!!Quién tuviera 20 años !!!
El maestro José A Morales compuso » Yo también tuve 20 años» y con esa sabiduría el santandereano escribió :
«..Yo también tuve 20 años
y un corazón vagabundo,
yo también tuve alegrías
y profundos desengaños.
Yo también tuve 20 años
que en mi vida florecieron
20 años que a mí llegaron
se fueron y no volvieron..»
Bueno, pues me dije al saber la noticia que publica ABC que don Manuel Benítez «El Cordobés», como si tuviera 20 y lleva 85 tacos de vida bien vividos vuelve a los ruedos para torear a favor de la lucha contra el cáncer en su natal Córdoba que necesita recursos y él respondió, pues, ala, venga el toro. Sin que nadie se lo pida. Y eso tiene mérito. Y ha dejado atónito al toreo.
El Cordobés, definitivamente, está de 20.
En la siguiente imagen de archivo ( es relativamente reciente), los lectores podrán comprobar el estado de salud del maestro
EL CALIFATO DEL TOREO
Rafael Guerra Guerrita, discípulo aventajado de Lagartijo, que además de continuar la senda iniciada por su predecesor estaba dotado de un conocimiento del oficio total, lo que hacía que su tauromaquia fuese plena, dominando todo lo que ocurría sobre el ruedo.
Su poder sobre la arena se amplió fuera de las plazas, siendo monarca absoluto sin rival alguno del toreo de su tiempo. Su supremacía no le fue perdonada por los públicos. Su dominio era exultante y, hastiado por las exigencias de la afición, abandonó los ruedos de forma prematura.
Rafael González Machaquito, tal vez el último torero representante del toreo más primigenio, fue sucesor para muchos de Guerrita en el Califato. Un torero cabal, valiente y gran estoqueador. Convivió con grandes espadas y también con uno de los toros más grandes y rudos de la historia del toreo.
La contundencia de su espada y la gesta acaecida en Hinojosa del Duque donde, tras el desplome del tendido, dio muerte certeramente al toro evitando una desgracia mayor, hicieron que se le reconociese con el apelativo de Califa.
Años tuvieron que transcurrir hasta la llegada del siguiente Califa. Manuel Rodríguez Sánchez Manolete pronto se hace acreedor de tal honor. Su toreo, continuador del estilismo de Lagartijo y la sapiencia de Guerrita, es también la culminación de lo apuntado por Joselito y Belmonte en la Edad de Oro del toreo.
Manolete es el vértice de la pirámide. Con él y su tauromaquia se cierra el toreo tal y como hoy lo conocemos. Su personalidad, única y arrebatadora, adereza aún más su vitola de figura. Su trágica muerte en Linares le convierte en mito. En pocos años, nueve para ser más exactos, Manolete regenta el toreo de forma solitaria marcando una época única. MÁS INFORMACIÓN
La heterodoxia y un magnetismo especial hicieron de Manuel Benítez El Cordobés un fenómeno dentro y fuera de las plazas. En el ruedo, su valor y su capacidad asombraban a los públicos. Su prodigiosa mano izquierda terminó de convencer a los más puristas. Fue un fenómeno social en toda regla y dispuso cuanto quiso en la fiesta. En época de grandiosos toreros, Benítez los nublaba con ese don de los elegidos. El Ayuntamiento de Córdoba, en un acto sin precedente alguno, lo nombró Califa del toreo.
PERO ROMERO, ORIGEN DEL TOREO MODERNO, TOREÓ A LA VENERABLE EDD DE 70 UN TORO…PUES EL CORDOBES LO HACE A LOS 85 AÑOS
Es fama que el viejo Pedro Romero conservó su temperamento y sus bríos juveniles hasta bien entrado en la ancianidad, y que llegó a matar un toro cuando ya había cumplido los setenta años. Murió en Ronda, en 1839, sin haber visto mermadas sus fuerzas colosales ni haber sentido los rigores de la vejez.