Un tremendo arrimón de verguenza torera de Roca Rey que corta 2 orejas en Sevilla con opaco encierro de Victoriano del Río

Un tremendo arrimón de verguenza torera de Roca Rey que corta 2 orejas en Sevilla con opaco encierro de Victoriano del Río

La expectativa de una gran corrida de Victoriano del Río se desvaneció. Chispazos de Castella, momentos de belleza del toreo de Juan Ortega y ese valor que no tiene límites de Roca Rey con el sexto en el que los pitones rozaron sus muslos, se arrimó como un poseso y generó ese !!ayyyyyyy!!! y el !!!uffff!. » Po-r dónde pasó el toro?, decían los aficionados que abarrotaron La Maestranza.

Me dice mi maestro y colega Manolo Molés de ese sexto :

con un toro que valía poco, el arrimón que se pegó Roca Rey levantó al público. El que embistió valor y figura el torero, petición mayoritaria a la casta de Roca. Oreja y petición de otra. Una y punto. Roca no falla, por eso es figura.

Dice Alfonso Santiago que el toreo tiene varios caminos. Lo de Morante es excepcional pero cuestionar el aporte del peruano es , por lo menos, mezquino.

Leo en el Diario de Sevilla :

y Andrés Roca Rey, el hombre que le saca pases a un borrico si es que viene al caso. Y vino al caso, vaya que si vino. Y si Fernando Fernández-Figueroa Guerrero no se pone en su sitio hubiera caído una Puerta del Príncipe más. Al conjuro del limeño va gente a la plaza que no suele ir, por lo que quiere salir del coso contando maravillas. Y una de esas maravillas que pudieron contar para darle envidia a sus conocidos es que vieron a Roca Rey salir por la Puerta del Príncipe. No fue así, pero el mérito de este cóndor andino es indiscutible. A su primero, que fue picado al relance y por el reserva en chiqueros lo entendió desde el primer pase. Le tapó la querencia en cada muletazo, enardeció a la plaza, lo mató por arriba y oreja habemus; pueblerina quizás, pero oreja que puntúa. El sexto se llamaba Cóndor y Andrés metió a la gente y a Cóndor en el canasto sacando pases imposibles al borrico sardo. La gente pidió la segunda oreja, el presidente sólo dio una y la Puerta del Príncipe no fue mancillada. Y salvaguardado que fue el honor de la puerta mayor del toreo, este sábado vuelve al primer templo de la tauromaquia José Antonio Morante de La Puebla… del Río, claro.

A los malquerientes, digo, del limeño ahí queda este formidable muletazo. Si esto no es torear, que venga Dios y lo vea

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