Search results for : el rey de españa

Tauromaquia. Alcalino.- El toreo, rito y poesía

El toreo, rito y poesía. “¡No hemos aprendido nada!”, exclamó Pablo Picasso al verse por vez primera en La Sala de los Toros de la cueva de Lascaux, pintura cuya antigüedad se remonta a 13 mil quinientos años a. C.

La misma asombrosa visión que inspiró esta reflexión de Jean Clottes, contenida en su documental “La Cueva de los Sueños Olvidados”:

“No somos Homo Sapiens sino Homo Espiritualis… porque Sapiens significa “el que sabe”, y en realidad no sabemos gran cosa… pero, en cambio, tenemos el arte, que es pura manifestación espiritual.”

Desde los tiempos sin tiempo, la relación arte-toro ha estado presente en el devenir de la humanidad.

Se trata de dos referencias entre muchas, develadas por Alfonso López Monreal durante su charla-conferencia de la semana pasada a la pudimos asistir gracias a la Peña Taurina El Toreo.

Tiene su sede en Monterrey e invitó al eminente pintor zacatecano a compartir una parte sustanciosa de su experiencia, sensibilidad y sabiduría con un nutrido auditorio reunido en torno al inevitable zoom.

Una noche memorable.

Sin abandonar el tono de amistosa sencillez que lo caracteriza, López Monreal fue exponiendo detalles de su oficio y práctica profesionales, entreverados con anécdotas de sus pintores-fetiche y vivencias personales, para terminar mostrando algo de su obra taurina.

Que aúna tradición con originalidad y refleja una pasión desbordante por la fiesta de toros.

Al mismo tiempo que el rigor intelectual y el trasfondo espiritual y poético que distingue a todo creador genuino.

El toreo, rito y poesía.

Nacido en 1953 en la capital zacatecana y artista de vocación muy temprana, Alfonso López Monreal cumplió la mayor parte de su aprendizaje en Europa.

Sin abandonar ni por un momento su afición a los toros, reflejada en sus trabajos de manera muy personal.

“Nuestro toro es la tela en blanco a la que nos enfrentamos los pintores… y nuestro compromiso, como el del torero, consiste en poner y exponer sobre el lienzo el misterio de nuestra verdad más íntima…

Los autores de los históricos frescos de Lascaux y Altamira seguramente los pintaron vestidos de luces.

Es decir, con el cuerpo cubierto con las mismas sustancias colorantes y motivos semejantes a los que dejaron plasmados allí, para asombro de las generaciones futuras.”


Más cercanas a nuestro tiempo están las tauromaquias de Francisco de Goya, Pablo Ruiz Picasso e Ignacio Zuloaga, destacadas por el zacatecano sobre las de tantos creadores más, pues es bien sabida la atracción ejercida por la tauromaquia sobre las más diversas sensibilidades artísticas.

Si el genio de Goya introdujo en las escenas de sus cuadros al populacho en el Siglo de las Luces, y Picasso representa la irrupción de las vanguardias del XX, del bilbaíno Zuloaga dijo Juan Belmonte que “no pintaba figuras, pintaba almas”.

Quizá por eso entre los cuadros principales que se exponen en el museo de La Habana esté el retrato más logrado del Pasmo de Triana, descubierto ahí por López Monreal a su paso por la isla junto con otro.

No menos asombroso, del “Buñolero”, el viejo torilero de la plaza de Madrid que fue amigo personal de Curro “Cúchares” y seguía en su puesto a principios del siglo XX.

Cuadro éste al que el gobierno cubano dedicó un timbre postal.

Zuloaga pintaba sobre todo al óleo, Goya produjo su célebre Tauromaquia sobre láminas procesadas al aguafuerte y Picasso la suya (1957), no menos conocida, en planchas de cobre al azúcar.

El toreo, rito y poesía; refirió el zacatecano su asistencia a un ritual huichol en algún lugar impreciso de la frontera entre Durango y su estado natal, en el cual el oficiante de la ceremonia.

Lo bautizó con sangre de un bovino que había sido sacrificado para el efecto de acuerdo con antiguo ceremonial.

También nos habló de un mito local sobre Ramón López Velarde, el centenario de cuya muerte se conmemora este año.

El cual el poeta de Jerez, cuando componía un nuevo poema, lo memorizaba bien para poner a prueba la efectividad de su ritmo.

Recitándolo en voz alta durante solitarios paseos por calles solitarias y veredas cercanas.

Procedimiento que le permitía corregirlo, pulirlo o de plano desecharlo, de acuerdo con el resultado de dicha práctica.

López Monreal compara la andadura poética de su paisano López Velarde con la de Morante de la Puebla “andándole al toro” del tercio a los medios en su inicio de faena a “Peregrino” de Teófilo Gómez (11.12.2016).

En una muestra de que el toreo, en sus momentos grandes, también puede ser poesía.

Tauromaquias.

La Tauromaquia de Goya la integran 33 láminas al aguafuerte.

Por cierto, uno de los pocos museos que, fuera de España, tienen completa esa obra crucial del aragonés es el Pedro Coronel de Zacatecas.

Como homenaje al maestro de Fuendetodos, López Monreal produjo a su vez una Tauromaquia de 33 cuadros divididos en tres tercios: Infancia, madurez y senectud.

Editado en abril de 2016 bajo la forma de un muy hermoso libro, del cual me permito presentar tres muestras para deleite del lector de esta columna.


Aunque pudiera decirse que dicho volumen representa la culminación de la obra taurina del zacatecano.

Incluye ésta diversas manifestaciones que son otras tantas muestras de un estilo en permanente evolución.

Fiel al compromiso de expresar invariablemente “su verdad” sobre un ruedo que puede ser lienzo, muro o vitral.

Sevilla busca dar la feria de San Miguel en septiembre

Mas de lo mismo en carteles oficiales de Sevilla. La feria solo se dará si hay aforo del 50 %, y no hay plan «B» para las fechas

Ya están en la calle los carteles oficiales de Sevilla pero pareciera que la pandemia no nos enseñó nada y como si el tiempo se redujera a un segundo (y va un año largo de la aparición de este monstruo del Covid19 que nos cambió, cambio la vida).

No aprendimos y los carteles es como si fueran los de «ayer» «antes de ayer» o «pasado mañana».

Después nos quejamos, mas tarde que temprano diremos que la gente está cansada del mismo recital.

Y este hombre, huelga decir, don José Tomás, que podría cambiar la línea del toreo, ausente, se esconde, no aparece, prefiere torear de luces solitario en las ganaderías, se prepara pero no asume el mando: Hace falta pero no quiere

Los carteles de la temporada maestrante, incluida la Feria de San Miguel, son los siguientes:

Y otro que no está pero por otras razones ( desconocidas con certeza hasta el momento ) en la cartelería maestrante sevillana

Domingo 18 de abril: Morante de la Puebla, Roca Rey y Pablo Aguado (Victoriano del Río-Toros de Cortés)

Jueves 22 de abril: Diego Urdiales, Daniel Luque y Rafael Serna (Santiago Domecq)

Viernes 23 de abril: El Juli, José María Manzanares y Paco Ureña (Hnos. García Jiménez-Olga Jiménez)

Sábado 24 de abril: Morante de la Puebla, Juan Ortega y Pablo Aguado (Juan Pedro Domecq-Parladé)

Domingo 25 de abril: Andrés Romero, Lea Vicens y Guillermo H. de Mendoza (San Pelayo-El Capea)

Miércoles 28 de abril: Manolo Vázquez, Jaime González-Écija y Manuel Perera (Novillos de El Parralejo)

Jueves 29 de abril: Antonio Ferrera y Emilio de Justo, mano a mano. (Victorino Martín)

Viernes 30 de abril: El Juli, Miguel Ángel Perera y Roca Rey (Garcigrande-Domingo Hernández)

Sábado 1 de mayo: El Fandi, José Mª Manzanares y Juan Ortega (Jandilla-Vegahermosa)

Domingo 2 de mayo: Morante de la Puebla, Manuel Escribano y Pepe Moral (Miura)

FERIA DE SAN MIGUEL carteles oficiales de Sevilla

Jueves 16 de septiembre: Novilleros triunfadores de la temporada (ganado por designar)

Viernes 17 de septiembre: Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque (Fuente Ymbro)Más en El MundoRendirse no es una opción y la enfermedad incurable es la vida: así han hablado Sara Carbonero y Dani Rovira del cáncerSara Carbonero e Iker Casillas: los detalles de una historia de amor que conquistó a España

Sábado 18 de septiembre: Morante de la Puebla, Juan Ortega y Roca Rey (Juan Pedro Domecq-Parladé)

Domingo 19 de septiembre: Diego Urdiales, Manzanares y Pablo Aguado (Garcigrande-Domingo Hernández)

Tienta bajo la lluvia con lecciòn a los novilleros del maestro Rincòn

El maestro Cèsar Rincòn realizò en su finca de Albàn este fin de semana el ùltimo tentadero de su ràpida visita a Colombia pues tiene una serie de compromisos en España. Vino para mostrarle al veedor de Tauroemociòn la corrida de Las Ventas para Cali. El experto tiene en su libreta todos los argumentos.

Recuerdo la pelìcula de Stanley Donen, «Cantando bajo la lluvia» con Gene Kelly y Debbie Reynolds….Bueno, el fin de semana en la finca de LAS VENTAS la lluvia inclemente no faltò pero tampoco la pedagogía, la invitación a dos toreros, Santiago Naranjo y Sebastian Càqueza, compatriotas nuestros y a varios novilleros, ese reservorio de nuestra fiesta que tanto debemos cuidar.

Por eso esta foto que sigue es indicativa del esfuerzo que hicieron los tentadores soportando la inclemente lluvia como se observa a Santiago Naranjo dando un bello muletazo( templado y aguantando ) con la mano derecha.

Echò , como suele decirse en el argot, cuatro vacas que salieron con cierta complejidad ( se colaban, no hacìan la pausa y eso no es fàcil de lidiar si no se tienen los instrumentos tècnicos, CADA TORO , DECÌAN LOS VIEJOS CRONISTAS, TIENE SU LIDIA PERO ESE CAMINO ES EL GRAN MISTERIO ).

Uno de los toreros invitados, Santiago Naranjo, logrò sortear un momento de esos » de susto» : Se llevò tres volteretas sin consecuencias pero estuvo muy bien con esa calidad que ha ido atesorando el manizaleño. Los años maduran. Su colega Sebastian Caqueza lidiò dos con disímil suerte porque los ejemplares se vinieron a menos y no conservaron el buen son del comienzo.

Sebastian Càqueza llevando la vaca en un natural con un ruedo muy enfangado lo que le da mas mèrito al esfuerzo del torero
Cristian Castañeda en un derechazo

Los novilleros Cristian CASTAÑEDDA, Julian Pàez y Titi Pimentel recibieron un regalazo, las lecciones del ganadero, el maestro Rincòn, que los fue dirigiendo mostrándoles el camino de lo que es la LIDIA a mas de que el piso no estaba en las mejores condiciones y las muletas empapadas no tenìan lo que se conoce como » los vuelos «.

Ponte aquì, no adelantes la muleta, gánale la acciòn, còlocate al pitòn contrario, piérdele pasos, retrasa la muleta, adelántala , les insinuaba en otro momento mientras caìa una pertinaz llovizna. A esos jóvenes no se les olvidarà nunca los consejos de un consumado pedagogo taurino…..

Paco Agudo abre el domingo ciclo de conferencias, el tema de Joselito El Gallo en la Federación de entidades taurinas de Cataluña

Paco Agudo abre el domingo ciclo de conferencias. El tema de Joselito El Gallo a los cien años de su partida abre el ciclo de conferencias programadas por al Federación de entidades taurinas catalanas.

El domingo Paco Aguado autor del libro «Joselito el Gallo, el rey de los toreros» será el encargado de la conferencia en la que le acompañará el vicepresidente de la Asociación, don Nicolás Sampedro.

A las 6 de la mañana, hora colombiana se podrá seguir en directo este recorrido histórico del prestigioso periodista, a través de

facebooklive@fedtaucat o por su canal de youtube

Como abre bocas, la conversación e Aguado con Libertad Digital sobre su libro:

Esta nueva edición de este libro de culto ha sido revisada y ampliada 150 páginas y está prologada por Luis Francisco Esplá.

Aguado charla con Libertad Digital sobre la reedición, la vida y muerte de Gallito, su familia, la Edad de Oro del toreo y su aportación a la modernización de la tauromaquia.

PREGUNTA: Su libro ha sido reeditado después de 20 años cuando se ha convertido en una obra de culto. ¿Qué novedades ha incluido?

RESPUESTA: Como han estado paradas las imprentas todo eso ha parado el lanzamiento del libro. En librerías va a estar el día 1 de junio y ya se puede comprar en la web de la editorial que ya empiezan a mandarlo. Ya está disponible.

portada-joselito-rey-toreros.jpg
Portada de ‘Joselito El Gallo, rey de toreros’ de Paco Aguado.

La verdad es que todo el mundo preguntaba por el libro porque salió en el año 1999. Espasa Calpe sólo tiraba 3.000 ejemplares de la colección La Tauromaquia.

Entonces se agotaron y no volvieron a reeditar más porque la editorial la compró le Grupo Planeta y decidió que no iba a sacar más libros de esa colección. Eso ha hecho que se hiciera un objeto muy raro de tener.

Había mucha gente comprándolo y vendiéndolo muy caro de segunda mano.

Yo siempre tuve la idea de volver a reeditarlo porque he ido recogiendo más información, mucha documentación, mucho más concreta.

Estaba esperando precisamente el centenario para que sea una fecha concreta.

En 20 años nunca he dejado de investigar y me he encontrado con aspectos que no había tocado en el otro libro e incluso con más información que me ayuda a redondear algunos temas que se habían quedado a medias.

Había algunas lagunas e, incluso, he corregido errores que tenía el libro y eso ha hecho que se alargue 150 páginas.

La verdad, creo que ahora sí que está mucho más redondo, mucho más rematado, que la anterior edición.

Se ha reposado y sobre todo he encontrado muchas más claves en las que recabar esa reconstrucción de lo que pudo ser la vida de Joselito El Gallo y la trascendencia que ha tenido en la tauromaquia a lo largo del siglo XX.

P: ¿Existe un revisionismo gallista? Belmonte tuvo mejores cantores y la historia oficial lo convierte en gran revolucionario dejando a Joselito como el culminador del toreo del siglo XIX.

R: Yo no sé lo que han querido hacer los otros. Mi intención no era hacer ninguna revisión, más bien reivindicar la verdadera importancia de Joselito El Gallo. Yo a Juan Belmonte no le quiero quitar nada.

Dios me libre. En absoluto le niego ni un mínimo de su aportación y de su importancia. Creo que Belmonte trae a la tauromaquia algo fundamental como es la expresión estética, algo clave para entender el toreo moderno.

Este concepto no era algo a lo que se le diera mucha importancia o tuviera mucha trascendencia en el siglo XIX.

Pero es verdad ese reconocimiento casi sentimental de muchos aficionados y que hay muchos belmontistas que se han hecho partidarios de su torero, sobre todo, por la gran novela de Chaves Nogales (Juan Belmonte, matador de toros).

Esto hace que Joselito se hubiera quedado muy atrás en el reconocimiento. Es más, se había dejado de escribir mucho desde mediados de los 50.

Hasta que yo saqué el libro no se había escrito nada y lo que se había escrito no incidía demasiado en la repercusión y en el legado de Joselito a la hora de diseñar taurinamente lo que ha sido el siglo XX.

No sólo es el que recoge todo el toreo del XIX que sí, sino que le da la vuelta, sobre todo, técnicamente para buscar otros nuevos caminos.

Una nueva manera de torear que es, por ejemplo, el toreo ligado en redondo en el que da un paso fundamental hacia lo que luego hicieron Chicuelo y Manolete.

joselito-belmonte.jpg
Joselito y Belmonte en la plaza de Murcia en abril de 1920.

Pero al ser el dominador absoluto de la tauromaquia por encima de todos los demás dentro y fuera de la plaza también busca las claves e incide en los argumentos fundamentales para que avance, por ejemplo, la ganadería de bravo. Busca un paso más a la bravura para llegar al toro que ha dominado el siglo XX.

También la manera de administrar la carrera de una figura del toreo que es, básicamente, lo que se fijan los apoderados que siguieron a su época para aplicar con otros toreros.

Y luego también diseñar y alentar las plazas monumentales para hacer del toreo un espectáculo de masas, que es lo que acabó siendo durante el siglo XX.

P: ¿Es un antes y un después en la tauromaquia la aparición de Joselito El Gallo?

R: Absolutamente. Podemos decir que la primera década del siglo XX es una década más del XIX.

El siglo XX taurinamente hablando empieza con la alternativa de Joselito el Gallo de una manera clara y absoluta.

Luego ya la competencia con Belmonte le ayuda a dar un empujón todavía más fuerte y cuando muere en Talavera ya está todo encauzado para que el toreo entre definitivamente en la modernidad.

P: Me gustó mucho cómo cuenta que Belmonte empieza a frecuentar intelectuales mientras Gallito no sale del campo pero que con el tiempo ambos toreros empiezan a tomar cualidades el uno del otro.

R: Ten en cuenta que la Edad de Oro son muy pocos años pero en esos siete años hay muchos acontecimientos y una evolución clara.

Nos parece poco tiempo pero a medida que van pasando las temporadas cuando lees las crónicas y cuando lees a la gente que fue testigo directo de esa competencia se va viendo como hay una fusión de los dos.

Torearon casi 300 corridas de toros juntos. Con eso, quieras que no, Juan Belmonte va cogiendo cada vez más técnica y recursos para defenderse de los toros y Joselito va pasando de ser ese torero dominador absoluto castigador de los toros, a ser cada vez uno más artista y de más expresión.

Creo que hay expresiones artísticas de cada torero pero el toreo actual se nutre de la fusión de estas dos tauromaquias.

Gallito aporta tanto como Belmonte en la técnica y en la estructura de las faenas pero, sobre todo, lo que aporta fundamentalmente es fuera de la plaza en las estructura de la fiesta de los toros.

P: Gallito fue el auténtico creador del toro actual. Él llega a donde Guerrita no pudo llegar.

R: No es el que lo decide pero sí aconseja a los ganaderos.

No llega a disfrutar del todo de esa mentalidad que imbuye en los ganaderos de su tiempo pero sí que les encauza a todos ellos.

Entonces el 80% de las ganaderías importantes pastaban a 50 km alrededor de Sevilla. Por tanto los tiene muy a mano y está todo el día metido en el campo. También tiene amistad con los de Salamanca.

Es verdad que Guerrita ya estaba viendo venir por donde iban los tiros por la rama de Saltillo, y da un primer paso.

Es Joselito el que le da el auge a este toro moderno buscando, sobre todo, un toro muy distinto al del siglo XIX. Ese toro es más manso, más fiero, pero de poca duración.

La corrida del XIX se basaba sobre todo en el tercio de varas y al final ese toro estaba prácticamente parado, le daban tres o cuatro pases para sujetarlo y entraban a matar.

Como Joselito y Belmonte ya van buscando otro tipo de faena, ya torean bastante más con la muleta y necesitan ese tipo de toro que tenga más duración, profundidad y entrega.

No siempre les sale en esa época pero Joselito busca las ganaderías de la rama Vistahermosa y ese toro que le sirva a él tanto com a Belmonte.

A él para la ligazón en redondo, porque se necesita un toro que siga la muleta más tiempo y con más entrega, y a Belmonte porque necesita un toro que le facilite esa expresividad artística del torero de Triana.

Eso lo da la casta Vistahermosa y especialmente la rama de Tamarón, que era su preferida, hasta el punto que decían que antes de morir tenía la idea de comprar la ganadería de la viuda de Tamarón que es la rama de la que salen el 80% de las ganaderías actuales.

P: Gallito impulsa de La Monumental de Sevilla y esto le creó muchos problemas.

joselito-gallito-natural.jpg
Natural de Joselito.

R: Lo que hizo Joselito fue ir en contra de muchos intereses creados. Ese fue su gran reto y a la vez su gran castigo. 

El final de Joselito es un tanto triste y no sólo porque lo mate el toro en Talavera sino porque tiene enfrente y como enemigos a muchísimos poderes de la época.

Había una gran oligarquía y una sociedad mucho más clasista que la actual.

Él fue con la Monumental en contra, por ejemplo, de los intereses de la Maestranza de Sevilla que estaba llevada por la aristocracia y la alta burguesía de la ciudad.

Es verdad que, precisamente, esa enemistad que se crea de tanta gente quiere decir y habla perfectamente de la grandeza del reto que emprendió, que era cambiar el toreo desde su raíz y al final lo acabó consiguiendo y lo pagó con su vida.

Es un paso más en esa especie de decadencia y de rechazo que tiene la alta sociedad del momento con Joselito pero es el ejemplo perfecto de que su reto era muy grande y él acabó consiguiéndolo porque, al fin y al cabo, se impuso claramente todo lo que él ideó y planeó y un siglo después todavía estamos viviendo de ello.

P: Sus números son estratosféricos. Gallito fue el primero en torear 100 corridas por temporada, algo impensable décadas antes.

R: Los toros hay que ponerlos siempre dentro de su contexto social y político y si los sacamos de ahí y los miramos de una manera aislada no nos vamos a enterar de casi nada.

Esa segunda década del siglo XX es una década de crecimiento en todo el mundo. Se ve que hay un avance tremendo en los medios de transporte con el tren.

Si no hubiera una red ferroviaria, que ya se estaba consolidando en aquélla época por toda España, Joselito no podría haber hecho eso de torear 100 corridas por temporada.

P: Sin embargo en 2019 el que acabó líder fue El Juli con 43 corridas.

R: Son cosas que afectan al sentido económico. Por eso digo que la economía también ha afectado a la fiesta en ese sentido. Hay que ponerla en su sentido económico y social.

Aquélla época fue la época de vanguardias artísticas y el belmontismo es una de ellas.

Es la del crecimiento del poder de las masas, empiezan a coger fuerza los partidos políticos, los obreros empiezan a tomar preponderancia… Si lo metes en ese contexto encuentras muy lógico todo lo que sucedió con Joselito y el porqué de esos avances en lo taurino.

Joselito se echa la familia a la espalda cuando se puso a torear con 13 años

P: En el libro se refleja muy bien con un árbol genealógico de Gallito y el entronque de su parte torera y su parte gitana y flamenca por el origen de sus padres.

R: Son dos artes muy hermanados, el flamenco y el toreo, teniendo en cuenta que son dos artes populares. No eran dos actividades que fueran reconocidas por la oligarquía y la alta sociedad de entonces. El flamenco vivía refugiado en los cuartos y los cafés no en los grandes escenarios como ahora. Eso se consigue también un poco después con su primo Manolo Caracol que es el que lleva el flamenco a los escenarios.

Joselito hace un poco eso. Aunque era el único espectáculo masivo de entonces, la plaza vieja de Madrid tenía 12.000 espectadores no es lo de las 25.000 de ahora. Eran artes minusvaloradas por la alta sociedad. Lo que consiguen en ese momento en que están las masas y las clases populares tomando cada vez más importancia en la vida social. En esa rampa van incluidas sus expresiones como son el flamenco y el toreo.

Se junta en la figura de los hermanos Gómez Ortega una rama del toreo más o menos importante, la de su padre en Sevilla, y, sobre todo, la sangre azul del cante flamenco de Cádiz.

P: En su obra remarca mucho el papel de su hermano Fernando.

R: Fernando era el más gitano de todos los hermanos. Es el gran teórico de la familia y Rafael es el genio absolutamente inabarcable e indomable. Fernando es del que más aprende Joselito. Siempre lo lleva en su cuadrilla aunque tiene una personalidad muy distinta, muy apocada, muy extraña. Era muy solitario y dado a la bebida. Eso le impide ser el torero que pudo llegar a ser y es la base sobre la que Joselito se apoya para aprender tan pronto. Prácticamente a los 13 años ya lo sabía casi todo del toreo.

joselito-el-gallo-gallito-autografo-recorte.jpg
Fotografía autografiada de Joselito El Gallo.

Lo tenía en la cabeza. Tenía una afición desbordante. Él no llegó a conocer a su padre, murió cuando tenía dos años y de quién aprendió fue de sus hermanos y de todo lo que aprendieron en la huerta de Gelves. Allí acudían a entrenar muchísimos toreros de la época y se hacían unas tertulias enormes que era donde aprendieron sus hermanos. De esas fuentes él bebe, además de preguntar a muchísimos toreros de la época. Siempre quería saber mucho más. Era pura afición. Fue un hombre que nació para ser torero, lo tenía todo para ser torero por el físico, la inteligencia y la pasión. Es un hombre dedicado desde niño en cuerpo y alma a una pasión como es la del toreo por la que acaba entregando su vida. Es un ejemplo claro de un hombre entregado y dedicado por completo a lo que le dio fama.

P: Gallito llegó con la escoba de barrer y con ambición y buscando acabar con los toreros que habían humillado a su hermano Rafael.

R: Tenía esa especie de venganza porque lo pasaron muy mal. El mito de Belmonte dice que pasó mucha hambre y que salió desde la nada pero es que la familia de Joselito tampoco lo pasó mejor. El padre si estaba en la huerta de Gelves no es porque fuera suya sino porque lo pusieron allí de guarda. Él había sido muy derrochador y prácticamente se retiró sin un duro. Lo pusieron allí para que pudiera vivir. Cuando se murió el padre cambiaron varias veces de casa porque los echaban.

P: El propio Fernando padre pidió ayuda a Guerrita antes de morirse.

R: Claro. A Guerrita lo tuvo como banderillero y aprendió mucho con él y más o menos cuidó de la familia pero no siempre pudo. Y como Rafael El Gallo era tan desigual, aún estando en activo no siempre había dinero en casa. Pasaron sus apuros. Y ahí viene Joselito, el más responsable de todos. Rafael era un genio inclasificable e impredecible y la falta de carácter de Fernando hace que Joselito se eche la familia a la espalda cuando se puso a torear con 13 años.

P: La relación con Rafael se enfrió.

R: No le hablaba. Se habían dejado de hablar porque los dos últimos años de Rafael no habían sido buenos. Lo ponía por delante en muchos carteles con él y con Belmonte pero ya había llegado a un punto en el que estaba en franca decadencia, daba muchísimos petardos y Joselito tenía que hacer un sobre esfuerzo para remontar aquéllas espantadas. Hasta que le dijo que no podía seguir así y aceptó de mala gana pero al año siguiente decidió reaparecer. Joselito no le puso en los carteles, se enfadaron y dejaron de hablarse.

muerte-joselito-sanchez-mejias.png
Ignacio Sánchez Mejías velando a Joselito.

P: Cuando muere Joselito El Gallo en Talavera ¿se habían reconciliado con su hermano Rafael?

R: Creo que no. Hay una corriente que dice que los últimos años de Joselito fueron muy felices. Pero no sé de dónde lo habrán sacado. Todo lo que declaró a sus amigos era lo contrario, que vivía en una gran amargura y un momento muy delicado porque todo se le estaba poniendo en contra.

P: ¿Había llegado a pensar en la retirada?

R: Se dice que fue la condición que le puso el padre de Guadalupe de Pablo Romero para que se casara con su hija, que se retirara y se fuera a vivir un tiempo fuera de España. Quizá estaba viéndola cerca pero no creo que hubiera pensado en la retirada. Seguía ganando dinero, había hecho una nueva casa y, en un momento dado, se podría haber hecho hasta ganadero. Aunque ganó mucho dinero no creo que fuera el suficiente para hacer eso todavía.

Ahora pueden ser famosos o torear mucho pero eso no quiere decir que sean figuras como Joselito

P: En la prensa había una corriente bastante crítica y tuvo un enfrentamiento con el cronista de ABC Gregorio Corrochano.

R: Eso responde a la campaña que le organizó mucha gente, sobre todo la oligarquía sevillana, por ir en contra de tantos intereses. Al final, en muchas ocasiones, los medios son utilizados por los grandes poderes para atacar a la gente que consideraba molesta y Joselito el Gallo estaba sufriendo una campaña muy dura de acoso y, en especial, por parte de Corrochano que era quien más se había significado.

P: ¿Cuál fue el papel de Corrochano en la corrida de Talavera y su culpabilidad que le llevó a escribir ¿Qué es torear??

R: Es cierto que no estaba involucrado directamente pero también que quien organizaba la corrida es su familia. Corrochano era de Talavera, la viuda de Ortega es su prima y el ganadero es su sobrino segundo.

A partir de ahí lo que hace Joselito es intentar acercarse, limar las asperezas, apaciguar un tanto los ataques de Corrochano yendo a Talavera a torear. Un tanto para congraciarse no porque tuviera un interés directo en la corrida. Busca la parte sentimental y efectiva para intentar limar esos ataques. Siempre con su cuñado Ignacio Sánchez Mejías por medio que también era un hombre que se movía en ciertos círculos y que le aconsejó en este aspecto.

panteon-joselito-gallito.jpg
El mausoleo de Joselito El Gallo en el cementerio de San Fernando de Sevilla obra de Mariano Benllure.

P: Fue una conmoción nacional la muerte de Joselito El Gallo.

R: Claro. Era una figura principal. Es como si ahora dijeras que se hubiera muerto una estrella del fútbol. Los espectáculos deportivos no tenían ninguna importancia, había teatro y música pero no conciertos como ahora entendemos.

Los toros eran el espectáculo de masas. Los actores de teatro eran conocidos pero no tanto como los toreros. Eran una parte fundamental de las clases populares, las clases altas se acercaban a ellos pero de una manera frívola y anecdótica nunca se implicaban con ellos. Todavía estaba mal visto ser torero en algunos círculos sociales.

P: El coronavirus ha impactado en el centenario de Gallito y los actos que se iban a celebrar.

R: Había actos en Sevilla, en Talavera, había preparada una gran exposición en Madrid para San Isidro. Yo creo que no pasaría nada celebrar el 100+1. Ya que se ha quedado ahí y las ideas están frescas creo que se puede aprovechar para el año que viene si nos deja la pandemia y aparece la vacuna o la mediación.

P: Justo antes del estado de alarma Victoriano del Río me dijo que «la tauromaquia sólo se salva desde dentro y con las figuras». ¿Cree que tiene salvación? Este año va a ser catastrófico, sobre todo para la cabaña brava.

R: Sólo se salva desde dentro y con figuras, siempre que sean figuras. Ahora pueden ser famosos o torear mucho pero eso no quiere decir que sean figuras. Es otra cosa. Figura era Joselito el Gallo.

P: ¿Ahora no hay ninguno como Joselito?

R: No. Ni de lejos. No digo la manera de torear, sino la manera de plantearse su profesión y defender el espectáculo. Ni a la suela de las zapatillas. Ha habido muy poquitos. Hay uno que podría serlo pero le han acabado aburriendo. Déjalo ahí que a buen entendedor pocas palabras bastan.

Paco Aguado. Joselito El Gallo, rey de los toreros. Edición corregida y ampliada. Prólogo de Luis Francisco Esplá. El Paseo. 2020. 552 páginas, 25,95 euros

Morante, Roca, Aguado el domingo de resurrección en Sevilla… Sí, pero el aforo debe ser mínimo del 50 %

La empresa Pagés prepara un «encontronazo» para el Domingo de Resurrección, reedición del famoso viernes de farolillos de 2019: Morante de la Puebla, Andrés Roca Rey y Pablo Aguado, cambiando los otroras jandillas por toros de Victoriano del Río.

El cartel, según ha podido conocer ABC de Sevilla, ya está cerrado.

Se celebrará siempre y cuando la situación sanitaria permita que ese 4 de abril acceda un cincuenta por ciento del aforo en la Real Maestranza.

La ruptura hace escasas fechas entre Roca Rey y Ramón Valencia no ha sido óbice para que el peruano forme parte del día más señalado en el calendario taurino sevillano; aceptando nuevamente este «cara a cara» con Pablo Aguado, circunstancia que no se produce desde el día de la eclosión aguadista.

Cabe recordar que el sevillano se quedó fuera del desdichado cartel.

Para el domingo de resurrección de 2020, cuando Ramón Valencia lanzó el famoso «¿Y por qué no Garcigrande?».

Esgrimiendo que Aguado rechazaba dicha ganadería y reconociendo indeliberadamente que no se le había ofrecido otra opción al máximo triunfador del ciclo anterior.

Este reencuentro entre el limeño y el sevillano podría suponer también la reaparición europea del primero, quien cortó la temporada 2019 por lesión durante los Sanfermines y se le canceló su vuelta en 2020 hasta en dos ocasiones por la situación sanitaria (Valencia en julio y Ronda en agosto).

Aunque su intención es hacerlo en las primeras ferias del año de España (Valencia) y Francia (Arles).

La evolución de la pandemia podría retrasar su regreso hasta el citado el domingo de resurrección en Sevilla.

Contando con una hipotética flexibilización de las restricciones entrada la primavera, el planteamiento en las oficinas de la calle Adriano gira en torno a las diez, o incluso doce, corridas de toros.

Además de la reapertura de la Plaza de Toros de Sevilla por el domingo de resurrección, se han escogido los fines de semana correspondientes a las fechas previstas para la preferia y Feria de Abril, cuando se celebrará este segmentado ciclo: días 16, 17 y 18; 23, 24 y 25 de abril.

Y no se descarta que incluso pudiera estirarse un poco más, comenzando los jueves 15 y 22 de abril. Fechas que Pagés no dudaría en retrasar en el calendario de no alcanzarse una evolución positiva en materia sanitaria.

Lo que sí parece seguro es que la Feria de San Miguel contará con tres festejos en su fecha habitual.

Bases de los carteles serán los citados Morante, Roca Rey y Aguado; además de José María Manzanares.

La intención de Pagés es anunciar a estos diestros tanto en abril como en septiembre, alcanzando así tres corridas cada uno.

Julián López «El Juli» es otro de los toreros con los que ya se ha alcanzado un principio de acuerdo.

Barajándose aún si sus dos comparecencias serán con los hierros de Garcigrande y García Jiménez (Matilla).

La reiterada acumulación de festejos entre éste reducido grupo de toreros —faltando aún el cierre de matadores indispensables como Alejandro Talavante y Juan Ortega, así como los más que probables Enrique Ponce y Miguel Ángel Perera— pondrá en jaque la participación del grueso de incipientes matadores sevillanos.

Como posible solución, se ha valorado la opción de celebrar una corrida de seis espadas que daría sitio y oportunidad a la torería sevillana. Una quimérica alternativa que podría encajarse fuera del ciclo y con un carácter benéfico.

Parece casi segura la inclusión de Manuel Escribano y Pepe Moral en la tradicional corrida de Miura, así como que se le dispensará un trato especial a Daniel Luque, al que lo avalan los éxitos de su pletórica temporada 2020.

Y nombres que deberían aparecer en estas combinaciones como los de Ángel Jiménez y Rafa Serna, que cortaron sendas orejas en 2019.

Uno de los temas más preocupantes es el de las novilladas.

El entorno de Pagés continúa aireando su inviabilidad económica, sumándole ahora las complicaciones derivadas de la pandemia.

Según han asegurado a este medio fuentes cercanas a la empresa, se le ha solicitado a la Real Maestranza una mayor flexibilización de las condiciones de arrendamiento para estos festejos, llegando incluso a valorarse la posibilidad de trasladar estas novilladas a alguna plaza de la provincia, citando estas fuentes como ejemplo el coso de Espartinas, si la corporación nobiliaria no atendiera su demanda.

Sevilla no podría permitirse otro año sin novilladas ni consentir que se celebren de manera episódica.

Hay jóvenes relevantes de la provincia que necesitan proyectar sus carreras, como Jaime González-Écija, Juan Pedro García «Calerito» y Manolo Vázquez; así como otros de fuera de nuestro territorio: Tomás Rufo, Rafael González, Arturo Gilio y Diego San Román, novilleros más destacados del escalafón menor.

A diferencia de años anteriores en los que la empresa Pagés informaba a sus abonados por Navidad de las corridas que tenía reseñadas en el campo, en este mes de enero aún no hay oficialidad en este aspecto, especulándose que los hierros que formarán parte de este elenco serán los de Victoriano del Río, Garcigrande, García Jiménez, Juan Pedro Domecq, Núñez del Cuvillo, Santiago Domecq, Victorino Martín y Miura.

La ilusión de vestirse de luces y en Manizales 10 y 11 de enero reflejada en una obra de Alfonso Brillón

La imagen que abre esta nota es una obra del maestro Alfonso Brillón que mediante su trabajo pictórico, nos habla de la ilusión de los muchachos que van a torear las dos corridas virtuales (ellos pisarán el ruedo).

Pero no encontrarán el eco, el murmullo, los olés del tendido pues apenas pueden ingresar a la plaza 50 personas… so pena de… Ya saben ustedes; la gráfica es la esperanza de vestirse de luces, y ellos, a su manera, de crear obras de arte efímeras y eternas.

El maestro Alfonso Brillón ha podido realizar su obra gracias el generoso concurso, a la manera de los mecenas del renacimiento, de don Néstor Raúl Berjan, el gerente de Americana de Poleas.

El domingo se abre otro capítulo de la Feria de Manizales esta vez cruzado por la pandemia, por la imposibilidad de reencontrarnos como se cumple desde 1951.

En una zona camino a Pereira de la ciudad «inventada» por la colonización antioqueña.

Que en 1955 se dio el lujo de abrir para Colombia las llamadas ferias taurinas hasta entonces desconocidas en nuestro ámbito.

Por razones geográficas, la ciudad sube y baja en sus calles, está empotrada entre montañas y «vigilada » por el precioso Nevado que con buen tiempo se puede apreciar desde cualquier punto.

Al ser relativamente pequeña, a mediados del siglo pasado se fue convirtiendo en una ciudad educadora, colegios, institutos de formación, escuelas de Artes y Oficios, y universidades prestigiosas.

Ademas nacieron allí varones ilustres de verbo impetuoso como los Villegas, los Morenos, los Londoños, los Alzates, que inflamaban con su parla el Congreso colombiano.

Se llegó a hablar de los «greco quimbayas» por esa fusión entre la cultura griega y la que se asentó en tiempos precolombinos.

Más allá de recalcitrantes (que no faltan) el manizaleño medio que no es taurino respeta a quien lo ES y no hay incordio.

Entre otras cosas porque los beneficios de la temporada se destinan escrupulosamente al hospital infantil que atiende a los pequeños cualquier lugar sin preguntarles de dónde vienen y menos «cómo van a cubrir la atención».

Este año se celebrarán dos corridas, la primera el domingo y al día siguiente ( festivo por postergación del 6 de reyes ).

CARTELES

Domingo 10 de enero: Cristóbal Pardo, Luis Miguel Castrillón y David Martínez.

Cristobal y David son banderilleros de fuste y Luis Miguel atesora ese pellizco tan elusivo pero que cuando aparece genera en el espectador emociones sin par.

Lunes 11 de enero: José Arcila, Juan de Castilla y Sebastián Hernández.

Arcila es hoy por hoy no una esperanza sino una realidad con un toreo personalísimo salpicado de gracia y toreria, en esos que los músicos conocen como » improntus» ( aquello que quien ve no espera ni se imagina).

Juan de Castilla , forjado en el silencio del Vitar en Guadalajara, España escampando la pandemia y fortaleciendo su espíritu y el joven de Sogamoso Sebastian Hernandez a quien le vi los primeros trazos con la muleta en la ganadería de Suescun hasta hacerse matador de toros.

Los astados a lidiar en dichas corridas pertenecerán a las ganaderías de Santa Bárbara, Juan Bernardo Caicedo y Ernesto Gutiérrez.

De las ganaderías escribiré en otra nota…

Ambos festejos se iniciarán a las 15:30 horas.

Emilio de Justo, el torero que inspira por su arte puro es hoy mas flamenco que nunca con «Catafalco y oro»

El flamenco y el toreo están ligados por esa espiritualidad de dos artes antiguos, misteriosos, llenos de CADENCIAS, DE RITMOS, DE COMPÁS, DE QUEJÍO, de lamentos, de llanto, de emociones que son ráfagas de viento fresco… Que lo digan Camaron de la Isla, PACO DE LUCÍA, Joselito, Curro Romero, y Emilio de Justo…

Emilio es un torero extremeño a quien vimos en la ignara provincia colombiana hace un par de años mostrar su exquisito arte ante pisanos de ruana y sombrero.

En plazas ignotas cuando la sequia lo azotaba en su natal España y Colombia le brindó el cariño, lo arropó y Francia le dio la grandeza que supo catar España y hoy es una de las presencias invaluables en las plazas.

De manera que un artista como Emilio es capaz de desatar la inspiración de compositores del flamenco que loan ese toreo de honduras del extremeño.

EMILIO INSPIRA… Y LE DEDICAN «CATAFALCO Y ORO«

El guitarrista Javi Santiago con la compañía de «Potito» compuso esta pieza flamenca en honor a nuestro Emilio que por cierto se lleva «a todas partes» a su amigo Guerrita Chico uno de los colegas del torero de Extremadura que siempre creyó en él.

Por eso se le ve en los CALLEJONES COMO GUARDIÁN Y VIGÍA.

Dicha letra de «¡Catafalco y Oro!» va dedicada al torero de Torrejoncillo, reconocido amante del flamenco y enamorado de las melodías más puras de todos los tiempos. 

EL DIA QUE TRIUNFÓ CON LOS VICTORINOS EN MADRID ESTABA VESTIDO JUSTAMENTE DE CATAFALCO Y ORO

Fue en mayo de 2019…

Una faena repleta de torería y mucha clase de Emilio de Justo al sexto, premiada con una oreja, fue lo más intenso y verdadero del buen tributo que rindió hoy Victorino Martín a su encaste, «albaserrada», por San Isidro, con una corrida muy interesante y con varios toros más que aptos para el triunfo.

El extremeño fue, sin duda, el que marcó diferencias con ese último toro, uno de los buenos que lidió del afamado hierro de la «A Coronada», y con el que hizo una exhibición de toreo auténtico tanto con el capote como con la muleta.

Las verónicas del recibo todavía duran, igual que de los pases que firmó sobre ambas manos, algunos de ellos sublimes por la cadencia y el relajo que mostró.

Cancelan las procesiones de semana santa en Sevilla en el 2021

Cancelan las procesiones de semana santa en Sevilla en el 2021. La religiosidad está íntimamente ligada al mundo del toro y de hecho el arte de torear es una liturgia.

Por eso, ante la pandemia, es preciso registrar que el arzobispado de Sevilla ha suspendido las procesiones de Semana Santa de este 2021, procesiones en las que es común ver con su túnica nazarena a decenas de toreros que por lo demás pertenecen a las hermandades.

FIRMADO EL DECRETO DE SUSPENSIÓN

El Arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, firmó un decreto referente a las salidas procesionales durante la Semana Santa de 2021 en el que, a razón de la pandemia, suspende los actos y celebraciones organizados por parroquias, hermandades y cofradías, asociaciones de fieles u otros grupos eclesiales que tengan carácter externo y en general todos aquellos en los que se haga uso de la vía pública.

En su lugar, y particularmente en lo que se refiere a las procesiones y estaciones de penitencia, se recomienda seguir los subsidios litúrgicos que ofrecerán las delegaciones diocesanas de Liturgia y Hermandades y Cofradías.

UN POCO DE HISTORIA DE ESA RELACIÓN TORO Y RELIGIOSIDAD

El toreo es uno de los artes más ligado a la religión, y no solo a los ritos y festividades sino a todos los santos y vírgenes, los cuáles aportan protección a los creyentes del toro.

Los iconos religiosos y la presencia en la fiesta de todo lo relacionado con la religión pueden darse en muchos apartados diferentes.

En el mundo de los toros por cada región de España se celebran festejos taurinos o ferias en conmemoración del Patrón o Virgen de la ciudad, pueblo o provincia; San Fermín en Pamplona, San Isidro en Madrid, La Magdalena en Castellón, entre otras muchas.

El mayor número de festejos taurinos tiene lugar en la comunidad autónoma de Andalucía.

Allí, muy ligados a la religión, muchos toreros afirman ser devotos y participar en cofradías y hermandades.

Al acabar la Semana Santa cuelgan el capirote de nazareno y retoman los trastos de torear.

Mucha gente se pregunta cómo tantas cosas relacionadas con la Iglesia pueden darse en un espectáculo tan sangriento como este y, sobre todo, cómo la Iglesia no condena todos estos actos.

Lo cierto es que en lo que defendemos los taurinos, las corridas de toros, la crueldad es muy relativa.

Es en una plaza de toros donde la res tiene la posibilidad de salvar la vida, ¿acaso una perdiz vuelve a padrear al campo?.

LA SANGRE QUE TANTO MOLESTA A QUIEN NO CONOCE EL CEREMONIAL DE LA CORRIDA

La verdad es que la gente que va a una corrida de toros no lo hace sedienta de sangre, ni esperando a ver cómo el toro es torturado infinidad de veces sino que la fiesta en sí, los rituales y la puesta en escena es un arte espectacular y diferente a la pintura o a la literatura.

Esto es la principal característica que comparte la religión, el creer y el emocionarse en un templo, ya sea dirigido a Dios o a los Dioses del Toreo.

Muchos son los toreros que no conciben la fiesta sin patrón y, mucho menos, sin pasar por la capilla antes.

En ningún otro espectáculo la gente se resguarda del ajetreo para meditar, reflexionar y compartir los miedos y pasiones.

Pero no piden triunfos ni glorias, simplemente comparten sus ilusiones con alguien que no les va a dejar a un lado.

Cancelan las procesiones de semana santa en Sevilla en el 2021.

Aquellos tiempos de Camino en México… Por HORACIO REIBA “ALCALINO”

Aquellos tiempos de Camino en México… Por HORACIO REIBA “ALCALINO”. Cuando Manolo Martínez tomó la resolución de alejarse de la Plaza México, intricadas razones mediaron.

Iba a convertir a la Santa María de Querétaro en el coso sucedáneo, capaz de convocar a lo más granado de la afición capitalina.

Tres años duró tal ausencia, y cuando por fin retornó al coso máximo (13.03.77) no por ello se apartó de un hábito vuelto ya costumbre.

A la distancia, es evidente que el momento estelar del lustro y medio en que los queretanos disfrutaron de ese privilegio. Llegaría con el fin de semana que nos ocupa, 17 y 18 de diciembre de 1977.

Durante la segunda temporada consecutiva de Paco Camino, el prodigioso artista sevillano.

Camino no había vuelto a nuestro país desde 1964 y sin duda lo hizo por iniciativa del propio Martínez, empeñado en hacer de la  Santa María escenario de lujo del toreo.

Y de mantener en auge su propia carrera.

El cartel original del sábado 17 lo integraban, con Camino en México y Martínez, Eloy Cavazos y José Mari Manzanares.

Con ocho toros de San Martín.

Pero tuvo algún impedimento el alicantino y hubo que sustituirlo por El Niño de la Capea, lo que no implicaba pérdida alguna.

Al día siguiente, el de Sevilla y el de Monterrey sostendrían un mano a mano más.

Con una corrida de Javier Garfias armoniosa de hechuras, nada exagerada de peso y pitones, según correspondía a una plaza sin grandes exigencias en ese sentido.

Sí las tenía bien aquilatadas, en cambio, para medir y catalogar el toreo.

Al grado de abroncar con dureza algunos otorgamientos de apéndices recientes que le costaron el puesto al anterior juez de plaza.

Removido por la autoridad y reemplazado por Salvador Maciel, cuya sobresaliente participación en el fin de semana de referencia sólo tuvo el lunar de un cambio de tercio algo precipitado que desoyó el picador Juan Carlos Contreras, a las órdenes de Manolo Martínez, por lo que fue multado.

Vale señalar que ese puyazo al cuarto toro de Garfias redundaría en beneficio de la asombrosa faena de muleta de Martínez a “Aviador”, cuya huidiza cobardía sólo había permitido leves refilonazos.  

Sábado 17 de diciembre

De los ocho toros de San Martín para esta Corrida de Covadonga, que se dio a plaza llena, hubo cuando menos un astado propicio para cada matador, mejores los cuatro últimos que los cuatro primeros.

El de Camino en México, que apenas y lo intentó con el flojo abreplaza, fue tal vez el toro de la corrida, un “Queretano” realmente precioso, que llegó alegre y pronto al tercio final.

Desde los doblones iniciales hasta el soberbio volapié, el de Camas ofreció una breve cátedra del mejor y más artístico toreo, demasiado breve quizá para lo que el zaino de Chafik aún tenía dentro.

De ahí que la petición fuera desoída por el palco, un acierto del juez Maciel, porque durante la ovacionada vuelta al ruedo no dejaron de escucharse algunos pitos, y voces de “toro… toro! en reproche al apresurado final de faena.

Eloy Cavazos, como sus alternantes, tuvo una buena tarde.

Buena a secas, pues poco lució con el anovillado tercero –protestado por chico–, y inusualmente seria y muy torera faena al excelente “Asturiano” la cerró con un pinchazo y estocada entera.

Como en el caso de Camino en México, la petición no se juzgó suficiente desde el palco y todo quedó en vuelta al ruedo.

Un trasteo de mérito enorme fue el primero del Capea, pues el burriciego “Hidalguense” probaba mucho y al embestir tendía a arrollar y quedarse corto.

Lo que lejos de amilanar al salmantino dio lugar a una emocionante demostración de valor y ciencia por parte de Pedro, que terminó ligándole al incómodo bicho tandas de acentuado temple por ambos pitones.

Tuvo que descabellar y sólo lo llamaron al tercio, mal comprendida por el pópulo tan notable lección de torerismo.

Con el magnífico sexto, en cambio, la larga faena del Capea, buena sin más, registró ciertos altibajos. De nuevo tardó en matar y aún así lo ovacionaron.

Cátedra martinista

La tarde fue de Manolo, puestísimo con el toro, celoso de su sitio y en plena posesión de su arte más personal.

Poco le importó la sosería de su primero, “Sevillano”, porque se centró enseguida con él y lo hizo repetir sobre una flámula movida con ritmo y temple pasmosos.

Tres veces tuvo que descabellar y se negó a saludar la fortísima ovación. Nada, en cambio, enturbiaría su apoteosis con “Andaluz”, más toro y más emotivo; le bordó un quitazo por chicuelinas y una faena de dominio absoluto, cadencioso temple y absoluta redondez.

El grito de “¡Torero!” resonaba a todo volumen cuando utilizó el acero y con media en lo alto hizo doblar al astado, cuyas oreja pasearía entre el júbilo general.

Al final no había la menor duda: el trofeo Covadonga era suyo.

CAMINO en México (doblón y natural) cuajó con QUERETANO una excelente faena, como fueron también las de ELOY (vitolina) y CAPEA (pase de pecho). Pero la tarde se la llevó MARTÍNEZ (dos orejas tras memorable cátedra)

Domingo 18: Camino en México, “Navideño” y el éxtasis

En su Caracterización del espectador taurino, Fernando Savater postula la existencia de un lastre inevitable en el bagaje emocional de todo buen aficionado a toros: lo llamó La Faena Eterna.

Aquella que iluminó a modo de revelación su historia personal, esa faena contra la cual compara, aun sin querer, todo el toreo posterior que a tal taurófilo le sea dado presenciar.

Una especie de sentencia anticipada, capaz de convertirse en muro infranqueable para toda faena futura.

La iluminación irrepetible que llevamos en lo profundo del sentimiento y la memoria.

No concuerdo del todo: el filósofo vascuence sitúa dicha faena eterna como el origen mismo de nuestra afición.

Cuando asistí, maravillado, a la poética conjunción que se produjo entre Francisco Camino Sánchez y el toro “Navideño” de Javier Garfias.

Plaza Santa María de Querétaro, domingo 18 de diciembre de 1977.

Quinto del mano a mano entre el sevillano y Manolo Martínez, que también estuvo genial esa tarde.

Ya llevaba andado buen trecho como adicto a las corridas y lector voraz de todo lo concerniente al tema.

En consecuencia, guardaba en mi archivo mental cierta cantidad de toros, toreros y faenas que podía considerar inolvidables.

Pero si la capacidad del toreo para suscitar dentro de mí sensaciones inefables no ha cesado.

Debo reconocer que ”Navideño” representa un más allá dentro de mis vivencias más entrañables.

La representación del sueño mayor al que puedan haber aspirado mi  mente y sentir de aficionado, la razón última para seguir yendo a las plazas y escribiendo de toros aun a sabiendas de que se trata de un gusto poco compartido en estos tiempos procelosos.

Martínez, doma y estética magistrales

“Aviador” fue el cuarto toro de un candente mano a mano cuyos protagonistas ya habían paseado una oreja cada cual por cada toro estoqueado, perfectamente ajustados los otorgamientos al rigor impuesto por un juez de plaza comprometido con el rescate de la seriedad del coso queretano.

Abanto y huidizo de salida fue el cárdeno de Garfias, y tan manso que en el primer tercio provocó tal caos de refilonazos, acosos y persecuciones que nadie hubiera esperado lucimiento alguno en la faena de Manolo Martínez.

Craso error, porque el regiomontano, resuelto a prolongar su cátedra de la víspera, sujetó la huida del bicho con mano maestra, lo centró sabiamente en el trapo.

Aguantando parones y gañafonazos, terminó por convencerlo de quién mandaba en el ruedo, e imponiéndole un temple absoluto y un valor tapado por la estética, acabó endilgándole un auténtico faenón, templado y cadencioso en los pasajes culminantes, además de estoquearlo con idéntica decisión para cobrar dos orejas de ley.

Maravilla de maravillas

De verde botella y oro vestía Paco Camino en México, y de grana y oro su alternante: hasta el mínimo detalle es esencial.

Las dos primeras faenas del camero no tuvieron tacha y sí arte y finura para dar y regalar.

“Navideño”, el quinto, era un animal negro, terciado y de preciosas hechuras que así que salió al ruedo no haría otra cosa que embestir y embestir, con un ritmo que el artista de Camas fue graduando desde el momento en que abrió el capote para veroniquear suavemente, sin prisas ni apreturas, las manos un poco altas todavía.

Vuelven a mí, como un compendio de perfección desde su ajuste, cadencia y explosiva hermosura, las chicuelinas citando de largo –Camino en México, fue el verdadero creador de ese quite–, y luego su brindis a Lorenzo Garza, el torero favorito de su padre.

Lo demás es un poco borroso, como los sueños, por más que he repasado muchas veces las principales crónicas –incluida la mía– y hasta una desvaída película del suceso.

Podría hablar de la fluida concatenación de pases de trincheras y de la firma hasta dejar a “Navideño” en los medios, y del crescendo como de sonata de una faena compuesta por series hondas e intensas por ambos lados sin que el pitón tocara jamás la muleta, que prolongaba las nobles embestidas con lentitud y redondez que no parecían de este mundo.

O de lo distintos que resultaban en Camino un solitario molinete, el lentísimo kikirikí, la trincherilla acariciante o los rotundos de pecho para rematar cada tanda.

Ese día comprendí que el toreo es algo que rebasa nuestra consciencia y que, cuando se apodera de ella, la transporta a confines inexplicables.

Lo había sentido ya, mas ni antes ni después lo experimenté tan plenamente como la tarde en que coincidieron en el bello coso queretano el arte de Paco camino y la alegría y la clase de “Navideño”, de Garfias. Camino en México

Lo que se dijo después

Repaso crónicas y otros textos: “Camino: la faena de su vida… rigurosa de forma pero no fríamente académica, sino traspasada por una emoción visible, bellamente contenida… ” (José Alameda, El Heraldo de México).

“Ha sido una de las faenas más perfectas, más toreras y emotivas de cuantas se hayan logrado en plaza alguna” (Macharnudo, Esto).

“Cuarenta y cuatro pases: cada uno un lienzo clásico de toreo eterno” (Luis Soleares, libro Dos Colosos,  de Rafael Loret de Mola).

“De la Santa María hemos salido conmovidos y saturados de arte divino… a la vez pensativos y meditando si el toreo no ha llegado ayer a su fin” (Tapabocas, Ovaciones).

“Manolo Chopera –su apoderado desde novillero—me confesó que “es la tarde más grande que ha tenido Camino”, hasta el extremo que al volver a La Mansión, el hotel donde se vestía en Querétaro, le oyó decirle a su esposa, que allí le esperaba: “Es el día que mejor he toreado en mi vida.

Hoy he inventado el toreo”. (Carlos Abella, biógrafo; volumen 11 de El Cossío). 

Manolete y Silverio. Historia de un cartel por HORACIO REIBA “ALCALINO”

Manolete y Silverio. Historia de un cartel por HORACIO REIBA “ALCALINO”. A finales de 1945, el panorama de la fiesta en México era el siguiente:

Una baraja de figuras cuya diversidad, personalidad y clase no tenía precedentes ni ha vuelto a encontrar sucesión, el antecedente inmediato de una primera temporada visitada por la nueva ola hispana –luego de ocho años sin intercambio taurino entre ambos países a raíz del boicot de 1936.

En que la torería local barrió sin contemplaciones con una representación ibera corta de alcances y de ánimo, y una expectación inmensa por conocer al fin al verdadero mandón de la baraja española, un enjuto cordobés, Manuel Rodríguez “Manolete”, del que se contaban maravillas capaces de agotar la fantasía más delirante.

Pocos notaron la ausencia en el derecho de apartado de Carlos Arruza, pareja del Monstruo en los propios cosos ibéricos donde el Ciclón Mexicano cerró el año con 108 corridas, que añadidas a cuatro más en nuestro país sumaron 112, cifra sin precedentes en la historia de la fiesta.

Manuel Rodríguez Sánchez «Manolete», había nacido en Córdoba (04.07.1917) y era hijo del modesto matador del mismo nombre y procedencia y de doña Angustias Sánchez, viuda a su vez de otro torero, Lagartijo Chico, de escasa nombradía.

Un antecedente curioso tenía al lado de Silverio Pérez, su padrino de confirmación en El Toreo: la novillada de principiantes en la que alternaron en Tetuán las Victorias (01.05.35), donde la poca prensa presente vio en Silverio a un chico valentón y descalificó a Manolete por codillero y soso, aun ponderada la derechura con que se tiraba a matar.

No se sabe cómo reaccionarían tales críticos cuando, a partir de su alternativa (Sevilla, 02.07.39), se convirtió en el torero que redimiría a España del marasmo y privaciones de la posguerra, provocando una conmoción no vista desde la llamada edad de oro, con Joselito, Belmonte y Rodolfo Gaona.

La corrida

Antonio Algara, el empresario de El Toreo, no mostró prisa para echar mano de su carta fuerte, y la presentación de Manolete no llegó hasta la sexta de la temporada.

Antes, el cordobés estuvo en Torrecilla, la ganadería zacatecana de la que procedía el encierro que despacharían, con el debutante cordobés, Silverio Pérez y Eduardo Solórzano. 

El llenazo se daba por descontado, largas colas de aficionados habían hecho guardia nocturna en torno a las taquillas y el papel se agotó días antes del festejo. Al sonar el clarín, no cabía nadie más en la plaza y se palpaba una tensa ansiedad en el ambiente.

Manolete vestía de celeste y oro, Silverio de rosa y oro y Eduardo un terno verde oscuro recamado del amarillo y reluciente metal. Las ovaciones los llamaron al tercio a saludar, primero Manolete y, a invitación de éste, sus alternantes mexicanos.

Se abrió el toril y apareció “Gitano”, un cárdeno oscuro muy fino y nada aparatoso.

Relato del Tio Carlos

 “Manolete –enjuto, erguido, tipo de torero de la cabeza a los pies—lanceó en varios terrenos pasándose cerca la bicho en los del lado izquierdo. Cerró con media imperiosa y precisa.

Y en quites hubo de dedicarse a la brega en vista de lo abanto del de Torrecilla. Parearon el español David y el mexicano Aguilar, y en el tercio se realizó la esperada confirmación de alternativa del hispano a manos de Silverio.

Manolete pidió la venia de la autoridad y fue a brindar al público. Ordenó que le pusieran al toro en sombra, en el tercio de contraporra…

Citó para el ayudado por alto… Y cuajó el pase sin mover ni una pestaña, repitiéndolo por el lado izquierdo. Intentó el natural, pero inmediatamente se cambió la muleta a la derecha para arrancar dos derechazos a la mínima distancia y agregar dos altos.

Y entonces puso su firma, un pase formidable por el mando y la cercanía de los pitones. Y cerró la serie con dos molinetes. Había llegado a la propia querencia natural del toro. En ese terreno, Manolete trazó tres derechazos, se echó la muleta a la izquierda y…  aquellos cuatro naturales fueron un prodigio.

Largos, mandones, suavísimos, toreando a la perfección en todo el tramo del pase, haciendo al animal revolver sobre la muleta para trazar el siguiente arco: fueron como un solo natural. Manolete liga con la izquierda como Silverio con la derecha.

El toro arrancó de pronto y Manolete, torero en todo momento… se lo llevó jugueteando hasta los medios en abaniqueo medido, pausado, preciso. Lo que en otros es un subterfugio de mala ley para eludir la faena, en Manolete fue recurso de gran torero para resolver un instante comprometido.

Momentos antes, con el toro en tablas, le había arrancado dos pases de los suyos (manoletinas) a distancia espeluznante, y se había sacado dos embestidas descompuestas con un par de molinetes –uno de ellos por detrás—verdaderamente de maestro.

Con el toro afuera ya, Manolete cambió el estoque (esto se veía en México por primera vez), citó a corta distancia, dobló la pierna izquierda y se dejó ir sobre el morrillo para media estocada que mató sin remedio.

Aquello fue el delirio, Manolete cortó las orejas y el rabo de “Gitano”, dio la vuelta al ruedo entre sombreros y prendas de vestir—que habían inundado el ruedo desde los naturales—y saludó en los medios.” (El Universal, 10 de diciembre de 1945)

Impresiones de Don Tancredo y de Roque Solares Tacubac

“Devoción litúrgica, solemnes ademanes rituales hay en el toreo de Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”.

¡Y qué hondura emotiva, realzada por solemnidad inconmovible, aguante prodigioso y elegancia señorial! Lidiador de asombro, artista cuya personalidad amerita los más encendidos y apasionados elogios, justificó plenamente la fama de que vino precedido.

¡Por algo está en la cumbre de la celebridad y es el califa actual de la tauromaquia española!… Jamás la presentación de torero alguno tuvo este ambiente de frenesí… cuando se abrieron las puertas del coso, a las dos de la tarde, se precipitó la muchedumbre a los tendidos y en un instante llenó el graderío…” (La Fiesta, núm. 64. 12 de diciembre de 1945)

Don Tancredo (Roque Armando Sosa Ferreyro), era director-fundador del semanario La Fiesta, una de las mejores revistas taurinas editadas en México.

En su crónica consideró que “la media verónica con que Manolete remató sus primeros lances fue prodigiosa, monumental..”, y confirmó asimismo que ligó cinco naturales estupendos “que hicieron alfombrarse el ruedo de abrigos y sombreros”.

También invitó a “Roque Solares Tacubac” (anagrama del doctor Carlos Cuesta Baquero) a estampar su “Impresión manoletista”, como el ilustre galeno tituló un texto del cual cito algunos fragmentos:

“Manolete es la resurrección casi integral del inolvidable Antonio Fuentes (aunque) no tiene relieve en las suertes de banderillear… mas por la suficiencia para estar en el ruedo, el cordobés nos hace ver de nuevo en la arena al inmortal diestro sevillano, con igual señorío natural, ajeno a toda afectación… en lo referente a la postura que adopta para practicar los lances de capa y los pases con la muleta, no es la enteramente clásica de frente (pero) la quietud de los pies, el ritmo del movimiento de brazos y el llevar al toro bien centrado, dan a su toreo belleza escultórica y majestad… (para) la suerte de estoquear… se coloca cerca y en rectitud al cuerno derecho del toro –ayer, en el único que estoqueó no estuvo cruzado; su colocación fue enhilado y presentando el pecho.

Hizo el viaje con rectitud y sin excesiva rapidez… conforme a la manera clásica… (como) ya dije, analicé la actuación de Manolete empleando mi lupa de investigación taurina limpia y exento de prejuicios.”

“Espontáneamente agrego algo para ovacionar a Silverio. Estuvo en plan de hondo dramatismo y excelente torerismo.

Tuvo la rareza de emplear la mano izquierda para torear por naturales… En los derechazos, su especialidad, estuvo incomparable: se superó a sí mismo. Eduardo Solórzano: torerísimo en la faena de muleta al tercer toro y discreto con el quinto y el sexto” (La Fiesta, ídem).

Silverio con “Cantaclaro”

Como Solares Tacubac señala, Manolete sólo estoqueó un toro, pues su segundo, “Cachorro”, lo hirió cuando, aguantando mucho una embestida vencida, le marcaba la salida en el primer lance de capa: cornada grave de dos trayectorias en el muslo derecho.

Y el menor de los Solórzano, en la penúltima tarde de su vida torera, dio merecida vuelta al ruedo tras estoquear a “Llanero”, su primero.

Pero el otro gran suceso del día lo protagonizó Silverio Pérez que, dispuesto a vencer o morir, bordó antológico faenón con el cuarto de la tarde, “Cantaclaro”, cárdeno claro, antes de marcharse, también él, a la enfermería, con un puntazo infligido por su primero, que de “Exquisito” no tenía nada.

El Tío Carlos lo relató así:

“Es difícil de narrar… Silverio brindó a dos particulares y allá se fue, al tercio. Juntó los pies, se quedó muy quieto y ejecutó un ayudado por alto. Y uno de pecho maravillosamente iniciado en el que por desgracia perdió el trapo… Reanudó la cosa con un doblón y original adorno.

Y echándose la muleta a la izquierda, comenzó a torear por naturales. Fueron tres muy buenos, pero lo mejor del conjunto fue el pase de pecho… Siguió con un costadillo  saboreado y tres derechazos metido en el terreno del toro, citando a mínima distancia, más uno de costado aguantando la gazapeada.

Más derechazos, y tres pases de trinchera que fueron como uno solo, girando en el sentido del viaje del toro con una suavidad, una lentitud y un temple de sueño.

El cambio de muleta de una mano a la otra con que en la cara misma del socio cerró este capítulo fue de una belleza inenarrable. Continuó adornándose con medios pases y por la cara.

Y consiguió la igualada con un cambio en los propios hocicos. Y con mucha mayor rectitud de la acostumbrada tumbó a “Cantaclaro” de una estocada algo caída. Oreja, rabo, dos vueltas al ruedo. Ovación inacabable, indescriptible.

Una de las más grandes ovaciones escuchadas en El Toreo. ¡Vaya un monstruo tenemos acá! ¡Vaya un monstruo que tienen allá!” (El Universal, ídem)

Dicho por Manolete

Cuando, postrado aún en el sanatorio, alguien preguntó a Manolete sobre su cornada, el Monstruo contestó: “No fue el toro, fue Silverio.

Y en la última entrevista de su vida, publicada por el semanario valenciano “Triunfo” cinco días antes de la trágica tarde de Linares, el cuarto califa cordobés se refirió así a la tarde de su debut en El Toreo: “¿Cuál ha sido, para usted, el  momento más feliz de su vida profesional?… ¿Y el más desagradable?

Tras un instante de duda, Manolo respondió:

El día de mi presentación en México. Mi primer toro puede ser el momento agradable. Y el segundo el desagradable. En aquél corté oreja y me hice con el público mexicano. En el otro, una cornada grave me hizo pasar muy malos ratos, allí, lejos de los míos…”. (Triunfo. 23 de agosto de 1947).


  Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia en nuestro sitio web. Al seguir navegando, aceptas el uso de cookies. Más información en nuestra política de privacidad.    Más información
Privacidad