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Granero topa con «Pocapena»

El torero valenciano Manuel Granero murió un 7 de mayo de 1922 . Fue el objetivo del gran historiador taurino José Luis Cantos Torres que nos regaló un maravilloso fresco de Joselito El Gallo con ocasión de los cien años ( ya 123 años ) de la trágica tarde en la que un toro acabó con la vida del rey de los toreros.

El año pasado se conmemoró el centenario de esa otra trágica muerte, la de Granero por el toro «Pocapena».

Sin duda es una obra llena de datos, de recuerdos, de perfiles que no conocemos que el maestro Cantos supo llevarnos por esos meandros para sorprendernos de uno de los grandes toreros de comienzos del siglo XX y cuya vida se cortó prematuramente.

Hijo de una familia de la burguesía valenciana acomodada, Manuel Granero aprendió a tocar con destreza el violín. La afición a los toros se le despertó prácticamente de golpe un día de 1914, presenciando una novillada en el coso de la calle de Játiva. Tan grande fue el impulso, que incluso se tiró como espontáneo ese mismo día al ruedo. Más adelante permaneció un tiempo en Salamanca, participando en diversas tientas en las ganaderías del campo charro.

Allí coincidió con los ya novilleros Manuel Jiménez Chicuelo, Juan Luis de la Rosa y Eladio Amorós, entonces más aventajados que él. Durante los años 1918 y 1919 toreó diversas becerradas y novilladas sin picadores (catorce en 1919), antes de debutar con caballos el 4 de abril de 1920 en Barcelona. Desde ese momento, su carrera fue meteórica, basada en su única y arrolladora temporada como novillero. Tanto fue así, que a finales de ese mismo año 1920 tomó la alternativa en Sevilla.

Tras el debut con picadores en Barcelona, repitió en esa plaza, y acudió luego a las de Zaragoza y Santander, cada vez con más cartel entre los aficionados que estaban descubriendo a un torero de una valía excepcional. En Santander, el día 3 de junio de 1920, festividad del Corpus Christi, torearon con Granero en el coso de Cuatro Caminos Bernardo Muñoz Carnicerito y Ángel Pérez Angelillo de Triana.

Según Fragua Pando, “el triunfador de la jornada fue el valenciano Manolo Granero, del que se dijo que recordaba al gran Joselito. Ésta fue, sin duda, una de las grandes características de la presencia de Granero en la Fiesta, que muchos aficionados vieron en él al inmediato sucesor de Gallito, muerto en Talavera de la Reina sólo dieciocho días antes de que el valenciano torease en Santander. Pocos días después, el 29 de junio, se presentó en la plaza de Madrid, alternando con Valencia II y José Carralafuente, con novillos de Esteban Hernández. Cortó Granero una oreja en su primer novillo, trofeo que, llevado de su amor propio, rechazó. Repitió en Madrid diez días después, y actuó luego en muchas plazas de importancia, como Bilbao, Sevilla, Palma de Mallorca, Salamanca y, entre otras, Sevilla, hasta sumar un total de treinta y una novilladas. La última tuvo lugar en La Línea de la Concepción dos días antes del doctorado.

Tanta expectación había levantado Granero, y tantos éxitos había cosechado en apenas seis meses, que el 28 de septiembre tomó la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla, con un cartel de auténtico lujo: Rafael El Gallo Chicuelo (su antiguo compañero de tentaderos en Salamanca) hicieron de padrino y testigo, respectivamente, de la ceremonia. El toro se llamó Doradito, era sardo de capa y pertenecía a la ganadería de Concha y Sierra. Toreó Granero de nuevo en Sevilla al día siguiente, aunque en esta ocasión en la plaza Monumental, un coso (un sueño, en realidad) de vida efímera que nació proyectado e impulsado por Gallito. Muerto éste, el sueño acabó sucumbiendo ante el empuje, la historia y la solera de la Maestranza. En la Monumental toreó con El Gallo, Juan Belmonte y Chicuelo. Ese año de 1920, Granero tuvo tiempo aún de torear seis corridas de toros más (tres de ellas en Zaragoza), quedando situado al final de temporada en la primerísima fila del toreo.

En 1921 Granero siguió en la misma línea que había estado el año anterior. Los contratos se acumularon (toreó noventa y cuatro corridas de las ciento quince que había firmado) y los éxitos se sucedieron.

Chicuelo quedó en segundo lugar del escalafón, con veinticinco corridas menos que el valenciano.

Granero hizo catorce paseíllos en Valencia, su ciudad, nueve en Madrid y cinco en Sevilla. Comenzó la temporada toreando el 23 de enero en Málaga, y en Castellón lidió seis toros en solitario debido a que sus compañeros, que no atendieron los aumentos salariales que pedían los picadores y banderilleros, se quitaron del cartel. Acudió luego a Barcelona y el 19 de marzo, día de san José, a Valencia, en una corrida que, según Vicente Sobrino, “fue la primera piedra de lo que luego sería la feria de Fallas”. Entonces, en Valencia, la feria se celebró en julio, en la festividad de san Jaime, y no fue hasta la llegada de Granero al toreo cuando comenzaron a programarse corridas en marzo. Confirmó la alternativa en Madrid el 22 de abril, de manos de Chicuelo y en presencia de Carnicerito.

El toro de la ceremonia se llamó Pastoro, y llevaba el hierro de González Gallardo. Ese año cortó dos orejas en Madrid, “algo desconocido en la historia de los toros”, puntualiza Cossío, los días 17 de mayo (al toro Rondeño, de Santa Coloma) y 17 de septiembre (ese día concedió la alternativa a Nacional II, la única que pudo dar en su vida).

Durante la temporada los éxitos se sucedieron, y cada vez parecía más claro que la afición había encontrado al sucesor de Gallito. Entre los triunfos más importantes están, además de las corridas de Madrid, la tarde del 5 de mayo en Valencia, cuando cortó dos orejas y rabo a un toro del duque de Veragua.

Y también en la Feria de Julio de esa misma ciudad, en la que participó en seis de las siete corridas que se programaron. Entre otras buenas tardes, el día 27 cortó los máximos trofeos a un toro de Miura. En Bilbao, además, creó el pase de la firma, una suerte de muleta de su invención, y que tiene plena vigencia en el toreo contemporáneo. En ese clima de lógica y justa euforia finalizó Granero su primera y única temporada completa como matador de toros.

Para 1922 las perspectivas eran idénticas en número de contratos, “sin embargo, algo había cambiado —ha escrito Sobrino—. La gran esperanza de una Fiesta desesperanzada es objeto de un juicio muy estricto por parte de casi todos los públicos.

También es verdad que Granero inició la temporada con el ánimo apagado. Esta circunstancia no pasó desapercibida para nadie, ni para sus propios allegados ni para los públicos”. Antes de anunciarse el 7 de mayo en Madrid, toreó trece corridas, aunque, dice Sobrino, “algún cronista tachó de gran fracaso el comienzo de aquella temporada. Y en Bilbao, donde toreó sus últimas dos corridas antes del 7 de mayo, dijeron que había pasado una sombra del torero de tan sólo un año atrás”. El cronista Latiguillo lo contó así en el diario Las Provincias: “Aquel artista cumbre, orgullo de sus paisanos, que en cien corridas cimentó su fama, poniendo su nombre a una altura a la que sólo es dado a los genios llegar, quien fue proclamado heredero de Gallito por públicos tan severos como los de Madrid y Sevilla, se nos presentaba ahora, sin razón aparente que lo justificase, sin entusiasmos, sin habilidad y sin arrestos. Nadie se explicaba aquella tan completa transformación y sobre todo aquel retroceso tan persistente. Tanto, que muchos de sus incondicionales comenzaron a vacilar, y algunos se pasaron a las filas enemigas”.

Severo juicio, que se antoja excesivo, escrito desde la terrible certeza de que el torero, ya muerto, no va a poder desdecir con sus hechos las palabras del periodista.

No obstante, es cierto que no cortó ni una sola oreja en esas trece primeras corridas de toros. Pero su fuerza de figura seguía intacta. Según Sobrino, en 1922 Granero “cobra 10.000 pesetas por corrida, 3.000 más que Joselito y Belmonte en el año 20. Toda una fortuna para aquel tiempo”.

El 7 de mayo de 1922, Granero alternó en Madrid con Juan Luis de la Rosa (el otro compañero de tentaderos en Salamanca) y Marcial Lalanda, que confirmaba la alternativa. Se lidiaron tres toros de Veragua y tres de José Bueno, antes Albaserrada. En su primer toro, de Albaserrada, Granero dio la vuelta al ruedo, y en quinto lugar se dispuso a lidiar a Pocapena, de Veragua, un astado cárdeno que tiene, como muchos toros de trágica leyenda, una anécdota anterior. Se da la circunstancia de que ese mismo Pocapena le había correspondido a Granero el año anterior en Ciudad Real, en una corrida que se suspendió porque los matadores se negaron a torear al enterarse de que el empresario había huido con la recaudación íntegra de la taquilla. Granero supo que le había tocado el mismo toro en la mañana del 7 de mayo, y dicen que dijo: “Pues en ese toro la voy a armar”.

Maximiliano Clavo, Corinto y Oro, narró con detalle la cogida y muerte de Granero: “A banderillas ‘Pocapena’ llegó mansurrón, incierto y bronco, y entre Alpargaterito y Rodas le pusieron los pares reglamentarios, superior el de Rodas […]. Tras dos o tres capotazos de Blanquet, Manolo (que vestía de azul marino y oro), con los trastos de matar, dirigióse al cárdeno, al que el peón había dejado en el tercio del 2. Manolo intentó comenzar la faena con un pase cambiado, o con uno alto —porque no pasó de iniciación—, llevando la muleta cogida con ambas manos y dando al toro la salida hacia el tendido 3. En el centro de la suerte, el toro ‘se le puso por delante’; es decir: en la arrancada se le metió dentro de su terreno y le volteó aparatosamente, lanzándole a más de un metro de distancia a favor de tablas. Cuando el infortunado maestro intentó levantarse, el toro, que se dirigió rapidísimamente hacia el diestro, le metió nuevamente la cabeza dos veces seguidas, en la primera de las cuales le enganchó por el lado derecho de la cara, forcejeando con él hasta arrimarle a la barrera, y con la cabeza pegada al estribo, el pitón profundizó en la brecha e hizo en rara trayectoria un horrible destrozo en el lateral derecho del cráneo del pobre Manolo, que fue rápidamente conducido por las asistencias a la enfermería con la cara cubierta de sangre —pues la hemorragia fue enorme—; los huesos maxilar, de la órbita del ojo, el parietal y el temporal habían sido brutalmente partidos, y llevaba un sangriento fleco de la piel seccionada en irregulares colgajos. El espanto se esparció instantáneamente por toda la plaza…”.

Minutos después de resultar fatalmente cogido, Granero moría en la enfermería de la plaza. Pocapena, aquel toro que estaba escrito que debía lidiar Granero, quitó la vida al torero que estaba llamado a suceder a Gallito, a un diestro dominador y elegante, poderoso en todos los tercios, en todos los toros y en todas las suertes, un excelente torero que apenas tuvo tiempo de saborear la gloria que ya rozaba con la mano.

Morante, cumbre del toreo, eterniza y embruja en Sevilla. Corta un rabo a un toro de Domingo Hernández, de vuelta al ruedo y crea con Juan Ortega un monumento en competencia en los quites. Sinfonía de toreo

( Las fotos son otra cortesía de Diario de Sevilla)

Alucinante, como en los tiempos de Belmonte, ,Joselito, Chicuelo…Morante le ha dado estatus y gloria al toreo con un gran ejemplar de Domingo Hernández que bien pudiera haber sido indultado como lo pidió el maestro De Paula.

Y la colosal manera como torearon en quites Morante y Juan Ortega que toreó de capa rompiendo la ciencia del tiempo, despacito, como quería el maestro mexicano José Alfredo Jiménez » muy despacito» echando los vuelos del capote al toro y rematando y como siempre fue el toreo vino la competencia y Morante replicó de manera brillante pro chicuelinas y dos medias de cartel.

El último rabo en Sevilla a un torero a pie fue a Ruiz Miguel en una feria de Sevilla un 25 de abril. El toro se llamó » Gallero» de Miura.

El quite de los tres toreros en el cuarto, de antología. Morante toreando por gaoneras, ese lance que venía del de » frente por detrás » y que inmortalizó el mexicano de León de las Aldamas , Ortega, por verónicas al igual que Urdiales. Una locura festiva para el espíritu en la cumbre del toreo de capa en La Maestranza..

Flotaron sobre la plaza los duendes del toreo, desatados.

Cómo cuajó a ese cuarto !!!!!!! Qué gran toro!!! Es digno de haber sido indultado, dijo en Onetoro el maestro Rafael de Paula.

Y el maestro Rincón se suma a esa alegría por el toreo de Morante. El maestro colombiano fue el padrino de alternativa del de La Puebla en Burgos :

LAS VENTAS DEL ESPÍRITU SANTO

VentasSanto

Que VIVA EL TOREO…. Como le pago a mi Dios, como le pago yo, por lo tanto que me ha dado. Somos unos privilegiados.

Imagen

José Fernando Arango resume la gloria del toreo .Gracias, José

Con la venia de Diario de Sevilla y de mi admirada Gloria Sánchez Grande replico cómo contó esta historia de hadas y misterios :

La Real Maestranza acoge, a partir de las 18:30, la décima corrida de abono de la temporada de toros en Sevilla en este 2023.

Se lidian seis toros de Domingo Hernández, segundo hierro de Garcigrande, para los diestros Morante de la Puebla, Diego Urdiales y Juan Ortega.

Morante de la Puebla afronta su penúltimo paseíllo en la Feria, Diego Urdiales vuelve para intentar cambiar su suerte y Juan Ortega está ante la primera de sus dos apariciones en el abono.

ACTUALIZAR

22             Recientes primero             Antiguos primero         

21:21 26 ABR. 2023

A hombros, desde la Puerta del Príncipe hasta el Hotel Colón

El histórico triunfo de Morante de la Puebla se ha celebrado por todo lo alto tras acabar la corrida en la Real Maestranza de Sevilla. El cigarrero ha sido sacado a hombros por la Puerta del Príncipe entre una multitud que lo ha vitoreado en todo momento. Pero no se ha quedado ahí: han llevado al diestro hasta el Hotel Colón, en pleno centro de la ciudad, siempre arropado por sus seguidores.

Morante de la Puebla sale a hombros por la Puerta del Príncipe.

Morante de la Puebla sale a hombros por la Puerta del Príncipe. / JUAN CARLOS MUÑOZ

20:58 26 ABR. 2023

Juan Ortega, silenciado: la gente quiere sacar ya a Morante a hombros

Juan Ortega, silenciado, se estrella con un sexto toro de Domingo Hernández, que se desfonda. La gente está a otra cosa: quiere sacar a Morante a hombros. Los tendidos se vacían en un verbo. Todos quieren presenciar la Puerta del Príncipe.

20:54 26 ABR. 2023

Una Curiosidad

Traje de Joselito 'El Gallo'

Traje de Joselito ‘El Gallo’

Morante ha elegido hoy, para su tarde histórica, un vestido que es una réplica a uno que usó en su época Joselito ‘El Gallo’. Era de estreno.

20:41 26 ABR. 2023

Gran ovación para Urdiales en su segundo

Diego Urdiales con su segundo toro.

Diego Urdiales con su segundo toro. / JUAN CARLOS MUÑOZ

Gran ovación a Diego Urdiales, que se sobrepone tras el arrebato morantista y cuaja una buena faena ante un toro encastado que, tristemente, se viene a menos y no le permite cortar pelo.

20:21 26 ABR. 2023

Una faena genial de Morante

Morante durante la brillante faena que le ha dado el histórico rabo.

Morante durante la brillante faena que le ha dado el histórico rabo. / JUAN CARLOS MUÑOZ

Faena fabulosa y genial del cigarrero, que deslumbra en todos los tercios, en todas las suertes, ante un toro noble y encastado que le permitió enloquecer al público. La plaza se volvió un manicomio: lágrimas y abrazos porque el toro y Sevilla, al fin, hizo justicia con su mejor torero.

20:12 26 ABR. 2023

52 años que no se cortaba un rabo en Sevilla

El último rabo que se cortó en La Maestranza fue hace 52 años, cuando Ruiz Miguel se encontró con ‘Gallero’, de Miura.

20:08 26 ABR. 2023

Puerta del Príncipe para Morante

Morante de la Puebla hace historia en la plaza de Sevilla y le corta las dos orejas y el rabo a Ligerito, de Domingo Hernández. El sevillano firma una actuación apoteósica desde el recibo de capa hasta la estocada final que siembra la apoteosis. Saldrá por la Puerta del Príncipe 24 años después de la última vez.

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19:55 26 ABR. 2023

La Maestranza, de nuevo en pie con Morante

De nuevo la Maestranza en pie con el recibo capotero de Morante al cuarto, por su manera de bambolear las telas, de hundir el mentón en el pecho, de asentar los talones, por la forma en que todo el cuerpo del sevillano toreaba también de capa. Templadísimo y exquisito. Volvieron a tocarle la música a todo trapo. Le respondió Urdiales en los mismos medios. Y regresó Morante a darle la réplica al riojano, sacando su exquisita variedad de quites: faroles, tafalleras, gaoneras, verónicas… Ahí queda eso.

19:46 26 ABR. 2023

Fuerte ovación para Juan Ortega: no estuvo afortunado con la espada

Urdiales realiza una buena faena, pero falla en la espada

Urdiales realiza una buena faena, pero falla en la espada / JUAN CARLOS MUÑOZ

Fuerte ovación para Juan Ortega tras su trasteo, una faena que perdió intensidad por la floja condición del Domingo Hernández, muy toreado previamente de capa. El diestro dejó tres bonitas series a media altura que le sirvieron para que la banda se arrancara con el pasodoble Manolete. Con la espada, no estuvo afortunado.

19:34 26 ABR. 2023

Se pican en quites Ortega y Morante

La media a pies juntos con la que remata las chicuelinas el cigarrero, un cartel de toros. Cruje la plaza.

19:28 26 ABR. 2023

La Maestranza en pie

Le tocan la música a Juan Ortega por una verónica templadísima, eterna, al tercero.

19:24 26 ABR. 2023

Urdiales sufre con un manso de libro: silencio tras aviso

El segundo de Domingo Hernández, un manso de libro. Algo espantoso. Jamás embistió: iba a arreones. Los banderilleros sudaron sangre. Urdiales no tuvo la menor oportunidad. Pitado en el arrastre Desvalido y silencio tras aviso para Urdiales. ¡Pobres Curro y Paula, muertos de calor pasa ver este espectáculo!

19:02 26 ABR. 2023

Palmas para Morante tras un toro con poca gracia

Morante de la Puebla torea al primero de la tarde.

Morante de la Puebla torea al primero de la tarde. / JUAN CARLOS MUÑOZ

El primer toro de Domingo Hernández, Chistoso, tuvo poca gracia. Más bien ninguna. Sólo buen son para torearlo de capa. Delicado y torerísimo Morante en el recibo. Después, el animal se desplomó en la muleta. Fue pitado en arrastre. Morante recibió palmas por su esfuerzo. Parece que La Maestranza quiere recompensarle por el robo del lunes.

18:37 26 ABR. 2023

Paseíllo y colores de los toreros

Calor asfixiante en La Maestranza, donde se rondan los 37 grados a la hora del paseíllo. Muchos claros en el tendido alto de sol. Morante de la Puebla, de turquesa y azabache; Diego Urdiales, de carmín y oro; Juan Ortega, de rosa palo y oro viejo, un vestido inspirado en un capote de paseo que perteneció a Manolete. En la plaza, dos espectadores de excepción: los maestros Curro Romero (en un balconcillo) y Rafael de Paula (en el callejón).

17:26 26 ABR. 2023

Aún más calor en Sevilla

Tarde calurosa en Sevilla con 37ºC, máxima de hoy en la capital hispalense. Va a ser complicado resistir el sol en los tendidos. Los mercurios no van a bajar de los 34 grados durante gran parte del festejo. Los vientos del suroeste van a refrescar poco la cita de hoy.

Ha partido serenamente el huilense Augusto Calderón, maestro del periodismo

Mi admirada Margarita Suárez me comunica una de esas noticias que uno no quiere admitir : Se ha ido , con la discreción de su pulcra vida, Augusto Calderón, maestro del periodismo, hombre educado y culto

Esta es la semblanza que dibujó Margarita del querido amigo con quien tuve la fortuna de compartir muchos pasajes de mi vida periodística.

Falleció a la edad de 83 años en Bogotá. Sus cenizas depositadas en su tierra natal Garzón.

Se ha ido uno de los grandes del periodismo huilense, Augusto
Calderón Díaz, nacido en Garzón el 24 de abril de 1940. El próximo
lunes estaría cumpliendo 83 años.


Durante su ejercicio profesional fue maestro de periodistas empíricos
que lograron encumbrarse en el oficio, como Yamid Amat, Margot Ricci,
Heriberto Fiorillo, Fabiola Morera, Estella Tocancipá, Ligia Riveros,
Germán Manga y Gustavo Castro Caycedo, entre otros. También fue
profesor de periodismo escrito en la Universidad Javeriana.


Siendo Cónsul de Colombia en Roma, asistió en el Vaticano con su
compañera inseparable, Isabel Henao, con quien estuvo casado por 61
años, y sus tres hijos, Edgar, Javier y Carolina, a la misa privada del
Papa Juan Pablo Segundo, quien después los invitó a desayunar en su
refectorio.


En recuerdo de este episodio, en su última visita a la Catedral de
Garzón, acompañado de Isabel, “la única mujer que he tenido en mi

vida”, según decía, le pidió fotografiarse junto al monumento de SS Juan
Pablo Segundo que reposa dentro la iglesia.

En la Catedral de Garzón, posaron junto al busto de Juan Pablo Segundo, con quien
desayunaron en privado cuando Augusto fue Cónsul en Roma.


Con Augusto e Isabel, paseamos por España, Portugal y por el Huila.
En Sevilla asistimos a una corrida en La Maestranza, cartel encabezado
por Morante de La Puebla. Mi hija, María Margarita, trabajaba con la
empresa que llevaba al torero y nos consiguió hospedaje en su mismo
hotel. Cuando salíamos, apareció Morante listo para ir a torear. Isabel
le dio beso y se tomó foto abrazada. Fue lindo, pocos pueden hacer eso
con un torero que va a la plaza. En Sevilla también recorrimos El
Guadalquivir y visitamos el cementerio San Fernando, donde reposan
los restos de Joselito, Juan Belmonte, Paquirri y otras figuras del toreo.

Fotos cedidas gentilmente por Margarita Suárez para tendido7

Un 8 de abril de 1962…

ABC responde la inquietante pregunta de por qué se

Belmonte desde su época de novillero llevaba siempre consigo un revólver y al cambiarse de ropa lo colocaba en un bolsillo de su bata.

Una vez terminó la solitaria comida pidió un bolígrafo, un papel y un sobre.

Y escribe la carta al juez de guardia : Que no se culpe de mi muerte a nadie.

Como el médico le desaconsejaba la siesta, montó de nuevo a caballo.

Vuelve al sillón de nuevo y apoya el cañón del revólver sobre el cuello y se dispara un tiro.

La gobernanta cumpliendo las órdenes de la cocinera intenta despertarle pero cree verle tan profundamente dormido sin advertir el hilo de sangre oculto bajo su cabeza ni el revólver que descansa en su regazo.

Después de otra hora les extraña se inquietan y se lo dicen a uno de los gañanes. El mismo acude y dice don Juan está muerto.

Esto es lo fehaciente, se dijeron tantas cosas entonces, pero lo cierto es que murió a pocos días de cumplir los sesenta años, con una mirada de ojos oscuros, resignados, nostálgicos, penetrantes, como le vió Zuloaga al Belmonte eternamente vestido de luces.

Murió debajo del citado cuadro y quizás envuelto en la soledad de sus atardeceres.

Juan Belmonte tenía una vida pacífica, por tanto sin motivo aparente para tomar tal decisión

Nunca se sabrá la razón de tal resolución.

Se habló con insistencia que estaba enamorado de una joven rejoneadora colombiana Amina Assis, tenía fama de enamoradizo, pero sin nada de certeza en ello. Hace 61 años se pegó un tiro uno de los pilares de la tauromaquia, don Juan Belmonte

¿Por qué murió Juan Belmonte?

Hoy se cumplen 61 años de la muerte del sevillano que revolucionó el arte del toreo

¿Por qué murió Juan Belmonte?

Fue el 8 de abril de 1962. Juan Belmonte había fallecido en su finca «Gómez Cardeña», en Utrera . Pronto, a pesar de la estrechez informativa de la época, trascendieron las verdaderas circunstancias de la muerte de una leyenda que revolucionó el mundo del toreo . Belmonte se había quitado la vida con un pequeño revólver que había llevado siempre consigo sin que, hasta ahora, hayan trascendido las verdaderas causas que le llevaron a tomar tan drástica decisión.

El cardenal Pedro Segura exigió a la familia del torero una declaración jurada de muerte natural para poder enterrarlo en tierra santa que estaba vedada a los suicidas por la Iglesia preconciliar, y su entierro se convirtió en una impresionante manifestación de duelo que conmovió a toda la ciudad.

Pero, ¿por qué se quitó la vida Juan Belmonte? Se llegó a hablar de amores imposibles para un hombre de su edad, versiones que nadie ha puesto en pie. César Jalón , el crítico taurino que firmaba sus crónicas como ‘ Clarito ‘, apunta en sus memorias otras hipótesis mucho más realistas: «La angustiosa enfermedad de Julio Camba y del marqués de Villabrágima le parecía inhumana. Y él vivía preocupado por un amago de parálisis facial».

Hijo de quincallero , sus principios tendrían el halo trágico y romántico de las noches de la dehesa de Tablada . Descubierto por el banderillero Calderón , y tras sonados fracasos, un sorprendente triunfo en Castellón le lleva a Sevilla y le pone a las puertas de la alternativa, celebrada en la plaza de Madrid la misma tarde en que se retiró « Machaquito «.

Es, junto a « Joselito «, una de las más anchas y nobles ramas del tronco del toreo sevillano , cuya evolución posterior no se puede entender sin el estudio de su figura. Aporta al toreo una considerable reducción de los terrenos , una invasión de las trayectorias naturales de los astados que, unida a un estético patetismo condicionado por la personal apostura de su figura, cambiará para siempre los fines del toreo.

Sin embargo, en contra de lo que pueda creerse, no se puede entender la figura de Juan sin la de José. El temple, quietud y estética esbozados por Belmonte necesitarán de la magistral influencia del torero de Gelves para profesionalizarse, para poder ser impuesto progresivamente a un mayor número de toros.

Juan sería cada vez más José y viceversa, pudiendo afirmar que la progresiva brillantez, el futuro toreo ligado, nace de la fusión del tradicional estilo gallista y la renovación belmontina.

Nada fue igual después del genial trianero , no sólo en la lidia sino en las formas tradicionales. Suprime la coleta y la aflamencada indumentaria de calle de los lidiadores. Se rodea de intelectuales , y, sobre todo, es el más firme impulsor de la fiesta entendida como un espectáculo estético, emprendiendo una rápida evolución que alcanza nuestros días.

Retirado, ganadero de reses bravas , figura inconfundible del paisaje sevillano, decidió acabar con todo aquella tarde abrileña en su campo de Utrera. «Sólo te faltaría morir en la plaza», le había espetado en sus comienzos don Ramón María del Valle Inclán , a la cabeza de ese grupo de intelectuales del 98, enamorados de la leyenda del quincallero de Triana que se había curtido en el oficio echando la capa a las reses encerradas en la dehesa de Tablada.

Pero la muerte no tenía prisa y estaba esperando en los campos de Utrera a ese labrador rico, prematuramente envejecido y encerrado en sí mismo aquella tarde primaveral de 1962.

El investigador, don Mariano Cifuentes, agrega :

Belmonte desde su época de novillero llevaba siempre consigo un revólver y al cambiarse de ropa lo colocaba en un bolsillo de su bata.

Una vez terminó la solitaria comida pidió un bolígrafo, un papel y un sobre.

Y escribe la carta al juez de guardia : Que no se culpe de mi muerte a nadie.

Como el médico le desaconsejaba la siesta, montó de nuevo a caballo.

Vuelve al sillón de nuevo y apoya el cañón del revólver sobre el cuello y se dispara un tiro.

La gobernanta cumpliendo las órdenes de la cocinera intenta despertarle pero cree verle tan profundamente dormido sin advertir el hilo de sangre oculto bajo su cabeza ni el revólver que descansa en su regazo.

Después de otra hora les extraña se inquietan y se lo dicen a uno de los gañanes. El mismo acude y dice don Juan está muerto.

Esto es lo fehaciente, se dijeron tantas cosas entonces, pero lo cierto es que murió a pocos días de cumplir los sesenta años, con una mirada de ojos oscuros, resignados, nostálgicos, penetrantes, como le vió Zuloaga al Belmonte eternamente vestido de luces.

Murió debajo del citado cuadro y quizás envuelto en la soledad de sus atardeceres.

Juan Belmonte tenía una vida pacífica, por tanto sin motivo aparente para tomar tal decisión

Nunca se sabrá la razón de tal resolución.

Se habló con insistencia que estaba enamorado de una joven rejoneadora colombiana Amina Assis, tenía fama de enamoradizo, pero sin nada de certeza en ello.

La relación de los toreros con la Semana Santa

Nos hemos sumergido en la celebración de la Semana Santa la semana más esperada del año, cuando ciudades como Sevilla o Popayán pasean por sus calles la devoción y en muchas ocasiones se convierten en templos vivientes, por el que se puede contemplar y vivir la escenificación completa de la crónica evangélica.

Así como hoy no se entendería que el final de la Semana sagrada se solemnizara desde hace muchas décadas con la corrida extraordinaria del Domingo de Resurrección, lo mismo ocurre con la relación íntima que se produce históricamente entre el mundo taurino y el universo cofrade.

Desde el Tato a Pepe Hillo, desde Joselito El Gallo a Belmonte, desde Pepe Luis Vázquez a Antonio Ordoñez, desde la casa Miura hasta Sebastián Castella, una mayoría de hermandades sevillanas han tenido y tienen entre sus hermanos grandes –pero también a los no tan grandes– glorias del toreo, no sólo sevillano: hasta de México viene Juan Silveti.

Pasadas las hermandades de vísperas –vivero indispensable para la continuidad– la primera cofradía de la Semana, la de La Borriquita, que salió a la calle el Domingo de Ramos, cuenta con la especial querencia de muchos y variados toreros y en sus anales quedan ya los años 1992, 1993 y 1994 cuando un joven Eduardo Dávila Miura sacaba el paso como un costalero más.  Por su parte, cuenta Sebastián Castella, torero francés hecho en Sevilla, que cada año sigue teniendo una emoción incluso mayor que cuando se ajusta el traje de luces, en esos momentos en los que cada Domingo de Ramos se viste la túnica y la capa de  su Hermandad de la Virgen Estrella, a quien acompaña desde un anónimo lugar del cortejo.

Si se eligió para ese año, en la tarde del Martes Santo pudimos contemplar a Nuestra Señora de Gracia, más conocida por Los Javieres, con una saya de color azul pavo Cuando una la ve, revive la tarde de triunfo de Curro Romero, con cuyo traje de luces se confeccionó en el año 2.000  la vestidura.

Pero también en este día, al ver pasar por las calles de Sevilla la Hermandad de Nuestro Padre Jesús ante Anás y María Santísima del Dulce Nombre, el recuerdo se vuelve a este gran hombre de toros que es Julio Pérez “Vito”.

Pero esta relación entre los toreros y la Semana Santa de Sevilla llega a uno de sus puntos culminantes en la tarde de hoy, miércoles Santo con las hermandades de San Bernardo y El Baratillo. La dinastía de los Vázquez, una de las principales castas del toreo sevillano, siempre ha sido muy devota de la Hermandad del Cristo de la Salud y María Santísima del Refugio, San Bernardo. Manolo Vázquez fue Hermano Mayor de la Hermandad durante los años 1958 al 1964 y le regaló a la Virgen su traje de alternativa, con el que se le confeccionó una saya de color blanco que luce la Virgen en su paso, que además presenta los broches de los faldones del paso de palio que se confeccionaron con los «machos» de este traje de luces.

Pero los Vázquez no hacía más que seguir la tradición de este popular barrio, Y es que hermanos de San Bernardo fueron Joaquín Rodríguez Costillares y Francisco Arjona Herrera, “Cúchares” que murió siendo Hermano Mayor y está enterrado bajo el altar del Santísimo Cristo de la Salud. También en el siglo XIX el legendario “Tato” fue Hermano Mayor de la hermandad, a la que también perteneció José Claro “Pepete” y de la que los hermanos Manolo y Pepe Bienvenida llegaron a ser distinguidos como Hermanos mayores honorarios. Más modernamente, en su nómina de hermanos figura  el torero retirado Diego Puerta.

En este Miércoles también la Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de la Piedad y María Santísima de la Caridad en su Soledad, conocida popularmente como El Baratillo, se puede contemplar una de las cofradías más “torera”. Dada la proximidad de la Capilla con el coso de la Real Maestranza de Caballería, a cuyos muros está adosada, antiguamente antes de la lidia los toreros solían encomendarse a la Virgen de la Caridad, que además es, desde 1939, Patrona de la Vejez del Torero. En este año, además, estrenarán una saya con un vestido azul marino y oro que donó Morante de la Puebla. 

Ejemplo también de esta unión histórica, esta hermandad tiene Carta de Hermandad con la corporación de los Maestrantes desde 1992 oficialmente, aunque ambas instituciones han estado hermanadas  desde hace siglos. Por eso, no es casualidad que uno de los guiones que salen en el cortejo cofrade corresponda a los Maestrantes del coso.

Pero es que, además,  el siempre cuidado albero de la Maestranza es estrenado cada año en esta tarde del Miércoles por los nazarenos de la cofradía, pues en ese espacio se forma el numeroso cortejo de nazarenos  para salir en procesión. Asimismo, se mantiene la costumbre de que la misa previa al desfile procesional se  oficie en la propia capilla de de la Plaza, en una de cuyas paredes se puede contemplar un azulejo con la imagen  de  María Santísima de la Caridad.

Como una muestra de esta unión con todo lo taurino, el Baratillo estrenó en 2002 un llamador esencialmente taurino. Se trata de un llamador del paso sobre el que reposan dos ángeles que sujetan un capote de paseo que tiene grabado en su centro la insignia de la Hermandad. Además, el ángel de la derecha lleva en la cabeza una montera. La pieza, preciosa obra del orfebre Marmolejo y donado por un hermano, contiene unos siete kilos de plata.

Entre los diestros sevillanos que fueron hermanos, destaca la devoción de “Pepe Hillo”, quien donó el 17 de abril de 1774 la imagen del Patriarca Bendito Señor San José, para su colocación en el mismo altar en que hoy se venera, y que después se incorporó como titular de esta Hermandad. En la actualidad, toreros hermanos del Baratillo recordamos a Manuel Jesús El Cid o a Morante de la Puebla, entre otros.  Por otro lado, se cuenta que Manuel Álvarez El Andaluz, hermano del Baratillo, regaló una saya a la Virgen de la Caridad. Y desde México el maestro Juan Silveti suele venir todos los años a Sevilla para salir con su hermandad.

Y como no podía ser de otra manera, en la Madrugada del Jueves al Viernes Santo, cuando las dos Esperanzas de Sevilla salen a la calle, un amplio rosario de toreros están debajo del antifaz de distintas hermandades. La dinastía de los Ordóñez, con Antonio Ordóñez –Hermano Mayor de Hermandad de la Esperanza de Triana desde 1978 hasta 1982–, con Paquirri –quien se “metió” debajo del paso para salir de costalero, como uno  de sus hijos–, y con Francisco Rivera Ordóñez –que ha sido miembro de su Junta de Gobierno–, ha estado muy ligada a la Hermandad del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Esperanza., a la que también pertenece el torero trianero Emilio Muñoz, que en alguna ocasión ha salido como costalero. 

Antonio Ordóñez, además, fue Hermano Mayor de otra hermandad fundamental en la Semana Santa sevillana: la de la Soledad de San Lorenzo. A ella también pertenece su hermano Alfonso, hoy asesor taurino en la Real Maestranza. En la historia soleana consta como Ordoñez trajo, en época de restricciones en el comercio entre países, hasta Sevilla camuflado en el esportón de sus avíos de torear los metros necesarios de terciopelo de Lyon necesarios para confeccionar un manto para la Virgen, que casi todos los años podemos contemplar en la tarde del Sábado Santo en su salida procesional. Pero antes, a esta Hermandad estuvo muy ligada la familia de José Gómez, Joselito. Se cuenta que un año, a comienzos del siglo XX, esta Hermandad modificó el itinerario de regreso a su templo para poder pasar por la puerta de la Casa de Joselito, para que la Señora Gabriela pudiera rezar ante su Virgen.

La Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena, La Macarena, tiene entre sus hermanos a diversos y populares matadores de toros: los Martín Vázquez o Andrés Luque Gago, por ejemplo.  Conocida era  la devoción que a La Macarena tenía Joselito El Gallo, que cuando se produjo la tarde fatídica de Talavera era miembro de la Junta de Gobierno.  Conocidas las famosas esmeraldas o malaquitas, un regalo del toro y  que cada madrugada van prendidas en el pecho de la Virgen, que aparecen además  junto a la pluma de oro que Sevilla regaló al canónigo Muñoz y Pabón. Este canónigo, excelente escritos, muy conocido popularmente por la defensa que hizo para que de los funerales por Joselito El Gallo se oficiaran en la catedral de Sevilla, que si hasta entonces era honor sólo para príncipes y casas reinantes, a partir de aquel año fue honor compartido con quien definió como “príncipe del toreo” por decisión del pueblo. Célebre es, por  lo demás, la bellísima fotografía de la Macarena vestida de luto riguroso a la muerte de Joselito, por una decisión llena de sensibilidad de su Junta de Gobierno de la Hermandad.

Otro torero, pariente además de Gallito,  Ignacio Sánchez Mejías llevó la Cruz de Guía de la cofradía macarena durante muchos años. Los ganaderos José Luis de Pablo-Romero y Eduardo Miura  ostentaron el título de Hermano Mayor de La Macarena. Hoy entre otros miembros de la Casa Miura, Dávila Miura es uno de sus más de tres mil hermanos: lo fue desde el día en que nació. Y un detalle: el compositor Abel Moreno le dedicó un pasodoble a este torero y en la composición lleva sones de la marcha “Macarena”.

Otra hermandad de Sevilla a la que pertenecieron muchos toreros es la del Gran Poder: El Gordito, Chicuelo, Luis Fuentes Bejarano, Cayetano El Niño de la Palma (hijo), Rafael Ortega Gallito, amortajado con la túnica de la Hermandad,…  En las dependencias de la Basílica del Señor del Gran Poder todavía hoy puede contemplarse la Oreja de Oro que el torero sevillano Joaquín Rodríguez “Cagancho” consiguió en una de sus temporadas en México.

Pero si Joselito se identificó siempre con la Macarena, Juan Belmonte sintió especial pasión por la hermandad de El Cachorro, a la que también están ligados Tomás y José Antonio Campuzano.

No es más que una relación, que aún siendo larga en la práctica es corta, si es que se quisiera ir apuntando toda la numerosísima presencia del mundo del toreo en esta singular semana sevillana, en la que sus calles se convierten en templos y en el que vida discurre entre el olor a incienso y laos armoniosos sones de las marchas procesionales.

Taurología

Taurología

Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio «Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros».

Muere Rafael Chicuelo, decano de los toreros sevillanos, hijo del gran Manuel Jiménez

El torero de la Alameda de Hércules ha muerto a los 86 años de edad tras un breve periodo de enfermedad

Pertenecía a la tercer generación de una dinastía que continuaron sus hijos Manolo y Curro , informa ABC de Sevilla

Curro Romero y Rafael Jiménez 'Chicuelo', en un acto celebrado el año pasado en la Maestranza

Curro Romero y Rafael Jiménez ‘Chicuelo’, en un acto celebrado el año pasado en la Maestranza VANESSA GÓMEZ

Ha pasado toda su vida siendo conocido como ‘Rafaelito’,el hijo de Manuel Jiménez ‘Chicuelo’. Marcado por la trascendencia del progenitor, precursor del toreo moderno, nexo entre las tauromaquias de Gallito y Belmonte y la de Manolete, puntal del toreo sevillano. Una escuela en la que su hijo ha sido emblema y, posiblemente, su último eslabón. Rafael Jiménez Castro, matador de toros y decano actual de los toreros de Sevilla, ha muerto este sábado a las 6.30 horas a los 86 años tras un breve periodo de enfermedad.

Deja mujer, hijos, nietos y una casa. La última casa de aquella otra Alameda que hace tiempo que se extinguió. La de toreros y artistas. La Alameda de los Gallo, de Caracol y, como no, de los Chicuelo. En la que Manuel Jiménez Moreno estableció esa dinastía que iniciara Manuel Jiménez Vera, el primer ‘Chicuelo’, en las postrimerías del siglo XIX y continuara ‘Rafaelito’ en la segunda mitad del siglo XX. Que seguirían sus hijos Manuel y Curro Jiménez Amador, ambos novilleros. Por lo tanto, la dinastía taurina más antigua con representación activa.

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Rafael Jiménez Castro en su Alameda natal
Rafael Jiménez Castro en su Alameda natal JUAN FLORES

Mamó el toreo de su padre y el arte de su madre, la cupletista ‘Dora la Cordobesita’Rafael ‘el Gallo’ se lo llevaba de la mano a la Maestranza y Juan Belmonte lo invitaba a Gómez Cardeña para tentar. Quienes lo vieron dicen que fue «el mejor de su época haciendo el tentadero». Siempre llevó a gala aquello de salir andando tras colocar una becerra al caballo, evitando cualquier amago de carrera. Lo doctoró Antonio Ordóñez un Domingo de Resurrección en la Maestranza y lo confirmó Antonio Bienvenida en Madrid. Como novillero sin picadores alcanzó a torear un festival con su padre en Higuera de la Sierra en el año 1951.

Era el amigo que tantas veces menciona Curro Romero en su biografía durante aquella juventud sevillana, antes de que el Faraón se mudara a Madrid. Y precisamente fue Curro quien le propuso volver en la temporada de 1981, cuando se anunció dos tardes en la Feria de Abril tras más de una década retirado. Terminó su carrera como banderillero y pasó una etapa como profesor de la escuela taurina de Sevilla.

Conoció las tertulias de los maestros en el Café París, frecuentó las de Los Tres Reyes y acabó siendo el reclamo de quienes por últimas acudían al bar Las Columnas a embeberse sus vivencias. Gallista confeso, como toda su familia, recordaba habitualmente cuando en Gómez Cardeña se formó una tertulia tras un tentadero y el notario Luis Bollaín le preguntó en voz alta a su padre que de quién era, de Juan o de José. «Mi padre respondió que de Gallito. Y Belmonte, que sabía la guasa que llevaba aquella pregunta, saltó que él también».

La última vez que fue a los toros a la Maestranza fue en la Feria de San Miguel de 2021, invitado por Juan Ortega, torero al que le guardaba predilección y que le brindó un toro en su presentación como matador. Un año antes de aquello, ambos protagonizaron un reportaje en este periódico en el que también participaron Emilio Muñoz, Rafael Torres y Pepe Luis Vargas. Amigos todos de la familia Chicuelo. Aquello fue unos días después del fulgurante despegue de Juan Ortega en Linares. Contaba ‘Rafaelito’ que «cuando se torea así (por Ortega), tienes que funcionar a la fuerza. Además que no te olvidan ya. Jamás. A todo el que haya cuajado un toro de verdad en una plaza importante, o con la televisión de por medio, lo etiquetan como «torero» para toda su vida. Y a todo el que vaya naciendo se lo recuerdan».

El Vito deja el que se convierte en su último artículo y la cita que no pudo cumplir con el maestro Roberto Domínguez en Mérida

Hoy tenía que haberme reunido con el maestro Roberto Domínguez. Lo había citado en Mérida, para una entrevista; pero como le informé a Rubén Darío Villafraz los imponderables que nos acompañan impidieron me trasladara a la Ciudad de los Caballeros. 

Aunque la reunión sigue pendiente, reunirme con el torero de Valladolid es una meta inmediata, porque en la experiencia de Roberto Domínguez como torero de alto rango, de profesional de la Arquitectura y de su formación humanista, lo que le distingue como creador dentro de la tauromaquia atesora nuevas respuestas para viejos problemas. 

El motivo de reunirnos en Mérida fue el aprovechar la presencia del poderdante del joven Andrés Roca Rey en la Feria del Sol de Mérida. Es el peruano el líder indiscutible de la torería universal. Como lo ha sido, es y debe ser Julián López “El Juli”. Otro adelantado, que por más de 20 temporadas se ha mantenido en la cima de la fiesta. Es lo que hoy ocurre con Roca Rey; ambos con brillantes e históricas carreras en las que el maestro de Valladolid, Roberto Domínguez, tiene mucho que ver. 

Recordarán nuestros lectores que hace poco, pocos días apenas nos referimos a la resurrección del beisbol en Venezuela, gracias al esfuerzo de la inauguración de dos impresionantes escenarios deportivos: el Estadio de Macuto y el Monumental de La Rinconada, teatros de la Serie del Caribe torneo y competencia que se convirtió en avivador de un aletargado espectáculo. Históricamente, había ocurrido; cuando el Estadio de San Agustín, primero, los estadios de la Universidad más tarde, sentaron las bases para el desarrollo de nuestras mejores épocas.

En los toros está la evolución que se vivió en Caracas, primero con el Metropolitano, más tarde el Nuevo Circo en su época de mayor brillantez o en su expansión territorial con la Maestranza de Maracay, plazas monumentales de Pueblo Nuevo, Mérida, La Chinita y Valencia, escenarios que a la vez se convirtieron en rectorías, imponiendo sus escuelas, hasta que hace poco la detención del progreso por intervención del islamismo de conductores revolucionarios enemigo acérrimo y contradictorios de la Fiesta de los Toros en Venezuela.

Fernando Domínguez. Un adelantado, un autodidacta, un genio que le arrancó a Pepe Alameda la expresión “Fernando Domínguez descubre a Belmonte, antes de ver a Juan Belmonte”; y, más adelante provocaría explicaciones, para diferenciarse de Manolo Escudero con aquello de: “ …con la verónica Escudero se entierra, mientras que Domínguez levita”.

El 26 de septiembre de 1937, en un mano a mano entre Victoriano de la Serna y Fernando Domínguez, el de Valladolid cortó cuatro orejas y dos rabos. En los años 1938, 1939, 1940 y 1941 siguió toreando, aunque en estas dos últimas temporadas toreaba poco. 

Tuvimos la suerte disfrutar la amistad de Manolo Escudero, admirador del maestro Fernando a quien conocimos gracias a Manolo Lozano y al torero de Embajadores, con ellos Pepe Teruel, hermano del maestro Ángel Teruel, gracias a quienes pudimos comprender la vitalidad de la escuela taurina promotora a su vez de épocas en el toreo. 

El maestro vino a Caracas y en plena temporada venezolana tuvo que regresar a España de manera inesperada. Fue por la muerte de uno de sus hijos, en Valladolid; cuando esperaba en el puerto de La Guaira para embarcar hacia España una pareja de franciscanos se acercaron para serenar sus penas y rezar juntos.

Antes de partir le entregaron un medallón de plata de la Cofradía del Descendimiento y Santísimo Cristo de la Buena Muerte”. El citado medallón pudimos comprobar que su sobrino Roberto lo llevaba en su cuello cuando lo visitamos para conversar con él en el hotel Tibisay de Mérida, era la época que llevaba a “El Juli“. Y es que su tío Fernando fue inmortalizado en un cuadro por el pintor español Sánchez Felipe que residía en CaracasUn cuadro que los invasores al Nuevo Circo destrozaron, como acabaron con las placas de bronce y las estatuas, como la de Girón que fue robada por facinerosos revolucionarios, fundida, sin autoridad alguna, irrespetado la voluntad del pueblo taurino de Caracas… 

Hay que recordar que mencionada Cofradía es una de las que componen la Semana Santa de Valladolid, y que recibe culto en la Iglesia de la Santa Vera Cruz. En lo que se refiere al medallón, fue en 1937 cuando Fernando Domínguez toreó su última corrida en el Nuevo Circo. Aquel torero gitano y el negro poeta, sobre Fernando Domínguez y Angel Escobar “Bola de Nieve” mozo de espadas de los diestros venezolanos hermanos Girón. Y es que César, el mayor de los Girón, se interesaba por los toreros españoles cuando estaban de tertulias e interpelaba a “Bola de Nieve” que era un conocedor del mundo taurino de España. 

Y sobre Fernando Domínguez le decía Bola de Nieve a César Girón: “Este de Valladolid era un figurón del toreo. ¡El mejor que han visto estos ojos torear con el capote! Y remataba “Bola de Nieve”, que hablaba en verso sobre Fernando: “cuando los otros toreros se ahogan, a este el agua le llega a los tobillos. 

Lamento no acompañar al maestro de Valladolid en Mérida, lo lamento tanto como no poder admirar al gran Andrés Roca Rey, primera figura en España y adalid del toreo en América que conduce con profundidad profesional mi admirado amigo Roberto Domínguez…’

Y La Macarena , cerrada

( La imagen que abre esta nota es cortesía de don Gabriel Arango «Aranguito» )

La moderna plaza de toros de Medellín de estilo mudéjar se inauguró el 4 de marzo de 1945 con este cartel: Juanito Belmonte, «El Calesero» y Luis Briones. Un español y dos mexicanos.

Lamentablemente por argucias y alcaldadas, la plaza construida por iniciativa de un grupo de notables permanece cerrada pues Corpaul vendió las acciones , la compró una empresa privada y por arte de birlibirloque el coso a la vera del río Medellín que se levantó para dar festejos taurinos la alquilan para todo ( conciertos, actos políticos, deportivos, religiosos ) menos para dar funciones de toros. Y no hay manera.

UN POCO DE HISTORIA DE LA MANO Y GUIA DEL MAESTRO JORGE VEGA

Medellín

En la plaza principal de la Villa de la Candelaria de Ana (era el nombre del actual Medellín) se dieron corridas con ocasión del día de la Virgen (2 de febrero) en el año de 1675, siendo gobernador Juan Buesso de Valdés.

Este toreaba a caballo y se atribuye a la Virgen de la Candelaria el milagro de haberle salvado de la muerte tras ser derribado del caballo.

La historia la cuenta José Antonio Benítez «El Cojo», en el libro El camero de Medellín. Según testimonio del viajero Charles Saffray, en 1860 había coliseo de toros en Medellín, con dos filas de palcos.

En la Breve Historia del Torero en Medellín, de Gabriel Castro «El Picador», se cita al primer cronista taurino que tuvo la ciudad: «Guerrita», seudónimo de Luis de Greiff, padre del poeta León de Greiff; de él tomamos referencias.

El Circo El Palo fue el precursor de las plazas de Medellín; estaba en pleno centro, carrera El Palo entre Bolivia y Perú; levantado en 1894 por iniciativa de los empresarios paisas Daniel Botero, Manuel J. Alvarez y Gerardo Gutiérrez, asesorados por el arquitecto Joaquín Pinillos y los artistas Dalmau y Ugueti; tema capacidad para 4.000 espectadores.

Fue inaugurado en 1895 por «Morenito», «Tarro», «Chato» y «Mazzantinito».

La Plaza de Flórez debió su nombre a don Rafael Flórez y estaba situada en los patios de la vieja plaza de mercado de Colombia con Berrío.

En la crónica de «El Picador» aparece el primer diestro nacional: Miguel Vásquez «Bocaccio».

Por la calle de los madereros (Maturín con Cundinamarca) se levantó un rudimentario circo de cañabrava: el Circo Medellín, inaugurado en 1906.

Allí se presentó la trilogía de señoritas toreras: Joseita, Sorianita y Elvirita, las cuales rejoneaban en bicicleta.

No mejor que el rectangular de Flórez, se levantó el Circo Norte por don Horacio Correa. Llegó de España la cuadrilla que lo inauguró con Morenito de Valencia, «Sastrillo», «Metralla» y «Chatillo».

Fue demolido alrededor del año 11, por ser poco rentable: sólo 2.000 personas.

El Circo España fue el de más largo existir antes de La Macarena de Medellín y en su época, de lo mejor del país.

Ubicado en barrio residencial de clase alta, carrera Girardot entre calles Perú y Caracas, fue erigido merced al esfuerzo de Uladislao Escobar en 1908.

No habiendo elenco de toreros en el país, lo inauguró una tropa de saltimbanquis: el Circo Palacio Real.

Como coso taurino se estrenó en julio de 1910 con «Serranito», «El Americano» y «Leoncito».

Actuaban aquí los mejores diestros que de España venían a Colombia.

En 1912 debutó «El Papa Negro» Manuel Mejía Bienvenida, con «Litri» y Alejandro Saens «Alé».

En 1921 Rufino San Vicente «Chiquito de Begoña»; luego «Campitos», Rubito de Sevilla, el mexicano Silveti y «El Gallo», en 1923.

En 1938 llega Félix Rodríguez Antón, quien se afincaría en Colombia.

En el intermedio del traslado de este circo a la orilla del río, por San Juan (1939), «Ivarito» levantó en la calle Ayacucho otro circo rústico llamado La Santamaría, inaugurado en 1942 por Félix Rodríguez y Cayetano Palomino.

Desde 1929, un grupo de empresarios encabezados por Rafael Uribe Piedrahita, motivados por la publicidad de la nueva plaza bogotana, adquirió terrenos en la margen izquierda del río Medellín y acometió la construcción de la primera plaza de concreto, que debió suspenderse por la crisis económica del año 30.

En 1943, en el Club Unión, se conformó la sociedad Plaza de Toros La Macarena S.A., siendo su primer gerente Carlos I. Molina y los otros gestores, Rafael Uribe Piedrahita (gerente de Coltabaco), Luciano Restrepo y Carlos Peláez.

La moderna plaza estilo mudejar se inauguró el 4 de marzo de 1945 con este cartel: Juanito Belmente, «El Calesero» y Luis Briones; su capacidad, apenas para 10.000 personas, debido a lo pequeño del ruedo (diámetro 33 metros) por aprovechar las fundaciones viejas.

De las plazas de primera en Colombia es la de menor capacidad, lo que acarrea problemas, pues sus precios deben ser los más altos.

Han desfilado por La Macarena de Medellín, los mejores del toreo mundial que venían a la temporada de Bogotá, enero y febrero.

Como Manolete, Arruza, Domingo Ortega, los Dominguines, Ordóñez, Conchita Cintren y los mejores de México.

Un grupo de empresarios fundó Cormacarena, que ha venido dando estos cuatro últimos años la Feria de la Macarena.

Destinando todas las utilidades al Hospital San Vicente de Paúl, propietario del coso.

A dicha corporación le corresponderá celebrar dignamente el cincuentenario de la bella plaza el próximo 4 de marzo.

Un colombiano en la feria de Castellòn de la Plana. El novillero Arturo Sierra, acartelado

El novillero sin caballos Arturo Sierra entrò en los carteles de la feria de Castellò.

Lidiarà un novillo de las hermanas Angoso Clavijo

El origen se remonta a 1908 cuando Victoriano Angoso hace su ganadería con vacas de Veragua y sementales de Eulogio Oñoro. Entre 1910 y 1912 adquiere dos sementales del Marqués de Saltillo. Por entonces las figuras de la época como Juan Belmonte, eran los que mataban estos toros. En 1920 fallece Victoriano Angoso y la ganadería pasa a manos de Amador y de su hermano Manuel Cesáreo, ellos compran al Conde de Santa Coloma un semental llamado Navajero, que no les da grandes resultados y dos años después vuelven a comprarle al Conde de Santa Coloma otro semental de nombre Miñoto y otro de Saltillo llamado Ganchón. En 1930 los hermanos se separan y la ganadería se queda dividida en dos. Después de la Guerra Civil la parte de Manuel Cesáreo se vendió a la viuda de Molero, que traslada las vacas a la finca “La Granja” en Castrillo de la Guareña, después esa divisa desapareció, la ganadería fue vendida a Alejandro Fernández que por un problema sanitario, tuvo que sacrificar toda la ganadería y el hierro de Los Molero se vendió a Roberto Domínguez.

ARTURO CARTAGENA

ESTE JOVEN CARTAGENERO FUE ESCOGIDO PARA UN CURSO DE FORMACIÒN EN LA CART PATROCINADO POR DON PABLO MORENO, CABEZA VISIBLE DE CASA TOREROS Y OBTUVO CALIFICACIONES MERITORIAS QUE LO LLEVARON LA ESCUELA DEL CITAR DE GUADLAJARA, ESPAÑA DONDE ES PROFESOR JUAN DE CASTILLA.

Paispamba, » los condesos de Sotarà»,abren Cali

El vallisoletano-caucano Kike Alvarez que naciò cerca de una de las casas donde viviò Cervantes, se afincò » hace un montòn de años» como èl dice en el profundo Cauca » pescado» por el amor, y allì fundò la ganaderìa cuyos seis novillos se lidian hoy en Cañaveralejo para abrir la feria que se prolonga hasta el 30.

La lidian este 25 de diciembre Juan Dinastía, Anderson Sánchez y Felipe Miguel.

La Feria de Cali se trata de un gran ciclo que contará con figuras como Alejandro Talavante, Roca Rey, el doblete en dos corridas de Emilio de Justo, el duelo Bolívar-Emilio de Justo, la presencia de Antonio Ferrera, Joselito Adame, Luis Bolívar, la reaparición por un día de Gitanillo de América o la presentación del joven prodigio Marco Pérez, destacan entre los muchos alicientes de la feria.

La Feria número 64 está compuesta por cuatro corridas de toros, una novillada con picadores, el tradicional festival taurino y un espectáculo cómico taurino fuera de abono.

ESE DIA Y ESE AÑO DE 1957

( LA IMAGEN DE ESE PRIMER PASEILLO ES CORTESIA PARA TENDIDO7 DE PACO GACÌA )

Un grupo de pro hombres del Valle y del Cauca contra todo pronòstico se dio a la tarea de construir una plaza de toros al sur de Cali y tras una ingeniosa labor de ingenierìa y arquitectura se levantò la llamada «Copa champañera».

El 27 de diciembre, sonaron clarines y timbales y un castellano, Gregorio Sànchez, un catalàn, Joaquìn Bernadò y un caucano Joselillo de Colombia hicieron el paseillo. Los toros de Clara Sierra que llevaran la mìtica ganadera, su hija Isabelita y el nieto Lucas fueron el complemento de aquella tarde que entrò en los anales de la historia de la tauromaquia colombiana.

No cabe duda que hombres intrépidos como Santiago Borrero, Pepe Estela o Abraham Domínguez Vázquez tienen mucho que ver en el crecimiento de la fiesta en esta región colombiana que comprende Valle, Cauca y Nariño.

Vale decir que antes de ser construida la Plaza de Cañaveralejo se levantaron en el perímetro urbano trece “imitaciones” de plazas, estando entre las más destacadas la Plaza de “El Crucero” de don Fidel Lalinde; la Plaza Belmonte de los señores Tulio Concha, Severo Guerrero y José Martínez; El “Nuevo Circo”; Circo Estrella; Plaza El Motorista y la Plaza de Granada de propiedad de don Jorge Garcés y de la cual se conserva la portada principal en las instalaciones de la Plaza de Toros de Cañaveralejo.

LA GANADERIA DE APERTURA

Hace cuarenta y cuatro (44) años, el Ingeniero Agrónomo Enrique Álvarez se dio a la tarea de criar el toro de lidia en una finca ubicada en el municipio caucano de Sotará y que bautizó con el nombre de la cabecera del mencionado ente territorial “Paispamba”, allí hacia 1978 llevo unos erales de la ganadería Fuentelapeña, que en genética procedían de Samuel Flores y Pinto Berreiros en línea Parladé, nos cuenta Juan Pablo Garzòn.

Luego de adquirir su antigüedad como hierro, el primero de noviembre de 1980, refrescó su ganadería con ejemplares de Icuasuco, propiedad de Don Julio Jiménez, llevando vientres y sementales provenientes de Conde de la Corte y Carlos Núñez.

Hoy, cuatro décadas después de tan ardua y delicada labor, su hierro se fundamenta en la línea Torrestrella – Jandilla, procedentes de la ganadería Guachicono. 


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