Día: 19 de octubre de 2020

El mundo del toro replicó al ministro de cultura de España por su ninguneo al toreo

El mundo del toro replicó al ministro de cultura de España Rodríguez Uribes por menospreciar al toreo y varios estamentos del mundo del toro han pedido su renuncia.

Este tipo que obstenta el cargo de ministro de cultura es un sectario, un sinverguenza y un demagogo que margina y discrimina a los miles de aficionados y profesionales del mundo del toro. Con gente así, este país es imposible que funcione UribesDimisión.

“Yo no debo fomentar ir a los toros; al teatro sí, es pacífico”. Son las polémicas palabras del ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, que realiza este lunes 19 de octubre en el diario El Mundo y que realiza el periodista Pablo Gil.

EL GANADERO NUÑEZ DEL CUVILLO

Para jmrdezuribes Curro Romero, Morante, José Tomás, Juli, Manzanares, Aguado… SON VIOLENTOS!!, y Josu Ternera y Arnaldo Otegui hombres de paz con los que pactar. Hasta cuando vamos a aguantar esto??? RIBESDIMISION

UribesDimision No tienes vergüenza!!!,ni sentimientos a las familias que desde Octubre del año pasado no han ingresado un céntimo en sus casas. Espero que la vida te pague igual que le estás pagando a esas familias!!!. Pedazo de caricato!!!.

Usted debe fomentar y defender toda expresión artística de nuestro país. Si no se ve capaz…. Dimita!!! Exigimos una rectificación y que DIMITA YA!!! UribesDimision@jmrdezuribes

F. H. El Carabanchelero 

CarabancheleroFUsted lo que debe hacer es respetar y cumplir la ley, que para eso le estamos pagando todos los españoles, incluidos los taurinos. ¡¡Sinvergüenza!! UribesDimision.

El mundo del toro replicó al ministro de cultura de España

Pablo Aguado, con tino, ha repreguntado al ministro por qué no puede fomentar a los toros y sí al teatro, y el desatino del ministro ya ha sido mayúsculo: “el teatro es diferente en el sentido de que es una cuestión pacífica. El teatro no despierta polémicas”.

El señor Rodríguez Uribes muestra en este caso algo mucho más grave, un profundo desconocimiento de una de las materias que integran su ministerio y sus gentes, como es el mundo del toro.

¿Acaso la fiesta de los toros no es pacífica? ¿Quiere decir que los aficionados y gente del toro somos violentos? ¿Acaso no hay obras literarias, teatrales mucho más violentas que una corrida de toros? ¿O videojuegos, que también entran en su cartera ministerial? Y a todos muestra su apoyo.

Todos podríamos hacerle una relación de obras que superan la crudeza del mundo del toro, que existe, pero entonces igual estamos hablando de otra cosa.

No es que el toreo no sea pacífico, es que es real y el resto de artes son ficción.

Enérgica carta de Victorino Martin al ministro de cultura de España

Enérgica carta de Victorino Martin al ministro de cultura de España, que se le fueron las luces. Dijo que apoyaba al teatro porque es pacífico.

Lo que es una afrenta a esa antiquísima expresión de la cultura humana.

En una carta al funcionario español, Victorino Martin en nombre de la Fundación toro de Lidia le expresa brillantemente.

La tauromaquia, como toda cultura que se precie, es conflicto, pasión, contradicción e irreverencia.

LA FUNDAMENTADA CARTA

Estimado ministro,

Tenemos que lamentar las desafortunadas palabras que sobre la tauromaquia ha realizado en una entrevista que le hacen diferentes actores del sector cultural y que aparece hoy publicada en el diario El Mundo.

En ella afirma que usted considera que no debe animar a la gente a ir a los toros, como ministro de Cultura, porque no es una cuestión pacífica.

Quizás es que estamos viviendo tiempos extraños, tiempos en los que se empieza a ver como normal cosas que no lo son, o quizás es que nos hemos anestesiado ante obviedades en esta realidad paralela que parece estar provocando la pandemia.

Si no, no nos explicamos como una persona indudablemente moderada e inteligente como usted, puede decir tales cosas. Porque hay en sus afirmaciones un atropello legal y cultural, que normalmente deberían poner en cuestión su idoneidad para la dignidad que ostenta.

Desde el punto de vista legal, me imagino que no le tengo que explicar que por supuesto que usted debe alentar la tauromaquia.

Es la propia ley la que expresamente lo dice, haciendo mención al principio constitucional de conservación y promoción de nuestro patrimonio por parte de los poderes públicos.

La Constitución no distingue entre cultura que se considere pacífica y cultura que no se considere pacífica, esas son etiquetas valorativas que pueden servir en un plano personal, pero no en un plano jurídico, que es en el único en el que debe moverse un Ministerio.

Las valoraciones personales de un ministro son sin duda interesantes, pero en ningún caso pueden afectar a su desempeño profesional, restringido por unas normas que le obligan.

El Ministerio de Cultura no puede excluir a la tauromaquia de una campaña institucional de fomento de asistencia a los espacios culturales solo porque a su titular no le parece que sea una cuestión pacífica.

La tauromaquia en nuestro país no es un tema menor, no es algo que se puede obviar por los gustos personales de alguien, es la expresión cultural más característica de nuestro país y como tal debería ser tratada.

Y si desde el punto de vista legal es insostenible defender que solo se puede promover una cultura pacífica, desde el punto de vista estrictamente cultural es quizás más escandaloso el caso todavía.

¿Que los toros no son un tema pacífico? Pues por supuesto que no, faltaría más.

La tauromaquia, como toda cultura que se precie, es conflicto, pasión, contradicción e irreverencia.

Por eso reyes y papas ya intentaron sin éxito acabar con ella, porque es una fuerza popular que nunca han podido controlar.

El Ministerio de Cultura liderando en España la cultura de la cancelación me parece algo peligrosísimo.

Retirar el apoyo a toda expresión cultural que cualquier grupo suficientemente organizado para hacer ruido ponga en su diana es una senda que nos lleva inevitablemente a la censura y que un ministro democrático no debería transitar.

Porque lo que ahora se llama “cultura de la cancelación” es lo que siempre se ha conocido como censura.

Antes era liderada por celosos tribunales de inquisición, mientras que ahora lo hacen minorías bien organizadas en redes sociales, igualmente temerosas de la libertad de los demás.

Siempre ha habido en el pueblo reductos fanáticos que han buscado restringir la libertad, grupos que han decido hacer que algo no fuera pacífico para provocar su exterminio.

Decir que no puede fomentar los toros por no ser un tema pacífico equivale a dar la razón a todos aquellos que a lo largo de la historia han intentado coartar la libertad de los demás.

Porque antes que los toros ya hubo otros asuntos en los que los censores de siempre pusieron sus puritanos ojos decidiendo por ejemplo que no se podía considerar pacífico que escribieran las mujeres, que se trataran ciertos temas en el cine (o la existencia del cine mismo) o que incluso que se tocaran determinadas notas musicales consideradas peligrosas.

Decir que el teatro es pacífico es una ofensa al teatro, como lo sería al cine o a cualquier otra expresión cultural fuerte y vibrante, que reta al poder, a lo establecido, a los dogmas y a las corrientes mayoritarias de pensamiento.

Eso es la cultura. Y por eso nunca es cómoda para el poder cuando es auténtica.

Señor ministro, le pedimos que reconsidere sus palabras.

Usted es el ministro de Cultura, y por tanto tiene la obligación de conservar y promover la tauromaquia como una de las expresiones culturales de este país.

Promover significa alentar a la gente a ir a los toros, por supuesto, más allá de sus valoraciones personales sobre la tauromaquia.

Señor ministro, no haga dejación de funciones, promueva y defienda la tauromaquia como es su obligación.

Victorino Martín

Presidente de la Fundación del Toro de Lidia

Historia de un cartel con Manolete de fondo en la mirada de «Alcalino»

Historia de un cartel con Manolete de fondo en la mirada de «Alcalino». En Córdoba, donde nació, existe una escultura de cuerpo entero que representa a “Manolete”, histórica figura y el más eminente califa taurino cordobés.

Se trata en realidad de un grupo escultórico de dimensión estatuaria.

El personaje central, vestido de torero y con el capote de brega en las manos, flanqueado por dos equinos con sus respectivos caballerangos a pie, obra de Manuel Álvarez Laviada.

Está ubicado en la plaza del Conde de Priego, no lejos de la parroquia de Santa Marina, donde se bautizó a Manuel Rodríguez Sánchez, nacido el 4 de julio de 1917.

Mucho ha cambiado desde entonces la austera ciudad andaluza que fuera sede del antiguo califato mozárabe. 

Una iniciativa de Carlos Arruza

El monumento es producto de una amistad entrañable y de la corrida destinada a reunir los fondos que hicieron posible la obra.

Festejo que organizó quien fuera en los ruedos el más enconado rival del inmenso torero al que “Islero” de Miura hirió mortalmente en Linares (28.08.47). Ese rival, llegado del otro lado del Atlántico, fue el mexicano Carlos Arruza.

Manolete y Arruza alternaron juntos en 58 ocasiones, la mayoría en España (51) y ninguna en México.

Ya que Carlos no participó en las dos temporadas que convertirían al cordobés en uno de los mayores ídolos de la afición mexicana.

Oscuras y nunca aclaradas razones impidieron que la pareja de moda en España tuviera ocasión de manifestarse en México.

Pero la rumorología atribuyó la inhibición arrucista a componendas entre el empresario Antonio Algara y José Flores “Camará”, el astuto apoderado del cordobés.

Manolete y Arruza torearon mano a mano diez corridas, repartiéndose equitativamente trofeos y victorias.

Su rivalidad fue breve pero intensa y sus hechos forman parte de la historia grande del toreo.

Como grandeza humana hubo en el gesto de Carlos al concertar con buena parte del taurinismo hispano de principios de los años 50.

Toreros, ganaderos, prensa en general, gobierno municipal de Córdoba inclusive, todo lo necesario para la organización de una corrida.

Monstruo que provocó un lleno histórico en el coso de Los Tejares y transcurrió dentro del ambiente festivo y triunfal que la magna ocasión ameritaba.

La fecha: domingo 21 de octubre de 1951. Un cartel con Manolete

Así fue la corrida

Naturalmente, antes de que partieran plaza los diestros actuantes hubo desfile de reinas y discursos a tutiplén.

Y más allá del número de apéndices otorgados, condicionado sin duda por las especiales circunstancias del festejo.

Se trató de un evento que los cordobeses tardarían muchos años en olvidar.

Para empezar, Carlos Pérez-Seoane y Cullén “Duque de Pinohermoso”, que por cierto había nacido en Roma.

Rejoneó un burel de su ganadería, estuvo acertado en general y cosechó fuertes aplausos.

Rafael Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana”, el espada más antiguo, compadre de Manolete y asimismo cabeza de cartel la tarde trágica en Linares.

Se encontró con un ejemplar de José de la Cova tan áspero que lo cogió dos veces en el transcurso de su sobresaltada faena.

Pero estuvo valiente, mató bien y se llevó la primera oreja de la tarde. El gitano sustituía al cordobés Manuel Calero “Calerito”, anunciado inicialmente.

Rabo para Carlos

Arruza estuvo imponente con el suyo –“Mirlito”, de Felipe Bartolomé—al que saludó con emotivos faroles de rodillas, veroniqueó con elegante quietud, quitó por gaoneras ceñidísimas.

Y tras juguetear en banderillas con el noble animal, al que le colgó tres pares colosales, cuajó una larga, ceñida y magistral faena de muleta, vertical y templado en los redondo y naturales.

Variado y original en los remates de las tandas y haciendo honor al sobrenombre de “Ciclón Mexicano”, que le adjudicó el cronista español K-Hito al cerrar faena con molinetes y las ernistas de hinojos que levantaron clamores.

Cuando concluyó, de formidable volapié, las orejas y el rabo estaban cantados.

También para “Parrita”, Capetillo y Aparicio

Agustín Parra, que brindó la muerte de su toro a sus diez compañeros de cartel, hizo honor a su reputación de seguidor fiel del estilo estatuario y vertical del Monstruo de Córdoba.

Aprovechando la buena condición de “Tontuelo”, de Galache. Sólo cesó la música cuando cuadró al bicho para estoquearlo por todo lo alto.

Volvería a sonar mientras paseaba “Parrita” los máximos apéndices.

Más mérito aún tuvo el rabo que Manuel Capetillo le cortó a “Cuchareto”, de Arturo Sánchez Cobaleda, un toro viejo, gordo y con buenos pitones, resabiado y geniudo por añadidura, al que se empeñó en meter en su muleta hasta obligarlo a seguirla en una emocionante faena a base de muletazos largos y templados.

El público, entregado y feliz.

Los tres apéndices máximos premiaron también el desempeño de Julio Aparicio, a quien correspondió el más pequeño del encierro, un “Torero” de Marceliano Rodríguez que respondió con alegre transmisión  a la muleta del madrileño, muy puesto y  dispuesto a lo largo de su triunfal actuación.

Discretos los demás

Aunque a José María Martorell se le concedió la oreja del complicado quinto –manso y geniudo, con el hierro de Alipio Pérez Tabernero Sanchón–, el honesto cordobés la rechazó, considerando que su faena no había pasado de valerosos intentos.

Antes, sus lances de recibo habían causado sensación por su estatuaria belleza. Y en la estocada dio la cara e hirió arriba.

Los otros dos mexicanos anduvieron sin suerte con el ganado.

Jorge Medina –llamado a sustituir a Juanito Silveti, que estaba lesionado—pasó por momentos de peligro ante el nervio de un correoso “Barquero”, del Conde de la Corte, y Anselmo Liceaga –recién alternativado en Granada por Pepe Luis Vázquez (29.09.51)—tampoco encontró colaboración en el de Juan Belmonte, “Vicario” de nombre, que despachó en décimo lugar.

Su fría labor fue silenciada.

Por último, al joven diestro local Rafaelito “Lagartijo”, último eslabón de la legendaria dinastía de los Molina, se le notó poco placeado y algo movido, pero no dejó de derrochar alegre pinturería a favor del buen estilo de “Quinquillero” de Carlos Arruza, el toro que cerraba el festejo y al que pinchó antes de acertar con la estocada definitiva.

Estocada que ponía punto final a una corrida auténticamente extraordinaria. Un cartel con Manolete

Por su dimensión temporal, su inusitado lucimiento y, sobre todo, porque cerró de manera perdurable la historia compartida por Manuel Rodríguez “Manolete” y Carlos Arruza, pareja de época y dos colosales toreros, que hermanaron en el arte a España y México.

Luque y Emilio de Justo dan una gran tarde EN EL MANO A MANO en Jaén

Daniel Luque y Emilio de Justo dieron un recital de toreo con momentos verdaderamente sublimes en la plaza de Jaén pero esa rubrica de la espada les privó de abrochar un triunfo mayor.

RESUMEN

Daniel Luque: vuelta al ruedo, oreja y dos orejas.

Emilio de Justo, silencio, dos orejas y ovación con saludos tras aviso.

La plazó rozó los tres cuartos de entrada.

Dos toros de «La Quinta», ( encaste Santa Coloma) lidiados en tercer y cuarto lugar, buenos y entipados. Dos de Juan Pedro Domecq, en segundo y quinto lugar, nobles y escasitos de fuerza.

Y dos de Núñez del Cuvillo, El primero, extraordinario y noblecito el otro.

Daniel Luque, tres orejas, y Emilio de Justo, dos, protagonizaron un sensacional mano a mano que abrochó una gran feria de San Lucas con esa tarde mágica de Juan Ortega, los detalles de Ponce y la pinturería de Curro Diaz y la de este domingo por los toros y los dos espadas.

El mano a mano Luque y Emilio de Justo animó a los aficionados y se registró una entrada de casi tres cuartos del aforo permitido.

Abrió un toro de Núñez del Cuvillo, con un juego superior desde que salió del toril. Noble, repetidor facilitó el quehacer de un Luque que se encuentra en estado de gracia.

Verónicas y chicuelinas muy al estilo sevillano y una faena de muleta variada, entonada y con mucho sabor.

Encajado, sobrio, serio, las tandas por el pitón derecho y el izquierdo fueron excelentes.

No faltaron las «luquesinas»… pero a la horda de la verdad, la espada le negó ese rotundo triunfo.

En su segundo turno tuvo a uno del hierro de la Quinta un toro que empujo en el caballo en dos buenas varas, arracándose de largo las dos veces.

Luque le instrumentó un trasteo que tuvo una primera parte en la que toreó de forma templada y segura por ambos lados, aunque de gran calidad por el derecho.

Cortó la oreja del segundo con base en el oficio con un toro que decayó en su acometividad.

Rajado, mansón, sin fuerza, el de Juan Pedro se aquerenció en chiqueros.

Luque estuvo acertado en la técnica aprovechando esas primeras arrancadas: El toro se desfondó y Luque se pegó un arrimón mas de vergüenza torera que otra cosa y le concedieron las dos orejas.

Emilio de Justo discreto con el capote en su primero con el toro de Juan Pedro que no hizo honor a la divisa.

Con los toros de La Quinta y Núñez del Cuvillo hizo dos trasteos muy entonados con ejemplares de tan diverso encaste.

Atornilladas las zapatillas sobre el albero cuajó tandas de muletazos para construir una bella faena que no remató con la espada.

Pero está claro que pasa por un momento dulce el extremeño y que se convierte en un imprescindible junto a Juan Ortega, a Luque, a Pablo Aguado al lado de las grandes figuras.

Desorejó a su segundo y fue ovacionado en el último.

LA MATINAL DE REJONES

La jornada taurina en Jaén tuvo un prólogo matinal de rejones, en el que Guillermo Hermoso de Mendoza fue el gran triunfador tras cortar cuatro orejas y un rabo, en una mañana en la que la francesa Lea Vicens paseó dos apéndices y Leonardo Hernández una oreja, con una buena corrida de El Capea y con respuesta del público en los tendidos.


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