni un boleto quedaba. No era para menos: Juan Belmonte, Ignacio Sánchez Mejías y Domingo Ortega daban cuenta de una corrida de Albaserrada.

La felicidad que se respiraba en el ambiente duró poco. Cuando salió el primer toro, terciado como toda la corrida, el Pasmo de Triana lo recibió con temple. Pero al salir del primer quite fure prendido y volteado, por fortuna sin consecuencias. La faena, según escribía Eduardo Palacio en ABC, tuvo adornos, pero pinchó. Llegaría entonces la tragedia: «Intentó descabellar, y el toro le tiró un derrote a la muñeca derecha, saliendo despedido el estoque como una catapulta hasta las últimas filas del tendido 1, donde quedó clavado en el lado derecho del espectador».

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