Autor: Guillermo Rodríguez

El día que «Lorenzo» hirió mortalmente a Víctor Barrio

La muerte del torero Víctor Barrio hace 4 años en la plaza de toros de Teruel a los 29 años, fue un duro golpe para el mundo taurino.

Recuerdo que ese 9 de julio en un día como hoy, Canal Sur emitía el programa taurino en directo. Su agente de prensa, Raquel Sanz, le decía a Juan Ramón Romero que había ocurrido un percance. Que Víctor llevaba una cornada, y que ella informaría mas tarde lo sucedido sin saber que su esposo moría en segundos en la plaza de Teruel.

Taurología recordó aquella triste tarde:

Andaba el reloj del campanario de la barroca parroquia de San Vitores, de Grajera, para dar las 8 de la tarde, cuando al ruedo de la plaza de Teruel saltó el 3º de la tarde: “Lorenzo” de nombre, hijo de “Lorenza”, marcado con el número 26, de 529 kilos de peso y con el hierro aragonés de “Los Maños”.

Oficialmente era de capa de pelo negro bragado corrido, pero más bien parecía burraco.

No hubo lugar a que el reloj llegara a las 8:30 cuando las campanas de la iglesia segoviana ya podían tañir a muerto: uno de sus hijos, torero de vocación y hombre de bien, Víctor Barrio Hernanz, acababa de encontrarse con la muerte que llevaba prendida en sus pitones “Lorenzo”.

Llevaba días soñando con que llegara esta tarde. En su twitter seis días antes había escrito:

Con la mente puesta en Teruel, Feria del Ángel.

Era su tercer compromiso en la temporada de este 2016 y hasta la ciudad aragonesa, que efectivamente existe, viajó con su mujer, Raquel, y con su padre, que luego serían testigos destrozados por el dolor de la tragedia.Pero nada hacía presagiar lo que luego vendría.

El primero de los toros, también con el hierro de los “Maños” de esta corrida feriada le correspondió a Curro Díaz: cuajó una gran faena, luego malograda con la espada.

Frente al 2º, en este caso con el hierro de Ana Romero, un toro descastado y sin clase, Jesús Martínez “Morenito de Aranda” sólo pudo demostrar la firmeza de sus propósitos.

Y en estas que sale al ruedo “Lorenzo”, que ya desde su salida demostró unas condiciones buenas para la lidia, desde que Víctor lo recibió de rodillas en la puerta de toriles.

Inició su faena toreando sobre la mano derecha, sin duda convencido que el triunfo era posible. Y en esas, un golpe viento, ese peligroso enemigo que es el viento, le dejó al descubierto. «Lorenzo» hizo por él y lo derribó a la arena.

Ya en el suelo, quizá justamente por que estaba tendido sobre una superficie dura, el animal hundió hasta lo más profundo el pitón en el costado del torero.

Roberto Martín “Jarocho”, que iba en esta tarde formando parte de su cuadrilla y que ha sido tantos y tantos días su compañero en los entrenamientos, fue uno de los primeros en recogerlo de la arena y ya advirtió, que era un boquete tremendo, tanto que tuvo una sensación rotunda: Cuando lo hemos recogido del suelo estaba muerto, nos hemos dado cuenta”.

EL DÍA DESPUÉS

La muerte del torero Víctor Barrio, fallecido un 9 de julio hace 4 años en la plaza de toros de Teruel a los 29 años, fue un duro golpe para el mundo taurino.

Familiares y amigos del diestro se reunieron entonces en la madrileña iglesia de San Antón para dar el último adiós al torero. No faltó su viuda, Raquel Sanz, que con gafas de sol y semblante serio, entraba a la parroquia visiblemente afectada y arropada por los suyos. 

La periodista demostró su fortaleza pero no negó haber vivido uno de los momentos más duros de su vida.

En declaraciones al diario La Razón aseguraba que esa fuerza que necesita se “la inyecta él en vena. Como siempre. Él me ha apoyado en todo”.

Además, cuando el cadáver estaba aún caliente, no faltaron quienes se burlaron de la muerte del diestro pero también hubo gestos en las redes sociales, por ejemplo, una usuaria aplaudía la fuerza de la viuda por haber estado en la iglesia asistiendo a este funeral, a lo que ella contestaba: 

«Él ha estado ahí, empujándome, apoyándome, como siempre». 

Uno de los que escribió y festejó la muerte de Barrio fue el activista Pablo Hasel, quien se presenta como un hombre que «evoluciona para ser comunista«, según la bio que escribió él mismo en su perfil de Twitter.

El activista y escritor de poemas, publicó varios tuits celebrando el deceso del hombre de Sepúlveda.

Si todas las corridas de toros acabaran como las de Víctor Barrio, más de uno íbamos a verlas. 

— Pablo Hasel (PabloHasel) July 9, 2016

Ha muerto un torero. Un torturador menos, hoy el planeta está un poco más limpio de tanta mierda. 

— Pablo Hasel (PabloHasel) July 9, 2016

La infamia no faltó y sigue campeando.

En el toreo no se mata por matar, por deporte o por diversión

El historiador mexicano Francisco Coello

«Por lo que sé, en el ruedo no se mata por matar, no se mata por deporte o diversión. Se mata precisamente para no diversificar, para que la atención no se vierta fuera sino para que quede retenida en ese punto oscuro, inevitable…».

Raúl Dorra

Son tiempos oscuros y no solo por el coronavirus sino por el intento de un sector de la sociedad por imponer el pensamiento único y dictarnos las reglas de qué debo comer, a dónde ir, qué películas ver, qué libros leer, qué tipo de teatro debo admirar, qué vestimenta debo llevar, a qué Dios o ser supremo debo rezar y a qué culto religioso debo acudir.

La industria animalista procura , como en tiempos dolorosos de regímenes oprobiosos de uno y otro signo. No vamos ahora con medias tintas.

Y el toreo para estos animalistas de nuevo cuño es maltrato, somos asesinos y nos quieren llevar a los estrados judiciales y a ser posible condenar.

Antonio Fernandez Casado apunta: En momentos al menos confusos en torno a la Fiesta de los toros, cuando desde formaciones radicales se insiste una y otra vez en colocar a la Tauromaquia en el punto de mira de sus críticas, resulta muy oportuno recordar a la figura y la obra de José Bergamín.

El autor de la tan leída «La música callada del toreo» fue una personalidad sobre la que no cabe duda alguna acerca de su posicionamiento ideológico.

Pero su ubicación en una izquierda sin sombra alguna no fue óbice para que fuera un amante apasionado de la Tauromaquia, como dejó escrito en su amplia bibliografía, que va de Juan Belmonte a Rafael de Paula.

EL PENSADOR ARGENTINO RAUL DORRA

Raúl Dorra, quien dejó un largo legado en la teoría literaria, y como un argentino universal, abierto, que no era taurino, pero respetaba esta expresión decía que la pasión colectiva, patología que se hace presente en las plazas de toros en los momentos de mayor intensidad «por definición es un exceso, un desborde [que] sigue el llamado de la profundidad del ser. Y en esa profundidad, el sacrificio es un elemento primordial».

«Por lo que sé, en el ruedo no se mata por matar, no se mata por deporte o diversión. Se mata precisamente para no diversificar, para que la atención no se vierta fuera sino para que quede retenida en ese punto oscuro, inevitable.

Se va en pos de la muerte para hacerla el momento de un estremecimiento central. Es una muerte profundamente erótica, de un erotismo espectacular.

El sacrificio ceremonial, en todas las culturas, siempre ha sido un espectáculo, una mostración de lo misterioso en la que se reúnen lo erótico con lo tanático.

Se trata de una muerte por representación. El que se sacrifica, el que es sacrificado, está ahí en lugar de otro, de un colectivo cuya vida se quiere preservar. Una muerte que también es una redención».

«Mentiría si digo que he seguido la polémica entre taurinos y antitaurinos, apenas la conozco de oídas. Pero me asombra el escándalo en torno al sacrificio cuando nuestra cultura, como toda cultura, está fundada sobre el sacrificio.

Seamos o no creyentes, nuestra cultura es cristiana y ella se asienta sobre el sacrificio del Hijo, sacrificio que se renueva en cada misa donde se come y se bebe –es verdad consagrada para el creyente– la carne y la sangre del Cristo.

¿O habrá que prohibir también las ceremonias religiosas? Sería interesante pensar en la posibilidad real de una cultural totalmente laica, pero esa posibilidad –en la que pensó por ejemplo Bertrand Russell– está aún lejos de nosotros».

Así que en este aquí y ahora, amparados en el cambio radical que ha producido la pandemia, donde pensamientos, teorías y reflexiones tendrán que adecuarse a los tiempos por venir.

Mientras tanto, queremos una fiesta viva, entendida hasta por todos aquellos que se opusieron o siguen oponiéndose bajo la ideología antiespecista, la cual considera que el animal es igual al hombre, que en nada ofende el sentido pragmático que detenta, esperando una conciliación de las teorías antropocentrista y biocentrista que son el origen del conflicto, primero. 

COELLO Y LA RELECTURA DE BERGAMIN

El historiador mexicano Francisco Coello que tan valiosos aportes hace al conocimiento de la tauromaquia, anota:

El actual episodio que vivimos, nos orilla entre el inmenso tiempo sobrante, a hacer lectura o relectura, a buscar todos aquellos títulos en que quisimos vernos reflejados o incluso, tener la oportunidad de escribirlo.

Nadie de quienes intervienen en un festejo, hasta donde es posible apreciar, lo hace con intenciones deliberadas de maltrato o tortura, pues se sigue un patrón fundado en antiguo ritual en el que se sintetiza el contexto de su desarrollo.

Reprochamos, en todo caso una mala actuación, pero no el despropósito de que quieran contribuir alterando su pureza.

He leído y releído El pozo de la angustia, obra de la primera madurez del célebre José Bergamín, que pareciera haber salido de lo más hondo de un alma franciscana.

Página a página es una delicia y toca las fibras más sensibles, al punto del estado de gracia. Y describe cada tempo con frases o ideas concretas que, por su brevedad dan idea de hacia dónde Bergamín quiso ir en búsqueda de afirmaciones. Una de ella plantea que «Los sentimientos –decía nuestro cristianísimo Unamuno– son pensamientos en conmoción», así, sin más.

Y luego, en afanes de contraste va hacia lo «trágico –también lo cómico– [que] es estar lleno de vacío. La máscara sola no está nunca vacía, sino llena de su vacío. Y en este sentido es el hombre persona o máscara, porque es determinación o definición de un vacío.

Del vacío, de la vanidad del mundo en él. Pues en él y por él existe el mundo. Esta es la tragedia del hombre: ser o parecer máscara expresiva de un total vacío. Mas, entonces, el hombre no será persona dramática, sino trágica. Y también cómica».

Y se pone de lado con la muerte en simple y clara condición al reflexionar que “el tiempo no es la muerte. Ni su medida”. Y aún más: «Hacer tiempo, hacer memoria, hacer historia, es sencillamente vivir. Pero vivir ante la muerte, frente a la muerte, y contra la muerte».

Y en algo que parece la sola razón de aforismos comienza con este que plantea «unas almas se purifican al arder y otras se consumen», al que le sigue este otro:

«El eco de esa voz llega ahora hasta nosotros con la interrogante metafísica del alemán Heidegger, que desde el fondo oscuro de su sima profunda nos la tiende como consecuencia secular de vivas corrientes del pensamiento:

¿Por qué ser, y no más bien nada?» que tiene respuesta con este otro: «¿Hay en la existencia del hombre un temple de ánimo tal, que le coloque inmediatamente ante la nada misma” –pregunta Heidegger.

Para contestarnos que sí, que ese temple del ánimo existe; que se trata de un acontecimiento posible, aunque raramente se dé, aunque solamente se realice por breves momentos: ese temple de ánimo radical es la angustia». 

En tal sentido «Por eso la existencia está siempre más allá del ser. Por eso lo trasciende» que se apoya en «Este estar sosteniéndose la existencia en la nada, apoyada en la recóndita angustia, es un sobrepasar el ser en total: es la trascendencia», de ahí que «el ser es, por esencia, finito, y solamente se patentiza en la trascendencia del existir como sobrenadando en la nada».

En concreto, «la verdad no es una razón, es una pasión» y es que «No hay nada menos razonable que la verdad ni más verdadero para el hombre que perder su razón por ella».

Cada idea, cada frase, cada «aforismo» venidos de tan gozosa lectura, parecen describirnos gracias a la afortunada memoria, esos momentos trascendentales que alcanza la maravilla del toreo hasta quedar prendados de lo más emotivo que significa presenciar, tarde a tarde, el milagro de una verónica, o de ocurrir, todavía más, la ya desaparecida pero no por ello recuperada «larga cordobesa», lance de los más apreciados, y que tarde a tarde se quedan en el arcón del recuerdo, con lo que no queda más remedio al evocar a Frascuelo, Gaona o al Calesero, como si se tratara de un episodio imposible de interpretar.

LOS TRES TERCIOS

Él, que venía de una España trágica, la del toreo en su etapa primitiva, y la de un país sumida en el conflicto de la guerra, son suficientes razones para esbozar que la tauromaquia se encuentre en derecho a su preservación.

Al culminar la segunda década del siglo XX, superó aquella circunstancia de unas prácticas en que los caballos fueron víctimas y con esa especie se produjo una matanza inútil, despiadada.

Sin embargo, al poner en funciones el peto protector, el toro enfrentaba un nuevo modo de demostrar su fortaleza acudiendo en mínima proporción, a tres puyazos (los demás, venían por añadidura, en demostración cabal de bravura, casta y fortaleza).

Acudía, como lo sigue haciendo, a tres encuentros (cuando esto es posible, por lo menos en México, a sabiendas de una suerte bien realizada). 

A esto sigue el tercio de banderillas, donde como lo ha establecido la costumbre, al ser colocadas, crean un estado donde se crecen al castigo.

Y luego, en culminación a ese proceso, se desarrolla una faena en que el torero aprovecha tales virtudes para rubricar, tal cual lo establece el propósito del sacrificio –junto a los usos y costumbres que conserva la tauromaquia– con una estocada que eleva a niveles heroicos al torero o lo reduce a esa nada que nos ha referido Bergamín mismo si se produce el desacierto. 

Ante esa profunda representación efímera, todavía hay voces que se oponen rotundamente a su puesta en escena.

Demasiado existe alrededor de ese misterio como para detenerse y cuestionarlo en la forma en que, al menos ocho naciones conservan un legado con fuerte arraigo cultural y simbólico, de acuerdo a lo que cada una significa en su historia misma.

Desde esa perspectiva, sin más propósito que justificar su presencia, el «quite» de José Bergamín viene muy bien como motivo de defensa.

La fragilidad a que se ha visto sometida la humanidad toda desde que comenzó 2020 de triste memoria, ya provocó, como no lo hicieron guerras ni tampoco ninguna diferencia entre las naciones lo que no imaginábamos.

Superar tal estadio se convertirá en el mayor desafío de esta y las siguientes generaciones hasta recuperar el nivel de equilibrio congruente con los tiempos por venir.

Espiritual o sacrificial después, como auténtica realidad, que sintetiza en una tarde siglos de integración, y nos lleve a entender la lucha por la vida y por la muerte.

Sin ofensa alguna de los contrarios que se enfrentan desde hace muchos siglos, para conseguir gracias a la fortaleza del toro, y gracias también a los ingredientes técnicos y estéticos del torero, apenas la dosis suficiente de emoción o de tragedia surgida en tan sublime combate.

La contribución de Bergamín en favor de la fiesta de los toros es impagable, tal como lo atestiguan algunos escogidos textos de temática tauromáquica que nos dejó en herencia a los aficionados a los toros y la literatura: 

El arte del birlibirloque (1930, dedicado a Juan Belmonte); Don Tancredo López. El rey del valor (1934), La claridad del toreo, La música callada del toreo (dedicado a Rafael de Paula), Al toro…

«El Cali» donó traje de luces y se subastará para causas benéficas

Enrique Calvo "El Cali"


Un precioso traje de luces que significa mucho para Enrique Calvo «El Cali» donado por el torero para auxiliar a familias que lo están pasando mal en nuestra entorno taurino, puede ser suyo con un aporte voluntario de 30 mil pesos.

¡Olé taurinos! les contamos como apoyando a una familia taurina podrán participar por 1 traje de luces donado por Enrique Calvo “El Cali” y 2 abonos de primera fila con los siguientes pasos:

  1. Escríbenos a nuestro WA 312 845 5608 y pide tu bono, valor de cada uno $30.000 pesos.
  2. Realiza una trasferencia bancaria a la cuenta de ahorros Bancolombia No. 070 011 540 81 a nombre de CORMANIZALES.
  3. Nosotros te enviaremos tu bono por medio digital con su número único.
  4. El sorteo se realizará el día 19 de agosto con las 3 últimas cifras de la lotería de Manizales.
  5. Cuantos más bonos compres más familias ayudarás y más posibilidades tendrá de hacerse a dos abonos o al traje.

Maria Francisca Gutiérrez ante el fin de su ganadería «Bengala» pide a los animalistas que adopten un toro

El coronavirus se ha llevado de raíz la ganadería «Bengala», esta vez en Colombia, de doña Maria Francisca Gutierrez Duque, hija, nieta, sobrina y prima de ganaderos de estirpe y lamentablemente no será la única.

La ausencia de una política estatal en defensa de la crianza del toro bravo ha hecho que la fortaleza de otras épocas se haya difuminado con el paso del tiempo y pandemias como las que azota a medio mundo hacen inviable la sostenibilidad de muchas dehesas.

Me dice Maria Francisca :

El cercano y triste futuro de BENGALA y muchas otras más. He resuelto matar la ganadería, es la decisión más dura que he tenido que tomar hasta el día de hoy.

Pues se muere una vida en un matadero, 20 años de arduo trabajo, 20 años de sueños, de machucones en los dedos tratando de sacar una novillada bien presentada en Bogotá, Manizales o Cali donde tuve el honor en varias ocasiones de lidiar como GANADERA no como la hija de Jorge (¡cosa que amo!).

20 años de esfuerzo, de pedir favores aburridores como «Jero, ¿me prestas un semental?», y a los 6 meses se muere el bendito y hay que salir a dar la cara.

Darla como los TAURINOS la hemos tratado de dar. Coger el toro por los cuernos para salvar UNA ESPECIE, para salvar muchas personas de pasar hambre.

Hablando de hambre, no solo se muere un sueño y una vida de esfuerzo y sentimientos; hablo de seres humanos que hoy recibieron esta noticia y se quedan sin trabajo, sin sustento y a estos argumentos tan absolutamente válidos y reales que dicen los llamados «¿ANIMALISTAS?».

¿Acaso no ven las consecuencias sociales?

Esta gente que hoy queda a la deriva sin un techo, ni una cobija; ¿quién se hace responsable de esto?.

Una ESPECIE se comienza a extinguir. ¿Ahora qué van a hacer?.

Señores, ojalá este sacrificio valga la pena para alzar la voz en nombre del mas importante, EL TORO DE LIDIA, ese de quien TANTOS en el mundo dependemos.

Maria Francisca Gutierrez D. – Ganadera

Se suspenden la Feria de Bilbao 2020 y las corridas generales

Este año no habrá feria de Bilbao, la del otro toro, la feria del norte de mas alto alcance por los carteles que se brindan, y ante la indefinición de cuántos espectadores se permitirá por la pandemia, se cancela.

La empresa investigó, analizó y decidió : No va la feria.

El pasado 15 de mayo de 2020 el Ayuntamiento de Bilbao, comunicaba la cancelación de la Aste Nagusia 2020. A causa de la pandemia de la COVID-19.

El 19 de junio de 2020 el Gobierno Vasco publicó, en el Boletín Oficial del País Vasco, la nueva normativa reguladora en materia de seguridad sanitaria.

Una vez superado el Estado de Alarma,

estableciendo protocolos muy restrictivos en cuanto a las aglomeraciones de personas, prohibiendo la reunión de mas de 1.000 asistentes en cualquier equipamiento.

Por todo ello, examinadas todas las implicaciones, contingencias y circunstancias. Convenido con la Junta Administrativa de la Plaza de Toros de Vista Alegre de Bilbao, se determina, muy a nuestro pesar:

la imposibilidad de celebrar la feria taurina

de las corridas generales de la semana grande de Bilbao, y reinaugurar el nuevo coso de Vista Alegre en este año 2020.

Nuestro deseo, en estos momentos, esta con el empeño de superar definitivamente esta pandemia sanitaria.

Para poder así, volver a retomar una normalidad plena que nos permita poder celebrar festejos taurinos en Vista Alegre y reinaugurar el nuevo coso en la mayor brevedad y con todas las garantías suficientes para proteger la salud de las aficionadas y aficionados.

San Fermín pensado para el 2021… «Lo viviremos»

Pamplona ha superado el mediodía de este 6 de julio de manera inusual, sin el chupinazo con el que deberían haber comenzado el San fermín de 2020, que han sido suspendidos por la pandemia de Covid-19.

No ha habido ni chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento, ni masificación en las calles, ni almuerzos en la vía pública. Nos relata «Noticias de Navarra».

Sí se han congregado en la Plaza Consistorial 400 personas, el aforo máximo permitido por la Policía Municipal de Pamplona, para asistir al momento en el que debería haberse lanzado el chupinazo.

Así, a las 12 horas, algunos de los asistentes en la plaza, con pañuelos rojo en el aire han gritado ‘San Fermín, San Fermín’.

Además, un ciudadano ha gritado las tradicionales palabras que se pronuncian desde el balcón de la plaza Consistorial el día 6:

Pamplonesas, pamploneses, ¡Viva San Fermín! Gora San Fermín!.

Y en distintos puntos de la ciudad se han escuchado varios ‘chupinazos’ lanzados por ciudadanos.

Al mismo tiempo, el Ayuntamiento ha desplegado a las 12 horas en el balcón de la Casa Consistorial una pancarta con forma de pañuelo en la que se leía ‘#LosViviremos‘, animando a disfrutar las fiestas de 2021.

La pancarta contenía también el mensaje en euskera, francés e inglés.

La Policía Municipal de Pamplona ha cortado el acceso a la plaza, minutos antes de las 12 horas, una vez completado el aforo máximo de 400 personas.

El Ayuntamiento de Pamplona no ha organizado ningún acto festivo y ha remitido a la ciudadanía a esperar a los Sanfermines de 2021, para poder disfrutar de las fiestas.

La peñas de Pamplona tampoco han organizado actos y permanecerán cerradas al público.

Así, la imagen en la ciudad no es la propia de un 6 de julio, aunque numerosos ciudadanos sí se han vestidos de blanco y rojo y ha habido quedadas de cuadrillas.

Así como bares y terrazas sirviendo almuerzos en calles como la Estafeta o San Nicolás, y en la plaza del Castillo.

La Policía Municipal ha realizado un amplio despliegue por distintas calles del centro de la ciudad para controlar aforos y evitar que se produzcan aglomeraciones.

En concreto, se han instalado controles de aforo en seis zonas del Casco Antiguo que cuentan con un mayor número de establecimientos de hostelería, así como en la plaza Consistorial y en la plaza del Castillo.

Se habilitan 14 puntos de controles en las entradas y salidas de las calles Jarauta (entre San Saturnino y el inicio de la calle Descalzos), San Nicolás, Pozoblanco-Comedias, Estafeta-Espoz y Mina, Calderería y la zona de la plaza de la Navarrería.

En cada una de ellas se ha calculado un aforo permitido en la calle, teniendo en cuenta la superficie de la vía y las medidas de distanciamiento social existentes.

Además, desde Policía Municipal se controla que se cumplan los niveles de aforo de cada establecimiento hostelero.

Se hace un llamamiento a los propios establecimientos para que, en el caso de que no puedan controlar el cumplimiento de esas normas (aforo, distanciamiento, uso de mascarillas, etc.).

Procedan a apagar la música, encender la luz, dejar de servir y avisar a Policía Municipal a través del 092, que «acudirá inmediatamente para reestablecer la situación».

Se recuerda, además, que no se podrá superar el 75% del aforo máximo permitido en el interior del local o los 2,25 metros cuadrados por persona usuaria, en su caso, de las zonas autorizadas para uso público.

Las terrazas al aire libre podrán ser ocupadas al 100% del aforo de las mesas permitidas en la licencia municipal.

En el Casco Antiguo y entorno no se han autorizado almuerzos y comidas en la vía pública. Por lo tanto, queda prohibido sacar mesas para almuerzos durante estos días.

Quedan especialmente prohibidos los altavoces en fachadas, en exteriores o en ventanas y puertas orientados hacia el exterior.

Atendiendo a la responsabilidad de cada establecimiento, el Ayuntamiento solicita y recomienda no emitir los días 6 y 7 de julio música sanferminera.

Los horarios de los establecimientos

Los horarios de los establecimientos, así como la emisión de música, se corresponderán con lo permitido por la normativa reguladora habitual.

Se deberá cumplir la medida de mantenimiento de la distancia de seguridad interpersonal

Que será de al menos 1,5 metros o, en su defecto, medidas alternativas de protección física con uso de mascarilla.

Además, se limpiará y desinfectará el equipamiento, en particular mesas, sillas, barra, así como cualquier otra superficie de contacto, de forma frecuente.

Asimismo, se deberá proceder a la limpieza y desinfección del local por lo menos una vez al día.

Los elementos auxiliares del servicio, como la vajilla, cristalería, juegos de cubiertos o mantelería, entre otros; se almacenarán en recintos cerrados.

Y si esto no fuera posible, lejos de zonas de paso de clientes y personas trabajadoras.

Demandas constitucionales, penales y laborales por el Acuerdo 013 del Concejo de Bogotá

Imagen de El Gino, cortesía de El Universal de Cartagena

Demandas constitucionales, penales y laborales por el Acuerdo 013 del Concejo de Bogotá, Se preparan los alegatos jurídicos para impedir este atropello.

Colombia, pese a sus avatares políticos, a sus disensos ideológicos, a la confrontación partidista ha logrado con sus mas y sus menos sostener ese trípode de las democracias.

Ya saben que en El Espíritu de las Leyes, Montesquieu dejó sentadas esas bases que tienen hoy toda su vigencia.

Poder ejecutivo

En ciencia política y derecho, el poder ejecutivo es una de las tres facultades y funciones primordiales del Estado.

Se distingue así del poder legislativo, que aprueba o deroga leyes, y del poder judicial, que las interpreta, hace respetar o invalida.

Dicho lo cual, el Concejo de Bogotá cruzó peligrosamente las líneas rojas que limitan su acción como órgano de control político del gobierno de Bogotá y hacedor de Acuerdos.

El presidente de la Unión de Toreros de Colombia, Hernán Ruiz anunció a este portal que sabedores del Acuerdo y que tarde o temprano la alcaldesa iba a firmarlo (y así lo hizo la semana pasada).

Se prepararon los alegatos jurídicos para impedir este atropello del gobierno de la capital y del Concejo, pues una cosa es legislar y otra invadir terrenos que no le corresponden al cabildo bogotano, que abusivamente (y por eso prevaricaron los concejales), ya que deben saber que el toreo que es legal en Colombia y que no está clasificado en el capítulo del maltrato animal.

Así que son tres demandas que están en curso:

Demostrar que el Concejo no puede imponer tributos discriminatorios al incrementar al 20 por ciento el llamado tributo a pobres, ni decidir el curso de la corrida que ya está reglado por la Ley 916.

Pues en uno de los artículos del malhadado Acuerdo se prohíbe el uso de la vara, las banderillas y el estoque, deformando el espíritu del ritual taurino.

Los concejales dicen que es para desincentivar las corridas en Bogotá pero es una prohibición en toda regla.

En lo laboral, el perjuicio para toreros, banderilleros, picadores, mozos de espada que derivan su sustento de sus profesiones.

Y en lo penal, pues el Concejo al extralimitarse con ese Acuerdo A SABIENDAS Y CON PLENA CONCIENCIA DE LOS VOTANTES, incurrieron en delito.

«Esto apenas empieza», dijo el presidente de la UNDETOC, Hernán Ruiz y vamos a demostrar con la ley en el mano que nos asiste la razón.

A la alcaldesa se le pidió que no firmara el Acuerdo pero ella hizo caso omiso y también responderá ante los tribunales.

Y con los dramas que tenemos con el coronavirus. Pero, claro, el problema somos los taurinos. Nada mas alejado de la realidad.

La de Joselito en Madrid, el 3 de julio de 1914. Alcalino – Tauromaquia.

La de Joselito en Madrid, el 3 de julio de 1914, fue un hecho insólito. Pues no ha vuelto a ocurrir que un mozo de 19 años se encierre con una corrida entera, con la plaza de Madrid llena hasta el tejado.

No lo movía el deseo de llamar la atención, o reclamar contratos, que ambas cosas las tenía ya de sobra, sino la mera constatación de una supremacía que ya pocos ponían en duda.

En apenas año y medio de matador, José Gómez Ortega «Gallito» había cumplido su promesa de retirar a Ricardo Torres «Bombita» –gran opositor de su hermano Rafael–, y protagonizado un meteórico ascenso hasta la cima del toreo.

Joselito

Así, de manera casi natural, se urdió la idea de la encerrona, mitad iniciativa de la empresa madrileña y mitad sugerencia directa de Gallito –en lo sucesivo Joselito -, decidido reescribir de su puño y letra –con capote, banderillas, muleta y estoque–

La historia de la Fiesta de toros, a la que desde niño dedicó por entero vida y afanes.

José fue el hijo menor de Fernando Gómez «El Gallo», un torero de la cuerda del arte que habría resonado más de no coincidir en el tiempo con Rafael Molina «Lagartijo», primero, y Rafael Guerra «Guerrita» más tarde, los dos colosos cordobeses que cerraron con gloria la tauromaquia del XIX. 

Fernando «El Gallo» 

Crió tres hijos toreros, de los que el segundo Fernando, perjudicado por su obesidad, se quedó en subalterno y principal receptor de las teorías paternas sobre el toreo de capa, que tuvo en el viejo Gallo.

Un brillante innovador–a él se debe la invención del cambio de rodillas–.

Casado con una bailaora de tronío –la Señá Gabriela Ortega–, alguno de sus vástagos tenía que heredar la vena gitana de la madre y ése fue Rafael.

El primogénito, prematuramente calvo, famoso lo mismo por sus espantadas que por su alado estilo, pletórico de sal andaluza y giros inesperados.

Rafael «El Gallo» 

Le daría la alternativa a su hermano chico en la Maestranza de Sevilla el 28 de septiembre de 1912, cuando Joselito contaba apenas 16 años, cuatro meses y 20 días, pues había nacido en Gelves el 8 de mayo de 1895.

Desbordante de toreo pero también de ambición, este prodigio adolescente no tardaría en convertirse en amo absoluto del tinglado.

Arrebatado por las empresas y mimado por los ganaderos punteros, que tras abrirle las puertas de sus fincas y cerrados, acabaron sometidos a su arbitrio.

Orientado a la obtención de un toro. Hecho más para la fijeza y el arte, que para la pelea sin cuartel, que había sido hasta entonces la corrida. 

Juan Belmonteel verdadero precursor de la nueva escuela, parco e irónico, prefirió acogerse a los buenos oficios y la capacidad negociadora de su amigo José, con el que iba a cubrir seis de las siete temporadas –entre 1914 y la primavera de 1920– que pasarían a la historia como la edad de oro de la Fiesta española.

La elección del ganado

Concertada la encerrona madrileña para el viernes 3 de julio de 1914, Joselito se dispuso a seleccionar personalmente un encierro a su entera satisfacción y gusto.

Pocos días antes de la fecha señalada condujo su Hispano-Suizo por la sierra de Madrid hasta la ganadería de Vicente Martínez, para escoger los más apropiados del hato que el acreditado criador de Colmenar Viejo le había apartado para la ocasión.

Los toros

De la tierra tenían fama de duros, pero Gallito no había dejado de advertir un interesante cambio en su estilo hacia una mayor suavidad y fijeza, inducidas por un nuevo semental, el célebre «Diano», de Ibarra. 

De modo que, priorizando las buenas hechuras y la nota de tienta, eligió José un encierro poco aparatoso pero tan fino que pasó sin problemas la temible aduana de los veterinarios madrileños.

Por orden de lidia irían apareciendo los llamados «Comedido», «Descarado», «Barrabás», «Coralino», «Nevadito», «Presumido» y «Mulato», cuatro zainos y dos berrendos en negro.

Formaban un lote precioso, muy parejo –promediaron unos 480 kilos en pie y que, sin ninguno especialmente destacado, le permitió desplegar a Gallito sus amplios talentos, recursos y capacidades.

La plaza estaba llena y el boletaje agotado cuando los clarines convocaron al orgulloso y juvenil espada sevillano, enfundado en un terno celeste y oro;

lo escoltó en el paseíllo el sobresaliente Remigio Frutos «Algeteño» –sobrino de Saturnino Frutos «Ojitos», el mentor de Rodolfo Gaona–, seguidos por los subalternos de a pie y de a caballo.

Cuadrillas

Independientemente de lo numeroso del séquito que partió plaza esa tarde.

Joselito prácticamente limitó como ayudas en la lidia a sus peones y picadores habituales; todo mundo conocía las cualidades para la brega y el tercio de banderillas de El Cuco y El Almendro.

Ambos de nombre Enrique Ortega y parientes de los Gómez Ortega, y sabía de la formidable técnica capotera de Enrique Belenguer «Blanquet»

En quien Gallito depositaba tanta confianza que, al sexto de la tarde, decidió lidiarlo con solamente este excelso peón valenciano en el ruedo:

una especie de homenaje al citado Blanquet a quien, tras prender él mismo dos colosales pares de banderillas, invitó a colocar el tercero.

Y no desmerecían Rafael Saco «Cantimplas» Francisco González «Chiquilín», cordobeses. Los hombres de a caballo estaban igual de compenetrados con su maestro.

La plantilla titular la constituían Manuel Aguilar «Carriles», Juan Pinto y Antonio Chaves «Camero», que militaba en las filas del mexicano Gaona cuando Joselito lo llamó un día para convencerlo, dicen, con éstas o parecidas palabras: 

«Antonio, deja al indio ése y vente conmigo, que no vas a tener mejor patrón que mi menda en toda tu vida».

Por cierto, un incidente afeó la participación del piquero de Camas –que tenía el brazo particularmente pesado–.

Cuando se le fue la garrocha muy abajo y casi mata al segundo toro del puyazo, provocando una bronca tan fuerte que Joselito, en castigo, le prohibió salir al ruedo en los turnos siguientes.

Pero cuando iba a lidiarse el sobrero, que Joselito solicitó en un alarde encaminado a redondear su apoteosis.

Volvió a llamarlo

En ese entonces los picadores esperaban en la arena la salida de los astados, y para darle oportunidad de reivindicarse ordenó que solamente él picara al correoso sobrero de Martínez

Camero se portó a la altura y al abandonar el ruedo tuvo que saludar las aclamaciones con el castoreño en alto.

Una tarde consagratoria

La encerrona gallista cumplió plenamente su función de jubileo del torero que el alambicado José de la Loma «Don Modesto» iba a coronar nuevo Papa –el anterior fue Ricardo Torres «Bombita» –en su crónica de El Imparcial.

¿Cómo era el toreo de Joselito? ¿Qué y cuántas maravillas lo constituían?

En una época en que el primer tercio era el más largo, y movido de la lidia.

Con sus caballos despanzurrados y la consiguiente abundancia de intervenciones de diestros y cuadrillas, la crítica le contó, a lo largo de la tarde.

159 lances de capa, repartidos entre los de recibo, la brega y 26 variados quites.

Casi cuatro por toro, nueve asombrosos pares de banderillas y solamente 83 muletazos, así como cinco pinchazos, seis estocadas y un golpe de descabello.

Esta enumeración no es ociosa.

Revela con exactitud lo que eran aquellas corridas del cambio de siglo, centradas en laboriosos primeros tercios que, en medio de su dureza, los toreros procuraban animar con exuberancia de quites y ampulosos remates, en lo que Gallito fue un as.

Torero completísimo, era también un rehiletero formidable, que solamente cedía ante la templada elegancia de Gaona, ya que José, infalible en medir terrenos y embestidas y colocar los rehiletes en lo alto, hacía todo esto con cierto apresuramiento.

También con la muleta, urgido en dominar a los toros con pocos pases, castigando mucho y yendo siempre hacia adelante,

para evidenciar cuanto antes su superioridad desplantándose, en la propia cara de las sometidas reses.

Ya tocándoles los pitones, o la oreja, e incluso la jeta,

que a los más aplomados solía enjugarle, con el pañuelo que extraían tranquilamente de la casaquilla.

Faenas, en suma, de neto dominio, cuya brevedad se consideraba prenda de poderío.

Con el tiempo, iría alargándolas y llegó a invadir los territorios del arte, producto de su frecuente contacto con Juan Belmonte –verdadero mensajero del futuro–.

Pero esa no fue aún la tónica, aquella tarde crucial del 3 de julio de 1914.

En la que de todos modos se justificó, como el prodigio de la época. Y les cortó una oreja a «Coralino» y «Presumido», cuarto y sexto de la memorable corrida.

A la muerte del complicado séptimo, el gentío invadió el ruedo, rodeo al héroe y llevándolo en peso.

Protagonizó con él un conato de salida en hombros, que tampoco se usaban tal como ahora las conocemos. Palmarés y vanguardia.

En la madrileña plaza de la carretera de Aragón José Gómez Ortega totalizó, en las siete temporadas que duró su magistratura –trágicamente rota por «Bailaor»-.

81 paseíllos, de los cuales éste del 3 de julio de 1914 era el número 24.

Y cortó 19 orejas, cifra entonces desusada.

Sin poseer la fuerza innovadora de Belmonte, marcó una diferencia clara con las figuras que le antecedieron, no solamente por su clarividencialidiadora y el poder demoledor de su muleta;

sino porque su porte novedosamente jovial, esbelto y ágil rompía con la robustez más bien adusta de la gente del XIX.

En el ruedo, los únicos antecedentes habían sido los juncales Antonio Fuentes y Rodolfo Gaona, y el sonriente Ricardo Torres «Bombita»–, y anunciaba la entrada a un mundo nuevo y distinto.

Y al auténtico siglo de oro de la tauromaquia.

Así en la tierra como en el cielo. Ha volado al más allá Ennio Morricone

Ennio Morricone, nos dejó memorables bandas sonoras y una misa guaraní «Así en la tierra como en el cielo» que encabeza esta nota transida de emoción y tristeza pues no estará en el «Canmpoamor» en el príncipe de Asturias este año.

Tenía 91 años y partió. «Il Maestro» llamaba a la música que componía para el séptimo arte «música aplicata». Es ya inmortal pues cada vez que escuchemos su música está entre nosotros.

Y en el toreo se recuerda momentos memorables del maestro Enrique Ponce en cuyas faenas se interpreta música creada por el insigne Morricone.

Autor de gran parte de la Banda Sonora de nuestra vida, también de la tauromaquia. Recuerdo dos, una en el Puerto de Santamaria y otro instante en una plaza francesa.

Es posible que «Morricone» sea lo primero que se viene a la cabeza de cualquier amante del cine que piense en bandas sonoras. Compositor prolífico, ha firmado la banda sonora de más de 500 largometrajes a lo largo de seis décadas de productividad.

Sus épicas caballerescas para Sergio Leone o sus agonizantes sinfonías para Argento y Mario Bava, entre otros, fueron claves para popularizar en todo el mundo dos cosas tan, a priori, locales como el Spaghetti Western o el giallo.

Ennio Morricone

Cuenta Ennio Morricone que cuando era un estudiante de música muchos de sus compañeros le despreciaban porque se había especializado en trompeta, un instrumento considerado vulgar.

Ninguno de aquellos estudiantes consiguió destacar con el tiempo. Morricone en cambio se ha convertido en uno de los músicos de cine más importantes de la historia.

Sus melodías y canciones han trascendido el campo cinematográfico hasta el punto de que se le puede considerar uno de los creadores musicales más grandes del siglo XX. Y lo que le queda del XXI, anota Antonio Martínez en la SER

Si Clint Eastwood y el director Sergio Leone fueron los grandes artífices de la época dorada del spaghetti-western, no menos importante fue el hombre que le dio su sonido característico.

El Western

Ennio Morricone revolucionó la música del western incluyendo nuevos instrumentos como la guitarra eléctrica o el órgano, además de la innovadora presencia de los coros, los efectos de sonido o los silbidos.

Aunque el músico ya había compuesto algunas bandas sonoras anteriormente, fue su asociación con su antiguo compañero de colegio Leone lo que le convirtió en un compositor estrella a nivel internacional gracias a los spaguetti-westerns.

Con él formó un tándem imbatible y compuso, entre otras, las piezas de la trilogía del dólar.

Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo. 

El director decía de él que más que su compositor era su guionista. Muchas veces sustituía diálogos por la música ya que ésta expresaba mejor que las palabras lo que quería contar. Play/Pause

Pero el western no acabó encasillando a Morricone. El italiano ha puesto su estilo personal al servicio de prácticamente todos los géneros.

A lo largo de su carrera ha compuesto 36 bandas sonoras de películas del Oeste, más o menos un ocho por ciento del total de su obra ya que Morricone es el compositor más prolífico de la historia, autor de más de 500 bandas sonoras, trabajando durante algunas etapas de su carrera a una media de tres al mes. 

Sus composiciones constituyen la banda sonora de una era del cine, de Cinema Paradiso a Novecento o La misión. Después de estos éxitos, su caché aumentó y en el mercado americano se lo rifaban.

Morricone ha trabajado con casi todos los grandes del cine italiano, Bertolucci, Pasolini, Bellocchio, Pietri… También en el cine francés el compositor ha dejado su huella en numerosos títulos, como El profesional, de Jen Paul-Belmondo.

El cine de gángster es otra de sus especialidades

Los intocables de Eliot Ness, El clan de los sicilianos, Bugsy… y cuando su amigo Sergio Leone quiso rodar su gran película del género, Érase una vez en América, no dudó en acudir a su viejo amigo.

Por su aire nostálgico, a la par que dramático, muchos la consideran a gran obra maestra de Morricone.

El músico creo que la partitura antes de empezar a rodar y el director se valió de ella para motivar a los actores durante la filmación:

«No solo yo, actores como Robert de Niro les gusta que la música se toque en plató porque les facilita meterse en situación. Dicen que eso les hace sentirse dentro, que les ayuda de un modo especial, así que lo hacemos así y después se graba el diálogo», recordaba Leone.

El Covid19 se lleva al maestro Mario Coelho

El maestro Mario Coelho, a la izquierda acompañado de su esposa y el duque de Braganca
El torero portugués acompañado de Mario Moreno «Cantinflas». Imagen posible gracias a don Eugénio Eiroa Franco.

Ha partido el maestro Mario Coelho, uno de los grandes toreros portugueses, nacido en Vila Franca de Xira a unos kilómetros de Lisboa donde vio la luz otro grande, contemporáneo nuestro, el maestro Victor mendes.

El Covid19 se ha llevado a este exquisito torero. Contaba con 81 años.

«La Fiesta está de luto… Ha muerto el matador Mario Coelho víctima del maldito virus…», escribía Murteira Grave en el perfil de su twitter. Precisamente con esta ganadería fue su debut en Las Ventas en 1967.

«Lamento contarles que ha muerto un hermano mayor del toreo portugués», dijo en su cuenta de twiter Victor Mendes.

 Formó parte, entre otros, de las cuadrillas de Diamantino Vizeu, Manolo dos Santos, El Viti, Francisco Corpas y Andrés Vázquez, con quien brilló enormemente.

Tomó la alternativa en Badajoz, en 1967, con Julio Aparicio que lo apadrinó y en presencia del Pireo. El toro de la ceremonia se llamaba «Granjero», de Sánchez Rico. La confirmó el 14 de mayo de 1980, con toros de Cortijoliva y de manos de Frascuelo, en un cartel del que formaron parte los rejoneadores Ángel Peralta y Joao Moura. Tras banderillear, le obligaron a dar la vuelta al ruedo, como recuerda «Aplausos».

Su última aparición pública fue el pasado 29 de febrero en la presentación de un libro sobre su figura que se enmarcó dentro de los actos programados con motivo del Día de la Tauromaquia en Campo Pequeno.


  Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia en nuestro sitio web. Al seguir navegando, aceptas el uso de cookies. Más información en nuestra política de privacidad.    Más información
Privacidad