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Centenario de la muerte de Joaquín Sorolla, el pintor de la luz y a quien no le fue indiferente la tauromaquia

Hoy se cumplen exactamente 100 años sin Sorolla, uno de los grandes genios de la pintura española que dedicó toda su vida a pintar.

Sorolla , valenciano, vivió y murió en Madrid ciudad en la que está el museo que mejor recoge la obra del gran maestro.

A lo largo de este 2023 se están realizando numerosas actividades para conmemorar su figura y sus grandes aportaciones a la pintura a nivel universal. Se trata de una efeméride declarada Acontecimiento de Excepcional Interés Público hasta diciembre de 2024, extendiéndose los homenajes hasta esa fecha.

Hoy, más que nunca, la obra del aclamado “pintor de la luz” brilla con luz propia. 🎨🎨

Su fama ha alcanzado cotas altísimas y todavía logra enamorar con sus vibrantes pinturas…

✨Obras llenas de luz y de color, obras llenas de vida.

El Museo Sorolla

El Museo Sorolla, museo estatal dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, y la Fundación Museo Sorolla han organizado un programa de actividades para homenajear al insigne pintor el día de su muerte hace cien años.

A los 70 años de edadJoaquín Sorolla y Bastida falleció en su casa de Cercedilla (Madrid) como consecuencia del accidente cerebrovascular que sufrió pintando en el jardín de su casa de Madrid, actual Museo Sorolla, el 17 de junio de 1920.

Cien años después de su muerte, y en conmemoración de esta efeméride declarada Acontecimiento de Excepcional Interés Público hasta diciembre de 2024, se llevarán a cabo diversos homenajes tanto en Madrid como en su Valencia natal este jueves.

El Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla organizan en el Cementerio General de Valencia una ofrenda floral ante la tumba de Joaquín Sorolla, que contará con la presencia del presidente de la Comisión Permanente de la Fundación Museo Sorolla, Antonio Mollá Lorente, así como otros miembros del Patronato de la Fundación Museo Sorolla, de la familia Sorolla y representantes del Ayuntamiento de Valencia.

En el Museo Sorolla de Madrid, la entrada será gratuita este jueves para todos los visitantes y se celebrará una ofrenda floral en los jardines ante el busto de Sorolla realizado por Mariano Benlliure. Contará con la presencia del director del Museo Sorolla, Enrique Varela Agüí, miembros de la familia Sorolla y representantes del Ayuntamiento de Madrid.

Asimismo, a lo largo de todo el día tendrán lugar una serie de microconciertos a cargo del chelista Javier Morillas y se realizarán una serie de visitas guiadas especiales al museo y a las exposiciones temporales ‘¡Sorolla ha muerto!¡Viva Sorolla!’, y ‘En el mar de Sorolla con Manuel Vicent’. También se sortearán 20 catálogos de ambas exposiciones entre los visitantes que acudan este jueves.

Además, se suman a esta celebración el lanzamiento el 10 de agosto de un cupón conmemorativo de la ONCE, ilustrado con la obra ‘La llegada de las barcas’, Valencia, 1905; y el 12 de agosto el billete a cargo de Loterías y Apuestas del Estado con la icónica tela ‘La bata rosa’, 1915.

SOROLLA Y LOS TOROS EN LA PLUMA DEL MAESTRO ANDRÉS AMORÓS

En el cartel de la Feria de Fallas, un abigarrado conjunto de toreros sale del sombrero de Joaquín Sorolla, que nos mira, en su autorretrato. Es un justo homenaje, en el centenario de su muerte. Coincide con un momento de renovada admiración por el pintor valenciano. Todos los días hay colas delante de su museo madrileño. Su exposición conjunta con Singer Sargent, en el Thyssen, probó que no era inferior a este cotizadísimo autor de retratos norteamericano. Mi amigo Antonio Buero Vallejo, que también era buen pintor (recuérdese su dibujo de Miguel Hernández, en la cárcel), me contaba su costumbre: un domingo, iba al Prado, a ver a Velázquez; el siguiente, al Museo Sorolla…

A Sorolla le hería lo cruento de la corrida pero pintó notables cuadros taurinos. A un pintor del aire libre –señala Lafuente Ferrari– le convenía mucho este tema. Precisa Fátima Halcón: le interesaba la corrida desde el punto de vista cromático, más que la lidia. Su gran amigo Pedro Gil Moreno le impulsó a visitar Andalucía, donde se hizo amigo de los Miura, de Andrés Parladé, del bibliófilo duque de T’Serclaes, y pintó varias escenas taurinas: ‘Apunte de una corrida de toros’, ‘El picador’, ‘Capea en Torrente’ y ‘Antes de la corrida’, que alcanzó hace poco una importante cotización en la subasta de Sotheby’s.

Para su éxito internacional fue decisivo el encargo del magnate Huntington de una serie de cuadros sobre provincias de España, para la Hispanic Society de Nueva York, en los años de la Primera Guerra Mundial. Dos de los dedicados a Sevilla tienen tema taurino. Las cartas de Sorolla permiten conocer cómo se preparó: «Voy a Tablada para hacer un estudio de un toro, que no es posible que venga donde trabajo, para hacerlo directamente».NOTICIA RELACIONADA

Daniel Luque vela armas en la finca de Victorino: «Es un toro que exige mucho, pero da mucho»

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ABC

El torero de Gerena protagoniza junto a Paco Ureña un mano a mano en Fallas frente a los de la A coronada

El primer cuadro, ‘El encierro’, presenta un amplio panorama de garrochistas andaluces conduciendo los toros, de variado pelaje, en un paisaje con cactus y un blanco cortijo. Cruzan los toros unas vías del tren: un homenaje –se supone– a Huntington, magnate de esa industria. Para documentarse, visitó Sorolla fincas ganaderas de Sevilla (Miura) y Salamanca (Pérez Tabernero): el espectáculo del toro en el campo le pareció «extraordinario y dramático». También se basó en las fotografías de Beauchy, que ahora pueden verse en la exposición ‘Las culturas del toro en los museos estatales’.

Para el otro cuadro taurino, no eligió Sorolla ningún momento de la lidia –quizá para no herir la sensibilidad de los norteamericanos– sino el inicial ‘Saludo de la cuadrilla’: presenta, de frente, a varios matadores y a un alguacil velazqueño. Elisabeth Gué Trapier los ha identificado como Juan Belmonte –Sorolla asistió a un memorable éxito suyo en Sevilla–, Frascuelo, Mazzantini y Félix Robert, el primer matador galo, que lucía un mostacho. No pudieron coincidir los cuatro ni tampoco está claro que Sorolla los tomara como modelo: lo que le importaba es la insólita perspectiva frontal y los fuertes contrastes de colores. Se ha relacionado la escena con la que describe su paisano Basco Ibáñez: «El desfile de jacarandosas figurillas que, a la luz del sol, destacaban sobre la arena del redondel».

La luz, la gran protagonista de la pintura de Sorolla, le cautivó también en las dehesas y en las plazas de toros.

Remembranzas de la primera novillada en España del maestro César Rincón y de Bojilla el hombre que creyó » antes de antes » en él

Enrique Bernedo Bojilla se nos fue hace 22 años cundo estaba por cumplir 74. Granadino, fue un extraordinario hombre de plata especialmente con el capote pues le hacía ver a su matador las condiciones de los toros , jamás dio un capotazo de más y su colocación era perfecta en el ruedo.

Estuvo a las órdenes de Palomo Linares, Rafael Ortega y Curro Girón. Tras su retirada, nunca abandonó por completo los ruedos dedicándose al apoderamiento -«el encanto de la Fiesta consiste en tener muchos matices a los que poder agarrarte», aseguraba el torero-, hasta que su debilitado estado de salud le impidió seguir desempeñando sus funciones. En octubre de 1995 fue homenajeado en Las Ventas.

Pero viene a cuento el tema de este formidable hombre de la fiesta porque un día como hoy 9 de agosto, se están cumpliendo 42 años del debut como novillero en España del maestro César Rincón en la plaza de Valdetorres cortando dos orejas y un rabo a un ejemplar de Palomo Linares.

Bojilla como lo muestra la imagen de esta nota, vio desde que el bogotano como dicen en España era un chaval las condiciones que tenía el hijo de «Mojicón » y María Teresa y a fe que no se equivocó pues 10 años después de esa comparecencia en Valdetorres, Badajoz, en la provincia de Extremadura que por esas casualidades de la vida es la región donde pastan los toros del ganadero Rincón y que conserva el nombre de su original propietario, don Felipe Lafita, ya fallecido, de «El Torreón «.

Las figuras del toreo y especialmente los banderilleros como Bojilla y los picadores tienen ese olfato que dan los años y la sapiencia taurina cuando sale un fenómeno como César Rincón que hoy atesora 6 puertas grandes de Madrid, que se dice pronto, 4 de ellas consecutivas en ese mágico 1991.

Un recuerdo para esa comparecencia lejana de Valdetorres a ese genial hombre de plata que pudimos disfrutar en las plazas colombiana.

Una alternativa entre la felicidad y la amargura

Luis Bolívar uno de nuestros referentes tomó hace 19 años la la alternativa el 24 de julio en Valencia. Julián López, El Juli, lo inviste matador de toros, oficiando de testigo de la ceremonia César Jiménez. El toro de la alternativa se llamó, Navideño, número 6, colorado de 565 kilos. El nuevo matador de toros es ovacionado al arrastre de su primer toro y ante su segundo, mientras cuajaba una buena faena, resulta herido de gravedad, lo que le obliga a dar por terminada la temporada.

Fue una tarde entre ilusionante y dolorosa pues esa cornada le impidió torear ese semestre. Re apareció en Ibagué y semanas mas tarde de ese año en Cali sale en hombros de Cañaveralejo.

Sin duda tras la irrupción del maestro Rincón, Bolívar nacido en Panamá pero tan vallecaucano como el -pandebono es la proa de los toreros de a pie y entre sus logros atesora triunfos resonantes en su Cali del alma, en Manizales, Medellín, Armenia y en plazas del Perú, Venezuela, Ecuador y México.

Centenario del nacimiento de Luis Procuna, «El Berrendito de San Juan «

Luis Procuna Montes (Ciudad de México23 de julio de 1923El Salvador9 de agosto de 1995),​ conocido como El berrendito de San Juan, fue un torero mexicano.

Mi amigo y colega Alberto Lopera tiene la gentileza de hacernos compartir esta imagen de Carvajal en tendido7 esta magnífica foto del Berrendito con su esposa, que por cierto era hermana de quien fuera presidenta de Nicaragua, doña Violeta Chamorro.

La foto fue captada en el hotel Nutibara pues el torero mexicano estuvo en La Macarena , hoy cerrada por esas incomprensiones de las movidas de políticos y gobernantes obtusos . Toreó el maestro con Antonio Velazquez.

La foto tiene 70 años …Fue en 1953. Qué maravilla !!! Y el porte , la distinción, la elegancia de la pareja.

Debutó el 14 de agosto de 1941, tomando la alternativa en Ciudad Juárez en 1942 apadrinado por Luis Castro. El Soldado, toreo por vez primera en España en Barcelona el 6 de mayo de 1951, y en Las Ventas de Madrid el 14 de junio del mismo año. Ya en 1945 recorría varios. países  sudamericanos como ColombiaPerú y Venezuela. El 10 de marzo de 1974 se cortó la coleta en la Plaza de Toros Monumental de México, en la que en 1946 había sido uno de los tres toreros que la inauguró, junto a Manolete y Luis Castro (El Soldado).

Falleció a los setenta y dos años el 9 de agosto de 1995 en el accidente aéreo del avión guatemalteco de Aviateca GU-901 ocurrido en la ladera del volcán Chinchontepec en San Vicente (El Salvador).​ El Boeing 737 realizaba la línea de Miami a Managua de 203 km cuando a causa de las inclemencias meteorológicas el avión desvió el rumbo e impactó después contra el volcán a 6 000 pies de altura. Fallecieron 58 pasajeros y 7 tripulantes.

Un pase lleva su nombre, procunazo, también llamado sanjuanera, que consiste en dar salida al toro por el lado contrario al que se cita, con la espada fuera de la muleta.

Fue protagonista de la película Torero rodada en 1956, dirigida por Carlos Velo y considerada por muchos críticos como la mejor en materia taurina.

El 24 de diciembre de 1948, da la alternativa a Manuel Capetillo en la plaza de toros Colón de Querétaro. Como testigo fungió Rafael Rodríguez. Los bureles provenían de la ganadería La Punta

Hace 54 años el hombre puso sus plantas sobre la superficie selenita y los astronautas expresaron a los toreros : Os admiramos como hombres de valor

Se cumplen 54 años de la llegada del hombre a la Luna. Meses después, Neil Armstrong, Collins y Aldrin fueron recibidos en España por Paco Camino, El Viti y Bienvenida. «Os admiramos como hombres de valor» dijo el primer hombre en pisar la Luna a los tres toreros.

La noche del 6 de octubre de 1969 aterrizó en el aeropuerto de Barajas un avión con pasajeros de lo más ilustre. Miles de personas gritaban y devolvía los saludos a Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, los astronautas que dos meses antes se habían convertido en los primeros humanos en pisar la Luna. Madrid fue la quinta parada de una ruta mundial que llevó a los astronautas por 24 países. Armstrong, Aldrin y Collins abandonaron España tras un cálido baño de masas y con un traje de torero en la maleta cada uno.

Según informó “La Vanguardia”, el público aclamaba a los astronautas de la misión Apolo 11 y “les lanzaban arroz, como expresión romántica de su luna de miel con la técnica astrofísica”. Armstrong se encargó de entregar el protocolario mensaje de recibimiento:

“Somos portadores de cordiales saludos del presidente Nixon para España, y de su sincero agradecimiento, que compartimos, por la magnífica cooperación de los componentes técnicos españoles a nuestro programa espacial”.

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Manolete..106 años de su nacimiento

Feliz cumpleaños, maestro. (Foto tomada por Finezas el 6 de mayo de 1947 en la finca Jandilla, en Jerez de la Frontera, y publicada en el libro “Manolete, visto por Finezas”, del que tuve el honor de ser coautor) me dice Angel Berlanga.

Aniversario

106 años del nacimiento de «Manolete»

 Hoy celebramos el onomástico del maestro cordobés, Manuel Rodríguez «Manolete» uno de los toreros imprescindibles para entender la tauromaquia del siglo XX. Justamente este año recordaremos por agosto su deceso tras la cornada del toro de Miura » Islero» en Linares.

Buena cuota de la afición a los toros en Colombia se le debe al senequista maestro de la tierra de los califas pues al torear en Bogotá y Medellín dejó una estela muy grande hasta nuestro días.

(Manuel Rodríguez Sánchez; Córdoba, 1917 – Linares, España, 1947) Matador de toros español. Hijo de un matador de toros con su mismo seudónimo, decidió escapar de la miseria familiar dedicándose al toreo. A los doce años dio sus primeros capotazos y tras pasar por la escuela de toreo de Montilla, recorrió España como miembro del espectáculo itinerante de toreo Los Califas.


Manolete

En 1935 recibió la alternativa de Rafael Jiménez Chicuelo en Sevilla, y ese mismo año se la confirmó Marcial Lalanda en Madrid. Pronto logró alcanzar una enorme popularidad gracias a su peculiar estilo, que alcanzó la perfección en la suerte de matar; también se le atribuye la invención de la manoletina. Desde 1940 hasta su muerte llegó a lidiar 71 corridas por temporada, y toreó en todas las plazas de España y América. Mantuvo una larga rivalidad con el mexicano Carlos Arruza y el español Luis Miguel Dominguín.

Manolete profundizó en el estilo de Juan Belmonte, ganándole terreno al toro, acercándose lo indecible. El crítico taurino Giraldillo consideraba que, a partir de Manolete, el toreo había adquirido una estética nueva. Al propio torero le gustaba decir que en este arte no existían terrenos determinados y que todo dependía de la improvisación y del momento.

En la temporada de 1947 había toreado en veintidós corridas, y estaba decidido a retirarse cuando, el 29 de agosto de 1947, en la plaza de toros de Linares (Jaén), sufrió una tremenda embestida de un toro de la ganadería de Miura, de nombre Islero. Manolete falleció pocas horas después, en el hospital de Linares.

Segundos antes exclamó : Qué disgusto voy a darle a mi madre.

Granero topa con «Pocapena»

El torero valenciano Manuel Granero murió un 7 de mayo de 1922 . Fue el objetivo del gran historiador taurino José Luis Cantos Torres que nos regaló un maravilloso fresco de Joselito El Gallo con ocasión de los cien años ( ya 123 años ) de la trágica tarde en la que un toro acabó con la vida del rey de los toreros.

El año pasado se conmemoró el centenario de esa otra trágica muerte, la de Granero por el toro «Pocapena».

Sin duda es una obra llena de datos, de recuerdos, de perfiles que no conocemos que el maestro Cantos supo llevarnos por esos meandros para sorprendernos de uno de los grandes toreros de comienzos del siglo XX y cuya vida se cortó prematuramente.

Hijo de una familia de la burguesía valenciana acomodada, Manuel Granero aprendió a tocar con destreza el violín. La afición a los toros se le despertó prácticamente de golpe un día de 1914, presenciando una novillada en el coso de la calle de Játiva. Tan grande fue el impulso, que incluso se tiró como espontáneo ese mismo día al ruedo. Más adelante permaneció un tiempo en Salamanca, participando en diversas tientas en las ganaderías del campo charro.

Allí coincidió con los ya novilleros Manuel Jiménez Chicuelo, Juan Luis de la Rosa y Eladio Amorós, entonces más aventajados que él. Durante los años 1918 y 1919 toreó diversas becerradas y novilladas sin picadores (catorce en 1919), antes de debutar con caballos el 4 de abril de 1920 en Barcelona. Desde ese momento, su carrera fue meteórica, basada en su única y arrolladora temporada como novillero. Tanto fue así, que a finales de ese mismo año 1920 tomó la alternativa en Sevilla.

Tras el debut con picadores en Barcelona, repitió en esa plaza, y acudió luego a las de Zaragoza y Santander, cada vez con más cartel entre los aficionados que estaban descubriendo a un torero de una valía excepcional. En Santander, el día 3 de junio de 1920, festividad del Corpus Christi, torearon con Granero en el coso de Cuatro Caminos Bernardo Muñoz Carnicerito y Ángel Pérez Angelillo de Triana.

Según Fragua Pando, “el triunfador de la jornada fue el valenciano Manolo Granero, del que se dijo que recordaba al gran Joselito. Ésta fue, sin duda, una de las grandes características de la presencia de Granero en la Fiesta, que muchos aficionados vieron en él al inmediato sucesor de Gallito, muerto en Talavera de la Reina sólo dieciocho días antes de que el valenciano torease en Santander. Pocos días después, el 29 de junio, se presentó en la plaza de Madrid, alternando con Valencia II y José Carralafuente, con novillos de Esteban Hernández. Cortó Granero una oreja en su primer novillo, trofeo que, llevado de su amor propio, rechazó. Repitió en Madrid diez días después, y actuó luego en muchas plazas de importancia, como Bilbao, Sevilla, Palma de Mallorca, Salamanca y, entre otras, Sevilla, hasta sumar un total de treinta y una novilladas. La última tuvo lugar en La Línea de la Concepción dos días antes del doctorado.

Tanta expectación había levantado Granero, y tantos éxitos había cosechado en apenas seis meses, que el 28 de septiembre tomó la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla, con un cartel de auténtico lujo: Rafael El Gallo Chicuelo (su antiguo compañero de tentaderos en Salamanca) hicieron de padrino y testigo, respectivamente, de la ceremonia. El toro se llamó Doradito, era sardo de capa y pertenecía a la ganadería de Concha y Sierra. Toreó Granero de nuevo en Sevilla al día siguiente, aunque en esta ocasión en la plaza Monumental, un coso (un sueño, en realidad) de vida efímera que nació proyectado e impulsado por Gallito. Muerto éste, el sueño acabó sucumbiendo ante el empuje, la historia y la solera de la Maestranza. En la Monumental toreó con El Gallo, Juan Belmonte y Chicuelo. Ese año de 1920, Granero tuvo tiempo aún de torear seis corridas de toros más (tres de ellas en Zaragoza), quedando situado al final de temporada en la primerísima fila del toreo.

En 1921 Granero siguió en la misma línea que había estado el año anterior. Los contratos se acumularon (toreó noventa y cuatro corridas de las ciento quince que había firmado) y los éxitos se sucedieron.

Chicuelo quedó en segundo lugar del escalafón, con veinticinco corridas menos que el valenciano.

Granero hizo catorce paseíllos en Valencia, su ciudad, nueve en Madrid y cinco en Sevilla. Comenzó la temporada toreando el 23 de enero en Málaga, y en Castellón lidió seis toros en solitario debido a que sus compañeros, que no atendieron los aumentos salariales que pedían los picadores y banderilleros, se quitaron del cartel. Acudió luego a Barcelona y el 19 de marzo, día de san José, a Valencia, en una corrida que, según Vicente Sobrino, “fue la primera piedra de lo que luego sería la feria de Fallas”. Entonces, en Valencia, la feria se celebró en julio, en la festividad de san Jaime, y no fue hasta la llegada de Granero al toreo cuando comenzaron a programarse corridas en marzo. Confirmó la alternativa en Madrid el 22 de abril, de manos de Chicuelo y en presencia de Carnicerito.

El toro de la ceremonia se llamó Pastoro, y llevaba el hierro de González Gallardo. Ese año cortó dos orejas en Madrid, “algo desconocido en la historia de los toros”, puntualiza Cossío, los días 17 de mayo (al toro Rondeño, de Santa Coloma) y 17 de septiembre (ese día concedió la alternativa a Nacional II, la única que pudo dar en su vida).

Durante la temporada los éxitos se sucedieron, y cada vez parecía más claro que la afición había encontrado al sucesor de Gallito. Entre los triunfos más importantes están, además de las corridas de Madrid, la tarde del 5 de mayo en Valencia, cuando cortó dos orejas y rabo a un toro del duque de Veragua.

Y también en la Feria de Julio de esa misma ciudad, en la que participó en seis de las siete corridas que se programaron. Entre otras buenas tardes, el día 27 cortó los máximos trofeos a un toro de Miura. En Bilbao, además, creó el pase de la firma, una suerte de muleta de su invención, y que tiene plena vigencia en el toreo contemporáneo. En ese clima de lógica y justa euforia finalizó Granero su primera y única temporada completa como matador de toros.

Para 1922 las perspectivas eran idénticas en número de contratos, “sin embargo, algo había cambiado —ha escrito Sobrino—. La gran esperanza de una Fiesta desesperanzada es objeto de un juicio muy estricto por parte de casi todos los públicos.

También es verdad que Granero inició la temporada con el ánimo apagado. Esta circunstancia no pasó desapercibida para nadie, ni para sus propios allegados ni para los públicos”. Antes de anunciarse el 7 de mayo en Madrid, toreó trece corridas, aunque, dice Sobrino, “algún cronista tachó de gran fracaso el comienzo de aquella temporada. Y en Bilbao, donde toreó sus últimas dos corridas antes del 7 de mayo, dijeron que había pasado una sombra del torero de tan sólo un año atrás”. El cronista Latiguillo lo contó así en el diario Las Provincias: “Aquel artista cumbre, orgullo de sus paisanos, que en cien corridas cimentó su fama, poniendo su nombre a una altura a la que sólo es dado a los genios llegar, quien fue proclamado heredero de Gallito por públicos tan severos como los de Madrid y Sevilla, se nos presentaba ahora, sin razón aparente que lo justificase, sin entusiasmos, sin habilidad y sin arrestos. Nadie se explicaba aquella tan completa transformación y sobre todo aquel retroceso tan persistente. Tanto, que muchos de sus incondicionales comenzaron a vacilar, y algunos se pasaron a las filas enemigas”.

Severo juicio, que se antoja excesivo, escrito desde la terrible certeza de que el torero, ya muerto, no va a poder desdecir con sus hechos las palabras del periodista.

No obstante, es cierto que no cortó ni una sola oreja en esas trece primeras corridas de toros. Pero su fuerza de figura seguía intacta. Según Sobrino, en 1922 Granero “cobra 10.000 pesetas por corrida, 3.000 más que Joselito y Belmonte en el año 20. Toda una fortuna para aquel tiempo”.

El 7 de mayo de 1922, Granero alternó en Madrid con Juan Luis de la Rosa (el otro compañero de tentaderos en Salamanca) y Marcial Lalanda, que confirmaba la alternativa. Se lidiaron tres toros de Veragua y tres de José Bueno, antes Albaserrada. En su primer toro, de Albaserrada, Granero dio la vuelta al ruedo, y en quinto lugar se dispuso a lidiar a Pocapena, de Veragua, un astado cárdeno que tiene, como muchos toros de trágica leyenda, una anécdota anterior. Se da la circunstancia de que ese mismo Pocapena le había correspondido a Granero el año anterior en Ciudad Real, en una corrida que se suspendió porque los matadores se negaron a torear al enterarse de que el empresario había huido con la recaudación íntegra de la taquilla. Granero supo que le había tocado el mismo toro en la mañana del 7 de mayo, y dicen que dijo: “Pues en ese toro la voy a armar”.

Maximiliano Clavo, Corinto y Oro, narró con detalle la cogida y muerte de Granero: “A banderillas ‘Pocapena’ llegó mansurrón, incierto y bronco, y entre Alpargaterito y Rodas le pusieron los pares reglamentarios, superior el de Rodas […]. Tras dos o tres capotazos de Blanquet, Manolo (que vestía de azul marino y oro), con los trastos de matar, dirigióse al cárdeno, al que el peón había dejado en el tercio del 2. Manolo intentó comenzar la faena con un pase cambiado, o con uno alto —porque no pasó de iniciación—, llevando la muleta cogida con ambas manos y dando al toro la salida hacia el tendido 3. En el centro de la suerte, el toro ‘se le puso por delante’; es decir: en la arrancada se le metió dentro de su terreno y le volteó aparatosamente, lanzándole a más de un metro de distancia a favor de tablas. Cuando el infortunado maestro intentó levantarse, el toro, que se dirigió rapidísimamente hacia el diestro, le metió nuevamente la cabeza dos veces seguidas, en la primera de las cuales le enganchó por el lado derecho de la cara, forcejeando con él hasta arrimarle a la barrera, y con la cabeza pegada al estribo, el pitón profundizó en la brecha e hizo en rara trayectoria un horrible destrozo en el lateral derecho del cráneo del pobre Manolo, que fue rápidamente conducido por las asistencias a la enfermería con la cara cubierta de sangre —pues la hemorragia fue enorme—; los huesos maxilar, de la órbita del ojo, el parietal y el temporal habían sido brutalmente partidos, y llevaba un sangriento fleco de la piel seccionada en irregulares colgajos. El espanto se esparció instantáneamente por toda la plaza…”.

Minutos después de resultar fatalmente cogido, Granero moría en la enfermería de la plaza. Pocapena, aquel toro que estaba escrito que debía lidiar Granero, quitó la vida al torero que estaba llamado a suceder a Gallito, a un diestro dominador y elegante, poderoso en todos los tercios, en todos los toros y en todas las suertes, un excelente torero que apenas tuvo tiempo de saborear la gloria que ya rozaba con la mano.

Un 8 de abril de 1962…

ABC responde la inquietante pregunta de por qué se

Belmonte desde su época de novillero llevaba siempre consigo un revólver y al cambiarse de ropa lo colocaba en un bolsillo de su bata.

Una vez terminó la solitaria comida pidió un bolígrafo, un papel y un sobre.

Y escribe la carta al juez de guardia : Que no se culpe de mi muerte a nadie.

Como el médico le desaconsejaba la siesta, montó de nuevo a caballo.

Vuelve al sillón de nuevo y apoya el cañón del revólver sobre el cuello y se dispara un tiro.

La gobernanta cumpliendo las órdenes de la cocinera intenta despertarle pero cree verle tan profundamente dormido sin advertir el hilo de sangre oculto bajo su cabeza ni el revólver que descansa en su regazo.

Después de otra hora les extraña se inquietan y se lo dicen a uno de los gañanes. El mismo acude y dice don Juan está muerto.

Esto es lo fehaciente, se dijeron tantas cosas entonces, pero lo cierto es que murió a pocos días de cumplir los sesenta años, con una mirada de ojos oscuros, resignados, nostálgicos, penetrantes, como le vió Zuloaga al Belmonte eternamente vestido de luces.

Murió debajo del citado cuadro y quizás envuelto en la soledad de sus atardeceres.

Juan Belmonte tenía una vida pacífica, por tanto sin motivo aparente para tomar tal decisión

Nunca se sabrá la razón de tal resolución.

Se habló con insistencia que estaba enamorado de una joven rejoneadora colombiana Amina Assis, tenía fama de enamoradizo, pero sin nada de certeza en ello. Hace 61 años se pegó un tiro uno de los pilares de la tauromaquia, don Juan Belmonte

¿Por qué murió Juan Belmonte?

Hoy se cumplen 61 años de la muerte del sevillano que revolucionó el arte del toreo

¿Por qué murió Juan Belmonte?

Fue el 8 de abril de 1962. Juan Belmonte había fallecido en su finca «Gómez Cardeña», en Utrera . Pronto, a pesar de la estrechez informativa de la época, trascendieron las verdaderas circunstancias de la muerte de una leyenda que revolucionó el mundo del toreo . Belmonte se había quitado la vida con un pequeño revólver que había llevado siempre consigo sin que, hasta ahora, hayan trascendido las verdaderas causas que le llevaron a tomar tan drástica decisión.

El cardenal Pedro Segura exigió a la familia del torero una declaración jurada de muerte natural para poder enterrarlo en tierra santa que estaba vedada a los suicidas por la Iglesia preconciliar, y su entierro se convirtió en una impresionante manifestación de duelo que conmovió a toda la ciudad.

Pero, ¿por qué se quitó la vida Juan Belmonte? Se llegó a hablar de amores imposibles para un hombre de su edad, versiones que nadie ha puesto en pie. César Jalón , el crítico taurino que firmaba sus crónicas como ‘ Clarito ‘, apunta en sus memorias otras hipótesis mucho más realistas: «La angustiosa enfermedad de Julio Camba y del marqués de Villabrágima le parecía inhumana. Y él vivía preocupado por un amago de parálisis facial».

Hijo de quincallero , sus principios tendrían el halo trágico y romántico de las noches de la dehesa de Tablada . Descubierto por el banderillero Calderón , y tras sonados fracasos, un sorprendente triunfo en Castellón le lleva a Sevilla y le pone a las puertas de la alternativa, celebrada en la plaza de Madrid la misma tarde en que se retiró « Machaquito «.

Es, junto a « Joselito «, una de las más anchas y nobles ramas del tronco del toreo sevillano , cuya evolución posterior no se puede entender sin el estudio de su figura. Aporta al toreo una considerable reducción de los terrenos , una invasión de las trayectorias naturales de los astados que, unida a un estético patetismo condicionado por la personal apostura de su figura, cambiará para siempre los fines del toreo.

Sin embargo, en contra de lo que pueda creerse, no se puede entender la figura de Juan sin la de José. El temple, quietud y estética esbozados por Belmonte necesitarán de la magistral influencia del torero de Gelves para profesionalizarse, para poder ser impuesto progresivamente a un mayor número de toros.

Juan sería cada vez más José y viceversa, pudiendo afirmar que la progresiva brillantez, el futuro toreo ligado, nace de la fusión del tradicional estilo gallista y la renovación belmontina.

Nada fue igual después del genial trianero , no sólo en la lidia sino en las formas tradicionales. Suprime la coleta y la aflamencada indumentaria de calle de los lidiadores. Se rodea de intelectuales , y, sobre todo, es el más firme impulsor de la fiesta entendida como un espectáculo estético, emprendiendo una rápida evolución que alcanza nuestros días.

Retirado, ganadero de reses bravas , figura inconfundible del paisaje sevillano, decidió acabar con todo aquella tarde abrileña en su campo de Utrera. «Sólo te faltaría morir en la plaza», le había espetado en sus comienzos don Ramón María del Valle Inclán , a la cabeza de ese grupo de intelectuales del 98, enamorados de la leyenda del quincallero de Triana que se había curtido en el oficio echando la capa a las reses encerradas en la dehesa de Tablada.

Pero la muerte no tenía prisa y estaba esperando en los campos de Utrera a ese labrador rico, prematuramente envejecido y encerrado en sí mismo aquella tarde primaveral de 1962.

El investigador, don Mariano Cifuentes, agrega :

Belmonte desde su época de novillero llevaba siempre consigo un revólver y al cambiarse de ropa lo colocaba en un bolsillo de su bata.

Una vez terminó la solitaria comida pidió un bolígrafo, un papel y un sobre.

Y escribe la carta al juez de guardia : Que no se culpe de mi muerte a nadie.

Como el médico le desaconsejaba la siesta, montó de nuevo a caballo.

Vuelve al sillón de nuevo y apoya el cañón del revólver sobre el cuello y se dispara un tiro.

La gobernanta cumpliendo las órdenes de la cocinera intenta despertarle pero cree verle tan profundamente dormido sin advertir el hilo de sangre oculto bajo su cabeza ni el revólver que descansa en su regazo.

Después de otra hora les extraña se inquietan y se lo dicen a uno de los gañanes. El mismo acude y dice don Juan está muerto.

Esto es lo fehaciente, se dijeron tantas cosas entonces, pero lo cierto es que murió a pocos días de cumplir los sesenta años, con una mirada de ojos oscuros, resignados, nostálgicos, penetrantes, como le vió Zuloaga al Belmonte eternamente vestido de luces.

Murió debajo del citado cuadro y quizás envuelto en la soledad de sus atardeceres.

Juan Belmonte tenía una vida pacífica, por tanto sin motivo aparente para tomar tal decisión

Nunca se sabrá la razón de tal resolución.

Se habló con insistencia que estaba enamorado de una joven rejoneadora colombiana Amina Assis, tenía fama de enamoradizo, pero sin nada de certeza en ello.

El 25 de marzo, los 100 años de Mondoñedo se celebra en Puente Piedra con mano a mano Bolívar-Castilla

Dos toreros colombianos competirán mano a mano el 25 de marzo en Puente Piedra en la conmemoración del centenario de Mondoñedo la divisa ganadera de bravo más antigua de Colombia.

Mano a mano imperdible que abrocha un año lleno de complejidades y esperanzas para la fiesta taurina en el país con dos de los más destacados coletas nacionales.

Bolívar es el ganador del trofeo «Catedral de Manizales» y Juan de Castilla se apresta a participar en la Copa Chenel.

MANO A MANO LUIS BOLIVAR – JUAN DE CASTILLA

Todo un acontecimiento.

La solera de Mondoñedo se remonta a las primeras décadas del siglo pasado en un país que salía de una larga guerra civil, la de los 1000 días Colombia había perdido a Panamá e intentaba colarse en medio de severas turbulencias políticas y económicas en la modernidad con incipientes vía de comunicación y cambios estructurales en lo poético y en lo político.

Don Ignacio Sanz de Santamaría , un adelantado, intrépido, soñador ( con los pies en la tierra eso sí ) funda su ganadería, Mondoñedo, trae sangre Veragueña y en los tiempos en que los cachacos bogotanos danzaban con arrulladores pasillos y bambucos, él decide construir una plaza de toros colindante al parque del Centenario ( que se construyó para conmemorar los sucesos de 1810 que marcaron los acontecimientos que hoy conocemos como el proceso de independencia de la carona española ) y se inaugura bajo el mandato del presidente Olaya Herrera en 1931 con Gallito de Zafra, Mariano Rodríguez «El Exquisito» y «el valenciano » Tigre de Ruzafa «. Obviamente con los toros de Mondoñedo ( por primera vez los aficionados de esos años entre sorprendidos e incrédulos vieron la suerte de varas y toros de casta ).

Una imagen de Puebla del Rio

Don Ignacio trae desde Puebla del Río para que nos ayudara a entender el manejo del ganado bravo , a don Julio de la Olla que se vino con su pariente don Francisco García ( quien mas tarde fundara Vistahermosa que hoy existe por partición de herencia en dos ríos comunes, Punta Umbria y Vista Hermosa, encaste santa Coloma vía Joaquín Buendía). Verdadera odisea transportar por barco esos primeros productos, luego por el río Magdalena y después utilizar la cordillera para llegar al pequeño pueblo de Mosquera fundado en honor del general Tomás Cipriano de Mosquera . Aguantaron tan proceloso viaje desde el otro lado del Atlántico esos sementales. Casta es casta.

Farley Betancourt Henao nuestro jefe de fotografía visitó las instalaciones de la finca donde pastan esos toros que hoy tienen encaste Contreras que fueron vitales en el toreo entre los años 20 y fines del 60 del siglo XX ( el Contreras emparentado con lo Murube ) visita que se hizo días antes de que se corrieran toros de esa divisa ( se cumplió el sábado 15 de enero en Puente Piedra ) y pudo admirar las viejas instalaciones a donde llegaron esos primeros sementales y la plaza de tientas en la que , entre otros Manolete, Dominguín, Arruza probaron vacas de la época en la que ya el hijo de don Ignacio, don José ( padre de don Fermín y abuelo de Gonzalo, cuarta generación de los Sanz de Santamaría ) era el propietario.

Con la invitación de don Gonzalo a que ingresemos a ese territorio de quimeras que es la primera imagen de esta nota, algunas fotos de esa visita que es el testimonio de agradecimiento a esa familia que este sábado nos emocionó con el juego de los seis toros, con la suerte de varas, con ejemplares que embestían con ímpetu, con bravura no exenta de nobleza esa contradicción que algunos niegan en el toro de lidia y que creo es la mejor expresión de nuestro ritual.

Este breve pero entrañable recorrido gráfico de Farley tiene aroma de lo añejo, de continuidad, de sacrificio, de persistencia en criar un toro que muere en la plaza , es verdad ( reitero que los taurinos no escondemos la muerte, la miramos de frente, no la eludimos ) para que la especie viva en el campo. Es el sentido y obligante homenaje de tendido7 a Mondoñedo y a lo que representa en nuestro ceremonial.

Esta imagen es histórica. Es la plaza mas antigua de Colombia. y captada desde una encina por Farley Betancourt

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Aniversario de La Santamaría entre luces y sombras a 92 años de su inauguración un 8 de febrero de 1931

El 8 de febrero de 1931 se inauguró lo que hoy es un bien cultural, la plaza de toros De Santamaría. Esta obra arquitectónica de estilo neo mudéjar en su fachada que la debemos al ingenio de don Santiago de la Mora , contó con la presencia del presidente , don Enrique Olaya Herrera y autoridades del orden nacional y municipal ha sido escenario no solo de las corridas de toros sino de sucesos políticos, económicos, artísticos y deportivos a lo largo de su historia.

Pero fue un visionario, empresario, amante de los animales, Ignacio Sanz de Santamaría ,quien ideó el proyecto desde los años 20″s del siglo pasado. Las obras comenzaron en 1928.

92 años después, la plaza está cerrada, no se sabe qué pasará con la licitación que el Instituto de Recreación y Deportes debe abrir por una providencia de la Corte Constitucional que se dilata en su ejecución.

Justamente don Gonzalo Sanz de Santamaría, la cuarta generación de esa familia ganadera busca celebrar los 100 años de la creación de Mondoñedo la más antigua divisa de toros bravos de Colombia que fue autoría de don Ignacio. Seis de esos toros se lidiaron en la inauguración por Ángel Navas ,Gallito de Zafra, Mariano Rodríguez ,El Exquisito y el valenciano «El Tigre de Ruzafa» por el barrio de origen árabe donde nació.

Cada localidad tenía un costo que variaba entre los 3,30 y 2,50 pesos o 50 centavos para el común que quisiera ubicarse en el puesto sol alto. La plaza contaba con una capacidad cercana a los 15.000 asistentes. Bogotá era una ciudad en la que habitaban 300.000 personas, este era UN EVENTO significativo en la época.

Años después , el fundador, don Ignacio Sanz falleció, tras declararse en quiebra por los desastres que causó la caída estrepitosa de la bolsa de Nueva York que sacudió la economía mundial perdió la propiedad que pasó a ser administrada por el municipio.

En 1943 el sobrino de don Ignacio , Carlos Sanz de Santamaría, alcalde de Bogotá se encargó de finiquitar los acabados que hacían falta para embellecer la plaza con una fachada de estilo mudéjar. En los años posteriores el Coso fue ganando en reconocimiento, varios empresarios se dieron cita allí y toreros importantes le dieron categoría al punto que con Las Ventas, La México y Acho en Lima son las plazas de toros más importantes del mundo

En la actualidad, La Santamaría es administrada por el Instituto de recreación y deportes pues como ya se dijo don Ignacio tuvo que entregar el inmueble al entonces municipio de Bogotá para honrar las deudas contraídas por los costos elevados para entonces de la construcción de la plaza.

DATOS RELEVANTES

1

El lote se compró por 70.000 pesos

El lote en donde ahora se ubica La Santamaría fue comprado por 70.000 pesos. En la época de 1928 era un buen monto de dinero y sin embargo, fue poco, comparado con los 400.000 dolares que tuvo que invertir después su fundador y empresario Ignacio Sanz, para levantar la construcción de la plaza.

2

Fue la primera plaza de toros construida con cemento en Bogotá

Los ingenieros Adonaí Martínez y Eduardo Lazcano fueron los encargados de construir la que sería la primera plaza de toros hecha con hormigón o cemento armado en Bogotá, las tribunas de las plazas anteriores habían sido elaboradas con madera. 

3

Fue declarada como Monumento Nacional de Colombia

La Santamaría fue propuesta como Monumento Nacional de Colombia por medio de la Resolución 3 del 12 de marzo de 1982. Su declaración se llevó a cabo el 26 de septiembre de 1984.

4

Jorge Eliecer Gaitán usó la plaza para su campaña del 46

La noche de su muerte, el 9 de abril de 1948, muchos de los seguidores de Jorge Eliecer Gaitán lo esperaban concentrados en La Santamaría, la orden era salir en marcha desde allí hasta el Palacio. Su líder nunca llegó. 

5

En 1940 un arquitecto español diseñó la fachada actual

Santiago de la Mora, arquitecto español diseñó la fachada actual de La Santamaría utilizando el estilo ‘mudéjár’ en ladrillo, un estilo artístico que se desarrolla en los reinos cristianos de la península ibérica y que incorpora influencias hispano-musulmanas.

OBRA IMPRESCINDIBLE

Los colegas Víctor Diusabá, Diego Caballero y Rodrigo Urrego nos han dejado una obra magnífica por su contenido histórico, sentimental , literario y fotográfico que es el mejor homenaje a la fe por la pervivencia de este rito mediterráneo, por la pasión de don Ignacio, por las figuras que han pisado el ruedo de La Santamaria, de El Niño de la Palma a César Rincón pasando por don Domingo Ortega ,Luis Miguel, Cantinflas, Pepe Cáceres, El Viti, Camino, Antoñete., los mexicanos de la época de los 40″s y 50″s, César Girón , El Empastre, El Bombero Torero, y una pléyade de ilustres


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