Día: 25 de enero de 2021

¡Qué tragedia cargamos! Se nos fue Jorge Eliécer Orozco

¡Qué tragedia cargamos! Se nos fue Jorge Eliécer Orozco. Abrir una red social, un diario, oír la radio, ver la tv, responder el teléfono, es una pesadilla pues me topo con la muerte a la que no le temo pero respeto.

Y más si toca las puertas de amigos que han labrado nuestra vida como es el caso de Jorge Eliécer Orozco, que me dice mi amigo Ernesto Acero, hijo de otro gran amigo , compañero de tareas taurinas que Jorge se ha marchado en su Armenia del alma a la que le dedicó su pasión.

Le encantaban los toros, los bambucos, los cantaba y era una voz reconocida en su región, forjador de periodistas, además.

Jorge Eliécer al centro, flanqueado por dos grandes maestros de la radio, Alberto Piedrahita y Juan Harvey Caicedo

Con el descanso eterno de Jorge Eliécer Orozco Dávila se va quedando sin nombres la ilustre nómina de quienes forjados en el crisol del empirismo se convirtieron en los padres del periodismo regional.

Su cuerpo y su voz hacen tránsito a la eternidad.

Su obra periodística será, como lo fue mientras vivió, un espejo para quienes quieran asomarse a este bello oficio, escribe Ernesto Acero.

Dice el quindiano : El periodista Jorge Eliécer Orozco Dávila acaba de morir en la UCI de oncólogos de Occidente de Pereira, según lo confirmó su hijo Fabián Orozco Gutiérrez.

Orozco Dávila, de 77 años de edad, venía sufriendo un cáncer, que se agravó en las últimas semanas. Su vida periodística la realizó principalmente en RCN radio.

HORA SOY MAS LIBRE

Orozco Dávila confesó que está en uso de buen retiro, jubilado, de las empresas periodísticas donde laboró, pero no para el periodismo.

Dice que ahora puede hacer un periodismo más libre, sin la restricción de horarios o jefes.

Lo que le permite escribir a la hora que se le antoje y sobre lo que quiera.

“Si bien es cierto que estoy jubilado de la vida laboral, no lo estoy para seguir ejerciendo la actividad que ha sido la razón de mi existencia.

Incluso ahora, gracias a ese medio tecnológico, podré hacerlo con mucha más libertad, sin ataduras de ninguna índole, sin patrones”, afirmó.

En diálogo con este diario manifestó:

“A lo largo de mi trayectoria profesional he cosechado muy buenas fuentes, ‘fuentes de alta fidelidad’ como diría Arturo Abella, que me permitirán entregarle noticias frescas a mis lectores en www.siempreperiodista.com”.

Parodiando un poco la película ‘Retroceder nunca, rendirse jamás’, el exdirector de RCN —cadena en la que trabajó por cerca de cuarenta años— consideró que todo el conocimiento y la experiencia acumulada en tanto tiempo en los medios, quiere seguir poniéndolos al servicio de los quindianos.

“Tengo la seguridad de que lo que aparecerá publicado en mi web les servirá de referente a los colegas, quienes encontrarán allí noticias novedosas.

Aunque a decir verdad, lo que más me interesa es poder opinar sin el temor de que mis críticas o comentarios afecten de alguna manera a la empresa, como suele ocurrir en el mundo laboral”.

Orozco, que dejó hace diez meses la dirección de La Crónica del Quindío, tras cuatro años de ejercer el cargo, se mostró optimista frente a la receptividad que va a tener www.siempreperiodista.com.

“Sé que cuento con amigos y seguidores que visitarán permanentemente la página y que de manera paulatina irá creciendo en poco tiempo en número de personas que ingresen a la web”.

Me conturba esa partida y solo tengo palabras de emoción para sus deudos a quienes expreso mis condolencias.

Veta taurina de Elkin Obregón y obituario anticipado

Elkin Obregón tuvo su veta taurina como aficionado, cartelista y divulgador de la fiesta y ahora que se ha ido tan silenciosamente como prefirió vivir en Medellín en su cuarto repleto de libros.

Es decir de vida, de imágenes, de fantasías, de sueños, de viajes a mundos maravillosos, de poemas, de escritos hermosos y de miles de caricaturas que nacieron entre esas paredes.

Mi amigo Alberto Lopera ha tenido la gentileza de hacerme llegar la descripción de ese grupo de cronistas antioqueños que le dieron y dan lustre a la pluma y al verbo taurinos, conocidos como «los cornígrafos».

En ese tiempo tras la presencia y muerte de Manolete Medellín vivió momentos muy taurinos con muy buenos aficionados que tenían un concepto taurino con raíces muy hondas y solidas.

En la imagen que ilustra esta nota, son «los cornígrafos», aparecen Velezefe, Antonio Henao Gaviria, Hernán Restrepo, Ramón Ospina, Jorge Vega y Alberto Lopera a quienes (a los vivos) sigo leyendo y escuchando y a quienes partieron gocé de su buena parla, de su ingenio, de su manera de entender el mundo y especialmente la tauromaquia que es una permanente lección de vida.

Velezefe era un grandísimo caricaturista, un escritor esplendido; don Antonio Henao Gaviria era un narrador cumbre y oírlo en el lobby del hotel «Nutibara» la mañana de los sábados mientras esperábamos el inicio de la corrida.

Y parte de nuestro ser sentimental de las vueltas a Colombia en bicicleta se lo debemos a él y obviamente a Alberto Piedrahita, Carlos Arturo Rueda, a Arrastia Brica, a Armando Moncada Campuzano a Pastor Londoño Pasos.

Don Hernán Restrepo era un sabio en materia de musica popular y especialmente en tangos (era consultado desde la Argentina) y bambucos y pasillos.

Cuando participé en ese formidable equipo de Caracol escucharle las anécdotas sobre los pasodobles era una gozada.

Don Ramón Ospina fue nuestro maestro, sin duda, y su manera y modo de narrar una corrida era un viaje a paraísos desconocidos.

Jorge Vega, escritor pulcro desarrollaba de una manera límpida las crónicas para El Colombiano y aquellas reuniones en el hotel e Manizales con don Jaime Arango y tantos amigos era toda una delicia.

Alberto Lopera ha escritor el mejor libro sobre la historia de la tauromaquia en Colombia, sigue dirigiendo su programa radial taurino en RCN y es infaltable en el equipo «amarillo» con el maestro Rincón y Julián Parra pues Iván partió hace unas semanas dejándonos un gran vacío.

En este abigarrado conjunto del maestro Obregón aparecen, entre otros, Gabriel García Márquez, Alejandro Obregón, León de Greiff, Manuel Mejía Vallejo, Alberto y Carlos Lleras Restrepo, Arenas Betancourt, «piel roja » y su creador Ricardo Rendón, Belisario Betancourt, Gonzalo Arango

OBITURAIO ANTICIPADO publicado en Universo Centro donde el maestro escribía habituamente

Aquí yace por fin Elkin Obregón, después de tantos años de dar lora. Su vida fue muy absurda, y creyó haber aprendido a fingir sosiego.

Pero aprendió mal, y muy pocos se lo creyeron. Hizo unas pocas caricaturas buenas, otras muy mediocres, o malas sin remedio, y jamás pudo con el autorretrato. Y así en todo, qué le vamos a hacer.

Escribió para él (en vida, por supuesto), dos epitafios.

Uno dice: «Su vida se quedó en obra negra».

El otro se le olvidó, aunque era un poco mejor. Se suicidó varias veces, pero murió de almorranas mal tratadas.

No odió a nadie, creo, pero algunas personas le cayeron gordas. ¿A quién no? Fumó mucho, bebió mucho. Amó mucho (con un amor del todo incomprendido y solitario) los bambucos y pasillos viejos, flores que de una vez nacieron mustias.

Hubo en su velorio una docena de plañideras. No me parece bastante para llorar a un hombre tan grande que no cabía en su propio esqueleto.

La osamenta lo superaba, y no soy la única persona que puede dar fe de eso: muchos vimos sus caídas, una tras otra, y nos sorprendimos porque jamás se le rompió un hueso.

En fin, una vida más. No se pudre en el Infierno. Está en el lugar que siempre fue suyo: el Limbo. Dos paladitas de tierra y salud, maestro.

El paso de Manolete por Lima: «Ningún toro que lidié reunía las condiciones que se necesitan para la ejecución del toreo de hoy”, sentenció

El paso de Manolete por Lima. Acho se había reinaugurado en 1945. La temporada de 1946 empezó con tres corridas.

El 3 de febrero El Estudiante (dos orejas), Arruza (una oreja) y Montani, con toros de Yéncala, cuenta en su crónica de El Comercio el colega Pblo Gómez de Barbieri al recorar el año en que pasó por nuestras

Acho se había reinaugurado en 1945. La tem-
porada de 1946 empezó con tres corridas.

El 3 de febrero El Estudiante (dos orejas),
Arruza (una oreja) y Montani, con toros de Yéncala.

El 17 de febrero, cuatro de Yéncala y dos de La Punta, mano a mano entre El Estudiante (una oreja) y Arruza (rabo del segundo).

El 3 de marzo, mano a mano: Belmonte Campoy y El Estudiante, con toros de Yéncala.

El colega Pablo Gómez de Barbieri en su nota en EL Comercio cuenta algunos detalles significativos del gran torero cordobés en ese año del 46 en que pasa por México, Lima , Bogotá y Medellín

Arruza retornó a México para regresar con Manolete. Partieron hacia Lima el 4 de marzo, tras una temporada en la que el cordobés deslumbró a los mexicanos. Prometió regresar tras torear en Lima y Colombia.

Los vuelos en aquel tiempo eran una interminable sucesión de escalas agotadoras.

Nada parecido a los de hoy.

El antiguo aeropuerto de Limatambo hoy Ministerio del Interior– estaba lleno a rebosar. Una multitud se había congregado, sin importarles el húmedo calor veraniego, esperando la llegada del monstruo.

Manolete constituyó el acontecimiento social de aquel año en Lima. El avión de Panagra fue rodeado rápidamente por la prensa: todos querían fotografiarlo y hacerle preguntas.


Manolete, demacrado y cansado tras el largo vuelo , muy bien vestido de traje y corbata, se replegó detrás de sus anteojos ahumados y escuchó a Arruza justificarse vehementemente ante la prensa por lo sucedido en las primeras tardes de la temporada.

Manolete, algo más descansado, en el hotel, declaró que a pesar de lo voluminosos que fueran los toros cumpliría su contrato,

sin importar que, como Arruza, él no pensaba que toros tan voluminosos se prestaran para el toreo moderno. Discusión asombrosamente actual.

Se presentó en Acho el 10 de marzo, de rosa palo y oro, ante toros de La Viña, con Belmonte Campoy, de negro y oro, y Arruza, de tabaco y oro.

No cabía ni un alfiler; nadie quería perderse a la leyenda viva del toreo. Manolete deslumbró y cortó un rabo, pero un sector de exigentes aficionados se lo reprochó y él dejó el rabo; dio la vuelta con solo una oreja.

El 17 de marzo, el primero lo cogió. Alternó con Belmonte y Rafael Albaicín.

El 19 de marzo lidió toros de La Viña y LaPunta, con Belmonte y Montani. Obtuvo una oreja de cada toro.
El 24 de marzo, ante toros de Xajay, La Punta y La Viña. Manolete, Gitanillo de Triana y Albaicín.

El 31 de marzo, Jesús Solórzano, Manolete y Gitanillo. Resultó cogido; solo mató uno de Yéncala.

Así se despidió: “Me marcho muy agradecido por la acogida que he recibido en Lima, pero no contento. Ningún toro que lidié reunía las condiciones que se necesitan para la ejecución del toreo de hoy”.


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