La afición sevillana se rindió en el día de la hispanidad al niño Marco Pérez y le abrió su exclusiva puerta del príncipe en un hecho que no tiene precedentes.
Dice Juan Carlos Pedris con toda razón : Toda la expectación levantada en torno al debut de Marco Pérez, ese quinceañero salmantino que tiene revolucionado al toreo fue superada ampliamente por la realidad de ver en el albero maestrante a un niño que como le haga al toro lo que ahora le hace a los becerros se va a fumar todo el tabaco del toreo. Recién cumplidos los quince años y con aspecto de contar con muchos menos, Marco puso patas arriba al templo maestrante con un recital artístico y enciclopédico ante un añojo de Jandilla de nombre Bravío. Desde ponerse a portagayola al estoconazo con que dio cuenta del becerro, lo que en el día del Pilar de 2022 hizo este niño ya está en los anales de la Fiesta, que muy pocos toreros, o ninguno, ha formado en su debut en Sevilla el lío que ayer formó este chiquillo.
Explicar cuanto hizo con capote y muleta se resume en el calificativo de apoteósico. Ya de entrada, sólo verlo andar por la plaza, tan diminuto y aparentemente indefenso, puso a la gente incondicionalmente de su parte. Y cuando con el rabo de Bravío en una mano y la bandera de España en la otra iba en hombros hacia la Puerta del Príncipe un enjambre de chavales fueron a portarlo hasta el Paseo de Colón. Estamos hablando de un suceso sin exageraciones de ningún tipo y en la seguridad de que va a ser asunto principal en las conversaciones taurinas del invierno.
RESUMEN DEL FESTIVAL
Diego Urdiales, con un toro de Espartaco. ovación y saludos. José María Manzanares, con uno de Daniel Ruiz, una oreja. Daniel Luque, con uno de Victoriano del Río, ovación y saludos. Juan Ortega, con un toro de Domingo Hernández, saludos. Pablo Aguado, con uno de Talavante, dos orejas. NOVILLERO: Diego Bastos, con un novillo de Núñez de Tarifa, una oreja.
BECERRISTA: Marco Pérez, con un añojo de Jandilla, dos orejas y rabo, saliendo por la Puerta del Príncipe.