Se confirmó la muerte de Alí Humar, reconocido actor y director, con una trayectoria profesional de cerca de 50 años.
Su familia había emitido un comunicado a la opinión pública para precisar que él se encontraba en estado crítico y siendo atendido por el personal de la Fundación Santa Fe, en Bogotá. “Toda su familia agradece las expresiones de solidaridad de quienes han estado atentos de su estado de salud”, concluía el comunicado emitido en aquel entonces.
En la mañana de este martes, la familia Humar Jaramillo emitió otro comunicado para informar que Alí había fallecido producto de un paro cardiorrespiratorio y “después de batallar con una enfermedad pulmonar aguda agravada por el COVID-19 y a pesar de contar con su esquema de vacunación”, sostiene el documento.
El actor, director y comediante, que falleció a sus 76 años en la mañana del martes, era reconocido por ser uno de los personajes que ayudó a crear la identidad de la televisión colombiana actuando en los 70 en producciones insignia que revivieron clásicos de la literatura colombiana como María, de Jorge Isaacs, y La vorágine, versión de la obra de José Eustasio Rivera.
Más adelante y para generaciones más jóvenes también es reconocido por la dirección de programas representativos como Sábados Felices, Los Cuervos y Señora Isabel.
Según relatan conocedores de la historia de la televisión colombiana, como muchos artistas de la época fue reclutado a través de un espacio conocido como El primer aplauso, con el que pudo formarse como actor con el maestro Bernardo Romero Lozano y Boris Roth.
Pese a que por muchos años pensó en hacerse a un lado del oficio según relató a varios cronistas sobre su vida, todo cambió cuando entró en la dirección, trabajando en Caracol. Allí su carrera se impulsó y fue contratado por RTI. En ese momento dirigió Los cuervos y Señora Isabel, dos historias que tuvieron un alto rating de pantalla y que aún son recordadas.
Humar es recordado por haber dirigido producciones de la televisión colombiana como Los cuervos (1984), Lola Calamidades (1987), Herencia maldita (1990), Señora Isabel (1993), Copas Amargas (1996), Castillo de Naipes (1998) y Tabú (1999).
De igual manera, entre el 2000 y el 2019, Humar se desempeñó como director del reconocido programa de humor ‘Sábados Felices‘.
El mes pasado, Humar tuvo varias apariciones en medios de comunicación, luego de que lo invitaran a hablar sobre su gran amistad con Carlos ‘El gordo’ Benjumea, otro importante actor de la televisión colombiana, quien falleció el pasado 13 de mayo. En una entrevista con Caracol Radio en ese entonces, el director declaró: “Le dije al ‘Gordo’ que no se fuera primera que yo y me falló”.
En febrero del año pasado, el actor lanzó un libro en el que compiló cerca de 90 anécdotas que vivió con personalidades del mundo del entretenimiento a nivel nacional e internacional. Dicho libro lo tituló ‘Es mi versión y no la cambio’.
Tarde triunfal de la terna extremeña en Badajoz: Ferrera, Emilio de Justo y Ginés Marín han cortado siete orejas a una corrida de Victoriano del Río. Hubo tres cuartos de entrada dentro del aforo permitido. Ferrera resultó herido. «Sufre una cornada envainada en la cara interna con una trayectoria descendente de 15 centímetros», según el parte médico. No específica en qué pierna, según publica El Mundo.
Según Mundotoro, Antonio Ferrera ha sufrido una cornada de la que está siendo operado, tras ser golpeado contra las tablas al poner un par de banderillas al cuarto toro de la tarde, por lo que no pudo salir a hombros.
La faena más importante la realizó Ginés Marín al tercero, al que desorejó. Toreó muy templado y cuajó una gran actuación. Luego, con la misma intensidad, no pudo obtener otras dos orejas por el mal uso de los aceros. Tuvo que descabellar (oreja)
Antonio Ferrera, ovación y dos orejas tras un pinchazo. La faena al cuarto tuvo el sello personal de Ferrera, que se sobrepuso a la herida, participó en todos los tercios y se perfiló a matar desde mucha distancia.
Apenas han pasado veinticuatro horas de que Guillermo Hermoso de Mendoza fue dado de alta en el Hospital de Estella, y hoy jueves ya se encuentra entrenando y probándose para los compromisos de este fin de semana.
A pesar que todavía arrastra alguna molestia, tanto en la zona cervical, como en el cuádriceps, lo cierto es que terminó el entrenamiento con muy buenas sensaciones y con la seguridad plena de poder actuar en los próximos compromisos de Alicante y Zamora.
Cartel de «No hay boletas» en Alicante en 1971 y cartel de ídem hoy, fecha en que se cumplen 50 años de la alternativa de José María Manzanares.
En el coso de la ciudad mediterránea se respiraba aquella tarde un ambiente de lujo. Tanta era la expectación en la segunda corrida de la Feria de San Juan que había equipos de televisión de siete países, según contaba el ABC al día siguiente. «Luis Miguel Dominguín reaparecía en la Península, actuando con El Viti y José María Manzanares, que tomaba la alternativa, con toros de Atanasio Fernández, mansos y huidos, y el tercero, quinto y sexto, ilidiables».
Esta tarde se realizará la corrida -homenaje al maestro en la que interviene su hijo, José María
En el ejemplar de la ceremonia Manzanares en ese 1971 formó un auténtico lío y cortó las dos orejas y el rabo, mientras que el último fue el más difícil del sexteto y el torero «dio la vuelta al ruedo a hombros, en uninó de Dominguín, saliendo así los dos por la puerta grande». Luis Miguel también logró los máximos trofeos en su primero y otra oreja con petición de la segunda en el cuarto. El testigo, Santiago Martín «El Viti», dio una vuelta al ruedo tras aviso en el tercero y paseó una oreja en el quinto.
Aquella fecha hubo festejos en otras muchas plazas. En León salió por la puerta grande El Puno, que compartió terna con Diego Puerta y El Cordobés, quienes cortaron una oreja. En Badajoz fue Dámaso González el triunfador, mientras que en Barcelona se embolsó un trofeo en cada toro Jerezano. En la novillaa de Juan Gallardo Santos de Algeciras, José Luis Galloso arrasó con tres orejas y un rabo.
También un 24 de junio (de 2003) se doctoró en Alicante José María Manzanares hijo, que también conquistó un rabo en su emotiva alternativa, de manos de Ponce y en presencia de Rivera Ordóñez y de su padre (de paisano). Se agotaron las entradas, como este viernes, cuando comparte paseíllo con José Tomás, en su regreso a la Feria de Hogueras -que ha revolucionado la ciudad, con un impacto económico de más de och
Morante es irrepetible y ultimamente da para titulares y cotorreo taurino. Lo último.Se lo dijo a Vicente Zabala : Me cansa el toro bueno y por eso quiere matar otros encastes….
Me queda una pregunta : Si no quiere » lo bueno ( léase, lo cómodo) será que quiere lo incómodo o » lo malo» que sería, por ejemplo lo que piensa torear , Prieto de la Cal ?
En un twiter, dice el periodista Zabala de la Serna:
Quedamos en la rodriguezlibros de Madrid para hablar del maestro Manzanares pero se nos rompió el guion / Morante quiere matar seis toros de Prieto de la Cal: «Estoy aburrido de juampedros y garcigrandes. Me cansa el toro bueno, te lo juro».,
SEÑAL
Hoja de higuera en la derecha y punta de lanza en la izquierda.
FINCAS
La Ruiza, San Juan del Puerto (Huelva).
PROCEDENCIA
Veragua -Vázquez.
ANTIGÜEDAD
23/05/1919
ANTECEDENTES
Fue formada en 1912 por don Florentino Sotomayor con reses de Miura y Parladé y con varios sementales de Tamarón. En 1931 fue adquirida por don Mariano y don Fermín Martín Alonso, quienes a su vez la vendieron en 1935 a don Marcial Lalanda, anunciando a nombre de doña Emilia Mejía. En 1940 agregó un semental y vacas de Albaserrada, vendiéndola en 1945 a don Tomás Prieto de la Cal, quien eliminó todo lo anterior y añadió reses oriundas de Veragua adquiridas a don José Enrique Calderón. En 1975, por fallecimiento de don Tomás, se anunció la ganadería a nombre de su hijo.
ENCASTE DE PRIETO DE LA CAL
ENCASTE VÁZQUEZ – VERAGUA
El toro «vazqueño» toma su nombre del apellido del ganadero de Utrera (Sevilla) Gregorio Vázquez y, fundamentalmente, del de su hijo, el que fuera excelente criador de toros, Vicente José Vázquez, capaz de crear a finales del siglo XVIII una vacada que llegó a ser referente histórico, tanto con este apellido como, posteriormente, en manos de las sucesivas generaciones de los Duques de Veragua.
La sangre vazqueña es, básicamente, producto de una mezcla de sangre Cabrera con sangre Vistahermosa, las dos ramas fundamentales de ganado de lidia existentes cuando Gregorio Vázquez y su hijo Vicente José decidieron “investigar” para crear su propia ganadería. Este tipo de toro fue el elegido por las casas reales de España y Portugal para formar sus vacadas, con Fernando VII en España y a través del hierro de la casa de Braganza en Portugal. Muchas de las ganaderías actuales pueden tener en su origen aportaciones vazqueñas o veragüeñas, pero se trata más de una genealogía de «los hierros» que de las procedencias reales. No obstante esta sangre vazqueña tiene vigencia en la Ganadería de Concha y Sierra.
La aportación de la sangre vazqueña a través de la compra realizada por Juan Pedro Domecq de la ganadería de Veragua (1930) y la posterior venta de esos animales a José Enrique Calderón (1938), está vigente también en la ganadería actual de Prieto de la Cal. Vicente José Vázquez intentó y consiguió fijar una serie de características del toro que en su época se tenía como prototipo de la bravura: un animal fuerte y hondo, ni tan grande como el de Cabrera, ni tan corto como el de Vistahermosa, ancho de pecho y de culata fuerte, de pintas muy variadas y llamativas, que se empleaba mucho en el caballo. En realidad este era el tercio que daba espectáculo entonces y por lo tanto se criaba un toro adecuado al mismo, aunque luego de aplomaba.
( En la foto de portada ded esta nota : Nati con su hijo, a la izquierda, y a la derecha el torero colombiano Guerrita a quien ella le elaboró un precioso capote de paseo )
Isabel Natividad García, Maestra Nati, sastra de toreros, ha recogido este miércoles de manos de Sus Majestades los Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes correspondiente al año 2019.
Su Majestad el Rey señaló que “los hoy premiados sois indiscutiblemente el resultado brillante de un inmenso esfuerzo personal, pero también sois, en buena medida, la consecuencia del esfuerzo de la sociedad española en su conjunto para generalizar el acceso y el disfrute de la Cultura…”.
Además, el Rey continuó diciendo: “la Cultura tiene un indudable valor económico, es también muy importante asimilar que la inversión en este ámbito y la protección de nuestros creadores y nuestras empresas culturales, es una condición imprescindible para la sostenibilidad de nuestro sector, pero no podemos olvidar lo que supone la Cultura como valor. Su aportación a nuestra sociedad es tan incalculable como la deuda que nuestra sociedad tiene con ella…”.
El ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, encargado de abrir el acto, agradeció “su decisiva contribución al arte y a la cultura” a los galardonados durante la ceremonia celebrada en el Palacio de El Pardo. “Hay deuda, hay agradecimiento en este acto emotivo y sincero, genial y auténtico” además de “verdadera admiración”, continuó el ministro de Cultura y Deporte. “Gracias por vuestro trabajo, lleno de talento, por vuestra pasión moral o hedonista, ética o estética, por vuestra aportación fundamental a la Cultura que nos llena de orgullo y que nos ayuda a conformar nuestra identidad”.
La querida galardonada recordó c´mo conoció la noticia del galardón : Mi hijo es así, me pasó el teléfono y no me dijo quién llamaba, me llamó la secretaria y me dijo que llamaban del Ministerio. Me emocioné mucho. No creía que tenía méritos suficientes para recoger esa medalla. Tengo 85 años y he entregado mi vida al toreo. Ahora estoy haciendo un capote de la Esperanza de Triana y gracias a Dios he podido vivir bien de mi trabajo.
Y la saga se perpetúa: Enrique te sigue en esa creatividad.
Sí, me dijo que quería continuar con el mundo del toro. Fue a la academia, aprendió a cortar, y yo como madre me siento orgullosísima de él, porque está trabajando muy bien y en el futuro tendrá mi nombre pero superado.
Hace muchísimos años, eras tú apenas una niña, tu madre se inmortaliza cosiendo el capote de luto que utilizaba Gallito tras la muerte de su madre.
Sí, y me emocioné hace poco viendo ese capote de paseo. Son cosas de una emoción tremenda: que yo haya podido continuar esa labor. Estoy orgullosa del mundo del toro porque jamás he tenido ningún problema con ningún torero, me han tratado muy bien y me han respetado. Me siento orgullosa de él.
Enre los galardonados estaban Martirio, María Betania, Rubén Blades, Martin Berasategui ,
Falleció en Torremolinos a los 88 años el empresario Victoriano Sayalero López, titular de las ganaderías de Sayalero y Bandrés y Sayalero Monge., informa el Diario de Jerez.
Empresario agropecuario en Cádiz y Salamanca, con su socio en la naviera Isnasa –muy vinculada a Algeciras– Juan Luis Bandrés Guerrero quien sufrió una trágica muerte, formó la ganadería de Sayalero yBandrés ligando Jandilla con Ybarra, una vacada que consechó importantes éxitos y que a la vez que registró toros muy importantes.
Fue el hierro del toro con el que Paquirri sufrió el gravísimo percance en Pozoblanco en 1984 que le hizo perder la vida camino de Córdoba. Fue una vacada de primera fila que lidió mucho en esta zona, donde estuvo radicada en Trebujena y Montellano. En El Puerto, en 1983, Manzanares indultó a un “Baleador” de esa Casa.
Sayalero también tuvo intereses algunas temporadas en la plaza de toros de El Puerto y apoderó a varias figuras, entre ellos a Antoñete y a José Ortega Cano. Este martes ha recibido sepultura en Jerez, ciudad natal de su mujer. Nuestro pésame a su viuda e hijos.
DÓNDE ESTÁ LA CABEZA DEL TORO «AVISPADO»
A escasos kilómetros de la capital hispalense, en el lugar donde nació el mito del toreo José Gómez Ortega «Joselito el Gallo», Gelves, se halla la cabeza de «Avispado», el toro de Sayalero y Bandrés que acabó con la vida de Francisco Rivera Paquirri aquella tarde del 26 de septiembre de 1984 en Pozoblanco, cuenta ABC de Sevilla.
La tiene Juan Carlos Lora, un aficionado de esta localidad que durante muchos años ha coleccionado cabezas de toros que han pasado a la historia de la Tauromaquia, preferentemente en la plaza de Sevilla, por haber causado cornadas, dos de ellas mortales.
Este aficionado, que se dedica a la restauración de muebles y antes fue propietario de una bar donde tenía expuestas más de 17 cabezas de toros, fue comprándolas a José Muñoz, mayorista de carne de toro de la plaza de Sevilla y que le vendió las dos primeras, una de ellas la de «Perverso», el último toro que estoqueó Curro Romero en la Maestranza.
(Nadie mejor autorizado que mi admirado amigo Augusto León Restrepo para esta semblanza centenaria del periódico caldense » La Patria». A sus directivos, a los colegas que se esfuerzan cada día para hacer un periodismo en libertad, a los incansables hombres y mujeres de los talleres, al personal administrativo, a los voceadores y repartidores. Vaya para todos y todas ellos (as) mi enhorabuena desde este portal. Un siglo es una fecha para celebrar
Este artículo apareció en Eje21
Hace cien años, a la hora en que ustedes leen este artículo, comenzó a circular por la calles frías y tranquilas de Manizales el diario La Patria. Me imagino que los voceadores del periódico -voceadores siempre han existido- despertaron del sueño reparador a sus moradores con sus voces gruesas y sus pregones: «¡La Patria, con importantes noticias!». Había nacido el 20 de junio de 1921, el medio escrito que durante estas diez décadas está ligado con indisoluble atadura a la historia de la ciudad y del departamento y de los territorios que identifican como una gran unidad geográfica a la región cafetera.
La historia minuciosa de su existencia, la han venido recapitulando dos brillantes escritores, Jorge Emilio Sierra y Hernando Salazar Patiño, en el diario digital Eje 21, lo que me dispensa de aludir a ella. Pretendo, de manera exclusiva, evocar en forma sucinta mi paso por La Patria, como columnista, Subdirector y Director. Y evocar con profundo agradecimiento y admiración, la figura de José Restrepo Restrepo, quien desde 1940 fuera su dueño y Director, hasta el 17 de abril de 1978, día en que recibí la comunicación mediante la cual me designó como su sucesor, dignidad que he considerado como el más alto honor que se me haya conferido en la vida. Y que me permitió, hasta unos meses después de la muerte del Dr. José, el 27 de noviembre de 1979, ejercer a plenitud, bajo su amistoso mando y consejo, el más bello y peligroso oficio, como lo es el periodismo.
Desde mi llegada a La Patria como Subdirector, el 22 de junio de 1976, hace 45 años, hasta que se produjo el fallecimiento del Dr. Restrepo, recibí de su parte lecciones y orientaciones, como jamás he recibido de alguien en mí ya larga trayectoria vital. Sin ruborizarme manifiesto que fui leal a ellas, lo que me permitió cumplir a cabalidad el difícil desempeño que me encomendó. En largas y largas conversaciones telefónicas, y personales, cuando venía a Manizales, pude disfrutar de su magnífico sentido del humor, de su bonhomía existencial, pero más de la claridad de sus pretensiones para lo que fueron las causas más cercanas a su corazón, la ciudad de Manizales y su Partido Conservador. En ellas y para ellas, su legado será perenne y de obligatoria misión y cumplimiento por parte de sus herederos y de quienes somo devotos seguidores de sus predicados.
Que también fueron consignas para el ejercicio de la política. Pero para abstenerme de enunciar conceptos a este respecto me exoneran los textos sobre José Restrepo Restrepo que se han escrito y divulgado, como la «Semblanza de un Patricio», del veterano columnista de La Patria, José Jaramillo Mejía y los múltiples perfiles de su figura dibujados por las plumas más selectas de la intelectualidad caldense y nacional. Y es que pretendo ser intimista en mi reconocimiento para con La Patria. Y corto, como recomendaba el Dr. Restrepo, que deben ser los artículos de un diario.
Para concluir entonces diciendo que mi homenaje a La Patria, con ocasión de su centenario, se confunde con el homenaje a la memoria de mi Maestro y mentor periodístico, el Dr. José Restrepo Restrepo, quien fuera su propietario durante cuarenta años y también su Director egregio. Y que más enaltecedor y diciente que transcribir este párrafo de Fernando Londoño Londoño, con el que silencio mi voz agradecida y con el que me identifico en toda su extensión: «Un merecido y justo elogio de José Restrepo Restrepo puede escribirse para lectura de un minuto, con solo apretujar en dos renglones una paradojal serie adjetiva de sustantivas excelencias: virtuoso, ilustrado, inteligente, discreto, afable, patriota, imaginativo, sereno, puntual, valiente, disciplinado, progresista, cívico, gentil, paciente, decidido y generoso.» Este es el José Restrepo Restrepo que yo conocí y al que hoy recordamos como prominente figura de la caldensidad e inspirador del hoy su sueño centenario, el diario La Patria de Manizales.
México ha visto malograrse a tres toreros que pudieron cambiar el rumbo de la fiesta y de manera radical y no sólo en el país. Tres revolucionarios en ciernes que, por distintos motivos, se quedaron en la estacada. Más presente en la memoria colectiva está Rodolfo Rodríguez «El Pana», cuya singularidad no admite dudas: pudo haber sido mucho más y quedó en fuegos de artificio, por mucho que al final agrandara su leyenda. Más lejano en las brumas del pasado Carmelo Pérez, el hermano de Silverio, con todo lo que tuvo de precursor, sin tiempo ni para una mala filmación pero que con un puñado de fotografías ha tenido para alimentar nuestro asombro a casi un siglo de su deslumbrante aparición, doloroso drama y oscuro fallecimiento.
El tercero se llamó Valente Arellano Salum y nació en Torreón (30-08-64). Recuerdo sus principios porque los viví en la placita que el ingeniero Raúl Coca y el inolvidable «Popo» Tamburrino instalaron por rumbos de Chilotzingo, en las afueras de Puebla. Corría el año de 1982 y la entusiasta mancuerna organizó una temporada novilleril con festejos de cuatro utreros para cuatro aspirantes, seguidas de manos a mano entre triunfadores.
De inmediato, Valente llamó la atención por lo que tenía de diferente. Su desparpajada actitud, su permanente cara de niño travieso nada tenía que ver con las inseguridades, los titubeos, los rictus de interrogación y angustia de sus alternantes, visiblemente incómodos dentro de unos ternos notoriamente ajados y ajenos. Ni con todo eso que el jovencito coahuilense intentaba en los tres tercios de la lidia de aquellos novillotes. Con una seguridad no siempre acompañada por la precisión, pero sí por la alegría, el afán de complacer y el gusto por torear. En los dos primeros tercios nunca lo vi apurado, a pesar de lo que exponía en banderillas, inventando sobre la marcha con bárbaro atrevimiento. Y con el percal, qué desahogo el suyo. Para burlar los pitones de pie y de rodillas, llevar el bicho al caballo a base de tapatías y largas, atreverse con el quite de oro, la orticina, la crinolina.
Con el tiempo iba patentar un par de quites de su inventiva, convertido ya en sensación de una de esas temporadas desarticuladas en que
Alfonso Gaona convirtió los últimos tiempos de su gestión al frente de la Plaza México. La misma que aclamó con frenesí a Valente cuando levantaba el rabo ante un novillo grande y muy armado de Rodrigo Tapia, y que lo paseó por las calles luego de cortarles las orejas a sus dos novillos de La Venta del Refugio, triunfador al lado de Manolo Mejía y Ernesto Belmont, la terna que en aquella etapa de los años 82-83 llenaba de gente y emociones la Monumental.
El impasse Que aún no estaba para la alternativa lo demuestran sus frecuentes percances, casi todos durante el tercio final. Y es que, muleta en mano, Valente
seguía empeñado en improvisar salidas fantasiosas sin tener a los novillos dominados ni mostrar mayor interés por los mecanismos del toreo ligado en redondo que tan natural y fácil nos parece desde fuera.
Sería, pienso ahora, que en aquella cabeza inquieta, en aquel cerebro de innovador nato no había cabida para lo mecánico y repetitivo; que para Valente Arellano el toreo era un juego de giros inesperados en relación despreocupada, osada y cómplice con los astados. Ese apego radical a su muy personal idiosincrasia –el mismo que movió a Carmelo, al Brujo de Apizaco, al Glison, al Loco Ramírez– encerraba un poder de atracción capaz de volver loca a la gente. Pero con tan formidable don comunicativo convivía también la debilidad de esos extraños entes humanos, ávidos de curarnos de la monotonía que, a partir de la última mitad del siglo XX, viene aquejando al toreo al punto de anular su fuerza emocional para convertirlo en algo previsible y lánguido. Perfecto y pulcro en su monotonía.
La alternativa Muy atrás habían quedado, entre curas dolorosas y largas convalecencias, las tardes trepidantes de la placita De Coca, «La Florecita!, Guadalajara, Monterrey y los triunfos clamorosos en la México, que de últimas se puso exigente con Valente y amagó con volverle la espalda. A cambio, la ortodoxia, los ortodoxos, no conseguían llenar el vacío de emociones genuinas que con tanta naturalidad llevaba consigo el torbellino de Torreón.
Hasta que, finalmente, Adolfo Guzmán, su representante y algo discutido guía, arregló la ya necesaria alternativa una vez agotada, o casi, la veta novilleril. Sería en Monterrey y a todo lujo: Eloy Cavazos de padrino y testigo Miguel Espinosa «Armillita»: la figura más popular y curtida y el as joven con más arte dentro del panorama taurino nacional, huérfano reciente de Manolo Martínez, que se había retirado en 1982. El ganado procedió de San Miguel de Mimiahuapam, para que nada fallara. Y la fecha: 3 de junio de 1984. Cartucheras al cañón.
Prolegómenos El día esperado, la prensa nacional volcaba sus esperanzas en el nuevo doctor. Para el cronista Cutberto Pérez «Tapabocas», lo sucedido con Valente en su etapa novilleril mostró a un torero «de aplastante emotividad que pasa sobre las reglas y los moldes establecidos… Hoy la alternativa y luego… Valente está llamado a ser el torero que barra y borre los moldes del rutinario arte que padecemos… hasta cimentar su carácter y conquistar con su toreo todos los ruedos del mundo». (Ovaciones, 3 de junio de 1984).
La corrida Dejemos el relato a los testigos presenciales. Para José Alameda, «Suele ser difícil que las corridas muy grandes en el papel respondan en la realidad a la expectación despertada, pero el resultado de esta corrida regiomontana nada dejó que desear, y el público, que se había volcado desde hace días en la taquilla, quedó enteramente satisfecho… Dos orejas y rabo para Eloy, una oreja para Valente Arellano en el toro de su alternativa, y otra para Miguel del quinto de la tarde; la vuelta al ruedo del ganadero Alberto Bailleres, por la nobleza y la bravura del toro «Admirado» de San Miguel de Mimiahuápam, cifran el balance triunfal del festejo». (El Heraldo de México, 4 de junio de 1984).
Menos complaciente, el diarista local, el profesor Ricardo Torres Martínez (no confundir con su homónimo capitalino, también periodista taurino, exnovillero e hijo del antiguo matador hidalguense del mismo nombre), a cambio de ensalzar desmesuradamente a Cavazos, se muestra sumamente crítico con sus alternantes, en especial el catecúmeno, sobre quien intenta versificar con agrio talante: «El valiente de Valente, / que hoy se doctoró torero, / divirtió a toda la gente / con su show faramallero… // Porque en Valente alocado / por los nervios del evento / corrió de uno al otro lado / ¡sin pararse ni un momento!» (El Norte, 4 de junio de 1984). Para Alameda, «Sobre Valente todos teníamos dudas, empezando por el propio Valente. Pero Valente cuenta con una panacea para disiparlas que es arrimarse al toro. Lo hizo con el primero y estuvo bien, de capa y muleta. Solamente que el toro, a fuerza de clase, no resultaba fácil para un torero nuevo. Tenía tanto temple al embestir que obligaba a templarlo mucho.
Valente lo consiguió a veces, pero en otras, por querer llevarlo demasiado despacio, dejaba enganchar la muleta. Pero como torero de corazón no tuvo ni una falla. Le dieron una oreja y se dividieron las opiniones: los que ovacionaban, los que abucheaban y los que sencillamente aplaudían. Digamos, los pro-Valentes, los antiValentes y los ambi-Valentes… Torero que deja indiferente al público está perdido» (íbid).
«Con el que cerró plaza estuvo más «en Valente»… Largas afaroladas de rodillas sencillamente estupendas y luego sus cosas, las tapatías y la valentina, que le salió redonda. Y con las banderillas, colosal, sobre todo en un par al recorte que fue un prodigio. Con la muleta no rayó a igual altura y con la espada, inseguro, pinchó varias veces». (íbid).
Sobre Cavazos, el cronista hispanomexicano equipara su faena a «Admirable», el cuarto, con aquella célebre a «Coquetón» en una inauguración de temporada en la México (29-11-72), «Coquetón también era de Mimiahuápam pero ahora pasa a segundo término. Porque los mejores pases naturales de Eloy Cavazos son los que le ligó a «Admirado» para cortarle el rabo…» De Miguel Espinosa, insinúa que no pudo con su primero «un toro muy toro, fuerte y bravo, que no humillaba y al que había que pelearle. Lo mató pronto y ya. Tenía que sacarse la espina con el quinto y lo consiguió cumplidamente. Magníficas sus verónicas, estupendos sus pares de banderillas. Y brillante su faena, con ese bello estilo que distingue a Miguel… se le otorgó una oreja, pero la ovación que acompañó el trofeo fue lo importante.” (íbid). Por el contrario,
Ricardo Torres encontró a Miguel «apático, frío y desangelado». Y tampoco fue benigna su crítica a la corrida de Mimihuápam, tan ensalzada por Alameda: «Tres buenos y tres regularcitos; bien presentados en lo general, afeitados, picosillos fue lo que mandó San Miguel de Mimiahuápam, destacando el cuarto, que mereció vuelta al ruedo, y el último, desperdiciado por Arellano». (íbid).
Abrupto final Pero Valente Arellano no iba a sobrevivir más allá del 4 de agosto siguiente, a los dos meses de su alternativa. Lo perdió, en un camino secundario cercano a su nativo Torreón, ese su afán por desafiar los límites que había sacudido a la aletargada afición mexicana. Exprimía a fondo los caballos de fuerza de su motocicleta más nueva cuando la sorpresiva maniobra de un camión de alto tonelaje lo sacó de la ruta y lo proyectó a una muerte brutal. Roto en una cuneta y acaso sin perder esa sonrisa tan suya, entre irónica y traviesa. Concluía así, de golpe, otra revolución inconclusa. Una más.
Este reconocido Violinista y concertista que ha partido , inició sus estudios de violín 1934 bajo el acompañamiento del profesor Henry Prinz en su natal Dánzing – Alemania.
A los cinco años hace su debut con la Orquesta Sinfónica de Dánzing y con tan solo seis años de edad se le consideró un niño prodigio de la música.
En 1938 sus padres se trasladan a Colombia donde continua sus estudios con el profesor Gerhad Rothstein. En 1961 se graduó como violinista y concertista en el Conservatorio Nacional de la Música de la Universidad Nacional de Colombia, Fue fundador de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Sus estudios especializados los realiza en Europa y Estados Unidos.
Dedicó su vida a servir al prójimo, aplicando sus más excelsas capacidades y virtudes al ejercicio y difusión de la cultura y la enseñanza de la música en prestigiosos establecimientos como la Universidad Nacional de Colombia, La Academia Internacional de Música de Cámara de Roma, El Centro Internacional de Violín de Suiza y la Universidad de Michigan entre otros, siendo merecedor de múltiples distinciones a nivel nacional e internacional.
Se caracterizó por su espíritu de entrega, devoción y amor por la música, siendo su vida rica por su gestión incansable en la promoción de ese arte en las dignidades que ha ocupado, siempre se ha considerado un hijo adoptivo de Colombia.
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