Autor: tendido7

Emotiva semblanza de Pablo Lozano de su padre

Albacete 31 10 12 Lozano

Emotiva semblanza de Pablo Lozano de su padre. Pablo Lozano, hijo, es apoderado, escultor y un hombre adusto, serio pero cariñoso, la viva imagen del padre a quien le ha dedicado unas bellas palabras ahora que «el viejo» se ha ido tras no poder vencer al coronavirus.

He visto estos días a hombres duros y de gran fortaleza ante las adversidades, hombres acostumbrados a aguantar el miedo demostrando valor, hablar de mi padre con lágrimas en los ojos y con un nudo en la garganta. He visto en todo momento cariño y respeto.

Don Pablo, como todo el mundo le llamaba,  infundía respeto, pero también cercaníahumanidad. Repartía su sabiduría con generosidad, lejos de cualquier vanidad o jactancia. En él nunca había pose, todo era natural, como naturales y directas eran siempre sus palabras.

Siempre lo vi grande. Pero ahora su figura se agiganta y compruebo con orgullo la consideración real , cariñosa y cercana con la que la gente lo recuerda. Mis hermanos y yo hemos sido unos privilegiados, ahora más que nunca me doy cuenta.

Sé que mucha gente que habría deseado despedirse de él no ha podido hacerlo y que lo lamentan sinceramente. Son la multitud de amigos que llaman y escriben con palabras que salen del corazón. Cuando termine esta horrible pandemia, no sé cuándo, si en meses o en un año, celebraremos un oficio religioso donde todos nos podamos reunir para recordarlo. Mi padre era un creyente convencido y le gustará.

Dios le tenga en su Gloria‘.

Manolo Martínez, torero inclasificable: No me cogió el toro, me cogí yo, dijo una vez

Alcalino nos recuerda una faceta del gran torero regiomontano Manolo Martínez, «el mandón».

La trayectoria novilleril de Manuel Martínez Ancira fue tan resonante como breve.

Un año justo separa la famosa novillada de selección en La Aurora (01-11-64) de la fecha de su alternativa en Monterrey (07-11-65), con don Lorenzo Garza Arrambide.

Nada menos, como cabeza de un cartel sugestivamente neoleonés, que, con toros de San Miguel Mimiahuápam, completaba Humberto Moro, el muletero de Linares.

Ese día, más nublado que luminoso, no sólo Monterrey sino todo el México tenía puesta la mirada en lo que ocurriera en el coso regiomontano, fugaz reaparición del Ave de las Tempestades para investir de matador de toros al joven Martínez: el antiguo amo del pase natural, ídolo de legiones, y la mayor promesa mexicana en dos o tres generaciones.


Desde su debut en la modesta placita de Ciudad Neza, Manolo Martínez había causado asombro y despertado ilusiones sin cuento, tan dueño se le vio desde un principio de ese sello tan personal que era, al propio tiempo, inequívocamente clásico.

Rondaba en las conversaciones el nombre de Paco Camino, para los mexicanos el artista non de la época, y cuando nos enteramos de que Leodegario Hernández, empresario de la Monumental de Monterrey, había convencido a Garza para que volviera a ceñir el chispeante a fin de apadrinar la alternativa de su paisano.

La tarde del 7 de noviembre de 1965 quedó marcada por un inesperado rito de continuidad: el viejo rey heredándole su cetro al emergente delfín.

Inesperado porque hacía lustros que nada se sabía de Garza, ni nadie iba a exigirle la reedición de sus antiguos triunfos: simplemente que cumpliera con ese papel doblemente simbólico, bajo el testimonio de un tercer neoleonés de nombre menos sonoro pero seguramente más puesto dispuesto a ofrecer el contrapunto de su sentida y templada muleta.

Si la zurda de Lorenzo había sido la más famosa de su tiempo, a Humberto Moro se le designaba en los carteles “el de la izquierda de oro».

Manuel Martínez ya había acreditado acendrado gusto por darle juego a es  misma mano que, en frase ya en desuso, era «la de cobrar» billetes grandes. Repaso lo escrito y caigo en la cuenta de cuánto nos escamotean hoy el pase natural lo mismo los ases que los maletillas.

Primer triunfo

A las cuatro en punto suena el clarín y a poco parten plaza las cuadrillas encabezadas por Garza (verde pálido y oro), Moro (corinto y oro) y Martínez (negro y oro).

Los saludo un clamor estentóreo, que da paso en seguida a espeso silencio de expectación, roto por una ovación que los llama a los tres a saludar desde el tercio.

Y ya asoma «Traficante», con 450 kilos y la promesa de develar los alcances del nuevo fenómeno. Y 

Manolo Martínez no se hace esperar, desafía al de Mimiahuápam desde los medios y, muy parado, da suave vuelo a su capote en verónicas de corte clásico, que clausura con media muy torera.

Bravo se comporta el de Barroso Barona con los caballos, y bravíamente regiomontano el catecúmeno, que en las meras barbas de Lorenzo Garza se echa el capote a la espalda a la manera del Ave de las Tempestades y carga la suerte en gaoneras de alcurnia, con ganancia de terreno y opulenta revolera como remate.

Tiene prisa el joven porque el segundo tercio se cubra con toda presteza, pero no su padrino, que calmosamente recoge muleta y espada, cumplimente al juez y dedica a Manolo un largo parlamento en el que se adivina particular cordialidad.

Ya tiene México un nuevo matador, que manda cerrar a tablas al burel y lo saluda con varios ayudados por alto echando la pierna adelante y haciendo saborear al suerte.

Y en los medios, qué manera de correr la derecha para trazar la curva amplia del derechazo en varias tandas de amplio y templado discurrir, rematadas con largos pases de pecho igualmente derechistas.

El toro es muy noble, y no faltará la teoría de toreo izquierdista, rematado asimismo sin cambiar la muleta de mano.

El chico está a gusto, la gente feliz y «Traficante» no da muestras de agotamiento y continúa embistiendo de maravilla, confirmación de que los toros mejoran y van a más cuando se les trata con tan cuidadoso mimo.

La duda estriba en la capacidad de Manolo para honrar la categoría de matador que acaba de  tomar, pues como novillero han sido más sus faenas malogradas con la espada que las que coronó dignamente.

El pinchazo confirma temores, pero, enseguida, tres cuartos de acero bien arriba dan por tierra con el mimiahuapense y hacen que el tendidos se vistan de blanco y la autoridad conceda la oreja.

¿Será presagio de un futuro abundante en dianas y trofeos? El padrino sonríe satisfecho mientras el ahijado, emocionado, da la vuelta al ruedo mostrando el apéndice obtenido bajo una cálida, inacabable ovación.
La cornada

Aunque Manolo ya había sido calado, precisamente en la ejecución de la suerte suprema y por un novillo de Santo Domingo con el que estaba repitiendo el triunfo de su presentación en la Plaza México (27-06-65), la que le asestó el sexto de la tarde de su alternativa fue más fuerte e inesperada. 

Mimiahuápamque envió un encierro de alta nota para la ocasión –don Luis Barroso había acogido a Martínez con gran generosidad, en una época en que los ganaderos de tronío no desdeñaban tutelar los primeros pasos de un prospecto prometedor.

Se encontró como sexto con otro ejemplar estupendo, al que el recién doctorado estaba muleteando a placer cuando, en el primer pase de una tanda con la diestra citando desde largo al bravo ejemplar tlaxcalteca, un parpadeo, una pequeña duda de ésas que no perdonan los toros de buena casta, hizo que el astado lo sintiera, estirara el cuello y lo ensartara por el muslo izquierdo, asestándole una cornada de 30 centímetros que, sin lesionar vasos importantes, dejó el fémur al descubierto.

Se truncaba así una tarde que pudo ser de triunfo definitivo para el nuevo doctor, que pálido de dolor pasó a la enfermería, mientras Garza despenaba a su heridor tras unos cuantos muletazos.

Una tarde para el recuerdo

Lorenzo acreditó su clase y hasta fresco se vio, conquistando a cambio la oreja de su primer adversario con el que, con capa y muleta, había tenido mucho más que destellos de su legendaria solera.

Estuvo diligente y cumplidor toda la tarde, sorprendiendo  a quienes ya nada esperaban de sus muchos años y una larga vigilia sin torear.

Humberto Moro, a quien correspondió el peor lote, luego de provocar olés estentóreos y hasta sombreros rodando por la arena al quitar por dormidas chicuelinas en el primer toro de Garza, obsequió un séptimo, también de Mimiahuápam y de magnífico estilo, que le permitió correr su templadísima mano diestra con sabor desmayo, y cobrar, tras eficaz estocada, el tercer apéndice de la histórica corrida.

Hermoso final para una tarde con guiños luminosos al presente, el pasado y el futuro. El cual, más allá del inoportuno percance, no podía ser más promisorio para el nuevo matador.

Reveladora entrevista

Desde México, se la hizo a Manolo Manuel García Santos. Fue breve iba a mostrar tanto la clase de torero que ya era el regiomontano como las razones por las que la corrida no tuvo la cobertura esperada por los principales medios capitalinos.

García Santos: «–Siempre que en la plaza hay una cornada, el torero ha cometido un error»–expresó Domingo Ortega… –Los toros no cogen a los toreros.

Somos nosotros los que cogemos a los toros–, afirmó Antonio Márquez… Dos cosas quedaron de manifiesto: a) El toro avisa siempre antes de coger… b) Si el torero no sabe por qué lo ha cogido el toro, entra en su espíritu la duda y hace su aparición el miedo…

Estuve con Manolo Martínez en la ganadería de Mimiahuapan (sic) viendo, antes de que la embarcaran, la corrida que iba a ir a Monterrey… Una corrida con trapío, muy igualada, graneada a su tiempo y con esa encornadura que los toreros califican de cómoda.

Yo escrutaba a Manolo Martínez mientras él miraba y remiraba a los toros y sólo pude verle satisfacción en el gesto… 

Decidimos un grupo de amigos asistir a la corrida y adquirimos los boletos de avión.

Pero el domingo en la mañana, después de tres aplazamientos en la salida de la aeronave, por el mal estado del tiempo en Monterrey. Decidimos no efectuar el viaje.

¡No había seguridad ni en el aterrizaje ni en que el tiempo permitiera la celebración de la corrida! ¡A qué emprender un vuelo que podía ser inútil!
Fuimos a la corrida-concurso de ganaderías a Tlaxcala.

Y por la noche, en México nos enteramos de que Manolo, que había cortado la oreja al toro de la alternativa, había sufrido una cornada en el sexto. Telefónicamente nos comunicamos con el sanatorio donde lo habían operado.

–¿Qué pasó, Manolo?… –Nada. La corrida salió muy  buena. Garza cortó la oreja a un toro y Humberto Moro a otro. Los dos salieron a hombros de la plaza. Yo le corté una oreja al toro de la alternativa y el otro me cogió. Una cornada limpia. Estaré bueno pronto.

–¿Por qué te cogió el toro?–… –No me cogió. Me cogí yo solo… 

–¿Qué pasó?… –El toro era muy bueno, estaba haciéndole cosas, me engolosiné y lo cité de muy largo, lo aguanté y le di un gran muletazo. Repetí más de largo, no lo aguanté lo necesario y el toro me vio y me la pegó… Cuando reaparezca repetiré ese lance.

Lo que no repetiré será el dudarle ni un segundo. ¡A los toros la menor duda les muestra la diferencia entre el engaño y el cuerpo!…

Ya está tratado, por Manolo Martínez, el tema que tanto me interesaba desarrollar. Ojalá sirva para evitar algunas cornadas de ésas que no dan los toros… (sino) que se dan a sí mismos los toreros. (Lunes de Excélsior, 13 de noviembre de 1965).

Manolo Martínez sufriría, a lo largo de su carrera, 15 cornadas de diversa gravedad. Seguramente no lo traicionó la cabeza de torero que revela este breve diálogo sino el compromiso de defender su sitio de primera figura.

Lo que el regiomontano ya pintaba para ser desde que tomó la alternativa.

Otro crespón en el toreo. Ha muerto Tinín, un rebelde con causa. «Tardé 20 años en perdonar a mi padre»

El matador de toros madrileño José Manuel Inchausti, ‘Tinín’ , ha fallecido este domingo a los 74 años de edad, después de luchar contra la enfermedad que finalmente lo venció.

A él que fue un hombre de retos y que para el recuerdo queda ese pasodoble en su honor cantado nada menos que por doña Rocío Jurado.

Panorama Taurino habló con el veedor Tinín, que en tal calidad vino varias veces a Colombia representando a un torero.

Hoy hablamos con un torero que supuso una irrupción descomunal en los años 60 arrasando en Madrid y en todo el orbe taurino. Hablamos con Tinín, una figura indiscutible durante su corta trayectoria en los ruedos pero cuya hoja de servicios deja clara su dimensión.

En la actualidad es uno de los veedores más reputados de nuestro campo bravo.

¿Tinín, cómo lleva el confinamiento?

Cómo lo voy a llevar, mal. Hay que cumplir lo que nos indican las autoridades sanitarias y yo soy uno más, cumpliéndolo estoy. De salud bien, sin salir es muy difícil que te contagies.

¿No está yendo al campo?

Voy al campo con la autorización que me dan los ganaderos para hacer una función determinada: ver toros o tentaderos. No hay más opciones que las que marcan. 

¿Se lleva peor al estar siempre en la carretera?

Hay que asumirlo. Este año no se va a pasar en blanco porque habrá algún festejo en agosto y septiembre. El negocio está por los suelos, no sólo nuestro negocio, así está todo el mundo.

¿Cómo va a afectar esto al mundo del toro?

Mucho, el año va a ser nefasto. La suspensión de una Feria hace mucho daño, ya sea Chinchón o Pamplona. Mira las ferias que se han suspendido ya: Madrid, Valencia, Castellón, Murcia, Albacete, Sevilla… Lo que se de va a ser muy reducido.

Ojalá las ferias que nos quedan como Palencia, Valladolid, Logroño o El Pilar puedan dar algo y algunos pueblos también. Todo se va a reducir y es normal. El empresario cómo no se ponga de acuerdo con el Ayuntamiento o la Diputación no va a dar toros.

Un empresario particular no se va a jugar su dinero y la responsabilidad la van a tener que asumir los organismos públicos. Esto no lo veo bien pero es natural que sea así.

¿Qué tiene que hacer el mundo del toro para hacer frente a la crisis?

Hablar con las administraciones para rebajar los impuestos. El toro es el segundo espectáculo de masas que más IVA paga, se paga una barbaridad de Seguridad Social, se paga una barbaridad de médicos, de veterinarios… O las administraciones ayudan para bajar esto o no queda otra que reestructurar el toreo por completo.

Con este Gobierno es difícil pensar en una ayuda. ¿Cómo se llevaría acabo la reestructuración en el mundo del toro?

Va a ser muy complicado, no creo que el Estado nos ayude mucho. Hay que volver a los pueblos, allí se hacen los toreros. Se deben dar novilladas sin caballos, las escuelas ayudan a quitar a los chicos de la calle y les dan una profesión.

Tenemos que reestructurar la fiesta en los pueblos, ahí está la base de todo.

Los toreros deben bajar su dinero, los ganaderos también, todos… 

¿Tinín, qué le parece la idea del Gobierno Andaluz basada en reducir el número de integrantes de las cuadrillas?

Quitando las figuras del toreo que sí pueden asumir el dinero de las cuadrillas, y quitando los 5-6 toreros que se acercan a esa condición, no supone lo mismo este dinero para todos.

Un novillero que torea 50 asume mejor que uno que sólo cobra un día los 4800 euros de los mínimos. No es normal que un subalterno cueste igual a un torero que cobra los mínimos y torea 1-2 que el que es figura y torea, por otros dineros, 50.

Estoy de acuerdo con la reestructuración del mundo de los subalternos, sabiendo que son indispensables. 

En México, que es el segundo país que más festejos da, no hay novilladas sin picadores. Empiezas en el campo y pasas a novillero con picadores del tirón. Cómo hay dos toros hay dos banderilleros, un picador, no hay mozos de espadas, no les pagas ningún gasto.

Contratan al subalterno y le dicen que a las 3 de la tarde tienen que estar en Tijuana. La cuadrilla va por su cuenta, se paga sus gastos. El mozo de espadas suele ser un amigo que no cobra, los de las figuras sí cobran. 
Aquí hay una Unión (UNPBE) muy arraigada.

¿Por qué vale igual un banderillero malo que uno bueno?

Los toreros buenos cobran más que los malos. Si ellos dicen que son buenos, que no dudo que los haya, que lo demuestren delante del toro. Cómo hay más banderilleros malos que buenos les dicen a los buenos, que son menos, que mandan ellos porque son 900 frente a 100 y manda la democracia. En esas condiciones mandan los que no van al toro.

¿Cómo lograr cambios?

Ésa es la lámpara maravillosa de Aladino. Dicho esto yo empezaría con un banderillero por toro, un picador y un mozo de espadas. Ahora el mozo de espadas tiene un ayuda y hasta el ayuda tiene quién le ayude.

Las figuras lo pueden pagar pero los demás no, eso es así. Hay que reestructurar esto porque es inviable económicamente. Los pueblos se están plantando cómo ha mostrado el Foro de Novilladas. Sí, hay que reestructurar todo para que esto sea viable o el futuro es regular siendo optimista.

¿Cree que los empresarios deben cambiar también?

Si les gusta esto y han ganado dinero deben poner sus dineros para invertir en esto, ayudar a la Fiesta. Casi todos los empresarios solventes que tenemos en el país han empezado de la nada. Han ido progresando, han sido listos, han arriesgado… el que se ha hecho rico debe reinvertir una parte de su dinero en garantizar el futuro de la Fiesta.

¿Tinín, las figuras deben ser más generosas?

Por supuesto. Su condición de figura es indiscutible, son los que llevan a la gente y los que mantienen la Fiesta. Deben bajar los dineros que cobran.

Tú vas a una corrida de toros con figuras y no hay gente y la figura es capaz de quitar un millón-dos-tres de pesetas mientras que todo el resto del conjunto taurino no rebaja nada.

A un ganadero le puedes quitar medio millón pero dos millones no porque muchas veces es lo que les pagan por la corrida. Una figura sí puede quitarse porque son los que más ganan.

¿Cree que eso siguen haciéndolo cuando no hay gente cómo se hacía antes?

A lo mejor con un Ayuntamiento son más duros pero con los empresarios concretos suelen acoplarse. El resto de los toreros no puede quitarse nada porque no lo tienen.

No cree que quitan el dinero sólo a los empresarios de su grupo
Me estás metiendo mucho los dedos pero creo que hay un cierto monopolio empresarial.

¿Cómo cree que va a evolucionar esto de cara al futuro?

Lo veo mal, veo que esto no se va a recuperar en dos años por lo menos. El Gobierno no ayuda, destruye la Fiesta porque no les gusta, con Iglesias a la cabeza. Además los antitaurinos se están creciendo pese a que no se sostienen con lógica de ninguna manera. Siguiendo sus teorías, a nosotros nos comerían los animales.

El maestro Tinín trabaja como veedor. ¿Cómo ve la situación del campo en la actualidad?

Muy mala. El ganadero tiene que seguir gastando porque el ganado requiere comida, veterinarios, personal para manejarlo… son los verdaderos perjudicados de esto. Da pena ver cómo matan la mitad de los animales. Se va a pasar de casi 500 corridas de toros a la mitad por lo menos. 

¿Qué solución hay para esto?

Empezaremos porque el Gobierno nos trate de la misma manera que a los demás. No es normal que la distancia social sea de 2 metros y a nosotros nos metan 9 metros cuadrados. Con un 50% que dejaran en el aforo, con un buen ajuste económico de todos, se podrían dar las ferias reduciendo el número de festejos.

La pena de esto es que torearán sólo las figuras y los chavales que empiezan o que están creciendo se van a quedar parados. 

Si por ejemplo dieran Zaragoza, Logroño, Palencia, Valladolid, que yo entiendo que se deberían dar, al 50% de su aforo se podría bajando los impuestos y apretándonos todos.

Ruedan por las redes fotos de la Gripe española, que no era española, con gente en los toros con sus mascarillas puestas. Creo que con la gente equipada, con la distancia de seguridad adecuada, y con los ajustes necesarios, se podían dar toros. 

Nos “marchamos” a su carrera. Maestro Tinín, ¿cree que hay menos competencia ahora que en su época?

No lo sé, competencia siempre hay. Lo que sí te puedo decir que la relación entre los toreros era diferente, ahora hay más amiguismos. A mí nunca me han dado una palmada en el culo ni un beso en el patio de cuadrillas.

A mí nunca se me ocurrió llegar a Antonio Ordóñez o Girón y darles dos besos y una palmada en el culo, eso es lo que veo ahora.

Los besos se les dan a las mujeres, a tu madre, a tus hermanas y a la gente que quieres. ¿Tinín, un beso qué demuestra?

Al que le doy un beso es porque le quiero, sea hombre, mujer o lo que quiera. Eso no lo entiendo ni lo entenderé nunca. Prefiero morir con mi idea, será rancia, pero el toreo que yo recuerdo era de hombres y de tíos de verdad.

Antes una mano valía más que cualquier contrato, ahora firmas y no vale para nada. Esa parte de hombría no es tan antigua, es de los 60-70.
En el campo, no sólo en el toreo, los tratantes se daban la mano y eso valía más que cualquier contrato. Ahora es casi un cachondeo.

Tinín, usted irrumpe en el toreo como un torbellino frente a los Girón, Ordóñez, Ostos, Camino…

Había 20 figuras del toreo, maravillosas todas. Ordóñez, Camino, El Pireo, Puerta, El Cordobés, Gregorio Sánchez, Miguelín, Jaime Ostos, Andrés Vázquez, Aparicio, Litri, Fuentes, Paquirri, Palomo, El Pireo y algunos se me quedan en el tintero. Miguelín era maravilloso y nadie le ha echado cuentas. Paula, Romero, César Girón que era de los mejores que he visto y con más cojones que nadie. 

Había un periodista que era Guillermo Carvajal, del diario Pueblo, que a todos los toreros les ponía un sobrenombre que identificaba al personaje: El niño sabio de Camas, La Muleta de Castilla, Diego Valor, El Divino Sordo (El Pireo)… Había otro periodista estupendo que era Cañabate, el difunto Vicente Zabala que fue un gran aficionado.

Para algunos serán hijos de puta, no te lo niego, pero siempre decían la verdad que veían, se equivocaran o no.

Tinín llega al toreo cómo un torbellino. Corto cuatro orejas en Madrid. Y de ahí la lía en Sevilla con los Maestrantes.

Corté tres orejas, Riverita, que toreó un novillo de Núñez maravillosamente con la izquierda, corta una igual que Paquirri. Con la euforia nos cogen a los tres a hombros y a mi me llevan a la Puerta del Príncipe.

Los maestrantes decidían quién salía o no con el presidente. Me había ganado la salida pero los maestrantes tenían una pequeña decisión. Cómo me apellido Inchausti y eso sienta mal en el toro, más si yo corto más orejas que los de la tierra, me lo niegan.

Con mis 18 añitos, a 6 días de tomar la alternativa, dije que mi derecho no me lo quitaba nadie. 

Me tiré al suelo, salté la barrera y salí andando por la Puerta del Príncipe. De ahí me cogieron a hombros hasta el hotel Colón. A partir de mi rebeldía con razón se dijo oficialmente que el que cortara tres orejas saliera a hombros, fuera de dónde fuera.

La mentalidad cambió por la normativa.


Su carácter rebelde le costó muchos disgustos.

Tuve problemas con Chopera en la parte económica pero la vida sigue. De los tres rabos que se han cortado en San Sebastián uno le corté yo. De las siete corridas de ese año yo toree cinco o seis.

Le dieron una cornada a Camino y otra a Puerta y yo no estaba anunciado con ellos. Yo estaba en la que corté el rabo, con Ostos y El Cordobés, y en la otra con El Pireo y Jesús Córdoba. Al estar lastimados los dos y cortar un rabo, cogí dos sustituciones de Puerta y otra de Camino cortando 9-10 orejas y un rabo en toda la feria. 

Esos cuatro años que arranca se pone de figura.
No sé si de primera figura pero cerca.

Tinín, su currículo asusta.

Eso está ahí pero el figura es el que más dinero gana. Yo hice méritos para ganar dinero pero no lo gané. Tú no eres figura de verdad hasta que pasan cinco años, ahí tienes los cimientos bien fraguados.

Ahora con un año se llaman figuras, usted es una mierda. Esto no es cómo los cantantes que se hacen ricos con un disco, aquí te tienes que ganar todo cada día mucho tiempo.

Usted venía arrasando de novillero y siguió de matador.

He tenido la suerte de que los toros me cogían mucho pero no me calaban. Tenía la suerte ésa y la de que me saliera el toro bueno en la tarde adecuada. Ese punto de suerte, de estrella o cómo lo quieras llamar te debe acompañar en el momento adecuado.

Joven, reventando Sevilla, mil veces Madrid y de la mano del empresario más fuerte, ¿qué pasó?
Me rebelé contra él por la parte económica y eso me costó un poco la carrera.

¿Se arrepiente o le quitó lo que no debía?

El responsable de las cosas que te pasen eres tú, nadie más. Todo lo demás son paños calientes y querer justificarse con uno mismo.
Le entiendo hasta cierto punto. Si me juego la vida y me quitan lo que es mío, no es culpa mía.

Pablo Lozano «La muleta de Castilla», partió a los 90 años. «Si no existieran los toros para qué viviría uno», sentenció. Rincón: «Desolado, me quedé helado con la noticia»

Sentado, rodeado de quienes formó o fue consejero, Manolo Caballero, El Cordobés, César Rincón, Espartaco y su hijo Fernando

Se ha marchado «La muleta de Castilla», torero, apoderado, criador de reses bravas y un sabio en estos campos del toreo tan elusivos para los mortales.

Don Pablo estuvo muy ligado con sus hermanos Eduardo y José Luis a Colombia pues «La CASA LOZANO» dirigió los destinos de La Santamaría en un largo trecho de la rica historia del coso bogotano.

Estuvo vinculado a la carrera de Palomo Linares y desde que tomaron las riendas del manejo del maestro Rincón, Don Pablo lo acompañó hasta esa corrida maravillosa en BARCELONA CON José Tomás y Serafín en la que salió de la monumental en hombros en la que se constituyó la última corrida en Europa del maestro bogotano.

Don Pablo que era una biblia en tauromaquia, tiene sin fin de anécdotas. Una de ellas: en un tentadero, ni el torero ni los «capas» podían con una becerra, exasperado, don Pablo gritó : Que pase uno que sepa.

En otra ocasión en la que un torero «bordaba» a su manera al toro sin «decir» nada :, el viejo torero dijo a sotto voce: Este (refiriéndose al coleta), tiene UN AMIGUETE y ni siquiera así puede «

Don César no sale de la sorpresa : «Qué palo tan grande. Ufff. Cuánto lo siento. Qué tristeza. Qué nostalgia me da esta vaina. Cuando llegué de niño a España en 1981 fue a la primera persona que tuve contacto del mundo del toro. El que me marcó un camino, mi punto de referencia.

Todo era como él decía que era». Y entre sollozos recuerda: «Viajábamos juntos por entonces a Alcurrucén, en aquel año era la única finca que tenían.

Delante conducía don Pablo con su señora y detrás viajábamos Luisma, Fernando y yo. Hace poco organicé un tentadero en El Torreón sólo para verle, para que torease Ureña. Me quedé helado».

PABLO Lozano «La muleta de Castilla», PRIMERO A LA IZQUIERDA, CON PALOMO AL EXTREMO Y EN EL MEDIO EL TAURINO «El Pato»

Los compañeros de Patrimonio Taurino conversaron con don Pablo «La muleta de Castilla», hace muy poco :

Seguimos con nuestra serie de “Leyendas en el confinamiento” hablando con Don Pablo Lozano, La Muleta de Castilla. Un torero que dejó impronta de figura en sus años en activo y con la enorme capacidad de crecer en el toro alcanzando el grado de figura como apoderado, empresario y ganadero. Con él repasamos la situación del toreo actual y una vida entregada al toro.

¿Cómo lleva el confinamiento?

Viendo a ver qué pasa con el virus. Yo aquí estoy muy bien, es un encierro muy especial en medio del campo. 

Hablamos de los toros a puerta cerrada y La Muleta de Castilla nos relata una práctica muy habitual en su casa.

Es algo que nosotros hemos usado mucho con los toreros de la casa. Empezamos nosotros porque nos permitía corregir muchas cosas a los toreros de la casa que luego en la plaza no podíamos, allí son ellos los que deben resolver por sí mismo. 

En cuanto a emitirlo…

Televisar sin nadie es algo que veo muy soso, aunque el torero pegue pases muy buenos aquello no tiene color. Sin el ole, sin el ambiente que solo te da la plaza no es lo mismo. Hacer corridas de toros a puerta cerrada es algo que veo muy triste.

Para mí televisar a puerta cerrada es tirar la fiesta por los suelos, tenemos que aguantar lo que nos ha venido. En la fiesta debe haber vida, colorido, que la gente aplaude, comenta, chille… El toreo como una cosa muda no lo veo. 

Es partidario, por lo que dice, de aguantar.

Sí, la cosa ha venido así y hay que aguantarlo. El año que viene Dios dirá.

En estas circunstancias muchos ganaderos mandan reses al matadero, ¿ha mandado usted a alguno?

No, no he matado ninguno. Si acaso se lo regalamos a un torero, que lo mate y le sirva de algo. Para mí mandar un toro bravo al matadero es un crimen. El toro bravo debe ser para lo que es, hay que torearlo. Tú piensa que a un muchacho, sobre todo si está empezando, le sirve mucho torear a un toro.

¿Cómo ve el futuro de la fiesta?

No lo sé, es algo que no sabe nadie. No hay afición, sobre todo entre los profesionales. Hay uno que viene con dinero, coge toreros y monta corridas pero no hay afición alguna. Sin afición eso no vale para nada.

No es su caso.

Yo si veo a un chaval torear, en el campo o en la plaza, y me gusta intento ayudarle. Si puedo enseñarle a torear lo hago, es nuestra vida. La fiesta está un poco muerta y hay que resucitarla. Eso se logra echando un toro bravo y un torero muy bueno, en eso se basa. Si eso se une la gente va a la plaza.

Don Pablo nos habla de cómo usó esa fórmula en Madrid.

Mira, nosotros nos basábamos en esto (toro bravo y torero bueno) y nos fue de maravilla. Hasta ahora la mejor época de la plaza de toros de Madrid fue la nuestra. Venían de América y de todo el mundo pidiendo entradas y costaba encontrarlas. 

Nosotros teníamos muchos compromisos y, tras acabar el papel, teníamos que buscar nosotros el papel en la reventa para cumplir con ellos. Ahora sobran entradas en todos los lados.

Dicho esto, es una fiesta grande de verdad pero el éxito se logra con afición del empresario, afición del torero y del ganadero. Sin esa afición no lo vives.

Pero todo llevará su tiempo.

Sí, esto ha sido una desgracia de la que el torero necesitará mucho tiempo para recuperarse. Para mí el centro del toreo está en Madrid y si allí se hacen las cosas bien el toreo va para arriba. El francés llegó, puso mucho dinero y ha hecho lo que ha hecho, no ha podido hacer más.

Si esto se quiere ser como era todos deben colaborar, también la Comunidad, y poner cada uno su granito de arena.

¿No le gustaría volver a Madrid?

Tengo tres hijos a los que les gusta esto mucho. Si a mis hijos les gustara a mí también pero con los 90 años que tengo no tengo edad para ser empresario en ningún lado (risas). Bueno, si fueran, iría yo también, seguro que estaríamos de arriba para abajo (risas)

Como hace en la ganadería. La entrevista se concertó mientras el maestro vigilaba su ganado.

Por supuesto, si no existieran los toros para qué va a vivir uno. Desde que tengo uso de razón mi vida han sido los toros. Desde que me puse delante de un becerrito no me he separado del toro y no lo haré hasta que Dios quiera que ya no siga aquí.

Repasamos ahora una carrera corta para lo que se entiende hoy pero que dejó la impronta de una figura, La Muleta de Castilla.

Mi carrera no fue corta, duró lo que duró. Me pegaron mucho los toros, una cornada muy grande en Figueras que me dejó un año sin torear. Luego me dieron unas fiebres tifoideas que me dejaron otro año en blanco, todo eso merma. Esto te va quitando el valor, las ganas de querer ser. 

Lo que no pude hacer lo he suplido con los toreros que he apoderado, he disfrutado de la vida del torero. Hemos llevado toreros muy buenos, gracias a Dios, y hemos podido vivir el toreo bien de verdad.

Su época sería corta, durísima en compañeros, pero el nombre ha quedado.

Tuve unos inicios muy buenos, también de novillero. El cartel de Ordóñez, Manolo Vázquez y yo se repitió mucho. Con Litri y Ordóñez no pude torear porque Camará no me dejaba torear con ellos. 

Con Aparicio toree una vez en Albacete porque me llamó el empresario ya que Litri se puso malo. Tuvo que poner guardias porque Camará no quería que entrara yo. Fue la única vez que toree con él pero con Ordóñez y Manolo Vázquez, como te decía, sí y se dio muy bien. La pena es lo que me mermaron la cornada y la fiebre.

En su faceta de apoderado llegó arriba.

A nosotros nos gusta mucho el toreo, hemos sido torero y es nuestra pasión, eso influye. Coger a un chaval, enseñarle a torear y verle que llega a figura del toreo es una alegría muy grande y con nosotros se ha repetido varias veces. Es una satisfacción enorme.

Figura de los empresarios.

Volvemos a lo mismo, la afición. Estar tantos años en Madrid y dejar el recuerdo tan bueno es una satisfacción enorme, batiendo récords. 

Y de los ganaderos.

Hacemos lo que podemos (risas). Mi vida es el toro y no sé cómo hubiera sido mi vida o ni si hubiera vivido, lo que sé es que sería una vida muy triste. Mi vida es el toro.

¿Por qué Núñez?

En nuestra época de toreros era lo mejor que había. Teníamos la ilusión de tenerlo y lo tenemos. De vez en cuando sale alguno que dice “aquí estoy yo” (risas). En Madrid han salido toros muy buenos. Es una ganadería un poco difícil de llevar porque hay que exigirle mucho y si hace alguna cosa rara no debes tener sentimiento para quitarlo del medio. Estamos muy satisfechos con la ganadería, es el toro que queríamos desde toreros.

¿Por qué es tan difícil de llevar?

Ser ganadero es difícil y más si somos tres. Lo que está claro es que si exiges sale la recompensa pero debes ser muy duro con el ganado.

En estas facetas empresariales siempre de la mano de sus hermanos, ¿cómo lograr no discutir tras tantos años juntos?

Discutir hemos discutido muchas veces pero sin llegar la sangre al río (risas). Cada uno lo hemos visto de diferente manera pero llegábamos a acuerdos. Con los años que nos quedan, creo que aguantaremos juntos (risas).

La muleta de Castilla nos habla del torero perfecto.

Para mí el torero perfecto no existe, sale de lo mejor de 10-12 figuras del toreo que puedas coger. He convivido y toreado con toreros extraordinarios pero cada uno destacaba en una cosa.

Había mucho pique.

Sí, muchísimo. Las figuras del toreo no podían estar más de 4-5 años porque salían muchos toreros muy buenos apretando que pedían su paso. El que durase un torero más de 5-6 años era algo excepcional porque te apretaban, te apretaban y no durabas más. Esto de 20-25 años en las carreras es la desgracia del toreo porque no salen nuevos.

¿Por qué no salen?

Porque está esto muy mal. Tú ahora llegas a una empresa con un muchachito nuevo y le echan un corridón de toros. Eso no puede ser, si está empezando tienes que echarle el novillo que le corresponde en tamaño y, si es posible, bueno. Eso hará que el torero vaya creciendo, que se confíe y cuando se quiera dar cuentas está matando toros en las ferias más importantes y es un figurón del toreo. Nosotros hemos hecho eso con 4-5 toreros y nos ha salido muy bien.

Ahora con Álvaro Lorenzo.

Tiene todo para ser figura del toreo, todo está en que él se sacrifique o no. Tiene cuerpo, tiene arte, tiene todo pero yo que sé, el ser figura es ser un elegido de Dios. Torea muy bien y nos llaman para decírnoslo.

El día que tuvo suerte en Madrid no lo aprovecharon porque le metieron luego dos corridas en las que no pudo hacer nada porque no fueron buenas. Todavía no es tarde, es un torero al que le tengo mucha fe.

En un acto de descubrimiento de un azulejo en Las Ventas para honrar a la ganadería de Alcurrucén.. José Luis a la izquierda, al centro Eduardo y don Pablo Lozano el primero por la derecha

ESPARTACO, TRISTE Y ACONGOJADO CON LA NOTICIA

«Fue todo para mí. No tengo palabras. Soy lo que soy por él. Espartaco no hubiera sido Espartaco. Ni siquiera torero. Ni hubiera ocupado el puesto que ocupe en el toreo. Junto a mi padre fue la clave de mi carrera.

Me enseñó a sobreponerme personalmente a las adversidades, a los miedos, a las incertidumbres del toro».

Y concluye: «Probablemente más tarde vengan otras palabras más justas y generosas para con quien me dio todo.

Hasta hace nada me llamaba todos los días para preguntarme por mi padre, que anda luchando también contra una enfermedad. Fue siempre de una grandeza humana fuera de lo normal».

UNA PINCELADA DE SU RICA VIDA

Pablo Lozano «La Muleta de Castilla», tomó la alternativa en 1951 en la plaza de Barcelona, con toros de Samuel Flores, con Manolo González y Martorell como padrino y testigo. «Tirano», número 137, se llamó el toro de la ceremonia. Un año más tarde, el 18 de mayo, confirmó en Madrid de manos de Antonio Bienvenida y en presencia de Paco Muñoz, con toros de Ignacio Vázquez de Pablo.

Su gran éxito llegó en la corrida del Montepío de julio de 1957, cuando se encerró con seis toros de Barcial y cortó cuatro orejas.

Le apodaron «la muleta de Castilla» por su sobriedad y sentido del temple. Temple en los ruedos y en todas las facetas de la vida.

El maestro con su hija María y don Pablo Lozano

Al oído de nuestros gobernantes: La importancia de la tauromaquia como arte, economía, convivencia.

Al ido de nuestros gobernantes: La importancia de la tauromaquia como arte, economía, convivencia. El rejoneador y empresario Luis Miguel Londoño ha suscrito esta petición para que las autoridades de gobierno nos oigan, nos atiendan y comprendan que defender la tauromaquia es defender la convivencia y la promoción de valores.

Carta de Luis Miguel Londoño. Suscríbanla, por favor.

La economía de la tauromaquia en el país es innegable.

Tan solo en Bogotá la temporada taurina sube hasta un 212%.

Los informes de ventas en restaurantes cercanos alrededor de la Santamaría, y además de mover la compra de la indumentaria para asistir al evento.

Hasta las cenas y el licor para quienes celebran el cierre de la faena. 

Cabe recalcar que la fiesta brava da pie para que muchos comerciantes informales que venden botas, ponchos, manzanilla, cojines, capas, entre otros artículos, en las inmediaciones de la plaza según el Dinero.com.

La importancia de la tauromaquia,

El toreo defiende el arte, la cultura, la tradición, la economía, la ecología y la libertad.

Esta en nuestras manos defender la raza del toro bravo, los paramos, sabanas y demás ecosistemas en los que convive con especies en peligro de extinción.

Esta en nuestras manos defender la cultura que viene heredada desde el siglo XVI, esta en nuestras manos defender el empleo que genera el toro dentro y fuera de la plaza, esta en nuestras manos defender la tradición para no escribir nuevos libros y desaparecer lo que siempre hemos sido.

En nuestras manos esta defender la libertad en este país y acabar con la censura con superioridad moral.

Con tú firma podemos demostrar que no somos tan pocos como quieren hacernos parecer, está en nuestras manos salvar la fiesta brava en Colombia.

Todos como aficionados, vendedores, toreros y demás, no podemos permitir que se nos acabe, se nos esconda y se nos estigmatice por nuestra forma de ser, por nuestros gustos, por nuestro trabajo dentro del mundo taurino y por nuestras aficiones. 

Los taurinos jamás hemos demostrado odio ni violencia, nunca incitaciones y por ello acudimos a esta recolección de firmas virtual para mostrarlo ante los entes gubernamentales en dado caso que el mal llamado animalismo tome medidas para prohibirnos durante este año.

Tenemos que ganar la lucha por la libertad cultural en la República de Colombia.

60 años de pintura de Botero en una gran exposición en Madrid del maestro colombiano

La exposición Botero 60 años de pintura, producida por Arthemisia con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, recorre seis de las más de siete décadas, de la extensa trayectoria del artista colombiano Fernando Botero (Medellín, 1932). 

Comisariada por Cristina Carrillo de Albornoz con la colaboración de Lina Botero, se compone de 67 obras excepcionales, todas de gran formato, que provienen de diversas colecciones privadas.

La muestra, la más extensa hasta la fecha en España, será una ocasión única, dado que la selección ha sido aprobada por el propio maestro.

Quien invita a contemplar su obra a través de sus ojos, como si fuera un Museo “imaginario” de Botero.

El recorrido se divide en siete secciones, correspondientes a los temas más característicos de su obra, que conectan con su fascinación y constante estudio de los temas clásicos de la historia del arte. 

América Latina, el tema central de su carrera; las Versiones que realiza a partir de obras maestras de la historia del arte; las Naturalezas Muertas, uno de sus géneros pictóricos favoritos; la ReligiónLa corrida, el Circo, tres temas universales de la pintura de los que realiza lecturas completamente originales y que le atraen fundamentalmente por su fuerza pictórica y porque le ofrecen infinitos retos y posibilidades plásticas como experimentar con la técnica, la composición, la sensualidad, la forma, el volumen y el color.

Acuarelas sobre lienzo, la séptima sección  permitirá contemplar su obra inédita más reciente. 

No por casualidad, su carrera comenzó pintando acuarelas, la técnica más popular por entonces en Colombia.

La gran diferencia en esta última serie de acuarelas radica en que Botero las realiza en un gran formato y no sobre papel como es habitual, sino sobre lienzo.

Están tratadas a modo de verdaderos frescos, técnica que estudió en sus años de aprendizaje en Italia (1953-1956). 

La exposición Botero 60 años de pintura permite explorar las fuertes convicciones y principios del artista, que se manifiestan en su coherencia de estilo, así como las influencias que han marcado su trayectoria, desde el Quattrocento italiano al bodegón holandés; o desde Velázquez, Goya y Durero a los muralistas mexicanos. 

La muestra ofrece una nueva visión de la obra de Botero, y nos remite a una reflexión sobre un estilo internacionalmente reconocido.

Distinguido por la exaltación del volumen, la opulencia de las formas opulentas, la explosión de color y sus composiciones impecables de una calma lírica emocionante.

Un nuevo lenguaje radicalmente singular, inventado por el maestro Botero, con el que no solo ha enriquecido sino revolucionado el arte moderno. 

Cristina Carrillo de Albornoz, ex diplomática en Naciones Unidas (UNESCO y PNUD)

Desempeña desde 1995 labores de comisaria de arte independiente en los más prestigiosos Museos de todo el mundo.

Entre ellos el Museo Hermitage de San Petersburgo, La Galería Nacional ( Nationalgalerie) de Berlín, el Museo Reina Sofía de Madrid,  la colección Berardo en Portugal, la Fundación del Nobel de la Paz en  Oslo, o el Centro Borges en Argentina. 

Asimismo ha colaborado con galerías internacionales como la White Cube o la Marlborough. Es también crítica de arte y autora de 12 libros en editoriales como Assouline, Rizzoli, o Thames& Hudson.

Sus escritos publicados en The Art Newspaper, The Observer, La Republica, El Pais, ABC, El Mundo, las revistas Vogue, Beaux Arts y la revista Forbes.

Amor por los toros

Unas pinturas con las que Botero dice crear campos de color, y en las que está muy patente su veneración por las mujeres y su amor por los toros. 

De jovencito su tío le apuntó a una escuela de tauromaquia, aunque solo duró un par de semanas porque no le gustaba nada.

«Ahí empezó mi afición por el dibujo y la pintura -reconoce-, porque empecé muchos cuadros de toros, a lo mejor soy pintor por eso», dice Botero.

Quien a la pregunta de si considera que las corridas pueden desaparecer en un futuro, asegura tajante que no.

«Los toros existirán siempre. Habrá algún lugar en los que se prohíba, pero los toros existirán siempre, porque forman parte de la cultura española y universal», sentencia este artista, que dice sentirse «muy colombiano» aunque viva en Europa.

«Estoy muy cerca de mi país, aunque no vaya con frecuencia, está en mi imaginación. Todos mis cuadros están hechos de Colombia, leo la prensa colombiana y estoy enterado de todo por mis amigos. Soy colombiano de pasaporte y de alma, y en los últimos años en Colombia está descendiendo la violencia, y me hace sentir optimista», recalca.

Historia de un cartel con Chicuelo de fondo, por Horacio Reiba «Alcalino»

Manuel  Jiménez Moreno ha sido uno de los artistas más finos que ha dado el toreo. Le apodaron “Chicuelo” porque así nombraban al padre, que también fue matador y falleció en la flor de la edad de muerte natural.

Quedó el pequeño Manuel al cuidado de un tío suyo, Carlos Borrego “Zocato”, asimismo torero aunque tan modesto como el primer “Chicuelo”.

De suerte que el pequeño, que había nacido en la sevillana Alameda de Hércules (15.04.1902), estaba abocado casi irremediablemente a la profesión taurina.

Hacia los años finales de la segunda década del siglo, empezó a circular el rumor de que tres promesas del arte estaban haciendo pininos por las ganaderías, y que en sus manos, la herencia de la edad de oro –Gaona, Joselito, Belmonte– estaba asegurada; sus nombres: Manuel Jiménez, Manuel Granero y José Amorós: andaluz, valenciano y salmantino.

A poco se les unía Juan Luis de la Rosa.

A “Chicuelo” le dio la alternativa Juan Belmonte en la Maestranza y a La Rosa Joselito en la Monumental de Sevilla casi a la misma hora (28.09.19).

Pronto se advirtió que Manolito Jiménez albergaba tanta clase como escasa decisión.

Y Granero, prodigio de buena técnica envuelta en excelente calidad, se les fue por delante al contar con lo que a les faltaba a los otros. Hasta que se cruzó en su camino un toro mulato de Veragua, el trágico “Pocapena”, y acabó con la vida del levantino y las ilusiones de su cuantioso partido.

La Rosa, de vida desordenada, pronto quedó a la vera del camino. Amorós no daba la talla. Y el que continuó en la brecha, más como promesa de eventuales pero armoniosos acordes fue el callado chaval de la Alameda.

Sin más defensa que su arte ante los toros más depredadores de la historia (entre 1920 y 1936 murieron por cornada 101 toreros, entre ellos doce matadores).

México lo descubre

“Chicuelo” se presentó en El Toreo el 7 de diciembre de 1924: no pasó nada. Y siguió sin pasar en sus siguientes actuaciones de ese año, salvo alguna vuelta al ruedo en obsequio a impagables destellos de un arte muy particular.

La primera oreja la cortó hasta su quinta corrida –a “Toledano” de Atenco (25.01.25)–, avalado por Rodolfo Gaona, que estaba por retirarse y se pintaba solo como catador de toreo caro.

Para Chicuelo, la tarde de su revelación fue la del 1 de febrero, luego que Rodolfo resultara herido por el abreplaza, por lo que el sevillano se quedó solo con la corrida de San Mateo; lejos de achicarse, bordó con “Lapicero” su primera gran faena mexicana.

Estaba claro que nunca sería un diestro machaconamente cumplidor sino todo lo contrario: un artista exquisito, al que valía la pena soportarle las tardes grises a cambio de que diese la nota alta el día menos esperado.

Para sudar la ropa y sumar apéndices sin parar estaban los hermanos Valencia, Sánchez Mejías, Mariano Montes, “El Algabeño”… Pero cuando Manolo Jiménez embarcó de regreso a sus lares, llevaba en la bolsa el contrato para la temporada siguiente.

Una tarde complicada

Igual que el año anterior, la presentación de Chicuelo resultó un pequeño fiasco, y la gente, que lo esperaba con ilusión, lo abroncó sin contemplaciones.

Para el domingo siguiente –25 de octubre de 1925—estaba anunciada una corrida de San Mateo, ganadería zacatecana en alza desde que sus toros dieran lugar a la tarde memorable en que Rodolfo Gaona ligó el toreo al natural por vez primera en la capital, lo mismo con el berrendo alunarado “Quitasol” que con el negro bragado “Cocinero” (24.03.24).

Al Califa lo entusiasmó la clase y fijeza de los toros de don Antonio Llaguno aunque no sobresalieran por su alzada.

La semana que siguió al fracaso de “Chicuelo” y su anunciada repetición trajo mucho jaleo. Circuló el rumor de que los sanmateínos carecían de trapío, y la afición llegó a la plaza bastante mosqueada.

Y si hubo lleno fue gracias al nombre del artista sevillano, no a los de sus alternantes, emparentados ambos por la publicidad con la fiereza indómita, sin duda para eludir las asperezas de su estilo: se trataba de “El Tigre de Guanajuato” Juan Silveti, y un valenciano de poco renombre, Manolo Martínez, anunciado como “El Tigre de Ruzafa” por el nombre del barrio donde se crió.

Cartel no del gusto del señor Llaguno, que al menos tuvo el consuelo de que su toro de mejor nota le tocara en el sorteo a Manuel Jiménez. El banderillero Luis Suárez “Magritas”, en su representación, decidió que sería el quinto de la tarde.

Mucha tensión

Como era de esperar, ni el de Guanajuato ni el de Valencia estuvieron a la altura de los bichos sanmateínos. Peor aun, el público no dudó en repudiar la presencia del ganado y dos de los bureles zacatecanos tuvieron que ser devueltos para apaciguar los ánimos, expresados en tupidas cojinizas.

Los remplazaron sendos sobreros de San Diego de los Padres, que no se comieron a nadie pero al tuvieron mejor apariencia.

Total, que hasta la muerte del cuarto, la frustración campaba en todos los ámbitos del amplio coliseo.

Al sonar nuevamente el clarín, en la parte superior de toriles se podía leer sobre el fondo oscuro de la pizarra este nombre premonitorio: “Dentista”.

En el palco de ganaderos y en el burladero de matadores, el señor Llaguno y el joven “Chicuelo” se abran santiguado, rogando porque el bicho así apodado mereciera la aprobación del respetable.

El faenón de Chicuelo a «Dentista «

Faenón de otro planeta

“Dentista”, fino y agradable pero decentemente presentado, hizo salida de bravo y le sacó astillas a la parte inferior del primer burladero.

Chicuelo meció su capote con ritmo desusado, cosechando la primera ovación real de la tarde.

Cuatro varas aceptó el bicho, y los dos quites del chico de la Alameda, por chicuelinas y por lances de delantal, borraron la valentía derrochada en los suyos por sus alternantes.

“Magritas” y Pepe Rodas, dos formidables banderilleros, cubrieron con presteza el segundo tercio; Manuel Jiménez llevaba prisa por desplegar la muleta y comprobar la prometedora embestida de “Dentista”.

Lo que probó fue que era portador de un mensaje hasta entonces punto menos que desconocido: el del toreo al natural ligado fluidamente en redondo. Dejemos que sea Rafael Solana “Verduguillo” quien nos relate la lidia toda de “Dentista”, que culminaría en un colosal trasteo muleteril:

“Desde que salió “Dentista”, que tal era el pintoresco nombre que don Antonio Llaguno había puesto a su bravo pupilo, todos dijimos: Ahora va lo bueno. 

¡Qué lances a la verónica! Erguido el torero, majestuoso el conjunto, grandioso el momento en que la fiera pujante y el artista se reunían.

En los lances por el lado derecho, el diestro abría un tanto el compás; cargando la suerte porque notó que el toro ceñíase por ese lado; en cambio, en las verónicas por el izquierdo, “Chicuelo” conservaba los pies juntos clavados en la arena, despegándose al enemigo con un ligero movimiento de muñeca que bastaba para imprimir al capote ondulaciones vistosísimas y graciosas.

Fueron ocho verónicas que provocaron otros tantos alaridos de la multitud, ¡”Chicuelo”, eres inmenso!… 

Cuando “Chicuelo” sin brindar a nadie, salió a contender con “Dentista”, reinaba en la plaza un alboroto tremendo.

Todos sabíamos que el maestro iba a hacer una faena de las grandes, pero ni por la mente nos pasaba que llegara a ser lo que nuestros ojos tuvieron la dicha de ver. 

El muletazo inicial fue un natural con la zurda, siguió otro natural imponente por el temple y valor derrochado, y luego otro más enredándose el toro a la cintura. Ya estamos todos de pie.

Imposible resulta seguir paso a paso la faena, porque el cronista se olvida de la obligación que tiene de anotar en su carnet los detalles, y arrojando papel y lápiz se dedica a gozar del espectáculo en toda su grandiosidad. 

Confórmese el lector que tuvo la desgracia de no presenciar esa faena con una ligera impresión de ella, condensada en cuatro adjetivos

VALIENTE, ELEGANTE, SOBRIA, CLÁSICA. 

No hubo en el maravilloso muleteo un solo detalle de chabacanería ni un desplante de relumbrón, ni siquiera un tocamiento de testuz, ni tampoco vueltecitas de espaldas y sonrisas con el público.

No. Lo que hubo fue mucho arte, mucho valor, mucha esencia torera.

Lo que hubo fueron VEINTICINCO PASES NATURALES, todos clásicamente engendrados y rematados, provocando con la pierna contraria, dejando llegar la cabeza hasta casi tocar los pitones la barriga del lidiador y en ese momento, ¿me entienden señores? en ese momento desviar la cabezada mientras el resto del cuerpo del toro seguía su viaje natural y pasaba rozando los alamares de la chaquetilla… 

Y para qué decir más. Imagínese el lector la faena más meritoria, la más artística, la más apegada a las reglas del toreo, la más completa en todos los sentidos… Yo juro que en los veinte años, jamás me había entusiasmado como ahora… Tres pinchazos y un estoconazo hasta la pelota rubricaron la gloriosa hazaña.

El ruedo se alfombró materialmente con sombreros, abrigos y otras prendas. Millares de pañuelos ondeaban en las diestras de los espectadores y el Presidente concedió las dos orejas y el rabo… ¡Qué grande eres “Chicuelo”!…” (Toros y deportes, 29 de octubre de 1925).

Lenguajes

En más de una ocasión he destacado la dificultad que tenemos los lectores de hoy de hacernos una idea precisa del toreo de ayer a través de las crónicas de la época.

Poca claridad aporta la costumbre antigua de reseñar pase por pase cada faena. Y la ampulosa adjetivación tampoco ayuda.

Para desentrañar la clave de lo que Chicuelo trajo al toreo tendrían que pasar años y sobrevenir interpretaciones más justas, centradas en la evolución del toreo ligado en redondo.

Ese fue, sin duda, el hecho distintivo de la inmensa faena de Manuel Jiménez con “Dentista” de San Mateo, como lo sería, años después, la que cuajó en Madrid con “Corchaíto” de Graciliano Pérez Tabernero (21.05.28).

Lo raro es que hayan hecho falta décadas para que empezara a reconocerse en Chicuelo a un artista personalísimo y un verdadero innovador. Pero es así como se escribe –y muchas veces se oculta– la verdadera historia del toreo.

“Se torea como se es”

Así lo aseveró don Juan Belmonte y quedó como sentencia inapelable.

Que se cumplió con “Chicuelo”, luminoso en la plaza y en la intimidad taciturno y callado, muy poco dado a llamar la atención del vocinglero medio taurino.

Y sin embargo, el público mexicano captó perfectamente que allí había un artista excepcional.

Sin necesidad de amontonar tardes y temporadas en nuestro país, alternando triunfos y descalabros de acuerdo con su carácter tímido y dispar, es de los poquísimos diestros hispanos que han conquistado la admiración y el cariño de nuestros aficionados.

Una lista en la que apenas caben, al lado de Manuel Jiménez, artistas de la talla de Joaquín Rodríguez “Cagancho”, Manuel Rodríguez “Manolete”, Paco Camino y Pedro Moya “El Niño de la Capea”.

Y más contemporáneamente Enrique Ponce.

Un viaje a través del tiempo revelador de perniciosas mudanzas en la sensibilidad del aficionado mexicano, que va del gusto espontáneo por el arte puro hasta su encandilamiento por manierismos de dudosa calidad.

En materia de preferencias expresadas desde el tendido también “se elige como se es”. Que diría Belmonte.

Oreja de Oro de radio Nacional a Ureña y el Hierro de Oro a la ganadería de Santiago Domecq

Santiago Domecq Martel, hijo de Santiago Domecq Bohórquez, ha recogido el galardón en nombre de su padre: “El Hierro de Oro es un premio muy importante y significativo en el mundo de la ganadería. Recibirlo en un año tan complicado como este es algo único y nos anima a seguir luchando. Afrontamos la actual situación con serenidad, fe, trabajo y exigencia».

Además, José Luis Carabias, director y presentador de ‘Clarín’ ha anunciado el regreso del programa a la Radio 5, a partir de este sábado a las 22:30 horas. E Ignacio Elguero, director de RNE, ha subrayado el compromiso de la radio pública con el mundo del toro.

Oreja y Hierro de Oro 2019

Los premios de la 52ª edición se fallaron en noviembre del año pasado, por votación de los críticos de ‘Clarín, entre los candidatos propuestos por los oyentes y los colaboradores del programa.

Paco Ureña conquistó su primera ‘Oreja de Oro’ en la temporada de reaparición en los ruedos tras el percance que sufrió en Albacete en septiembre de 2018, que le costó la visión del ojo derecho. El ‘Hierro de Oro’, en su octava edición, fue para la divisa de Santiago Domecq Bohórquez, que gana este galardón también por primera vez.

Santiago Domecq Martel
Santiago Domecq Martel RAUL TEJEDOR

Los finalistas en la ‘Oreja de Oro’ fueron los matadores Antonio Ferrera, Emilio de Justo y Pablo Aguado. Y en la final del ‘Hierro de Oro’ compitieron también las ganaderías de Jandilla, Garcigrande, Fuente Ymbro, Juan Pedro Domecq y Núñez del Cuvillo

Oreja y Hierro de Oro

La ‘Oreja de Oro’ y el ‘Hierro de Oro’ son concedidos por el programa ‘Clarín’, decano de los espacios taurinos radiofónicos, que se emite los sábados y domingos a partir de las 22:05 horas en Radio 5 y Radio Exterior de España. Los aficionados también cuentan con los podcast del programa para escucharlos A la Carta.

El premio ‘Oreja de Oro’ se concede desde 1968, y el ‘Hierro de Oro’, desde 2012.

Entrevista a Joaquin Grave

Entrevista a Joaquin Grave

Entrevista a Joaquin Grave, propietario de la afamada ganadería portuguesa MURTEIRA.

Habla con Tendido7 de la faena de César Rincón en Las Ventas, el 22 de mayo de 1991. En la segunda puerta grande consecutiva del maestro.

Nos revela detalles de cómo el toro MARISMEÑO le perdonó la vida tras una cornada en el campo a él.

Y Lisboa se la perdonó al toro hace dos semanas.

El toreo, dice, «no puede ser solo técnica sino emoción».

En la entrevista a Joaquin Grave, habla de la bravura que debe expresar ese animal para crear una obra de arte en el ruedo.

María Herrera, embajadora del periodismo en España

Su padre, el torero Jorge Herrera lleva de la mano a María en la plaza de toros de Neiva. A su lado el maestro César Rincón

Hija de periodista y de progenitor torero, María Herrera es uno de los tantos opitas que con su labor hoy día, deja en alto el nombre del departamento del Huila.

Su amor por la tauromaquia es indiscutible y siente que le corre por las venas. Con ella, iniciamos esta nueva sección denominada Embajadores, que busca exaltar el trabajo de opitas en el exterior.

Especial/24-7Semanario

El sueño desde niña de la neivana María Margarita Herrera Suárez, hoy radicada en Salamanca, España, era viajar a Europa a estudiar periodismo taurino.

Este deseo que combina la profesión de comunicadora de su madre, Margarita Suárez, y la de su padre, el torero retirado Jorge Herrera, se convirtió en su meta principal. 

Doble patria

Sus progenitores no lograron disuadirla cuando hace trece años les notificó que tenía listos sus “trastos” para viajar a la madre patria, donde logró su anhelo de ejercer como periodista taurina, inicialmente con el status de estudiante, luego residente y hoy día en calidad de ciudadana española con doble nacionalidad.

Exitosa

La preocupación de sus padres, más allá de tener que poner tanta tierra de por medio entre ellos y su única hija mujer, era que veían un escenario históricamente profesado por hombres y generalmente españoles, en el cual ella tendría pocas posibilidades de triunfar.

Ambos tabús se rompieron y su caso de éxito es reconocido.

Claustro Moderno

María Margarita estudió primaria en el colegio La Presentación de Neiva y secundaria en el Claustro Moderno en Bogotá.

Recibió el cartón de bachiller de manos del exministro de Justicia, Carlos Medellín Becerra, hijo del Magistrado de la CSJ Carlos Medellín Forero, inmolado en la toma del Palacio de Justicia, cuya familia es propietaria del colegio.

Con sus padres en la finca “El Torreón” de César Rincón en España.

Comunicación

Cuando termina el bachillerato viaja a San Antonio, Texas, durante un año a aprender inglés.

Con ese conocimiento regresa a Colombia a estudiar comunicación social y periodismo en Impahu y en la Universidad Los Libertadores.

Viaja a España y en la Complutense de Madrid realiza dos posgrados en Periodismo Taurino, y en Comunicación en Conflictos Armados.

En la Universidad Alcalá de Henares realiza otros dos cursos, uno de Periodismo en TV y otro en Inteligencia Emocional.

Foro de la Juventud Taurina

Con sus compañeros del curso de periodismo crean el Foro de la Juventud Taurina (FJT), evento que dio paso a la asociación juvenil taurina más grande y representativa de España, que entrega cada año premios al Mejor Torero, Mejor Ganadería, Mejor Empresario y Mejor Feria.

En su momento la ceremonia fue considerada como los premios “Óscar” de la tauromaquia.

Las Ventas

Las pasantías en periodismo taurino las realizó en la revista “Taurodelta”, de la plaza de toros Las Ventas de Madrid, donde se sintió en la cúspide y pudo mostrar sus conocimientos en tauromaquia, adquiridos desde muy niña pues asegura que fue arrullada entre capotes.

Al terminar su trabajo en Las Ventas, se vinculó a varias páginas taurinas, escribiendo sobre las corridas, logrando con su pluma ganarse el respeto de sus colegas.

Morante Tour en Brihuega, España.

Nueva vida

Estando de vacaciones en Colombia recibió una llamada que cambió su vida. Su estupendo trabajo en la Juventud Taurina había trascendido y era bien comentado en el mundo de la tauromaquia.

Por esa razón la contactó el torero español retirado Antonio Barrera, director internacional del área taurina del Grupo Bal de Méjico, quien le propuso trabajar como directora de marketing y publicidad de la campaña “Morante Tour”, un proyecto sin precedentes basado en la figura del torero Antonio Morante de la Puebla.

Traslado

Vivía en Madrid muy tranquila en un bello apartamento que le había arrendado el famoso torero Pedrito de Portugal.

El primer paso que exigía la oferta de empleo era trasladar su residencia a Salamanca, la zona más importante del campo bravo de España, donde estaba instalada la sede de la empresa.

Distinta en cada plaza

Aceptó y a su regreso de Colombia se unió al equipo de la empresa para realizar el diseño de la campaña que requería una actividad diferente en cada lugar donde toreaba Morante, en plazas de España, Francia y Méjico.

En la plaza de toros de Sevilla con su padre Jorge Herrera.

Variedad

Se concibió un autocar con imágenes gigantes del torero y una carpa colocada al lado del coso taurino, donde se exhibían trajes, películas, libros y fotos del torero.

Tenía pasarelas de moda y presentación de artistas plásticos y de la música, donde además se enseñaba a los niños a torear de salón.

El grupo fue pionero en esta manera distinta y auténtica de fomentar el mundo del toro.

Tal como es la tauromaquia de Morante, el torero más genial de esta época.

Aretando una becerra de casta.

Otros desarrollos

Cuando la empresa dejó el apoderamiento de Morante, María Margarita siguió en labores de comunicaciones externas.

Se encargó de apoyar otros desarrollos de la entidad, entre ellos la organización de más de 20 festejos al año en plazas de España.

La empresa también dirige el manejo de la prestigiosa ganadería de casta “Zalduendo” que pasta en una hacienda de Extremadura.

Mano derecha

Su dedicación la convirtió en la “mano derecha” de su jefe y de su esposa Maider (hija del ganadero José Sánchez Benito), quien también labora en la empresa.

La sede está ubicada en el marco de la plaza mayor, en el segundo piso.

Lugar donde se disfruta a plenitud la ciudad conocida como la capital cultural Europea.

(Gracias a noticias 24-7.co por este homenaje a tan destacada colega)


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