La clarísima providencia de la Sala Tercera de la Corte Constitucional para que el Distrito abra la licitación de cara a la reapertura de la plaza de toros De Santamaría, llevó a los organizadores del festejo programado para el 18 de febrero en Puente Piedra a postergarlo para marzo. Ni más ni menos que celebrar los 100 años de la creación de Mondoñedo la ganadería más antigua de Colombia y que hoy lleva la cuarta generación de la familia Sanz de Santamaría , una casa ganadera ilustre.
Y con un mano a mano de campanillas , Luis Bolívar que pasa por un momento dulce en su fulgurante carrera y el joven Juan de Castilla que, por cierto, se acaba de ganar su inclusión en el prestigioso certamen » La Copa Chenel» en España al que solo llegan 18 toreros.,
Si se repara en la hacienda «La Holanda» se conserva la plaza de tientas y el embarcadero a donde llegaron los Veraguas traídos por ese iluminado que fue don Ignacio amante de los animales y precursor del toro bravo en estas tierras amerindias.
Don Ignacio Sanz de Santamaría trajo los primeros toros bravos a Colombia hace 100 años.
Pues un grupo de apasionados aficionados agrupados en «Corrida de la independencia «, liderados por un taurino de pro, el abogado Jose Maria Serna con la asesoría y el concurso de don Gonzalo Sanz de Santamaría han querido en buena hora celebrar los cien años de la ganadería con tan magno acontecimiento con una corrida de toros el 18 de febrero 2023 ( esa fecha tiene tradición en Puente Piedra ) para un mano a mano de dos toreros colombianos, el absoluto triunfador de Manizales, Luis Bolívar y Juan de Castilla que ha tenido impecables actuaciones en Villapinzón, Cali y Manizales dejando un grato sabor.
En Mosquera, Cundinamarca, está esa primer plaza de tientas, sus muros delatan historia, tradición de un ceremonial que festeja un siglo de persistencia de una casa ganadera cuya quinta generación honra lo que su fundador soñó en esas primeras décadas de la centuria pasada.
Y es admirable contemplar el embarcadero a donde llegaron desde el otro lado del mar esos primeros ejemplares que vendrían a revolucionar una fiesta que ya tras el grito de independencia en 1810 comenzó a florecer en estas tierras del virreinato de la Nueva Granada.
Pero la historia es mucho más antigua. Según el historiador Daniel Ortega Ricaurte, en un estudio muy completo y publicado en los números 11-12-13 y 14 de 1923 y 1924 de la revista Santafé de Bogotá, los primeros vacunos ( 35 Vacas y 35 Toros) fueron traídos de España por el Conquistador Luis Alonso (o Alonso Luis) de Lugo, llegando al país en el mes de julio de 1543, fueron embarcados posteriormente por el Río Magdalena arriba. Cada uno de estos animales fue vendido en el tiempo de su llegada a mil pesos oro.
No fue por imposición colonial . Un proceso natural por ser herederos de la cultura de iberia ( por el río Iber ) que se había nutrido de la romana, visigoda, musulmana y cuyas raíces se asentaron en esta nación.
Don Antonio García cuyo padre , Don Francisco, vino con Julio de la Olla desde Puebla del Río como conocedores para contribuir al nacimiento de la ganadería de Mondoñedo, nos cuenta en este hermoso relato historia viva de la tauromaquia colombiana :
EL BISABUELO de Don Gonzalo con su mayoral Julio de la Olla, y el torero Rafael el gallo quien vino de España para tal fin, tentaron más de 1.200 vacas criollas traídas de libertad casanare y del páramo de tibata para cruzarlas con los toros de casta traídos de españa pues era un profundo conocedor del ganado de lidia ya que anteriormente se desempeño como ayudante de mayoral de la Ganadería Española del conde de Santacoloma.
El # 53 de nombre Ligero, negro
El # 71 de nombre Canastillo
El # 39 de nombre Sivilero, negro
Y el # 11 de nombre Malavista negro meano
Del señor Duque de Veraguas los siguientes toros:
El toro Cigüeño, negro bragado, el toro Cantinero, jabonero y el toro Granadino, negro.
Como dato curioso debo aclarar que el Señor Duque de Veraguas, nunca ponía el número, solamente El Hierro de su ganadería y les hacía un pequeño corte en el cuello para distinguirlos.
El libro de la Ganadería es abierto por don Ignacio Sanz de Santamaría el primero de Enero de 1924. Y el primer toro que se lidió de esta Ganadería de nombre Quinquillero # 1 en la plaza de toros de San Diego en 1926 .
El 8 de febrero de 1931 como colofón, se inaugura la plaza De Santamaria con una corrida de Mondoñedo
VER GALERÍA DE FOTOS por Farley Betancourt . La ganadería de mondoñedo cumple cien años las instalaciones aun se conservan
Ivàn Parra quiso ser matador de toros pero solo le alcanzò la vida para ser uno de los grandes informadores y ya no solo en lo taurino, versado y versátil .
Viviò intensamente y esa pasiòn por este arte antiguo del toreo nos hacìa vivir la corrida como si nosotros fuéramos partìcipes » in situ». Fui sui compañero en Caracol radio muchos años y compartimos sentimientos comunes imborrables.
Su carrera de abogado como la de su padre y su hermano Juliàn tambièn se truncò porque el periodismo le copò su tiempo.
Muriò esperando un trasplante de riñòn que nunca llegò.
Desde ese 2020 no hace mucha falta el querido maestro y amigo. Estas lìneas quieren ser un emocionado recuerdo a su persona, a su figura y a lo mucho que aportò al periodismo. Su señora madre, su hermano , esposa e hija saben cuanto se le quiere y admira porque con amigos y profesionales como èl su ejemplo sigue mas vivo que nunca
Hace 30 años en Nimes, Francia, recibió la borla de matador de toros el venezolano Erick Cortés. Paco Ojeda fue el padrino y nuestro César Rincón el testigo. El toro de la ceremonia. «Amargado» de JANDILLA con 530 kilos.
Su campaña de novillero fue rutilante con presentaciones exitosas en España y Francia, en La Maestranza y Las Ventas.
Hoy con su cárdeno cabello pero el animo del niño que quiso torear como pasión, va a celebrar esos 30 años, como no podía ser de otra manera, toreando el 19 de octubre. Lo hará en un festival de rumbo con su compatriota Jesús Enrique Colombo y el niño sensación, el salman tino Marco Pérez que estuvo este año en Manizales y en diciembre hará el paseillo en el festival en Cali.
Venezuela es un referente de esta tauromaquia mestiza con un figurón de época, César Girón, con Moreniño de Maracay y naturalmente Erick Cortés, torero, ganadero y empresario.
Como lo señala «Vitico», Erick Cortez ha toreado mucho en Venezuela, siendo uno de los diestros nacionales que más corridas ha sumado en suelo patrio, triunfando en las principales plazas como San Cristóbal, Mérida, Maracay, Maracaibo, Valencia y en muchos cosos de provincia. Es el que ha estoqueado el toro más pesado lidiado en Mérida, el recordado “Eco del Viento” de la Cruz de Hierro. Muchos detalles engrandecen la biografía de un buen torero, inquieto y defensor de la fiesta, empresario y sobre todo aficionado, catador del buen toreo y un excelente profesional. Erick Cortez seguramente sigue soñando con cuajar el toro y la faena perfecta.
Jorge Herrera es un torero nacido en Fusagasugá con residencia en Neiva, la tierra de su señora esposa, nuestra querida colega Margarita Suárez y quien honró el traje de luces.
Se formó a la vera de la Casa Lozano y fue un novillero con mucho predicamento en España donde se doctoró .
En Benidorm y nada mas ni nada menos con Paquirri, el inolvidable torero de Zahara de los Atunes, con Palomo de padrino, se hace matador tras una brillante campaña de novillero, el colombiano Jorge Herrera con ganado de Miguel Higuero un día como hoy hace 48 años…
Pasa el tiempo «¡¡¡Por Dios!!!».
Me parece que estoy en La Santamaría viéndolo torear en las últimas novilladas antes de su prolífico viaje a España donde se hizo matador de toros.
La ganadería de Miguel Higuero Vidarte, formada con vacas y sementales de Juan Antonio Álvarez tuvo un gran prestigio y aun se recuerda en Las Ventas una gran faena del maestro Rafael Ortega a un toro de esa vacada.
Lupe Sino muere de forma repentina el a los 42 años en su casa del paseo Pintor Rosales 62 de Madrid. Según cuentan los que en ese momento estaban con ella, murió diciendo «Manolo, Manolo». ¿Estaría viendo a «Manolete» en el momento de su muerte? ¿Le llamaría para reunirse con él? Nunca lo sabremos.
Lo que sí podemos afirmar es que la tarde en la que muere Lupe, en Madrid se celebra una novillada de Álvarez García para Pepe Limeño, Antonio Codeseda y Luis Ortega. Justo a la hora en la que muere Lupe, un novillo de dicha ganadería salta a la arena de Las Ventas. El toro en cuestión se llama «Islero», curiosamente el mismo nombre del toro de Miura que había matado a «Manolete» doce años antes en Linares. ¿Casualidades del destino? Es posible. O no…Es como la recuerda Antonio Roman Romero.
Nacida con el nombre de Antonia Bronchalo Lopesino en el pueblo de Sayatón (Guadalajara), Lupe Sino fue una mujer que se hizo a sí misma desde el primer momento. Sacó adelante a sus hermanos y los mantuvo con éxito en Madrid en una época donde vivir no era para nada sencillo. De ideología progresista y personalidad extrovertida, se ganó el cariño de unos pocos y el rechazo de muchos, que solo veían en ella la etiqueta de chica Chicote que con tanta facilidad colgaban en aquellos años, nos relata vozpopuli.
Hija de trabajadores agrícolas, la familia abandonó Sayatón cuando la actriz tenía catorce años para trasladarse a Madrid. Entró como criada en la casa de una familia adinerada del barrio de Salamanca. Cuando creció y descubrió su verdadera vocación, empezó en el mundo del espectáculo como bailarina de cabaret. Se juntó con el círculo más reconocido de la izquierda anarquista de Madrid, y así le pilló la guerra civil, una a la que sobrevivió con ingenio y valentía. Las dos señas de identidad de su carácter en aquellos años.
Durante la guerra civil, en octubre de 1937, contrajo matrimonio civil con Antonio Verardini, Jefe de Estado Mayor del IV Ejército Republicano. También salió con otros matadores como Domingo Ortega o Antonio Márquez. Tras el triunfo del bando nacional y la instauración de la dictadura, Lupe Sino supo adaptarse a la vida social que demandaba aquella España. De Verardini se separó antes de terminar la guerra, abriendo la puerta de una nueva vida que se postraba ante ella.
Actriz y artista, Lupe Sino fue una intérprete de cierto nombre en su época. Siempre en papeles secundarios, Antonia participó en películas como El Testamento del Virrey, La Famosa Luz María o El Marqués de Salamanca. Fuera del círculo, llegó a la vida de todos los españoles cuando unió su destino junto al de Manolete aquella tarde de 1943 en Chicote.
Un oasis rodeado de espinas
Lupe Sino y Manolete se amaron sin condiciones, con ese querer tan inocente que creyó vencer y convencer al infausto destino que los aguardaba paciente. Desde el entorno más cercano del torero jamás aceptaron la presencia de la actriz, a la que calificaban de forma deshonrosa como buscona. Apodada la serpiente por la cuadrilla del diestro, Lupe Sino jamás convenció a sus más allegados.
Sin embargo, ajenos a todo el ruido del exterior, vivieron los años más felices de sus vidas de 1943 a 1947. Fuentelencina es un pueblo de Guadalajara muy cercano a Sayatón. Allí pasaron veranos enteros con la única preocupación de quererse y cuidarse. Manolete era muy apreciado en la región, los vecinos lo adoraban. Esta confianza dio paso a que se soltase como nunca.
El hijo de María Tersa y Gonzalo nació en el sur de Bogotá un 5 de septiembre de 1965. Con los años se convertiría en un figurón del toreo en una campaña que se inició arriba de «la Caro» al norte de Bogotá en un tentadero en la ganadería de don Fernando Reyes, hijo de «El Nacional» que se vino huyendo de la guerra civil española.
César era muy chico, se subió a la tapia, esperó pacientemente y el maestro Camino que estaba allí espetó con su acento andaluz » Dejad al chaval». El niño tomó su desvencijada muleta y dio algunos pases. El maestro, con una intuición prodigiosa : ese chaval vale. Y cómo si vale!!!. Desde aquel mágico mayo de 1991 cuando en dos tardes consecutivas salió por la esquiva puerta grande Las Ventas conocida como la catedral del toreo ( serían 4 ese año, una mas en Beneficencia con el rey a bordo y en el otoño ) hecho histórico para un suramericano y que ningún torero ha igualado hasta hoy ).
Su carrera, surcada de sacrificios, cornadas, momentos de dureza pero también de sonora alegría le llevan hoy a este maduro torero y ganadero a los altares de la tauromaquia que un sector de fundamentalistas quiere borrar de la historia.
Solo desearle al veterano maestro colombiano muchos años de vida y felicidad en unión de los suyos y un abrazo a su padre , hermanos, , a su esposa Natalia , y a sus dos hijos varones.
El cordobés Manuel Rodríguez » Manolete » fue herido mortalmente por «Islero» un toro mediano de Miura en la plaza de Linares. Sobre las 5 de la mañana del 29 de agosto,expiró.
Segundos antes exclamó angustiado : Don Luis, no veo.
Manolete, un icono de la fiesta del siglo XX vino a Bogotá y a Medellín en el 46, dejó estela en la afición de las dos ciudades y quienes contaron aquellas tardes se les iluminaba el rostro narrando lo que vieron apretujados en La Santamaría y La Macarena. Dos tardes históricas en Colombia
ANTONIO ÁLVAREZ BARRIOS recuerda la triste tarde de Linares: El quinto miura que el 28 de agosto de 1947 salió a la plaza de toros de Linares se llamaba Islero y era negro entrepelao, posiblemente tocado en los pitones. La faena de Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, Manolete, con aquel toro estaba muy por encima de las condiciones del animal. Hizo un intento de molinete de rodillas, fuera del repertorio habitual. Manolete se perfiló en corto e hizo la suerte de matar despacio y marcando los tiempos. Se hundía el estoque en el toro y, al tiempo, el pitón en el muslo derecho del torero, la fatídica cornada que le robó la vida. Este es el reportaje que EL PAÍS publicó el 28 de agosto de 1997, en el 50º aniversario de su muerte:
Santa Marina era el barrio torero por excelencia de Córdoba. Allí, en la calle de Tomás Cabrera 2º A, nació el 4 de julio de 1917 Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, con el tiempo apodado Manolete, como antes lo fuera su padre, también matador de toros. Por la rama materna le venía el parentesco con el Bebé, los Lagartijo, Mojino, Manene, Recarcao y Machaquito.Cinco años tenía Manolete cuando murió su padre sin dejar nada acomodada a la familia. Hijo, nieto, primo, sobrino, amigo de toreros, tenía que ser torero. Lo daba la casta, el barrio y la necesidad. El flacucho chaval, serio y triste, acabó jugando al toro como los compañeros de la plaza de la Lagunilla y el campo de la Merced. En un herradero de la finca Lobatón se probó a los 12 años con unas becerras y no anduvo mal. De ahí saldrían los tentaderos, los festivales y algún que otro puntazo. Alternando con su primo Bebé Chico y la torera Juanita Cruz, debutó como novillero en Cabra el domingo de Resurrección de 1931. Durante un tiempo figuró en la parte seria de Los Califas, un espectáculo cómico-taurino-musical cordobés. A la plaza de Tetuán de las Victorias en Madrid acude de novillero el 1 de marzo de 1933 con dos mexicanos y Varelito Chico. La crítica no echa las campanas al vuelo, pero deja ya constancia del sello que le acompañaría toda la vida: el de formidable estoqueador. Torea donde puede y el servicio militar se lo permite, durante la guerra. Ha cuajado en novillero con estilo propio, y José Flores, Camará, se decide a apoderarle en 1939, año de su alternativa en Sevilla de manos de Chicuelo. Le faltan dos días para cumplir 22 años.
Marcial Lalanda le confirma como matador en Madrid en octubre del mismo año y allí comienza una fulgurante y cortísima carrera en la que cobró los más altos honorarios hasta entonces conocidos. Dos campañas hizo en América y llegó a ser el ídolo de México. El año 1946 no toreó en España, salvo una memorable corrida de Beneficencia. Al año siguiente triunfaría también en Madrid a cambio de una cornada.
La plasticidad del toreo vertical de Manolete, unida a su honestidad y su entrega, le convirtieron en un fenómeno de atracción nacional e internacional. Con él se cumplía la gran profecía de Belmonte: «Saldrá un torero que toree bien el 90% de los toros… » Quien llenó esa esperanza no consiguió pasar los 30 años, herido de muerte en Linares hoy hace medio siglo.
El último día
En la habitación grande de la planta baja del hotel Cervantes de Linares hay dos camas, una para Manolete y otra para Camará. Han llegado deshechos del largo viaje de Santander, donde las cosas salieron bien. Manolete está cansado de la temporada y del público, que cada día exige más. Entran a saludar los íntimos de la prensa de Madrid —Bellón y K-Hito— y los punteros del ambiente —Balañá, Colombí, Camacho y algunos otros—. La corrida de Miura escogida para la feria no es grande. Todos tratan de quitarle importancia, menos Manolete, obsesionado con la idea de que hay que darle más al público.
Lleno en la plaza de Linares. Al romper el paseíllo hay una gran ovación para Manolete, que recoge casi desde el centro del ruedo. Luego invita a Gitanillo de Triana y a Luis Miguel Dominguín a compartir los aplausos. En el primero, Gitanillo hace un buen quite y Manolete lo mejora por verónicas. El segundo está justo de fuerzas y el Pimpi no le pega mucho en varas. La faena de Manolete con la derecha se remata con tocaduras de pitón y la testuz acariciada. Con pinchazo y estocada corta, recoge una fuerte ovación.
Luis Miguel ha venido a arrasar. Bien con el capote y tres excelentes pares de banderillas. La faena de muleta es muy jaleada, pero pincha tres veces y da dos descabellos. Conceden una oreja, pero los tramposos banderilleros le llevan’ las dos y el rabo. El gitano Rafael mata al cuarto con dignidad.
El quinto miura se llama Islero y es negro entrepelao, posiblemente tocado en los pitones. Ramón Atienza le mete hasta las cuerdas de la puya, y en banderillas, Cantimplas y Gabriel González pasan apuros. La faena de Manolete está muy por encima de las condiciones del toro. Los derechazos y las cuatro manoletinas ajustadísimas encienden al público. Hay un intento de molinete de rodillas, fuera del repertorio habitual. Manolete se perfila en corto y hace la suerte de matar despacio y marcando los tiempos. Se hundía el estoque en el toro y, al tiempo, el pitón en el muslo derecho del torero. De cabeza cayó después de girar sobre el cuerno. En el traslado a la enfermería, se equivocan de camino las asistencias; en el ruedo quedan dos regueros de sangre.
«Don Luis, no veo»
Cuando, sobre las ocho de la tarde, cesó el efecto de la anestesia, Manolete se quejó a su primo el banderillero Cantimplas: «Pelu, ¡cómo me duele la ingle!». Y pidió un vaso de agua. En la enfermería, llena de gente que no pintaba nada allí, permaneció aún mucho tiempo. Después se le trasladó en camilla llevada a pie hasta el hospital de Linares. Por carretera venía, de refuerzo médico desde El Escorial, el doctor Luis Jiménez Guinea, cirujano jefe de la plaza de Las Ventas.
Declaraciones de un hijo del doctor Garrido atribuyen a un plasma en mal estado el agravamiento y muerte de Manolete. Se sabe de la zozobra del torero al ver que no le operaban de nuevo. Jiménez Guinea se convirtió en receptor de los últimos momentos: «Don Luis, no siento la pierna», le dijo el torero. Y al rato: «Don Luis, no siento la otra». Con la última queja —»Don Luis, no veo»— comenzó la agonía.
Eran las cinco horas y siete minutos de la madrugada del 29 de agosto de 1947 cuando Camará le cerró los ojos al torero de más leyenda de toda la historia.
Capilla de la plaza de Linares
MANOLETE . SUERTE SUPREMA EN LA MIRADA DEL PINTOR DIEGO RAMOS Y EN UN AUTO FIRMA AUTÓGRAFOS
El año 1945 son 71 actuaciones las ejecutadas, muchas con brillantes éxitos, primer año que marcha a América. Entre el final de 1945 y principios de 1946 actúa en 39 corridas en México, Colombia, Perú y Venezuela. La Campaña de 1946 se la dedica especialmente a América, pues tan sólo toreó en Madrid el 19 de septiembre para la Beneficencia. Vuelve en 1947 como segunda temporada a Méjico y Perú toreando 15 corridas; de vuelta a España, cuando está bien entrada la temporada se presenta en 21 cosos.
Cansado de llevar durante todos estos años el peso del liderazgo, le confiesa a su amigo y periodista Matías Prats, la intención de retirarse tras concluir esta temporada. Desgraciadamente, no pudo cumplir su deseo, pues en agosto de ese mismo año sufre la mortal cogida de Linares que le causó la muerte horas después.
Por la suma de todo ello, se le consideró por unanimidad como el IV Califa de la Tauromaquia (y el primero de entre todos ellos), uniéndose así a nombres de la talla de Lagartijo, Machaquito y Guerrita.
UNA TAUROMAQUIA IMITADA PERO NO IGUALADA
Tras Manolete, y aún hoy día, surgieron y continúan saliendo multitud de toreros que siguen claramente los cánones establecidos por el IV Califa de la Tauromaquia, pero si bien lo intentan imitar de la forma más fidedigna posible, ninguno ha conseguido igualarlo. Lo que sí está claro es que la concepción del toreo que adoptó el torero, esa unión de conceptos de las tauromaquias anteriores (siguiendo con mayor ahínco la rama gallista) que adoptó del torero sevillano Chicuelo (como él mismo confirmó en alguna entrevista), supuso una auténtica revolución y quedo fijada para la posteridad, siendo la primordial concepción que seguimos disfrutando hoy día.
Los aspectos fundamentales de su tauromaquia fueron varios destacando la sobriedad y seriedad en su toreo, ejecutando las suertes y manejando los tiempos con gran maestría y finura, destacando en el manejo de la muleta que le imprimía un carácter personal. Contribuyó a divulgar la manoletina, pase de muleta que le dio su nombre. Fue escueto en los adornos, sobre todo con el capote que lo dominaba con elegancia, pero sólo hacía aquello que necesitaba el toro para ser bien lidiado.
Algo en lo que destacó por encima de todo fue en el temple, ese codiciado don con el que la vida premia a algunos elegidos, y la forma estoica y con las zapatillas asentadas que realizaba con una pasmosa naturalidad. Los pases mirando al público eran únicos, aguantando la embestida; y los pases de pecho y por alto espléndidos, siendo pases muy fáciles de inmortalizar por su postura descaradamente mayestática.
Con la suerte suprema, ejecutaba la suerte con inusitada maestría y exponiendo mucho, lo que le permitió llegar a ser uno de los mejores estoqueadores de la historia taurina. La exposición era tal, que tiraba la moneda al aire, jugándose la vida en cada entrada de la espada. Desgraciadamente, al tirarla con “Islero”, salió cruz…
EL AMOR “PROHIBIDO”: LUPE SINO
Una sonrisa sensual, una bonita melena ondulada y morena y unos grandes y vistosos ojos verdes que cautivaban a todo el que le sostenía la mirada. Así era Antonia Bronchalo “Lupe Sino” y con esa semblanza afable cautivó a uno de los hombres más deseados del momento con solo mirarlo. Fue en 1943, cuando en el famoso Bar Chicote y por intercesión de la inigualable Pastora Imperio, se cruzaron por vez primera para ya nunca separarse la actriz mexicana y el diestro cordobés. Desde ese momento, contra viento y marea, esa mujer se convirtió en bandera y patria para Manolete.
Contra viento y marea porque la mexicana, no tenía un pasado que la España del momento podía aceptar para compartir la vida con el ídolo popular. Un pasado en el que se contaba con un matrimonio con un Jefe del Estado Mayor del Ejército Republicano, romances con otros toreros y ambientes nada puritanos. Pero nada le importó al líder taurómaco, pues lo que sentían ambos era mucho mayor que cualquier impedimento u oposición (que tuvo muchas, desde personajes destacados de la sociedad, hasta su querida madre y pasando por los compañeros de la cuadrilla); se amaron sin condiciones.
Los momentos más felices de un hombre que lo había conseguido todo en la vida fueron los periodos que vivió junto a su amada en un pueblo de Gaudalajara, Fuentelencina donde pasaron veranos enteros con la única preocupación de quererse y cuidarse, sin cámaras y sin restricciones (cosa que en España originó más de una polémica).
El día trágico del que se cumplen hoy 75 años, se encontraba Lupe Sino en Lanjarón y con toda la urgencia que pudo, luchando contra el paso inexorable de las manecillas del reloj, llegó la actriz a la plaza de Linares cuando el corazón del diestro todavía bombeaba la sangre justa y necesaria para poder decirle adiós. Sin embargo, se encontró con la negativa de varios personajes importantes (Camará y miembros de la cuadrilla) para dejarle pasar a despedirse. El absurdo argumento que esgrimieron: el médico había pedido descanso para el torero. La realidad es que temían que se casaran en artículo mortis y que parte de la fortuna cosechada con sangre y sudor en los ruedos de España por el torero pasaran a manos de la mexicana.
Solo tuvo acceso a la enfermería tras certificar el doctor la muerte de Manolete. Los amantes no pudieron despedirse y con el sentimiento de culpa y el dolor de sentirse repudiada sobre sus hombros, marchó a México.
Tras la muerte del torero, la muchacha quedó relegada al más triste de los ostracismos, rehízo su vida con Manuel Pedro Rodríguez, pero nunca olvidó a su amado caído y tras su fallecimiento en 1959 y con el paso de los años, la historia le fue colocando en el lugar preferente que le correspondía en la vida del torero. Quién sabe si hoy día, la sociedad hubiera aceptado el romance y el torero pudiera haber disfrutado, sin amargor, del amor verdadero y sin límites que sentían los dos.
Lo recuerdo en las ferias colombianas. Y en Maizales aquella tarde del 8 de enero de 1980 que » indultó
( nunca fue indultado pero se convirtió en uno de los grandes sementales ) a «Joyero» de don Felix Rodríguez, un ejemplar con 447 kilos al que el albaceteño, le hizo una faena larga ( 15 minutos ) y cuando fue a cumplir con la suerte suprema la afición no lo permitió y el toro devuelto a corrales para ser apuntillado pero en la madrugada siguiente el hermano del ganadero lo embarcó y se lo llevó y al llegar a cumplir el mandato del palco el toro iba rumbo a Zipacón a la ganadería . Ese semental fue un prodigio y muy importante en el crecimiento de » La Carolina» de don Santiago Uribe y sus socios.
A los 68 años de edad como consecuencia de una grave enfermedad contra la que luchaba desde hace varios meses murió hace 5 años el mestro Dámaso Gonzalez.
La Plaza de Toros de Albacete, conocida popularmente como ‘La Chata’, albergó la capilla ardiente del torero albaceteño Dámaso González, informaba La Cerca.com en 2017
La ciudadadanía rinde homenaje al torero Dámaso González llevando flores a su estatua de la Plaza de Toros de Albacete
La estatua de Dámaso González en la Plaza de Toros de Albacete se llena de flores tras la noticia de su fallecimiento
La estatua de Dámaso González situada en los exteriores de la Plaza de Toros de Albacete se llenó de flores que los ciudadanos llevaron hacia la misma en forma de homenaje a este gran torero y mejor persona.
Inauguración de las exposiciones con motivo del I Centenario de la Plaza de Toros de Albacete de Antonio Saiz y Juan Miguel Rodríguez
Nacido el 11 de septiembre de 1948 y procedente de una familia de ganaderos, comenzó a participar en diversas capeas por tierras manchegas hasta que en 1965 apareció en la parte seria de un espectáculo cómico-taurino-musical.
Se vistió de luces por primera vez el 27 de agosto de 1966 en un festejo menor de Albacete en el que actuó como sobresaliente de espada.
Aunque al principio un número de aficionados y una amplia parte de la crítica criticaron sobre todo por el control de la estética, más tarde demostró su personalidad y capacidad para hacer frente y dominar todas las suertes taurinas, incluso con las ganaderías más duras. Sus verónicas y desplantes tuvieron el máximo seguimiento y reconocimiento del público, mientras que su control de la muleta logró, al fin, convencer incluso a los aficionados más exigentes.
Recibió la alternativa en Alicante (España) el 24 de junio de 1969 con Miguel Mateo Salcedo, “Miguelín”, de padrino y Paquirri de testigo con toros de la ganadería de Flores Cubero.
La ciudadadanía rinde homenaje al torero Dámaso González llevando flores a su estatua de la Plaza de Toros de Albacete
Tras participar en veinticuatro corridas por tierras españolas, marchó a América, donde obtuvo, entre otros trofeos, el “San Sebastián de Oro” otorgado al triunfador de la feria de San Cristóbal (Venezuela).
Confirmó la alternativa en Madrid el 14 de mayo de 1970 con El Viti como padrino, Miguel Márquez de testigo y toros de la ganadería de Francisco Galache de Hernandinos. Aunque no cortó ningún apéndice a Barranquillo, el toro que le cedió El Viti, sí logró cortarle una oreja al que cerró la tarde.
Dámaso González. Matador de Toros.
Primera retirada
Cuando Dámaso González estaba próximo a cumplir los cuarenta años de edad y se acercaba a los veinte como matador de toros, nadie dudaba de su temple, su pundonor y sus ganas de dar lo mejor de sí mismo ante el público. Torero veterano, había obtenido triunfos importantes tanto en su tierra natal como en otras plazas españolas y americanas, ganándose el respeto de todos los aficionados.
Tras torear tres tardes en su ciudad natal, saliendo a hombros en la primera de ellas, terminó la temporada en Valladolid el 20 de septiembre de 1988, en la que sería su última aparición en los ruedos durante tres años.
La ciudadadanía rinde homenaje al torero Dámaso González llevando flores a su estatua de la Plaza de Toros de Albacete
Reaparición a principios de los años 1990
El también diestro albaceteño Manuel Caballero convenció a Dámaso González para que éste le diera la alternativa el 20 de septiembre de 1991 en Nimes. En aquella tarde en la que volvió a vestirse de luces, Dámaso cortó tres orejas y salió a hombros.
La ciudadadanía rinde homenaje al torero Dámaso González llevando flores a su estatua de la Plaza de Toros de Albacete
Reapariciones en los años 2000
En el año 2000, Dámaso González volvió a vestirse de luces durante la tradicional corrida de Asprona de Albacete. Fue una reaparición puntual, a diferencia de lo que sucedió tras el éxito que obtuvo el 1 de diciembre de 2002 en un festival de Quito.
Se anunció su vuelta a los ruedos para la temporada de 2003, cuando el diestro contaba con cincuenta y cuatro años de edad. Logró cortar una oreja en Valencia durante las Fallas el 15 de marzo. Se despidió definitivamente de la plaza de Albacete el 16 de septiembre y un día después hizo su último paseíllo en la Feria de Murcia.
Un 20 de julio en » La Pradera» en Sogamoso el toro » Garrotillo» le infirió una cornada al maestro que, como tantas veces he contado el Dr. Malpica me dijo : Es mortal de necesidad. Fueron casi 30 días de la agonía que concluyó en la clínica Santafe en Bogotá. Prefiero hablar de partida y no de muerte porque sigue entre nosotros como ejemplo.
Preguntó en un papelito a su fiel mozo de espadas: Le pagaron a las cuadrillas?
. Tenía su caracter, todo hay que decirlo pero en un mundo donde conviven la belleza y lo bronco es así y el maestro, , como en su toreo, siempre con la muleta puesta y » alante».
Había tomado la alternativa en Sevilla, toreó en las plazas de Francia, España.Portugal y en todos los cosos americanos. Fue amigo de Luis Miguel, Bienvenidas, Ordóñez y se codeó con Picasso y Orson Wells en los callejones.
Su hijo que en ese agoto del 87 tenía apenas 2 años ha escudriñado en la vida y obra e su afamado progenitor y está por estrenar una película.
Los restos del hijo de Honda reposan en la catedral de Manizales ciudad de sus grandes triunfos y una que otra derrota torera.
Le acompañamos en su última vuelta al ruedo en La Santamaría escenario de su épica toreria. Fue un día triste y sombrío para quienes le respetamos y admiramos. Dejó un gran legado. Hoy, a 35 años de su partida, este breve pero emocionado recuerdo que es Bunde tolimense que en sus grandes faenas la banda de la plaza de toros le dedicaba :
Canta el alma de mi raza En el bunde de Castilla Y este canto el sol que abraza.Nacer, vivir, morir Amando el Magdalena La pena se hace buena Y alegra el existir.Baila, baila, baila Sus bambucos mi Tolima Y el aguardiente Es más valiente y leal (Bis)Soy vaquero tolimense Y en el pecho llevo espumas Va mi potro entre las bruma Con cocuyos en la frente Y al sentir mi galopar Galopa el amor del corazónPues mi rejo va a enlazar Las dulzuras del amor Con la voz de mi cantar. ¡Mi Tolima!
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