Dinastía Bienvenida’ blogspotMadrid, 23 de Abril de 2022
Brillante acto el celebrado en la sede de la Tertulia Taurina «Bienvenida» del restaurante La Giralda, con motivo de la entrega de Trofeos y Premios de la pasada Temporada 2021, aunque pesara en el ambiente la lamentable ausencia del principal protagonista, el diestro Emilio de Justo, por causa archiconocida, como consecuencia del gravísimo percance sufrido en la lidia de su primer toro de la corrida del Domingo de Ramos en la plaza de Las Ventas y en la que actuaba como único espada.
El Jurado correspondiente del Círculo T. A. Dinastía Bienvenida, otorgó en su día los siguientes galardones:
FÁBULA TAURINA:Emilio de Justo TROFEO «PEPE BIENVENIDA» A LA ESTOCADA:Emilio de Justo. FÁBULA GANADERA: Toro ‘Farolero’. Ganadería de ‘Domingo Hernández’. PREMIO «PAÑUELO DE ORO» A la Labor Presidencial: Joaquín Coy GarcíaPresidente de Festejos Taurinos de la Plaza de Albacete
Trofeos obra del escultor Mariano Cobo El evento, enmarcado en el año del Centenario de Antonio Mejías «Bienvenida», que contó con una numerosa y selecta concurrencia de aficionados bienvenidistas, fue presentado y moderado por Juan Lamarca iniciándolo con la glosa al presidente de la plaza de toros de Albacete, Joaquín Coy García, destacando su magnífica y dilatada trayectoria de más de tres décadas en el palco, contribuyendo así al mantenimiento del prestigio de un coso como el albaceteño donde prevalece el respeto a la categoría de su arraigada afición y al toro que normalmente se aprueba para su lidia. Fue el vicepresidente del Círculo Bienvenida, Francisco Serrano, quien le entregó el Premio «Pañuelo de Oro» por tan encomiable labor.
Las palabras de gratitud de Joaquín Coy repasando aspectos de su ejercicio gubernativo en los espectáculos taurinos resultaron emotivas y más aún con el recuerdo a la ejemplaridad de otro compañero en el palco albaceteño como fue Constantino González.
La relevancia del periodista Paco Aguado fue resaltada por otro, no menos relevante profesional como Javier Hurtado, refiriendola conocida y trayectoria profesional de Paco Aguado que le sitúa como un claro referente de prestigio para la cultura taurómaca desde su excepcional labor a través de la información, comunicación y literatura taurina, siendo en esta última faceta donde emerge de su pluma su última obra ‘JOSELITO EL GALLO, Rey de los Toreros’, fabulosa e ineludible referencia para las biografías contemporáneas del mundo del toro y en la vida española. Fue el propio Javier Hurtado quien entregó el trofeo otorgado, «Fábula Literaria Vicente Zabala» a Paco Aguado quien se manifestó orgullosopor el galardón recibido con expresiones de admiración y respeto a lo que representa el nombre de Bienvenida en la historia de la tauromaquia.
En ausencia del ganadero Justo Hernández, le representó Javier Morales, directivo de la asociación bienvenidista y veterinario de festejos de la plaza de Las Ventas, recogiendo de Miguel Mejías «Bienvenida» el trofeo de «Fábula Ganadera» por la excelente presentación y juego del toro «Farolero» del hierro de Domingo Hernández y con el que, precisamente, Emilio de Justo consiguió un gran triunfo en la Feria de Otoño de Madrid. El trofeo «Pepe Bienvenida» con el que se valora la mejor estocada, y otorgado al matador Emilio de Justo fue entregado por Miguel Mejías «Bienvenida» en ausencia del premiado, al dirigente bienvenidista venezolano Orlando Faroh, destacando este la magnífica faena coronada con una magistral ejecución de la suerte suprema cobrando una sensacional estocada al toro «Farolero» de Domingo Hernández que le abrió la puerta grande Las Ventas en tarde memorable.
El emotivo y brillante colofón del espléndido acto lo constituyó la entrega del trofeo «Fábula Taurina» al famoso periodista deportivo Roberto Gómez que lo recibió en nombre del gran ausente, el diestro Emilio de Justo, de cuya sensacional y arrebatada faena hizo una excelente descripción y con la que el torero volvió a conquistar Madrid al abrir su segunda Puerta Grande de Las Ventas en esa temporada, esta vez gracias a su excepcional actuación ante un gran «Farolero», de Domingo Hernández.Las palabras de Roberto Gómez, con una deliciosa loa a la importancia histórica de la familia torera de Bienvenida y muy especialmente, en esta ocasión de su Centenario, la de Antonio Mejías «Bienvenida», precedieron a su enternecedor relato de la amistad que le une a su querido paisano Emilio de Justo ofreciendo a los presentes la grabación del impresionante mensaje telefónico que el matador convaleciente le envió expresando su gratitud al Círculo Bienvenida.
En fiel y emotiva correspondencia brotó el discurso de clausura a cargo de Miguel Mejías «Bienvenida» expresando su deseo de una pronta recuperación de Emilio de Justo y así hacerle entrega personal de sus merecidos trofeos en un nuevo acto organizado exclusivamente en honor a su persona.
El pintor y escultor Mariano Cobo, autor de los trofeos.
Más de un centenar de personas acompañaron a Unión de Criadores de Toros de Lidia en su V entrega de premios para rendir homenaje a la Familia Lozano y a los convocantes de la histórica manifestación del campo en Madrid, 20M Rural – ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), COAG (Coordinadores de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos), RFEC (Real Federación Española de Caza), (ONC) Oficina Nacional de la Caza, FENACORE (Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España), Cooperativas Agroalimentarias, Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) y Alianza Rural.
Finalmente, el Viceconsejero de Medio Ambiente y Agricultura de la Comunidad de Madrid, Mariano González Sáez, fue el encargado de cerrar el acto mostrando el compromiso de la CAM a la ganadería de bravo y al campo. Por su parte, Cristina Moratiel, propietaria del hotel Wellington, realizó la apertura de la V edición de entrega de premios de forma apasionada dando la enhorabuena a los galardonados y subrayando la importancia de defender las tradiciones y la ganadería de bravo.
El acto estuvo dirigido por el presidente de la Unión de Criadores, Antonio Bañuelos, quien en primer lugar quiso poner en valor el movimiento 20M Rural “hoy hace un mes de un día histórico para el campo español. El 20 de marzo fuimos capaces de demostrar a la sociedad y a los políticos tres cosas: que somos muchos, que somos fundamentales para abastecer a nuestro país y que somos necesarios para cuidar nuestro medio ambiente”. Respecto al homenaje ganadero a la familia Lozano, expresó “admirada familia, qué deciros si lo habéis sido y sois todo en el Toreo. Es de justicia este reconocimiento porque además ser unos extraordinarios ganaderos, con el hierro de Alcurrucén en la élite, habéis demostrado ese tranco de Núñez en todos los ámbitos de vuestra vida profesional en la Tauromaquia. Toreros, empresarios, apoderados y ganaderos… El ejemplo de una vida entregada por y para la tauromaquia”.
En representación de la Casa ganadera, tomó la palabra un emocionado, José Luis Lozano, quien asistió acompañado por la familia al completo. El criador habló de la grandeza de ser parte de la historia de la tauromaquia, compartió vivencias y anécdotas profesionales que sacaron sonrisas y admiración de todos los presentes.
Por parte de los representantes del 20M Rural (Pedro Barato, presidente ASAJA, Manuel Gallardo, presidente RFEC, Felipe Vegue, presidente de ONC, Miguel Padilla, secretario general de COAG, Román Santalla, secretario de ganadería de UPA, Angel Villafranca, presidente de Cooperativas Agroalimentarias, Andrés del Campo, presidente de FENACORE, y Fermín Bohórquez, presidente de Alianza Rural), recogieron su premio y continuaron con unas palabras de agradecimiento y de ilusión por seguir trabajando en un futuro y mantener vivo el espíritu que se inició ese 20 de marzo.
Además, UCTL, como partícipe de esa histórica cita, no desaprovechó el premio que lógicamente le correspondía, y se lo entregó a Julián López ‘El Juli’ como agradecimiento por haber estado presente ese día representando a toda la tauromaquia. El galardón lo recogió su padre al encontrarse el torero en México.
El acto celebrado en el hotel Wellington de Madrid contó con la presencia de S.A.R. la Infanta Doña Elena de Borbón, del Viceconsejero de Medio Ambiente y Agricultura de la Comunidad de Madrid, Mariano González Sáez, acompañado por el director general de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Ángel de Oteo, el director del IMIDRA, Sergio López y, por parte de CAM también asistió el director Gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, Miguel Abellán. Asimismo, representando al grupo político VOX asistieron el portavoz del Grupo en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, el portavoz de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación en el Congreso, Ricardo Chamorro, y la presidenta y portavoz del partido en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio. Por otro lado, muchos representantes de las instituciones más importantes del campo y de la gastronomía además de las premiadas no quisieron faltar a la cita: la chef Pepa Muñoz, presidenta de Facyre, Alonso Álvarez de Toledo, Marqués de Valdueza, Gabriel Lodares, vicepresidente de ELO (European Landowners’ Organization), José Luis Urquijo, presidente de Real Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto, entre otros.
Previo a la celebración de la entrega de Premios, tuvo lugar la Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria de la Institución, donde se aprobaron por unanimidad las cuentas del 2021, se aprobó el presupuesto de 2022 y la modificación de Estatutos prevista en el orden del día.
( El editorial no puede ser más explicativo, mas generoso con mi país, mas entusiasta, mas lleno de cariño y afecto. Gracias Mundotoro )
Sólo la fecha de unas elecciones presidenciales del 29 de mayo puede detener el proceso de prohibición de todo tipo de festejos relacionados con los toros en Colombia, desde las populares corralejas o becerradas hasta las corridas de cualquier plaza, ciudad o feria. Al aficionado o al público español, incluso al profesional español de la actualidad, este suceso le produce un lamento leve. Hay una especie de hartura por las noticias negativas, de tal forma que, el suceso gravísimo e histórico, de que la Cámara de Representantes de Colombia haya votado a favor de la elaboración de una ley que prohíba los toros en todo el país, apenas ha transcendido en España, ni siquiera en su apartheid taurino.
Es como si, desde hace muchos años, cuando comenzó este proceso, ya se diera por perdido el toreo en este país. Colombia suena a lejanía a la mayor parte de los nuevos aficionados, todos los que no vivieron el boom del toreo en Bogotá, Cali, Manizales, Medellín, Popayán, Cartagena de Indias y muchas plazas, al rebufo de un torero igualmente desconocido para ellos, César Rincón. Los toreros actuales, excepto los de larga trayectoria, apenas conocen Colombia. Es un eco de una tauromaquia que les suena a siglo pasado, pero, en tiempo histórico, apenas hace diez minutos que era un país excelente en lo taurino.
‘Colombia suena a lejanía a la mayor parte de los nuevos aficionados, todos los que no vivieron el boom del toreo en Bogotá, Cali, Manizales, Medellín, Popayán, Cartagena de Indias y muchas plazas, al rebufo de un torero igualmente desconocido para ellos, César Rincón’
Si no existe memoria, no hay referencia. Por tanto, Colombia no nos duele. Como tampoco duele Quito o casi toda Venezuela. En realidad, el Ecuador de toros lleva hoy el apellido Cobo, de José Luis, fuera de sus argucias y revelaciones para dar toros, no hay un Ecuador de toros. Esto se ha perdido, y, además se pierde de una forma extraña pero lógica: hemos dejado un vacío grande que se deriva de pequeños y constantes vacíos y ausencias año tras año, desde que la moneda colombiana o la ecuatoriana o la venezolana, sobre todo, dejó de ser dinero fuerte. Pero, aún así, el toreo podría haber sobrevivido.
Hace años que España dejó de ser el nexo de unión de todos estos lugares. Una especie de Cosmópolis sobre la que gravitaba la potencia taurina de cada uno de estos países. Eran tiempos en donde la “familia” taurina tenía un número y una geografía muy amplia, unas relaciones humanas y culturales vastas. Fue entonces cuando la idea de una especie de Internacional del toreo debió haber sido creada, de tal forma que, más allá del negocio, hubiera una estructura común, organismos de alerta, análisis y lucha frente a una Internacional que sí se formó en ese tiempo. La prohibicionista. Fruto de esa internacional animalista, financiada por las grandes transnacionales de la alimentación y aupada al poder por las “nuevas” izquierdas, llegaron las épocas de las prohibiciones. En estrategias fragmentadas, pero a compás: Cataluña, Quito, Venezuela, Colombia, México… Todo forma parte de lo mismo.
‘Fruto de esa internacional animalista, financiada por las grandes transnacionales de la alimentación y aupada al poder por las “nuevas” izquierdas, llegaron las épocas de las prohibiciones. En estrategias fragmentadas, pero a compás: Cataluña, Quito, Venezuela, Colombia, México… Todo forma parte de lo mismo’
Esta ausencia de unidad global del toreo como actividad, como derecho y como cultura, está siendo escaso enemigo para la “contra”. Hay un sumando: el toreo no ha sabido calar socialmente en las neo ideologías (ausencia de ideología) de las nuevas generaciones, muy manipuladas por los mensajes vía tecnología, la ausencia de cultura y la ausencia de referencias. No olvidemos que España, el país de la cultura como referente mundial, ha eliminado a la filosofía de las aulas y la historia sólo cuenta desde 1812. No es un detalle liviano. Por otra parte, estas nuevas generaciones han asumido como propio el falso mensaje ecologista del animalismo. Un mensaje que nos pertenecía, pero que no hemos sabido lanzar nunca. De tal forma es así, que las tauromaquias son, en el imaginario generacional nuevo, los causantes del no ecologismo por mal y trato animal. Una barbaridad.
Colombia está lejos, sí. Lo está Venezuela, y lo está Ecuador. No está lejos, sin embargo, Cataluña, o Gijón, u Oviedo, o Galicia, por mencionar lugares más familiares y reconocibles. Y, sin embargo, hay para estos lugares ya sin toros el mismo leve gesto de lamento. No es una cuestión y distancia. ¿Qué es entonces? Una cuestión de debilidad, posiblemente. De anacronismo respecto a la incultura actual. Nada fuerte puede ser prohibido. Hay como un germen de pesimismo levitando en nuestro presente que nos hace no creer en nuestro futuro. Y, sinceramente, los que manejan los hilos del toreo ya parecen cansados, dedicándose a que la debilidad del negocio le permite durar algunos años más. Colombia no está lejos. Lo que está lejos es la grandeza histórica reciente del toreo. Ésta es la que está ya muy lejos. Pero seguiremos dando la batalla, incluso a pesar de la laxitud y/o incompetencia de nuestro cainismo, porque la obligación de quien tiene un principio es que éste no tenga final.
( Este articulo del jurista y antiguo presidente de la Corporación Taurina de Bogotá, Dr. Felipe Negret fue publicado en el portal Mundotoro al que tendido7 agradece permitir su publicación dado la trascendencia del tema ya no solo para la afición colombiana sino para el mundo taurino por el efecto perverso del prohibicionismo a ultranza ),.
Colombia ha sido, y lo sigue siendo, objetivo del activismo internacional que ataca todo lo concerniente a la actividad ganadera, no sólo lo relativo a la actividad taurina. Lo que buscan blindar es un gran negocio, el negocio de las mascotas. Incluso, buscan acapararlo; de ahí el control que quieren implementar mediante las campañas contra la fertilidad. Es curioso, pero la castración no la consideran como maltrato animal.
Algunos movimientos populistas aprovechan el anterior discurso, para pretender imponer ‘sus’ gustos y ‘su’ cultura. No importa si para conseguirlo destruyen nuestra institucionalidad y el estado de derecho. Dicen defender la libertad, pero sólo si trata de ‘su’ libertad y no dudan en atropellar la libertad de los demás.
Los estamentos taurinos no han estructurado una plataforma de defensa de nuestras tradiciones, de nuestra cultura y de nuestra libertad. No se pueden limitar a conversar y conversar, alrededor de una taza de café, sobre lo que se pudo hacer y no se hizo. Para defender la libertad no bastan las palabras, debemos luchar, con objetivos claros, propósitos ambiciosos y, sobre todo, con férrea decisión.
La falta de afición es lo que predomina. Ya ni protestan, como lo hacían antes en las plazas. No salen del closet, no salen de la comodidad de los tendidos y de sus barreras a defender sus tradiciones. La afición está, tristemente, en estado comatoso. La asistencia a la pasada “Feria de Cali” fue lánguida, pese a su buena programación con precios lógicos, al alcance de todos.
Al proyecto le faltan dos debates en la actual legislatura. Muy seguramente no alcanzará el tiempo para su aprobación. Pero, indiscutiblemente, en la próxima legislatura, que comienza el 20 de julio de este año, con la nueva integración del Congreso de la República, la cosa será a otro precio y la prohibición llegará de manera exprés.
Curro Díaz ha protagonizado lo más destacado de la corrida de toros del Domingo de Resurrección en la Plaza de Toros de Las Ventas. Dio una vuelta al ruedo tras lidiar al cuarto de la tarde de El Montecillo.
El de Linares ya había dejado pasajes de interés con el que abrió la tarde, en el que saludó una ovación. El ramillete de verónicas con el que recibió al cuarto caló mucho en los tendidos. Ya con la muleta, el interés siguió creciendo con un torerísimo inicio de faena y grandes remates por bajo. Reposados fueron los derechazos y largos y lentísimos los naturales por un pitón izquierdo por el que protestaba más el animal, pero que acabó templando con suavidad. La estocada cayó muy baja y condicionó el premio. Hubo petición que no fue atendida y dio una vuelta al ruedo.
Muy firme anduvo Sergio Serrano con el primero de su lote, al que recibió a portagayola. Le dio distancia con la muleta y pudo hilvanar varias series brillantes. Saludó ovación. El segundo de su lote se apagó muy pronto. Demostró tesón y saludó de nuevo desde el tercio. Por su parte, Tomás Campos, silenciado en ambos, logró los mejores pasajes de su actuación en el tercero de la tarde, principalmente por el pitón derecho, por el que los muletazos tuvieron mayor profundidad ya en el tramo final del trasteo.
Según el apoderado, Morante comparecerá en La Maestranza y hará el paseillo este domingo de resurrección con Juan Ortega y Pablo Aguado y toros de Juan Pedro Domecq.,
LINEA DE LA CONCEPCION
Morante de la Puebla comparte cartel con Juan Ortega y Pablo Aguado y repetirán en la del Domingo de Resurrección, que devolverá la normalidad taurina a la plaza de la Maestranza de Sevilla después de una temporada en blanco, la de 2020, y un año de excepciones como el de 2021, en el que toda la programación taurina tuvo que quedar condensada en una atípica feria de San Miguel.
Gloria Sánchez Grande escribió :De siempre han dicho los toreros que prefieren una cornada a una luxación o fractura. La carne se recupera antes que un hueso. Llevaba Morante bordeando ese riesgo desde que empezó la temporada. Hacía tiempo que una figura no se la jugaba a carta cabal en pueblos y ruedos de todo tipo. La moneda cayó de cruz la víspera del Domingo de Resurrección, en un pase de pecho donde el sevillano se llevó a su primer toro hasta la hombrera contraria. Pasado el embroque, el de Cuvillo le echó mano y la caída del cigarrero sobre la arena linense hizo crujir la plaza.
QUE ES UNA LUXACION CLAVICULAR
Una luxación acromioclavicular es un desgarro en el ligamento que sujeta la clavícula al omóplato (escápula). Los ligamentos son bandas cortas y duras de tejido que mantienen unidos los huesos en una articulación. Sus ligamentos se pueden desgarrar de forma parcial o completa.
El maestro zamorano Andrés Vázquez ha sufrido un microinfarto cerebral pero lo ha superado y se recupera.
Al parecer, este microinfarto fue algo momentáneo y pasajero, todo apunta a que sucedió debido a la falta de riego sanguíneo. Se le han realizado dos escáneres donde no se ha encontrado nada fuera de lo normal.
Qués un microinfarto cerebral ?
Cuando una persona sufre un infarto cerebral -por una hemorragia, obstrucción o compresión de un vaso sanguíneo- las células que quedan desprovistas de oxígeno pueden morir.
Dependiendo de la región cerebral afectada, la persona puede perder el habla, algún movimiento y sensibilidad del cuerpo, o tener dificultades para recordar. Esos son los efectos dramáticos de lo que también se conoce como derrame cerebral.
Pero hay otro tipo de accidente cerebrovascular cuyos efectos son menos evidentes y más difíciles de diagnosticar, pues no muestran síntomas inmediatos.
ANDRES VAZQUEZ Y SUS HISTORIAS
Conocido como » El Nono» o «El Samurai», el veterano espada contaba hace unos años : Tras fajarse en mil y una capeas, este admirador irredento de Domingo Ortega («cebollino y de campo, como yo») y atento receptor de las hazañas de Juan Belmonte («mi padre no se cansaba de hablarme de él. El gran revolucionario del toreo») llegó un buen día a la escuela que Saleri II dirigía en Madrid. «Me pasé toda la vida queriendo ser torero. Llegar a la escuela fue descubrir un mundo nuevo. Lo de ir rodando de pueblo en pueblo no es nada recomendable. Sobre todo, con aquellos toros que nada tienen que ver con los de ahora». Aquellos toros eran unos astados pregonados que dejaban una media de diez muertes al año. «Claro está que nadie hablaba de esos chavales», dice.
Con los recuerdos de toda una vida comprimidos en la memoria, Andrés Vázquez,torero de Villalpando, sostiene que Las Ventas es «La plaza de mis amores», . Aquí, tomó y confirmó la alternativa de un único lance una tarde de 1962. Con Gregorio Sánchez como padrino y Mondeño en funciones de testigo, el entonces novillero de 30 años obtuvo el doctorado. «Debuté con caballos, un año antes. La verdad es que fue tarde. La razón es que desde que salí de la escuela de Madrid con 18 años no me fueron muy bien las cosas», recuerda.
Tras fajarse en mil y una capeas, este admirador irredento de Domingo Ortega («cebollino y de campo, como yo») y atento receptor de las hazañas de Juan Belmonte («mi padre no se cansaba de hablarme de él. El gran revolucionario del toreo») llegó un buen día a la escuela que Saleri II dirigía en Madrid. «Me pasé toda la vida queriendo ser torero. Llegar a la escuela fue descubrir un mundo nuevo. Lo de ir rodando de pueblo en pueblo no es nada recomendable. Sobre todo, con aquellos toros que nada tienen que ver con los de ahora». Aquellos toros eran unos astados pregonados que dejaban una media de diez muertes al año. «Claro está que nadie hablaba de esos chavales», dice.
«Es difícil imaginar cuánto han cambiado las cosas. Para bien, puesto que ya no hay tanto derroche de sangre anónima y, lo más notable, para mal. Los toros de antes tenían peligro, movilidad y fiereza. Los de ahora ni se mueven. Por supuesto, hay excepciones. Ahí está Victorino. Lo peor es que este ganadero es eso: la excepción. Las figuras, por supuesto, ni se acercan a su ganado. La norma es lo otro. Cuando a un toro lo puede lidiar cualquiera es que algo está fallando. Puede sonar a lo de siempre, pero falta bravura y sensación de riesgo. Eso es lo peor que le puede pasar a la fiesta». Prueba de lo apenas referido son las cornadas que recorren su cuerpo. «De muy joven recibí una en la pierna izquierda que me seccionó la safena y de la que costó horrores recuperarme. Luego durante toda mi trayectoria, los toros me han dado bien. Raro era el año que conseguía cumplir los 35 o 40 contratos que tenía firmados. Siempre, allá por agosto, una rotura de huesos o una cornada grave me dejaba a medias».
En total, ha sido un cuarto de siglo de torero, cerca de 50 corridas en Las Ventas y 11 salidas a hombros («más tres de novillero», puntualiza) camino de la calle de Alcalá. Victorino, Márques de Domecq, Alonso Moreno o Urquijo son los nombre de las ganaderías que va citando como testigos de su triunfo. «Todo tiene sentido después de vivir un momento intenso. Por supuesto, está Madrid -inolvidable el festival por Parrita-, pero de quedarme con algo especial, imposible no citar una tarde que compartí con Antonio Ordóñez en Pamplona».
José Fuentes («torero también de Madrid», apunta Vázquez), Manolo Cortés («puro arte»), José Antonio Campuzano («un torero que ha sabido estar ahí»), Pepe Luis Vázquez («también de arte»), Rafael Camino («quizá ha optado por lo cómodo, pero cuando ha tenido que demostrar las cosas, lo ha hecho») y el novillero de Zamora Gustavo Martín («este es paisano y tiene mucho que decir») componen el cartel del festival que se llevará a cabo en Las Ventas a las 16.30 de la tarde. Las ganaderías que se lidiarán llevan los hierros de Alcurrucén, Las Ramblas, José Luis Pereda, José Miguel Arroyo Joselito, Río Grande y Sepúlveda.Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Fue un 8 de abril de 1962; este viernes hace 60 años. Estallaba la primavera plena en los campos de Gómez-Cardeña y Juan Belmonte había salido, una tarde más, a repasar la tropa de reses de los cerrados de su finca utrerana antes de volver a cobijarse en aquella casa campera en la que se fajaría por última vez con la muerte. Nadie volvió a verle con vida. No era un domingo cualquiera: la ciudad ya andaba inmersa en los preparativos de la inminente Semana Santa, a sólo siete días del Domingo de Ramos. En el teatro San Fernando, Sebastián García Díaz había pronunciado el pregón aunque el viejo torero, ajeno a toda esa parafernalia, se había encaminado por la mañana al incipiente barrio de Los Remedios para visitar a Enriqueta, el último amor de su vida.
Llevaba consigo un sobre con dinero, una caja con varios objetos personales –unos curiosos portacalcetines, un bolígrafo de oro y una pitillera – y algunas fotos dedicadas. Toda Sevilla conocía aquel amor crepuscular del viejo matador que vivía, en la práctica, separado de su mujer, Julia Cossío. Enriqueta Pérez Lora –su vida merecería una novela- había llegado a la vida de Belmonte por una serie de peripecias vitales. Huyendo de un matrimonio desgraciado, ayudada por las monjas adoratrices, había recalado en el servicio del cortijo de Gómez Cardeña en 1942. Allí la conoció Juan. Ella sólo tenía 22 años… Comenzó una relación que no siempre fue continua pero sí larga en el tiempo. Aquel Domingo de Pasión de 1962, Enriqueta ya había cumplido 42 años y mantenía intacta su belleza. Aquella iba a ser la última visita del torero…
El torero y la muerte
Juan Belmonte aún tuvo tiempo de escuchar misa antes de emprender el viaje a su finca utrerana serpenteando por las carreteras de entonces. No dejó de charlar con las sirvientas que le prepararon un almuerzo que consumió, una vez más, en solitario. Dicen que volvió a salir al campo a repasar el ganado antes de poner en marcha el grupo electrógeno que daba luz al cortijo. Se encerró en su despacho, prácticamente entre dos luces. No tardaría en oírse una sorda detonación. “Que no se culpe a nadie de mi muerte”, rezaba un papelito junto al cadáver, que aferraba una pistolita que el matador conservaba desde sus tiempos de novillero. Un leve agujero en la sien era toda la señal de violencia; apenas se advertían rastros de sangre. Belmonte se había disparado en la cabeza bajo aquel cuadro que le había pintado Zuloaga vestido de grana y azabache. Asunción, su fiel ama de llaves, fue la que encontró su cuerpo.
“Sólo te faltaría morir en la plaza”, le había espetado en sus comienzos Ramón del Valle Inclán, a la cabeza de ese grupo de intelectuales del 98, enamorados de la leyenda del quincallero de Triana que se había curtido en el oficio echando la capa a las reses encerradas en la dehesa de Tablada. Pero la muerte no tenía prisa y estaba esperando en los campos de Utrera a ese labrador rico, prematuramente envejecido y encerrado en sí mismo aquella tarde primaveral de 1962. A esas alturas, poco quedaba de aquel anarquista de la Cava, convertido en propietario y en un personaje más del rico universo humano de la Sevilla de mitad del siglo XX.
La noticia empezó a correr como la pólvora y muy pronto, a pesar del silencio oficial, se supo que en su muerte no había causas naturales. En el palacio arzobispal reinaba aquel príncipe de la iglesia, el cardenal Pedro Segura, que -según la versión más extendida- exigió a la familia del diestro una declaración jurada de muerte natural para poder enterrarlo en la tierra sagrada que estaba vedada a los suicidas por la iglesia preconciliar. Salvador de Quinta, ya fallecido, y José Rodríguez Méndez, en esa joya impagable que se titula ‘Campos de Utrera, la cuna del toro bravo’, relatan algunos detalles de aquel lance luctuoso: “la noticia, que habría de dar pronto la vuelta al mundo, llegó primero a Utrera. Carlos Navarro, que había sido administrador de ese cortijo, fue el primero en enterarse por boca de Asunción. Avisó a don Miguel Román Castellano, párroco de Santa María, lo recogió, y se fueron a Gómez Cardeña”.
Con la túnica del Cachorro
La finca pronto se llenó de amigos y curiosos. A Belmonte le amortajaron con una túnica del Cachorro después de llevárselo a Sevilla. De Quinta y Rodríguez Méndez evocan la conmoción del momento: “Era martes y toda Sevilla estaba en el entierro. Dolor, caras largas, miles de curiosos, muchos sombreros… La comitiva fúnebre se detuvo delante de la Maestranza. Luego quisieron llevar el cadáver a la Cava de Triana donde se había criado el torero. Llegaron a cruzar el puente, pero se convenció a los entusiastas de que no era conveniente seguir dando tantas vueltas, se rezó un responso en la Capillita del Carmen, y se encaminaron ya, decididamente, hacia el cementerio de San Fernando donde, no sin cierta polémica fue enterrado en sagrado”. Una figura inconfundible del paisaje humano de Sevilla acababa de entrar en la historia: se agigantaba su leyenda y nacía ese mito que ya había cimentado el gran periodista Manuel Chaves Nogales en su ‘Juan Belmonte, matador de toros’, que trazaba la biografía novelada sin saber que aquel final de libro se le había quedado por escribir.
Juan Belmonte, amortajado con la túnica de la cofradía del Cachorro.
La muerte de Juan hizo viajar en el tiempo a los aficionados y seguidores más veteranos. Medio siglo antes, la Parca sí se había llevado la vida de Joselito -el rey de los toreros- en el ruedo de Talavera en plena juventud y en la cúspide de ese trono absoluto sobre la fiesta que tuvo su contrapunto en la genial irregularidad de Belmonte. Pero la muerte había respetado al trianero a pesar de las imnumerables cogidas que sufrió a lo largo de su carrera. Juan siempre dijo que José, rival y amigo, le había ganado la partida en el pequeño ruedo toledano y aunque el gran Guerrita había pontificado desde su trono de Córdoba que había que darse prisa para verlo torear -el califa apostaba que lo mataría pronto un toro- había llegado al umbral de siete décadas de vida que reventaron en la punta del cañón de una pequeña pistola.
Pero, ¿por qué se quitó la vida Juan Belmonte? Se llegó a hablar de novelones que nadie ha puesto en pie. César Jalón, el imprescindible crítico taurino que firmaba sus crónicas como Clarito, apunta en sus memorias otras hipótesis mucho más realistas: “la angustiosa enfermedad de Julio Camba y del marqués de Villabrágima le parecía inhumana: ¡Eso se debía de cortar! ¡Eso se… se… corta! Y él vivía preocupado por un amago de parálisis facial”. Clarito también alude a la especial personalidad del grandioso matador, “hermético, de constante introversión, fue siempre en medio de su familia y de su mundo un solitario”, sin que sepamos a ciencia cierta que podría estar rumiando ese genio en su ancho universo interior. Son muchas dudas y una sola certeza: Belmonte se quitó la vida sólo una semana antes de cumplir 70 años. Retirado de la profesión, ganadero de reses bravas, figura inconfundible del callejero sevillano, hermano de la muerte y dueño absoluto de su destino, se marchó para siempre una tarde de primavera por los campos de Utrera…
César Rincón recibirá un homenaje en la localidad murciana de Lorca el próximo 21 de abril en un acto organizado por el Club Taurino que preside Juan Coronel.
Mientras las obras de la plaza de Sutullena avanzan a buen ritmo de cara a su inauguración, previsiblemente en la primavera de 2023, los aficionados lorquinos continúan dando ejemplo y en esta ocasión rendirán homenaje a uno de los toreros más importantes y más grandes de la historia del toreo: César Rincón.
En un acto que será conducido por el periodista Iñigo Crespo, César Rincón repasará su carrera y recibirá honores por parte de las autoridades locales y Club Taurino.
Esta semana el maestro recibió otro homenaje esta vez en Villaseca de la Sagra en la que hizo un repaso de su trayectoria como torero, las 6 puertas grandes de Madrid, su encuentro, ya mítico con el fiero «Bastonito» de Baltasar Ibán en Las Ventas, su formación en Bogotá, su condición de ganadero . Fue ocasión propicia para que el maestro colombiano formulara un apasionado alegato en favor e la fiesta por todos los valores que comporta..
Lorca es historia, patrimonio y tradición. Es una ciudad monumental localizada en el suroeste de la Región de Murcia, su término municipal es el segundo más grande de España con 1.675 km2 y en consecuencia ofrece todos los contrastes a quien la recorre, con gran diversidad de paisajes desde las Tierras Altas del norte, el fértil valle del Guadalentín y la tranquila costa virgen de Calnegre declarada Parque Regional.
Cartel confeccionado por Gráficas MT de Baeza con la obra cedida por el excelso pintor Diego Ramos y que él mismo la describe así:
«Ese Natural, me parece de una gran seriedad y solemnidad. Color clásico, serio, puro. Mentón metido, pecho pa’lante. Pasándose el toro muy cerca de la faja, la manera de coger la muleta por el centro y llevando el estaquillador a la altura y ritmo , que le dictaba su corazón. Y le pedía cada toro. Creo que en ella se condesa y muestra claramente, rasgos muy Bienvenida, de seriedad, torería, pureza y limpieza. ¡Casi nada! Adjetivos y virtudes que desprenden ejemplaridad para los toreros de todo tiempo».
(Obra de Diego Ramos – Madrid 2009. Colección de Autor)
Dinastía Bienvenida blogspotMadrid, 4 de Abril de 2022 Ha sido en la Tertulia «La Giralda» del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida dondeMiguel Mejías «Bienvenida» ha abierto el portón para ese paseíllo imaginario que supone la conmemoración, a lo largo de esta temporada recién iniciada, del nacimiento de Antonio Mejías «Bienvenida» del que se cumplen cien años, y cuyo nombre figura inscrito en el gran libro de la tauromaquia y de la historia de España con letras de oro, habiendo sido valorado como el torero más fino, más puro y más clásico de cuantos han salido de la casa Bienvenida, de la gloriosa dinastía torera cuyo verdadero artífice Manuel Mejías «Papa Negro» constituyera el tronco vigoroso del que brotaron tan frondosos y ricos ramajes como como sus hermanos, Manolo, Rafael, Pepe, Juanito, Ángel Luis y de éste su hijo Miguel.
Directivos y socios de nuestra asociación bienvenidista programaron para este año de su Centenario una serie de actos y actividades en honor del diestro ‘buque insignia’ de la dinastía torera de Bienvenida, siendo el eje central los que se han de celebrar en la Sala ‘Antonio Bienvenida’ durante fechas de la Feria de San Isidro y la Feria de Otoño, además de actos de premiación de trofeos, premios culturales, o galardones honoríficos, que se irán anunciando así como coloquios y tertulias donde la memoria y huella de Antonio Bienvenida sea objeto de recuerdo y enaltecimiento como referente excepcional de la tauromaquia.
Miguel Mejías «Bienvenida» dirige la reunión de Círculo T. A. Dinastía Bienvenida.
Nieto del banderillero Manuel Mejías Luján Bienvenida (1844-1908), hijo de Carmen Jiménez Álvarez y del famoso matador Manuel Mejías Rapela Bienvenida, conocido como el Papa Negro, sobrino del novillero y banderillero José Mejías Rapela y hermano de los también matadores Manuel, José, Rafael —que murió asesinado en Sevilla a los diecisiete años de edad, al poco tiempo de retirarse de los ruedos como novillero—, Ángel Luis y Juan Bienvenida. Todos los toreros de la familia han utilizado el apodo Bienvenida, por ser de esa localidad extremeña el fundador (y también sus hijos Manuel y José) de una de las estirpes de toreros fundamentales en el siglo xx.
Antonio Bienvenida nació en Caracas durante uno de los viajes del padre para torear en América. Bautizado en Sevilla, siempre se consideró de esa ciudad, aunque la familia se trasladó a Madrid en 1933 (al poco de morir Rafael) y fue en esta localidad donde probablemente más se le admiró y más trato de maestro indiscutible del toreo se le dio.
Como todos sus hermanos, también Antonio fue un diestro precoz. Formado como torero en su propia casa, de la mano de su padre y de sus hermanos mayores aprendió los dos aspectos fundamentales de la educación de un futuro torero: a torear de salón y el respeto a la liturgia de la fiesta. Toreó por primera vez a los ocho años; a los doce (en 1934) debutó en público en Zamora y, luego, en El Escorial, en esta ocasión en pantalón corto. Hizo su primer paseíllo en Sevilla en un festival, el 13 de junio, y le cortó las orejas y el rabo a un excelente novillo de Juan Belmonte.
Vistió por primera vez el traje de luces en Córdoba, el 3 de julio de 1937, acompañado por Paquito Casado; en Sevilla, junto a sus hermanos Manolo y Pepe, que lidiaron cuatro toros, toreó de luces en novillada sin picadores el 11 de julio, cortando cuatro orejas y dos rabos. Debutó con picadores en Cádiz el 26 de junio de 1938, alternando mano a mano con Pepe Luis Vázquez, sólo un par de meses antes de la muerte por enfermedad de su hermano Manolo. Se presentó en Madrid el 3 de agosto de 1939, junto a Joselito de la Cal y Gallito. El día 24 de ese mismo mes toreó de nuevo en Las Ventas, y de nuevo mano a mano con Pepe Luis Vázquez.
Todavía como novillero, hay tres tardes que son fundamentales en su trayectoria: en Sevilla, el 15 de junio de 1940, cuando toreando mano a mano con Eugenio Fernández Sánchez Angelete tuvo que lidiar cinco (y matar seis) por cogida de su compañero, cortando un total de seis trofeos; en esa misma plaza, el 3 de noviembre de 1940, la tarde en que realizó el llamado “quite de la escoba” (o del milagro, por lo muchísimo que templó y bajó las manos al torear por chicuelinas); y, finalmente, en Madrid, el 18 de septiembre de 1941, cuando hizo la faena al novillo Naranjito, al que le dio tres “pases cambiados” (suerte que se ejecuta con la muleta plegada, tras un quiebro con la pierna) que han pasado a la historia.
Respecto al quite “de la escoba”, Mira recoge una conversación con Bienvenida en que le explica cómo surgieron los lances: “De pronto, sin saber por qué, en un santiamén me acordé de que por la mañana había saludado a Chicuelo. Como una ráfaga también se me vino a la cabeza el temple de Belmonte.
A velocidad del rayo pensé: ¿se podrá templar y bajar las manos, al torear por chicuelinas? Te acordarás que eso fue lo que hice. Lo hice por tres veces. Al rematar quedé convencido de aquello, yo no era capaz de repetirlo igual. No me han vuelto a salir nunca como aquéllas. Creo honradamente que tenían razón los que dijeron que aquello fue un quite de milagro. Ese fue el día que, en aquel momento, comprendí lo que significa la frase de Juan Belmonte cuando dijo que el toreo es una fuerza del espíritu”.
Con el nombre adquirido en todos esos triunfos, Antonio Bienvenida se dispone a tomar la alternativa en Madrid el5 de abril de 1942. Se anuncia mano a mano junto a su hermano Pepe (conocido en el mundo del toro como Pepote) con toros de Miura. Al rechazarse los toros, y al negarse los hermanos Bienvenida a torear animales de otra ganadería, los toreros fueron detenidos. La corrida se celebró, finalmente, el día 9, con cinco de los miuras que unos días antes habían sido rechazados. El toro del doctorado se llamó Rosquerito. El 2 de julio de ese mismo año de 1942, Antonio cortó dos orejas en Las Ventas, ratificándose como uno de los toreros predilectos de la afición madrileña.
Su trayectoria sufrió un serio parón en Barcelona el 26 de julio de 1942, cuando el toro Buenacara, de Trespalacios, le hirió gravemente en el vientre. Formaban el cartel ese día Manuel Jiménez Chicuelo, Nicanor Villalta, Pepe Bienvenida, Manuel Rodríguez Sánchez Manolete, Pepe Luis Vázquez y Antonio Bienvenida, con doce toros, seis de Joaquín Buendía y seis de Jacinto Trespalacios, que se lidiaba a nombre de su hijo Ignacio Sánchez y Sánchez. El percance se produjo, precisamente, al hacer el pase cambiado, y fue de tal gravedad que a punto estuvo Bienvenida de perder la vida.
Regresó a los ruedos, y lo hizo con la misma maestría de siempre. No llegó nunca Antonio Bienvenida a ser un torero que mandase en la Fiesta, ni tampoco de torear muchas corridas por temporada, sino que su grandísimo prestigio estaba basado en su indudable calidad y torería. El 15 de mayo de 1947 resultó de nuevo cogido en la primera corrida de la recién inaugurada Feria de San Isidro, de Madrid, y en esa misma plaza alcanzó un gran éxito el 21 de septiembre de ese mismo año, al cortar cuatro orejas en la Corrida del Montepío de Toreros que toreó en solitario.
El 15 de noviembre de 1948 contrajo matrimonio en la iglesia de la Concepción de Madrid con Carmen Gutiérrez Balbi, de cuya unión nacieron cuatro hijos, ninguno de los cuales continuó la tradición taurina de la familia.
No fue fácil la década de 1950 para Bienvenida.
Tras lograr un gran triunfo el 12 de octubre de 1952 en Las Ventas, ante una astifina corrida de la ganadería de Agustín Mendoza y Montero, conde de la corte, denunció públicamente (con el apoyo del periódico ABC y de su crítico taurino Antonio Díaz Cañabate) la generalización del fraude del afeitado.
Sobre este tema dice Abella: “La ‘guerra del afeitado’ no ha hecho sino comenzar, y Antonio Bienvenida, denunciado por los compañeros como insolidario, presenta su dimisión como presidente del Montepío, aunque se vuelve a presentar a las elecciones y gana.
Se le acusa de haberse promocionado a costa de los demás, y durante la temporada 1953 fue recibido con ovaciones por los públicos”.
Los años siguientes, de 1954 a 1957, fueron muy buenos para Bienvenida: en 1954 y 1955 se encerró en solitario con seis toros en Madrid (esta última temporada, además, rodó la película Tarde de toros, de Ladislao Vajda), si bien los siguientes fueron de grandes altibajos, pues a éxitos importantes le siguieron baches de relativo olvido. El 17 de mayo de 1958 sufrió un grave percance en el cuello en Madrid y el 16 de junio de 1960 se encerró con doce toros, en sesiones de tarde y noche, en Las Ventas. A la muerte del noveno, un problema muscular le impidió continuar la lidia de los restantes.
El resto de su trayectoria siguió en la misma línea: el 5 de septiembre de 1964 lidió en San Sebastián de los Reyes (Madrid) la que muchos consideran la mejor faena de su vida, y al comienzo de la temporada de 1966 se retiró en la plaza de Vista Alegre. Reapareció en el San Isidro de 1971, cortó cuatro orejas en Las Ventas el 30 de mayo, en un mano a mano que toreó con Andrés Vázquez, y se despidió definitivamente de los ruedos en Vista Alegre el 5 de octubre de 1974, alternando con Curro Romero y Rafael de Paula. Tras treinta y dos años de alternativa, Bienvenida había toreado ciento una corridas en Madrid (seis en solitario), había cortado cuarenta y dos orejas y había abierto once veces la puerta grande.
Fallecióen Madrid el 7 de octubre de 1975, tres días después de que la vaca Conocida, de Amalia Pérez Tabernero, le voltease provocándole una irreparable lesión cervical. Los últimos pases de su vida, repletos de la misma notabilísima maestría y elegancia que desarrolló durante su carrera, los dio en la finca El Campillo, de El Escorial, la localidad madrileña en la que había toreado, entonces con pantalón corto, cuarenta y un años antes.
José Luis Ramón Carrión
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