Sorolla, el creador que se inspiró en Miura

Sorolla, el creador que se inspiró en Miura

El pintor Diego Ramos y el poeta Jaime Siles analizan la obra taurina del artista valenciano: «Con su visión suprasensible, Sorolla es capaz de emocionarse, captar y traducir toda la riqueza de la tauromaquia«.

( En la primera imagen, el poeta Jaime Siles y en la segunda, una obra del maestro vallecaucano Diego Ramos del cartel de la feria de Pontevedra ).

El cumplimiento de un siglo desde la muerte de Joaquín Sorolla nos hace bucear en sus obras, revivirlas. Y eso que hay que evitar enérgicamente atribuir a los pintores un repertorio de historias definido o circunscrito a cualquier arquetipo. Porque por sus obras, ellos mismos ya hablan. Así que lo primero que cabría decir es que Sorolla no fue un gran aficionado a los toros como otros pintores como, por ejemplo, Pablo Picasso, quien otorgó al toro un nuevo protagonismo como se lo otorgó Miguel Hernández en su poesía; o Ignacio Zuloaga, quien mantuvo una activa afición que le llevó incluso a torear una novillada en Sevilla el 13 de abril de 1897 en la que se anunció como ‘El Pintor’. «Sorolla, más que un aficionado, es un pintor que comprendió las posibilidades que la amplia temática de la fiesta taurina ofrecía, y que, desde este punto de vista, se asomó a ella y la investigó», apunta el poeta y catedrático de Filología Clásica, Jaime Siles.

Pero el creador nacido en el número 8 de la calle de las Mantas (antes calle Nueva) del barrio de los Pescadores sí se acercó a la fiesta taurina por el campo magnético que genera en sí a su alrededor, un mundo dotado de su propia geometría. Por eso, sí que se intuye que vibró con esa intensidad particular, casi anómala, que supone ese milagro único llamado toreo, además del hecho puramente costumbrista que proyecta: «Con su visión suprasensible, Sorolla es capaz de emocionarse, captar y traducir toda la riqueza de la tauromaquia», asegura el también artista plástico Diego Ramos, uno de los exponentes más elevados de la pintura taurina actual gracias a sus retratos de Morante de la PueblaJoselito El Gallo o su famoso libro sobre el maestro Rafael de Paula.

«No hay que poner el énfasis en si Sorolla era aficionado a los toros o no, como ahora cantan con orgullo los no taurinos, si no en la obra y la personalidad del maestro, que está muy por encima de ese debate. Porque sus pinturas sobre tauromaquia demuestran que el tema le interesaba y los resultados así lo confirman», explica el pintor nacido en el Valle del Cauca (Colombia) que también hizo sus pinitos como novillero.

‘Antes de la corrida’ de Sorolla simboliza la plaza de toros de València LEVANTE-EMV

‘El Encierro’ de Miura

De hecho, Sorolla estuvo en varias ocasiones en la ganadería de Miura con el objetivo de tomar apuntes e imágenes para la realización del panel ‘El Encierro’ (1914), encargado por Archer Milton Huntington para la Hispanic Society de Nueva York. En la obra final del pintor valenciano se puede ver al fondo la casa del cortijo ‘El Cuarto’ -que era la finca en la que pastaban los toros en la ganadería de Miura antes de llevarlos a Zahariche-, así como las vías que se corresponden con la estación de ferrocarril de ‘Los Merinales’, que era la que utilizaban para transportar a los toros. En ese sentido, tal y como apunta Siles, el pintor francés Gustave Courbet también se inspiró en varias fotografías para el estudio de los músculos en movimiento del cuerpo femenino.Los cuadros de Sorolla más caros de la Historia

Begoña Jorques | València

Además, también se conservan diferentes cartas de Joaquín Sorolla en las que hace referencia a su estancia en la ganadería de Miura: «Me subyugó ese encierro de toros de la Hispanic Society, pintado entre Jerez y Sevilla, y algunos bocetos preparatorios de esa obra. Además, también me gusta un pequeño cartón de un tendido y balconcillo de la Real Maestranza de Sevilla con público. Aquí se nota verdaderamente que su pintura era de lo más natural; aquí nos enseña toda su maestría», expone el pintor colombiano.

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Encierro en la ganadería de Miura, la foto de Emilio Beauchy en la que se inspiró Sorolla

Encierro en la ganadería de Miura, la foto de Emilio Beauchy en la que se inspiró Sorolla MUSEO SOROLLA

«El maestro fue un genio de la pintura de los de verdad, pues ahora el adjetivo de ‘genio’ está prostituido y manoseado. Sorolla fue en su época y hasta día de hoy un fenómeno en todo el planeta, se codeó con Anders Zorn, con John Singer Sargent, con Monet… Eso son palabras mayores. Y no sucumbió a los ismos , ni a las modas, que suelen ser pasajeras», señala Diego Ramos.

El colorido del traje de luces

Sobre el diseño del toro en Picasso y en Sorolla, el poeta valenciano expone que «a Picasso le interesaba más el toro como símbolo que la fiesta, aunque la represente, y Sorolla le interesaba más la fiesta en todos sus matices que el toro en sí. De ahí su precisión del colorido de la indumentaria». Por su parte, Ramos concluye que «el toro es la gran barrera a superar por el pintor. Es decir, si se consigue que tenga vida propia, la obra se defiende sola, sea de quien sea. Si el toro no tiene vida, ni expresión o fuerza, la obra está muerta».

Precisamente, el llamado pintor de la luz fue uno de los mejores en reproducir la vestimenta propia de la fiesta, los toreros y sus cuadrillas con traje de luces, en cuadros como ‘Los toreros, Sevilla’ (1915) o ‘Antes de la corrida’ (1900): «Desde el punto de vista plástico ‘Los toreros, Sevilla’ parece más completo que ‘Antes de la corrida’. Pero éste último objetiva una más profunda e histórica visión», señala Jaime Siles.

Asimismo, también manifiesta que Sorolla es una «permanente lección de muchas cosas» y que «siempre me ha impresionado y sigue impresionando su concepción física y metafísica de la luz, comparable a algunas de las ideas de Fray Luis de GranadaFernando G. Delgado escribió un poema con el que estoy por completo de acuerdo y que sintetiza mi visión», concluye el catedrádico. 

Jaime Siles: «Sorolla pintó la angustia y la preocupación de los toreros»

El poeta valenciano Jaime Siles no deja de considerar dos cuadros de Joaquín Sorolla como ‘Antes de la corrida’ (1898) y ‘Los toreros, Sevilla’ (1915), con contextos históricos muy diferentes, pero determinados ambos por la pérdida del imperio español y la primera guerra mundial: «En el primer cuadro se focaliza un instante de impasse anterior a un acontecimiento que si para los toreros y sus cuadrillas puede ser y es de carácter individual, para el público de la plaza lo es, en cambio, de carácter colectivo. Sorolla pinta la angustia y preocupación de unos toreros que ignoran aún lo que va a suceder y que están como las figuras de Platón en una especie de caverna que deja ver de modo limitado la luz del exterior. Este significativo contraste capta una situación humana trágica que objetiva la conformación moral de una nación que el mismo día que perdía sus últimas colonias asistía a una corrida de toros, elevada aquí a claroscuro de inconsciente «fiesta nacional». Este cuadro de Sorolla podría ponerse en relación con la «España Negra» de los pintores del 98. La pintura de temática taurina de Sorolla es de naturaleza a la vez plástica e histórica», finaliza su exposición Siles.

( Diario de Levante )

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