La mirada de Alcalino a las novilladas de Puebla con actuaciones de colombianos

La mirada de Alcalino a las novilladas de Puebla con actuaciones de colombianos

ste fin de semana se puso en marcha en Puebla –aunque geopolíticamente La Estrella pertenece a San Andrés Cholula– una Temporada Chica de carácter internacional, con novilleros procedentes de España, Colombia y Perú, y bisoños mexicanos.


La lista incluye a promisorios herederos dinásticos –Juan Querencia, Jorge Glison, José Alberto Ortega, Gustavo García «El Solito»–, además de hierros ganaderos de la prosapia de Piedras Negras, De Haro, Tenexac, Darío González y otros de la región Puebla-Tlaxcala, que ya era hora que diera un golpe de mano en medio de la incertidumbre que rodea a la Fiesta desde hace tanto tiempo y que la pandemia agudizó al extremo.


Signos esperanzadores
No por nada estamos ante la propuesta más importante que ha surgido en este país durante la última década. Mucho más generosa que las minitemporadas capitalinas, prácticamente borradas durante el confinamiento y reducidas a unos cuantos festejos chicos en la reciente reapertura de la Plaza México.
Además, existen garantías de máxima seriedad en la organización, de acuerdo con lo expuesto a este columnista por el empresario Mario García Rojas, cuyo historial registra, en la última década, la iniciativa de cuatro certámenes similares celebrados en plazas del norte del país –Tampico, Altamira, Reynosa– aunque este de Puebla sea el más ambicioso de todos y el primero de carácter internacional.
Con alma de aficionado curtido, la ilusión de García Rojas es promover entre las nuevas generaciones el gusto por la fiesta. Y entiende que, para conseguirlo, ha de cuidarse al máximo el respeto al público, al reglamento y a la esencia de la tradición taurina, tan mal tratada en el México del siglo XXI.


Al rescate
Muchas veces hemos recordado, con añoranza, las espléndidas temporadas novilleriles de Guadalajara y Monterrey. Y de cómo el relevo lo fueron tomando «El Relicario», la plaza «La Paloma» de Vallarta y la Plaza Arroyo, en versión más reducida.


Después nada, silencio casi total, con la emigración forzosa de aspirantes nuestros hacia España y sus escuelas taurinas –los que cuentan con medios para emprender la aventura, claro–y notoria escasez de valores consolidados entre las filas de los matadores mexicanos. Mientras una Fiesta popular –que eso fue el toreo en nuestro país, donde reinó por casi una centuria como la pasión nacional  por excelencia–, se volvía asunto de élites aisladas, bajo el embate de los taurófobos, la indiferencia gubernamental y un abandono mediático y de patrocinios casi total.


Cartelería internacional
En medio de esa situación ha surgido la iniciativa de Mario García Rojas que ha cristalizado en la feria novilleril de La Ronda –una portátil con cuatro mil cien localidades–, que más que feria se nos presenta como una temporada adaptada a las circunstancias actuales.


Tal vez algún quisquilloso reclamaría que esa condición –la de temporada a la usanza tradicional– no condice con carteles confeccionados de antemano, pero se comprende que García Rojas ha decidido abrirla a la mayor cantidad posible de chicos con hambre de caminar y ser gente en esto del toro, antes de reservar para los más dotados y talentosos las finales para triunfadores de la primara parte del ciclo. Es decir, de las cinco novilladas de selección, a sábados y domingos, que van del el 19 de marzo al 2 de abril; la semifinal será el domingo 3, con novillos de El Grullo para los que más hayan destacado en los festejos de selección, y habrá una gran final de triunfadores el sábado 9 con ganado de Piedras Negras.


Atractivos carteles
La participación internacional incluye nombres que el ambiente taurino reconoció de inmediato, como el del extremeño Manuel Perera –que en la inauguración justificó plenamente el encontrarse ya a las puertas de la alternativa–, o los también hispanos Eugenio Martín «El Mani», Juan Carlos Benítez, Manolo Casado y Pablo Maldonado; en representación de Colombia tendremos por aquí a Andrés Castellón Mateo Gómez(Santiago Fresneda «Gitanillo de América» no pudo comparecer el sábado por culpa del Covid 19); y por Perú Samuel Calderón, soñando con emular las hazañas de Roca Rey.


Entre los muchachos mexicanos tenemos, además de los ya citados, a Jussef Hernández –que cortó oreja en la apertura–, José Miguel Arellano, Emiliano Ortega, Hidalgo García, José Sáinz, Juan Pedro Herrera, Luis Martínez, Jesús Sosa, José Arreguín, Rafael Soriano y Enrique de Ayala. Y el panorama ganadero no es menos prometedor, con utreros de encastes poblano-tlaxcaltecas garantes de bravura y clase para que los muchachos puedan alzarse con el triunfo a poco que se decidan.


Hay que hacer votos porque tan ambicioso plan encuentre apoyo mediático, mueva suficiente público y se vaya desarrollando con el éxito y la seriedad deseadas. En juego está el porvenir de la Fiesta, en Puebla y a nivel nacional¿Ilusiones propias de los idus de marzo? Mejor esperanza de futuro. Pero fincada no en el aire ni en fantasías sin fundamento sino en una idea realmente original y prometedora.

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