Category Archive : Efemérides

Hoy no es un dìa cualquiera. Hace medio siglo se doctorò en tauromaquia el maestro Jorge Herrera. !!!Felicidades y enhorabuena !!!

UI By Guillermo Rodríguez  octubre 15, 2024

( La foto que abre la nota es de la confirmación de la alternativa con PAQUIRRI Y PALOMO )

Jorge Herrera cumple hoy una efemérides muy significativa para él en lo personal y para el toreo americano.

Margarita Suárez, la esposa del maestro Jorge Herrera me recuerda los 50 años de tan significativo momento .

Me dice la estimadísima colega : Cumple 50 años de alternativa como Matador de Toros, mi esposo JORGE HERRERA. La recibió el 20 de octubre de 1974 en Benidorm. Padrino: Palomo Linares. Felicitaciones!!! La confirmó el 16 de mayo de 1976 en la Plaza de las Ventas en Madrid. Padrino: Palomo Linares. Testigo: Francisco Rivera Paquirri.

En Benidorm y nada mas ni nada menos con Paquirri, el inolvidable torero de Zahara de los Atunes, con Palomo de padrino, se hace matador tras una brillante campaña de novillero Jorge Herrera con ganado de Miguel Higuero hace medio siglo.

CON ESA CLASE TOREABA EL MAESTRO DE FUSAGASUGA

Jorge Herrera es un torero nacido en Fusagasugá con residencia en Neiva, la tierra de su señora esposa, nuestra querida colega Margarita Suárez y quien honró el traje de luces. Paa María, p

Se formó a la vera de la Casa Lozano y fue un novillero con mucho predicamento en España donde se doc Durante la temporada de 1969 viste su primer terno en Bogotá y en la siguiente amplió sus actuaciones a ruedos de  Venezuela y Ecuador. En 1972 viene a España y aquí intervino en nueve festejos económicos y cuatro corridas con picadores, entre ellas la celebrada en  Miranda de Ebro (Burgos) el 21 de mayo, en la que cortó las dos orejas de su segundo del hierro de Apolinar Soriano, en presencia de Freddy Omar  y José Ortega.

Al comienzo de 1974 empalma unos estimables triunfos. Así el alcanzado en Añover de Tajo (Toledo) el 21 de abril, donde le conceden las dos orejas y el rabo de cada uno de sus novillos de Bernardino García Fonseca; el del 12 de mayo en Alicante al lograr un trofeo de una res de Eugenio Lázaro, o el de Valencia, el inmediato día 15, donde corta un total de tres orejas de astados de Román Sorando. Poco después es herido de gravedad tanto en Barcelona, el 13 de junio, por un toro de Salustino Galache, como en Sevilla, el 28 de julio por otro de Rafel Peralta, reseña «Historia del toreo».

ESTA NOSTALGICA IMAGEN DEL ENCUENTRO EN UN TENTADERO AL QUE ASISTIÓ MUHAMAD ALI

Jorge Herrera en temporadas grandes de plazas de primera colombianas (Manizales, Cali,
Medellín, Cartagena y Bogotá), según la pulcra estadística del riguroso documentalista Rey Buitrago

MANIZALES
Solo toreó la temporada de 1977. Debutó el 7 de enero con un toro de Las Mercedes (3º) y un toro
de El Socorro (6º). En su primero le negaron las orejas y dio tres vueltas al ruedo, en su segundo
toro también dio vuelta; esa tarde alternó con Palomo y Teruel.
Al día siguiente, 8 de enero, fue su gran actuación en la temporada manizaleña al cortar tres
orejas, una en su primero y dos en su segundo, a los toros de su lote de Rocha Hermanos (El
Aceituno); alternó esa tarde con el rejoneador Oky Botero (toreó un toro de La Torre), El Puno y El
Cali.
En su última actuación en Manizales, el 9 de enero de 1977, cortó oreja en la corrida del toro ante
un ejemplar de El Socorro; alternó con Teruel, El Puno, El Capea, Paco Alcalde y Luis Francisco
Esplá, lidiándose cuatro toros de Clara Sierra y tres de El Socorro (uno de ellos de regalo).
Herrera en Manizales solo toreó esa temporada de 1977 con un total de tres corridas y cuatro
orejas cortadas.

CALI
En la temporada grande de abono caleña toreó un total de cinco temporadas: 1975-76, 1976-77,
1980-81, 1983-84 y 1984-85.
Su debut data del 27 de diciembre de 1975 en un mano a mano con El Cali en una corrida con tres
ganaderías: Ambaló (2 toros), Las Mercedes (2 toros) y Fuentelapeña (3 toros, El Cali regaló uno).
Ese día, Herrera cortó oreja en el cuarto de la tarde de Las Mercedes.
Su más resonante triunfo numérico en la temporada grande de Cañaveralejo data del 1 de enero
de 1981 con toros del mexicano José Julián Llaguno, alternando con Eloy Cavazos y Julio Robles. El
torero capitalino cortó una oreja en su primero y las dos de su segundo.
En la feria caleña también tuvo graves percances, como el del 27 de diciembre de 1983 con toros
de Achury Viejo, alternando con Robles y con Tomás Campuzano. El quinto toro de Achury lo
volteó fuerte y le rompió un tendón, en su primero había dado vuelta.
Su última tarde de feria en Cañaveralejo, data del 27 de diciembre de 1984 con toros de Icuasuco,
alternando con José Antonio Campuzano y Víctor Mendes. El bogotano no se pudo acoplar según
las crónicas y fue pitado en su resultado artístico en su lote.
En resumen, Jorge Herrera estuvo en cinco temporadas grandes en Cali, toreó diez corridas y cortó
seis orejas.

MEDELLÍN

Jorge Herrera toreó en cinco temporadas grandes en Medellín: 1977, 1978, 1979, 1981 y 1982.
Herrera debutó en temporadas grandes en La Macarena, en la Feria Taurina de Medellín que
organizara la empresa Escol. Debutó el 29 de enero de 1977 junto a Palomo y a Manzanares con
toros de Félix Rodríguez y de Pueblito Español (regalo de Palomo). Fue ovacionado en su lote.
En la feria de 1979 cortó las dos únicas orejas en feria que cortó en Medellín: la primera fue el 27
de enero con toros de Vistahermosa alternando con Palomo y Domínguez, cortó oreja en el sexto,
en el tercero fue silenciado y la segunda data del 18 de febrero con ejemplares de Pueblito
Español (cuatro toros), Aguas Vivas (dos toros) y Rocha Hermanos (El Aceituno) (un toro, regalo de
Palomo), alternando con El Viti y Palomo, Herrera perdió trofeos auriculares y dio vuelta tras dos
avisos en su primero y en su segundo cortó oreja.
Su última tarde en las temporadas grandes de Medellín, data del 13 de febrero de 1982 con toros
mexicanos de Mimiahuápam y teniendo como compañeros de cartel a Miguel Espinosa “Armillita
Chico” y a José Cubero “El Yiyo”. Herrera, según las reseñas, fue abroncado en sus dos toros,
destacando que el primero de su lote se despitonó.
Jorge Herrera en la temporada grande de Medellín estuvo en cinco temporadas, toreó once
corridas y cortó dos orejas.

CARTAGENA
Según los cronistas Armando González Crismatt y Alberto Borda Martelo en su libro de los 20 años
de la Plaza de Toros Cartagena de Indias, Herrera estuvo en diez temporadas en la monumental
plaza de la heroica: 1974-75, 1976, 1977, 1978, 1979, 1979-80, 1981, 1985, 1987 (ese año se
anunció una temporada esporádica organizada por Borda Martelo) y 1991-92.
Debutó el 29 de diciembre de 1974 con toros de Fuentelapeña, alternando con Pepe Cáceres y El
Cali, el bogotano escuchó silencio en su primero y silencio tras aviso en su segundo.
La temporada 1977 fue en la que Herrera más corridas toreó con tres y en la que más orejas cortó
con cinco: 2 de enero con toros de Clara Sierra y completaron el cartel Palomo y El Puno; Herrera
cortó dos orejas al toro que cerró plaza. 5 de enero con toros de Aguas Vivas y en el cartel estaban
Teruel y Luis F. Esplá; el diestro colombiano no tuvo suerte con su lote, regaló el séptimo cajón y
cortó oreja. 6 de enero en la corrida del toro con ejemplares de El Socorro y alternó con Cáceres,
Palomo, Manzanares y Juan Gómez; Herrera cortó las dos orejas del quinto toro.
Su última tarde en la temporada cartagenera data del 5 de enero de 1992 alternando con El Puno
y con Segura con toros de Santa Bárbara. Ese día ocurrieron dos particularidades: la primera,
Joselillo hijo se enfermó y tuvo que ser reemplazado por El Puno y la segunda es que esa
sustitución fue de última hora, El Puno estaba en Bogotá y no realizó el paseíllo, llegando para el
segundo, cambiando esto de orden de lidia con Herrera en primer lugar y El Puno en segundo. Ese
día, Herrera cortó oreja en el quinto del festejo.


En resumen, Jorge Herrera en la temporada grande de Cartagena de Indias estuvo en diez
temporadas, toreó 19 corridas y cortó 11 orejas.

BOGOTÁ (contando solo temporadas grandes de fin e inicio de año y no corridas ni temporadas de
mitaca)
Jorge Herrera confirmó su alternativa el 30 de noviembre de 1974 en la Feria Señor de
Monserrate, primera parte de la temporada grande 1974-75, teniendo como padrino a Palomo y
testigo a José Antonio Campuzano con toros de Vistahermosa. Herrera dio vuelta en el toro que
confirmó y fue ovacionado en el cierraplaza.

Herrera toreó un total de 14 temporadas grandes capitalinas: 1974-75, 1975-76, 1976-77, 1977-
78, 1978-79, 1979-80, 1980-81, 1981-82, 1982-83, 1984-85, 1985-86, 1986-87, 1987-88 y 1991-92.

Las temporadas en que más corridas toreó Herrera fueron en 1974-75 y 1975.76 con cuatro cada
una.

La temporada 1975-76 fue donde más orejas cortó (6):

  • 8/12/1975. Una oreja en el tercero. Alternó con José Fuentes y Palomo. Toros de Vistahermosa.
  • 14/12/1975. Cortó una oreja en el séptimo. Alternó con los rejoneadores Ángel y Rafael Peralta
    (un toro por colleras), Dámaso González y El Cali. Toros de Achury Viejo (4º de rejones) y de
    Dosgutiérrez.
  • 25/01/1976. Cortó dos orejas en el séptimo. Alternó con los rejoneadores Ángel y Rafael Peralta
    (lidiaron dos toros: un toro por colleras (1º) y otro de regalo) y con El Cali (regaló toro). Toros de
    Vistahermosa (rejones), Pueblito Español (regalo de rejones) y Las Mercedes (lidia ordinaria y
    regalo de El Cali).
  • 22/02/1976. Cortó dos orejas al noveno (toro de regalo). Alternó con Cáceres, El Puno y El Cali.
    Toros de Rocha Hermanos (El Aceituno) (lidia ordinaria) y Pueblito Español (regalo).

Su última tarde en las temporadas grandes de La Santamaría data del 16 de febrero de 1992 junto
a Joselito Borda y César Camacho (que confirmó ese día) con toros de El Socorro. Herrera fue muy
aplaudido en sus toros.

UNA FOTO CON SUS HI.JOS

LOS HIJOS DEL MAESTRO.

AL CENTRO LA COLEGA MARIA QUE HONRA NUESTRA PROFESION, A LA DERECHA EL FUTBOLISTA QUE HA TRIUNFADO EN LOS ESTADOS UNIDOS Y EN COLOMBIA,y el primero por la izquierda ,Chris.

CHRIS, MARIA Y JORGE

Al término del año taurino, el 20 de  octubre, toma la alternativa en Benidorm (Alicante) de manos de Palomo Linares, con ganado de Miguel Higüero en mano a mano. Confirmó su doctorado en la plaza Santamaría de Bogotá el 30 de noviembre de 1974 de manos de Palomo Linares y en presencia de José Antonio Campuzano con toros de Vistahermosa. Durante 1975 toreó en nuestros cosos en 38 ocasiones, cifra que queda reducida a la de 20 en 1976, incluida su presentación, un tanto tardía, en el ruedo madrileño de Las Ventas para confirmar su alternativa. Ello sucedió el 16 de mayo, con el mismo Linares de padrino de la ceremonia y Francisco RiveraPaquirri, de testigo.

El toro de la cesión atendía por Aliñado y lució la divisa de Juan María Pérez-Tabernero, sin que destacara la labor del espada, al igual que ocurriera en la lida del toro que cerró plaza, un sobrero de la vacada de El pizarral. No tengo datos de que en 1977 haya intervenido en corridas celebradas en coliseos españoles, pero sí continúa actuando en ruedos americanos. A pesar de la publicidad y la buena administración con que fue llevado este diestro colombiano, su rendimiento quedó muy por bajo de lo que esperaban, sin duda, sus mentores. Durante la temporada de 1983 logra muy positivos resultados en distintas plaza de su país, incluida la bogotana de Santamaría, donde el 13 de febrero le conceden las dos orejas de un astado de la ganadería de Vistahermosa delante de José María DolsManzanares, y Vicente RuizEl Soro.

LA COBNFIRMACION DEL DOCTORADO

UN CARTEL HISTORICO

En Bucaramanga le entregan las dos orejas de cada uno de los toros de su lote, de la vacada de Jerónimo Pimentel, en presencia de su compañero de cartel Antonio José Galán, el 16 de diciembre de 1984. Torea estos años por encima de la media docena de corridas por campaña en cosos de su patria, y todavía podemos reseñar un par de funciones acertadas en 1986, la del 7 de enero en Bogotá, donde alternó con Pedro Gutiérrez MoyaNiño de la Capea, y Juan Antonio RuizEspartaco, en la lidia de un encierro de la divisa últimamente citada, y la del 15 de febrero en San Martín, con reses de la repetida ganadería y sus colegas César Rincón y Over GelainGitanillo de América, y el rejoneador Dairo Chica de compañeros en la arena.

Resultó herido de gravedad al intervenir en una corrida celebrada el 12 de octubre de 1986 en la localidad  de Florencia (Colombia). En tal coyuntura alternaba con José Porras y El Timmy de Coqueta en la lidia de un encierro de la vacada de Balcones del Río. Toreó ocho corridas en la temporada de 1987-1988, tres, en la de 1988-1989, cuatro en la de 1989-1990 y diez en la correspondiente a 1990-1991. Desde este año las informaciones disponibles hablan de cuatro corridas en el año 1992, nueve en 1993, dos en 1994 y otras dos en 1995, y desaparece después su nombre de los carteles.

JORGE HERRERA, UN MOMENTO HISTORICO . LARGA VIDA A ESTE GRAN TORERO Y CABALLERO

«Avispado» le infirió la cornada mortal a Paquirri hace 40 años en Pozoblanco

Este jueves, día 26 de septiembre, se cumplen 40 años (1984-2024) de la muerte del torero Francisco Rivera ‘Paquirri’ tras la gravísima cornada que le infirió el toro ‘Avispado’, de la ganadería de Sayalero y Bandrés, en la plaza de toros de Pozoblanco (Córdoba).

Feria de Pozoblanco. El reloj marcaba las siete y veinte de la tarde cuando sobrevino la trágica cogida . Ya han pasado 30 años. Corría el año 1984. Paquirri había saludado al cuarto toro de Sayalero y Bandrés con verónicas mirando al tendido. «Estuvo enorme», recordaba su banderillero Rafael Torres en el 25 aniversario (2009). Así lo narraba: «Mientras el caballo de picar se colocaba, se aguantó al toro en el burladero. Cuando se dirigió a Paquirri, se le cruzó. Y al siguiente lance se le venció por el izquierdo y le echó mano. Su instinto fue agarrarse a la cara y el pitón lo zarandeó durante mucho tiempo hasta penetrar en varias trayectorias. El toro no soltaba a Paco y el boquete era cada vez más gordo. Hasta que humilló y lo dejó». La sangre se despeñaba a borbotones por la taleguilla azul y oro entre las caras de horror del tendido.

EL HOMBRE QUE FILMÓ ESA TRAGEDIA

Hace 40 años Antonio Salmoral Beltrán no tenía pensado acudir ese día a los toros en Pozoblanco (Córdoba), pero la figura de Paquirri y probar su nueva cámara fueron suficientes argumentos para estar allí sin saber que filmaría las imágenes del trágico final del mítico torero, hoy irrepoducibles por sentencia judicial, que dieron la vuelta al mundo y le valieron el Premio Nacional de Periodismo, entre otros, en 1985.

Tras 20 años como referencia videográfica de TVE en Córdoba como colaborador, Salmoral ofreció la corrida a su edición, si bien «había otras cosas de interés» y declinaron la propuesta, rememora a EFE su hijo, Antonio Salmoral Cañero, quien detalla que gracias a la insistencia de su compañero cronista taurino Pepe Toscano y a la afición de su madre por el torero, acudió a la plaza.

También acababa de adquirir su nueva herramienta de trabajo, una cámara con magnetoscopio VHS que decidió seguir probando ese día sin saber que captaría las imágenes que le cambiarían la vida. Colocado en su lugar como un reportero ya experimentado y conocido en el mundo taurino, Salmoral «graba lo que es el acto de la cogida» e instintivamente el ojo profesional lo lleva a «irse detrás de la cuadrilla» hasta la enfermería.

SALOMOIRAL ES EL CANITO DE POZOBLANCO

Desde el albero hasta el interior de la enfermería

Salmoral no paró de grabar durante cerca de 10 minutos desde el albero hasta el interior de la enfermería de la plaza, y sin poder ver las imágenes ni la calidad de las mismas salió del coso taurino siguiendo a la ambulancia que trasladaba a Paquirri al hospital Reina Sofía de Córdoba, aunque a mitad de camino reciben la noticia de su derivación al Hospital Militar debido a la gravedad de las heridas.

«A mi me localiza mi madre y me manda para el Hospital Militar y mi padre me entrega la cámara y se la cambio por otras de cine habituales para que siga allí haciendo su trabajo«, explica Salmoral junior. Ya de madrugada, y con la noticia de la muerte de Paquirri en la calle, Salmoral regresa a su casa para visionar su material.

«No sé ni lo que llevo«, decía nervioso el experimentado reportero, preocupado por el «sonido» pero consciente de que con la muerte del torero sus imágenes, con el diestro explicando al cirujano con exactitud las trayectorias de su cornada, serían la exclusiva de su vida.

Una vez visto el minutaje de la grabación la casa de los Salmoral era «un baño de lágrimas«. «Ese hombre estaba vivo hace unas horas y ya no está aquí» era el sentir de toda la familia que resumió el reportero con una frase: «Rompería ahora mismo la cinta a cambio de que Paquirri estuviese vivo».

LA CADENA SER Y EL SUCESO QUE ACABÓ CON LA VIDA DE PAQUIRRI

Con tal motivo, hemos recuperado de nuestra fonoteca la narración que Radio Sevilla (Cadena SER) hizo de la llegada del féretro del afamado torero a la plaza de toros de la Real Maestranza, antes de ser trasladado al Cementerio de San Fernando de la capital hispalense. Con las voces del gran maestro de periodistas Iñaki Gabilondo y los inolvidables Filiberto Mira y Juan Carlos Vélez, el documento sigue emocionando como ya ocurriera hace cuatro décadas.

La aciaga tarde de Pozoblanco

En aquel año de 1984, Paquirri había decidido dar por concluida la temporada tras torear en la plaza de toros francesa de Dax, pero accedió a torear dos festejos más antes de viajar a tierras americanas: Logroño y Pozoblanco.

Para la corrida de Pozoblanco, según manifestó en su día su viuda, Isabel Pantoja, el diestro de Zahara de los Atunes (Cádiz) cambió en varias ocasiones la fecha, la ganadería y los toros que habría de torear, siendo el destino lo que motivó aquella trágica tarde del 26 de septiembre de 1984 en la plaza de toros pozoalbense.

Compartiendo histórico cartel con José Cubero ‘Yiyo’, también corneado mortalmente al año siguiente (30/08/1985) en la plaza madrileña de Colmenar Viejo, y Vicente Ruiz ‘El Soro’, Paquirri fue herido por el cuarto toro de la tarde, de la ganadería de Sayalero y Bandrés y de nombre ‘Avispado’, que le infirió una cornada con dos trayectorias que rompieron las venas ilíaca y safena y la arteria femoral.

Un video, grabado por el camarógrafo Antonio Salmoral, registró el percance y escenas del torero herido hablando en la enfermería. Paquirri, todavía consciente, y con una notable tranquilidad dadas las circunstancias, explicaba al doctor Eliseo Morán el tamaño y la trayectoria de la herida, momento que quedó marcado en el imaginario colectivo: «Doctor, yo quiero hablar con usted o no me voy a quedar tranquilo. La cornada es fuerte. Tiene al menos dos trayectorias, una para acá y otra para allá. Abra todo lo que tenga que abrir, lo demás está en sus manos. Y tranquilo, doctor».

Lamentablemente, el torero no pudo ser bien atendido debido a las limitaciones de la enfermería. Sin poder contener la hemorragia, el doctor Eliseo Morán le hizo una cura de urgencia y, dada la gravedad extrema del estado del torero, ordenó su traslado inmediato al Hospital Reina Sofía de Córdoba. Los doctores Ruiz y Fumes acompañaron al herido en la ambulancia. Ya cerca de Córdoba, Paquirri sufrió un paro cardíaco y en un intento desesperado de salvarle la vida decidieron ingresarlo en el Hospital Militar de la capital cordobesa por encontrarse más cerca, donde falleció. En las diligencias judiciales consta que Paquirri murió por un choque hipovolémico intenso por hemorragia masiva y rápida.

Dos días después de aquella tragedia, decenas de miles de personas le dieron el último adiós al torero en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Fue sepultado en el Cementerio de San Fernando de la capital hispalense.

Aunque, según el médico que lo atendió, la cornada no era mortal, la muerte de Paquirri se debió a un fatal cúmulo de circunstancias: los servicios sanitarios con que contaba la plaza de Pozoblanco eran muy limitados, fue trasladado en una ambulancia convencional y la carretera que unía la localidad con Córdoba estaba en malas condiciones.

La trascendencia que su muerte tuvo en la prensa de la época contribuyó a cambiar la legislación de espectáculos taurinos, obligando a que las plazas de todas las categorías dispusieran de UVIs móviles y a que las plazas de primera y segunda categorías contaran con quirófanos convenientemente equipados

Hace 65 años murió Lupe Sino la novia que hizo sonreír a Manolete y quien no pudo casarse con el torero cordobés

Hace 65 años que nos dejó una mujer extraordinaria.
Como tantas y tantas mentiras sobre su vida, al día de hoy en el 99% de las informaciones certifican, que Lupe está enterrada en el Cementerio de Hortaleza (FALSO) Antoñita Bronchalo duerme en el descanso eterno, en el Cementerio de Canillas en la capital de España.

Vox Populi recuerda :

Desahuciado en la enfermería de la plaza, Manolete confió en el buen hacer del doctor Garrido, el cual obró el milagro de mantenerlo con vida hasta la llegada de Luis Jiménez Guínea, afamado cirujano que erró en el tratamiento y terminó por rematar la vida del torero. Mientras España rezaba por la salud de Manolete, desde Lanjarón (Granada) se trasladaba a toda prisa una mujer sin igual que anhelaba despedirse a tiempo.

La dama que dividió a las dos Españas (la triunfadora y la perseguida) y conquistó el corazón del más grande y carismático torero que se recuerda en la tierra que nunca duerme. Se llamaba Antonia Bronchalo Lopesino. Lupe Sino.

Una mirada desde el ruedo y un güisqui en Chicote

Andaba Manolete en Las Ventas haciendo una faena singular, de esas que convencen hasta a la prensa, cuando sus ojos se fijaron en el rostro de una joven de belleza inusitada. Profesional hasta el extremo y matador de método, para Manolete el oficio era su vida. No conocía nada más allá del ruedo. Por ello, trató de olvidar la preciosa imagen que habían capturado sus retinas. Las mujeres no formaban parte de su día a día.

De hecho, decir que gozaba de habilidades sociales para el flirteo sería mentir. Nunca se le conocieron historias de amor o noviazgos a plazo fijo, su personalidad excesivamente estoica y tímida con el sexo contrario cercenó toda esperanza de envejecer junto a una mujer que lo llenase. La única persona, antes de la ilustre Lupe Sino, que llegó al segundo nivel de su corazón se apellidaba Eraso. De ascendencia vasca, los padres de la joven invitaron al diestro a comer con ellos en Córdoba, pero este no fue capaz ni tan siquiera de subir las escaleras. Solo se encontraba cómodo entre reses.

Linares… 28 de agosto de 1947…

(Federico Alcazar )

Manolete, Manolete

la mezquita hecha torera

vestida de azul y oro

y teniendo por montera

el arte de Lagartijo

y el estoicismo de Séneca

Manolete nació el 4 de julio de 1917 en el número 2 de la calle del Conde Torres Cabrera de Córdoba.

Su padre fue el matador de igual apodo que falleció cuando Manuel sólo tenía cinco años. Familia también de los toreros José Dámaso Rodríguez, Pepete, José Rodríguez Sánchez, Bebe Chico, y el banderillero Rafael Sánchez, Bebe. Su madre, Agustina Sánchez, se casó en primeras nupcias con Lagartijo Chico.

Sus primeros capotazos los da en 1929 en la finca ‘Lobatón’, cerca de Córdoba.


Torea vestido por primera vez de luces en 1933 en una corrida nocturna celebrada en la plaza de la localidad francesa de Arles.

En Córdoba se presenta con picadores el 27 de julio de 1935. El 26 de mayo se presenta en Sevilla, donde logra un sonoro triunfo el 5 de junio y el 9 de octubre. En esta ocasión estoqueó de manera sublime dos novillos de Villamarta.

Torero legendario que impuso su propio estilo, que polémico o no, apasionaba en debates, charlas y artículos, dejando una huella que aún perdura. Hizo cambiar a la afición el concepto del arte taurino de forma que hubo una forma de torear antes y después de él. Tomó la alternativa el 2 de julio de 1939 de manos de Rafael Jiménez Chicuelo, con Rafael Vega de los ReyesGitanillo de Triana de testigo y toros de Clemente Tassara. De una personalidad seca y austera, rigurosa y con un estilo de perfil, casi al hilo del pitón, y con la muleta retrasada, lo que obligaba al toro a pasar previamente ante el cuerpo del torero. Su estilo fue la extensión de su carácter, austero, esencial, seco y valeroso. Sobrio y duro pero también elegante, se imponía al toro igual que en su vida social.

En 1940 suma 50 corridas, cuatro de ellas en Madrid. Esa temporada obtiene éxitos destacados en Sevilla, Alicante, Bilbao, San Sebastián y Barcelona. En 1941, suma 58 corridas. En 1942, 72 actuaciones, triunfando en Barcelona y en las ferias más relevantes. La temporada ya estaba muy avanzada cuando actúa dos veces en la capital, la última fue la del 27 de septiembre, tarde en la que un toro le corneó, causándole una herida de gravedad en el muslo derecho. 74 corridas realiza en 1943. El 29 de mayo, el 2 de junio y el 15 de julio son las fechas de tres tardes especialmente afortunadas del cordobés en Madrid. En 1944 torea 92 corridas, casi todas con un éxito notable. Es la temporada en que realiza la faena más completa de toda su carrera. Fue el 6 de julio en la plaza de Las Ventas, en la corrida de la Asociación de la Prensa. En 1945, suma 71 corridas, el 29 de junio en Alicante, un toro de Francisco Chica le fracturó la clavícula.


En México se presenta el 9 de diciembre, con astados de Torrecilla. Entre finales de aquel año 1945 y principios del 46 torea en ColombiaPerú y Venezuela. La campaña de 1946 sólo torea en una ocasión, el 19 de septiembre en Madrid, junto a Antonio Bienvenida y Luis Miguel Dominguín, con toros de Carlos Núñez. A finales de ese año torea en México y Perú. Cuando vuelve a España, en 1947, comienza su temporada cuando la campaña se encuentra ya bastante avanzada. El 16 de julio torea la que sería su última corrida en Las Ventas, la de la Beneficencia. Resultó herido en una pierna por un toro de Bohórquez.

El 28 de agosto de 1947, después de haber sido muy discutido la temporada anterior, pues se le acusaba de exceso de comodidades y de tomar ventajas con los toros que imponía, y de no haber toreado apenas ese año, comparte cartel en Linares con Luis Miguel Dominguín y Gitanillo de Triana. El segundo de su lote, Islero, de Miura, llega muy tardo y apretando a la suerte suprema. Manolete, como siempre, se entrega, pero comete un error técnico y ejecuta la estocada con mucha lentitud. El toro hunde hasta la cepa el pitón en su muslo derecho. Se dijo que los destrozos causados en el triángulo de Scarpa atravesado por la vena femoral le produjo la gran hemorragia que le llevó a la muerte el 29 de agosto de 1947 a las cinco horas y siete minutos de la madrugada.

La causa final de la muerte del torero siguió siendo polémica. En 1997 se revela por el hijo del médico de Linares que atendió al torero, Fernando Garrido. Parece ser que tras la cogida, que había sido grave pero no mortal, el torero había perdido mucha sangre y Fernando Garrido operó y dispuso que se le practicaran las transfusiones de sangre necesarias, cosa que empezó a hacerse. A las pocas horas el torero se recuperó, habló, se fumó un cigarro y hasta preguntó cómo había ido la corrida, aunque seguía débil. Fue entonces cuando llegó el doctor Giménez Guinea, en quien Manolete tenía mucha confianza, y ordenó que se suspendieran las transfusiones y que se le aplicara un plasma noruego: a los pocos segundos de entrar el plasma en la sangre del torero, apareció la muerte

La foto del maestro Manolete captada por otro genio de la cámara Manuel H tomada en la plaza De Santamaría

La tarde en que «Navegante» estuvo a punto de cegar la vida de José Tomás en Aguascalientes

Una tarde de abril ( 24 ) de 2010 el albero de la plaza de Aguascalientes se tiñó de rojo sangre, la del diestro español José Tomás, un toro llamado ‘Navegante’ con la divisa de Garfias casi le arranca la vida.

Estuvo cerca de convertirse en verdugo de José Tomás, el último mesías de los ruedos .Sucedió hace cuatro años en la plaza mexicana de Aguascalientes El toro ‘Navegante’ corneó gravemente al matador José Tomás lleva grabada a fuego aquella descomunal herida.

Un héroe anónimo, el banderillero Alejandro Prado, protagonizó en la plaza de toros de Aguascalientes (México) la mejor faena de su vida. Pese a que los entendidos dicen que merecía orejas y vuelta al ruedo, Alejandro Prado no mató ningún toro. Salvó la vida al maestro José Tomás.

La intervención del banderillero fue decisiva, pero pocos la han destacado. Muchos medios incluso le cambiaron el nombre. Alejandro Prado, el Harris, proviene de una familia de picadores y banderilleros, gente humilde del mundo de los toros que es indispensable para celebrar las corridas. José Tomás viajó a México con sólo dos subalternos de confianza. Una vez aquí, contrató al mexicano Alejandro Prado como banderillero.

EL LIBRO DE JOSE´TOMÁS QUE GUARDA LA HISTORIA DE NAVEGANTE

El torero español José Tomás presentó en Aguascalientes el libro “Diálogos con Navegante”, cuando se cumplieron 4 años de la cornada que el 24 de abril de 2010 lo tuvo al borde de la muerte en esa ciudad mexicana.

En el libro, en el que Mario Vargas Llosa colaboró con un ensayo, el escritor peruano se “metió” en la piel del toro para hablar con José Tomás, quien durante el percance y una larga convalecencia de la herida en el tercio medio del muslo izquierdo, tuvo algunas reflexiones sobre los toros, la vida y la muerte.

En la presentación del libro, en el Museo de Aguascalientes, Tomás recordó que en febrero de 1994, un día después de su debut como novillero en la Plaza de San Marcos, tuvo una conversación con un viejo aficionado, Andrés García, que marcó su carrera.

García le platicó cosas de los toros a un entonces novel José Tomás y le advirtió “no debía olvidar” una especie de reglas de valor y disciplina que determinan a los grandes toreros.

Una es que en los toros “el riesgo es condición inseparable del encuentro con el arte” y le recordó que “todos los hombres que pisan la arena han tenido que pagar tributo”.

Tomás relató con detalle toda la platica y dijo que el día de la grave cornada y camino a la enfermería, sintió que García iba a su lado y le decía: “tranquilo, esto es de toreros, tú sabes desde hace mucho tiempo que esto puede pasar y así lo tienes asumido, estás en buena manos y espero que la Virgen de Guadalupe te proteja”.

Contó que después vino el despertar y las conversaciones con Navegante, el toro que le inflingió la cornada, que sirven como punto de partida al libro que hoy presentó y que habla de lo que “sucede entre el toro y el hombre y el hombre y la vida”.

Tomás, quien tiene una fuerte conexión con el ambiente taurino mexicano y con Aguascalientes, volvió a los ruedos en mayo Juriquilla, Estado de Querétaro, en un mano a mano con su íntimo amigo y compadre Fernando Ochoa, que se cortó la coleta.

Ambos matadores lidiaron tres toros de Fernando de la Mora y tres de Los Encinos.

Ese día marcó el regreso de José Tomás a una plaza con público veinte meses después de su actuación del 16 de septiembre de 2012 en la plaza francesa de Nimes, donde cortó once orejas y un rabo tras lidiar seis toros en una encerrona.

El libro, que ya había visto la luz con éxito de ventas en España, integra textos de varios autores y se editó también en Francia.

Hace 15 años partió Conchita Cintrón

Hace 15 años partió la rejoneadora que encandiló a Bogotá, la llamada » Diosa rubia del toreo», la joven que cautivó a los taurinos del siglo pasado al punto de que don Guillermo Cano y Hernando Santos fundaron el grupo de «Los Conchitos», la joven a quien Diego Mazquiarán «Fortuna» le enseñó a torear (los restos del malogrado torero que nació en Sestao, Vizcaya, yacen hoy en una cripta en el cementerio limeño » Presbítero MAESTRO» y ya muy pocos se acuerdan de él ).

Mi colega y amigo Gonzalo Bienvenida recordaba asi una de las efemérides de la rejoneadora suramericana

Este 28 de julio se cumplieron 83 años de la alternativa como rejoneadora de Conchita Cintrón. Conocida mundialmente como la Diosa Rubia del Toreo. Fue en 1938 en la plaza de toros de Acho (Lima). Un doctorado que fue un premio a su vocación torera desde niña, una férrea preparación y una inagotable afición. Concepción Cintrón Verril nació en Chile pero antes de cumplir los dos meses de vida su familia se trasladó a Perú. Siempre se sintió orgullosa de pasear por el mundo la bandera peruana. En 1935, con trece años, conoció al rejoneador portugués Ruy da Camara que se convirtió en su maestro. Aprendió rápido y sorprendió a Ruy por su arrojo y elegancia. Pero la afición de Conchita iba más allá del rejoneo y quiso aprender las bases del toreo a pie con Fortuna –afamado matador que estoqueó un toro en la Gran Vía de Madrid–. Se preocupó de conocer la técnica, de expresar el toreo con suma maestría.

Ruy da Camara fue muy duro con ella gracias a lo cual aprendió a ser una solvente rejoneadora, elegante caballista y potenció junto a su mujer, Asunción, la clase natural que poseía de cuna Conchita. Ruy le impuso torear siempre en puntas los novillos y toros a los que se enfrentó durante su trayectoria. Toreó en total unas 750 corridas, llegando a tener serios percances (tres cornadas graves) que los asumió con naturalidad y se repuso sin dificultad de ningún tipo.

Aunque logró ser una destacada rejoneadora, su auténtica pasión fue torear a pie. En España sólo lo pudo hacer en festivales a puerta cerrada y en numerosos tentaderos. Cuando lo hizo, demostró unas condiciones innatas para templar a los animales a los que se enfrentó. Ideó un espectáculo fantástico: Primero toreaba con el capote, después montaba a caballo para banderillear, toreaba a pie con la muleta y estoqueaba como un matador. En España no pudo desarrollar este tipo de faenas pero siempre que podía, pinchaba voluntariamente con el rejón de muerte para descabalgar y pasar con su arte unas cuantas veces al toro antes de perfilarse con el estoque o descabellarlo con suprema elegancia.

El fantástico libro de Muriel Feiner ‘Mujer y Tauromaquia’ (Bellaterra, 2017) dedica un capítulo a la Diosa Rubia del Toreo. Es lo más completo que se ha escrito sobre la genial artista. En sus páginas repasa los principales hitos de su carrera profesional y los rasgos de su carácter ya que Muriel la conoció en profundidad. En 1936 se fue a Portugal con Ruy da Camara para debutar en el mes de mayo en la plaza de Algés para ser contratada después en Lisboa. Al año siguiente se presentó en Lima alcanzando un gran éxito que le permitió tomar la alternativa que ahora conmemoramos el 28 de julio de 1938 en el mismo ruedo de Acho, con apenas 15 años de edad. Como su afición por el toreo a pie no cesaba, de forma paralela se preparaba y debutó como novillera en julio del mismo año en Tarma (Perú).

La autora norteamericana recuerda de esta forma la personalidad de Cintrón: “Era una mujer impresionante. Me reuní con ella muchas veces. La conocí muy bien. Me impresionaba su clase, su elegancia. Contaba su vida, que era impresionante, con una naturalidad fascinante. Hablaba perfectamente inglés, francés, español y portugués. Era una mujer muy inteligente, con muchas inquietudes”. A propósito de la trascendencia de su mentor, Muriel le preguntó qué habría sido de ella si no le hubiera conocido: “Ella me contestó que estaba segura de que no habría tenido una vida normal, que no sabía si habría llegado de alguna forma al mundo del toro pero que desde luego habría dedicado su vida a algo muy especial. Era una mujer cautivadora”.

En 1939 se marchó a México junto a su maestro y la mujer de este, con el apoyo del maestro Chucho Solórzano que creyó firmemente en ella, debutó en la plaza de El Toreo. México supo comprender la personalidad de Conchita y le permitieron torear a pie y a caballo en sus faenas. Se estableció allí durante cinco años toreando 230 corridas. En 1940 sufrió su bautismo de sangre en Guadalajara (México) continuó en la cara del toro estoqueándolo antes de pasar a la enfermería. Gesto de torero.

Ángel Luis Bienvenida se refirió de esta forma a la hora de hablar de Conchita Cintrón: “Me considero hermano, por tantos años de comprendernos en toda la profundidad del toreo. Ella ve, como pocos hombres, lo que desarrolla el toro en la plaza, la actitud de los toreros, lo puro, lo auténtico, con su maestría, capaz de dar lecciones a los más grandes maestros del toreo. Mujer entendidísima, con personalidad arrolladora, inteligente, guapa, rebosante de señorío, con empaque único, que fue depositando en el mundo taurino la flor de oro de su refinada elegancia”. Fragmento del prólogo del libro ‘La mujer en el mundo del toro’ de Muriel Feiner (Alianza Editorial, 1995).

En 1944 lidió en solitario cuatro novillos en Lima logrando un gran éxito, unos días después en Bogotá (Colombia) sufrió otra grave cornada y logró un clamoroso triunfo con ese toro de Mondoñedo que le había herido. Después pasaría cuatro años toreando en España, Francia y Portugal. El primer año toreó 38 corridas y en el segundo 48. Casi todo en corridas mixtas, con dos matadores. Estaba apoderada por Marcial Lalanda y entabló una sólida amistad con la familia Bienvenida. Trató de hacer todos los trámites posibles para poder torear a pie, pero no le fue posible. El Régimen del momento se lo impidió. Aquella injusta censura le causó un gran dolor. Estuvo a punto de salir a torear un toro suyo en Sevilla pero su apoderado se lo impidió porque pensaban que en cualquier momento les podían dar el permiso y saltarse la norma les iba a traer más problemas que beneficios. A puerta cerrada toreó a pie un maravilloso festival con Juan Belmonte, Álvaro Domecq, el Duque de Pinohermoso y Juan Pedro Domecq. En el 47 se prodigó más en Portugal y tuvo una destacada actuación en Bayona (Francia) dónde Antonio Bienvenida le prestó su estoque y le dijo: “Si lo matas bien, te regalo la espada”. Así lo hizo y guardó como oro en paño aquel recuerdo de su querido amigo.

El crítico Gregorio Corrochano llegó a decir de ella: “El día que este torero se baje del caballo, se tendrán que subir al caballo muchos toreros”.

Sumó un promedio de 40 corridas en Europa hasta 1950, con una gran fama en Francia dónde se le quiso muchísimo. Llegó a torear en dos ocasiones en París con un éxito superior.

Toreó su última corrida en España en Jaén en 1950 con Antonio Ordóñez y con Manolo Vázquez. Había anunciado que era el año de su despedida y ya no tenía nada que perder por lo que se llevó al toro a los medios, se bajó del caballo y lo toreó de maravilla. Decidió no estoquear al toro por su gran bravura y aunque el presidente quiso detenerla, tal fue el clamor popular que no pudieron imponerle sanción alguna. Se le concedieron las dos orejas y el rabo simbólicos. Fue rebelde dentro de su exquisita clase.

Se casó con Francisco de Castelo Branco, un sobrino de su maestro, teniendo seis hijos. En 1956 murió su maestro, Ruy da Camara. Se dedicó entonces a la ganadería en Portugal, a criar caballos y perros de agua así como a escribir. Más tarde, se trasladaron a México dónde perdió a uno de sus hijos en un trágico accidente de tráfico. Años después, volvió a residir en Lisboa dónde finalmente murió en el año 2009.

Además de torear, escribió con una sensibilidad impresionante obras como ‘¿Por qué vuelven los toreros?’ o ‘Recuerdos’. En sus últimos años también dedico su tiempo a la pintura compartiendo una extraordinaria exposición con la recordada artista Peñuca de la Serna.

Pablo Hermoso se va en hombros tras un formidable faenón al sexto en la corrida aniversario en La México. Dos orejas. Calita y Gilio, una y una

Y esa emoción explotó en un abrazo del padre, Pablo Hermoso y su hijo Guillermo que recibe el testigo de una carrera impecable del navarro. Son dos seres humanos que se funden en el cariño y la mutua admiración.

Guillermo fue quien se echó a hombros al padre para esa singular vuelta al ruedo. Después , las lágrimas de alegría

“Manuel” de Los Encinos pasará a la historia como el toro con el que una leyenda dice adiós a esta plaza en marco de su 78 Aniversario. Pablo Hermoso de Mendoza le corta las dos orejas en su despedida.

Y SE PUSO LA TXAPELA, ESA BOINA TRADICIONAL DE LOS VASCOS, ÉL QUE ES DE ESTELLA, NAVARRA…No está documentado claramente su uso antes del siglo XIX aunque existen algunas referencias sueltas en textos diversos desde el siglo XV. La gran enciclopedia vasca en concreto dice: «De todos modos, otras prendas del tocado imperante en el siglo XVI en la Europa central parecen relacionarse, por lo menos en su forma, con la boina vasca»BB

Hoy , la corrida aniversario en La México. LLeno de no hay entradas.

ASI SE VEIA LA HERMOSA MONUMENTAL

Arturo Gilio cortó la primera oreja tras confirmar alternativa. Protestado el premio.

Torea El Calita que se fue a portagayola, toreó a la manera de El Pana con el capote

y estuvo variadísimo. Comenzó con un cambiado por la espalda, pases por alto y por el derecho.

El toro repite, es pronto y el secreto es dejarle siempre la muleta en la cara. Abierto el compás, mano baja en la tercera tanda.

Y también embiste por el izquierdo. El toro tiene la tendencia a buscar los adentros al final de las tandas y termina en tablas.

Sale rebotado tras ejecutar la suerte suprema. Cae, se levanta. Y el toro se entrega. No tuvo finales.

Oreja.

Los dos primeros toros de Los Encinos aplaudidos en el arrastre.

El maestro PABLO HERMOSO se despide.

Don Pablo Hermoso con su primero. De nombre Arias, 542 kilos.

Dos rejones de castigo , arriba..

Sin alardes, con discreción, acertando coloca dos banderillas y luego torea de costado llevando de manera templada al toro.

La suerte de la rosa. Tres en una ejecución brillante.

Y coloca banderillas a dos manos jugando solo con las piernas.

Hay silbidos que molesta al navarro pero no esa desaprobación no era para él sino al subalterno que actuaba con el capote. Desiste de colocar el par.

Rejón de muerte y el toro dobla.

Inexplicable. No hay premio para el rejoneador. El toro declinó, se vino a menos.

El Calita lidia a Del Río con 481 kilos. Cuarto lugar.

El toro tiene calidad y embiste a los cites con el compás abierto del torero y el toro con clase y repetición. Es una máquina de embestir por ambos pitones.

El toro se aburre y se va a las tablas. Vienen las manoletinas recordando que el gran Manolete fue uno de los toreros que inauguró el coso de Insurgentes en 1946.

Pincha soltando. Y hasta las propias cintas al segundo intento. El toro rueda. No hay premio para el torero mexiquense. El toro, pitado.

Sale Dionisio con 483 kilos para Arturo Gilio, que vino de novillero a Bogotá. Hoy lo apodera Casa Toreros de don Pablo Moreno.

Fuerza justa. El toro embiste con ese » rebrinquito» expresión manifiesta de su mermada condición. El toro a los adentros. Le hace falta esa pizca de chispa, eso que es, en el fondo, la casta. Por eso hay faenas que resultan anodinas.

Acierta con la espada.

Manuel es el nombre del toro con el que Pablo Hermoso cerra la corrida aniversario. 484 kilos.

Se encienden las luminarias de la plaza.

Otra expresión de arte, belleza, dominio, colocando en todo lo alto las banderillas, la hermosina de su invención, los quiebros, la suerte de la rosa que inventara don Ángel Peralta , el piafé demostrando su calidad de jinete, y ese salir toreando tras las suertes en medio de atronadoras ovaciones. Y la gente se mete con el peón de brega. No les gusta.

Viene como una ola desde el reloj a la primera fila en los tendidos el «torero», «torero» y suena en su honor las mañanitas para despedir a un torero histórico en el año de su adiós. Faena pulcra, elegante, sin alardes, sin que nada sobre.

El colofón…Pablo se descabalga como un rayo y ve como el toro se entrega. Se va a los medios , levanta los brazos para recibir el cariño del público.

Pablo, Pablo, gritan los aficionados y el toro aplaudido en el arrastre.

Dos orejas

Antes de ser izado en hombros, el rejoneador corre hacia el centro del ruedo, se arrodilla y besa la arena de la monumental en su último festejo en este coso que tantas satisfacciones le ha dado.

NOMBRES DE LOS TOROS

Este es el cartel

UN POCO DE HISTORIA

la Monumental Plaza de Toros México, ubicada en la colonia Nochebuena de la Ciudad de México y donde se han dado cita matadores como “Manolete”José Tomás y cientos de leyendas.

Sede también de conciertos y otro tipo de eventos, la Monumental Plaza de Toros México volverá a abrir sus puertas al toreo luego de una suspensión provisional de la fiesta brava durante poco más de un año. Esta es su historia.

Una capital taurina

Traída por los europeos tras la caída de Tenochtitlán en el siglo 16, durante décadas las corridas de toros se ejecutaban en cosos de madera desmontables, los cuales se instalaban en plazas como la Del Volador, a un costado del Palacio Nacional, o en la Del Marqués, en la calle de Seminario.

La primera instalación taurina formal fue la Plaza de Toros de San Pablo, construida durante 1788 en las inmediaciones de lo que actualmente es el metro Pino Suárez, en lo que en ese tiempo eran las salidas de la ciudad.

Las primeras plazas de toros en la Ciudad de México estaban hechas de madera. Foto: Especial

Durante muchas décadas, hasta que fue demolida debido a la prohibición de la fiesta taurina decretada por el presidente Benito Juárez en 1861, se trató de la instalación taurina más importante de la ciudad.

No fue sino hasta mediados del siglo 20 que se construiría una de las plazas de toros con mayor capacidad de todo el mundo, una verdadera catedral de la tauromaquia: la Monumental Plaza de Toros México.

Monumental de nacimiento

La idea de crear un complejo deportivo a la altura de la gran ciudad pertenece al empresario yucateco de origen libanés Neguib Simón Jalife, quien depositó una verdadera fortuna de la época en la construcción de la llamada Ciudad de los Deportes.

La construcción se realizó en los terrenos de la antigua ladrillera de la Nochebuena. De hecho, la pequeña oquedad formada por la extracción de material para los tabiques, fue aprovechada para la creación de la plaza taurina.

Las puertas están adornadas con esculturas alusivas a la fiesta brava. Foto: José Arrieta

Aunque en un principio Simón deseaba hacer un polideportivo con instalaciones para el boxeo o la natación, su fortuna solo le alcanzaría para poder completar tanto la Plaza de Toros como el Estadio Azul.

Elaborada en una sola pieza con concreto armado, la Monumental Plaza de Toros México tiene una capacidad de hasta 48 mil asistentes, lo que la convierte en una de las más grandes del planeta.

90 años del natalicio de César Girón

«Nací en Caracas, en la Roca Tarpeya. Me levanté en Maracay, a la que considero mi tierra adoptiva» Comienza de esa manera una parte del prólogo de la biografía del torero César Girón escrita por el periodista Víctor José López, conocido en el ambiente periodístico y taurino como «El Vito», nombre con el cual ha firmado sus trabajos de cronista taurino de muy larga data y quien conoció a aquella figura del toreo que murió en un accidente de transito en la Autopista Regional del Centro, cerca de la población de la victoria una noche del 20 de octubre de 1971.

«No puedo decir que tuve una intimidad con César Girón, pero si fuimos amigos. Lo conocí en una fecha de importancia histórica para el deporte nacional. Fue el día que Willie Mays, que vino con el Santurce de Puerto Rico, le pegó un jonrón a Ramón Monzant, para dejar al Magallanes en el terreno y eliminarlo del certamen en el año 1954, yo tenía 14 años», explicó el Vito, quien recordó que ese día Girón tenía un compromiso con Eugenio Mendoza, importante empresario.

«Pero prefirió acompañarnos a mi y a un grupo de amigos al juego de pelota. Imagínate aquella pelotota que nos estábamos dando, un grupo de muchachos compartiendo la gran figura del toreo del momento», recordó López.

«Nos dijo, Mendoza que espere, que una vez no me dejaron entrar a Materiales Mendoza a vender una olla de empanadas que hizo mi mamá. Desde luego, que Mendoza no tenía idea quien entraba o quien salía de esa empresa que tenía en Maracay, pero de esa forma Girón puso de manifiesto una situación, la condición de excluidos de la gente de Maracay».

Y es que la capital de Aragua, después de la muerte del general Juan Vicente Gómez, se convirtió en una especie de pueblo marginado, porque todos lo que tenían dinero se fueron y quedaron los campesinos, la gente más pobre y menos tomada en cuenta.

«Ese hombre de esa extracción tan modesta llegó a tener el privilegio que cinco de los mejores poetas nacionales, entre ellos Miguel Otero Silva, Luis Pastori y José Ramón Medina le escribiesen un soneto», señaló El Vito. «Lo incluyen en esa sociedad. Yo lo veo como el venezolano típico aquel que sale de la nada y conquista muchos horizontes en el ámbito internacional, así fueron también Alfonso Carrasquel, A lfredo Sadel. Esa es Venezuela, no la que nos están tratando de imponer ahora, en la que hablan de un «hombre nuevo» del que habló el Che Guevara y que nunca se ha concretado en ninguna parte».

Asegura Víctor José López que César Girón es el hombre que puede servir para ilustrar el talante del venezolano típico.

«Creo que era obligada la presencia de César Girón en las biografías de los personajes más importante de la venezolanidad porque está muy por encima de muchos y porque le dio lustre al gentilicio venezolano».

Más cornadas da el hambre. Narra «El Vito» López en el texto biográfico de César Girón, el cual forma parte de la colección Biblioteca Biográfica Venezolana que edita El Nacional, que la futura figura del toreo quería ser beisbolista, pero el roce con algunos amigos en becerradas que montaban en Maracay y ver actuar a Manolete y a Carlos Arruza quedó picado por el gusanillo de la torería.

Luego de participar en varias novilladas en Maracay y Caracas, César Girón con sólo 17 años, 60 dólares en los bolsillos y una maleta de cartón amarrada con mecatillo, partió en busca de la fama y la fortuna a España, donde le resultó sumamente difícil abrirse paso.

Vivía en pensiones baratas e incluso, en Salamanca estuvo a merced del frío y un amigo estudiante de medicina le regaló 50 pesetas para que comprase unos zapatos, porque los que tenía estaban deteriorados al punto que les tapaba los huecos por periódicos.

Girón había visto un par de zapatos que le gustaban y los compró. La tarde de ese día llovió y el joven venezolano, confiado en la calidad de su calzado, siguió la marcha bajo la lluvia, pero cuando llegó a su hospedaje ya los zapatos no servían, eran cartón.

Sin embargo no todo para César Girón fue sufrimiento, en Barcelona logró mostrar su clase torera y debutó en la Monumental, de donde fue sacado en hombros de los aficionados, después de cortar tres orejas.

El mundo a sus pies. Fue ese, según narra El Vito, el inicio de una exitosa carrera que lo llevó a las mejores plazas del mundo, Madrid y la exigente Sevilla se rindieron ante el arte de Girón, igual pasó en México donde tuvo un resonante éxito, de igual manera en Perú y en Francia, donde conoció a su esposa Danielle Ricard, hija del acaudalado empresario Paul Ricard, con quien tuvo tres hijos.

«El caso de César Girón se puede comparar con los que yo llamo `los tres mosqueteros de Colombia’, García Márquez, Botero y el torero César Rincón Que demostraron al mundo que su país no era una guarida de narcotraficantes, que había y hay, gente de valía en diversos ámbitos», argumentó López. «Girón le dio lustre a Venezuela en el exterior, su éxito, como el de los campeones mundiales de beisbol de 1941, tiene el valor de ser la heroicidad de un venezolano común, no de esos semidioses con charreteras que llenan la historia del país y cuyos triunfos en algunos casos son dudosos».

En la conversación con «El Vito», quien llegó a ser director del diario Meriano, le comentamos que en el texto se siente una cierta decepción de César Girón, por sentir que en Venezuela no le apreciaron como merecía.

«A todos los venezolanos que triunfan en el exterior le suele ocurrir los mismo, hasta a Simón Bolívar que dijo `he arado en el mar’. A César le molestaba que sus compatriotas, que somos muy igualados, no le guardasen el respeto que en otros países, pero él ha sido el torero con más sentir nacional que todos. Hay algunos, que luego de estar un tiempo en España hablan como andaluces, César siempre habló y sintió como caraqueño, como venezolano», aseguró.

Grato recuerdo…22 de mayo , 1991,en Las Ventas

Recuerdo que esa mañana en 6 AM en Caracol radio, le pregunté a don César Rincón si era posible esa anhelada puerta grande en Madrid, tan esquiva y con la discreción que atesora el maestro que saldría 6 veces , cuatro de ellas consecutivas , me dijo muy quedo :¡¡¡¡¡ Uffff, eso es un sueño casi irrealizable!!! Pero los sueños, sueños son y a veces la realidad los trastoca y esa tarde, casi noche, bajo un cielo velazqueño, el hijo de Gonzalo y Ma. Teresa nos sobrecogió de emoción cuando llegaron las primeras imagenes de la agencia española EFE contando ese milagro.

Mi admirado Lucas Pérez en su libro » 300 anécdotas taurinas» relata lo que ocurrió ese 21 de mayo y al día siguiente:

Era el 21 de mayo de 1991 y se anunciaban en San Isidro, como esta tarde, los toros de la ganadería de Baltasar Ibán. Aquel día, César Rincón logró lo que parecía un sueño, que un colombiano abriese la puerta grande de Las Ventas de Madrid.

Acompañado por Curro Vázquez y el llorado Armillita Chico en el cartel, Rincón desorejó al sexto de la tarde, ‘Santanerito’ de nombre. Pero la anécdota se produjo horas después en su habitación del hotel Foxá. Allí se dieron cita gran multitud de seguidores, compatriotas enloquecidos por la felicidad de su éxito y grandes personalidades para dar la enhorabuena al torero.

Un percance sufrido por Fernando Lozano había dejado un puesto libre en la corrida del día siguiente en Madrid. Y la empresa no dudó en ofrecerle el contrato a César Rincón. Entre la multitud se encontraba William Jaramillo, el embajador de Colombia. Jaramillo, acercándose a Luis Álvarez, apoderado del torero, le confesó su temor de que César torease otra tarde, no fuese a «devolver» los trofeos que acababa de conseguir.

«No sólo le tranquilicé, también le vaticiné otras dos orejas», recuerda de aquel día su apoderado, que ante tal cantidad de gente en la habitación del hotel, no le quedó otra que llevarse al torero al único lugar en el que en ese momento podría hablar a solas con él.

«Le agarré del brazo y me lo llevé al retrete. Allí le expliqué el ofrecimiento y le convencí para torear al día siguiente», cuenta Luis Álvarez.

Y así, con un acuerdo en el retrete, se fraguó lo que sería su segunda Puerta Grande -de las cuatro consecutivas que conseguiría ese año- al día siguiente, desorejando esta vez a un ejemplar de Murteira Grave.

103 años de la tragedia de Talavera

En Madrid murió Granero. En Sevilla Valerito

En Talavera de la Reina Mató un toro a Joselito El menor de la Gabriela. Copla por bulería.

Efemérides de Joselito el Gallo (16/05/1920)

En el libro “Las últimas 24 horas de Joselito El Gallo”, cuyo autor es José Luis Cantos Torres, podemos corroborar la verdadera situación, que deja al menor de los “Gallos” como el artífice del toreo moderno, arrinconando esa estúpida teoría que lo posicionaba como el gran lidiador y último bastión del toreo antiguo. A pesar de las grandilocuentes estadísticas que respaldan al gran torero de Gelves, de su poderío devastador ante los toros; todo ello nos queda en segundo plano cuando leemos este libro de 247 páginas, porque esas mismas páginas nos retratan la tremenda soledad de un genio en la cúspide del éxito.

No es nada fácil que un escritor pueda hacernos viajar hasta los años veinte del pasado siglo. Y decimos esto, por el complejo ambiente social que se daba en esa época española. Sin embargo, José Luis Cantos Torres nos pasea por la atmósfera de ciudades como Madrid o Sevilla, retratando con un estilo directo y conciso los avatares taurinos y no taurinos de aquellas gentes. De sentir que la antigua plaza de toros madrileña no distaba del Coliseo romano en la época de Calígula. La hostilidad y agresividad de los públicos se hace latente en estas páginas; y ello nos llevará hasta nuestro presente, donde este espectáculo quedó absolutamente balsamizado.

La muerte de Joselito en Talavera hará cambiar muchos aspectos de la fiesta taurina, incluso la actitud de los públicos hacia los toreros ya no será igual. Los fanatismos iracundos dejarán paso a una valoración más reflexiva y sensata del espectáculo taurino.  Digamos que todo se humanizó más. Pero si este aspecto es importante en sí, las pinceladas de una emoción electrizante las ofrece el autor, en el momento que “Bailaor” salta a la arena, hasta que su cuerpo ya cadáver abandona la enfermería de la plaza, apunta Toros del Sol.

Diego Ramos con la genialidad de quien conoce el oficio, ese que encumbró a los grandes que captaron el alma , que supieron con el pincel describir un mundo de sensaciones , él que es torero ( como el sacerdote atesora ese calificativo honroso para toda la vida ) , expresa en esta obra que nos pone en contacto una vez más con la figura de José Gómez Ortega el niño sabio de Gelves, todo un mundo de sensaciones, esos ojos que escudriñan, el rictus de los labios, el cabello, la hondura e la postura, el gesto. Es. permítanme, el homenaje de la Colombia taurina por conducto del maestro Ramos a un genio del siglo 20 , Joselito El Gallo, el rey de los toreros.

Considerado una referencia ineludible, incluso más allá de lo taurino, para las biografías de nuestra Historia contemporánea, El Paseo publica ahora, revisado y sensiblemente ampliado, este prestigiado texto de PACO AGUADO que redescubrió para siempre la auténtica dimensión del «rey de los toreros», Joselito El Gallo, un personaje fascinante más allá de los ruedos. A cien años exactos de su legendaria muerte, el 16 de mayo de 1920, su importante legado y su gran visión de futuro han dado de sí lo suficiente como para sostener todo un siglo de tauromaquia, dentro y fuera de las plazas. Genio precoz, figura primordial de la «Edad de Oro» del toreo, el sevillano compendió la tradición y la encauzó hacia la modernidad,


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